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LA DROGA COMO GESTO EN JUVENTUDES DESENCAJADAS*

DRUGS AS A SIGN OF UNFIT YOUTHS



LA DROGUE COMME GESTE CHEZ LES JEUNES PAS ENCADRÉS

Martín Hopenhayn
Máster en Filosofía de la Universidad de París VIII. Trabaja temas vinculados
con la crítica cultural, los impactos de la globalización en la cultura, la
educación y el trabajo, el debate modernidad-postmodernidad, los cambios
en paradigmas del desarrollo en América Latina y los cambios socioculturales
de la juventud latinoamericana. Desde 1989 es investigador de la División
de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), donde se desempeñó como director en el 2004 y 2005

* P b cad e V e ac e de deba e. III IV C fe e c a Nac a beP ca de D ga . C ad a: T , G. I e ca b A c ac C


Fac ad de C e c a S c a e de a U e dad de B e A e .B e A e , 2008.

REVISTA ANÁLISIS N.° 7. Año 2008, pp. 97 - 107.


REVISTA

ANÁLISIS

RESUMEN RÉSUMÉ
El autor interroga las posturas patologizantes, L’auteur interroge les positions pathologisantes,
estigmatizadoras y prohibicionistas sobre la droga, stigmatisatrices et prohibitionnistes sur la drogue,
mostrando con cifras de los mismos organismos en montrant avec des chiffres des organismes
especializados cómo la droga puede ser no un spécialisés, comment la drogue peut être, non
problema real sino una metáfora o un fantasma, que pas un problème réel, mais une métaphore ou un
expresa o en ocasiones oculta otros problemas más fantasme, qui exprime ou parfois occulte d’autres
de fondo que hay en nuestras sociedades como la problèmes plus profonds encore présents dans nos
exclusión, el desempleo, la desprotección social o la sociétés tels que: l’exclusion, le chômage, l’absence
inflación. Hace también un interesante desarrollo de de protection sociale ou l’inflation. Il développe de
cinco paradojas que en la postmodernidad acompañan façon intéressante 5 paradoxes qui accompagnent la
a la juventud y cuya metáfora es la droga. jeunesse dans la postmodernité et dont la métaphore
est la drogue.
El artículo plantea el debate entre la concepción de
la epidemiología que, desde una postura racionalista L’article porte sur le débat, entre la conception de
y de evidencia empírica, ubica el problema como l’épidémiologie qui, dans une optique rationaliste
real, y la mirada desde la posmodernidad, que hace et à l’évidence empirique, considère le problème
una lectura simbólica desde el concepto de metáfora réel et le regard dans une optique postmoderne. La
ocultadora de otros problemas de mayor impacto postmodernité en fait une lecture symbolique partant
sobre nuestras sociedades y en particular sobre los du concept de métaphore qui occulte d’autres
jóvenes problèmes ayant une influence plus importante sur
nos sociétés et en particulier sur les jeunes.
Palabras clave: droga, fantasma, postmodernidad,
consumo, simbólico, síntoma, capitalismo, goce, Mots clef: Drogue, fantasme postmodernité,
juventud, rito. symbolique, consommation Symptôme, capitalisme,
jeunesse, rituelle.

ABSTRACT
The author questions the pathological, stigmatizing LA DROGA, AHORA Y SIEMPRE
and prohibitionist position on drugs, and based on ¿Es la droga un fantasma o un problema real en
specialized data how drugs can be not a real problem América Latina? Lo cierto es que pocos tópicos resultan
but a metaphor or a ghost that shows hidden and tan polémicos en las últimas dos décadas como el de
deeper problems of a society such as: exclusion, las drogas. Invade y enturbia la política interna y
unemployment, lack of social protection. The exterior, la economía transnacional y la economía de
author also develops five interesting paradoxes that supervivencia, el debate académico y la actividad
in postmodern times affect young people and the policial. Divide opiniones en todas las disciplinas y
metaphor is drugs. su control pone en tela de juicio los alcances de la
This article establishes a debate between the soberanía nacional y los límites de los derechos y
conception of epidemiology from a rationalist libertades individuales. Cada fase del proceso que va
perspective and empirical evidence; locates the desde el cultivo de sustancias ilícitas hasta su consumo
problem as real and makes it symbolic from a y el blanqueo de dinero abre un abanico de problemas
postmodern perspective of the concept of metaphor de control y regulación, todos sujetos a divergencias
1
as a disguiser of other problems of greater impact on de opinión.
our societies, especially on young people. Uso de sustancias psicoactivas hubo siempre y en todas
Key words: Drugs, ghost, post modernity, partes. Lejos de ser sancionadas, en la mayor parte de
consumption, symbolic, symptom, capitalism, las culturas fueron consumidas en contextos de rituales
joy, youth, rite. sagrados o de alta significación, con procedimientos

1 Ve CEPAL, 1997; De Re e e a, 2001; Je a-R c e , 1998; De O , 1997 e c c de T a S a , 1992.

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pautados y modelos de contención coherentes con el los miedos de la gente se vuelcan hacia nuevos
imaginario social de cada etnia, tribu o comunidad. Más demonios que, al igual que los anteriores, minan la
aún, el consumo de sustancias psicoactivas desempeñó sensación de control y seguridad: la droga remite al
secularmente un rol valorado por el entorno social, sea desborde y la descontención (como la inflación), y la
en prácticas médicas, psicoterapéuticas, de conjuro, violencia a la agresión y el descontrol. Curiosamente,
prestidigitación, resolución de conflictos o re-ligazón la inseguridad debiera venir de fenómenos que
con lo sagrado. ¿Por qué, entonces, recién en el siglo son mucho más masivos y transgeneracionales:
XX, el consumo de drogas se convierte en problema, incertidumbre frente al empleo y las fuentes de
patología, delito, estigma y prohibición? generación de ingresos, la protección social o el
ritmo maníaco-depresivo de la economía. Y si bien
No hay respuestas unívocas a esta pregunta. Tal vez
estos nuevos riesgos constituyen también fantasmas,
la desregulación del consumo, tan propia del sistema
tienden a desplazar la fobia hacia otros objetos. De
capitalista moderno, lleva a usos “espurios” de las
allí, precisamente, el fantasma de la droga, que
drogas. ¿Pero, con qué criterio discriminar entre formas
probablemente contiene transferencias fóbicas que
auténticas y espurias de consumo? Por otro lado, si
vienen de otra parte. Por lo mismo, deconstruir
la droga ya es un negocio cuando se incorpora a los
el fantasma de la droga es hablar, finalmente, de
mercados ampliados, es mucho más negocio cuando 3
muchas otras cosas.
multiplica su valor agregado a causa de los riesgos en
la transacción, como consecuencia de la prohibición
del tráfico y el consumo.
EL FANTASMA DE LA DROGA: ENTRE
Para el caso latinoamericano está la tentación de
explicar un supuesto riesgo epidémico de la droga
LA RELATIVIDAD DEL PROBLEMA Y EL
dado que es la región del mundo con mayor ritmo de DRAMATISMO DE SU PERCEPCIÓN
concentración urbana y peor distribución del ingreso ¿Qué hace que los latinoamericanos manifiesten
del planeta; con una población joven que en su tanta o más preocupación por el consumo de drogas de
mayoría se siente poco representada por la política los jóvenes que por sistemas colapsados de seguridad
y excluida del empleo y para quien los canales de social o de atención en los hospitales públicos, falta de
movilidad social son cada vez más difusos; con un infraestructura en las viviendas y en los vecindarios,
consumo de imágenes exorbitante y un acceso mucho segmentación en la calidad de la educación o
menor a recursos materiales (ojos colmados de problemas asociados a enfermedades catastróficas?
íconos publicitados y manos carentes del dinero para ¿Responde esta percepción a un proceso efectivo? ¿Es
adquirirlos); y un desasosiego pertinaz que acompaña tal el aumento de la drogadicción como para explicar
estos cambios en valores y territorios. este juicio categórico de la ciudadanía?
Todo corroe el piso, desdibuja el futuro y hace Datos de la Organización Panamericana de la Salud
estallar el presente, como las arenas movedizas de la para ocho países latinoamericanos a mediados de la
2
droga. Quizá ninguna metáfora más apropiada que década pasada (OPS, 1998) parecen contradecirlo.
la droga para hablar de estas mutaciones: treguas Según la información para la fecha, en ninguno de
provisorias o paraísos espasmódicos para sustraerse los países considerados el consumo potencialmente
a la rigidez de la exclusión, vivir la ilusión en que lo problemático de drogas alcanzaba al uno por ciento
simbólico se confunde con lo material, compensar la de la población, en contraste con el 25 a 46% para
falta de movilidad social o real con mucha movilidad 4
el caso de bebidas alcohólicas. Hacia 2003, y
dentro de la propia cabeza, trasmutar el desarraigo para un total de siete países latinoamericanos con
existencial en viaje estético o festivo (vía porro, niveles diversos de consumo, la prevalencia-mes de
bazuco, coca, éxtasis). consumo de alguna droga ilícita en jóvenes de finales
Pero además de buena metáfora, la droga también de secundaria (entre 17 y 18 años de edad, vale
es un buen fantasma. Diluidos los fantasmas de la decir un grupo claramente alto de consumidores en
revolución, del terror de Estado y de la hiperinflación, comparación con los promedios de toda la población)

2 Ver Hopenhayn, 2005.


3 Ver Hopenhayn, 1999.
4 Los estudios de prevalencia consideran como consumidores problemáticos a aquellos que reconocen haber usado drogas el último mes. Lo
cierto es que aún considerando esta categoría, gran parte de los consumidores-mes no son adictos.

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fluctuaba en el 12% en Chile, el 8 o 9 en Uruguay como el más importante, por encima de otros más
y menos del tres en Paraguay (en contraste con estructurales y masivos como la educación, la vivienda
5
el 24,5% en Estados Unidos) (OEA-CICAD, 2003). y las oportunidades para los jóvenes, y casi al mismo
Hay que considerar, además, una serie de hechos nivel de la salud y muy por encima de los problemas
7
que relativizan el problema. Primero, que desde políticos. En contraste, las encuestas respecto del
el punto de vista de los costos en salud personal y consumo de drogas en el país, para el mismo año,
en la calidad de vida, los consumidores realmente revelaban que el uso frecuente de drogas duras como
problemáticos de drogas son un porcentaje difícil de la pasta base y el clorhidrato de cocaína, alcanzaba a
determinar entre los consumidores del último mes, una población inferior a los 10.000 habitantes, menos
y mayoritariamente de drogas “duras”. En segundo del 0,07% de la población total (CONACE 2005).8
lugar, tenemos el dato para la franja etaria más
Se contra-argumenta que más importante que
complicada (adolescentes tardíos). Además, en cinco
la prevalencia de vida o prevalencia de mes del
de los siete países considerados la droga consumida
consumo de drogas es su evolución en el tiempo y su
el último mes es la marihuana, que genera menores
aumento sostenido. Pero allí también, si se compara
daños y que, salvo casos individuales, requiere una
para el caso chileno la encuesta hecha con muestra
frecuencia mucho más alta para representar un
y metodología parecidas por parte de CONACE,
problema mayor a la salud.
encontramos que para 1994, 1996, 1998, 2000, 2002
Según datos de Naciones Unidas, la prevalencia-año y 2004 los datos no revelan una progresión epidémica
del consumo de cocaína (quienes reconocen haber ni mucho menos. Aumenta la prevalencia de vida, lo
consumido al menos una vez el último año) alcanzaba, que es sólo un detalle demográfico, porque un rango
en la población de 15 a 64 años de edad, al 1,9% en etario cada vez más amplio ha probado alguna droga
Argentina (1999), 1,1 en Bolivia (2000), 0,7 en Perú alguna vez en su vida. Pero la evolución desmiente
(2002), 0,5 en Brasil (2001) y 0,3 en Uruguay (2001) cualquier tesis de “epidemia” o “escalada” en el
6
(UNODC, 2004). Si consideramos, una vez más, que consumo de drogas, si bien muestra que el ritmo de
el porcentaje de consumidores problemáticos sobre el aumento es algo mayor en la juventud que en el resto
total de quienes consumieron cocaína el último año es de la población
bajo (dado que la gran mayoría de los consumidores de
A modo de ejemplo, la prevalencia-año, vale decir,
drogas es experimental u ocasional), probablemente
el porcentaje de chilenos que consumieron al menos
tendremos una incidencia de “cocainómanos” muy
una vez drogas el año de la encuesta, aumentó
baja en relación al total de la población.
de 3,68 a 5,29 entre 1994 y 2004 para el caso de
En general, los datos muestran que la proporción la marihuana. Pero en la pasta base, considerada
de personas que consumían drogas ilícitas dentro la droga más nociva y más vinculada a procesos de
del último mes en relación al total de personas descomposición social en Chile, esa prevalencia cayó
que consumieron alguna vez en la vida, es baja, de 0,82 a 0,62 entre 1994 y 2004, mientras la cocaína
contrariamente al prejuicio difundido de que con la se incrementó de 0,83 a 1,28 en el mismo lapso.
droga “basta probarla para engancharse”; pero a la Si consideramos la suma de estas tres drogas, la
vez se da la percepción de que la droga es un problema prevalencia-año, que muy poco sugiere respecto del
casi epidémico, tal como lo muestra la percepción de consumo “problemático” de drogas, se incrementó
gravedad en las encuestas (OEA-CICAD, 2003). de 4,08 a 5,79 entre 1994 y el 2004. (CONACE,
2005), siempre con un consumo mucho mayor en
Llama la atención, pues, que la población general
hombres que en mujeres (8,79 vs. 2,96, cualquier
perciba el consumo de drogas como una amenaza
droga, 2004). En jóvenes de 19 a 25 años, el grupo
tanto más disruptiva que la del alcohol o el tabaco.
de mayor consumo, la prevalencia-año alcanzó al
En Chile, por ejemplo, diez de cada cien personas
16% en el 2004, marcando un aumento importante
entrevistadas en la encuesta Latinobarómetro de
frente a 1994 (9,91) pero estable en relación al 2000
1995 colocaron el problema de la droga en el país

5 N. del E.: OEA-CICAD: Organización de Estados Americanos - Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas.
6 N. del E.: UNODC: Oficina de las Naciones Unidas para el Control de las Drogas y el Delito.
7 Encuesta de Latinobarómetro para 1995. En Brasil el tema de las drogas aparecía con el mismo peso en la opinión pública que el desem-
pleo, los bajos salarios, la pobreza y la educación.
8 N. del E.: CONACE: Consejo Nacional de Control de Estupefacientes

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(16,33); mientras el grupo de 12 a 18 años (segundo tanto del fantasma como de la metáfora. La primera
en incidencia), mostró un consumo estable en el categoría se refiere a problemas propios de la
tiempo: 6,47 de prevalencia año, cualquier droga, en integración social y de su dimensión subjetiva en los
1994, y 6,47 en el 2004. jóvenes y la segunda con los cambios propios de la
postmodernidad; a saber: cambios en la subjetividad
Al contrastar las encuestas de opinión sobre
generados por la globalización de los mercados, el
problemas percibidos por la sociedad, o la percepción
nuevo papel del consumo en esa misma globalización,
sobre “gravedad del problema drogas” que las
la pérdida de cohesión social y de grandes referentes
mismas encuestas de prevalencia últimamente
de pertenencia y sentido, y la secularización de la
incluyen en el cuestionario de la encuesta, con la
vida cotidiana.
prevalencia de usos frecuentes de drogas ilícitas que
revelan estas encuestas, parece darse un desajuste
entre la percepción del problema y la magnitud del
mismo. Este es el punto en el que cabe introducir LAS PARADOJAS DE LA JUVENTUD Y LA
una noción de fantasma, entendiendo por tal un BUENA METÁFORA QUE ES LA DROGA9
sobredimensionamiento de cierto problema, vale
decir, una cierta brecha entre percepción social
y magnitud social de un problema, que se explica Los jóvenes latinoamericanos viven hoy con mayor
porque en la percepción entran en juego elementos dramatismo que el resto de la población una serie de
ajenos al problema explicitado. tensiones o paradojas que reconstruyen su identidad
La droga es un fantasma en la medida que su bajo la forma del conflicto.
incidencia estadística no guarda proporción con
su resonancia simbólica. Hay, pues, algo de signo,
síntoma o metáfora en la droga, vale decir, en la Una primera tensión o paradoja es que la
proyección significante que la sociedad proyecta sobre juventud goza de más acceso a educación y
la sustancia-droga, que hace que su impacto desborde menos acceso a empleo
ampliamente su efecto o daño medible. Ante esta
Los jóvenes de hoy tienen más años de escolaridad
desproporción nada mejor que desarmar el fantasma,
formal que las generaciones precedentes, pero
vale decir, desmontar el prejuicio común respecto
al mismo tiempo duplican o triplican el índice de
del daño efectivo de la droga en la sociedad (daño
desempleo respecto de esas generaciones. A modo de
estadísticamente acordado por la tasa de prevalencia
ilustración, si en 1990 sólo el 25,8 % de los jóvenes de
de consumo/mes). Y reconstruir, desde allí, las zonas
20 a 24 años en América Latina había completado la
de transferencia que explican el fantasma y zonas
educación secundaria, en 2002 este índice ascendía
de resignificación que justifican la metáfora. Lo que
a 34,8. Sin embargo, a principios de esta década el
hay en juego son, creo, desplazamientos imaginarios
desempleo adulto promedio en la región alcanzaba
desde un ámbito de problemas a otro, o desde un
al 6,7 %, mientras el juvenil subía a 15,7 (CEPAL-OIJ,
problema de fondo a uno de superficie, o desde un
2004).
problema real a una representación figurada. Y donde
la sobrecarga simbólica de la droga viene dada por Por cierto, existen claras desigualdades entre
la proyección desde otros problemas sociales, más o jóvenes de distintos grupos. En el año 2000, mientras
menos difusos, hacia esta sustancia que “concentra” que los jóvenes rurales de 15 a 29 años en América
temores y aprehensiones que tienen otro origen, al Latina sólo tenían un 11,8 % de su población con
menos parcialmente. educación secundaria completa, entre los jóvenes
urbanos este índice era del 36,9; y en ese mismo año,
Para ilustrar esta idea voy a distinguir dos categorías
considerando jóvenes de 25 a 29 años de 16 países
distintas que tienen que ver con problemas que viven
latinoamericanos, los del quinto quintil (20 por ciento
nuestras sociedades durante las últimas dos décadas
más rico) tenían entre 3 y 4,5 veces el egreso de
y que, a mi juicio, ayudan a explicar la construcción

9 Basado en CEPAL-OIJ, 2004; CEPAL, 2005; Hopenhayn, 2005 y 2006.

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secundaria que ostentaban los del primer quintil (20 Una segunda tensión se da porque la
por ciento más pobre). Complementariamente, hacia juventud cuenta hoy con más destrezas
el 2002 el desempleo juvenil del quinto quintil, como para la autonomía y menos opciones de
promedio regional, era del 8,7 % y para los jóvenes materializarlas
del primer quintil subía a 28,1 % (CEPAL-OIJ, 2004).
De manera que si, por un lado, salta a la vista que Los y las jóvenes cuentan con capacidades que los
los jóvenes tienen más educación pero menos empleo adultos no tienen para insertarse en los nuevos desafíos
que los adultos, también es evidente entre ellos que de la sociedad de la información, tales como años de
se da una fuerte segmentación en la relación entre escolaridad, fluidez en la “convergencia digital” y un
años de escolaridad y opciones laborales, en claro uso más familiarizado con la comunicación interactiva
detrimento de los de menores ingresos. Con ello se a distancia. Al mismo tiempo, han interiorizado las
refuerza, para los jóvenes de bajos ingresos, la idea expectativas de autonomía propias de la sociedad
de que están condenados a reproducir la pobreza de moderna y postmoderna; y esta expectativa es mayor
una generación a la siguiente. que en generaciones precedentes que crecieron bajo
patrones más tradicionales. Sin embargo, chocan con
¿Qué relación puede tener este primer “desencaje” factores concretos que les postergan la realización
juvenil con el consumo de drogas? No es fácil decirlo, de esa misma autonomía: mayor dilación en la
más allá de cierto sentido común que permite independencia económica porque hoy hay mayores
asociar el consumo problemático de drogas con los requerimientos formativos y más dificultades de
problemas de integración o exclusión social, sobre obtener una primera fuente de ingresos; y mayores
todo en el paso de una fase etaria a otra, que a su dificultades de acceder a una vivienda autónoma por
vez implica un pasaje muy significativo en el ciclo problemas de mercado de suelos urbanos y acceso al
de vida. El “estancamiento” en un presente que no crédito. Según encuestas realizadas entre jóvenes de
conlleva de manera clara hacia un futuro que premie 15 a 29 años, a comienzos de la década actual vivían
los esfuerzos pasados es motivo de frustración pero todavía con sus familias de origen el 87,7 % de los
también de desdibujamiento del futuro. Esto es chilenos, el 84,8 de los colombianos, el 68,8 de los
especialmente fuerte en jóvenes populares urbanos: bolivianos y el 80 de los mexicanos. Así, los jóvenes
más educados que las generaciones precedentes pero están más socializados en nuevos valores y destrezas,
más privados de capitalizar esa mayor educación en pero más excluidos de los canales para traducirlas en
bienestar e inserción laboral, y más condenados que vidas autónomas y realización de proyectos propios.
sus contemporáneos de otros niveles socioeconómicos Esta tensión acrecienta la crisis de expectativas de
cuyos niveles educacionales, y sus redes de contacto, los y las jóvenes.
les auguran otra perspectiva futura.
Esto produce una asincronía novedosa entre una
En este punto la droga es una buena metáfora, precoz expectativa de autonomía moral y una
porque precisamente habla del desdibujamiento larga postergación de la autonomía material. Muy
del futuro. Sobre todo si entendemos que el tempranamente los jóvenes cuestionan la legitimidad
consumo de drogas se hace realmente problemático de la autoridad parental o de otras figuras normativas
cuando se deja de calcular el costo futuro de una y esperan ordenar sus vidas conforme a sus propias
gratificación presente, vale decir, cuando el futuro decisiones. Por lo mismo, permanecen durante un
ya no cuenta porque simplemente no aparece en período muy largo asumiendo libertad moral de
el horizonte. Del mismo modo la droga, asociada a adultos pero perpetuando la heteronomía material
la anomia, la disrupción, el desborde, la falta de de los niños. Se rompe la imagen de autonomía moral
cálculo, la pérdida de ubicación en la vida cotidiana, y material como dos caras de la misma moneda, o
la desestructuración del comportamiento o la falta bien dos conquistas complementarias y simultáneas
de continuidad en los esfuerzos, metaforiza estos en el tiempo. Esta ruptura marca de modo incierto
desajustes en la integración social y sobre todo en pero profundo la vida en los hogares. Individuación
el ciclo de vida de la juventud. Nada mejor que el temprana con inserción tardía hacen que durante
“mambo” o el “volón” para ilustrar esta suerte de un largo período juvenil se estire esta disociación
atoramiento en el presente perpetuo. entre lo moral y lo material, entre lo afectivo y lo
productivo. Padres confundidos con hijos enigmáticos
hacen parte de la relación cotidiana en las familias.

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Creo que nuevamente aquí la droga opera como la experiencia de consumo de drogas: menor cohesión
metáfora de este vacío en el tiempo, esta disociación en torno a valores o proyectos que se imponen desde
entre expansión interior y restricción material, este el mundo adulto o la “voz moral”, preferencia por
grito de autonomía virtual en medio de la dependencia espacios que tienen que ver con la droga (música,
económica. No sólo porque la droga remite a la baile, fiesta, euforia pasajera), identificaciones muy
interioridad y allí se expande, muchas veces a intensas pero transitorias, donde el presentismo
expensas o de espaldas al mundo de las coordenadas replica la máxima de Baudelaire: la eternidad en el
materiales, sino también porque consumir drogas es instante.
un acto de autonomía moral, dado que habitualmente
los jóvenes, sobre todo adolescentes, lo hacen a pesar
de cualquier mandato normativo que viene de arriba, Una cuarta paradoja que afecta a todos los
sea de los padres, de los profesores, de la prensa o grupos de edad, pero con mayor intensidad a los
de la ley. jóvenes, es la creciente desproporción entre
10
consumo simbólico y consumo material
Una tercera tensión consiste en que los Ya se planteó que el aumento exponencial en
jóvenes están más vacíos de grandes acceso a símbolos, mensajes, imágenes, información
narrativas ideológicas pero mucho más y conocimiento, sobre todo para la población joven
en las últimas décadas, contrasta con las restricciones
preñados de experiencias estéticas
en el acceso a bienes y servicios, pues la fuente
Vale decir, con imaginarios mucho más ligados al principal de ingreso es el empleo, y el desempleo
mundo de las formas y las sensaciones. A diferencia juvenil aumentó durante la década de los noventa,
de generaciones precedentes, hoy la diversidad manteniéndose los ingresos de jóvenes ocupados
de la oferta hace que distintos grupos juveniles muy por debajo de los promedios de ingresos de
se identifiquen y definan según distintos gustos. El los adultos. Esta brecha creciente entre consumo
ejemplo más claro de ello es la música, donde ya no es simbólico y material produce además una crisis de
el rock el género exclusivo de referencias simbólicas expectativas, pues un mayor consumo simbólico
de los jóvenes, sino que éstos se han abierto a una genera más expectativas de consumo material.
multiplicidad de géneros, tanto nuevos (hip-hop,
De manera que los jóvenes quedan expuestos a un
funk, punk, rave, reggae, etc.) como de géneros
amplio abanico de propuestas de consumo simbólico y
folklóricos recuperados e hibridizados con nuevas
la cultura juvenil cobra mayor presencia en los cambios
tecnologías de sonido (rumba, salsa, son, vallenato,
de sensibilidad de las sociedades latinoamericanas.
corrido, chamamé, samba, bossa, etc.). El campo de
Pero gran parte de los y las jóvenes ven pasar las
la estética (música, imágenes, grafitis, adhesiones
oportunidades de movilidad social por la vereda de
deportivas), va ocupando un lugar de mayor peso en
enfrente, sea porque el mercado laboral demanda
la subjetividad juvenil a medida que se debilita el
aún más formación, sea por falta de acceso a redes de
peso de la ideología política.
promoción. La democratización de la imagen convive
La droga también tiene relación, sea directa o con la concentración del ingreso.
metafórica, con este desplazamiento hacia el mundo
También aquí la droga opera como metáfora:
de las formas, la extatización del instante en la
lo simbólico en lugar de lo material o como
fiesta o el concierto de rock (Mafessoli, 2001), la
compensación por la deprivación, la irrupción de
complicidad casi tribal por afinidades en el campo de
patrones desestructurados de comportamiento por
las sensaciones (Mafessoli, 2004). La preferencia por
la crisis de expectativas (vieja tesis de la sociología
lo estético (el campo de las formas, las sensaciones,
funcionalista), la droga como repulsa porque
las experiencias extraordinarias) y por lo fugaz-tribal,
los mayores activos simbólicos no se traducen
antes que por lo ideológico (el compromiso duradero
proporcionalmente en mayor disposición material. O
y de amplio alcance social) tiene más connivencia con

10 Ver Hopenhayn, 2005.

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por último, tal como los bienes simbólicos predilectos Difícil no tensarse en este cruce entre descontención
son aquellos que consumimos por un rato, nos y disciplinamiento, entre la inmediatez del deseo y
distraen, ocupan nuestra atención y más tarde nos las exigencias de equipamiento para el futuro, entre
abandonan (canciones, softwares, reality shows), así desbordarse y someterse a la disciplina de la evaluación
también la droga toma nuestra atención un rato, nos constante. En cierto modo, hoy más que nunca los
captura y luego nos deja. La inflación del consumo jóvenes encarnan, a modo de chivo expiatorio pero
simbólico, sobre todo de bienes simbólicos portables, también de actor extremo, una de las contradicciones
desechables, de rápida obsolescencia, encuentra su no resueltas –y agudizadas progresivamente– de la
correlato analógico en la droga. modernidad: entre la extatización del presente y la
construcción del futuro. Y para expurgar de su propio
seno esta tensión, la sociedad la descarga o proyecta
Una quinta paradoja se da entre sobre la juventud: son ellos, los jóvenes, no nosotros
gratificación presente y gratificación (endeudados hasta el alma con créditos de consumo
diferida, entre el goce inmediato y la que adquirimos sin criterio para gozar hoy y pagar
mañana), los que irresponsablemente se gastan hoy
postergación del placer en función del
sin prever las consecuencias mañana.
equipamiento para el futuro
Nuevamente aquí la droga es una buena metáfora
De una parte tenemos la sociedad de consumo y de la tensión entre el endiosamiento del placer y la
de créditos al consumo, de viajes en paquete y hipóstasis del capital humano, entre la dilapidación
escaparates de mall, de publicidad a la carta y de presente y la acumulación para el futuro. Puede
seducción por los placeres del momento, de futuros pensarse que la droga encarna la tensión y con
difusos y de proyectos efímeros: todo empuja hacia el ello libera a la sociedad de su propia tensión. Es la
presente (Maffesoli, 2001; Lipovetsky, 2006; Bauman, punta del iceberg que podemos aislar para no sentir
2002). En los jóvenes esto es doblemente fuerte: en carne propia este doble mensaje tan propio
porque la juventud es, en términos de ciclo de vida, de la modernidad capitalista: la exaltación del
la explosión de la experimentación con los cuerpos y instante y la planificación del futuro, el consumo
sus deseos, vale decir, el momento de mayor privilegio sin remordimiento y la contención ahorrativa, el
del goce y la expansión. Pero también porque estamos desborde presente o la sostenibilidad futura. Entre
en un momento de poco futuro para todos, y de una racionalidad hedonista y otra instrumental, entre
enamoramiento con el presente perpetuo. el impulso dionisíaco y la contención disciplinaria,
Pero al mismo tiempo la competitividad en el mundo los jóvenes estallan, se violentan, violentan, son
productivo y en la sociedad de la información, sobre violentados. Y tienta navegar al compás de esta
todo cuando se globaliza, coloca un peso aún mayor aceleración de los acontecimientos, instalado en
en el capital humano, vale decir, en la adquisición de complicidades efímeras, identificaciones provisorias,
destrezas y conocimientos para competir con éxito y desplazamientos sin eslabonamientos entre momentos
conquistar carreras laborales exitosas en lo económico que son la vida entera y se apagan pronto. Como el
y en la gratificación personal. Aquí los jóvenes se ven mambo o el volón de la droga.
doblemente sometidos a la exigencia de diferir el
goce presente y prepararse para el futuro: de una
parte, porque siempre han tenido esta exigencia DROGA Y POSTMODERNIDAD11
encima (del padre, el maestro, la norma social), pero
Si la droga puede ser una metáfora o un chivo
ahora también porque los mercados laborales y el
expiatorio, fantasma o zona de transferencia para
sistema de oportunidades exige más acumulación de
las paradojas que vive la juventud latinoamericana,
capital humano, más sacrificio del goce presente en
también puede serlo para el conjunto de la población
aras de la preparación para el futuro.
que ha entrado a quemarropa en la atmósfera
enrarecida de la postmodernidad. Como punta de

11 Basado en Hopenhayn, 1999 y 2005.

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iceberg, la droga libera las tensiones que alberga: mejor metáfora en la droga. Desplazamos el vacío
evita que se recalienten, pero también constituye el interior hacia un elemento que lo metaforiza, y
camino para remontar del síntoma a su origen. Dicho expurgamos ese vacío depositando toda la fobia en
de otro modo, el problema no es la droga, pero la ese elemento: la droga. Es en ella donde se ilustra
droga resume el problema. Veamos, en las conjeturas con mayor elocuencia la dependencia exógena para
que siguen, cómo se dan estos desplazamientos. nuestro ánimo. En ella reconocemos la pérdida de
nuestra autonomía espiritual, de nuestra capacidad
espontánea para relajarnos, entusiasmarnos u
Sociedad medicalizada, sociedad de olvidarnos. Y a ella culpamos de esa misma pérdida,
hiperconsumo aislando en la punta del iceberg un problema que se
gesta en la base del iceberg. El fantasma cuaja en la
Tendemos cada vez más a procurar nuestra droga para ocultar lo demás. Desmontar el fantasma
autorregulación con fuentes exógenas. El devenir- es poner sobre el tapete lo que el fantasma oculta. Si
problema en el consumo de drogas ilícitas metaforiza queremos entender el problema de la droga y usarlo
–porque radicaliza– esta dinámica que pone fuera como síntoma y ángulo de interpretación, hay que
de nosotros las fuentes de satisfacción emocional reconstruir este vínculo negado.
y existencial, de equilibrio y vitalidad. No es sólo
ni principalmente cuestión de drogas ilícitas, sino
de toda una cultura que se deriva de la poderosa Hedonismo y presentismo
industria farmacéutica y de la expansión de sus
mercados, que hacen que la densidad de farmacias Algo parecido ocurre con el culto a la obtención
en las ciudades se incremente en la misma medida inmediata de placer en la vida moderna. No quiero
que la medicalización de la población. Más aún, con esto impugnar el hedonismo. Me refiero más bien
tal como la droga metaforiza el rebosante espíritu a un tipo específico de valoración del placer, que
medicamentoso, este último, a su vez, es metáfora tiende a imponerse en la sensibilidad publicitaria,
de la ratio misma de la sociedad de consumo: colocar los mensajes de los medios de comunicación, los
fuera del sujeto, bajo la forma de bienes y servicios escaparates de los malls, en las conversaciones entre
monetarizables, la mayor diversidad posible de profesionales exitosos, en el mundo del espectáculo
fuentes requeridas para su bienestar, satisfacción, y también en los jóvenes sin opciones laborales que
salud y felicidad. Es nuestro “modo aleopático”, no tienen nada que perder. Esta valoración propone
cosmopolita y adquisitivo de ser en el mundo, la imagen seductora de vidas pobladas por una
combinados y reforzados entre sí. El aumento y la secuencia de sensaciones placenteras, donde el goce
expansión del consumo de ansiolíticos, somníferos y debe ir en aumento, el presente debe intensificar
antidepresivos, así como la búsqueda de experiencias su vibración, y la sensoriedad debe acceder a una
eufóricas o extremas en el deporte-aventura, son excitabilidad progresiva. Una vida en que la misma
parte de esta sintomatología. Vitalidad, descanso y hiperkinesia que opera en el mundo del trabajo y del
éxtasis se sustraen al sujeto y se le ofrecen luego dinero debe darse en la esfera del ocio, el descanso
bajo la forma de tabletas, escaparates o paseos de y la recreación. Pero al mismo tiempo nos impone
alta velocidad. la ansiedad que anticipa la frustración, el vacío
premonitorio ante las pausas en que baja la adrenalina
Un círculo mercantil cierra así la ecuación que va o la excitación, la confusión respecto del sentido de
desde las descomunales inversiones en investigación la vida en medio de este pastiche de colores vistosos
de las empresas farmacéuticas transnacionales, y efectos especiales. Aquí también las drogas son una
hasta los modos de vida tensos y extenuantes que metáfora de la excitabilidad creciente, la ansiedad
llevan a incrementar la demanda de los frutos de anticipatoria, la depresión post-efectos, en fin, la
esas investigaciones. Dependemos cada vez más de tensión por mantener la tensión.
fármacos u otros satisfactores para re-inducirnos
en aquello que ya no podemos generar con nuestras A mayor demanda de excitabilidad y estímulo, más
propias facultades: el entusiasmo festivo, la rápido pierden su eficacia los objetos sobre nuestro
introspección, la euforia, la distensión, la inspiración, ánimo, más necesidad de sustituirlos por otros o por
la expresividad, la capacidad comunicativa. Y este versiones renovadas de los mismos. El principio de
síndrome de des-habilitación anímica encuentra su obsolescencia acelerada, vale decir, de rápida pérdida
del valor de uso de las mercancías que adquirimos,

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o de rápido descenso en la satisfacción que nos comunión, pasaje y pertenencia en una sociedad
producen, es el resorte que impulsa la expansión secularizada. Pensemos en los efectos de las drogas: la
de los mercados. Más se renueva el ansia de placer, comunión con los pares y las metamorfosis del ánimo
más salimos despedidos hacia los centros comerciales que sugieren formas fugaces de pasaje existencial;
en busca de nuevos bienes. Este hedonismo febril la cohesión interna del grupo, al mismo tiempo
que nos empuja y nos frustra bombea la economía que la diferenciación hacia afuera, metaforiza y
capitalista. No por nada los economistas hablan de compensa la falta de mecanismos institucionalizados
obsolescencia acelerada: productos de provecho de pertenencia y comunidad. El consumo de drogas
cada vez más efímero permiten renovar la oferta sin ilícitas, sobre todo la marihuana, también opera
inhibir la demanda. como ritual o mecanismo de pertenencia a nuevos
grupos o tribus que se definen por oposición a la
¿Qué mejor metáfora para el principio de
norma (oposición a la ley, a la vida adulta, a la moral
obsolescencia acelerada de la sociedad de consumo
o la disciplina); como un ritual de tregua ante los
que el aumento en el umbral de tolerancia de las
avatares del trabajo y la vida diaria, sobre todo
drogas psicoactivas, vale decir, a mayor frecuencia
cuando las exigencias se incrementan; como un ritual
en el uso, necesidad de mayores dosis para obtener
de comunión, asociado a efectos expansivos propios
el mismo nivel de placer? Nada más elocuente que la
de las sustancias psicoactivas, que colma los vacíos
droga para condensar la dinámica que se establece
dejados por la secularización de las costumbres; o
entre los mercados y los sujetos, en virtud de la cual
bien como un ritual de pasaje en que el sujeto vive su
la satisfacción, la utilidad o el placer que produce
experiencia con la droga como transformación de sí
un nuevo producto es cada vez más breve en el
mismo. Pero también al revés: el consumo de drogas,
tiempo, y requiere cada vez mayor recurrencia o
en su forma desregulada y compulsiva, revela la
renovación para mantener un mismo umbral de
pérdida del tejido asociativo que permitía mediar el
satisfacción, utilidad o placer. ¿No ocurre con el
paso de la edad infantil a la adulta, y mediar también
consumo de drogas precisamente eso, a saber, 12
entre el individuo y la ciudad.
que para mantener el mismo nivel de goce hay
que aumentar la frecuencia del consumo, o bien
el volumen, o bien desplazarse hacia drogas que
permiten recrear el umbral de tolerancia y de placer? Afirmación en la exclusión
La droga opera aquí como la mejor metáfora, porque Pero también al revés: la trasgresión vía drogas
en ella es más claro el régimen de obsolescencia replica la exclusión, se afirma en ella como protesta
acelerada que marca la relación entre el sujeto y y auto-afirmación extramuros. La droga confirma en
su consumo dentro de los mercados globalizados del la postergación, pero confirma al fin. Droga y repulsa:
capitalismo. Y siendo el caso más elocuente, es el el consumo y la cultura de la droga como rechazo
que mejor expresa el carácter de anomalía en ese de un orden que se experimenta como excluyente.
régimen de consumo. Por lo mismo, la fobia hacia Ante la marginalidad impuesta, la marginalidad
las drogas conjura, en la conciencia gregaria, esa protagonizada. Ante las dificultades que el medio
dimensión compulsiva del consumo, atribuyéndola opone para engancharse en la productividad, el
exclusivamente a la adicción a sustancias ilícitas. La consumo de drogas exalta en el propio cuerpo la
metáfora salva momentáneamente. Pero también es improductividad –el desgaste, el derroche, la no
posible el camino inverso: remontar la metáfora para previsión a futuro–. Contra la disciplina de la razón,
extrovertir la anomalía dentro de la normalidad. este ethos sacrificial responde y refleja el sacrificio
que el modelo hace de los que sobran. La cultura
de la droga grafica la exclusión, la extrema y la
En busca de rituales de tránsito y extrovierte.
comunión En síntesis, el consumo de drogas tiene una
Desde el lado de los usuarios, el consumo de enorme resonancia metafórica y fantasmática entre
drogas viene a compensar la pérdida de rituales de las tensiones y contradicciones de la juventud

12 Es la conclusión a la que llega el antropólogo Bernardo Guerrero en su estudio etnográfico sobre consumidores de pasta base de cocaína
en la ciudad de Iquique, Chile (Guerrero, 1998).

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latinoamericana, y los cambios en la subjetividad __________ (2006). La juventud latinoamericana


que acompañan la difusión de la postmodernidad. Y, en sus tensiones y sus violencias, en Juventudes,
por cierto, estos cambios en la subjetividad, sobre violencia y exclusión: desafíos para las políticas
todo la juvenil, también pueden tener que ver en públicas. Guatemala: Magna Terra.
lo concreto con las motivaciones que llevan a un
JELSMA, M. & RONCKEN, T. (Com.). (1998).
consumo problemático de drogas, sin desmerecer los
Democracias bajo fuego: drogas y poder en América
rasgos individuales como detonantes de las adicciones.
Latina. Montevideo: Brecha.
Por lo mismo, lo que propongo como desafío es leer
en la droga lo que palpita más allá de ella, verla en LIPOVETSKY, G. (2006). La bonheur paradoxal:
su condición de caballo de Troya (uso político de la Essai sur la société d’yperconsommation. París:
droga con fines de dominio o control) o de punta Gallimard.
de iceberg (el problema de la droga sólo como final
MAFFESOLI, M. (2001). El instante eterno. Buenos
de una cadena sumergida que lleva a tantos otros
Aires: Paidós.
problemas de la vida moderna y postmoderna). Volver
a conversar de drogas como una forma de conversar __________ (2004). El tiempo de las tribus. México:
sobre nuestros temores y expectativas en un espacio Siglo XXI.
más amplio. OEA-CICAD (2003). Informe comparativo 7 países,
encuestas escolares a nivel nacional: El Salvador,
Guatemala, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República
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