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Dahlke, Ruediger, (2006). La enfermedad como símbolo, Lectorum:México.

Erisipela

Plano corporal: piel (frontera, contacto, ternura).

Plano de los síntomas: gangrena superficial sencilla provocada por estreptococos en la piel
y que se propaga a través de los ganglios linfáticos (líneas rojas y sospecha de
intoxicación); disputa agresiva en la propia piel; conflicto sobre las fronteras y el contacto
con el exterior; el cuadro patológico indica el gran peligro al que están expuestas las
fronteras y lo doloroso que es el contacto en el área afectada; líneas de demacración nítidas
entre las áreas sanas y las de lucha; el área de guerra se vuelve muy dolorosa y arrastra a las
células subepiteliales; movilización general de las defensas del cuerpo con temperaturas
superiores a los 40 grados a menudo no puede impedir la progresión de la enfermedad;
amenaza para la vida si la batalla afecta a órganos internos.

Realización: movilizar todas las fuerzas para la disputa y mantenerla en las áreas
exteriores, dejarse estimular y dejar que la irritación vaya por debajo de la piel en lugar de
abrirla a los agentes patógenos; llevar una disputa psíquica y no implicar al cuerpo en una
guerra material.

Resolución: abrir voluntariamente las fronteras exteriores y aceptar las disputas con los
impulsos vitales ajenos en las superficies de contacto; disposición a los conflictos
profundos y a la propia fuerza de integración (psíquica-espiritual) para proteger mejor al
cuerpo en su necesaria integridad.

Relación con los principios elementales: Venus/Saturno/Marte.

[Página: 193]

Erisipela de la cara

(Véase también herpes zóster)

Plano corporal: rostro (tarjeta de visita, individualidad, percepción, fachada).

Plano de los síntomas: conflicto reprimido mucho tiempo que se vuelve perceptible;
explosión de una bomba de tiempo; la enorme resistencia contra un área central de la vida
se refleja en el rostro: «lo lleva escrito en la cara»; desde hace mucho tiempo hay algo por debajo
de la piel o de los nervios; miedo a romper; la santa ira inflamada; estar marcado; floración de una
rosa, autorrealización a un nivel no resuelto; referencia a la vergüenza por el enrojecimiento
(permanente).
Realización: dejar que salgan a la luz las cosas reprimidas; según la zona del rostro afectada,
discutir con las energías femeninas (izquierda) masculinas (derecha) reprimidas; lo que no se ha
dicho hasta entonces, no expresarlo en el rostros sino manifestarlo; dejar que el propio ser
verdadero florezca; aprender a aceptar los deseos y fantasías eróticas.

Resolución: sinceridad y franqueza; dejar florecer el núcleo el propio ser.

Relación con los principios elementales: Venus/Marte.

[Páginas: 193, 194]

Herpes zóster

(Véase también erisipela de la cara)

Plano corporal: vientre (sentimiento, instinto, placer, centro).

Plano de los síntomas: un largo conflicto se descarga de manera agresiva y dolorosa; el paciente
chilla por lo mucho que duele la erupción; chillidos reprimidos desde hace tiempo se descargan;
algo quedó debajo de la piel, llegó a los nervios y ahora emerge aprovechando un período de
debilidad; romper activamente desde dentro la resistencia; la forma de rosa de la erupción indica
que no se ha dejado florecer lo suficiente al propio ser; los impulsos retenidos afloran en la piel;
conflicto (amoroso) no vivido que se manifiesta en el órgano del contacto, la piel; la sensación de
ardor (amor, celos, venganza) se propaga por la piel (cf. el mito de río ardiendo Lethe, el vestido de
ortigas de Medea); el síntoma obliga a la sinceridad: el paciente no tolera ningún contacto, está
hipersensible; a menudo es también una temática de suciedad e impureza (cercanía del amor
ardiente y deseos sucios).

Realización: partida; apertura combativa de las propias fronteras para las energía activas que surge
del interior; dar espacio a las propias fuerzas, aunque sea difícil y doloroso; florecer, ocupar el
propio espacio y expresar algo que no se ha dicho; manifestarse libremente; crear energía a partir de
la sinceridad.

Resolución: liberar fuerzas ocultas; alegrarse de las propias creaciones; adornarse con las propias
flores; disfrutar la sinceridad de las propias fronteras.

Relación con los principios elementales: Venus/Marte.

[Páginas: 236, 237]

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