L,\ ( l( )N I( ) ltll,\(ll( )N I)l'lt. Il UNDO (lON'l l:i\'l l'( )li¡\Nlr.o L-l- NA(lli\I I IN-l'( ) I) Ii l.
I IN-l'( ) I) Ii l.r\S S( X]llll)¡\l )[S INDUS' I R I.\1. l:S
irlcrrtlficrrtl.¡ c()n un par¿(lignti técnico-econ¿)mico, ciue implica un cicrto tipo de
orgitnizitct(in productiva y un tipo cleterminado de innr.¡vaci<jn tecllológica. La llri-
¡¡cll sc ulrica histriricamente cntre las últin'ras décadas del siglo XMII y rnecliad<;s
rlcl siglo XIX, y se caracteriza por el nacimientr¡ del sistema cle fábrica, la mecaniz-n-
ciri¡ rlcl trabajo, cl uso de la energía del vapor y de la energía hidráulica, la utiliza-
ci«'rn cleI carbón como insumo clave y la industria textil y la metalúrgica como
secrores de punta. La segunda revolución industrial tuvo lugar entre las irltimas
décadas del siglo Xrx y Ia Primera Guerra Mundial, y ruvo como rasgos esenciales
el desarrt¡llo de nuevas formas de organización del trabajo y de la producción -el
taylorismo, el fordismo y la producción en serie-, el uso de nuevas fuentes de
energía -la electricidad y el motor a explosión-, la difusión del uso del acero como
insumo clave y el desarrollo de nuevos sectores de punta: la siderurgia, la química
y la industria de bienes de capital y de maquinaria. La tercera revolución indus-
trial, hoy en curso, se inició en la década de 1970, y es la etapa del posfordismo, de
la automarización y de la especialización flexible, del desarrollo de la energía nu-
clear pero también de nuevos sistemas de ahorro de energía en las fuentes tradi-
cionales, de la microelectrónica como factor clave y de la expansión de la informá-
tica, las comunicaciones, la biotecnologíay los nuevos materiales como las áreas
más dinámicas.
Más allá del concepto de revolución tecnológica, lo que le da un sesgo particu-
lar a la primera Revolución Industrial es que fire el proceso a través del cual se dio
el paso de las sociedades agrícolas a las industriales y en el que por Primera vcz. se
difundió el uso de la energía inanimada en rccmplazo de la humana y la anint',rl y lrr
mecanización dcl trabajo (que dieron origen al sistema de fábricl), mientrrts tlue la
segunda y la tercera consdruyen momentos de acelcración de la innovación tlcntrtr
de la economía industrial, aunque la tercera pueda idcntificarse con cl nacirnicntrr
de la socicdad posindustrial.
Desde el punto de vista cronológico, la primera llevolución Industrial (a la quc
de aquí en más denominaremos "Revolución Industrial") se inició en Clran llreta-
ña en la segunda mitad del siglo X\rIII, y de allí se fue difundiendo, con ritmos y
características diversas, primero hacia el continente cüropeo y Estados Unidos, y
más tarde hacia otras naciones.
Como ya hemos señalado, no tuvo lugar en forma abrupta. La mayor parte de
los trabajos recientes insisten en acentuar la complejidad del proceso de industria-
lización, advirtiendo que los cambios se produjeron de manera gradual y con Íher-
tes diferencias regionales. Aun en Gran Bretaña, la primera nación industrial, la
difusión de la industria moderna fue lenta y afectó en forma desigual a las diversas
ramas de la actiüdad manufacturera y a las distintas áreas geográficas.
Pero el hecho de que se haya tratado de un proceso gradual no invalida la
existencia de la Revolución Industrial entendida como el punto de partida para el
nacimiento de un nuevo tipo de sociedad y por 1o tanto como uno de los grandes
hitos en la historia de la humanidad.
2. La "primera Revolución Industrial":
el nacimiento de la industria moderna
A lo largo de la historia se han ido sucediendo diversas lormas de produccií;n
inclustrial, desde la industria artesanal -una ectividad en la que los productores
utilizan herramientas manuales que exigen una alta dosis de habilidad- hasta el
moderno sistema de fábrica, en el que la producción es llevada a cabo por medio
de máquinas impulsadas por energía inanirnada.
a) Las forunas tradicionales de producción industrinl
Desde Enes de la Edad Media se expandió en Europa la industria artesanai
urbana, que funcionaba en pequeños talleres, con una organización jerárquica ba-
sada en el sistema de aprendizaje y fuertemente regulada por los gremios. A partir
del siglo xrn fue desarrollándose paulatinamente una nueva forma de organización
conocida con el nombre de "industria a domicilio", cuya mayor difusión ruvo lu-
gar durante los siglos XVII yx\{I. Era un sistema descentralizado de producción,
en el que los trabajadores realizaban las tareas en sus hogares, con herramientas
que en general cran de su pertenencia. Tlabajaban para un comerciante-empresa-
rio, quien les encargaba los trabajos ). les suministraba la materia prima, y retiraba
lucgo lns piezas elaboradas, que eran vendidas en mercados no locales, ñropeos o
rultra¡narinos. Ll mayor parte de los trabajadores eran campesinos que realiza-
[»rn sus actividrrtlcs industrialcs cn los tiempos muertos que les dejaban las tareas
r¡¡rícolas.
Irsta forma cle organización de la producción presentaba algunas ventaias con
rcspccto a la industria urbana. Se trataba de un sistema muy flexible, en el que la
¡rroducción se regulaba de acuerdo con la demanda y en el que no existía una
obligación por parte del empresario de mantener un vínculo permanente con los
trabajadores. Los costos fijos eran mínimos y los salaiios, más bajos, dado que no
sc aplicaban las regulaciones que establecían los gremios para la industria urbane.
Los trabajadores aceptaban recibir un pago menor porque para ellos se trataba de
una actividad complementaria, pues su ocupación principal era la agriculrura. Ade-
más, a diferencia de la industria urbana, en la manufactura rural trabajaban tam-
bién mujeres y niños, cuyas remuneraciones eran más bajas que las de los hombres
adultos. En las zr,,nas agrícolas menos fértiles la industria a domicilio ofreció la
posibilidad de mejorar los ingresos de los campesinos, puesto que a la producción
de la rierra sumaban las remuneraciones provenientes del trabajo industrial.
El sistema de trabajo a domicilio se extendió fundamentalmente en la industria
textil, aunque también se utilizaba en otras ramas como la industria metalúrgica, la
fabricación de vidrio y la de relojes. Se difundió por las distintas áreas de Europa,
y en algunas regiones siguió teniendo un papel muy relevante hasta fines del siglo
xlx. Ello se debió a que o bien era más ventajoso que el sistema de fábrica o bien se
complementaba con é1. En realidad en diversas ramas de la actividad industrial
sigue utilizándose hoy en día, por ejemplo, en la confección textil de vestimenta o
en Ia industria del calzado.
 l.t\ (IONI"O I{,\1¡\(l l ( )N I)Ir. t- ñ't LINI)O CION-l'li.I'l l)O It,\ N tr.o
A cr»nicnz-r.rs dc l¡ tlécrrtla dc 1970 cl historiador I''ranklin Menrlels (1972) elrr-
ltorti el concepto rle "¡rrotoindtrstrialización" para reférirse a lo qLre consideralra lir
primera fase del des¿rrol]o inrlustrial cle F,uro¡ra, clracterizacll ¡ror la expansión
deIsisterna de trabajo a clomicilio, fase a la cual llamaba tambiér.r "inclustrialización
preinclustrial", para contra¡ronerla a la cle la l{evolución Industrial propian.rcnte
dicha. El conccpto dc protoindustrialización generó extensos debates entre los
historiadores económicos. Mientras que algunos autores aceptan la visión de Men-
dels de la protoindustria comc¡ la primera fáse del proceso de industrialización,
otros sostienen que no se trata de una etapa necesaria sino de una forma de pro-
ducción que coexistió con otras en los siglos anteriores a la Revolución Industrial.
Uno de los puntos más cuestionados es el de esrablecer por qué en algunas regio-
nes la protoindustria condujo al nacimiento de la industria fabril, mientras que en
offas el proceso de industrialización quedó trunco.
Además de la pequeña industria artesanal urbana y de la industria a domicilio,
existió en la Europa moderna un tercer tipo de organización industrial, a la que
suele denominarse "protofábrica" (Pollard, l99l). En ella las actividades se lleva-
ban a cabo en forma centralizada y en unidades de dimensiones mayores, por razo-
nes económicas o técnicas o por la existencia de algún tipo de monopolio o de
iniciativa de parte del Estado. Ejemplos del primer caso son los astilleros o la mi-
nería; del segundo, las manufacruras reales en Francia.
b) La industriafabril
Ccn la Revolución Industrial nació el sistema de fábrica, que se identifica con
la mecanización de la producción (producción con máquinas), el uso de energía
inanimada en reemplazo de la energra humana o animal y la presencia de trabaja-
dores asalariados sometidos a un régimen de estricta disciplina.
No es sencillo encontrar una definición adecuada del término 'rnáquina'. Un
primer paso es diferenciar una máquina de una herramienta. 'llnto una máquinl
como una herramienta permiten economizar trabajo manual, pues potencian la
actividad humana. Sin embargo, uno de los rasgos que distingue Ias herramientas
de las máquinas es que las primeras son instrumentos en manos del trabajador y
requieren una habilidad específica sin la cual no puecle llevarse a cabr.¡ el proccso
de producción. Hay herramientas sencillas, como el martillo, y otras más comple-
jas, como el tela¡ y no siempre es fácil trazar la línea divisoria entre una herra-
mienta compleja y una máquina sencilla. Pero siempre que se utilizan herramien-
tas, el hombre o la mujer que las maneja emplea sus conocimientos, su firerza y su
habilidad para producir bienes (Mantoux, l9ó2).
En el caso de las máquinas, en cambio, estamos frente a arrelactos que dispo-
nen de mecanismos que reemplazan a la habilidad humana. Las máquinas pueden
ser impulsadas por energía animada (hombres o animales) o inanimada (hidráuli-
ca, círlica, del vapo¡ eléctrica, motores a explosión, atómica).
l)e to<los modos, cl rasgo dominante de la industria ¡nodcrna fue la difusión cle
lrrs rniÍr¡uinas accionrrl'¡s gxrr cncr¡1ía inanirnada -prirncro cnergía hidráulica, más
trrrrlc t:ttcrgí:t tle l vrt¡ror t¡trc olrli¡¡ltrt»n il sustituir lrts frrrrnas tr¡rlicionalcs rle or¡4,.r-
t,lr. NA(lI&llE ll-l'O l)L t-.\S SOCll [ll),\ DIIS INI)LrS'T'RIAL IIS
niztci(¡n del trabajo y dicron nacimiento al sistcnra rle iilrrica, yr qtre el tamlño y
el costo de las rnaquinarias hací¿n im¡rosiblc quc fueran propiedrd de los tmliaja-
dores y utiliz,adas por ellos en sus hogrres. Acletnás, cn el caso cle ser accionadas
por energía hidráulica, rcquerírrn una localizacií¡n cspccífica, junto a un curso de
rgua, y de rnecanismos a través de lr¡s cuales el movimiento fuera trasladado a la
rnáquina.
F-n la sociedad preindustrial el srueso de la energía que se utilizaba provenía de
fi.rentes orgánicas. Era suministrada en su mayor parte por la ñrerza humana o
animal, complementada en algunos casos por la del viento o la del agua y por el
calor proporcionado por la madera. Por ello los niveles de productividad que po-
dían consegrirse eran modestos, a pesar de los avances que se lograron con la
división del trabajo o con la mejora de las herramientas y los artefactos mecánicr.»s
que se utilizaban en la producción.
Una de las innovaciones principales de la Revolución Industrial fue el acceso a
nuevas ñrentes inorgánicas de energía calórica y mecánica, gracias a la paulatina
difusión de la máquina de vapor y del uso del carbón mineral como combustible.
La máquina de vapor, patentacla porJames Watt en 1769, permitió transformar la
energía térmica (calor) en energía cinérica (movimiento y trabajo), y la utilización
del coque (un derivado del carbón de piedra) incrementó sensiblemente la oferta
de energía. La máquina de Watt fue perfeccionada a lo largo del siglo xIX, y ello
permitió que pudiera utilizarse para impulsar medios {e transporte. A partir de la
década de 1820 se construyeron los primeros ferrocarriles v barcos de vapor, que
revolucionaron las comunicaciones.
De todos modos, la difusión del uso de la energía dei vapor fue lenta y amplios
sectores de Ia economía no se vieron afectados por los cambios antes de mediados
del siglo XIX. La energía hidráulica siguió utilizándose durante todo el siglo XIx,
sobre todo en aquellos países o regiones en los que no había carbón o erá muy
escaso y caro, y donde en cambio abundaban los cursos de agua -como Suiza o el
nordeste de Estados Unidos*. Thmbién en este campo la tecnología se fue perfec-
cionando, sobre todo gracias a la invención de la rurbina en Ia década de 1830, que
permitió reemplazar la rueda y aprovechar mucho más eficientemente la fuerza
del ag¡ua.
El uso de fuentes de energía inanimada tuvo como principal consecuencia au-
mentos de la productividad hasta entonces insospechados. Las innovaciones que
se introdujeron desde las últimas décadas del siglo XIx -la electricidad y el motor a
explosión- no hicieron más que reforzar esta tendencia, multiplicando la olerta de
bienes y servicios. La productividad creció no sólo gracias a la utilización de má-
quinas y al uso de nuevas ftrentes de energía; 1o hizo también como producto de las
nuevas formas de organización del trabajo que acompañaron el sistema de fábrica
y del nuevo tipo de empresa que iba surgiendo.
Con la tábrica se produjo en primer lugar una intensificación de la actiüdad labo-
ral. A di[erencia de la industria a domicilio, en la que los trabajadores decidían libre-
mente cuándo y cuánto trabajar, la fábrica eÁga a los obrerr.¡s un horario estricto y
una actividad constante. El trabajo humano debió adaptarse al ritmo impuesto por las
nlír¡uinrrs. Los trallajadorcs tlctricr«»r acosturnl)r¿rsc a una ¡lrccisirin y una asitluitlatl
lx
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L,\ (l( )N Ii( ) li i\ l,\(l I ( )N I)1:1.,\1 LINIX ) C( ) N-l
rlcscgn<rcicl¡s con .rnte riori(larl, y debieron rnodific¡r profinr(liullente sus há[)itos lil-
lx-,r.¡lcs. Antes dcl advcninricntr.¡ dcl sistema de fábrica el trabirj<; cra r)ruy irrcgular y
cn gcneral se combinaban rromentos de trabajo intenso con la ocir>sitlrtl. llastu l¡s
¡rrimeras décadas del siglo XL\ el añ«; lab«rral estaba salpicarlo <lc fiestas y fcrias, quc
eran rigurosamente respetad¿s por los trabajadores.
Un aspecto central de la producción "preindustrial" era t¡uc cl c«rnocinriclrttr
tecnológico tomaba la forma de oficios calificados, y c¡uie ncs poscían cl oflcio corr-
trolaban los procesos de producción. La nueva disciplina no cra fiicilrncntc accl)tx-
da por los trabajadores adultos, acostumbrados a sistcrnas mrís flcxiblcs cn krs t¡uc
el ritmo de trabajo era más relajado. Ello explica en partc r¡uc en Ia l{cv«¡luci«in
Industrial se haya recurrido al empleo de mujeres y niños.
Los nuevos empresarios lucharon por modificar k>s vicjos sistcnras rlc trabrrjo
mediante el control de los obreros, y algunos establccicron una n()nnativx nluy
ríg¡da.La entrada de Ios operarios a la fábrica, sus comiclas, su srli(L¡, tcníln Irrgrrr'
a una hora fija, pautada por el toc¡ue de una campani¡ o rulll sircrtr. I,lll cl irrtcrior',
cada uno tenía un puesto dcterminado y una tarca cstrictilnlcnt.e tlclin¡itrrlir. l)c
bían trabajar regularmente y sin detenersc, bajo la n¡irarla tlcl (::l[)ataz,.
La jornada laboral er,l no sólo muy intcnsil sino tul¡rlritin rrruy cxtcnsa. A co.
mienzos del siglo XlX cn cl promctlio tlc krs cstl¡[rlt:r:irrricrrtos irlt'anzirl¡¿r y solrrc¡xr,
saba las catorce horas di¡rias. [)ara disci¡rlinrtr l¡ lt¡s trrrlrajirtkrrcs los crn¡rrcsrrrios
reiurrían mayoritariamentc a los casti[los y, crr rurrclur rrrc¡ror rrrctlitla,,, 1,,, ¡rr,,
mios a quienes cumplían satis[actoriarncntc con las cxigencirs (l)oll;rrrl, I9ó.5). Los
castigos más difundidos eran cl despido y hs tuult'.ts, r¡trc solírrrr scr nnry clcv:rtlrrs y
no g¡uardaban propÜrción con las faltas.
Una segunda característica de las fábricas, adernás dc [a rlisci¡rlina, fue ln irrtcn,
sificación de la dir,isión del trabajo. Se trata de una innovaci(xr organizativa, t¡trc
no necesariamente estuvr¡ vinculada a la difusión de l;rs rnárlrinas, [)ero quc pe rrni-
tió grandes aumentos de la productividad mediante la reorganización de la activi-
dad laboral.
Enla lnautigación ¡obre la nataraleza y tnusas de la riqueza de las naciones, publica-
da en 1776, Adam Smith (1958 [177ó]) consideró la división dei trabajo como
"causa principal de la expansión de su eficiencia". En su famoso ejemplo sobre una
manufactura de alfileres comparaba la cantidad de piezas que podía confeccionar
por día una empresa que aplicara métodos tradicionalcs y la que podía fabricar
otra que utilizara la división del trabajo. En su cálculo indicaba que empleando
diez obreros una fábrica sin división del trabajo podía producir como máximo
doscientos alfileres por día, mienrras que una que urilizara la di'isión del trabajo
podía llegar a fabricar cuarenta y ocho mil. Smirh señalaba que la mayor producti-
vidad derivaba de tres factores: la mayor destreza de cada obrero en particular, el
ahorro de tiempo que comúnmente se pierde al pasar de una ocupación a otra y la
invención de máquinas que facilitan y abrevian el trabajo, capacitando a un hom-
bre para hacer la lal¡or de muchos.
con la difusión dei sisrema de fál¡rica y el empleo creciente de maquinarias la
división del trabajo se intensificó. La inrroducción de las máquinas ruvo varias
consecuencias. En primer lugar, muchas tareas se simplificaron, dado que fueron
P() Itl\l \- l ( ) LL N'\(ll,\lll:N.l'O I)lr. l-.\S S(XllII)AI)liS INDUS'f Rt¡\t.tiS 7i
reemplazando la habilidacl cle los trabrjrclorcs. Iillo permitiír incrementar la con-
rrataci(in de personal no califlcado que se especializaba en actividades rutinarias,
como el sinrple control dc la máquina. En segundo lugar, nruchas tareas dejaron de
rcquerir nr¡ s<ilo habiliclad sino rarnbién fuerza, lacilitando la contratación de mu-
jcres y niños cuyrs salarios erirn mucho menores y se sometían a la disciplina cor-r
rnás facilidad que los hombres adultos.
Iin rcalidacl la división del trabajo en las lábricas no implicaba necesariamente
la pérclida de la calificación, y en la mayor parre de los sectores de la industria los
trabajadores de ofrcio siguieron teniendo un papel significativo por lo menos hasta
fincs rlel siglo xtx. Siguieron diferenciándose las rareas entre trabajadores califica-
rlos y pcrncs, y las máquinas generaron también un nuevo tipo de obrero especia-
liz.ad,: el de los mecánicos responsables de su mantenimiento y reparación. [,n
prlalrras de Benjamín coriat (1982): "Ni la máquina ni el trabajo de las mujercs y
l,s niñ«.¡s podrán suplirlo todo. Y el oficio sigue siendo un paso obligado para
r¡ruchrs tarcas".
.1. Los primeros procesos históricos de industrialización
I)csrlc cl si¡¡lo xvrrr !,uropa occidental se transformó en la cuna de la indus-
tril rnr<lcrnir. La clitusión dc la Revolución Industrial afectó a las distintas na-
cioncs y rc¡¡ioncs cr¡n ritnros diversos. Los países continentales que primero
trrrrrsitrr.n cl c:rnlint¡ rlc la industrialización fueron Bélgica, Francia, Suiza y
Alcnlirnil. Lrr inrlr¡stril rrlorlerna ftre después extendiéndose hacia los países es-
cr¡nrlinlvos y los 1laíses de l')uropa del sur y del este, incluyendo Rusia. para
llncs tlcl si¡¡lo XIX l,¿ industrialización era un proceso en marcha en la mayor
¡rrrrtc tlcl tcrritr¡rio europeo. Fuera de Europa, el único país que se industrializó
tclnl)rarrlnre ntc firc llstados unidos, donde el proceso se inició ya en las prime-
r:ts tlúcarlrts tlcl siglo Xlx.
t) [,a Reaoht,ciún lntlustriol en Gran Bretaña
Irl cstrr«li. tlc cstc tcrna sucle iniciarse con una pregunta: ¿qué factores explican
r¡uc (iran IJrctlira l.raya sido la "primera nación industrial"? ¿Por qué ella y no
otros países que en el siglo xvIII le disputaban la primacía comercial y económica,
como l'lolanda y lirancia?
L.t l:coNol,ria BRt't'ÁNICA DURA,NTE EL srcI-o x\4rr
Buena parte de las razones que pueden aducirse para explicar las ventajas britá-
nicas eran comunes a varios países europeos. Pero más allá de ello, ciertas condi-
ciones específicas de Gran Bretaña y la combinación de todas ellas dieron como
resultad<¡ la primera Revolución Industrial. Debe destacarse en primer lugar quc
este país contaba con una dotación de factores altamente favorable, y que la Revo-
lución Industrial ruvo lugar en el marco de una expansión secular.
 L.\ ( l( )N I' ( ) R¡ l,\(ll ( )N )f.1.
f ivl LiNll( ) (l( )N't L.II P( )I{,\N I(
I)csdc flnes clcl siglo XVll l'.r pobl:rcirir-l conrenzri e aurnentlr a r¡n ritrno acelera-
clo, nruysuperior rl de k¡s paíscs (lc Iiuropa occiclentrtl: dc mcnos dc scis milltrnes
alreclcdor de 171¡0 pasti a casi nueve rnilltincs cn 1800. Irl crecin.riento clernogrrifico
ruvo com() causa inmediata principal el aumento de la f'ecundidad y, cn menc,r
nredida, ei descenso de la mortaliclad. El incremento de la fccuntlidad fue a su ycz
consecuencir del crecirniento de la nupciaiidad y de la reducción de la edad del
matrimr,rnio, lavorecidr¡s por la expansión económica.
Iin los siglos precedentes todo aumento de Ia población generaba a la larga un
aumento de los precios de k¡s alimentos, a medida quc la capacidad productiva rlc
la economía llegaba a sus límites. Cuando el crecimiento dcmográfico su¡rcrrrbr
esa capaciclad, el precio de los alimentos se elevaba. Con ello se ¡¡cncraln uu rlcs-
equilibrio que «lesembocaba en un aumento de la mortalidacl, una rc«lucciírn tlc la
fecundidad y el posterior descenso de la población. Por csta r:rz.ón, los econornis-
tas ingleses que escribieron a fines del siglo XL¡III -como Adam Smith r¡ Rr¡bcrt
Malthus- veían el crecimiento demográfico de fincs dcl siglo xvIII como un pro-
ceso que terminaría en un desastre o en una contracci(in cconómica.
l-stas previsiones no se cumplieron, ya que estaba desapareciendo la corrcll-
ción positiva entre tasa de crecimiento de la población y tasa de cambio de los
precios de los alimentos, gracias al incremento de la producción y de la prodtrcti-
vidad de la agricultura, originada en la introducción de mejoras en las técnicas de
cultivo durante los siglos X\rII y X\|III. El incremento de la producción agrícola
permitió no sólo que la población creciera a un ritrno acelerado sino también t¡ue
una proporción creciente de ella pudiera trabajar en actividades no agrícolas, con
lr.¡ cual se incrementó la oferta de mano de obra para la industria y los servicios.
Diversos autores han sostenido que la Revolución Industrial no hubiera sido
posible sin una precedente "revolución agrícola" (Bairoch, 1979), pero este con-
cepto ha sido muy cuestionado yreemplazado por la expresión "nueva agriculru-
ra" (Mo§r, 1993), que enfatiza la gradualidad de la difusión de las innovaciones.
El proceso se inició en los Países Bajos a fines de la Edad Media y los cambios se
fueron incorporando, lentamente, en Inglaterra y la Europa continental.
La agricultura tradicional tenía una serie de rasgos que dificultaban los incre-
mentos en la procluctividad. El sistema de rotación que se utilizaba desde la Edad
Media dejaba en cada estación un tercio de la tierra en barbecho. Como los rendi-
mientos eran bajos, la cantidad de animales a los que se podía alimentar era redu-
cida, lo cual redundaba a su vez en la escasez de alronos, circunstancia que impedía
un uso más intensivo del suelo. La nueva agriculrura consistió en la combinación
de tres elementos que se reforz-aron muruárnente: la introducción de nuevos culti-
vos, la alimentación de la ganaclcría en establos y la supresión del barbecho.
EI resultado fue que Lrs campesinos pudieron tener más ganado y además me-
jor alimentado, aumentando así el surninistro dc productos animales. De animalcs
mejor alimentados se obtenía más abono, lo que contribuía a aumentar la produc-
ción de cereales. En los sistemas de rotación se altcrnaron lr¡s cereales con nucvos
cultivos de forrajes, muchos cle los cuales servían para fijar el nitrrigcr.ro y para
acabar con los ciclos de plagas y enfermedades de hs plantas. 'Ibdo ello llevó a la
supresión del barbecho, hecho que incrementó la superficie de tierra cultivablc.
) EL NA(llNl ttrN'11 ) I)l:. I-¡\S SO(ll Il)AI)t;.S I NI )[rS' t'R.ti\t.t..S
Ill tles¡rrt>llo tlc estc proccso fuc lento c irregular, :rf'cctancio más a unrs rcgi,r-
nes que:l otras, y aun en las árels nrás atlelantarl.ts su rrdo¡rcitilt por p¡rte dc los
agricultorcs no fire ur-ril'rrrmc. l',lo to<los los suclos crln ílptos para Ios nuev6s c¡1,
tivos, pero la diftrsión de las innor,¿rciones se veír tamlrién trab:rda 1»r Irr falta dc
clpitales, la clispersií;n de las ¡rarccl:rs y la resistenci'r dc los canr¡resinos a las nue-
vas prácticas.
rln el caso inglés, las innovaciones en las técnicas agríc,las ñrer.n acr-rmprña-
das por modificaciones en los sisrcnras rlc propiethrl. A principios del siglo xvltt
a¡rroximadamentc la mitad dc los carn¡rr>s cn produccirin eran explotados con el
sistcma rlc campos abiertos, dc <¡riscn rnedicval. Los cultivos se llevaban a cabr en
franjas rliscontinuas, y los crmpesinos tcnían dcrech«rs de pasrura, de recolecciírn
tlc lcñr y dc c.trz.tr en Ias ticrras c«rmunllcs incultrs.
l,a <lcsr¡lrricirin tlc krs ciml)os ahicrtos sc rlir¡ como consecuencia de las leyes
rlc ccrcarnicnt<>s (Enrhtsure /lrt.r),<1uc hrlrí:rn c.rncnz.rrlr¡ en el siglo K!¡I, pero que
sc rnultiplicaron en l:t sc¡¡urrrla rnit:rrl tlcl xVtll. Iista[tlccían la obligatoriedad de
cercar ticrras, que podírn scr tlc cultivo, dc ¡rastoreo o incultas. Las antiguas par-
celas alargadas, distribuichs cntre las ticrres de cultivo, eran reemplazadas por nuevas
parcclas cn las que los propietarios tcníiln concentrada la supcrficie de tierra qnc
antes tenían repartida.
El resultado de los cercamicnros firc qne,na proporción mqy alta de los pequeños
propietarios se vio obligada a vender sus tierras, que frreron cornpratlas por gran,
des propietarios locales o inversores provenienres de orras áreas. Thmbién se üeron
fuertemente perjudicados los campesinos sin tierras que ocupaban derras comunales,
v en general todos los campesinos que perdieron la posibilidad de utilizar esas tlerras
para el pastoreo. Los campesinos expuisados de sus tierras se transformaron en su
mayoria en jornaleros o arrendatarios con contrxtos de corto plazo.
con los cercamienros se incrementó ia cantidad de tierra cultivada y creció la
producción agraria, pero la concentración de la propiedad generó una mayor des-
igualdad social, a favor de los nuevos propietarios y en tletrimento dc los cam¡resinos.
En forma paralela a los cambios en la agriculnrra, la actividad industrial ruvo en
Gran Bretaña un crecimiento sostenido rr lo largo del siglo XVIII, pero con un
modelo muy irregular tanto en términos regionales como scctoriales. La produc-
ción tenía lugar a través de distintas formas organizativas, coexistiendo la produc-
ción artesanal, el sistema de trabajo a domicilio y la manufacrura centralizada.
Gran parte del avance industrial consistió en la expansión de las industrias artesa-
nales a través del sistema de industria a domicilio.
A lo largo del siglo XWII la conformación de un mercado interno en Gran
Bretaña se vio favorecida por el crecinriento de la población, por la ausencia de
lronteras aclurneras internas y de cargas feudales, y por las dimensiones y la tc,pr-
grafia cle su tcrritorio. ustas condiciones eran complementadas por el sistema de
transportes y comunicaciones. Desde mediados del siglo X\rII se habían desdnad<r
ftrcrtcs inversiones públicasyprivadas a la extensión del sistema fluüal (a través dc
lr construccirin de canales) y a la construcción de nuevos puentes y carreteras. Estc
proceso se aceleró en el siglo siguiente, lo que contribuyó a que los transportes
Fueran relativamente fáciles y baratos.
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¡ L,\ (i()Nl( )RM¡\CI( )N Dlr.I- ñ{ LrNI.)( ) (l( )N'l I,.,\i l)( )ttr\NI,.( )
La pr;blacirin rural estal)á en Gran Ilrct¡ña rriis intc¡lmrl:r :rl nlcrc;rrlr¡ qtrc lr tlcl
continente, v gastaba nttÍs en productos nranufactrrrrrlos. l)crt¡ cl irrcrcrnclttr¡ rlc llr
clcmanda interna se debió sr¡bre todo a las nccesirl:rrlcs y ¡lrLrtns tlc r:onsrrr¡ro rlc
sectores urbanos, en especial las clases mcdias, cstirntrllrrlrrs ¡urr los c:rrulrir¡s crr l:rs
modas y por e[ desarrollo del comercio internacional.
Además del mercado interno, Gran IJretaña c«rnt¡[¡rl corr lu vc:rrtujrr rlc ¡rotlcr
acceder a un amplio mercado externo. Desde cl siglo XVI hrrlríl itlo rlt,srtrrollirntkr
su flota hasta llegar a ser la principal potencia marítinra rrrrrrrrlirll crr e I si¡1lo XVilt.
Poseía importantes teritorios coloniales, sobre todo lus trccc cok»ri:rs rlc Anrtlr'it.rr
del Norte, pero además de ello tenía relaciones comcrcirrlcs, ¡¡ra<:irrs :r ll cxtt.¡rsirirr
de su poderío naval y a su política exterio¡ con las cokrni.¡s t:s¡rlñolus y
lx)rrrrgu(,
sas en América y con otras áreas de ultramar.
Desde el siglo xVI el Estado había sustentado, rne«lilrrtc su ¡rolítit':r cxt(,n()r', l:r
expansión económica y comercial. De su partici¡r¡cirilr crr lrrs ¡¡rrr:rrts ( irnn lllr,trr
ña había obtenido territorios coloniales y traturlos tlc cr¡rncrcio ¡rrcli'rcnr.i:rlt's. l,rrs
actas de navegación del sigo x\¡II, que esta[rlccicrr¡¡r ¡rrivilr:¡¡ios Jr:rr:r los lr;utrs
ingleses en el comercio de ultramar, habítn scrvitlt¡ l)rrr:r J)r( )l(:lf'r r¡ l;r lL rt;r lrr.ir;irr i
ca y para debilitar el poderío navaI holantlós.
Las características de la sociedarl britiírricrr rlcl si11k, \VIll, r¡rt,nr¡s r í¡iirlrr r¡rrt' lu
de la mayoría de los países clcl contincntrl, trrrrrlrrtirr l:rvort,t'ir,ron t,l ¡rrrrt.t.so tlt,
industrialización. Algunds aut()rcs h:rrr rlcsrutr¡rlo t¡rrt,sl rlistrrrllr,í,r ¡r,r.,,,,,,,,^
traordinaria sensibiliclad a las o¡rorttrnirl,rrlcs ¡rct rrniarirrs, ¡rol rrrr:r 1,,¡1rtrrrr,r, i,irr ,lt:
las innovaciones y dc la llúst¡uc<la tlc rir¡rrt'z;r cr¡nrr¡ nrorl, rk, virl;r, l,r rrnslot.r:rt.i:r
inglesa tenía rasgos peculirrcs; cn¡ hulrittrrrl rlrrc krs hijos rrrcrrort,s rlr, l:rs l:rnrili:rs
nobles se dedicaran a activitlltlcs urct'cilntil(!sJ y los rrolrlcs ¡rrr¡rit,lrrrios tk'tit:rrls
eran proclives a las innovaciones cn lrt ¡rrotlut'r'irin rl¡Í('()ll¡ y u irrvr,rtir (,r't otros
negocios. Esta circunstancia contribuírr rt lc¡litirrrur t'l torrrt,r'r'io y Iu lrrisr¡rrt:rlir rlc
ganancias. En general las barrcras a la ¡rlovilirlutl sot'iul crrrrr rrris lr:rj:rs t¡rrc c¡ cl
continente, y la distribución cle la renta, tnris ct¡rritrrlivl, r'rrlrrrrstunt.irr r¡rrt: irrlluía
en las pautas de consumc¡ y creabrr ct¡ntlicioncs firvr¡rrrlrlcs ¡ruru lrr
¡rro,lirt:t:irin rlc
bienes de consumo masivo. Asimistno, fhvorccírr lrr vr,rsirt ilit l:rr I y cl rrrovirnicnte tlc
las personas hacia nucvas ocupaci«rncs.
EL pRocESo DE CAMBI() I-ECN()r.()(;t(t()
Desde el punto de vista tecnológico, lir l{cvoltrt'irin lrrtltrstrial r:orrsistiri e n una
fuerte aceleración del proceso de innovaci<in qrrc sr, lrrrlríl inir:irrlo cn [,,trro¡rr des-
de la Edad Media. Se coml¡inaron dos factorcs: k¡s invcntr»s y lrr irriciltiva dc los
empresarios para adoptarlos. En la Gran llretaira tlcl siglo XVIf I lrr activitl¡rl invcn-
tiva se desarrolló mucho más que en cualquicra tlc los
¡lríscs rlcl conrincntc curo-
peo' En ella se patentaron la mayor parte de las rnát¡uinas r¡trc rcvolucionirron la
industria y más tarde los transportes, y la historia rle la l{cvr¡lr¡cirin Industrial es en
parte la de los hombres responsables de esos inventos.
No hubo en esta época una conexión estrecha cntre desarrr-¡lkr científico y cle-
sarrollo tecnológico, y gran parte de los inventos firerr¡n llevados a cabo por arte-
lrl. N.\(.1,\l l lrN't O I )li l-¡\S SO(ll trl)¡\ l)l:S INI)Lr.S'l'ltl,\l.lls
s'¿nos habilidc)soso por tócnic«¡s sin lrrrnracirir-r cienúfica r.¡ ¡-rniversitaria. Dr¡s sec-
tores experimentaron los primcros camlrios revoluci«rnarios en la tecnología y la
orgtniz ción ecr.¡nómica: la inclustria del algodón y la del hierrr¡. L¿ primera pas<i,
cn pocas décadas, de tener un papel insignificante a ser la principal actividad ma-
nufacturera, y fue el primer sector que utilizó máquinas en gran escala.
Cr;m<; afirma Landes (1979), para que tuviera lugar la Revolución.Industrial
tlclrían conjugarse diversos factores. Por un lado, eran necesarias máquinas que no
s<'rlo sustituyeran el trabaio manual sino que impusieran la concentración de Ia
lrroduccicin cn las fábricas. Por el otro, era necesaria una gran industria que pro-
tlujese una rnercancía sujeta a una demanda amplia y elástica, en la cual la mecani-
zrrcitin tlc cualquieri de sus procesos de manufactura creara fuertes tensiones en
Ios otros y en Ia que cl efecto de las mejoras introducidas repercutiese en toda la
cco¡lor¡líit.
Iistts circunstancias se dieron en la industria del algodón, que presentaba una
scrir: rlc vcntrias con respecto a la de la lana: se prestaba mejor a la mecanización -
l)or su t¡layor resistcncia-, tenía un mercado de consumo más amplio, y la elastir:r-
tl¡rl tlc la r¡fcrta t.lc matcria prima era mayor.
[,«rs inventos dieron lugar a una secuencia de desafíos y respuestas en la que la
acelcracií¡n de una fase del proceso de industrialización llevaba a la necesidarl rle
innovrr en las otras fases. El usr¡ de la lanzadera volante en los telares desclc h
clécada de l7l0 incrementó la productividad de la industria del tejido y gerrcr<i un
fuerte aumento de la demanda de hilados. La respuesta fue la invencirin rlc krs
primeros modelos de hiladoras mecánicas, entre los que se destacó la jcnny, ¡lrrrcn-
tada en 1770. Se difundió rápidamente porque, entre otras cosas, era una nríquinrr
económica y simple, y sus dimensiones reducidas permitían instalarla tanto cn
fábricas como en los domicilios de los trabajadores.
El invento que transformó más radicalmente la industria algodonera fue la hi-
ladora hidráulica, patentada por Richard Arkrwight en 1769. A diferencia de la
jenny, se trataba de una máquina destinada desde el principio a las fábricas; fue
accionada en los primeros dempos por energra hidráulica, y en I 785 se la usó por
primera vez con máquinas a vapor.
Las nuevas máquinas frreron constantemente modificadas y mejoradas, y gra-
cias a la mecanización la producción de hilados creció en forma notal¡le, lo que
llevó a que las importaciones de algodón se mukiplicaran por ocho entre 1780 y
1800. La mecanización del tejido fue más tardía. EI primer telar mecánico fue
inventado en 1787, pero se difundió muy gradualmente, y recién a partir de la
década de 1820 comenzó a urilizarse en gran escala.
El sistema de fábrica no suplantó rápidamente a la industria doméstica, con la
cual convivió por mucho tiempo. En el tejido el aumento de la producción prove-
nía sobre todo del trabajo a domicilio: los trabajadores preferían este sistema a la
fábrica, y los empresarios eran reacios a incrementar su inversión en capital fijo.
La mecanización de la industria algodonera cerncluyó recién hacia 1850.
En los primeros tiempos de la Revolución Industrial el sector metalúrgico tuvo
un crecimiento mucho menor que el del algodón, pero su peso fue decisivo porque
la creciente oferta de metal barato facilitó la mecanización de las otras industrias,
 l.A (:( )Nll( )R¡/I,\(il()N I)1,.1. Il UNI )( ) ( t( )N I I,.,\,1 t,(
la rlihrsirin rlc lrr rnát¡uina ¡ vrlpol'v l:t [¡'iutsfi¡nlracirirr rlc lr¡s rncriios (lc translx)rte.
I)esrle ¡rrincipir.¡s tle l siglr) XVlll fircron intrr¡clr¡ciónrkrsc illllx)rtantcs innr¡ytcioncs
tecl'roltigic:rs en la nretrlurgia tlcl hicrro, quc pernritieron olrtener un ¡rrotlucto
rnás resistelltc y miis barato.'liadici<-ln:rlmcntc l)ar:l la furndición clel hierro sc usa-
ban la nradera y cl carbírn veget:rl, lrasta tlue comcnz.ti a utilizarse con éxito un
nuevo combustible, el c()que, un derivado del carbírn de piedra o hulla.
La utilización del coque fue fundamental para el desarrollo de la industria me-
talúrgica por diversas razones. En primer lugar, porque la disponibilidad de hulla
era mucho mayor que la de madcra, que estab¿ empezando a convertirse en un
recurso escaso y cadlvez más caro. [,n segundo término, el coque genera una
cantidad de energía superior a la del carbón de leña, lo cual facilita el proceso de
fusión del mineral. Por último, la difusión del uso del coque exigió y estimuló el
uso de hornos de fundición c^átvez mayores, lo cual redundó en economías de
escala que permitieron abaratar los costos.
Otras dos innovaciones clave en la metalurgia del hierro, concretadas a fines
del siglo x\rIII, fueron el pudelado (que permitió eliminar las impurezas de car*
bono) y el laminatJo, que hizo posible producir en forma más rápida y en grandes
cantidades, y obtener una serie de fonnas estandarizadas (vigas, barras, rieles)
que se utiliz.aron en la industria, la construcción y eI lransporte. De acuerdo con
los cálculos de Paul Briroch (1997), la producción de hicrro se multiplicó por
cien entre 1760 y 1850. Gracias al abaratamiento dcl prccio, su consumo sc in-
crementé significativamente, destinándose en parte a l;r [al¡ricacirin rlc maquina-
ria a¡1rícola e industrial. Desde las primeras décadas dcl siglo XIX sc fr¡c anr¡rliun
do su uso en la construcción y fue esencial para el desarrollo rlc krs ntrcvos sistr:
mas de transporte.
Las primeras fábricas gue nacieron a fines dcl siglo XVtlt 1t.,rra l:r prorluccirirr «lc
hilado de algoclón utilizaron la encrgía hidráulica, y ésta sigui<i tcnicnd«r Ix)r rnu-
cho tiempo un rol primordial en la producción manufácturera, no sókr en Ingl..rtc-
rra sino en todos los países industrializ.ados.
La otra gran Fuente de energía de la Revr¡lución Industrial fue el vapor, quc
se utilizó tanto para la producción industrial como para impulsar los nuevos
medios de transporte: los ferrocarriies y los barcos. Las primeras máquinas a
vapor comenz-aron a emplearse dcsde principios del siglo XVIII en Ia minería,
para bombear el agua de Ias galerías. La máquina Watt, que perfeccionó las pre-
existentes, ruvo la ventaja de poder utilizarse como Íhente de energía para la
producción manulacturera, y fue adoptada primero en las hilanderías de algo-
dón y más tar(le en otras ramas industriales. Si bien su difusión fire lenta, resultó
uno de los inventos que transformó más profundamente la industria. En primer
lugar, porque permitiri que ésta pudiera desarrollarse en forma creciente en las
ciudades, liberándola de la dependencia con respemo a los cursos de agua; las
modernas ciudades industriales fueron hijas del vapor. Además, a diferencia de la
energía hidráulica, la del vapor no está suieta a variaciones estacionales o climá-
ticas. En segundo lugar, porque al utilizar como coml¡ustible el carbón mineral
se hacía uso de un recurso abundante y barato y se ofrecía la posibilidad de li-
brarse de las fuentes orgánicas de materias primas, que comenzaban a ser esca-
)Iir\Nti( ) il. NA(llNlllr.N l'() I)fr. Lr\S SOClliD;\l)llS INDLJS'['RI/\t.t,:S l.i I
stts,c()lllo cn cl casr¡ rle la rnrTtlcr¡. Las nriiquirr:rs pudicron firncioltlr nrrís r:ípido
v por ttt:ís ticntpo, nrLrltiplicánrkrsc nruchas vcces la cantidatl tle trabrrjo rcrliz¿rla
¡;or crda trabaj,rdor.
I-l carbón ru\¡o una imlx)rtancia decisiva en la Revolucií;n ]ndustrial inglesa,
pucsto que sc lo utilizi-r como cornbustiblc en las rnáquinas clc vapor y como fucntc
de cait-,r y de translrrrmaciones químicas en la industria del hierro. La dotaciírn cle
recursos narurales cum¡rlió un papel rclevante en los primeros tiempos dc la in-
dustrialización, pues Gran lJretaña contaba cr¡n abundantes yacimientos de car-
bón y de hierro que le otorgaron frrertes ventajas compararivas.
Aunque en el largo plazo se trataba de un bien no renovable; los vacimientos
de carbón eran tan ricr¡s en mineral que la demanda resultó pequeña en compa-
ración con las reservas disponibles. Es paradójico que la utilización de un recur,
so no renovable -el carbón de piedra- permitiera a la industria liberarse de los
límites de un recurso renovable -la madera-, aunque por cierto renovable a un
ritmo muy lento.
El impacto del uso del carbón fue muy amplio. Al ser un producto con costos
de transporte elevados, se generó una ñrerre presión para el mejoramiento de las
comunicaciones. La demanda de carbón estuvo en la base de la extensión de la red
de canales desde la dócada de 1760, en la que fue el principal producto rransporra-
do. Más adelante el carbón cumplió un papel decisivo en el desarrollo de nuevos
medi<.¡s de transporte. Los primeros ferrocarriles fueron construidos desde princi-
pios dcl siglo xL\ para acarrear el carbón, y gracias a las mejoras que se introduje-
rr-,n en cllos fue posiblc dcsdc 1810 inaug'urar las primeras líneas ferroviarias para
tríl¡tsl){)t tc tlc c':trg;rs y rlc ¡rasrrjcr.s.
Atlcrr¿is rlc l:rs innr¡vacioncs tecnolírgicas, el proceso de indusrrialización re-
t¡rrcrí:r t:nr¡rrcsir rios rlisprrcstos a adoptarlas r.' a introducir nuevas formas de organi-
z.¡cirrr tlcl trllrujo. I'.n cstc clrn¡ro la Rcvolución Industrial inglesa contó con un
scctor crnl)rcsurinl tlis¡rucsto a nrotr¡riz.ar los cambios y a correr los riesgos que
cllos cottr¡rortltl»trt (rttrrrr¡ttc al¡¡rrros irutores sostienen que esos riesgos no era¡1 tan
altos cr¡rno sucle suponcrsc).
c.rno la mayor partc dc l<.¡s tcmas vinculados a la Revolución Industrial, el de
la acción cmprcsarial también ha sid<¡ protirsarnenre discutido. Algunos historia-
dores ofrecen una visi<in "heroica" de los emprcsarios ingleses de la primera Revo-
lución industrial; otros, en cambio, disienten con ello y les otorgan un papel me-
nos relevante (Payne, 1986).
Los enrpresarios industriales debían hacer frente a problemas de orden estraté-
gico -adoptar nuevos métodos de producción o tle organización, fabricar nuevos
tipos de bienes r¡ penetrar en nuevos mercados- y al mismo riempo resolver prr*
blemas concretos dc gerenciamiento, de gestión cotidiana de las firmas, que en
muchos casos eran completamente nuevos. Con la Rev<¡iución Industrial naciri
también el manogem.enl moderno, fundamentalmente a partir de la difusión del
sistemr de fábrica y de la ampliacirin de la dimensión de las empresas. Más allá de
que el componente empresarial h;rya sido o no una clave del éxito inglés, es ciertcr
que sin cmpresarios tlispuestos a introducir innovaciones el cambio no hubiera
sido posible. La prcgunta sig¡ue siendo si lo hicieron porque eran personalidades
 Li\ (i( ) Nfi'( ) liMACl I( )N DI:.I. I'1 lJ N D( ) C( )Nl |.,\{ P( )R.\ N Ii( )
lrl, N.\(;1,\1 I lrN'l{ ) Dl. I,AS S()(ltt-l)¡\l)l:.S I Nl)US. l liL\ L I:S

firera <le serie o porque Ias condiciones clel contexto eran srrmanlcntc [rvo¡.;rlrlcs, y
por qué cl carnbit-¡ ñre tan significativ(), 2r pesar cle que lls cilrrrs ¡ nivcl lrircir¡nrrl
trl pregunfa no tiene una sola respuesta.
incliquen un crecit¡iento lcr-rto de la industria y rle la econonrírr cn st¡ cr>rr jrrrrto. Lu
Entre los fáctores ambientales que fl«)recieron la innt-¡vacirin se (lcstrca sin rlutll
inrlustrir texril dcl algodón, que fue el sector m:ís clin¿ílnico cn lirs ¡rrirrrclus tkicl.
cl clel bajo costr¡ de las inversiones en los prin.reros tiempos de la l{cvoluciri¡ Intl¡s-
rlas, estalrir concentrada en el condado cle Lancashire.
trial, debido a que las máquinas eran en general sencillas y poco costoslls, ¡ (l¡o sc
Aún a mediarlos del siglo XIX el inlpactr> del nuevo industrialisnr«¡ clr lirrritrrtlo.
pc,dían utilizar edificjos ya.exisrenres para instalar las fábricas, y tanrbién ,r ,¡,," l,r
manc, de obra era barata y las condiciones de contratación muy llcxilrlcs. Al rrrisrrrg
l'olllrtl (1991) propone la imagen de un mar dc sectr¡res preinrlustrirlcs rnasivos,
t¡trc firt tnrlntr un océano en torno a las pequeñas islas de industrializ.acirin. Sr'rlo cn
ticmpo, los beneficios eran muy elevados y permitieron quc Ia airtofinanciacirirr f r¡cru
:rl¡¡rrrras ritt¡rits tlc ln industria textil había una mayoría de trabajadorcs cnr¡rlcarlos
una práctica muy extendida. Más dificil que reunir el capital ncccsario crrr .
¡rrel¡rlr¡: crr liílrricus; cn otros sectores eran sírlo una minoría. En la construcción, en la
mente el reclutamiento,la orgaruzación y el control de l.s tralrajarkrrcs.
Con,la expansión del sistema de fábrica fue surgiendo un nucvo tipo tlc rrrrr¡rr.t, ¡rlorluccirin rlc trruchr¡s bicnes de consumo o en buena parte de las minas y cante-
lrrs torl:¡vír nr¡ h¡bía tcnido lugar una "revolución industrial".
sario, el capitalista industrial. En términos generales, ll rnayorít ,ic l,r, rrr,,,r,,,
empresarios provenía de los sectores mercantiles, incluycntlo c¡ is(¡s rt l6s,,t:,
Ll irrtlustri¡lizlci<in firc nrodific¡nd<¡ profrrndamente la sociedad británica r
tnrvús rlr: un l)l'occso lar¡;o y com¡rlejo, cuyos efectos se hicieron visibles sobre
merciantes-empresarios" de la industria a clomicilio. A r¡rcrlitl¡r t¡rrc l;r irrrltrslri;r lirt,
transformándose en la actirridad clominante dc Ia ccrrnorrrír¡ [r¡.itrí¡rit,:r, lrr lrrrr.¡1rrr, Iorlo it ¡ritrtir tltr rrrctlirttkrs rlcl sigkr XIX. I-as consecuencias de la industrialización
rro Irrcrorr unrforr¡rcs cll t(xlos los scctores sociales. Aunque la economía creció a
sía ind
'st¡ial pasó a ocupar un lugar dcstacarlo cn Ia sr»cicrlutl, jrrnto :r l:r lrrrr.¡¡rr,si:r rrrr ritr¡¡o st¡stcrrirkr, la nucva rit¡ucza sc rcpartió cn fbrma muy desigual, sobre todo
comercial y financiera.
hrstrr la «lócrth tlc 1U50.
. En lasprimeras ctapas dcl pr«rceso «le inrlrrstrializ.¡rci<irr t:l rrrrrlt.lo tlt.or.¡1urrrz,u Irn l¡ nrcrlicla cn quc sc vn irnponicndo una visirin más gradualista de la Revolu-
ción era el de la emprcsa pcrsonal, cn ll r¡uc cl
¡rro¡rictrrrio rkrl crr¡rir:rl .,¡",.i,, t,,,,r,, cit'¡n ln<lustrial, la ruptur'r con las vicjas formas de organización del tralrajo y en
las ñ¡nciones emprcsarialcs c,rrlr¡ Irrs gcrcnt:irrli:s. i,rr.,,r,¡rra.,,r.'.,',, ,,.,,,y,,rit,,rr,r
gcncral con las fr¡rmas de üda tradicionales es percibida como menos violenta y
mente i¡dividualcs o cotnl)ucstits por utr rrrirrrcrr¡ rc'<lru irÍo tlc socros, t¡ric sc rlivi-
dían las tareas. Aunquc existí¡n rtl¡4un:ts cnll)r(:sls rlc gnrntlt:s rlirrrc¡sírmcs menos costosa para l<-,s protagonistrs.
-sr¡lrre I{echa esta aclaración, es evidente que la industrialización fue introducicn<l<r
todo en la minería y la rnctalrrrgia , ll rrnyor
¡rr.t. ii. lils flrrnrrs cra tle talnañ6 profundas modificaciones en las condiciones de trabajo. En prirner lugaq cl sistc-
reducido, yno existían ret¡uisitos tlc csc:rlr, solrrc torl<¡ cu cl scctor tcxtil, que
ñre el ma de fábrica conllevó un nuevo tipo de disciplina y largas jornadas rle lalxrr corr
sector de punta durantc tlócatlas. I,)rr gcrrcral l«r quc tlifi:rcncial¡a las g.rrd.r.*-
presas de las pequeñas y nrcdirnrrs nr¡ c.a cl ti¡ro dc máquinas qre uJaban bajos salarios y gran inestabilidad. Implicó también, en segundo lugar, canrbios
sino la muy grandes en el trabajo femenino e infantil. todo ello con altísimos cosrc¡s socia-
cantidad, y una gran cnll)resit cr:l ulla yuxtaposición d" .irrp."rN pequeñas.
les. Al mismo tiempo, el debilitamiento de los antiguos mecanismos dc proteccirin

EL II4pACTo DU r.A TNDUS't'RtALrzACróN social redundó en un empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores
más vulnerables.

La Revolución Incl,strial británic¿ no frre un proceso unitario e ininterrumpi_ Con el desarrollo urbano y la expansión de los servicios privados y públicos fue
do, y afectó en forrna dcsigual a las diversas ramas de la indusuia y a creciendo también la clase media urbana, otro de los sectores característicos de los
las disuntas nuevos tiempos. La difusión del uso de la energía del vapor hiz-o posible la locali-
regiones. Los sectores industriaIes evolucionaron a ritrnos diversos, ysólo
algunas zación de las actividades industriales en las ciudades y la creciente concentración
á.reas geográficas sufiieron el impacto de los cambios. Tiadicionalmente
la acuvi- de la población en los centros urbanos. Este proceso ruvo lugar a lo largo del siglo
dad manufacturera había estado concentrada en algunas regiones, principalmente
en Íi-rnción de la lc¡calización de los recursos naturiles. Las'industrias -XIx, pero en forma más acentuada en la segunda mitad. Hacia 1850 menos del 12
re rrbi.rbrn por ciento de los trabajadores estaba empleado en fábricas, y todavía en 1871 el
preferentemente cerca de los yacimientos de carbón o de minerales
o bien junto a tamaño promedio de los establecimientos industriales era de menos de veinte per-
los cursos de agua.
sonas empleadas. Las actividades artesanales y los trabajos no mecanizados eran
Además de los recursos narurales, otro factor de localización era la oferta
de los más numerosos.
mano de obra, sobre todo la de trabajadores calificados. Algunas regiones
se fue- La proporción de población empleada en la agriculrura fue descendiendo des-
ron especializando en la producción de determinados bieies de aJuerdo con
la de principios del siglo xlx, pasando del 35,9 por ciento en 1800 al 2 1,7 en 185 I y
presencia de traba jadores de o6cio, como los fabricantes de clavos
de las Midlands
o los trabajadores del metal de Sheffield. a aproximadamente el 8 por ciento en I 901 . La población rural excedente emigró

l-Ina vez comenza.dal¡ Revolución Industrial la diferenciación regional hacia las ciudades o hacia destinos transoceánicos. En el censo que se realizó en
se man_
ruvo, aunque no necesariamente en las mismas áreas. Ello explica 1851 en Gran Bretaña la población urbana superó a la rural, y a fines del siglo xlx
en gran medida
casi el 80 por ciento de la población vivía en áreas urbanas.
 | .,\ ( l( )N Ii( ) l{.\ L\(;l( )N l)1,:1. Ii LiNt)() CON'nrti p( )ti,(Nti(
La intltrstria ¡rodiflcri cl paisajc urlrrno, a mcrlida c¡ue l:rs [ílrricrs
¿1anr[rrr
tcrrcno. I;.n qencritl l¿s nuevas ciudatles industrillcs se caracte r.izrlr.on poicl tlcte -
rioro de h calidad rlc vidn y dcl rnedi<.r arnbicntc; cl hecho rlc c¡r,c crccieran riípi-
damentc, sin una infiaestmctura adecuada, creó condicir¡ncs r-uuy precrrriirs prr;r
krs rrabajadores, con filerres déficits en c[ campo de la vivicnrh y Je ir sanitlatl. Ilrr
otros centros urbanr.rs, en cambio, la industria se desarrr¡lló err fir¡na nrás
dual, sin que los cosros sociales ñ-reran ran elevados (I{ohen lrcrg y Lccs, I 99l).
Junto con las fábricas naciír también un nucvo tipn clc trabapdor, cl «rlrrcr6
industrial, cuyas condiciones de trabajo eran muy dit'erentcs clc las cle k¡s oficios
manuales tradicionales. El moderno obrcrr¡ industrial se caracteriza por nr> ser
propietario de los medios de producción -las tál¡ricas y las máquinas, que pertene-
cen a los capitalistas- y por vender su firerza de trabajo en el mercaclo a cambio cle
un salario. Desarrolla su actividad en las fábricas, trabajando con máquinas y so-
metido a una estricta disciplina.
Así como la difusión del sistema de fábrica fue gradual, también lo fue la for-
mación de la nueva clase obrera. Todavía en 1830 el obrero industrial característi-
co no trabajaba en una fábrica sino en un pequeño taller o en su propia casa (como
artesano o uabajador manual) o, como peón, en empleos más o menos evenruales
('lhompson, 1989). De todos modos, durante.la primera mitad clel siglo XIX los
empleos tradicionales esruvieron permanentemente amenazadrrs poria innova-
ción tecnológicai, la competencia trabajo no calificado, circunstancia que ge-
-del
neró_ [a radicalización política dc ariesanos y traba jadores a domicili<_r y rnou'i-ien-
tos de resistencia contra las nuevas formas de producción
b) La industrialización en la Ertropa clnt¡nental
A comienzos del siglo xx Europa no era un continente estancado o inerte sino
un área conflormada por muchas ecr.¡nomías diversificadas y contrastantes entre
sí,
que se encontraba en un proceso de desarrr¡llo y de cambio, del que la Revolución
francesa fue sólo uno de los ejemplos más sol¡resarientes (pollará, l99l).
La ecoNo¡¿fu EURopEA EN üspER¡S r)r1 r_A rNDUS rRIAT,IZACIóN
La Europa noroccidental, Que frre [a prirnera en inclustrializarse, era aquella
que más se asemejaba a Gran Breraña, e incluía a las acnralcs I lolanda, Béigica,
Francia y Alemania. Los territorios que se encontraban hacia cl nur,", .l este
y el
sur formaban círculos concéntricos cuyo grado de atraso ec.nrimico era mayor
c¡anto más se alejaran del centro. Dentro de cada país existían, arlcmás, diversida_
des regionales.
La agriculrura había sufrido a lo largo del siglo XVIII una serie de transfbrma_
ciones que halrían acenruado las diferencias entie las distintas regiones.
Las áreas
más modernas.eran -después de Holanda- Bérgica, Francia y la"zona
occidental
del territorio alemán. En estas regiones se habían incorporado las innovaciones
y de la industria moderna.
se había difundido la economía de mercado. En Europa oriental,
en cambio, se-
) I1t. Nt(l l.\4 lF.N-l'( ) I)F. L,\S SO(lll]lt),\l)I'lS l Nl ) LiS'l'lil,\l-las N;
quírln \¡ilJentcs los rntigrros rréto(l()s tle prorlucci<irl v las rcl'¡ci<.¡nes soci'¡lcs (lc
c¡r:íctcr [ctrtl;ti.
[,a prorllrccirin industrial sc llcvalra a crbo segirrr los nrétt¡dr,¡s tradicionales: la
ind¡stri¡ artcs¿rnal url)nna, la industria rural a dornicilio y la manufactura centrali-
zíl(|fl. [,] lltrr«rpa c«¡ntincntal contaba con una fr.rerte tradición protoindustrial, y a
lo largo dcl siglo XVf II había hrbido un frrcrte desarrollo de la industria a domicili<r
¡¡ra-
y dc hs "protofiÍbricts". lll dcsarrr¡llo de las industrias se había visto favorecidt¡
(lc ll clcmar.rda, l..r expansión del comercio y el avance de la
iror cl incrcnrcnro
ur[ranizncirin. La tlcmancla intcrir¡r fire cl sector más significativo del mercado para
Ios ¡rroductos rnanufÍlctur'¡(los y sc vio estirnnlada por el incremento de la propen-
sií¡n a consunrir, cn particular por Partc de las clases medias urbanas.
El intercarnbio cor¡-rerci¡l c<¡n cl rnundr¡ extraeuropeo creció rápidamente a
partir del siglo XVII, provcycnclo materias primas y en mucho menor medida mer-
cados de consumo.
Desde mediados clel siglo XVIII la población de Europa continental comenzó a
crecer a una tasa mayor que en cuaiquier período precedente, sin que ello fuviera
necesariamente que ver con transformaciones económicas, pues el crecimiento
fue común a todas las regiiones. Entre 1750 y 1780 la tasa de incremento demográ-
fic<¡ osciló entre un 30 y un 50 por ciento, y respondió a una multiplicidad de
causas, que variaron según las regiones y para cuya explicación se maneian distin-
tas hipótesis (Pollard, 1991).
Por su parte, la Revolución francesa y las conquistas napoleónicas contribuye-
ron a la creación de condiciones instirucionales favorables a la industrialización.
Al¡olieron los últimos residuos del orden feudal e impusieron un sistema jurídico
que garantizó las libertades individuales y la propiedad privada. Fueron suprimi-
áas las corporaciones e instiruida la libertad económica, y la nueva legislación fue
recopilada en el código civil y el código de comercio, que ñreron adoptados por la
mayor parte de los Estados euroPeos.
LoS PROCESOS DE, INDUSTRI,\LIZACIÓN
Gran Bretaña se consdnryó en el ejemplo que los nuevos países industriales
debieron reproducir. El proceso de innovación tecnológica había otorgado fuertes
ventaias a su economía, y su industria era mucho más competiriva que la de lá
Europa continental. Las nuevas naciones industriales absorbieron e imitaron, di-
recta o indirectamente, la tecnología que fue usada por primera vez en las Islas
Británicas, pero al mismo tiempo cada proceso de industrialización ruvo rasgos
propios.
La mayor parte de los historiadores coincide hoy en que no existió un camino
único hacia la industrialización sino una multiplicidad de modelos, sin que necesa-
riamente uno {l inglés- fuera superior a los otros. En cada caso las tradiciones
preindustriales, la dotación de recursos, las características del mercado, el papel
del Estado y muchos otros lactores otorgaron singularidad al proceso de difusión
 t.1\ c( )NI( )Rll.\(it( )N I)F.t. ,\1L¡NI)( ) Ct lx.l.t,:,,rtl,r¡l<,,rxlir I )(llIl),\l)|.S
l:1. N,\( llNl l |.N'l O I )lr l.r\S S( l Nl )tlS.l l{li\l.l',S

I-.\ Ir\,IPOII.I;\NCI,\ DI!I, T{OI)F,I-O,INC;LTlS

¡s¡¡rir rlirt:c tirrrc¡rtc lr firncirin tle invcrsor v ctttprcsrtrio (Srr¡r¡rlc, t'rr ( )i¡tollrr, t'r1.,
()7() . | 9fir
| ).
Lls transfr-rrnlacirines que ruvier<-rn lugar cn Gran l]ret¿ñ¡ c¡rnbiar.on lrl
sitrrrr
cirin de los países c<;ntinentales, que debieron hacer frente a la conr¡rotcrrci:r
rlt: l.s lli\N(,()S Y (lAl'l'l)\l.l'ls /
productos in¡Jleses (rnucho más baratos) trnto en sus mercacl.s
intcrn,,. c()rlo.,
los nlerca-dt¡s de exportaci«in. Al mismo tiempo, al cr-¡ntar
con un antccc(lcrlt.. (.orr() IJrrt¡ tk: los rcquisitos rlc los ¡rrocesos clc indLrstrializitcirin crs lir rlisporrilrilirlrrrl
el de Inglaterra, la Eur.pa continentar prrclo ap.c,uechar ro quc
A. ocrst.rr«,rrkr,,rr ,lc crr¡ritrrlr,s 1r:rrir Iir invcrsir'rn. I,lstos pueclcn procedcr tlc tlistintas litt:rttt:s: rlt' rtcli
(19ó8) denominó las aentnjas der atraso, al poder imirar
rrl .¡",,,,¡,r,, y, ,,*ir,.,.,,., virlir,krs rrt, irrtlrrstrii¡lcs (corno la agriculrura o el comercit>), tlc los lrcrrclic'ios olrtc
tecnología e incorporando.".uro* humanos y..1rir.r"..
!!-pilndo [,Í ¡,r,,,,..s,, ,r., rrirkrs cn ll inrlrrstria (rt:invcrsirin <le utilidadcs) o bien del sistcma financicro. I I:rs-
difusión continuó después dentro de Europa, y los paíscs ,lc ln,lustrirliz:rt.irirr
rrrris rrr l:rs ¡rrirrrclus tlór'rrrlas rlcl siglo XIX el crédito bancarir¡ en el contincntc curo[)c()
temprana sirvieron de cenüo de irradiación de lai inn,¡u,rci.rrcs
lur.irr lus rr¡.t,:rs clil lx)cr) irrlt:t'urrtk» r lls ncccsirl¿tlcs dc la industria, pues los bancos c¡frecían crédi-
menos desarrolladas.
Ios rlc t rrrit¡ ¡rl:rzo, rrriís u¡rro¡ria<los para el comercio o la agriculrura.
A comienzos del siglo xtX la brecha tecnorógica entrc ( rr:rn
Br.t,turirr y r,,rrr.,¡r:r A r¡rcrlrrlrr r¡trc itvrtttzti cl ¡rroccso dc inclustrialización, surgieron nuevas formas
noroccidental no era demasiado grande, y.n urii,r, .trrs
¡níscs rt,t¡rrisitris t,t.,rrri rh t r.titlito qrrc rcs¡xrnrlir:rr¡n A los crccicntcs requerimientos de capitales, no sólo
micos y sociales para la industrializaci«in cstrl»ur yrl
adopción de.los nuevos métoclos cle
l)rcscntcs. A ¡,i,s,rr r¡, t,ll,r, lrr ¡r:rrr lrr irrrlLrstriu srrro t:rnrlrién ¡r'lrl lt constnrcción de los f'errocarriles. Una de las
¡rrorltrccirin rlclri,i clrli.crt,r, ,li'r,,rr,,,,lrstrir., rrovctlutlt:s nriis irrr¡r«rrttntcs <lcl sigl«r XIX frre el nacimiento de los bancos especia-
los. Entre ellos, las restricci,nes impucstrrs
¡rrrr cr gr»rricrrr,, i,,¡1r"s,,¡,,,. j,,.,,t,ir,,,,,, lizrrtLrs cn lt lintncilci<irt dc l:r inversi<in inclustrial. El primero ftre creado por el
la exportación<lc maqtri.arias y la e ririgr:rci,i,r ,1,, ,rrt"r,r,r,,s.
l)r.rr¡r¡rs rrr*lrs, t.sr:rs golricrno lrclga cn 1 822, pcr«r otrc¡s birncos del mismo tipo surgieron en Francia y
clisposiciones Íircr.n lltrrlatlrrs cn tirrrrrlr rcit.crirrl¡r rrlurli:rrrrt.cl
r.,rrrrr:rlrurrl, rle lrr:r- cn Alernania a partir de la década de 1850. Además de ofrecer cródito a largo
quinarias, la ernigraci<in clanclcstinit y cl cs¡riorr:rjc irrrlustrirrl,
y r¡rrc¡6s rlc lr¡s.uc- plazo, realizaban otras operaciones que las grandes empresas requerían, como la
vos cmprendinlicntos cn krs prirrrcr,,s
¡r,ríics ilrrlusrri:rlcs ,1"í.,r,rri,.,"nr" .. ¡"u._ capitalización y la emisión de tírulos.
ron a cabo utiliz.ando rniíquinas y rccursos lrtrrrurn«¡s lrrit¿ínicos.
Un tipo muy diftindido a mediados del siglo XD( fueron los bancos de crédito
I)err) la a<lopcitin tle lrt nttcva tcctrologíir rlclrírr str¡rerar
r¡tras cliflcultades, en industrial,enlosquefirepioneroelCréditMobilier,creadoenliranciaen ltl52
particular l,s ¡rr.blcmas tócnic.s,¡r" a.ri.c,rba la utillzación
de la nreua mrqui_ con el propósito explícito de servir a la industria. Estableció filiales en otros países
naria y la f¿rlta dc pcrs.nal ca¡racitad, y c,n experiencia
en ,o.nrr"¡o. E., u.r. y lue imitado en Alemania y en otras naciones europeas. A partir de la décadt tle
primera etapa la capacitaci<i' tuvo rugaren f.r.ma pe.srrnal,
en los p,.aí,o, á",.0- I 870 los bancos de crédito fireron reemplazados por un nuevo tipo de institucitin,
bajt.r, pero más rardc firer.n cre ¡d¿s técnicás en las que se rJ.*r.á.,L..¿_
"Jcueras los bancos de inversión, que se extendieron con rapidez por toda E,uropa.
nicos e ingenieros.
La financiación de la industrialización europea se llevó a cabo también me-
diante la inversión extranjera. Los primeros flujos de capital partieron de Gran
El pnp¡.1- DEr, Es'lAllo
Bretaña y se destinaron a la construcción de ferrocarriles en Francia y en Bélgica.
Más tarde estos países y otros se transfornaron a su vez en exportadores de capita-
Iin la industrialización
de Europa conrinenrar el papel der Estado rire
mucho les hacia otras naciones europeas, financiando no sólo la construcción ferroviaria
más activo que en ()ran Bretaña. AJ analizarlo,
debe tomarse en consideración que sino también las activiclades industriales, sobre todo aquellas con mayores requeri-
las fbrmas de intervenciól fu.".o1-r1 variadas
y no se limitar." J. rri"gú; ;"a" mientos de inversión.
a la protección arancelaria- Los Estaáos tambié.,
esrimularon er crecimiento in-
dustrial, en primer lugar gracias a su capacidad de reestrucrurar
las instituciones c) Los prirueros países industriales. El caso francés
sociales, creand<¡ un ámbito favorable para el desarrollo
d" l, .*pr"r, ,rirr¿, .
travós de la supresión del poder de las insdruciones
celes internos y el mantenimiento.de sistemas
feudales,; ;bi;;":.'r.un_ tsélgrca y Francia fueron, junto a Suiza, los dos primeros países del continente
legales ordenaa"r. n" ,.grrá r, en industrializarse. Comenzaron su proceso de industrialización a ftnes del siglo
ga¡ la puesta cn marcha de servicios permitió la"creación
de economías externas X\,'III y, si bien tienen algunos rasgos comunes, constituyeron dos modelc¡s alterna-
qr'relavorecieron Ia inclustrialización, com'la educación
técnica o los servicios de tivos de desarrollo a io largo del siglo xIX. Mientras que Bélgica siguió un sendero
información oficiales. En tercer luE'ar, tomaron
lar el desarrollo de la empresa priri,ra, a rravés
medidas más ñ;;;;; ;;-, similar al de Gran Bretaña, el caminr.¡ francés a la industrialización ruvo una serie
de subsidios, ,r*., r, it-i"."arlrun, cle rasgos diferenciadores.
garantías a las inversiones y concesión de préstamos
en condiciones favoral¡les. A parrir de las sing¡ularidades del casr-¡ de F'rancia se han discuticlo muchos de
Por último, y ello ocurrió en algunos países .r,n
los ferrocarrirer, .i eririlr"al, los presupuestos en los que se basaban los esrudios sobre los procesos de industril-
 l.i\ (i( )NI;( ) lii lr\(ilON f )t:.t. [,t UN l)( ) (]ON.t-tr.,Vt pOliliN I,.o lil. Ni\CL\lIIiN'l O 1)tr I_AS S()CIl,.t).\I)t._S INI)[rS-t RL\1.t,.S

lización. l)trritnte rlóc:rtl:rs sc ir(lrlriti(i l:r nocirin rlc un "rctraso" trancés la inversirili e n equipos, se clitirndiír nr¡sivanrclrtc cl uso
con rela- «lc lir rnír¡ui¡r ;r v,llx)r y cn
cirin a rtna cct¡nrrntír inrlrrstri¡l (ltrc crlr proclernr(la conro lnr¡rieio (lzr inglesl, general l¿s industrias trtdicjon:rlcs se nrccaniz-aron.
lueg, Al rnisrno ti",n¡r,, r.,ll.rrr.n_
la :rlemana, nrás tartlc la japoncs.). I)cscle lrs años llaron h industria n-retalúrgica yla c¡uímica, y aparecicron inrl.strias
-50 en aciclante esta noción file ntrcvas, co.ro
someticla en form¡ crccicntc run la produccirin de hidrr¡eiectricidad, la construccirin clc atrtonr«iviles
[)rr )ceso tle rcvisirin, y lo que hoy prcdomina es la y la industria
idea de que no existe una ví¿ única hacia r¿ industrializaciárr, qrl de material fbtográfico. En esta etapa sc incremenrí¡ l¡ financiacitin
sería el rn'delo báncaria de las
unir.ersal a in.rita¡ sino múltiples carninos transitaclos por las áir.rr., inversiones industriales y creció e I número de sociedades anrinimas.
ecr¡nomías De este perío_
nacionales y regionales, y que en ese marco el caso frantés consdruve, d<,¡ datan también las asociaciones enrre grandes empresas,
cr.¡mo todos en primer rugar en ia
los otros,_un caso singular, ni superior ni inferior a los de los o,.o, siderurgia y la química, que dieron nacimiento , g.rrrd., g*po,
prír", .u.op.or.
La industrializaciírn liancesa fire una industrialización sin Diversos historiadores han atribuido la lenta difuri¿n áe la irrdusrria "corró.rl.or.
"revolución inclustrial,,, moderna
o al menos sin una etapa de despegue craramenre idendEcabre. en Francia tanto a las características de Ia socieclad [rancesa como
constituyó un proce- a una presunta
so gradual y sin un ritrno uniforme, que se inició en las irlrimas
décadas dál siglo x\{¡,
falta de espíritu innovador por parre de los empresarios.
en el que se alternaron períodos de aceleración y desaceleración Los cuestionadores del "modelo kancés', cnfatizan que los empresarios
del crecimi"enro. fianceses
En términos generales puede hablarse de dos grandes oleadas de adoptaron las innovaciones características de la industria mode.na ,
.
ción en el siglo
industrializa_ un ritmo mucho
II, q"" cojnciden con las eta¡ras ,r. *oyu. expansión d. l^ ..o.,o-
más.lento que los de otros países europeos. Los muestran como empresarios ,,arcai-
mía a lo largo de la centuria. La primera oleatla sc,,bi.. .r,t.. cos", que seguían utilizando los métodos de proclucción tradicionales,
tgl5 y 1860, con como la indus-
una aceleracií¡n enrre 1840 y 1860. Durantc esra primcra etapa tria¿ domicilio, y cuyas empresas eran en su may.ría de dimensiones reducidas.
el ¿.rí.Jt,, a. t,
industria ruvo luga¡ en gran rnedida, dentro de lai fbrn.,*, .1. p.,r.lu..rani.lai"io- Pero en Ia industria francesa de la primera mitad del siglo XrX,
y aun en las
nales' con una mecanización reducida y un alt' cnrprco ,r. ,r.,rnu décadas sucesivas, no siempre la opción más racional era la
riodernizáción tecno_
«rc olrra. Iintre
lfi60 y lti85 el ritmo de crecimie,to de la..u,,,rr,í, firc r¡¡rís lcnt', y cl dc la
lógica..Los métodos de producción tradicionales presentatran una
serie de venta-
industria también, en parte como consecuencia del ag«rtnrnicnt«r jas, y el sistema industrial funcionaba con mínimoi
cle l9s rccrrrsr¡s rlc cosros y menores riesgos. Des-
la primera industrialización. dc esta perspectiva los empresarios pueden ser percibidos .o-o
.r-
. Ult nueva etapa de expansión tuvo lugar destlc mcr[iatlr¡s rle ll rlécarlrr rlc lgl]-5 cionales que se adaptaron a las condiciones del mercado y "*f."3Jo,
obruvier.n venrajas
hasta las vísperas de la Primera Guerra Muncriar, ac.m¡rirria<ra dc Ia c<¡mbinaci<in clc lo vie;'o y lo nuevo.
I)()r ,lla sc¡¡rrnrla
industrialización de carácter más intensivo que ra p.i-er.r,
..r,-, ,,,r, ,r,¡¡rri,rt trifi,_
lr), realidad, el debate sobre er empresariacrci francés forma parte
del debate
sión de las innovaciones características de la indusrria motlerna. rulis arnplio accrca dc ese presunto retraso francés con respecto
n 1,, l..flr,i. t,r,l,, a otros países in_
cl siglo xrx la transformación de la estrucrura económica tlrrstrialcs. (i¡m<¡ scñala cr,uzer (1997),el producto nacional aumentó
cle Francia firc lcnta, y lr áá, l"r,rr_
agriculrura siguió teniendq una_ alla participación en er procructo r)lcrltc (luc cl tlc otros paíscs occidenrales, pero su población también
t.rtrt ,t.t p.ir. creció a una
Asimismo, la tasa de urbanización fue baja y, a criferencia trsa rnenor. Iin consccucncia,.cl.producto per cá¡rita se expandió
de Gran f3rctaña y Are_ a un ritmo que no
mania, siguió siendo un p.aís rural. En l g4ó la población
urbana ..p..r"nt-.1i. ,ólo fic inlcrir¡r al de los paíscs de industrialiiación rnás exiiosa. Ello no debe hacer
el 25 por ciento del toral, conrra un 75 por.iento de pobla.ión .lvirlar, por otra parte' que en.el.sigl_o XIX er ingreso per cápita de ros ingleses
*.r1. n"'lqor era
tgdavía el 59 por ciento de la pobiación üvía en el campá (Fohren, un tercio más elevado que el de los franceses, pero eit, ..o ,-,r, distancila
en cipo,a, ed., ya exis-
1979-1982). tentc en el siglo XVIII.
La expresión "dualismo industrial" es urilizada para caracterizar
el desarrolro
industrial de Francia en er sigro XrX, y refleja l, .o*ile¡rdrd
p.opi" á" t. .rá1".¡0"
de-la industria' que no fuc ni unilineal ni unívoca 4. La industrialización en la segunda mitad del siglo xx
ltayez, i sgs). pr t¿.*i'o t r..
referencia a la coexistencia,_muchas ue..s.o-ple-entaria,
de formas tradicit¡na_
les y formas innovadoras de producción industriar, No resultaría posible explicar el proceso de industrialización en Ia segunda
de la industri,
industria mecanizada. Las esrru*uras protoindustriales
y r, -r".*i mitad del siglo xrx sin destacar el papel decisivr¡ tlesempeñario po. .l
llaron hasta muy avanzado el siglo y acompañaron, ,yardr.án
se proron;r;;';;;.r" t.^r,r[o.t.,
tanto en Ia integración de los mercados como en el incremento i. l, ,le*r.rd,
y a."itlrr.oí, ;i;;.S ,le
miento de la ¡¡ran industria. bienes industriales generada por su construcción.
Las formls modernas de producción industriar continuaron
sicndo excepci,-
nales, localizadas en algunas regiones y algunas ramas
cre actiücrad como er car-
a) La reuolución de los transplrtes y las cotnunicttciones
Don, la srderurgra y. en menor metlida, la industria
metalúrgica, la química v la del
vidrio. Estos sectores eran-a su vez lr¡s que renían t.r,rri, La expresión "revolución de los transportes" se utiliza para hacer referencia
á. .iJ-l.r;r'*¡, al
elevadas. Recién a partir de la década de t ggo la industria conjunto de innovaciones que ruüeron lugar a partir de Ia década de lgl0,
se modernizó: se aceleró desde
 l-i\ ( l()NI;() Ii,\1.\(ll ( )N I)1.t. ñ1 UNlf ( ) (l( )N-I lü1 P( )tiANE(
cl lnomento cn el qLlc conrcnz(i a us:lrse lrr energía clcl vapor pxra accion¡r rnedios
de tr?rnsp()rte por ticrrl y por ¿gua. Lin rcalidad, el proceso cle innovacirin en el
terrcno dc los transportes fue continuo, pues desde fines del siglo XIX comenzflron
a construirse los ¡rrimeros automóviles y Ios medios de transporte accionados por
la electricidad (tranvías, sr,rbterráneos, f-errocarriles), y ya en cl siglo xx se desarro-
j
,á
lló el transporte aéreo.
§
El descenso de los costos de transporte se tradujo en un incremento sostenido
il de la actividad comercial. Con el ferrocarril por primera vez se logró abaratar el
ri
precio de la circulación por tierra, que había sido siempre más elevado que el del
transporte por agua, y a medida que se fueron construyendo las redes ferroviarias
pudieron incorporarse nuevas regiones a los circuitos comerciales, integrándose
mercados regionales y nacionales. Otro elemento central de los ferrocarriles fue
su mpidez, que se frre incrementando a lo largo del siglo y redujo sensiblemente
los tiempos requerid<-,s para el transporte de bienes y de personas.
Pero la rc¡'rcrcusitin del ferrocarril llegó más allá de las comunicaciones, pucsro
que fue también un gran im¡rulsor del desarrollo industrial. Los economistrs rlc-
nomin¿n "esl¿rlronatnientr¡s" a los cf-ectos cxprnsivos quc una tlctcrrninrrll ¡t:tivi-
dad ecr.¡n<imica getrcra sol)rc ()tras: k¡s esl¡lxrnanlicntr¡s h;r<'ia rtriís trrrrrlut.crr r¡
nuevas inversioncs cn rctivirllrrlcs ¡r«rvccrlorns rlc insturros, y los cslrrlrorlulticrrlr¡s
hacia adelante, t itrvcrsiotres (:rl ir('tivr(ll(lcs (luc rrtiliziur srrs ¡rrorlrrt,los (llirst.lr
m:rn, l9tl3).
!)n los prirncros ¡rlíscs irrtltrstrirrles tlc lirrro¡xr y cn l,)starkrs Llnirlos cl li.rr.t¡cir-
rril fue un gran ¡lctrcr:t«lor tlc t:slrtl¡«rtruttic¡ltos h:rc'irr ltnís. Lir rnincríu <lcl c¡rr.lrrirr,
la proclucción rlc hicrrr¡ y :lccr() y l'.r inrlustril nrccrí¡rica constituycron I<¡s scctorcs
más tlirectamente ilt¿ctrt(los, ¡lcro los csl¡lrormulicnt<¡s h:rcia iltriís n() se linritaron a
ellos, e influyeron en tliversls rru¡rrs intlust¡ialcs provcecloras de bienes. El ferro-
carril permitió tarnbién fircrrcs incrcrncnros cn la producción industrial gracias a
la disminucií-¡n cle I<¡s c,st«rs dc tmnsporte y la ampliación de los mercados, y favo-
reció la difusión de la máquin:r a vi[)(rr como consecuencia del abaratamiento del
transporte del carbrin.
Mientras que en (iran Bretaña la Revolución Industrial precedió al ferrocarril,
en Europa noroccidental y en Estados unidos el fer¡ocarril llegó junto con la
industrialización y se convirtiír en una parte integrante de ella. En el resto de Eu-
ropa, en cam[lio, los f-errocarriles llegaron antes de que el proceso de industria]iza-
ción se hubiera iniciado. F.stas diferencias influyeron en el impacto de los ferroca-
rriles sobre el desarrollo industrial, pues mientras en los primeros países industria-
les se generaron rápidamente eslabonamientos hacia atrás, en los de industrializa-
ción tardía el efect. ftre menos significativo, sobre todo porque la construcción de
las redes lerroviarias fue financiada, en la mayoría de los casos, con capitales ex-
tranjeros y porque la importación de material ferroviario a bajos costos obstaculi-
zó el desarrollo de las industrias locales.
Desde el punto de vista de la organización empresarial, los ferrocarriles pue-
den considerarse las primeras elrpresas modernas. En Estados unidos su impor-
tancia, a mediad<¡s dcl siglo XIX, era muy superior a [a de las firmas industriales,
pues movilizaban capitales y recursos humanos en una escala sin precedentes, y su
) I'-1. N,\(ll;\1ll'.N'l O I)l'. 1.1\S SO(lll'-l),\l)llS INI)LrS'l lilr\1.[S
orgrnizacion gcrcncial y burocrítica sirviri tle nlodck¡ plra ll conlorrnacií¡n cle las
g-randcs erlrpresas industri'¿les quc nacieron r tines del siglo (Chandlcr, 1987).
l,n k,s países europeos, a rlif'crencia dc listados Unidos, en Ia construcción y la
gestión de los f'errocarriles hulro tanto participacirin del capital privado comc¡ del
i,staclo, y en algunos de ellos, como l}élgica y Alcrnania, el Estadr-¡ nrvo el papel
rnás significativo. Perr¡ también en Iiuropa las empresas [erroviarias tuvieron grandcs
dimensiones, constituyéndose en las primeras grandes empresas modernas.
Entre 1850 y 1870 se construyeron 75 mil kilómetros de ferrocarriles en Euro-
pa. En la medida en que se fúeron completando las redes nacionales también se fue
integrando un mercadcl continental. Hacia 1880 práclicamente todas las vías fé-
rreas estaban unidas entre sí y la estrucRrra ferroviaria de Europa continental ape-
nas sería rnodificada posteriorrnente. Por lo txnto, es indudable que las grandes
construccioncs ferroviarias fireron cl principal impulso a la expansión de la indus-
tria hastr lrr dér:a<lrr <lc llt70 y sustcntaron cl crecimiento económico del período
1850,ru7J.
Si cl [i:rrr¡r'rrrril li¡c cl ¡rrirncl y nris dinÍnlico de los rnedios de transporte que
rlio irn¡rrrlso u lrr ltcvolr¡ción Inrlrrsrrill, las transfornraciones en cl transporte ma-
rítirrro, t¡trr: lx)r ()tr() lrrrlt» h:rlrín inicildo su desarrollo incluso antes que la loco-
rnotoril, firr,r,»r r:orr lnut'hr¡ l:rs t¡rrc ¡rcrrnitierr¡n la c<¡nformación de un mercado
nrrrrtrliir l.
' l)cstlt: lr «ltt:arlrr rlc ltt"lO htrlr«r ullrr seric de innovaciones técnic'¿s cn l'¡ navc-
grrcirin:r v,r¡l,rr, cntrc lrs qtrc se rlcst¡can el rccmplaz.o dc la rueda por la hélicc, ll
construccitiu tlc cusct¡s tlc rrccr,, t¡ue pcrrniticron la instalaci<in dc nlotorcs rnrís
potentcs y cl aumcnto trnto (lcl tonelaje como de la velocidad- ¡ a fines ilc sigl«»,
la incorporación de la rurbina de vapor. A est¿rs innovaciones técnicas sc sunrri
una importante reducción en los costos de la producción del carbón y dcl accrr>
(con lo cual se abarató consideratrlemente la construcción de navíns) y trn a[ras-
tecimiento eficiente de combustible con barcos carboneros que aprovisionalran
a los principales puertos de esca[a, con lo que se logró una mayor autonr¡mía de
navegación.
Paralelamente a las innovacir¡nes técnicas, crecieron los costos de construcción
de los barcos. El incremento fue de tal magnitud que no pudo ser afrontado por
los tradicionales armadores. l,os capitales ñreron ahora provistos por grupos ban-
carios que sostenían a grandes empresas, con la colaboración en muchos casos del
Irstado. Esta última presencia que respaldó a las modernas empresas navieras per-
mitió en ciertos casos el control casi monopólico de las líneas.
Todos estos cambios, como era lógico, llevaron aparejada una sustancial re-
ducción en los costos de los fletes y el consiguiente aumento en el volumen trans-
portado.
Por último, el transporte marítimo debió ser acompañado por el desarrollo de
una importante infraestructura portuaria, que llevó a que las actividades se con-
centraran en unos pocos puertos de grandes magnirudes y con los requerimientos
técnicos necesarios para atender las necesidades de las grandes embarcaciones.
Entre los primeros puertos europeos se contaban los de Londres, Amberes, FIam-
burgo, El Havre, Marsella y Burdeos. Su importrncia dependió en gran medida de
9) I-A CoNI. O Iti,IAC tON DIlL T,I UNDo CON' I'ENl PoITAN I,]0
l'¡ corrccta vinculacrrin con las líne¿s f'errovi¿rias quc los ablstccí¡n v conrplctllran
lsí lr¡s difcrcntes circuitr¡s clc Lrs n'rcrcancías.
Otro dc los clementos centrales cn la revc¡lucirin de las co¡nunicrciones fue el
telégrafcr, que se utilizó por primera vez cn l8]9 y se difundió nrasivarnente a
partir de medi¿dr.¡s cle [a década de 1840. Su usr¡ ñ-re muy importante en c[ c¿mp(.)
militar y en el político, pero también en la coo«linación de k¡s mercados flnancie-
ros y comerciales. A dif'ercncia del ferrocarril, no tenía susdrutos que se cornpara-
ran, y por primera vez permitiír que la información viajarr más rápido quc las
personas.
b) La "segunda reaolución indust,riu.l"
La expresión "segunda rcvolucií-¡n industrial" se utiliz.ri para hirccr re fr:rcnt:iu ll
conjunto de innr-¡vaciones técnicr-¡-industrialcs fundadas cn cl accrr> lrarato, l:r r¡rrí
mica, la electricidad, el petrírlco, cl motor rlc co¡nlrustirin intcrna, lt nucva clnl)rc-
sa moderna y nuevos tipos dc gesrión dcl trabajo y organización industrial, quc
emergen durante el últim<¡ tercio del siglo xx. Se trata ñrndamentalmenre de una
"revolución tecnológica", que se distingue por su capacidad de transformar el apa-
rato o sistema productivo de una economía (industrializada) en su coniunro, y que
como tal tienc una influencia global en la dinámica del crecimiento económico, en
las formas socioinsdrucionales y en el régirnen de acumulaeión del capital.
L¡ lxxovecróN TECNoLocrcA
Como un rasgo singular de la segunda revolución industrial podemos señalar
que sus innovacir-¡nes tecnológicas fueron para los contemporáneos factores que,
cn prirner lugar, sirvieron para actualizary relanztr la tecnología de la primera
Itevolucirln Industrial mediante una serie de perfeccionamientos en la tecnología
rlel vapor y del hierro. El carbón manruvo a lo largo del siglo xrx la supremacía
:rlrsc¡luta como fuente de energía. El impresionante aumento de su producción
junto a Ia reducción de sus costos condujeron a una disminución de su precio. Se
abrió así la posibilidad de un insumo básico barato, de uso exrensiro y con una
ofcrta rnuy clástica. Su privilegiada posición como recurso energético perciurri in-
cluso hasta la Primera Guerra Mundial, aunque ya para esos años evidcnció una
tlisminución de su importancia relativa respecto de las nuevas fuentes generadoras
tlc cne.rgía. [.n Europa fue desplazado recién hacia mediados del siglo )L\ a un
segur.rdo lugar por el uso del petróleo, mientras que en Estados unidoi este proce-
sr.r c¡currió antes de la Segunda Guerra Mundial.
La industria del hierro se convirrió, hacia mediados del siglo xrx, en el secrr¡r
quc experimentó una de las rnás profundas transformaciones del aparato producti-
vo, basada en el desarrollo de la industria del acero. El acero es una variedad espe-
cial del.hierro que conliene una pequeña cantidad de carbono, y es más resistente
y duradero que el hierro fbrjado. Hasta mediados del siglo XL\ se lo producía en
pequeñas canridades y a un alto costo, pero una serie de innovaciones que se difun-
dieron desde la década de 1860 (proceso Bessemer, hornos de solera abierta; p..-
Ii,l- N¡\CL\ItEN'fO DI.. L,\S SOCIti.t)ADtrS INl)USI RI.\Lt,S
nlitieron el¡lrorarlr.¡ en gran escala, reducir l<¡s costos dc prorluccirin v alraratrrr su
precio. Los niveles de invcrsirin ), clc escah rcqueridos p6r e| sectgi cgntlujcrun
hacia ur-r frlertc proccso de cor-rcentraciírn.
La proclucción rnunrlial de rcero áumenta) de medio millrin cle tonel¿¿as en
18ó5 a rnás de 50 millones cn 1914. Ll expansiírn de la industria siderúrsica ruvo
un enon)re im¡racto glotral en todo el sistema econrimico. Funcionó coÁo factor
tle retrorlimcntrción tan_to cn las industrias que la abastecían como en las r¡ue se
servían clc é1. Los raíles de acero para e I ferrocarril duraban más y eran más seg¡u-
ros quc los tle hierrt¡. Iil uso tlc lanrinrrd<-¡ rlc acero
¡rara la cnnstrucción naüera
¡rcrnriti/.r construir barcos nrás grandcs, rnás ligeros y más rá¡ridos y también acora-
zirtl«¡s clc gucrra..lr,l accr«r n«r tarcl«'r en reemplazar al hierroen hérramientas, má-
qrrinrs y cn otros cicntos rle ¡rrotluctos.
Lir rnríquina dc vap.r siguió sientlo la principal generadora de ftrerza motriz.
Oon torlo, l¿s liltritacioncs de tccnología se hicieron scntir debiclo a los crecientes
rcqucrimientos rlc la industria. sc las superír incrementando su eficacia y eficien-
cia técnico-procluctiva, en virtud de una serie acumulativa e intcrrelacánada «le
innovacir¡nes que mejoraron y per[eccionaron su funcionamiento.
Más allá de este rasgo singula¡ duranre la segunda revolución ind.strial se
desarrolló un nuevo núcleo tecnológico de punta en el que el papel protagónico
lo desempeñaron el petróleo y el motor de combustión i.rt..rrr, i, .i..t.iád.d y
la indusria química. Estas nuevas industrias se expandieron sobre todo en las
nuevas economías más dinámicas de la belle epoque
-Estados unidos y Nemania-
y, después de la Primera Guerra Mundial, determinaron el nuerá paracligma
tecnológico del proceso de industrialización que siguió teniendo lugar clurante
el siglo )Lx.
Si se lo compara con el carbón, el petróleo tiene mayor poder calórico, es de
más fácil transporte y presenta un especffo de usos mucho más amplio y diversifi-
cado que aquél. Hacia 1859 empezó su explotación comercial en Estados unidos.
Al igual que la electricidad, el petróleo líquido y su derivado, el gas narural, se
utilizaron durante aquellos años primordialmente como fuentes de iluminación.
La paulatina difusión del moror a combustión interna y la fabricación de los
primeros automóviles transformaron el petróleo en la principal fuente de energía
para todo dpo de equipos de transporte. La industria automotriz se convirtió en el
paradigma industrial del siglo )o(, generando una constelación de interrelaciones
técnicas, ect¡nómicas y sociales.
Desde comienzos del siglo xIX se fueron verificando importantes progresos en
el esrudio cienrífico de la electricidad, pero su uso inclusrrial se reiraü por las
dificultades que implicaba la elaboración de un generador económico edcaz. A
partir de 1860, con la invención de la dinamo y más tarde con la de la lámpara
incandescente, el alternador y el transformador, y con el perfeccionamiento de los
sistemas utilizados para su transporte, la electricidad se translormó en una de las
formas de energía más versátiles, con una multirud cle aplicaciones prácticas.
comenzó a utilizarse para la iluminación, para accic¡nar mororcs y maquinaria,
para producir calor (de ese modo pasó a emplearse en la metalurgia, especialmente
en la fundición de metales). Fue fundamenral en la expansión de los medios de
 I_.\ (.( )Nli( )l(,\ i \( ll( )N I )1,.1.,\lLlNI )( ) C( )N il,,\il,( )li \i\ t,.( )
cornunicación a larga clist';rrrcil, corn<.r cl tclégrrrtir, cl tcli'firrlo l'lrl rurlir¡fi»rírr. I)cs-
puós cle la Prin'rera Gucrnt Niunclial, con cl dcsarrollo rlc i:rs ccntr.lrlcs gcncrrtlorrrs
tcrrnoeléctricas, la corrientc cléctrica se cr.¡nvirtió en un scrvicio púltlico [)or cxcc,
lcr.rcia.
La industria química fue junto a las anteriores orro de los ntás grandes núclens
tecnológicos de punta que caracteriza Ia segunda revolución industrial. Este secrr¡r
adquirió una proyección econí¡mica inmensa. La institucionalización de la invesri-
gación y el desarrollo industrial en las corporaciones químicas fue requisito inelu-
clible para su crecimientr¡.
Resulta muy largo y complejo seguir la trayectoria de cómo se fueron articu-
lando e interrelacionando de manera acumulativa ciencia e industria química. En-
tre las más destacadas innovaciones hacia mediados del siglo aparece con inusitada
firerz.a la industria de colorantes sintéticos. Desde ésta se desprendieron nuevos
sectores como la industria farmacéutica, los explosivos, las fibras sintéticas, el cau-
cho sintético, las telas artificiales y la industrialización de residuos minerales.
otra clrrctcrístice sr¡bresaliente del sector químico esnrvo dada por cl elect<r
rnultiplicador quc sus innovaciones implicaron cn otrrls r'¡nras clc la intlustria, como
también en ()tros scctorcs rlc la cconorní4. Iln l:r rirr¡rrr l¡rctalrir¿¡icr acttr<i conro
medio para el dcscubrilnicllto <lc nucvos tltctrrlcs y ¡lrrrr r'l rlcsrrrrollo tlc los ¡rrrx:c
sos de aleacitin; cn cl scctor rlli¡rtcrrtrtrio htrIro tlos gr,trr,lcs rlirct t ro¡lcs: ¡ror rrrr l:rrlo
hacia la aEJriculrr-rra, i¡ trtvós rlc Il cl¡lror:tr:irin rlc li'rtilrzurrtcs u¡rillci:rlt's; ¡ror r,l
otro, hacia la protluccirin, lrroccsrrrlo y t'onsu v:rcirirr rlc rrlirrrcnlos.
Iis imposiblc rcsutrrir ll tr:tscctrtlctt<'il y ¡rtoyr:t't irirr rlt'lls tccrrologírrs y rilrnas
dcsarrr¡lladas por Il sc¡¡trntlll rcvttlucitirt intlustrirtl. [,] rrrctllurgil, cl ccrnento, lir
maquinaria agrícollt, los ernt:ttttentt»s, llrs rttlíquin:rs tlc coscr, llts már¡uinas clc es-
cril¡ir, la fbt«rgrlfia, ol filnqtrcr> rlc Il corrcs¡rondcncia, la maquinaria para fabricar
papcl, la prcnsa cilíndrica y un sinnúmero dc orrc¡s cjenrplos sirven para ilustrar
nuestrás lirnitacioncs para describir a todas.
L.r. u,qcr¡upN-to DE r.A EMpRESA MoDERNA
La segunda mitad del siglo xx
fue la época del nacimiento de la empresa mo-
clerna, entendiendo como tal la gran empresa con una organización burocrática,
administrada por gerentes asalariados, cuya forma jurídica más característica es la
sociedad anónima.
La difusión de las nuevas formas de organización empresarial ruvo lugar en las
últimas décadas del siglo, y en una primera etapa los países en los que tuvieron un
rol más significativo fueron Nemania y Estados unidos. En otros, como Francia e
Inglaterra, la persistencia de las formas tradicionales fue mavor y la empresa [ami-
liar siguió desempeñando un papel muy desracado. De acuerdo con la definición
de AIfred Chandler (1987), que toma como modelo el caso norteamericano, la
empresa moderna tiene una serie de rasgos que la difercncian netamente de la
"empresa tradicional", característica de la industrialización en sus primeras etapas.
La empresa tradicional es de dimensiones pequeñas, consta de una sola unidad
operativa y se especializa en un tipo de función (producción o distribución) o en la
lll- N¡\(llIlItllN'l () I)ll L\S S()(lllrDl\l)laS INl)US't lil¡\t.t:S
produccií;n cle un tipr-, de bien o rlc scrvicio. Se trata rle cmpresls cn las i¡uc no sc
ha producido la seperaciíru cntre propicdarl v gcsti<in, nrrl,,ritrrirmentc crnl)resas
familiarcs, dirigidas por una pcrsona o urr núrncro reducidr¡ de ¡rersonas, que son a
la vez. sus propietarios.
Las empresas modernas sc distinguen rle las tradicionales fundamentxlmente
por sus dimensior.res y las actividades que desarrollan, ya que se trata de grandes
empresas que han integrado distintas firnciones, coml¡inando Ia producciirn y Ia
distribución en gran escala. Las mayores dimensiones de las empresas freron en
gran medida una consecuencia de la seg-unda revolución industrial y de las caracte-
rísticas de las ramas más dinámicas de la industria en las úkimas décadas del siglo
xil. En los sectores de punta de la primera Revolución Industrial, fundamental-
mente en la industria textil y la metalurgia liviana, no se requerían economías de
escala y las pequeñas empresas podían operar en forma eficiente. Con la sesunda
rcvolución industrial, en cambio, las condiciones fi¡eron diferentes; en la siderur-
gia, en la industria química, en la explotación del petróleo y la petroquímica y en
general en todos los sectores capital-intensivos, los requerimientos de escala fire-
ron altos y las dimensiones de las empresas necesariamente grandes.
Otro factor que contribuyó al desarrollo de la gran empresa fue la ampliación
tlc krs mcrcados. En la medida en que se ñreron conformando mercados dc rnasas,
cl volurncn de producción de las empresas se incremcntó tamllién en rulrrrs r¡trc
no rcr¡ucrírn necesariaménte economías de esc¿la pero que permitían la fabricrr-
cirin cn scric con la incorporación de innovacir¡nes tecnológicas.
Arlcrnás rlc los requerimientos de escala y de la producción en masa, el ta,-raño dc
las crnprcsirs se arnpliri, en muchos rubros, como consecuencia de las estrategias dc
integración horizontal y vertical. En el primer caso, la unión de empresas indepcn-
dientes (por consenso o por absorci/rn de las más débiles) generó empresas de mayo-
res dimensiones. En el segundo, ruvieron lugar procesos de integración hacia atrás y
hacia adelante. Los procesos de integración hacia atrás se produjeron con el fin de
controlar el abastecimiento de materias primas y de insumos. Los de integración
hacia adelante, con la finalidad de controiar el proceso de distribución. Por último, la
dinámica de expansión de las empresas las llevó a implementar estrategias de diversi-
ficación, ampliando el espectro de bienes producidos con el fin de aprovechar en
forma más eficiente sus instalaciones y de ampliar sus mercados.
Más allá de cuáles frieran los caminos, Ia fbrmación de grandes empresas impli-
có crecientes dificultades en su fi-rncionamiento y en su gestión. L¿s [ormas tradi-
cionales de administración, centralizadas y personalizadas, debieron ceder terreno
a sistemas de gestión mucho más complejos y a una estmctura que se adecuara a las
nuevas realidades. De allí deriva un segundo grupo de elementos característicos de
la gran empresa, a sabe¡ el que adquirieran una estructura burocrática y creciente-
mente descentralizadt y fueran dirigidas por gerentes asalariados.
El proceso de separación entre propiedad y gestión estuvo estrechamente vin-
culado al incremento de los volúmenes de capital que las grandes empresas reque-
rían. Para ello del¡ieron recurrir crecientemenre al crédito bancario y al mercado
de capitales, mediante la emisión de acciones y obligaciones, lo cual ruvo como
contrapartida el incremento del número de sociedades anónimas.
 96 LA CON}'OR¡iIACIÓN DEL MLTNDO CONTEMPORÁNEO
La organtzación burocrática implicó un funcionamiento más eficiente de las
firmas, a través de la adopción de normas generales e impersonales, de la planifica-
ción, de la racionalización de los procesos de producción y de la adopción de sisre-
mas más sofisticados de contabilidad y de ventas.
La consdrución de grandes empresas cuya gestión revestía una creciente com-
plejidad implicó también inversiones cadavezmayores en la formación y capacita-
ción de recursos humanos. Desde fines de sigio surgieron las primeras escuelas de
negocios en Estados Unidos y Alemania, y la administración adquirió un carácter
cada vez más científico.
El proceso de consolidación de la gran empresa en sectores clave de la activi-
dad industrial generó una creciente concentración y formas oligopólicas en los
mercados, fundamentalmente en ias ramas capital-intensivas de la producción. En
el sistema alemán la formación de cárteles y ios acuerdos interempresarios pnrr
controlar el mercado eran una práctica común a fines del siglo >ox, y estaban pcr-
mitidos por la legislación vigente. En Estados Unidos, en cambio, la legislacitin
antitrust generó un tipo de funcionamiento distinto, con mayor competcncra cn-
tre las empresas.
La gran empresa moderna se convirtió en una de las instituciones c¡ractcrísti-
cas del capitalismo industrial a fines del siglo xx. Su proceso de consolirl:rci«in sc
acenruó con los inicios de la diversificación geográfica y e I nacimiento tlc las ,:rn-
presas muld nacionales-
Les NuEves FOR\,IAS DE oRGANIZACIóN DEt.'rRABAlo:
TAYI-ORISMO Y IiORDISMO
Con la segunda revolución industrial se produjeron también cambios profun-
clos en el proceso de trabajo, cuyas expresiones más sobresalientes fueron el taylo-
risn'ro y el forclismo. A¡nbos se originaron en Estados Unidos entre fines del siglo
xlx y principios del xx, y tienen en común la propuésta de una organización más
racional del trabajo, con el fin de incrementar su productividad.
Con el nacirniento del sistema de fábrica, el obrero fue dejando de manejar y
clorninar los instrumentos de trabajo, pasando a ser controlado por el rirno de la
rnáquina. Sin enrbareo, el obrero de oficio siguió siendo una figura necesaria: puesto
que el desarnrllo cle las máquinas-herramienta era todavía muy modesto ), lento, el
trabajo artes¿nal y técnico resultaba ser un complemento esencial del nuevo ma-
quinismo. lil protagonismo de los obreros calificados en los procesos productivos
permitió cles¡rrollar una sólida base para la organización sindical por oficios. Los
trabajadores de oflcio contaban a su favor el hecho de que constituían, como co-
lectivo de traba.fo, un reducido número, y su escasez se mantenía en gran parte
gracias a que ellos mismos se encargaban de guardar celosamente los conocimien-
tos y las habilidades manuales que detentaban. El monopolio del conocimiento
artesanal y técnico por parte del oficio permitía a los trabajadores calificados con-
centrar y dorninar las tres etapas básicas que conformaban su trabajo: la concep-
ción, organización y ejecución del mismo. Esto significaba el control de los tiem-
pos productivos por parte de los obreros, circunstancia que, según los empresa-
EL NACIMIENTO DE LAS SOCIEDADES INDUSTRIALIi,S Ii
rios, era aprovechada para crear dentro de la fábrica un sinnúmcro de momentos
improductivos, que reciben el nombre de "tiempos muertos". Por otra parte, de-
bido a la falta de una organización racional y a las lirnitacioncs cle la maquinaria,
los dempos muertos también poclían prriclucirse por <lcficiencias en la coordina-
ción de las diferentes etapas del proceso prorluctivo.
En las décadas de i8B0 y 1890, cn l.stark¡s Unirlos (donde la escasez de traba-
jadores de oficio era una de las alner)irzls rn:is ¡4ravcs que sc ccrnía sobre la indus-
tria manufacturera) e I ingcnicro lilcrlclir:lt'liylrlr krgrri rcclucir los tie mpos muer-
tosmediante la racionalizacirirr rlul tlrrlrrrjo y cl crorrornctrajc tlc las tareas.
La llanrr<l¡ "or¡lrtrtizrtcititr cicntíficlr rlcl tlrrlr:rjo" sc lrasr cn la sistematización
clel pensrrrnicnto rlc I''rcrlcr-ic'k'liykrr y tlt: ollos cs¡rccialistas, oricr-rtada a lograr
un, n)1ryor ccorronlí:l rlt licrrr¡to, torr cl o[ljcto tlc incrcmcnfar la producción y
rctltrt:ir los ('()slos y los ¡rtt'r'ios rlt'los prorlrrctos. [,us tócnicas y mecanismos pro-
J)t¡cstos ¡r:trll logrrtt lrr vi¡it'lrt iu tlt'r'sos ¡rrint:i¡rios y'.rlclrnzar los «tbjetivos mencio-
n:rrkrs son lllnlr('t()s()s, y ( nlt(. t.llos st' rlcslrtt:¡lt:
l. I'll cstutlir¡tlt'lostit'ttt¡rosyrrrovirrrit'nlosrlcllstarcusparaidentificarlosnrovi
ttlit:trlos Irrritilt's :r lirr rlc t'lirnnrrrrlr¡s y tlc t'onscrvar sólo los rnás rápidos y es,
lr.i( t:ln)( r)t(. rrr.r't,slr¡ ios con vist:rs;r ¡rl:rniliclrr ll producci<ir-r.
l. l,:rilrstr¡lltirirrt'nlostrtllt:tt'syofitirrrrstlcrrrr¡acontur.rrlaclivisiónsocialytécni-
t':t-tlt'l lt:tlrtjo, ( ()n(li( ir)rt:r(lrt :r lu ¡rrcvi:r rc:rlizucirin clc esttrrlios rlc tiempos y
tllovi¡tli('tlt()s, t't¡tl t:l fllt tlc ¡ lt ¡on:rliz¡r'los. l,lrr rt:alirlarl, la originalidad del pen-
srtrlticttto rlc'llrylol rt'sitk'r'¡r lrr;rlirrn¡rcitilr t¡rrc lirrrnrrll, cn nontbre cle la cien-
cil, rrn prirrcipio tinirrr: lrr rrlrsr¡lt¡ru sc¡xrr:rcitin clltrr: la conccpción y la ejecu-
ción del trlb';rjo.
l. La estandarizacitirl rlc las tlrclts, prrt':t rcirliz.lrrlls scl rnanurl o nrecánicamente,
utilizando las hcrrarnientas nlris rtrlecu¿rrlls y cf'cr:tuanrlo los ¡¡estos rnás eficaces.
4. La asignación, por anticipado, dc un niuncro limitado clc tlrcas cspccíficas a cada
uno de los trabajaclores para quc éstos las rcaliccn tlc .nnera rcgular y ¡remranen*
te, respetando un tiempo prescripto, utilizando los rnétoclos rlc tr.;rbajo y las herra-
mientas que han sido consideradas como las rnás adecuadas, y curnpliendo con las
especificaciones en cuanro a procesos, cantidacl y calidad proporcionadas por los
responsables del planeamiento y control de la proclucción.
5. La necesidad de individualizar el trabajo, oponiéndolo al trabajo grupal o en
equipo. Los trabajadores así individualizados son instn¡idos y fbrmados para la
especialización en un número limirado de tareas y gestos operatorios, en lugar
de un sistema traclicional de aprendizaje, basado en la polivalencia del oficio.
6. un sistema de remuneraciones estructurado básicamente en Íirnción del rendi-
miento personal con el objeto de estimular el esfuerzo de los trabajadores que
ácepten las nuevas reglas y modalidades de trabajo.
7. El control y la esrrecha supervisión de cada trabajador por parte de los supervi-
sores o capataces, situación que reduce su margen de autonomía.
Desde las primeras décadas dei siglo )C(, se implantó otra forma específica de
mnnagnnent científico v de organización del rabajo, el fordismo, que se utilizó selec-
 t. \ (i( )N l;olt,\1,\(it( )N I)[,]f .,\{ LrNl)o C( )N.t.[,\I p( )R,(N t.]o
tivalnente cn lrts elttprcsas que nrantrfacrurlllan granrlcs serics clc biencs
dur'¡blcs clc naturalcza honrogénea, oricntaclos a srtisfxccr un mercado crecicnte. Ill
fr¡rrlismo cs cl núrcler¡ vital de la pr«rcluccirin en masa, y consistc f|ndarnentalmentc en
la falrricrcirin err scrie cle mercancías estandarizaclas.
se ap.ya cn la caclcna.de montaje sobre la cinta transportadora, que implica
"u' flujo continuo de producción, el permanente movimiento cle las piezas y sub-
conjuntos, evitando el desplazamiento de los trabajador., anterior-
menre de su rransporre y manipulación" (Nef[a, 1990). Es un* "n.r.gráo.
,r.it. de ,,mecani-
z.acirin de los trabajador":" gy. elimina tiempos muertos entre las diversas opera-
ciones. La misma permitió llevar hasta el límite de lo posible la división .o.irl y
técnica del trabajo, así como lograr un aumento espectacular en la escala de pro-
ducción.
I lenry Forcl, en su intento por transformar el automrjvil en un bicn clc consu*
tro Inasivo, irnplcrncntó por primera vez en l9l J cl nucvo [)roccs() rlc
¡rrerlucci<in
en su fibricrr tlc I)ctroit para ll [abricación dc k¡s clásicrs i',,r,1 'l]
l,as princi¡rrlcs carilctcrísticas <lcl firrrlisrlo son:
l. [,a utiliz.acitin tlc ¡rlarrtillls, tttolrlcs y rnutritcs tlc firrrrlicirilr,¡rrt',l,rrr (()¡r() r.(,
sultado piczas alrsolrrtnn)o)tc irli.lrticrrs.
2' La utilizaci<'rn dc rníqtrirt:ts-hcrr¡nric¡rtrr rlt,slrnurl:rs:r lij:rr y srrjr.t:rl l:rs
¡rir.zrrs
mientras éstas qtrctlan s()tncti(l;rs irl Jrrottso rk: f rrlrrir.:rt.irin
lx)r l):rr-tc tlc rrrrír¡tri-
nas cspecializaclas con urr t'inir:o ¡rro¡rrisito.
J. La nláxima coordinación cn cuant() ll nrovinricnto tlc lus
¡riczus v rlc los sub-
conjuntos dentro dc.la ¡rlanta intlustrial, siguicnrlo ,,na scc,,cncia r¡ue se orien-
ta hacia el lugar donde debe realiz.arsc el ensamblaje . unión aduanera (llamada Zollaerein) que permirió conformar un mcrc'¡rlo rinico.
4. La cadencia del trabajo está regulada mecánicamente, cle rnanera totalmente
exterior al obrero, por la velocidad dada a la cinta que pasa delante de cada
operario, quien tiene lugar fijo y rareas preestablecidar l, lír", de montaje.
"n
Además de los aspectos mecánicos y tecnológicos, el fordismo se insertaba en
un marco económico global en el que los productos estaban destinados a un am_
plio mercado solvente y en expansión, cuya demanda no planteaba mayores exi-
gencias en cuanto a variedad y calidad y en el que la comperencia se esr;blecía
en
función de ios costos. Existía un mercado de trabajo que funcionaba en condicio-
nes de relativo pleno empleo y que para aseg'urar una mayor proclucción requería
fuertes conting-enres migratorios de mano de ol¡ra no especializacla y poco .riifi.r-
da para eütar fuertes alzas de salarios.
Si bien el fordismo retomó los principales concepros del taylorismo, también
implicó cambios importanres que lo diferencian de ér sustantiraLente. Lrs,r,r.rrs
exigencias de la producción.masiva requerían una modiflcación de las pauras
de
consumo y de las normas de vida de los trabajadores, por lo que las ..pr..r,
dejaron de considerar como un peligro el incremento d. lr. .e*rr'eraciones
sala-
riales. Los trabajadores pasaron a ser considerados como verdacleros consumicio-
res potenciales, para lo cual era menester aumentar su poder de compra y reducir
los costos de producción.
[1. N'\(]l¡'l Il'lN'f( ) I)F. I-,\S S(XltF.D¡\DLS INI)t iS't'll ¡\l.LS
f
cle cons¡mo Es Iord quicn inaurura trmbién, cn 191.5, un acuerdo ¡Jeneml sr¡lrre l<-,s sal¡-
ri¡;s de sus obrcros, que lirc la puesta en marcha del "five cloilars a clay", duplicando
los jornales promedio. El aumentr¡ del salario le permitió a la empresa eseÉprar rrn
rprovisionamicnto continuo de lr Fuerzr tJe trrlraio. y Ir,s cinco dularcs Jirri,,s
,.n,npieron t'on el estado,le insub<,rdinlcirin crrinica vincrrladr, con el sintlicllisrno
y el radicalismo político de la época. Por último, al asegurar una meiora sustrncial
del salario y de su poder de compra se abría así el camino hacia la sociedad clc
consumo.
c) Los nneaos países líderes: Alemania y Estudos Unidos
LA INDUSTRIAI,IZACIÓN DI.] AI,F}IANIA
Alcrnrrnir corncr.rzri srr rcv<>hrcir'rn industrial en la década de 1840. Fue por lo
tilrrr() cl rrrris rt:zrgittlo rlc krs paíscs rlc lr primera oleada de industrialización en
t,l tontincntc, l)cr() cn vís1rcr',ts tle la [)rimera Guerra Mundial había logrado su-
(
¡rcr:rr :r irirrr llrctrrhu y sc había transfirrmado en la principal potencia industrial
cu f()l)cll.
A ¡rrincipios tlel siglo XIX los rnayores obstáculos a la industrializacií¡n alemana
r:nrn tlc ortlcn institucion¡l: la fragmentación política del territorio en una grxn
crntidacl dc unidades políticas independientes ñpresentaba firertes trrlras ¡rara Ia
fbrmaciírn de un mercado interno unificado, debido a la existencia cle innurncra-
bles barreras aduaneras, diferentes monedas y monopolios comcrcialcs. Aunt¡uc lrr
unificación política se completó recién en 187 l,ya en l8l4 se llcv<'r a calro trn:r
Hasta las guerras napoleónicas subsistieron rasgos feudales en la socictllrl y
lazos de servidumbre en las áreas rurales (sobre todo en las regiones oricntalcs),
que limitaban la movilidad geográfica y social y desalentaban la iniciativa indivi-
dual y las innovacione'. Thmbién redundaban en una capacidad de demanda intcr-
na restringida y en un escaso desarrollo de una economía de mercaclo.
Como contrapartida, Alemania contaba con una serie de condiciones ventajo-
sas que, una vez superados los obstáculos institucionales, sirvieron para motorizar
el proceso de industrialización más exitoso del continente. Entre ellas podemos
destacar la disponibilidad dc recursos naturales (principalmente hierro y carbón),
una frrerte tradición en la inclustria doméstica y artesanal y un sistema educativc,
avanz.ado, con tasas de analfabetismo inferiores a las del resto de Europa, con ex-
cepción de Suiza.
AI igual que en casi todas las naciones que se industrializaron a partir del siglo
XVIII, en Alemania ftreron muy marcadas las diferencias regionales. En términos
globales, la región occidental del territorio fue la más industrializada, sobre todo
Sajonia y Renania, mientras que la zona oriental, en cambio, siguió siendo en gran
medida un área agrícola. Con el avance de la industrialización ambas zonas tcndic-
ron a complementarse: el este proveía al oeste de materias primas y alimcrrtos, y cl
oeste vendía al este productos manufacturados. El este frre tambión rrn rircu rlc
emigración de mano de obra, que se dirigía a los centros indrrstrirrlcs rlc lrr zorrr
 t(x) LA CONI,()I{N{,\(llON I)1,,1. ,\,1t rNI)O (loN'l l,.rVII'( )l{¡\N[(
occidcntal. Arlem:Ís, su l)roducci(;n ¡glJriil trlnrl)ión sc (lestinal)a al rnercado extcr-
n() -sol)rc todo a Cran Ilrctrtñl-, coutril)uycn(lo il c(luilil)rar la l¡allnzt concrcial.
fll caso alemán cs un cjetnpl«r dc "inrltrstrializaci<in dcrivada", ¡lucs en él ejerció
una proñmda influcncir cl rur¡rlclo inglós. It.l l)roccso rle modernización de la in-
dustria fue en gran medida, cn sus orígcncs, una respucsta al desafír.¡ que significó
la competencia de los productos británicos, sobre todo después del fin de Ias gue-
rras napoleónicas. Como en el caso inglés, la industrialización recibió su mayor
impulso en un período relativamente breve, y se basó en los mismos sectores: car-
bírn, hierro, industria mecánica y textil. Pero, a diferencia del modek.¡ original, en
Nemania la importancia de la industria textii fue limitada y los se*ores de punta
ñreron la industria siderúrgica, la química y la de bienes de capital.
Dr¡rante la primera mitad del siglo XLx Alemania pudo aprovechar las ventajas
del atraso imitando a otros países industriales, recibiendo capitales extranjeros e
importando insumos industriales y bienes de capital. Más tarde, la industria local
susriruyó paulatinamente las importaciones, y la inversión contó con firentes de
financiación interna.
Entre las causas a las que suele atril¡uirse cl éxit«r de la industrialización alema-
na, su sistema educativr¡ ocupa uno dc los lugares privilegiados. Se desarrolló pre-
cozmente la enseñanza profesional, técnica y científica, y su repercusión sobre el
desarrollo industrial fue muy directa. La formación en escuelas reemplaz,ó el siste-
ma de aprendizaje en los puestos de trabajr>, v h complejidad crccienre de la tec-
nología requirió un mayor adiestramiento clel pcrsonal. Irn las prirneras décadas
del siglo )c( las universidades alcrnanas ftreron rcforrnarlas, ¡rrolnovicnclo cl clesa-
rrollo de las carreras técnicas y de la investigacirin cicrrtífica.
En la industrialización alemana hay quc clcstacar tanrl¡ión cl ¡rrrlrcl «lcl lisrirrlo,
que se manifestó en variadas formas. Iln una prirncra rt:r¡ra firc decisivr¡ cl
¡rroccs<r
de liberalización de la estrucrura ec<¡nírmica y social hercdarla tlel Antiguo llógi-
men, Ítsí como la con[ormación del Zolluerein. La inrervcnci<in estat.¡l firc asiuris-
mo muy relevante en la moderniz¡ción del sistema de cc¡municaciones. I lasta
mediados de la década de 1870, la mayor parte dc las líneas ferroviarias ftreron
construidas por empresas privadas con participación ocasional del gobierno, pero
a partir de entonces los Estados alemanes adquirieron ias compañías ferroviarias y
las nuevas líneas fueron tendidas, en general, por cuenra del gobierno. El Estado
fijó las tarifas ferroviarias de modo de favorecer e] intercaml¡io entre las diversas
regiones y la promoción de las actividades industriales y las exporraciones (Bor-
chardt, en Cipolla, ed., 197 9 -1982).
La protección arancelaria fue inicialmente moderada, aunque para el caso de
los ferrocarriles las tarifas favorecieron la sustirución de importaciones, pues faci-
litaban la importación dc meralcs en bruro y gravaban la de productos eiaborados
(Fremdling, 1977). A fines rle los 70, en cambio, con la unificación ya concretada
viró hacia un proteccionisrno rnás ¡narcaclo tanto para la industria como para la
agricultura, como reacción frente a Lrs efcctos ncg.,ltivos de la crisis a.orró*i.,
que se iniciti a comienzos de la década. Las tarifas ¡lrorcccionistrs favr¡recieron la
expansión de las exportaciones industriales, dado c¡ue las ernpresas
1>udicnrn ven-
der a precios elevados en el mercado interno y a precios baj,i en el externo, prac-
) I,lL Nr\(lL\{ILN'I'O DI- Lr\S S(XllIIDAI)ES INDLIS'I lilr\Llrs l0l
ticandr,¡ políticas tle dúmping. ['-l ltstado, a sLr vez, contribuyri cn firr¡»¡ rlirccr¡ rr l¡
promoción de las exportaciones rni{ustri¿les, facilitando a los crnprcsarios e I ¿ccc-
so a la inforrnaciírn y promovienclr-¡ su penctracií;n en lr¡s mercados externos.
Un actor decisivr¡ en el proceso dc ir.rdustrializacií¡n cle Alemarria fue el sistcnra
bancario, siendo el país de Europa en el que existió la relación más estrecha entre
crédito bancario y desarrollo industriai, sobre todr.¡ cn las últimas décad4s del siglo
Xü. I)esde los añr.¡s 50 los bancos financiaron actividades industriales, hasta con-
vertirse en accionistas de las grandes empresas industriales al comenzar a partici-
par en su dirección.
Otro de los rasgos de la industrialización alemana fue el rol que en ella desem-
peñaron las grandes empresas, que dominaron la actividad industrial. Esta cir-
cunstancia se vincula con las peculiaridades de los sectores de punta (industria del
carbón, de hierro y acero, química, eléctrica). Asimismo, las grandes empresas
alemanas se caracterizaron por la tendencia a la expansión y a la integración verri-
cal, con el fin de controlar las diversas fases de la producción. Desde la década dc
1870 se generalizaron los acuerdos de cooperación entre empresas, que llevaron a
[a formación de cárteles que tenían como objeto el control del mercado, para con-
trarrestar las caídas de precios y ia sobreproducción en la época de l.¡ Gran Depre-
sión. El desarrollo de los mismos, como se ha comentado, se vio favorecido por la
ausencia de leyes que limitaran su formación, y su legitrmidad fue cc,nfirmada por
las máximas autoridades judiciales. -
LA INDUSTRIALIZACIÓN DE ESI,IDOS UNIDoS
lr.ntrc la década de 1780, momento en el que finalizó la guerra de la indepen-
tlcncia, y 1914, llstados Unidr¡s pasó de ser un país con una población reducida
<lisrilruida cn un cxtcnso tcrritorio a ser la nación indusrrial líde¡ superando a
Gran IJretaña rlcsrlc fines dcl siglo xlx.
Irl proceso de industrialización se vio favorecido por la disponibilidad de re-
cursos naturales y por la existencia de un inmenso mercado interno, con un ex-
traordinario crecirniento de la población, que se elevó de menos cuatro millones
de habitantes en 1790 a noventa millones en 1910, gracias a la inmigración masiva
y a las altas tasas de crecimiento demográfico. Pero estos factores se combinaron
con un proceso constante de innovación tecnológica y organizativa, que le otorgó
a Estados Unidos fuertes ventajas frente a sus competidores europeos.
En la etapa colonial la economía norteamericana era fundamentalmente agra-
ria. La producción industrial era iimitada y se llevaba a cabo en unidades domésti-
cas o en talleres artesanales. La situación comenzó a cambiar con la revolución de
la independencia, que liberó el territorio del mercantilismo británico y le dio la
estabilidad política necesaria para la expansión ct¡mercial.
Entre fines de la década de I 780 y I 820 la producción industrial crcció, a pesar
de los obstáculos que generaban la exigüidad y dispersión del mercado interno, lo
dificultoso de las comunicaciones, la escasez de mano de obra y el alto costo del
trabajo. El desarrollo de la industria manufacurera se aceleró entre 1820 y l8ó0,
con el liderazgo de la industria textil, y fue estimulado por la construcción de los
 | .i\ ( l( )N lf( )lll'l/\( ll( )N I)l,lt. ,\{ UN I)( ) Clt lN'f 't.¡.,tpOn,(X¿t-l
tL'rr«rcrtrrilcs, r¡tte conrcnz.ri cn ltil0. h.n cl períoclo 1840-18ó0 la inclustrializacirjn
sc lr:rs<i solrrc tod«r cn la prriducción de bienes de consumo, en primer lugar de
tcxtilcs tlc algodrin, seguirlos porla industria del calzadoydel cucie, Ia clel hierro
y l:r tlc n-raquinarias.
lil período que va cle I 8ó0 a 19 l4 fue la etapa de afirmación de Estados uniclos
corno nación industrial, profundizándose las transformaciones estrucrurales q¡c
sc habían iniciado en las décadas anteriores. La industria incrementó su parricipa_
cii¡n en el producto nacional, a expensas de la agricultura, y el proceso de urbani-
zacií¡n se aceleró. El mercado interno se amplió considerablemente gracias al creci_
miento de la población y se convirtió en un mercado de masas comá co,sec.,en.ia
de la extensión de la red fer¡oviaria y de la difusión del uso del telégrafo.
En esta etapa hubo cambios considerables en la estructura de la inclustria, y el
liderazgo pasó de los sectores productores de bienes de consumr¡ a los procluctores
de bienes de capital. A1 igual que Nemania, en las úkimas décadas jel siglo xrx
Flstados unidos fue uno de los escenarios de Ia seg,nda revolución industiial.
A difcrencia de los países europeos, la industrialización de Estaclos unic]os cn
cl siglo XIX se basó casi exclusivamente en el mercado interno. La fuerza de cstc
mercado no radicaba sólo en el número de habitantes sino también cn su capaci_
rlad de demanda y en Ia integración de la población a la economía mercantil. Il,
este senrido, el proceso dc urbanización y la política de distribucirln de ticrras (que
fivorcció la conformacitin de r¡n amplio estrato de propietarios rurales) crcílron
una Íiertc demanda quc purlo ser cubicrta a medida qr,e el desarrollo tlc ios trans_
¡rortcs firc unificando cl tcrritttrio. Ill caníctcr nrasivr¡ilcl rncrca<kr lirc tr¡ rct¡rrisir.
¡rara cl dcsarrollo dc Ia prodrrccit'rn y l;r <listrilrtrcir'rn cn gnln cscrlu, r¡uc li,cr.,,l ,,rr,r
de las caractcrísticas solrresrtlicntcs rlc l¡r irrrlustrializ¡ci<in norrcrrlrrcricrrn:r. I,)l
¡r;r
pcl del mercarl«r intcrtto lttc rcfi»rz.rt<lr¡ p.r lu acci<irr rlcl listarkr,
¡r11¡rrr¡t9r tlc trrrlr
política dc arancclcs a Ia itn¡rortacir'rtt r¡rrc corrtrilrrry<i r.lcsar.,rll¡r las tc¡rrlc¡t:iirs
aislacionistas caractcrísticlls tlc su política c<»lrcrcial.
El constante proccso clc innovación tccnológica y organizativrr cs otro rlc los
factores que explican los altos índices de crecirnientode ü c.on<_rmía norteameri_
cana y la expansión de su industria a lo. largo del siglo XIX. uno cle los
rasgos que
di[erenció a Estados unidos de las nacioner .u.op"r, fue cl alto costr¡ de ü.,,r.,,.,
de obra. A principios de siglo ello se debió sobre iodo a la escasez de
población, y
más tarde a la existencia de una frontera móül hacia el oeste y un vastá
territorio a
colonizar. En los comienzos de la industrialización hubo importantes influencias
cxrernas, principalmente la difusión de las innovacio.res que se habían desarrolla_
d, en Gran Bretaña, pero ya desde las décadas de lg2ó y lg30 comenzaron a
clesarrollarse localmente nuevas técnicas. En algunos .rro, i, productividad
se in-
crementaba con una combinación original de las técnicas exisie'tes.
Hasta fines del siglo xLX los principales aportes de Estados unidos
, se clieron en
el campo de la tecnología, mientras que el avance científico continuó
generándose
en los países europeos, sobre todo en Alemania. A partir de principioiiel
esta siruación comenzó a modificarse. La competitividad de ia
industria
ricana no frre producto sólo de la innovación tecnológica sino también
vación organizariva, que a parrir del desarrollo de loi nuevos
métodos de gestión
l'.1. N,\(;l,Vlll'.N'l() l)li l,i\S S()(:llrl) \l)l'.S INI)( rS I l(L\l,l'.S I 0.j
de ias em¡rresas y rle org'lnizuci<in rlcl tr-itlrtjo corrtrilrrryri ul incrcrncnto dc la cfl
cicncia y ¿ la reduccitin clc los costcts dc ¡tro«ltrccirirt.
[1]proccso dc industrializaci<in en listtdos Unirlos nc> grr-re de se r comprendido
sin hacer referencia a las dilerentes regiones quc intcgraban su territorio el Nor-
deste, el Sur v el Oeste- y a la complemcntación econírmica que se dio entre ellas.
Il[ desarrollo industrial se concentró en la región del Nordeste, que manruvo su
primacía a lo largo de todo el siglo xx. La primera zona industrial ftie la de Nueva
Inglaterra, que fue el principal centro de desarrollo de la industria textil y mecáni-
ca hasta la década de I 860. A partir de entonces el eje se desplazó hacia la región de
los Grandes Lagos, donde se desarrollaron las nuevas actividades industriales, fun-
damentalmente la siderurgia y todas las ramas vinculadas a ella, incluyendo a la
industria automotriz desde fines del siglo XIX. Las otras dos grandes regiones dcl
territorio, el Sur y el Oeste, fueron esencialmente productoras agrícolas. Ambas
abastccieron a las industrias y a las poblaciones del Nordeste, y fueron mercados
tlc consrnno ¡rara la producción industrial del Norte.
lll Srrr firc hastr cl fin de la Guerra de Secesión una zona de plantaciones escla-
vistas. l)csrle fines del siglo xvIII su principal producción fue el algodón, que con-
tribuyri tlccisivrrncntc al proceso de industrialización, dinamizando el comcrcio
cxtcrior y rrlrastccienclo a h industria textil. Después de la guerra y la abolicirin rlc
la esclrrvitrr<1, ll rrgriculnrra clel Sur entró en decadencia y la regrón se tr:lnsfol'nr(i
cn lr zon:t rrr:ís tlc¡rrimitla del país.
lll ()cstc firc poblrrdo a lo largo del siglo xlx, en un proceso dc pcrrnrtncntc
t:x¡r:rnsirin rlc lrr trontcra, constituyendo una firente de abastecinricnto rlcl [',stc, rrl
r¡rrc crrvi:rlxr ¡rielcs, cueros, oro, minerales y productos alimenticios a clrnbir¡ tlc
rnunrrfacturas y rlc scrvicios. Fue también una zona de atracción prrt los crpitalcs
¡rrovcnicntcs de la rcgión más desarrollada.
tl) Los países de industrialización tardía
En la segunda mitad del siglo xx la industrialización se fue difundiendo hacia
las regiones de la Europa "periférica", es decir, hacia los países del este y el sur del
continente y los países escandinavos. En estas naciones existían regiones con un
cierto desarrollo industrial (como Bohemia o Cataluña), pero no se había produci-
do un verdadero proceso de industrialización comparable al que había vivido Eu-
ropa occidental. En general la producción industrial se llevaba a cabo con métodos
tradicionales y se destinaba al mercado local, y la demanda de productos manufac-
turados se satisfacía principalmente mediante la importación
Las condiciones en las que se dio la industrialización en la Europa periférica
ñreron en muchos aspectos diversas de la de Europa occidental. En gran medida
porque se trataba de países con una estructura económica y social más arcaica,
pero también porque al industrializarse tardíamente lo hicieron en otro contexto
siglo xx internacional. Si debiéramos resumir brevemente este tema diríamos que conta-
no.á.*"_ ron con la ventaja de disponer de modelos externos y de poder recurrir a la tecno-
logía y los capitales extranjeros, pero también con la desventaja de tcner que com-
de la inno_
petir con países de los que los separaba una brecha ctda vez mayor. Mientras que
 L,\ Cl( )NIr( )R,\{,\CI( )N I)lil. M UNI)( ) (l( )N'l t-iVl l,(
en algunos casos los l)roccs()s clc intlLrstrializ.aci<il fircron cxito.sos, cn otr'os no
result(i lsí. thl disp.rridad se dcbiti rt la cornbinrcirin cle tactorcs cliyersos. [n prin-
cipio, [a clisponibilidad cle recursr¡s natulllcs, pcro trrnbién la rnayoro mengr djfl-
cultld de las comunicacioncs y cl clcsarrollr-, dc los sistemas de transportc. La in-
dustrialización tarnbién fuc condicionacla por la disponibilidad de capitales, por [a
dimensiíin de los mercados, por la mayor o menor tasa de urbanización y en gene-
ral por el marco institucional y culrural.
En los procesr-¡s de industriahzación tardía el rol del Estado frre muy acrivt.r.
Ello se debió a causas diversas y complejas, pero a grandes rasgos podemos señalar,
de acuerrlo con el modelo de Gerschenk¡on (1968), que en la mayor parte de los
casos los Estados contribuyeron a crear condiciones favorables a la industrializa-
ción con el fin de compensar las debilidades de los mecanismos de mercado y de
cerrar la brecha cada vez mayor entre países industrializados y no industrializados.
Por otra parte, desde la década de 1870 la intervención del Estado fue cada vez
mayor también en los países de industrialización temprana, en parte como res-
puesta a la depresión económica que se inició en 1873, y también como sínroma
del creciente nacionalismo que caracterizó a Europa en esta etapa-
La difusión de la industria hacia la Europa periférica fire acompañada por la
exportación de capitales, de técnicos y de maquinaria que suplían la falta de recur-
sos locales. Los capitales se invirtieron sobre todo en tírulos de deuda pública y en
obras de infraestructura, con.los ferrocarriles en el primer lugar y, en mcn.r mccli-
da aunque no despreciable, en la industria. Los paíscs rnás clcsarrt»flados exlx)rra-
ron también sus instituciones bancarias y las nucvas firrrnas clc crédit<_¡.
Los países que se industrializaron a fines del siglo XtX lo hicicron cn un n¡cvo
contexto internacional en el que el mercado mundial cstaba crecientemcntc irltc-
grado y los intercambios comerciales se habían expandid. muy significati'anrente.
Algunos de ellos consiguieron insertarse de forma favoral>le en el mercaclo inter-
nacional, lo cual impulsó el desarrollo de la industria, see por la posibilidad de
exportar bienes primarios e industriales (como los países escandinavos) o bien por
la de obtener recursos gracias a la emigración masiva (como en el caso de Italia).
5. EI crecimiento de la economía mundial hasta l9I4
En términos globales y en relación con la etapa preindustrial, el ritrno de creci-
micntr¡ de la economía en los países industrializados a lo largo del siglo xIX fue
nruy riípido. Entre 1800 y 1913, para el conjunto de los países desarrollados, el
Prr.¡ducto N¿cirnal Bruto (rNr) per cápita creció a un promedio anual del l, I por
ciento, lo que irnplict una tasa por lo menos diez veces mayor quc la de las etapas
de expansión de los siglos precctlenres (Bairoch, 1997).
En el Antiguo Régimen las flucruaciones de corro plazo estaban condicionadas
por la producción agrícola, y consdruían generalmcntc crisis de subsistencia. En el
largo plazo existían, en cambio, ciclos de larga duración, tcndcncias seculares ca-
racterizadas por una sucesión de fases positivas y negativas de una duración de dos
o tres siglos. Con la industrialización se atenuaron las flucruaciones de los rerrdi-
)R¡\Ntr( )
EL N¡\CIMIllNl'O D[. LAS SOCIf.l)¡\l)liS INDLIS.I RI/\l.t,.S
nticntos agrícolas, tlcsaparecicron las hrlnLrrunls periódicris v nacierr¡rr lr¡cv¡s ti -
pos de ciclos particulares. Por otra p'.rrte) es problble que hayan desap.,rrccirlo lrrs
tendencias seculares, aunque sobre eilo h..ry un mayor graclo dc incertirlun-rlrrc.
rt) El rinno de crecimiento I los ciclos ecotzrímicos
En primer lugar, la tasa de crecimiento varió entre los países, sin que ello
pueda vincularse necesariamente con el carácter más o menos temprano de la
industrialización sino más bien con una compleja combinacií.¡n de factores que
incluye desde la tasa de crecimiento demográfico y la relación población-recur-
sos hasta el nivel educativo. A partir de esto puede establecerse una distinción
entre países de crecimiento "rápido" (que incluye a Estados Unidos, Alemania,
Bélgica, Dinamarca, Francia, Suecia y Suiza), de crecimiento "mediano" (entre
los que se encuentran Gran Bretaña, Austria-Hungría, Noruega, Rumania y
Rusia) y de crecimiento "lento" (que incluve a la Europa del sur y los Balcanes)
(Bairoch, 1997).
En segundo luga¡ el ritmo de crecimiento no li¡e uniforme a lo largo del pe-
ríodo considerado, pues se alternaron etapas de expansión con otras de estanca-
miento. Uno de los rasgos característicos de la cconomía industrial en los países
capitalistas ha sido la aparición de nuevos tipos de flucruacioncs econórnicas, diFe-
rcnciarlas dc las dc Ias sr¡cicdarles prein«lustriales.
[,os ciclos caractcrísticos rlc lrs econor¡líns industri'¡lcs son de diversos tipos y
sc clrsifican sc¡¡rin su rlurircir'»n. l,os ciclos rnás hrgos o ciclr¡s de Kr¡ndratieff -de
una rluraci<in <lc alrede«lr¡r tle cincucnta años-, los ciclos intermedios -de una du-
racirin de dieciocho a veintidós años-, los ciclris cortr¡s o tleJuglar-de una dura-
ción media de entre siete y dicz años,, los ciclos menores o de Kitchin -de tres
años y medio- y las variaciones estacionales.
La existencia de movimientos cíclicos a largo plazo (como las ondas de Kon-
dratieff) no es universalmente aceptada por los economisras; hay autores que arri-
buyen las fluctuaciones más a perrurbaciones específicas que a mecanismos intrín-
secos de la economía (Maddison, 1991).
En términos relativos, el siglo Xx fue más inestable que los precedentes, pero
más estable que el rcx. De acuerdo con la periodización de Kondratieff un primer
ciclo, u "onda larga", transcurre entre 1789 y 1849, con su fase ascendente entre
1 789 y I 814 y su fase descendenre enrre I 8 1 4 y 1 849. El segundo tiene lugar entre
I 849 y I 89ó, con la fase de ascenso entre I 849 y I 873, y la de descenso entre I 87j
y 1896. Porúltimo, Kondratieff identificó la fase ascendente de un rercer ciclo
entre 189ó y 1914.
La primera gran oleada de la industrialización generó un rápido y enorme cre-
cimiento de la economía mundial entre el comienzo de la década de 1850 y 1873,
onda larga de alza de precios del ciclo de Kondrarielf (aunque orros aurores pro-
ponen cronologías ligeramente distintas).
El número reducido del primer grupo de países indusrrializados, dentro de un
contexto en el que las novedades tecnológicas suscitaron tantas expectativas fun-
dadas en su fácil transmisión e imiración, favoreció e[ desarrollo industrial prácti-