Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Materia
Antiguo Testamento III
Maestro
Pastor Arturo Espinel
Alumno
Rubén Darío Cuenca M.
Tema
Análisis del libro de Oseas
Fecha
11-07-2009
INTRODUCCIÓN
Oseas fue uno de los cuatro “profetas escritores” (profetas cuyas profecías fueron escritas
y preservadas para nosotros en la Biblia) que vivieron en el siglo VIII a. de J.C. Esos cuatro
fueron (en orden aprox. cronológico): Amós y Oseas, que profetizaron en Israel, el reino
del norte, e Isaías y Miqueas, que profetizaron en Judá, el reino del sur.
Vivieron en tiempos de afluencia comparativa en Israel y en Judá. Esta afluencia, sin
embargo, no era compartida. Los ricos y poderosos se hacían más ricos y más poderosos a
costa de los pobres y vulnerables. Todos los profetas hablaron de esta situación, pero
tenían diferentes énfasis. Mientras que Amós se concentró en las injusticias sociales del
pueblo, Oseas hizo hincapié en su infidelidad a Dios y en su idolatría.
El criterio adoptado en este comentario es el tradicional: Oseas se casó con una esposa que resultó
ser infiel. Ella lo dejó, pero Oseas la tomó de nuevo.
Véanse en Oseas 3:1-5 las razones para sostener este criterio.
Hijos de prostitución (fornicación) puede sencillamente describir la situación en la que nacieron (es
decir, hijos que crecerían entre prostitutas/fornicarias, etc.), o puede significar “nacidos a una
mujer que es prostituta/fornicaria”. Algunos piensan que Oseas no era el padre, pero esto es
improbable. Cuando menos podemos estar seguros de que el primer hijo fue de Oseas (el v. 3 dice
que Gomer le dio a luz un hijo).
Como con muchos pasajes en los que hay incertidumbre, podemos estar seguros de los hechos
básicos: Oseas se casó con alguien que actuó inmoralmente cuando menos después del
matrimonio. Esto es importante para la analogía con Israel y Dios (3b), pero la naturaleza exacta de
la inmoralidad no es importante. Tal experiencia iba a darle a Oseas un entendimiento más
profundo del amor de Dios por Israel, y una manera más eficaz de comunicar eso a sus
compatriotas israelitas que lo que las palabras solas pudieran haber hecho.
3:1-5 Oseas toma “una mujer” para que sea de nuevo su esposa
En el cap. 3 el mismo Oseas relata la historia de cómo él compró a su esposa de nuevo. Algunos
eruditos la han considerado como un relato de los mismos eventos que fueron narrados en tercera
persona en 1:2, 3. Las palabras de nuevo en el v. 1 desechan esta opinión. Además, los hechos son
muy diferentes, de modo que debemos considerar esta como una acción posterior.
Desde la narración en el cap. 1, Gomer ha dejado a Oseas y se esclavizó en alguna manera, puesto
que Oseas tuvo que pagar un rescate para tomarla de nuevo (2). Este es un relato de Dios y su
pueblo de Israel (4, 5).
El v. 1 es ambiguo. Lit. Dice así: “Jehová me dijo de nuevo: Ve, ama a una mujer”, o, “Jehová me
dijo: de nuevo, ve, ama a una mujer.” No hay una verdadera diferencia en el significado. Pero, ¿por
qué dice una mujer en vez de “tu esposa”? La respuesta puede encontrarse en Oseas 2:2; Gomer
ya no tiene derecho a ser su esposa y el pueblo de Israel ya no tiene derechos con Dios. Son “no su
pueblo”, lo que significa, usando la otra representación, que ya no son su esposa. Que ama a un
amante (lit. “a un amigo”) puede significar sencillamente otro hombre, o “un amante”, un consorte
ilícito que es esposo de otra. Adulterio significa que ella estaba casada con un hombre pero tenía
relación sexual con otro. Es posible que Gomer realmente se hubiera vuelto a casar, pero es más
probable que su esposo legal (el que tenía derecho a divorciarse y a repudiarla) fuera todavía
Oseas.
En 1:2 dice: “Ve, toma...” pero aquí dice: Ve, ama... Esto enfatiza el amor de Dios por el pueblo de
Israel, a pesar de que ellos miran a otros dioses y aman — ¿qué aman?— ¡las tortas de pasas!
Estas se usaban probablemente cuán carnal e indigna es la perspectiva de Israel.
Oseas compra de nuevo a su “antigua” (pero probablemente no legalmente divorciada) esposa.
Ella tal vez se habrá convertido en una prostituta del templo, que tenía que ser comprada para
dejar el servicio. El precio es enigmático, porque no era normal pagar con una combinación de
plata y grano. Esto puede indicar que Oseas tuvo dificultad en conseguir el dinero, lo que sería una
imagen del costo de la redención de Israel. No sabemos exactamente el valor de las quince piezas
de plata, pero podrían equivaler aprox. a 30 ciclos, o 200 gramos de plata, el precio que se pagaba
en compensación por la pérdida de un esclavo (Éxodo 21:32), o el precio de rescate de una mujer
que hubiera hecho voto especial al Señor (Levítico 27:4)
De nuevo el profeta tiene un fuerte golpe indirecto para Judá (11a). Los que escuchan aprobando
la condenación de otros necesitan examinarse a sí mismos.