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EL EXISTENCIALISMO ES UN HUMANISMO. ~ © Jean Paul Sartre FOTOCOPIADORA + NW Ediciones Quinto Sol, ‘Disefio de portada: Bruno Lopez. Negativos: Istael Monier. Impresién: Francisco Munive Alfredo Martinez © Spanish International Books 13772 Golden West St. No, 120 Westminster, CA 92683, 12a. reimpresi, 400 ejemplres, saree) ISBN; 968,6620-37-0 sme of ‘Printed in Mexico INTRODUCCION Del existengialismo se puede abundar lo si- Suiente: "En rigor, resulta imposible circunseri- bir a una época y un clerto mimero de autores Ja filosofta existencialista, como resulta también ano pretender iucluir bajo el rubro a un niime- 10 determinado de pensadores com exclutién de otros. De hecho, sélo un grupo reducido de fild- sofos ba aceptado de buen grado el nombre de existoncialista: Jean-Paul Sartre, Simone de Beat voir, Albert Camus, Maurice Merleau-Ponty 9 ‘algunos otros, Todos ellos francess, todos tbo nes durante la Segunda Guerra Mundial, todos. unidos por algunas tesis filoséficas 9 por una si- ilar actitud ante la vida. Sint embargo, no re- sulta dificil extender la denominacin a aches ‘otros muchos contempordneos suyos —que la re- chazan— e incluso a multitud de pensadores, 0 a fildsofos actuales que no aceptan, en modo alge ‘0, ser calificados de existencialistas”’! El Existencialismo es un Humanismo es sna obra que bay que situar bistérica y tebricamente: fue publicada en 1946, es decir, es posterior al 7 Ser y la Nada (1943) otra obra medular del pen- sador francés Jean-Paul Sartre. En le Critica de la Razén Dialéctica publicada en 1960, Sartre dice: “let por primera vex a Husserl, Scheler, Heidegger y Jaspers en 1933, durante mi estadia de uu aio en la Casa Francesa de Berlin, y fue En ese Momento (mientras Heidegger debia cs- leno ‘activisma') evando sufri su influen: Hay varios pasajen tle El Existecialismo es un Humanismo (EH) gue confirman esta afir- macion. ‘ Existe en Francia una tradicién filosifiea que incluye a Descartes como una referencia necesa- ria y obligada. EH. gira sobre la formulacién del pienso luego existo, del rescate de la sub- jetividad humans. El hombre es ante todo un sujeto, algo que pose més dignidad que una coliflor, une piedra a ena mesa dice Strice. EL libro constifayeyana respi sta ciém tanto a 0 a Jespec- GaP existéncialis MEEEtobre todo, 4 partir de la Fisofia que se ejerce en el siglo XVII (concretamente: Renato Descartes) que ba sido acentuado ef papel que la subjetividad bu mana desempena bistoricamente. En la Europa del siglo XX, después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, el tema de la subjetividad bu- mana reaparece. EL positivismo de origen comtiano y su conti- nuccién temdtica y problemdtica a través deb Girculo de Viena (1930) no abre espacio sufi- ciente para el'tratamiento de la subjctividad, La tradicion que arranca de Hegel y se prolonga basta los Neobegelianos tampoco hace demasia- a do bincapie en esta cuestion. Ni la corriente Neokantiana (en sus dos vertientes: Escuela de Baden y Escuela de Marburgo) la aborda prefe- rentemente. . No es casual que sea en Francia +~cuna de la Filosofia cartesiana y del positiviemo chésico al mismo tiempo— donde se impulse una elerta ac- titud y asimismo una cierta posicién filosifics como biisqueda e intento de esclarecer los proble- ‘mas vitales, cotidianos, 6 que se encuentra in- merso et hombre europeo eh la primera mitad de este siglo, ° Apoyados en la berramienta metodologica de Jos filésofos alemanes (Husser], Heidegger) y on algunos antecedentés: Kierkegaard, los filérofos franceses: Merleau-Ponty, Sartre, Marcel, Simone de Beauvoir, inician toda sme avanzada tebrice, Los medios de que se velen son muy diversos: ensayos, novelas, obras de teatro, revista, con ferencias, citedras universitarias, etc, En el caso que nos ociipa, se trata de una com ferencia dada en el "Club Maintenast”. ET tono ea exposteron ex polimilaos re eotkonido cod expuesto para ser rebatido objetado; aunque, & obvio, también para ser defendido. El existencialismo es un humanismo —a ries- 40 de simplificar— esté estiucturado a base de ciertas formulaciones a manera de consig- ‘nas 0 proclamas que fusicionan como columna vertebral del texto en su conjunto. A saber: 4) La existencia precede a la esencia; b) El bombre es plenamente responsable; c) El hombre €s un proyecto que se vive subjetivamente; a) El hombre esté condenado a ver libre; e) No hey 9 signos en el mundo; §) No bay ninguna naturale- 24 bumava 0 lo ques fo mimo: aT BOWE: um ser en situacion; g) El existencialismo #0 es tuna filosofia que promueve el quietismo; b) El punto de partida es la subjetividad humana, es ‘decir, existencial; i) El hombre no se encuentra encerrado en si misino sino presente siempre en sum universo bumano (existencialismo bumanista), En el texto aparecen ciertas 0 supuestas ambi ghedades: dos 0 tres 0 mds significados del térmi- ‘n0 bumanismo; dos corrientes 0 escuelas existen- cialistas; dos acepciones de Ia.subjetividad: sub- jetividad entendida en sentido cartesiano 0 kan- tiano y subjetividad existencial; édos morales?: moral de devociém personal y una moral mds amplia, pero de eficacia mas discutible, Lo que resalta, no obstante, es el existencialis. mo bumanista sobre otros probables o posibles humanismos. De los dos existencialismos o escue- las existencialistas, se percibe con claridad que Sartre se define por la del sptencnno aon, Respecto de las dos morales, Ye 0 az los ‘valores som vagos y que no hay mas salida que flarse én nuestros instintos (no bay signos en et mundo), La subjetividad existencial prevalece sobre la de origen cartesiano o kantiano, Ash dues, la-ambigiiedad con la que aparentemente estd revestida le disertacién, no deja de ser sélo 280: tna aparienci EL pensamiento sartriano esté aqut vertido en forma aforistica, condensada, aunque, ciertamen- te, no ayuna de rigor. La distancia que media entre El existencialistio es un humanismo ¥ Ja critica de Ia raz6n dialéctica es de 14 afios, Para 10 algunos, EH. vendria a ser una versibn mdi accesible del pensamiento sartriano (por ejem= plo, para Copleston); menos densa que el Sex y a Nadn (1943) constitnints, basta aorta busta, una divulgacién que tiende a fasilitar 9 4 mas comprensibles los planteamientos filosdfi- cos del existencialismo, Para otros, el texto de sta disertacién constituirla principalmente wna iransicion hacia la esstica (por ejemplo, Jorge Martiner Contreras). Forma y contenido estén considerados en ambas perspectivas, Procediendo a hacer un minimo andlisis com- parativo entre la critica El existencialismo es tun humanismo, tal parece que existe una con- sradiccién inexplicable entre uno 'y otro textos; entre el Sartre que declina hablar del existen- ialismo: “no me gusta hablar del existencia- lismo, Lo mas propio de una investigacién et que sea indefinida, Nombrarla y definirla es Jo mismo que cerrar un cireulo” (CRD. 9), 9 al Sartre que no silo habla del existencialismo sino que incluso lo defiende de ciertos atagues. (ER) El existencialismo es un humanismo (EH.) desde nuestra propia herspectiva, constituye una continuacién necesaria y, simulténeamente, una anticipacién igualmente necesaria del pentamien- 40 sartriano. éCémo explicar entonces la contra aiccion? Las cirewnstancias, no son las mismas, esto es Jo que explica la contradiccidn, Se trata en un caso —lo decimos una ver mds— de una confe- + rencia, es més, de un debate, En el otro caso (CRD) se trata de un trabajo elaborado a peticién n de una revista. polaca que solicita a Sartre que hable sobre la cultura francesa, El tema especifi- co: “la_situacién del existencialismo en 1957”. Muy diferente es el desarrollo de los plantea ‘mientos sartrianos en el texto de C.R.D. Ademas se trata aquf de un esfuerzo que implica y compli- ea toda una elaboracion teérica, aburidante en nociones novedosas y enriquecedoras del marxis- ‘mo y asimismo de la filosofia existencial: La no- cidn de los “préctico inerte”, “dialéctica constitu- iva’ y “dialéctica constituyente”, “destotaliza- cién”, “retotalizacion”, etc. Ahora bien, no séio hay que destacar las cir- cunstancias en. cuanto a la forma de exposicién 0 dioulgacién de las ideas sartrianas. Ya se trate de una conferencia o de un texto de investigacién, hay que atender también —y nosotros diriamos que fundamentalmente— a la3'circunstancias his- t6ricas, sociales, politicas, econémicas y cultura- les que rodean a antbos trabajos. La situacin del existencialismo en 1945 esté circunscrita al momento en que acaba de finalizar la Segunda Guerra Mundial. La situacién de Francia tanto a nivel interno como externo. La situacién mundial. Las posibles alternations. Sin embargo, a pesar de la importancia que reviste el dar respuesta a ciertas cuestiones de suyo apre- rmiantes y por dems decisioas en el marco de las condiciones sociopoliticas en que se desenouelve Europa. Sartre dice en El existencialismo es un humanismo: “lo que asusta en Ia doctrina que voy @ tratar de exponer no es el hecho de que deja una posibilidad de eleccién al hombre? Pa- ra saberlo, es necesario que volvamos a exami- R nar la cuestion on un plano estrictamente filosé- fico. ¢A qué se lama existencialismo?” (E, H. Subrayado nuestro ). Sartre, nos va i retrotraer basta: el yo pienso cartesian, Pero en lugar de ubicarnos en wn 40 encapsulado, Sartre que a la sazéu ha leldo ya Husserl, nos habla de una subjetividad existen- cial, lo cual implica hablar de una subjetividad que se vincula forzosa y necesariamente con el 0. Se trata pues, de situar las respuestas on sn plano estrictamente filosdfico. Ademés, un fildso- fo debe responder filosoficamente, aunque esto suene y de hecho sea una tautologta. Las circunstancias bistérieas, econdmicas, poll- ticas y sociales que inciden sobre el texto ge CR. D. som muy distintas a las de 1946. En(I95)) la ULR.SS. lanza el primer Sputnik al espati, en los inserealize 6] XX Congreso del Partido Comunista de ‘S. En 1956, se Heven « cabo la revolucion biingara y la revolucién pole- 4. La revlucincubana tata on 1938. Argel ba por su emancipacién respecto del colonia- lismo francés bor estos mismos eon Respecto del compromiso sartreano, nos limi- taremos por esta ver, a la transoripeién de un pasaje incluido en la presentacién de la revista “Los Tiempos Modernos’’: “Nuestra intencién ¢s contribuir a que se produzcan ciertos cambios en la sociedad que nos rodes, No entendemos or esto un cambio en las almas; dejamos muy @ gusto la direccién de las almas a los autores que tienen una clientela especializada, Nosotros, que, sin ser materialistas, no hemos distinguido 13 “nunca el alma del cuerpo wi conocemos:mds que, una realidad que no puede descomponerse —la- ., nos colocamos al lado de, Bum ‘quienes quieren cambiar a la ver la condiciin social del hombre y ta concepcién que el hombre tiene de si mismo”. z ~ Gustavo J. Monzin Armando Perea Cortés ” NOTAS Garzon Bates, Juan, El Existencialismo en La Filosofia (Las bumanidades en el siglo XX. No. 5) U.N.AM, 1979. p. U1. Generalmente se ba intentato clasificar a los filésofos de esta corriente dos ramas: existen- ‘ialistas cristianos (N. Berdiaev, Gabriel Mar- cel, Miguel de Unamuno, Kerl Jaspers) 9 ateos (Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Simone de Beauvoir), pero esta distincién resulta bastante superficial pues, por lo que respecta al andlisis de la existoncia, se distinguen poco y.sus coin- cidencias som mayores que sus diferencias. Puc- de resultar mucho mas productivo distinguir entre fildsofos existencialistas y existenciarios, sea que se ocupen més, en el primer caso, de describir las actitudes concretas fundamentales de la existencia 'y sus situaciones bésicas (Camus, Jaspers, Merleau-Ponty) 0 en descri- bir las estructuras del ser del hombre, esto ¢5, Ja ontologia del hombre (Heidegger; y Sartre cen el Ser'y la Nada) Garzén, op. tits, pp: 124- Sartre, Jean-Paul, Critica de la razén dialécti- 64, Libro I. Tercera edicidn, traduccion de Ma- 14%el Lamana. Editorial Losada, Buenos Aires. Conceptos manejados en el texto: “Bl existencialismo es un Humanismo” Autenticidad, Auténtico— Bn filosofia, Los ‘téeminos “autenticidad” y “auténtico” son aplica- dos por algunos pensadores especialmente, no ex- clusivamente, a Ia existencia humana. Se dice entonces que un determinado ser-humano es au- téntico cuando es, o llega a ser lo que vetdadera y radicalmente es, cuando no esti enajenado, Heidegger ha hablado de su autenticidad e inau- tenticidad como modos de ser bisicos del Dasein (del hombre). El Dasein puede, en efecto wie ax mlamo”, os docs, “ganante’, en cuyo caso” se apropla asi mismo" y se hace “auténti- co”. Puede también * no elegirse a si mismo”, es decir, “perderse”, en cuyo'caso deja de apropiar- se a si mismo y se hace “inauténtico” —no llega. 2 ser lo que ¢s. Guerpo.— El cuerpo puede ser, ciértamente, “objetivado”, convertido en objeto de conoci- siento cientifico, Pero entonces no es ya propi te “mi cuerpo” (no es el cuerpo de “nadie”). Es una simple muestra, Pues el cuerpo, el ‘propio cuerpo”, no es un objeto (Merleau Ponty). En ‘general podemos decir que casi todos los pensa- ~ dores existericalistas (Marcel, Sartre, M. Ponty), 15 etc.) tienen enunciados muy semejantes a los mencionados, respecto a la nocién del “cuerpo”. Sartre en el “Ser y la Nada” le dedica todo un capitulo a esta cuestién. Marcel, asi mismo, nos habla del “cuerpo” en el Diario Metafisico y en El mtisterio del Ser. Merleau Ponty hace lo mismo en la Fenomenologia de la percepcion. Ente.- Han sido varios los filésofos actuales Jos que més han insistido en la necesidad de deshacer los equivocos en los que se ha incurrido al tratar la doctrina tradicional del ente. Hei- degger se ha destacado entre tales filésofos al manifestar que la cuestién del ser y la del ente no’son iguales: la primera es ontol6gica; la se- gunda éntica Elser'es previo a los entes. Que sea tal ser y cémo pueda lograrse —si puede lograrse— un acceso a él, es la gran cuestién que Heidegger se ha propuesto desentrafiar, sin que, al parecer, To haya logrado. Esencia.- El problema de la esencia ha sido con frecuencia al problema de la predicacién. Desde luego no todos los predicados son esen- ciales. Decir “Pedro es un buen estudiante” no es enunciar la esencia de Pedro, pues “es un buen estudiante” puede ser predicado accidental de Pedro. Decir “Pedro es un hombre” expresa al ser esencial de Pedro. Pero expresa asi mismo el ser esencial de Pedro, Juan, Antonio, etc. Aho- ra bien, en vista de la dificultad de encontrar definiciones esenciales para individuos, se ha tendido a reservar las definiciones esenciales para una clase de individuo. Por ejem. decir “El hombre es tn animal racional” ha sido conside- 16 rado como una definicién esencial (necesaiia y guficiente), pues se expresa el género proximo 1a diferencia esecitica, de modo que no puede fundirse el hombre con ninguna ot individuos, Ms dis de upExistonciae— Bl vocablo “existencia” significa “lo que esté ahi", lo que “estd fuera”. De un siodo genera el crming "wate puede re- ferirse a cualquier-entidad; puede hablarse de existencia real ¢ ideal, de existencia fisica y mar temética, etc: La existencia es para Kierkegaard sate todo el existente, el existente humane Se trata de aquel cuyo “ser” consiste en la. subjetin dad, es decir, en Ja ‘Tibertad de tapi oa Enis sigiticn prs Rerkogenal matte. cisién ultima” con respecto a Ia absoluta tras- cendencia divina. Hay en Kierkegeaed un “pris mado de Ia existencia”, y, en términos tradicio. nales, “an primado de Ia existencia sobre la. ‘esencia”. Heidegger emplea el término “Dasein” que se traduce a veces por “existencia, pero, que, como indica el autor, no significa existen. ia, en el sentido tradicional”. La existencia (con ‘maytiscula) en Heidegger, no es algo que ya es, 0 es dado; es un poder-ser. La existencia es ef ser del hombre, Existenciario.— Heide t Hama a los caracte- res del ser del hombre ios existenciarios. (EL hombre es “expecializante”, es un “poder set”, es.un “ser ala muerte”, es un “ser en el mundo). Intencionalidad.— 4 vocablo ‘intencién”, “in- tentio” expresa Iq acCi6n y efecto de tender —-tem. dere— hacia algo. A51 Io-enconeamet en Toms. no recogié In significacion 7 escoldstica; del: ‘intentio”:‘que® habia 'sido ‘cre )... fos. Sin embargo sé puede de- finir ficilmente. Lo que com- seachtistas;/”. . plica as cosas es que-hay dos Ne eg ‘alias: Jos primeros, ques ‘istianos, entre los cuales yo colocaria’a ‘Jaspets"y@ Gabriel Marcel, de confesidn’ catdlica; y, por otra parte, los exis- tencialistasCateos, Entre los cuales hay que colo- cat-a Heidegger, y también a los existencialistas franceses y a mi mismo. Lo que tienen en comin es simplemente istletan que Ta exisien- eT eats on at i prefions, que aya pan Poe ste ca cit Prato fio Lnetitce Consideramos un objeto fa- ci weeit __ricado, por ejemplo un libro alesnci, - 9 un cortapapel. Este objeto ha sido fabricado por un artesa- no que se ha inspirado'en un concepto; se ha referido al concepto de cortapapel, ¢ igualmen- te a una técnica de producciéa previa que forma parte del: concepto, y que en ef fondo es una réceta. Asi, el cortapapel es Valin we Ia vex un objeto que se produce sia de. de cierta manera y que, por otra ae parte, tiene una utilidad defini- da, y' no se puede suponer un hombre que produjera un cortapapel sin saber para qué va a servic ese objeto. Diriamos enton- cces-que en-el caso del cortapapel, la esencia —es decir, el conjunto de. recetas y de cualidades ‘que ‘permiten producirlo y definitlo— precede sia existenca; y as eth determinada ls presen: ia frente a mi, de tal o cual cortapapel, de tal © tl libro, ‘Tenesnoe equl, pce’ aw’ vison técnica del mundo, en la cual se puede decir que Ia produccién precede a Ia existencia. . Al concebir un Dios creador, este Dios se asi~ mila la mayoria de las veces a un artesano supe- tior; y cualquiera que sea la doctris que consi- deremos, trétese de una doctrina ‘como la dé Descartes 0 como la de Leibniz, admitimos siem- ~\ Pre que Ia voluntad sigue mds © merios al entendimiento, o por lo menos lo acompaiia, y que Dios, cuando crea, sabe con precisién fo que crea.. Asi el concepto de hombre en el espi- papel ox el epirsu del industrials Dios oe, Ghee al Romie Suiaclo ee oe ee én, exactamente como el artesaao fabtien ta cortapapel siguiendo una definicién y una téc- nica, Asi_el_hombre individual _realiza -cierto concepto que estd en el entendimiento divino. ‘Eidl siglo XVIII, en el ateismo de los filésotos, Ja nocion de Dios es suprimid: ‘Bo. lo fa existencia, Esta idea la encoritramos un poco cen todas partes: fa encontramos (oh, 4 Bs en Diderot, en Voltaire y aun W fumene eu lt en Kant. El hombre es posee- Wo" Sisto det dor de tina naturale Ih q see XV ger aatiralees humans ae | v el concepto humano, se encuen- tra en todos los hombres, lo que significa que cada hombre es un ejemplo par- 32 ticular de un concept universal; en Kant resulta de esta universidad que tanto el hombre de les bossuues, ef hombre de la naturaleza, como el ‘estin.sujetos a Ie misma definicién y ‘Posten tas mismas cualidades bésicas. As{, pues, aqut también Ja esencia del homivce precede a sa existencis ‘encontrainos ef naturaleza, Hi ciktm: “ “ET exiStencialismo ateo que cletleme represent es mis coherents, De st. fara que si Dios no exi alates de poder ser definido por ningiin > Bet, Ta realidad humana, ¢Qué significa aqui ‘Wee Ty exintencia precede a la esencia? Significa oie. ‘eiapieza por Gxstr, se cncuentta, Se surge ar-el mundory que det 1 emp ‘a existen- eialiate lista, si no es definible, es 4 wnt. gia empieia por no Set ida. Silo tet despots y sent at como se haya hecho. ASi, pues. no hay naturalers 4H bonbre . sélo.es tal como él se concibe, srle qu siao-tat-como- y we tues. como se_concibe de la existencla, como se quiere. des- pugs de este i ‘hacia Ia existencia; el hom- bre no es otra cosa que To que ela T ge hace. Este es el primer principio del existencialismd. Es 8g se define. EI como Io concibe el_exi también Jo que se llama la subjetividad; que sé ‘nos echa én cara bajo ese nombre. Pero. équé ‘queremos decir con esto sino que el hombre tiene una dignidad mayor que Ia piedra ola mesa? Porque queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por set algo que se lanza hacia un porvenic, y que es ‘cons- ciente- de proyectarse hacia el HL: porvenit- Bombe s-ante so: do-up pronecto que 8 Ve iecvamenre, en lst de ser un mosgo, un pode © una colifor; nada existe previamente @ este proyecto; ‘nada hay en el cielo inteli- sible, y el hombre sera ante todo lo que habré eS ie que gua ee Pogo orque Te ettaicio ordinusiaenes por queer uuna decisida consciente, que para la mayoria de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de si mismo. Yo puedo querer adherirme a un partido, escribir un libro, casarme; todo esto no es mas que la manifestacién de una.elec- cién més original, més espontinea que lo que se Mama voluntad. Pero si verdaderamente la exis- tencia precede a fa esencia, el 1 bomb hombre es responsable de lo eo ima paso det we “ramow—Syisencilisin os pons me Fombee en possidn deo que &,y-asentar sobre él l sabilidad total de su existencia. Y cuando deci- ‘ios que el hombre es responsable de si mismo, ‘no queremos decir qué el hombre.es responsable de su estricta individualidad, sino que es respon- sable de todos los hombres, Hay dos sentidos de ca : le glabra sbietivamo y aur adverncioe juegan con los sentidos. Subjetivismo, por ‘una parte, quiere decir eleccién del sujeto indi- i wposibilidad del hombre de sobrepasar la subjetividad huma- ‘na, El segundo sentido es el sentido profundo del ‘existencialismo, Cuando . deci- ‘mos que el hombre se elige, en- ——-tendemos que cada uno. de_n0-— ‘sottos se elige, pero también queremos decir con esto que al elegirse elige a todos los hombres. El efecto, no hay ninguno de nuestros actos que al crear al hombre que queremos ser, no cree al mismo tiempo una imagen del: hombre tal como considéramos que debe ser. Elegir ser esto © aquello, es afirmar al mismo tiempo el valor de Jo que elegimos, porque nunca podemos elegir smal; Io que elegimos es siempre el bien, y nada puede ser bueno para nosotros sin serlo para todos. Si, por otra parte, In existencia precede a Ja esencia y nosotros quisiéramos existir al mis- ‘mo tiempo que modelamos nuestra imagen, esta ‘imagen es valedera para todos a elesci, Et hombre se y para nuestra época enters. lige eligendo “Asi, nuestra responsabilidad es « todos tes mucho mayor de lo que podria- ‘mos suponer, porque compro- mete a la humanidad entera Si soy obrero, y elijo adherirme a un sindicato cristiano en lugar de ser comunista; si por esta adhesién quiero indicar que la resignacién es ‘en el fondo Ia solucién que conviene el hombre, que el reino del hombre no esté en la tietra, n0 comprometo solamente mi caso: quiero ser un 35, & resignado para rodos, en consecuencia mi acto ha comprometido a la humanidad Cmpromie s entera. Y si quiero —hecho més fois jum individual— casarme, tenet oided. +hijos, aun si mi casamiento de- pende tinicamente de mi sicua- iba, 0 de mi pasién o de mi deseo,.con esto no me encamino yo solamente, sino que encamino ala humanidad entera en la via de In monoge- ie (Av sox responsable pare sol mismo y part todos, y creo cierea imi hombre que elie lig elijo al hombre. Esto permi- ‘te comprender To que se Oculta Bajo palabras un ‘tanto grandilocuente como angustis, desamparo, desesperacién, Como verda ustedes, es sumamen- te sencillo, Ante todo, ¢qué se entiende por an- ‘gustia? El existeucialista suele ‘Ta snputi. — declarar que el hombre es angus- tia, Esto significa que el hombre que se ete y que se ta de que es no séla el que elige ser, sino también un dor, que elige al mismo tiempo a si mismo ala enrera, es i Namanided” enrers.no_pusde_escapar_al_seatt micato de su total v_profunda responsabilided. m jay muchos que no estin angusta- x jdos; pero nosotros pretendemos que se enmasca- ‘ran su propia angustia, que Ia huyen; en verdad muchos creen al obrar que sélo se comy a s{ mismos, y cuando se les dice: pero si todo ‘el mundo procediera asi? se encogen de: hom- bros y contestan: no todo el mundo procede asf. Pero en verdad hay que preguntarse siempre: qué sucediera si ‘mundo hick i mo? Y no se escapa uno de este pensamiento ~36— guien que no esté bien con su conciencia, porque ‘el hecho de mentir implica usi valor universal ‘atribuido a 1a mentira, Aun cuando la angosta se eamasca: a, aparece. Es esta angustia Ia que Kierkegaard Iamaba ta angustia de Abraham. Conocen ustedes In historia: un dngel ba ordenado a Abraham sacrificar a su hijo; todo anda bien si es verdaderamente un angel el que ha venido y Ie ha dicho: ti eres Abraham, sacrificards a tu hijo. Pero cada cual puede preguntarse: ante todo, des en verdad un éngel, y soy yo en verdad Abraham? 2Quién me lo prueba? Habia una loca que tenfa alucinaciones: le hablaban por te- eféno y le daban drdenes. El médico le pregun- 16: Pero 2quién es el que le habla? Ella concest6: Dice que es Dios. 2¥ qué es lo que le probaba, ‘en efecto, que fuera Dios? Si un dngel viene a imi, agué me prueba que es un Abn y angel? ‘Y si oigo voces, Zqué «| opt me prueba que vienen del cielo y no del infierno, 0 del sub- consciente, o de un estado patolégico? ¢Quién prueba que se dirigen a mi? eQuién me prueba que soy yo el realmente sefialado para imponer ‘mi concepcién del hombre y mi eleccién a la hu- manidad? No encontraré jamais ninguna prueba, ningin signo para convencerme de ello. Si una ‘vor se dirige a mi, siempre seré yo quien decida 37 ‘ierhepand y Ja angus, (he hace _y se ajustara a lo que hace. Y cada hombre debe decirse: 4507 yo quien dene derecho ‘que esta vor es la vox del angel, si considero que tal 0 cual acto es bueno, soy yo el. que elegiré decir que este acto es bueno y no malo. Nadie. ‘me designa para ser Abraham, y sin, embargo ‘estoy obligado a cada instante a hacer actos ejem- plares., Todo ocurre como si, para todo hombée, iviera Tos_ 0705 Hjos_en_1o humanidad se_ajuste a mis ac- ‘que ope in de obar de tal manera que Ia so ne condses tos? Y sino se dice esto es le ime. porque se enmascara su angus: tia. No se trata aqui de: una angustia que conduzca al quietismo, a la inac- in. Se trata de una simple angustia, que cono- cen todos los que han tenido. res ida des.-Cuando por ejemplo un jefe militar toma la responsabilidad de un ataque y envia cierto timero de hombres a Ia muerte; elige hacerlo y elige é1 solo. Sin duda hay érdénes superiores, ‘pero son demasiado amplias y se impone una in- terpretacién que proviene de él, y de esta inter- pretacién depende Ia vida de catorce o veinte hombres. No se puede dejar de tener, en la deci- sién que toma, cierta angustia. Todos los jefes ‘conocen esta angustia. Esto no les impide obrar: al contrario, es Ia condicién misma de su ac- ci6n; porque esto supone que enfrentan una plu- talidad de posibilidades, y cuando eligen una, se dan cuenta de que s6lo tiene valor porque ha sido elegida. Y esta especie de angustia_que es ae ge deste, enor que s¢ explica ademas por una responsabilidad 38 directa frente 2 los otros hombres que compro- male: No es una cortina que n0¢ Anguile y —Sepafa de la accién, sino que eonubil- forma parte de-la accién mis- ma, Y cuando se habla de de- samparo, expresin cara a Hei- degger, queremos decir solamente que Dios no existe, y que de esto hay que sacar las ‘ilsimas .consecuencias. El exis- Li ‘+1 tencialismo se opone decidida- HW mente_a_cierto tipo de moral Iaica_que_quisiera_suprimir_« Dios con el menor gaito posibles Casio hada 1880, algunos profesores franceses trataron de constituir tuna moral laica, dijeron més 0 menos ‘esto: Dios es una hipétesis inttil y costosa, noo. ‘10s.la suprimimos; pero es necesario, sin em- argo, para que haya una moral, una sociedad, um mundo vigilado, que ciertos’ valores se t0- men en setio y se consideren como existentes a2 priori; es necesario que sea obligatorio a prio- ti que sea uno honrado, que no mienta, que ‘no pegue a su mujer, que tenga hijos, etc., etc... Haremos por lo tanto un pequefio tra- bajo que permitiré demostrar que estos valores existen, a pesar de todo, inscritos en un-cielo in- teligible, aunque, por otra parte, Dios no exista. Dicho en otra forma —y es, segin creo yo, It ‘tendencia de todo lo que’se liama en Francia ra- dicalismo— nada se“cambiard aunque Dios"a6 ‘¢xista; encontraremos las mismas normas de hon- humanismo y habremos he- superada que moriré tranquilamente y por s{ misma. El existenci ta, Por el contrario, piensa que es sauy incSmiodo que Dios no exista, porque con 1 desaparcce toda posbilided de cocontrar valores cn as elo inteligible; ya no se puede tener el bien a prio- 1, porque no hay més conciencia infinita y per fecta para pensarlo; no estd escrito en ninguna arte que el bien exista, que haya que ser honra- do, que no haya que mentir; Dutienky ¥ puesto que precisamente esta: sl ginesti mos en un plano donde sola. Tame ‘mente ‘hay hombres. Dostoievs- _. ky escribe: “Si Dios no existiers, todo estaria permitido,” _ 0 de partida del existencialismo, En efecto, todo std permitido ai Dios no existe y en consecuen cia el hombre esté abandonado, porque no en. Cuentra ni en s{ ni fuera de si una posibilidad de aferrarse. No encuentra ante todo excusas, Si en efecto Ia existencia precede a la esencia, no 3¢ odré jamés explicar por referencia a una nati taleza humana dada y fija; dicho de otro modo, no hay determinismo, el hombre es ; eT hon Si, por ota BL hombre ‘Dios no exis ‘ 2 EET” parte, Dios no existe, ao encoa: ‘tramos frente a nosotros valores . u érdenes que legitimen nues. tra conducta, Ast, no tenemos ni detris ni delante de nosotros, en el dominio luminoso de lor va- lores, justificaciones o excusas. Estamos solos, sin excuse. Hs lo que expresare cents ke ‘bre esti condenado ser libre. Condensderoer, ue no se ha creado as mismo, y sin emberge, Por otro lado, libre, porque una vez attojado all mundo es responsable de todo lo que ‘hace, o ab ci mam ae (yt EL existencialista no crée en el poder de la pa- sién, No pensaré nunca que una bella pasion es un torrente devastador que conduce fatalmen- te al hombre « ciertos actos y que por consecuen- cia es una excuse; piensa que el hombre es res- ponsable de su pasidn. El existencialista rampo- 0 pensaré que el hombre puede encontrar so- corro en un signo dado sobre la tierra que lo oriente; porque sions 21 piensa que el hombre descifrs rate, por si mismo el signo como pre- > fiere. Piensa, pues, que el hoo , sin ningtin apoyo ni socorro, esté condenado a cada instante a inventar al hombre. Ponge ha dicho, en un articulo muy hermoso: “el hom bre es el porvenir del hombre”. Es perfectamente exacto, Sélo que si se entiende por esto que ese porvenir esté inscrito en el cielo, que Dios lo ve, entonces es falso, pues ya no serfa ni siquiera un porvenir. Si se eatiende que, sea cual fuere el hombre que aparece, hay un porvenir por hacer, ‘ua porvenir virgen’ que Io espera, entonces es exacto, En tal caso estd uno des- amparado. Para dar un ejemplo que permita ‘mejor Jo que es el desamparo, citaré el caso.de uno de mis alumnos que me vino a yer cn as siguientes circunstancias; su padre se habia peleado con la madre y tendia’al colaboracionis- ‘mo; su hermano mayor habfa sido muerto en la ofensiva alemana de 1940 y este joven con senti- mientos un poco primitivos pero generosos, quic- ria lo, Su madre vivia sola con él, muy afligida por la semitraicién del padre y por la al BI denuapero. Un ejemplo. muerte del hijo mayor, y su tinico, consuelo era’ 41, Este joven tenia, en ee momento, Ia. elec- cién;de partir para Inglaterra y entrar en as mas francesas libres —es decir, abandonar 275 yao bien de pemancst al lado de su y ayudasla a vivir. ‘cuenta per- fectamente de que esta mujer s6lo vivia pars él Y que Su desaparicién —y tal vez su'muerte— Ia Ihundirfa en-la desesperacién, También se daba cuenta de que en el fondo, concretamente, cada acto que Ilevaba a cabo'con respecto a su madre tenia otro correspondiente en el sentido de que Ja ayudaba a vivir, mientras que cada acto que Ilevaba a cabo para partir y combatir era tn acto ambiguo que podia perderse en la arena, sin ser- vvir para nada: por ejemplo, al partic para Ingla- _ terra, podia permanecer indefinidamente, al pasar por Espafia, en un campo espafiol; podia Hegar a Inglaterra o a Argelia y ser puesto en un es critorio para redactar documentos. En consecuen- tia, se encontraba frente a dos tipos de accién muy diferentes: una concreta, inmediata, peto que se dirigia a un solo individuo; y otra que se dirigia a un conjunto iffinitamente mis vasto, a una colectividad nacional, pero que era por es0 mismo ambigua, y que podia ser interrumpida ‘en el camino. Al mismo tiempo Yas die mors dudaba entre dos tipos de moral. ke Por tna parte una moral de sim. patia, de devocién personal; y por otra, una moral més amplia, pero de efica- cia més’discutible. Habia que élegir entre las dos. 2Quién podia ayudarlo a elegic? ¢La doc- trina cristiana? No, la doctrina eristiana dice: a2 sed caritativo, amad a vuestro projimo, sactil e208 por los demés, elegid el camino més ¢s- trecho, etc., etc. Pero deuil es el camino mis esteecho? ZA quién hay que amar como 4 un hermano? ZAI soldado o a la madre? tCual es Ia utilidad mayor: Ia utilidad vaga de combatir ‘en un conjunto, o Ia utilidad precisade ayudar aun ser vivir? ¢Quién puede decidir a:prio- ri? Nadie, Ninguna moral insctita puede decig- Jo, La moral kafitiana dice: no tratéis jamés/a Tos demés como medios, sino como fines. Mj bien: si vivo ‘al lado de mi madre a como-fin,.y nd como medio, pero este hecho me pone ein peligro de tratar como medios a los que combaten ea toro de mi; y tec{procamen- te, si me uno a los que combaten, los trataré come fin, y este hecho me pone en peligro de tzatar a mi madre como medio. Valor y se "Si los valores son vagos, y 5 ‘init son siempre demasiado vastos ppara el caso preciso y concreto ‘que consideramos, s6lo nos queda fiarnos de ‘nuestros instintos. Es lo que ha tratado de hacer este joven; y.cuando lo vi, decia: én el fondo, To que importa es el sentimiento; deberia elegir Jo que me empuja verdaderamente en cierta di- reccién, Si siento que amo a mi madre lo bastante para sacrificarle el resto —mi deseo de venganza, mi deseo de accién, mi deseo de aventura—, me quedo a lado de ella. Si, al contrario, siento que mi amor por mi madre no es suficiente, parto. Pero zcémo determinar el valor de un sentimien- 4B to? eQué es lo que constimia ef valor de’ su sentimiento hacia Ia madre? Precisamente el hhecho de que se quedaba por ella. Puedo decir: quiero lo bastante 2 tal amigo’ para saérificarle tal suma de dinero; no puedo decielo si no lo he hecho. Puedo decir: quiero Jo bastante a mi madre para quedarme junto a ella, si me he que- dado junto a ella. No puede determinar el valor de este afecto si no he/hecho precisamente un acto que Jo ratifica y lo define. Ahora bien, como exijo a este afecto justificar mi acto, me encuentro encerrado en circalo Bi semimiento — Vicioao, — Por otra parte, Gide he dicho muy bien que un sentimiento que se representa y un seati- miento que se vive son dos ‘cosas casi indiscernibles: decir que amo a mi madre quedndome junto a ella 0 representar tuna Comedia que haré que yo permanezca con ‘mi madre, es casi Ia misma cosa. Dicho en otra forma, el sentimiento se construye con actos que ere int ped conan pe nsulea euler cual quiere decir que 10 uedo aE basa ‘af ussar en mi el estado autéatico que ‘me empujaré a actuar, ni pedir a una moral los Conceptos que me permitirin actuar. Por lo menos, dirin ustedes, ha ido a ver a un pro- fesor para pedirle consejo. Pero si ustedes, por ¢jemplo, buscan el consejo de ua sacerdote, han elegido ese sacerdote y saben més 0 menos ya, en el fondo, lo que éI les va a aconsejar, Dicho £ compre. esti en que’ si ustedes sof ctistianos, dirdn: constite @ 2+) sam saberdove, ‘Peto hay sacerdo- ‘tes colabotacionistas, sacerdotes conforinistas, sa- ‘cerdotes de la ‘resistencia. Cul elegic? ¥ si el joven elige un sacerdote de Ia resistencia o un ‘sacerdote colaboracionista ya ha. decidido el. gé- nero de consejo que va a recibir. Ast, al venir me a ver, sabia Ia respuesta que yo le daria y n0 tenia mds que una respuesta que dar: usted es ‘wont EEE cliia, es _decie“invente No bay ‘Niaguaa moral soon. indicar lo que hay que hacer; ‘no-hay signos ene} gmindo. Los catélicos dirén: sf, hay signos. Admitdmoslo: soy ‘yo mismo el que elige el sentido que tienen, He conocido, cuando estaba prisionero, a un hom bre muy notable que era jesuita. Habia entrado en la orden de Ios jesuitas en Ta siguiente for- ma: habia tenido que soportar cierto nimero de fracasos muy duros; de nifio, su padre habia muerto dejindolo en Ia pobreza, y él habia sido becario en una institucién religiosa donde se le hacia sentir continuamente que era aceptado por catidad; Inego fracas6 en cierto niimero de distin. iones honorificas que halagan a los nifios; des- ppués, hacia los dieciocho aos, Uncejemplo fracas en una aventura sent mental; en fin, a los veintidés, cosa muy pueril, pero que fue la gota que hizo desbordar el vaso, fracasé en su preparacién mi- litar. Este joven podia pues considerar que habia 45 fra ti signo, pero, tsigao de qué? Podia refugiarse en la amargura o en la de- sesperaci6n. Pero juzgé, muy habilmente segan 41; que era el signo de que no estaba hecho para - fos triunfos seculares, y que s6lo los triunfos de Ja religién, de la santidad, de la fe, le eran ac: cesibles. Vio entonces en esto la palabra de Dios, Yeentré en las drdenes. ¢Quién no ve que Ia deci sién del sentido del. signo ha sido tomada por 41 s6lo? Se habria podido deducie otta cosa de ‘esta serie de fracasos: por ejemplo, que hubiera sido mejor que fuese earpintero o revolucionario, “eva pues in enters sesponsebilided del desire miento, El desamparo implica que elijamos no. = otros mismos nuestro er. El de- 14 deme samparo va junto con la an iia gustia. En cuanto a la desespe- racién, esta expresiOn tiene un sentido extrema- damente simple. Quiere decir que nos limitare- ‘mos a contar con lo que depeade de nuestra voluntad, 0 con el conjunto de probabilidades que hacen posible nuestra accién. Cuando se quiere alguna cosa; hay siempre elementos’ pro- bables. Puedo contar con la Ile- Im pike, gad de un amigo. El amigo viene en ferrocarril 0 en tran- via: eso supone que el tren llegar a la hora fijada, o que el tranvia ao descarrilari. Estoy en ‘el dominio de las posibilidades; pero no se trata de contar con Ios posibles sino en la medida stricta en que uestra acciéa implica el conjun- to de esos posibles. A partir del momento en que las posibilidades que considero no estén riguro- samente comprometidas por mi accién, tebo de- 4 sinteresarme, porque ‘ningén Dios, ningin de- signio puede adaptar el mundo Deepenciin —_y. sus posibles a mi voluntad. y sed, En el fondo, cuando Descartes decia:."“vencerse més bien a si mismo que.al mundo”, queria leita misma cosa: ohsa-sin-cspesatgs, Los marxistas con quienes me. Usted puede, en su accidn, que estard evidente- ‘mente limitada por su muerte, contar con el apo- yo de otros. Esto significa contar a Ia vez.con lo que los otros hardn en otra parte, en China, en * ‘Rusia, para ayudarlo, y ala vez sobre lo que hari. mis tarde, después de su muerte, para reanudar ta accién y Hevarla hacia su cumplimieato, que serd la reyolucidn, Usted debe tener en cuenta todo e505 si no, no es moral. Respondo en primer Tugar que contaré siempre con los camaradas de jucha cn Ja medida en que esos camaradas estén comprometidos conmigo en una lucha con- ‘ereta y comtn, en la unidad de un partido o de un grupo que yo puedo controlar mis 0 menos, es decir en el cual estoy a titulo de militante y cuyos movimientos conozco a cada instante. En ‘ese momento, contar con la unidad del partido es ‘exactamente como contar con que el tranvia Ile- gari a la hora 0 con que el tren no descarrilari. Pero no puedo contar con hom- No My n® bres que no conozco fundindo- ‘wots Jt me en 1a bondad humana, o en ‘ane, el interés del hombre por el bien de Ia sociedad, dado que el hombre es libre y que no hay ninguna niaturaleza humana en que pueda yo fundarme.‘No sé a que Hegaré a ser de Ja revolucién rusa: puedo admirarle y poneria de ejemplo ea la medida en ‘que hoy ine piuiebe que el proletatiado desempe- fia uun papel en Rusia como.mo.lo desembefia en. ninguna otra nacién: Pero no puedo: afirmar que esto conduciré forzosamente ‘aun triunfo del proletariado; tengo que limitarme 3 Io que ‘veo; no puedo estar seguro de que los camarades de lucha reanudarén mi trabajo después de mi muerte para Ie- Compromise. varlo a un mdximo de perfec- ci6n, puesto que estos hombres son libres y decidirén libremente mafiana sobre Jo que sera el hombre; mafiana, después de mi muerte, algunos hombres pueden decidir estable- cer el fascismo, y los otros pueden ser lo bastante cobardes y desamparados para dejatles hacer; en ese momento, el fascismo seri Ja verdad bu- ‘mana, y tanto peor para nosotros; en realid las cosas seri tales como el hombre haya decidi- do que sean, ¢Quiere decir esto Histwia y se que deba abandonarme al quie- a twmine. —tismo? No, En primer lugar, debo comprometerme; luego, actuar segiin la vieja. fSrmula: “no es necesario tener esperanzas para obrar”. Esto no quiere decir que yo no deba pertenecer 8 un partido, pero si que no tendré ilusién y que haré lo que pueda. Por ejemplo, si me pregunto: llegatd Ja colectivizacién, como tal a realizar- se? No se nada; s6lo sé que haré todo lo que ‘esté en mi poder pata que llegue; fuera de esto 48 ‘0 puedo contar con nada. sxbtwacie EI quietismo es la actitud de Hime se om Ja gente que dice: los demés pe al quis’ pueden hacer lo que yo no pue- ™ do, La doctrina. que yo les pre- . sento es justamente lo opuesto al quietismo, porque declara: s6lo hay realidad en Ia accién; y va mas lejos todavia, porque agrega: el hombre no es nada més que su pro- yecto, no existe mas que en In medida en que se realiza, no ¢s por lo tanto més que el conjunto de sus actos, nada més que su vida. De acuerdo con esto, podemos comprender por qué nuestra doctrina horroriza a algunas personas. Porque a menudo no tienen més que una formula de so- portar su miseria, y es pensar asi: las circunstan- pal tico, El Manifiesto comunista es cl lazo entre Ia filosofia de Marx y el comunismo, Sea cual fuere Ja moral que usted tenga, no se siente un lazo ldgico tan estrecho entre esa moral y su filosofia como entre el Manifiésto comunista y Ia Filosofia de Marx, “ Se trata de una moral dela Sarre libertad. $i no hay. contradic- cién entre esta moral y muestra filosofia, rio hay nada: mds que exigir. Los tipos de compromiso son diferentes segiin las épocas. En una. época en que-compro- EL sentido’ meterse era hacer revolucién, {al conpronito habia que escribir el Manifies- cxisensias. 49, En una época como Ia nues- tra, en que hay varios partidos que se proclaman todos revolu- ciénarios, el compromiso no es éntrar en uno de ellos, sino tratar de clatificar los conceptos, para precisar a Ia ver la posicién y tratar de influir a sobre-los diferentes’ partidos revolucionatios. La cuestién que puede plan- Sawite. tearse, a partic de los puntos de vviste que usted acaba de expo- ner, ¢s saber si su doctrina no se va a presentar, ‘en el periodo que viene, como Ia resurreccién del radical-socia- 5 radial lismo. Esto parece r820, pero es as{ como hay que plantear ac- tualmente Ja cuestién. Usted se coloca, Bor otra parte, en toda clase de puntos de vista. Pero si se busca un pun- to de convergencia actual de todos esos. puntos de vista, de estos aspéctos de las ideas existenci listas, tengo la impresién de que le encontrars en de resurreccién del liberalismo; 5 flowofi rata de TesucTar eo CondicTones 63 pletamente particulares, que son las condiciones histéricas actuales, 1o que fue lo esencial-del ra- dicalsocialismo, del liberalismo humanista. Lo que le da su carécter propio es que la crisis so- ial mundial no permite ya el antiguo liberalis- mo: exige,un liberalismo torcu- rado, angustiado. Creo que s¢ sialame ymte- pueden encontrar .a esta apre- una situacién es un conjunto a onstruido, que se revela or to- Ga una serie de determinacio- nes del tipo causal, incluida la causalidad de tos pos exadisdem® 7. aba usted de causalidad Sere de orden estadistico. Esto 20 auiee dere sade, {Quite ws recisarme claramente qué entiende por can- ted Precsatine cctidad? El die en que wn mat- dee ista_-me to haya explicado, cree In cnusalidad maxis fa. Ustedes se pasan el tiempo, cuando se les habla de libertad, jo: perdén, lo que existe es 1a causalidad. a causalidad secreta, que s6lo tiene sentido a7 en Hegel, ustedes-no pueden dar cuetita: ‘Suteiiait on Ia causalidad marxista. ¢Admite usted que haya ‘una esi verdad cientifica? Puede haber dominios que no implican nin- guna especie de verdad. Pero el miundo de los objetos —espero que, de cualquier modo. usted Jo admita— es ef mundo del 2 neti cual se ocupan las ciencias, Aho- * ra bien, es un mundo que paca usted nd tiene mds que una pro- babilidad, y no alcanza la verdad, Luego el nuns do de los objetos, que es el de Ia ciencia, no ad- mite verdad absoluta. Pero alcanza una verdad relativa, Sin embargo tadmititia que esas cien- cias utilizan ta nocién de causalidad? De ninguna manera, Las cien- Somme clas son abstractas, estudian igualmente las variaciones de Factores, abstractos y no la causalidad real, Se ‘trata de factores universales en un plano en el ual las relaciones pueden siempre ser estudia- das. Mientras que en el marxismo se trata del estudio de ua conjunto iinico en el cual se busca tuna causalidad. No ¢s, de ningtin modo, lo mis- ‘mo que una causalidad cientifica. , Usted ha dado un ejemplo te ‘muy ampliamente desarrollado, el del joven que vino a verlo, 4No se hallaba-él en el pla- Neste. no de la libertad? Habla que contestarle. Yo : hubiera tratado de averiguar de Hest qué éra capar, su edad, sus po. sibilidades financieras, y de exa. minar sus relaciones con la madre. Es posible que bubiera dado una opinién probable, pero ciertamente habria tratado de determinar un Punto de vista preciso, que quizas hubiera resul. fado falso en 1a accién, pero seguramente lo ha. bia comprometido a hacer alguna cosa, Si viene a pedir consejo, es Serre que ya ha elegido Ia respuesta. Pricticamente, yo hubiera po. dido muy bien datle un consejo; pero coma él buscaba la libertad, quise dejario decidir, Por otra parte, sabia lo que iba a hacer, y e30 es 10 que hizo. Introduccion : “V° Conceptos manejados en eb = ted ©) Novas mancjadas por Sartre de corios | 3 EL existencialismo es un bumanismo - Discusion

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