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BLUEFIELDS INDIAN AND CARIBBEAN UNIVERSITY

BICU
Cede El Rama

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

Carrera Licenciatura en Derecho

Derecho Procesal Penal


Tema: Manifestaciones del principio de Oportunidad, La prescindencia de la
Acción Penal en Nicaragua.
Lic. Marlyn Blandón Dinarte
Integrantes:
1. María Adilia Ugarte González
2. Jesling González Suarez
3. Flor de María Báez Cerna
4. María Fernández Murillo.
3er Año
Modalidad:
Sabatino
El Rama, sábado 21 de abril de 2018

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Objetivos General:
 Reconocer la importancia que tiene la aplicación del principio de oportunidad en la
resolución de conflictos en la legislación nicaragüense.

Objetivos específicos:
 Explicar la naturaleza jurídica, clases y objetivos del principio de oportunidad en nuestro
sistema jurídico.
 Exponer en que consiste la prescindencia de la acción penal, como manifestación del
principio de oportunidad.

Introducción
El presente trabajo tiene la finalidad de explicar la necesidad que tiene la aplicación de las
manifestaciones del principio de oportunidad para la resolución de conflictos, una vía
satisfactoria para las partes a través del dialogo y llegar al entendimiento y cumplir con las
finalidades que tiene el código procesal penal y que pueden acceder a ellas antes y durante el
proceso, para aquellas faltas y delitos menos graves.
Este principio busca evitar el congestionamiento de estos tipos de delitos en los tribunales.
Otro de los fines del este principio es la búsqueda de la paz jurídica y celeridad procesal
respaldada por la equidad y la seguridad jurídica así como lo establece nuestra Cn.
Se abordará especialmente la forma de manifestación del principio de oportunidad “la
prescindencia de la acción penal” la Ley Orgánica del MP Ley 346 e aprobada en el año 2000,
se crea el ente encargado de la acción penal ,una institución independiente con autonomía
orgánica funcional y administrativa encargada de la función acusadora , la representación de
los intereses de la sociedad y de la víctima del delito en el proceso penal a través del fiscal
general de la república y que solo estará subordinado a la Cn y leyes.
El MP puede dejar de acusar si existe delito y pruebas que comprometan a una persona salvo
la aplicación de criterios de oportunidad o salidas alternas lo que permite al MP no acusar y por
lo tanto no provocar un juicio con los costos que implican en persona tiempo y recursos para
los casos de menor trascendencia social en las que las partes quieran llegar a un acuerdo para
la reparación del daño.

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Antecedentes
Evolución histórica del principio de oportunidad.
Las referencias doctrinales del principio de oportunidad en los países europeos no son tan
recientes como se podría suponer y encontramos muchos planteamientos meramente
legislativos que se remontan al procedimiento penal de la época germánica de la cual nace el
procedimiento en Inglaterra, modelo posteriormente acogido en los Estados unidos de América,
en llamado Adversare System.,
Este modelo Norteamericano que permite la ―negociación de la justicia‖ ha venido siendo
esparcido paulatinamente en todo el continente americano, iniciando por la reforma procesal en
Guatemala, pasando por Costa Rica, Paraguay, entre otros actualmente reflejado en nuestro
CPP.
Las primeras manifestaciones de la puesta en práctica del principio de oportunidad puede que
no sean posibles de determinar con exactitud, pero según estudiosos del derecho, entre ellos,
como lo señala Luis Chang Pizarro, en su obra Criterios de Oportunidad en el Código Procesal
Penal, es posible que el precursor o el primero de los países continentales de Europa en donde
tuvo sus inicios el principio de oportunidad, fue Alemania; dicho principio sentó precedentes y
afectó de cierto modo la aplicación del principio de legalidad con la aprobación de la “Reforma
Emminger”(1923)5 al establecer algunos institutos del principio en estudio, como lo eran: los
supuestos de mínima culpabilidad o escasa reprochabilidad. La aprobación de dicha ley,
posiblemente, fue para el sistema germano, un método de resolver conflictos al verse atacados
por las dos guerras mundiales y por un sin número de conflictos bélicos, que no fueron más
que una pesada carga de problemas sociales, judiciales y destrucciones materiales, no se
puede obviar al sistema iberoamericano, aunque no haya tenido idénticas circunstancias como
las del sistema germano, aceleraba la implementación de una nueva forma de resolución de
conflictos
En Nicaragua: Los antecedentes históricos reflejan en la incorporación de algunas formas de
manifestación del principio de oportunidad que no necesariamente están delimitadas al ámbito
del derecho penal, tal es el caso de las manifestaciones del principio de oportunidad contenida
y reguladas en el artículo 125 del código de la niñez y la adolescencia publicado en la gaceta
97 del 27 de mayo del año 1998 y que entro en vigencia el 27 de noviembre del mismo año.
Otro antecedente dentro de nuestra legislación lo constituye el artículo 94 de la ley orgánica del
poder judicial que establece la mediación previa en todo tipo de asuntos judiciales, sean en el
ámbito familiar, civil, mercantil, laboral, agrario, etc., y la cual data desde el 7 de julio de 1998 y
entro en vigencia en enero de 1999. EL más reciente antecedente del principio de oportunidad
lo encontramos en el vigente código procesal penal en el artículo 14 del título preliminar y en
los artículos del 55 al 62.

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DESARROLLO
Concepto del principio de oportunidad.
Concepto general: Principio de oportunidad, es la facultad que tiene el Ministerio Público, para
que en atención a determinados supuestos (relación con el hecho mismo, con las personas que
lo cometen, o la relación de este, con otro sujeto o hecho), permita a este condicionar
abstenerse de no iniciar la persecución penal pública o abandonar la ya iniciada cuando el
hecho delictivo no comprometiere gravemente el interés público a menos que la pena mínima
asignada al delito excediere la de reclusión menores en su grado mínimo o que se tratare de un
delito cometido por un funcionario público en el ejercicio de sus funciones. Es una posibilidad
de desarrollo de la política criminal, desde una modificación procesal de la inflexibilidad de la
legalidad procesal en beneficio del imputado, de la víctima y la celeridad de la Administración
de Justicia.
P.DE OPORTUNIDAD: es la potestad otorgada al MP para prescindir de la acción penal con
arreglo de las partes según los supuestos establecidos por la ley siempre bajo el control legal
del órgano jurisdiccional competente como es el juez.
Los principios de legalidad y de oportunidad, sostiene Gimeno Sendra, nos indican qué
condiciones debe ejercitarse y extinguirse la acción penal o, lo que es lo mismo, cuándo y
cómo debe incoarse y finalizar el proceso penal.
La regla general de nuestro sistema procesal es el principio de legalidad: corresponde al
Ministerio Público instar obligatoriamente la acción de la justicia penal cuando tenga
conocimiento de la perpetración de un delito y existan mínimos fundamentos racionales de su
comisión. Sin embargo, paralelamente y como excepción puntual a su ejercicio, la ley en
determinados supuestos taxativamente reconocidos faculta al Fiscal a abstenerse de promover
la acción penal o a provocar el sobreseimiento de la causa si el proceso ya se ha instaurado.
Claus Roxin define el principio de oportunidad, obviamente reglado, como aquel mediante el
cual se autoriza al Fiscal a optar entre elevar la acción o abstenerse de hacerlo –archivando el
proceso –cuando las investigaciones levadas a cabo conduzcan a la conclusión de que el
acusado, con gran probabilidad, ha cometido un delito
El Principio de Oportunidad es un postulado rector que se contrapone excepcionalmente al
Principio de Legalidad Procesal, corrigiendo su exceso disfuncional, con el objetivo de
conseguir una mejor calidad de justicia, facultando al Fiscal, Titular de la Acción Penal, decidir
sobre la pertinencia de no dar inicio a la actividad jurisdiccional penal, independientemente de
estar ante un hecho delictuoso como autor determinado, concluyéndola por acto distinto al de
una sentencia y teniendo como sustento de su conclusión los criterios de falta de necesidad de
la pena o falta de merecimiento de la misma, todo ello amparado en la necesidad de
solucionar, en parte, el grave problema de la sobrecarga y congestión procesal y penitenciaria,
y, asimismo, promover bajo formas novedosas y premisas propias del derecho conciliatorio que
el derecho penal no sólo llegue a sus destinatarios, sino que sea con mayor justicia para la
victima

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.
Julio Maier, lo define como "la posibilidad de que los órganos públicos, a quienes se les
encomienda la persecución penal, prescindan de ella, en presencia de la noticia de un hecho
punible o, inclusive, de la prueba más o menos completa de su perpetración, formal o
informalmente, temporal o indefinidamente, condicional o incondicionalmente por motivos de
utilidad o razones político criminales".
Para Von Hippel "es aquel en atención a cual el Fiscal debe ejercer la acción penal, con arreglo
a su discrecional arreglo, en uno de los determinados supuestos regulados legalmente".
Claus Roxín señala: "es la contraposición teórica del Principio de Legalidad, mediante la cual
se autoriza al Fiscal a optar entre elevar la acción o abstenerse de hacerlo archivando el
proceso cuando las investigaciones llevadas a cabo conduzcan a la conclusión de que el
acusado, con gran probabilidad, ha cometido un delito".
Por su parte Gimeno Sendra considera: "facultad que el titular de la acción penal asiste, para
disponer, bajo determinadas condiciones, de su ejercicio con independencia que se haya
acreditado la existencia de un hecho punible.
CLASES Y FORMAS
CLASES:
Principio de Oportunidad rígido:
Es cuando dentro de la legislación se estipulan una serie de condicionamientos para su
aplicación y además se articula expresamente los tipos penales que pueden ser materia de
este principio, de tal forma que la norma prescribe la forma, modo, circunstancia y tipo penal
aplicable.
Principio de Oportunidad Flexible:
Es cuando dentro de la legislación se estipulan si bien condicionamientos para su aplicación,
éstos son de carácter general y no coactan la deliberación y decisión de la autoridad encargada
de aplicarla, además la norma prescribe no tipos penales aplicables, sino supuestos de
carácter interpretativo.

Formas:
Principio de Oportunidad Extra proceso:
Se verifica en la etapa Fiscal, un supuesto previsto en la Ley, documentación suficiente, causa
probable de imputación, consentimiento expreso del imputado y, en su caso, la reparación del
daño causado que ha de estar sustentada en un acuerdo o disposición de la autoridad en este
sentido.
Principio de Oportunidad Intra Proceso:

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Se verifica en la etapa Judicial, requiriéndose un supuesto previsto en la Ley, el Expediente
penal con la realidad del delito y la vinculación del autor, la solicitud del imputado y/o el
Dictamen del Fiscal proponiendo al Juez la aplicación del referido principio y, en su caso, la
reparación del daño causado que ha de estar sustentada en un acuerdo o disposición de la
autoridad en este sentido.

FUNDAMENTO LEGAL DEL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD.


En nuestra sociedad los conflictos se han incrementado por distintos factores sociales,
económicos, políticos, familiares etc., por lo que se hace necesario constar con órganos y
mecanismos eficientes y confiables para solucionar de forma expedita y razonable los conflictos
penales y así cumplir con la finalidad del proceso establecida en el artículo 7 del CPP. Que
textualmente dice: el proceso penal tiene por finalidad solucionar los conflictos de naturaleza
penal y establecer la paz jurídica y la convivencia social armónica, mediante el esclarecimiento
de los hechos y la determinación de las responsabilidades de los acusados, la aplicación de las
penas y medidas de seguridad que en justicia procedan y de otras soluciones basadas en las
disposiciones de la acción penal la mediación y acuerdo entre las partes en los casos
autorizados por este código.
Es por ello que se necesita de los medios, mecánicos o formas de solucionar conflictos
penales, para así reconstruir la paz que quebranta por el hecho punible, y para esto se han
creado dos formas de resolver los conflictos penales.
Una en donde las personas involucradas en un conflicto penal deciden solucionarlo sin romper
relaciones jurídicas y de forma social, a través del código utilizando la razón y el entendimiento
llegan voluntariamente a un acuerdo de solución satisfactoria, para ambas partes, dando fin a
las controversias de una forma más rápida y menos adversa.
La otra forma es la tradicional y más usada, es de carácter antagonista. Supone que las partes
tienen posturas contrarias y que estas son inconciliables o que el estado no permite su
conciliación por estar en juego bienes jurídicos de relevante importancia social. En el primer
caso, las partes del conflicto penal ventilan el enfrentamiento mediante la intervención de un
tercero, que puede actuar de dos maneras, una conduce el dialogo cordial sin ofrecer fórmulas
de avenimiento y otra proponiendo soluciones.
El fiscal puede, asimismo, disponer de la acción penal. En el segundo supuesto, el juez penal
es quien resuelve el conflicto que se le plantea por medio de una sentencia.
Es necesario para mantener la paz social y el bien común regular las relaciones entre los
ciudadanos para determinar y limitar los derechos y obligaciones que tiene cada ciudadano, así
como establecer las consecuencias de sus actos. Por esto el estado y la sociedad crean las
formas jurídicas, que deben ser cumplidas de forma voluntaria o coercitiva.
FIN Y OBJETIVOS DEL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD.
Reparar los daños provocados por el hecho punible cometido.
La reinserción del ofensor a la comunidad.

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El respeto a la dignidad y los intereses de la víctima
La protección a los bienes sociales.
Y la restauración de la paz.
Los objetivos del principio de oportunidad.
Al relacionar los conceptos doctrinales y fundamentos podemos afirmar que tiene como
objetivos básicos los siguientes:
1. En primer término, descriminalizar cuando haya otro mecanismo de reacción social más
eficaces o parezca innecesario el proceso y la pena.
2. En segundo lugar, pretender volver los ojos hacia la víctima en la medida en que en
muchos casos exigirá la indemnización previa.
3. En tercer lugar, buscar la eficiencia del sistema frente a hechos más relevantes y de
mayor gravedad social, al permitir descongestionar los atascados tribunales, de manera
tal que les permita intervenir en los hechos más lesivos y esenciales para la comunidad
y los ciudadanos.

Según nuestra Constitución Política.


La constitución política de Nicaragua establece dentro del título de los derechos, deberes y
garantías del pueblo nicaragüense, las reglas esenciales que auguran el debido proceso. Por
otra parte el artículo 46 señala que en el territorio nacional toda persona goza de la protección
estatal y del reconocimiento de los derechos inherentes a la persona humana, del irrestricto
respeto, promoción y protección de los derechos humanos, y de la plena vigencia de los
derechos consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; en la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; en el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de la Organización de las Naciones Unidas y en la Convención Americana de
Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos, cuyo preceptos contemplan,
fortalecen y conforman la guía de nuestro procedimiento penal.
También encontramos dentro de la Constitución política en el artículo 34 como garantías
individuales mínimas, que todo procesado tiene derecho en igualdad de condiciones en el
inc.2: A ser juzgado sin dilaciones por tribunal competente establecido por la ley. Lo cual
encuentra vinculación con la finalidad del principio de oportunidad, en virtud en que se
encamina a abreviar los procesos como una alternativa de solucionar los conflictos de
naturaleza penal en forma anticipada, y en el inc. 8 de este mismo artículo nos dice: que se le
dicte sentencia dentro de los términos legales, en cada una de las instancias del proceso, esta
se refiere a la inmediatez de los procesos en materia penal. Esta misma actitud concuerda con
el artículo 8 CPP. El cual nos plantea el principio de gratuidad y celeridad procesal, nos
expresa que la justicia en Nicaragua es gratuita. En sus actuaciones los jueces y el Ministerio
Público harán prevalecer bajo su responsabilidad la realización pronta, transparente y efectiva

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de la justicia. Toda persona acusada en un proceso penal tiene derecho a obtener una
resolución en un plazo razonable sin formalismos que perturben sus garantías constitucionales.
IMPORTANCIA DEL SURGIMIENTO DEL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD EN LA
LEGISLACIÓN NICARAGÜENSE.
Uno de los avances más trascendentales del nuevo CPP, es el contenido en el Arto. 14 de este
código, el cual establece una serie de medidas alternas a la persecución penal como lo es el
principio de oportunidad..
El estudio del tema del principio de oportunidad como institución, no deja de atraer muchas
incógnitas, las cuales podrían venir a sembrar desconfianza e incredibilidad en el sistema penal
de nuestro país, por el hecho de que se pueda llegar a confundir el fin de éste principio, y se
quiera establecer como único procedimiento, la aplicación de soluciones alternas a conflictos
establecidos por el arto. 55 CPP, para todos los delitos de “bagatela” que lleguen a manos del
sistema penal; otro inconveniente sería, una visualización errónea del objetivo del principio de
oportunidad, y se pueda llegar a convertir o considerar como algún tipo de procedimiento para
la impunidad.
El término “bagatela” puede llegar a ser considerado discriminatorio para los tipos de delitos
que son de poca relevancia, porque hasta su mismo significado lo considera como
“insignificancia”, porque se ha tratado de que los delitos leves y las faltas penales sean
procesados a través de las medidas alternas al juicio, para evitar la saturación del sistema
penal, pero muchas veces lo que para el sistema es irrelevante, para las partes, en un proceso
de ésta naturaleza, puede llegar a ser un gran conflicto, no solo económico, por la pobreza
eminente en nuestro país y en los demás países de la región centroamericana, sino que
también social y moral. Podría venir a ser minimizado por tales medidas alternas a la
persecución penal, ya que no es novedad que a diario se sumen más y más casos para ser
llevados a los tribunales y ser resueltos por los judiciales.
Nuestro país en algún momento deberá entrar en un período de información, acerca de las
facilidades y legalidades que se pueden llegar a obtener por la puesta en práctica de los
medios alternos de solución de conflictos penales, tales como: mediación, prescindencia de la
acción, el acuerdo y la suspensión condicional de la persecución.
Se considera oportuna la máxima inclusión de medios alternos en el diario mundo de la
comisión de delitos, para obtener una cultura de paz verdadera, el índice de denuncias crece
de manera alarmante y se ven abarrotados diariamente por los juicios orales de delitos
cometidos, existe, según un medios periodísticos de circulación nacional, un leve inicio de
puesta en práctica del Principio de Oportunidad contenido en el CPP, en donde las autoridades
judiciales han apoyado la aplicación de dicho principio, obteniendo excelentes resultados, en
donde el diálogo entre las partes no es la última vía utilizada para resolver los conflictos.
La viabilidad de poner en práctica los medios alternos, no sólo por la falta de costumbre del
diálogo entre la ciudadanía, sino que por desconfianza de la población en el proceso penal de
nuestro país, es aquí donde están los mayores retos de la aplicación del principio.

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Problemática en la aplicación de las manifestaciones del principio de oportunidad en el proceso
penal nicaragüense L0s nuevos medios alternos para resolver conflictos en materia penal,
concibe una serie de contrariedades entre lo que dispone la norma y lo que se ejecuta como
parte de la costumbre, ya que aunque, el objetivo que se desea alcanzar con la ejecución de
las instituciones de éste principio, es la paz jurídica entre las partes procesales, así también
como el respeto a las víctimas y el resarcimiento de los daños ocasionados con la comisión de
una falta penal o delito; por otro lado, diariamente, la vía del diálogo, para disipar conflictos de
índole penal, no se considera una de las primeras opciones en la búsqueda de ágiles
soluciones de conflictos, ya que las conversaciones pacíficas entre las partes, la mayoría de las
veces, se ven alejadas por sentimientos de rencor y muchas veces de odio entre éstas; como
es el caso de los maltratos de violencia intrafamiliar, en donde en el noventa por ciento de los
casos, las víctimas son mujeres y niños.
Del mismo modo, los objetivos con los que fue creada la figura de los medios alternos para
solucionar conflictos, se ven traicionados por la falta de conocimiento de éste tipo de medios,
ya que un buen porcentaje de población, que enfrenta algún tipo de dificultad de tipo penal,
optaría por solucionar de manera pacífica, sin llegar a un proceso en los tribunales penales de
nuestro país, ya sea por la pobre economía que enfrenta la población nicaragüense, o por el
simple deseo de concluir lo antes posible, ese conflicto que absorbe tiempo y dedicación de
parte de los involucrados.
La problemática que se da es debido a que dichas manifestaciones, en la práctica, no son del
conocimiento de las partes (acusado y víctima), de lo contrario, se estaría evitando que una
gran cantidad de procesos que pueden ser mediables o sujetos de acuerdo, a los cuales se les
impondría la pena mínima de tres años, vayan a juicio y que después de que el procesado
haya pasado un tiempo en prisión, sea favorecido con el beneficio de la condena condicional
establecido en el arto 103 , de nuestro todavía vigente Código Penal, en pocas palabras, si las
partes procesales estuviesen más informados de éstos criterios de oportunidad, los delitos y
faltas mediables, no estarían pasando por todo un proceso en nuestros tribunales penales;
asimismo, por desconocimiento, se pierde la posibilidad de que se logre una restitución por los
daños ocasionados a la víctima, establecidos por la Mediación (previa o durante el proceso), ya
que del conocimiento de la víctima ni del acusado el compromiso de pago (plazo restitutorio) en
delitos contra el patrimonio, siempre y cuando no haya mediado violencia o intimidación, para
que de éste modo se estaría permitiendo una solución pronta a ése conflicto penal, en
beneficio de la economía procesal.
MANIFESTACIONES DEL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD
El nuevo modelo acusatorio del que goza hoy en día la nueva legislación penal de
nicaragüense, ha venido a tratar de eliminar un sin número de debilidades por las que estaba
pasando el ejercicio de la acción penal con el sistema inquisitivo anterior, ejemplo de ello, es la
aplicación del principio de oportunidad, establecido en el arto. 55 de nuestro código procesal
penal, el presente artículo establece como manifestaciones del principio de oportunidad:
1. La mediación,

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2. Prescindencia de la acción penal,
3. El acuerdo y,
4. La suspensión condicionada de la persecución
Estas medidas alternas de solución de conflictos, pueden ser ejecutados con fines que pueden
ser reparados, en los casos donde el acusado o investigado busque resarcir el daño causado a
la víctima, o con fines de colaboración por parte del imputado para con las investigaciones de
hechos punitivos, y de esta manera detener el índice de violencia y criminalidad. Como es
comprensible, la aplicación de estas manifestaciones del principio de oportunidad, están
limitadas por ciertos preceptos, que establecen la no procedencia de aplicación de este
principio, cuando se trate de:
a. Delitos en perjuicio del estado
b. Delitos cometidos por funcionarios públicos (designados por el ejecutivo, asamblea
nacional, elección popular o cuando estén en cargos de confianza)
El ejercicio de la acción civil en sede penal por parte de la víctima, no se verá obstaculizado por
la aplicación de alguna de las manifestaciones del principio de oportunidad.
PRESCINDENCIA DE LA ACCIÓN PENAL.
Es una las manifestaciones del principio de oportunidad mediante el cual el MP otorga otras
salidas beneficiosas a los acusados , al decidir no perseguir o no continuar con la persecución
de un delito siempre y cuando las circunstancias de cada encaje perfectamente con los
supuestos establecidos por la ley.
La prescindencia de la acción penal no es más que el ofrecimiento de otra medida o salida
beneficiosa que hacen los fiscales al imputado o acusado para resolver el conflicto penal
después de haber terminado el proceso de investigación o cuando tienen datos que permiten
disponer de la acción, porque el hecho cabe en los supuestos permitidos por la ley para tal
efecto, una facultad que al titular de la acción penal asiste, para disponer bajo determinadas
condiciones de su ejercicio, con independencia de que se haya acreditado la existencia de un
hecho punible contra un autor determinado.
El Dr. Marvin Aguilar, establece que la figura de la prescindencia de la acción penal favorece al
acusado al afirmar que dicho instituto viene a jugar el papel de “…ofrecimiento de otra medida
o salida beneficiosa que hacen los fiscales al imputado o acusado para resolver el conflicto
penal, después de haber terminado el proceso de investigación, o cuando tienen datos, que
permitan disponer de la acción por que el hecho cabe en los supuestos permitidos por la ley
para el efecto…”
CASOS EN LOS QUE SE PUEDE PRESCINDIR DE LA ACCIÓN
PENAL.
La persecución de los delitos no convencionales es unos de los principales retos del ministerio
público en un estado de derecho, de ahí que la institución procesal de la prescindencia de la

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persecución y el acuerdo en el supuesto de la colaboración del imputado o acusado, constituye
el reto del ministerio público en la lucha contra las modernas formas de criminalidad (tráfico de
influencias, narcotráfico, tipos de fraude, espionaje, piratería industrial, delitos cibernéticos,
lavado de dinero) cuyo común denominador es la utilización abusiva de los aparatos de poder
político o económico o el uso sistemático de la violencia. El daño social es el efecto inmediato,
enorme y poco publicitado.
La doctrina ha definido los delitos no convencionales como aquellos hechos que de un modo
más intolerable afectan la convivencia pacífica de una sociedad, los llamados delitos
económicos, esto es, la utilización de una estructura de poder para obtener abusivamente, es
decir, más allá de los razonable, o desviar en provecho propio, recursos, riquezas y bienestar
que son patrimonio de la comunidad.
Los casos en los que la ley permite prescindir de la acción penal están claramente enumerados
del art.59 del CPP. Y son los siguientes:
A) cuando la participación del procesado en el delito que se deja de acusar es menor frente el
delito que el acusado ofrece información y colaboración para su investigación y acusación.
En este caso su aplicación será potestad exclusiva e indelegable del fiscal general de la
república. Ejemplo: se deja de acusar al que transportaba droga porque este ofreció
información y su testimonio para perseguir al fabricante y distribuidor o productor o a
alguien que tenga mayor responsabilidad autoría o participación en el mismo hecho
delictivo del cual el sujeto pasivo colabora voluntariamente para que sea perseguido y
procesado Este supuesto casi por regla supone que el colaborador será beneficiado con el
sobreseimiento del proceso en su contra y que será presentado como testigo en el proceso
que se instruye o instruirá en otras de las personas cuya persecución facilita
B) Cuando el acusado haya sufrido daño físico o psíquicos mayores a la pena que se le podría
aplicar. Ejemplo: el que quería robar una luminaria de los postes y por desconocimiento
toca cables de alta tensión que le provoca quemaduras en primer grado en el 85% de su
cuerpo.

C) Cuando la pena que se quiere imponer sea menor a la pena o penas ya impuestas al
acusado o a las posibles penas que puedan imponerse por hechos en investigación o en
proceso. Ejemplo: contra una persona que siendo procesada por homicidio con motivo de
la investigación se conoce o surge una nueva denuncia por amenazas de muerte se trata
de facilitar la tarea del fiscal y de evitar que se distraiga la atención del jurado o del juez
técnico con hechos y pruebas relativas al delito menos grave así como de evitar el costo de
un nuevo proceso por un delito menos grave cuando el condenado está sufriendo ya una
pena por un delito grave.

En cuanto a la pena natural se considera suficiente castigo para el infractor la pena natural de
orden físico o moral grave derivada del hecho punible y no se discrimina entre delitos culposos
y dolosos por lo que estimamos que el instituto puede aplicarse en ambos casos. También se

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prevé la posibilidad de Prescindir de la Persecución Penal, cuando concurran los supuestos
bajo los cuales el tribunal está autorizado, para prescindir de la pena en relación con la
irrelevancia de la pena o medida de seguridad que se impondrá, comparada con la ya impuesta
o la que debe imponerse por los restantes hechos o infracciones o la que se impuso o se
impondría en un proceso tramitado en el extranjero, debe señalarse que lo que ocurre, es que
se considera suficiente sanción la pena o medida impuesta por otro hecho, desde el punto de
vista de la función correctora del derecho penal.

PROCEDIMIENTO Y COMPETENCIA DE LA PRESCINDENCIA


DE LA ACCIÓN PENAL.
El artículo 10, incisos 1 al 4 de la Ley Orgánica del Ministerio Público (LOMP) señala, dentro de
las atribuciones del Ministerio Público y el arto 51 CPP.
1. Promover de oficio o a instancia de parte la investigación y persecución de delitos de
acción pública. En los casos que sean competencia de la Contraloría General de la
República, de acuerdo con la ley de la materia el Ministerio Público instará a ésta para
que se pronuncie en los términos que la ley exige.
2. Remitir a la Policía Nacional las denuncias recibidas para que practique la investigación
respectiva con las instrucciones jurídicas que estime pertinente.
3. Recibir las investigaciones de la Policía Nacional y determinar bajo su responsabilidad el
ejercicio de la acción penal.
4. Ejercer la acción penal en los delitos de acción pública. Y disponer de estas en los casos
previstos por la ley, los que refrendan la potestad que le asiste al Ministerio Público para
optar en la aplicación de la acción penal en los casos regulados por la ley.
La acción penal es aquella que se origina a partir de un delito y que supone la imposición de
un castigo al responsable de acuerdo a lo establecido por la ley. De esta manera, la acción
penal es el punto de partida del proceso judicial. , supone un ejercicio de poder por parte del
Estado y un derecho a la tutela para los ciudadanos que sufren las consecuencias de un delito
cometido contra su persona.
En un sentido filosófico, la acción penal es una de las formas que tiene el Estado para
reestablecer la paz social que fue alterada por la comisión de un delito. La promoción de una
acción penal puede ser ejercida tanto por el poder estatal como por particulares.
Una vez iniciada una acción penal, su primera etapa consiste en la investigación (la búsqueda
de pruebas), la persecución (el ejercicio de la acción ante el tribunal competente) y la
acusación (se exige un castigo). Durante el juicio, cada uno de estos pasos es concretado y, en
base a la acción, el juez se encarga de dictar la resolución conforme a lo estipulado por las
leyes vigentes.

Tipos y formas de la acción penal

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Existen dos tipos de acción penal, la pública y la privada. La primera hace referencia a lo que
concierne al ministerio público, sin perjuicio de la participación de la víctima y la segunda le
corresponde a la víctima específicamente.
Existe, además, un tipo de acción que recibe la clasificación de acción pública penal a instancia
privada que existe cuando el ejercicio de la acción pública depende estrictamente de una
instancia privada, en tal situación el ministerio público debe presentar una instancia para poder
representar dicha acción.
Los hechos que pueden perseguirse por la acción privada son las violaciones de la propiedad,
la injuria o infamación que afecte a un individuo o la violación de la propiedad industrial.
Por su parte, la instancia privada puede perseguir las vías de hecho, los golpes y heridas que
dejen lesiones, las amenazas, los robos sin armas y sin violencia, las estafas y las falsificación
de escrituras o documentos, entre otros. En este caso, la acción nace cuando la víctima
presenta una denuncia y, a partir de ese momento, se comienza con la persecución de los
imputados.
Cuando el hecho punible ha sido llevado a cabo contra un incapaz o un menor por parte de
alguno de sus padres o tutores, que serían teóricamente sus representantes, por evidentes
razones es el ministerio público el que ejerce la acción.
Es importante señalar también que la acción civil puede ejercerse de forma simultánea con la
penal, siempre y cuando se respeten las normas pautadas en el código procesal penal. A
veces se las trata de forma conjunta y otras, por separado en los tribunales civiles; en este
último caso se paraliza el ejercicio hasta que se dicta un veredicto.
La decisión de prescindir de la persecución penal en los casos del numeral 1 del art. 60 del
CPP. Es potestad exclusiva e indelegable del fiscal general de la república. En los demás
casos la decisión corresponderá a los fiscales auxiliares.
En todos los casos la decisión se hará constar en resolución justificada por el fiscal competente
la que deberá ser presentada inmediatamente ante el juez que corresponda a fin de que este
ejerza el respectivo control de legalidad. Que no es otra cosa que analizar si el hecho descrito
en la solicitud cabe dentro de alguno de los supuestos de la ley y por lo mismo si la petición se
ajusta a ley penal. Bajo el precepto que señala el código procesal penal, es una posibilidad
para el imputado de que si acepta los hechos de la imputación cesará la persecución penal, la
que puede carecer de sentido debido a las circunstancias específicas del delito.
El juez solo puede rechazar la decisión del fiscal si no encaja en el hecho en lo dispuesto por el
art.59. Si está bien hecha la acusación del hecho a la norma el juez deberá aceptar la decisión
pues el fiscal tiene la potestad de decidir si ejerce la acción.
Una vez que el juez haya establecido la procedencia de la medida adoptada se entregara copia
de la decisión al ministerio público y al beneficiado.

IMPORTANCIA DE LA PRESCINDENCIA DE LA ACCIÓN PENAL.

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La aplicación de estos supuestos de Prescindencia de la Acción Penal, se constituye en medio
idóneo para permitir, por un lado, un adecuado funcionamiento del Sistema de Enjuiciamiento
Penal, en términos de eficiencia y por otro, evitar que la selectividad inherente al sistema derive
de una aplicación irracional y desigual de la ley penal. Tiene que ver también su aplicación con
el hecho de permitir la concentración de los esfuerzos en una eficaz persecución de hechos
delictivos más lesivos para la colectividad, facilitando la intervención del Ministerio Público en
los casos de crimen organizado, tráfico de drogas, terrorismo, robo de vehículos, etc.
La aplicación de criterios de oportunidad en lo que atañe a la causal de Prescindencia de la
Acción Penal, se refiere a una facultad concedida al Ministerio Público de no perseguir hechos
que se encuentren en determinadas situaciones previstas de manera expresa por la ley, para
aminorar los excesos del Principio de Obligatoriedad. Se trata de facultades y límites al órgano
acusador y no de derechos de los particulares.
No expresa el Código Procesal Penal cual sería el momento procesal para que surta efecto la
aplicación de este criterio de oportunidad, por lo que estimamos procedente que lo sea, hasta
que se haya dictado la sentencia en el proceso para el cual prestó su colaboración, pues será
hasta entonces que se podrá corroborar la eficacia de su contribución.

Conclusiones
El principio de oportunidad y sus manifestaciones en nuestro código procesal penal tiene una
gran importancia para la solución de conflictos a través de la cultura del dialogo, ya que nuestro
código ofrece a las partes una serie d soluciones para restablecer la paz social, hay un carente
desconocimiento de la población acerca de estos medios alternos.
No se puede descartar una contradicción entre el principio de legalidad u obligatoriedad y el
principio de oportunidad, ya que este primer principio es un mandamiento a que nadie será
condenado sin sentencia firme o conforme a lo dispuesto en la Cn y las leyes, además el
principio al que está también obligado el MP es al de persecución penal, de tal forma que se
está atropellando dichos preceptos con la implementación de los institutos del principio de
oportunidad, por la simple razón, de aplicar medios alternos más rápidos y eficaces, pero
ajenos a todo proceso penal, no obstante, el arto. 7 CPP, entre otros, establece que la finalidad
de un proceso penal está dirigido al restablecimiento de la paz, armonía, y la correcta
determinación de la responsabilidad penal del sujeto activo, igualmente, los sistemas de justicia
no son perfectos, y una de estas imperfecciones es la imposibilidad de dar persecución a todos
los delitos y/o faltas penales que se denuncien, de tal manera que se considera pertinente y
oportuna la aplicación de los criterios de oportunidad en pro de la celeridad procesal, el respeto
a la dignidad humana y de un proceso penal garantista de los derechos de las partes
procesales .
Otra de las razones por la que debemos hacer uso de este principio es para evitar la pesada
carga procesal que está sobre nuestros tribunales penales, por las miles de faltas y delitos
menos graves, ya que recordemos que la finalidad del principio de oportunidad es la pronta
solución de conflictos penales para un rápido resarcimiento de los daños ocasionados, y por
ende, los denominados delitos de bagatela, pueden iniciar un proceso descontrolado de

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selección de faltas o delitos de menor importancia para ser solamente resueltos de acuerdo a
las manifestaciones del principio de oportunidad, sin embrago, el Ministerio Público tiene la
noble tarea de determinar la procedencia de dichas faltas o delitos menos graves en la
aplicación de dichos criterios. De acuerdo al principio de oportunidad, el juez debe resguardar
la correcta aplicación de los criterios de oportunidad, debiendo velar únicamente por la
formalidad de los acuerdos, ya sea, por la incorrecta calificación legal o la existencia de vicios
entre las partes, es decir, que el judicial no debe de juzgar el contenido de los acuerdos, sino
más bien, asegurar la aplicación del control de legalidad que rodea a éstos, de tal manera, que
el juez no puede rechazar un acuerdo entre el Ministerio Público y el defensor, por considerarse
en desacuerdo con los compromisos alcanzados por las parte, siempre y cuando, dichos
compromisos estén apegados a la Constitución Política y las leyes.

RECOMENDACIONES.
El tema de los medios alternos de solución de conflictos debe ser tomado en cuenta desde el
inicio del proceso por el Ministerio Público, para que de esta forma se contribuya a iniciar una
cultura de diálogo, pudiendo dar a la población, una opción más beneficiosa y expedita, en los
casos que la fiscalía estime procedentes, es decir, que el poder judicial debe dar más
capacitaciones a los actores principales en el quehacer jurídico, pero también a la sociedad civil
La tarea de mejorar las formas de resolver conflictos de naturaleza penal, no solo corresponde
a la institución del MP y a las demás figuras encargadas de aplicar las distintas
manifestaciones del principio de oportunidad, sino que se debe iniciar en el hogar, y en los
centros de estudio para infundir un pensamiento de tolerancia, de no confrontación y diálogo.
También debe de someterse a consideración de que la aplicación de una pena, puede que no
sea la vía correcta al querer fortalecer una reinserción del sujeto activo en la sociedad.
-Si bien es cierto, que debería imperar ante todo, el principio de legalidad u obligatoriedad, el
roce que hay entre éste y el principio de oportunidad debe tener un propósito, ya que, como
afirmaba un autor citado en el presente trabajo, los principios no pueden ser absolutos, ya que
se estaría volviendo arbitrario y dentro de la nueva visión de un sistema penal acusatorio y no
inquisitivo, este tipo de arbitrariedad, no tendría cabida, ya que debe imperar el debido proceso
y su finalidad, como lo es solucionar el conflicto, siempre y cuando la seguridad y el respeto a
la dignidad humana de los sujetos procesales, sea tomado en cuenta a la hora de dirimir
asuntos de índole penal.
-. El tema del rezago de casos en los juzgados del país por los llamados delitos de bagatela,
término que personalmente considero discriminatorio para con los delitos que entran en esa
clasificación, debe ser tomado en consideración en los distintos foros penales ya que, quien
tiene la potestad para aplicar los institutos del principio de oportunidad, debe tratar dichos
casos con firmeza, pero a la vez sensibilidad y reconocer claramente cuando debe proceder la
aplicación de las manifestaciones y no iniciar un desordenado y selectivo proceso de dichos
delitos menos graves y querer solucionarlos de una sola vez, sin detenerse a aplicar los
principios procesales garantistas de las partes procesales.

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Bibliografía
http://riul.unanleon.edu.ni:8080/jspui/retrieve/2550

https://es.scribd.com/document/353350716/Prescindencia-Accion-Penal

https://www.poderjudicial.gob.ni/pjupload/convocatoria/temario_reformado.pdf

http://repositorio.uca.edu.ni/1913/1/UCANI2458.PDF

http://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/es/ni/ni032es.pdf

Código procesal penal de Nicaragua

Constitución política de Nicaragua.

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