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Cómo es una personalidad pesimista

Podemos definir una personalidad pesimista como una forma de comportamiento y

pensamiento caracterizada por el hecho de juzgar todo de la peor forma. Es decir,

cuanto ocurra o pueda suceder será siempre interpretado desde un enfoque no vaticina un

buen desenlace.

Pero ahora debemos pensar si esto está realmente relacionado con la tristeza.

Es decir, ¿esta forma de ver el mundo implica realmente que el individuo es depresivo o

sufre un dolor emocional de cierta magnitud?

La verdad es que no. Es decir, hay personas pesimistas que realmente no tienen

esperanza en que una situación concreta o todas ellas puedan mejorar. En este caso, pueden

aparecer síntomas como la depresión o la indefensión aprendida. No luchan y no

se esfuerzan porque todo vaya a ir de forma positiva.

Sin embargo, hay otro tipo de personalidad pesimista que sí mantiene la esperanza. A

pesar de que su experiencia le lleva a pensar en negativo o a ponerse en el peor de los casos

como forma de defensa, no significa que realmente crea que todo irá mal siempre.

Características de una personalidad pesimista

Sea como fuere, una persona con personalidad pesimista, sea más o menos triste, suele

presentar siempre una serie de características comunes que la define bien. ¿Te parece si

vemos las más conocidas?

1. En busca de la verdad: un pesimista se enfrenta cara a cara con la verdad, sin

cortapisas ni paños calientes. Prefieren una realidad desagradable a que le traten de


forma condescendiente o a que le endulcen una situación que realmente no es

agradable.

2. Su atención siempre irá a lo negativo: los individuos con este tipo de

personalidad enfatizan lo malo. Para este perfil, se da por hecho que lo que está bien

funciona como debe, así que no les llama la atención. Pero ante cualquier problema

o algo que no está bien, ellos no lo normalizan, sino que lo detectan y lo denuncian.

3. Sus expectativas siempre son bajas: como dijimos, una personalidad pesimista

puede ser una forma de defensa. Así pues, estas personas crean su propio escudo

que las defiende de la frustración. Con esta coraza protectora lógicamente no guardan

grandes esperanzas de futuro. Sus expectativas son muy bajas y saben que para

mejorarlas necesitan hacer sacrificios y esforzarse.

4. Son muy resistentes: ante procesos complejos, como podría ser un duelo o perder

un puesto de trabajo, muestran una enorme resistencia. Viven los malos

momentos como una parte lógica de la vida. Son conscientes de que lo malo

va a ocurrir hagan lo que hagan, por lo que lo aceptan, amortiguan el efecto y

muestran estabilidad emocional bastante elevada.

5. No es una patología: muchos creen que el pesimismo es una patología o parte de

ella, pero no tiene por qué ser así. A veces es un simple patrón. También para

muchos perfiles es parte de una forma de ser realista. Ahora bien, podrá ser parte de

un trastorno psicológico como la depresión, pudiendo encontrarse como un síntoma.

6. Algunas personas ocultan el pesimismo: no es extraño, dado que socialmente

no se ve bien, que muchos lo oculten. En un mundo en que la superación personal y

el camino al éxito parece ser lo que prima, muchos individuos esconden su verdadera

forma de ser, más realista y pesimista. No obstante, va contra su naturaleza y les

puede provocar estrés.

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