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Universidad de Baja California

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

REPORTE DE LECTURA
Número 2: EL METODO CIENTIFICO Y LA NUEVA FILOSOFIA DE LA
CIENCIA

ASIGNATURA
Filosofía de la Ciencia. Grupo A
NOMBRE DEL ALUMNO
Nahima Milena Salazar Suárez.
NOMBRE DEL CATEDRÁTICO
Dr. Juan Ávila Osornio.
Bogotá, Colombia; Marzo 25 de 2018.

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AVANZAR EN LAS CIENCIAS: CUESTIÓN DE MÉTODO

Quisiera dar inicio a este ensayo partiendo del concepto de filosofía de la ciencia como el
estudio crítico de la ciencia y el razonamiento científico, a los filósofos de la ciencia les interesan
las ciencias, saber que son y cómo se relacionan entre sí, investigan la naturaleza del
conocimiento científico y de la practica científica. Se ocupan de saber entre otras cosas como se
desarrollan y cambian las teorías científicas y buscan determinar si la ciencia es capaz de
revelar la verdad, ya que se esmeran por explicar preguntas que devienen de la naturaleza y la
obtención de las ideas científicas, conceptos, hipótesis y teorías. Tratando de determinar cómo
se relaciona todo esto con la realidad e identificando las formas en las que la ciencia escribe y
contribuye al control de la naturaleza.

La filosofía de la ciencia no está preocupada entonces ya por la ciencia como conocimiento sino
por la ciencia como actividad, se preocupa por tratar de entender a la ciencia como una
institución humana, no se habla de científicos sino de comunidades científicas, se pregunta qué
tan independiente es la ciencia del mundo que la rodea, se busca entender la practica científica,
sus limitaciones y posibilidades. Feyerabend (citado por Asensi y Parra, 2002) afirma que:

“La filosofía debe situarse en un contexto social, económico y político, histórico en suma, determinado y condicionado por él,
o que haría, al menos, según ese contexto que los resultados de la ciencia fuesen unos u otros según a que condicionamientos o
incluso interés respondiesen”

Si bien la filosofía es una ciencia, podemos hacer filosofía de la ciencia, es decir podemos
pensar y reflexionar a cerca de la ciencia y las dos (ciencia y filosofía) poseen una estrecha
relación a través del conocimiento; siendo este el foco de todo su análisis. De esta manera la
filosofía de la ciencia, intenta determinar si existe una única manera de validar las teorías
científicas, pues si bien la experiencia y la observación son importantes no son determinantes
dentro del método científico. Es necesario tener en cuenta que la filosofía de la ciencia nos ha
permitido ver el método científico como algo menos lógico, riguroso y racional, ya que también
posee componentes pragmáticos imposibles de estandarizar en términos lógicos.

En este sentido el método científico tiende a reunir una serie de características que permiten la
obtención de nuevo conocimiento científico. Es el único procedimiento que no pretende obtener
resultados definitivos y que se extiende a todos los campos del saber (Asensi y Parra 2002). Así
pues, vale la pena aclarar que el método científico no es una receta perfecta para la elaboración
de conocimiento científico, sino que debe cada una de las ciencias y más aun cada uno de los
científicos plantear su propio método, con el fin de plantear problemas científicos que permitan
poner a prueba diferentes teorías, que nos lleven cada vez más cerca de lo que consideramos
saber científico. Con respecto a esto Asensi y Parra (2002) afirman que el método científico, rige
toda la actividad científica, desde la gestación del problema hasta la difusión del resultado.

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Resultados a los que podemos llegar a través de lo que llaman los filósofos de la ciencia la
falsación, toda teoría científica debe ser falseable para ser científica. Las creencias
pseudocientíficas o religiosas no son falseables luego no son científicas.

El Falsacionismo o Principio de Falsabilidad es una corriente epistemológica fundada por


el filósofo austríaco Karl Popper. Para Popper, constatar una teoría significa, intentar refutarla
mediante un contraejemplo. Si no es posible refutarla, dicha teoría queda corroborada, pudiendo
ser aceptada provisionalmente, pero nunca verificada. Además el buen científico es aquel que
trata de falsear o refutar las hipótesis que él mismo u otros han concebido. Es decir se debe
tratar de averiguar qué es lo que anda mal en las propias creencias acerca del mundo que nos
rodea. De esta manera Popper rechaza la inducción de la que hablan los filósofos del circulo de
Viena quienes afirmaban que el método de la ciencia debía estar basado en la inducción es decir
en el hecho de que a partir del conocimiento particular, que se repite muchas veces podemos
llegar a un conocimiento general, y por lo tanto la ciencia puede avanzar añadiendo
conocimiento al que tenía anteriormente. Frente a este aspecto Asensi y Parra (2002) afirman
que la ciencia no procede por inducción, saltando de la observación de casos singulares a la
formulación de una ley general. El genuino método científico es hipotético-deductivo.

Para Popper la racionalidad científica no requiere de puntos de partida incuestionables, pues no


los hay. El asunto es cuestión de método. Aunque la ciencia es inductiva, en primera instancia,
el aspecto más importante es la parte deductiva. La ciencia se caracteriza por ser racional, y la
racionalidad reside en el proceso por el cual sometemos a la crítica y reemplazamos nuestras
creencias. Frente al problema de la inducción Popper propone una serie de reglas
metodológicas que nos permiten decidir cuándo debemos rechazar una hipótesis y plantea un
método científico de conjetura por el cual se deduce las consecuencias observables y se ponen
a prueba. Es decir en lugar de buscar todos los casos que si son verificables, debemos buscar
un caso que no pueda serlo. Ya que en palabras de Popper millones de verificaciones no hacen
que una proposición general sea cierta. Sin embargo una sola vez que comprobamos que es
falsa la hace falsa para siempre. Así pues Asensi y Parra (2002) sostienen que:

“En ello veía además Popper el criterio de demarcación entre lo que es ciencia y no lo es. Por ejemplo, para él eran
seudociencias supuestos saberes como la astrología, la frenología, el marxismo (contra el que luchó con la misma fuerza que
contra el nazismo) y el psicoanálisis. Asuntos como el de la religión, pese a la importancia que puedan tener en la vida diaria
del hombre, no pueden ser considerados dentro del ámbito de la ciencia porque existe una imposibilidad, no ya de ser
verificados, como hubiesen dicho los neopositivistas vieneses, sino porque no pueden ser falseados ya que no se dejan incluir
dentro de una lógica científica”

La ciencia entonces no avanza aceptando proposiciones verdaderas sino rechazando


proposiciones falsas, lo que nosotros consideramos hoy como cierto es una ciencia provisional,
ya que la ciencia no avanza cada día sabiendo cosas nuevas sino que avanza dándose cuenta
de que lo que hasta ahora consideramos como cierto puede ser falso. La ciencia ya no es un
conjunto de proposiciones verdaderas sino un conjunto de proposiciones que de forma

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provisional son consideradas como verdaderas hasta que sean falseadas. Esto significa un
cambio profundo en la forma de concebir que es la ciencia.

Contra el método, Paul Feyerabend llama la atención acerca de la imposibilidad de que haya un
método capaz de garantizar el desarrollo del pensamiento científico. Por el contrario, cada vez
que avanza una ciencia se violenta el método utilizado y se descuida todo tipo de reglas
metodológicas. Asensi y Parra (2002) indican que, por diversas razones, la historia de la ciencia se
convirtió para Feyerabend en un ingrediente esencial de la filosofía de la ciencia. Feyerabend advirtió que
las reglas de referencia de la ciencia son violadas por los propios científicos, en oposición a las tesis
empiristas oficiales. Frente a Popper creía que no hay modo de delimitar, o demarcar -en terminología
popperiana- la ciencia de lo que no lo es. Por lo tanto podríamos decir que:

“Pues, en este sentido, hay que nombrar todavía al adalid del antimétodo o del anarquismo - dadaísmo científico: Paul
Feyerabend, quien sitúa, como otros filósofos de la ciencia, a ésta, en un contexto social, económico y político, histórico en
suma, determinado, y condicionado por él, o que haría, al menos, según ese contexto, que los resultados de la ciencia fuesen
unos u otros según a qué condicionamientos o incluso intereses respondiesen Asensi y Parra (2002).”

Feyerabend se considera a sí mismo un anarquista y realizó fuertes críticas de las


consecuencias políticas y sociales, del autoritarismo científico y del uso de la ciencia como
herramienta para la destrucción, la manipulación política y la enajenación de las libertades
ciudadanas. Su crítica apunta al discurso de certeza y verdad que avala al saber científico y le
da un derecho preferencial al hombre sobre la naturaleza. Señala también las falacias que con
llevan los éxitos tecnológicos, ya que dice que cada cultura tiene su propios medios para validar
la eficacia de las tecnologías que le interesan y le resulta vitales. Una de las más importantes
conclusiones que posee Feyerabend es que no es posible formular un método para conocer la
realidad que asegure que nuestros conocimientos son verdaderos. No es posible entonces
formular criterios que aseguren que la ciencia es superior, por lo tanto no hay razones que nos
obliguen a aceptar la ciencia como el saber imperante o definitivo en nuestra sociedad. En este
sentido Feyerabend no impugna las reglas metodológicas en cuanto tales, sino que se opone
únicamente al carácter universal, absoluto o comprehensivo que, según él, la gran mayoría de
los epistemólogos de la ciencia les conceden. Las reglas y procedimientos metodológicos son el
resultado de atender a la misma dinámica o contexto particular de cada investigación científica.
Feyerabend presenta su anarquismo en oposición a todo estándar de investigación
trascendental (Gargiulo 2016).

Por su parte Thomas Kuhn historiador de las ciencias, introduce a la filosofía de las ciencias una
nueva concepción de lo que significan los paradigmas en la obtención del nuevo conocimiento.
Según Kuhn un paradigma es una descripción científica que es generalmente aceptada y provee
un modelo de investigación, propone que en cualquier momento dado, los científicos trabajan
dentro de un determinado paradigma, esto es un conjunto de ideas y teorías básicas, una serie
de problemas a resolver, ciertos métodos experimentales y ciertos tipos de soluciones

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particulares que sirven como soluciones eficaces a los problemas. En ocasiones, no obstante, un
paradigma no es capaz de resolver todos los problemas, y estos persisten a lo largo de los años
o de los siglos, tal vez acumulándose junto con otros. En ese caso el paradigma en conjunto
comienza a ponerse en cuestión y los científicos comienzan a considerar si supone el marco
más adecuado o la forma más correcta de abordar los problemas o si debe ser abandonado. La
crisis supone la proliferación de nuevos paradigmas, en un principio tentativo y provisional, con
vistas a resolver la o las cuestiones más problemáticas. Estos nuevos paradigmas compiten
entre sí y cada uno trata de imponerse como el enfoque más adecuado.
Así pues, los viejos científicos, apegados al antiguo paradigma no podrán adaptarse a la nueva
visión, irán muriendo, mientras que los abrazadores del recién estrenado forman una nueva
comunidad científica Asensi y Parra (2002).

En conclusión podemos decir que científicos y filósofos continúan entablando un intenso e


ininterrumpido dialogo, para lograr dar una explicación a cerca de la naturaleza del mundo. Sin
embargo por su propia naturaleza, la filosofía se ocupa de temas que parecen intrínsecamente
algo diferente a la ciencia, tal como la ética o la estética. Entonces podríamos decir que parte
de la filosofía debe ser ciencia que esta por nacer, así, la filosofía podría ser el nacimiento de
las ciencias del mañana. La filosofía se interesa por todos y cada uno de los campos del
conocimiento, ya que en todos ellos es posible realizar preguntas filosóficas tales como: cual es
el objeto de estudio, como investigamos a cerca del mismo, cuales son los conceptos del tema a
investigar, etc. Todas estas preguntas se aplican obviamente a la filosofía de la ciencia.
El método científico, como camino de investigación científica y la confrontación de la ciencia, en
apoyo de las diversas etapas o fases permiten consolidar la ciencia y la filosofía. Entre tanto que
Karl Popper confronta la falsación versus la verificación de la ciencia necesaria para un proceso
científico. Thomas Kuhn, que propone las teorías llamadas paradigmas y las estructuras de las
revoluciones científicas y desde luego Paul Feyerabend que se opone a un método eficaz para
el desarrollo científico.

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Referencias Bibliográficas

 ASENSI-ARTIGA, V. y PARRA-PUJANTE, A. (2002). El método científico y la nueva


filosofía. Anales de documentación. No.5, Pág. 9-19.

 GARGIULO, T. (2016). El relativismo de Paul Karl Feyerabend. Ideas y Valores. No.160,


Pág. 95-120.

 MOULINES, U. (2015). Popper y Kuhn. Dos gigantes de la filosofía de la ciencia del siglo
XX. España: Bonalletra Alcompas.

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