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En América latina el número de certificados es algo más elevado, en 2010 contaban con 6999 certificados
en ISO 14001, en 2011 7074 certificados, en 2012 8202 certificados ISO 14001, en 2013 9890 certificados,
en 2014 llegaron a la cifra de 10084, en 2015 el incremento no fue notablemente elevado 10097 certificados
y finalmente en 2016 tenían 10486 certificados en ISO 14001.
Algunos países están mejor posicionados en cuanto a certificaciones siendo Brasil quien cuenta con el
mayor número de empresas certificadas, 4.538.347, seguido de México con 3.627.059 empresas, Chile con
988.745, certificadas, en Argentina había 641.616 empresas y, por último, Colombia con 457.027.
En cuanto a Perú en los últimos años, se ve un pequeño incremento en el número de empresas que
obtienen la certificación En el año 2009, se lograron 811 certificaciones, en el año 2010, 1117
certificaciones, lo que significó un aumento del 38%. En el año 2011 esa cifra se redujo a 835 certificaciones
y en el año 2012 se registraron 928. Si bien en el Perú se ha experimentado un incremento en el número
de certificaciones ISO, esta cifra aún no es comparable con otros países.
Dentro de las empresas certificadas, la mayoría corresponde al sector de comercio al por mayor y por
menor seguidas por la industria. Aparecen en cantidades considerables también empresas del sector
inmobiliario y construcción.
Con éstos datos se puede ver que en el caso de Latinoamérica estas certificaciones se consideran un modo
de demostrar la competitividad de la empresa en esos ámbitos. Aunque no se puede afirmar que un país
sea más competitivo por tener mayor número de certificaciones o de empresas certificadas. Se observa
que los países con mayor desarrollo a nivel económico son los que tienen mayor cifra significativa en cuanto
a las certificaciones.
La certificación sienta las bases hacia un modelo de excelencia empresarial que, sin duda, favorece la
mejora de la productividad de la empresa y suma al nivel de competitividad del país.
Además, este certificado permite transmitir compromiso de forma directa y creíble, obtener beneficios
económicos por la optimización del consumo de energía, materias primas y agua, y por la mejora de los
procesos, y reducir riesgos legales y a la vez reducir los impactos ambientales, utilizando los medios
necesarios para evitarlos, reducirlos o controlarlos siempre en equilibrio con la racionalidad socioeconómica
y apostando por la mejora continua que es el proceso de perfeccionamiento del sistema de gestión
ambiental, orientada a alcanzar mejoras en el desempeño ambiental global de acuerdo con la política
ambiental de la organización.
El ritmo de crecimiento de las certificaciones de la ISO 14001 confirma la adhesión, por parte de las
empresas, a un código de conducta. Este código de conducta a la larga ofrecerá resultados como las que
ya se han ido observando en cuanto a las mejoras de los sistemas de gestión ambientales para proteger al
mundo de alguna manera y no seguir con su destrucción, siendo conscientes que los únicos que se verán
perjudicados serán las empresas disminuyendo su economía y quedando sin recursos y por ende los
consumidores.