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Grupos semilleros
Mujeres en Acción Solidaria (mms)
Mujeres en Acción Solidaria surgió en 1970, luego de que varias
mujeres, disidentes de partidos políticos, amas de casa, profesionistas
y estudiantes, entre otras, comenzaron a reunirse informalmente tras
identificarse con el contenido del articulo de Martha Acevedo titula-
do "Nuestro sueño está en escarpado lugar" (Crónica de un miérco-
les santo entre las mujeres), publicado en la revista Siempre!, en el
cual se reseñaba la marcha efectuada por feministas estadouniden-
ses al celebrar el cincuenta aniversario de la emancipación de la mujer
que en 1920 obtuvo derecho a voto en Estados Unidos?
Más tarde, en 1971 aún sin tener un nombre definido dicho grupo
decide hacer un acto público el 10 de mayo en el monumento ala madre
en contra del contenido simbólico que encierra esa celebración:
"En abril de 1971 Magdalena Zapián llega al Departamento del
Distrito Federal a notificar que el 9 de mayo un grupo de mujeres
haría una manifestación ante el Monumento a la Madre. El emplea-
do de gruesas gafas lee el volante y pregunta: Y esto ¿qué pretende
ser? ¡Ah! Teatro, música, canciones para el 10 de mayo... un festival
doméstico ¿no? -Claro que sí- responde ella. ¿"Y cómo se llama su
asociación?". Gran apuro, pues no teníamos nombre; ahí nació Mu-
jeres en Acción Solidaria, MAS" (Acevedo, 1977:12).
Finalmente, les fue negada la autorización para la realización
de dicho acto, pero el grupo de mujeres decide hacerlo, y aunque no
logró tener el éxito esperado sirvió como escaparate para aglutinar a
más mujeres, de un número de 15 personas ascendió a 150.
Eltexto, además de presentar la reseña de las actividades de las estadounidenses en
esa celebración, retomaras declaraciones realizadas por las diferentes participantes,
y realiza un análisis de la situación laboral de las mujeres, el trabajo doméstico y la
relación entre los sexos.
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"A partir de ahí, se decidió el pequeño grupo como forma de
organización, en el que se desarrollarían cuatros etapas: en la prime-
ra se trataba de socializar experiencias y llegar a la toma de concien-
cia individual, en la segunda poner en evidencia las coincidencias, el
hilo conductor, la tercera etapa parte de este hecho si se comparten
problemas similares, ya no se trata de situaciones individuales, sino
de un síntoma social. Se pasa aquí de lo personal a lo político, por lo
tanto se buscan soluciones colectivas. Así se Llega a la última etapa:
se plantean trabajos concretos enfocados dentro de una perspectiva
política" (Acevedo, 1977:15).
En esa dinámica se encontraban cuando en 1971 Susan Sontag
llega a México para impartir una conferencia sobre feminismo en el
marco de los cursos de invierno de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales (FCrrs) de la UNAM, en dicha charla "planteaba que las
mujeres tenían problemas específicos y que éstos las condicionan a
actuar de una determinada manera. La explotación y opresión a que
son sometidas corresponden, en última instancia, a esquemas de
poder político" (Lau Jaiven, 1987:84).
Los planteamientos manifestados por Susan Sontag no hicie-
ron más que reafirmar a lo que en aquellos momentos las integran-
tes de MAS habían logrado llegar a través del pequeño grupo de
autoconciencia, luego entonces se trataba ya de elaborar las estrate-
gias a seguir. En este momento, se integraron más mujeres al grupo,
por lo cual se estableció la división geográfica en subgrupos, así sur-
gieron inicialmente el Grupo Sur y el Grupo Norte, aunque se habla
también de pequeños grupos al interior de éstos. La organización no
fue fácil, debido principalmente a la diversidad de puntos de vista,
"entramos en un proceso de discriminación y de consolidación in-
terna. Un grupo manifestaba claramente que no deseaba establecer
ninguna relación entre feminismo y política, otras tenían contactos
con instituciones oficiales como el nu, y deseaban canalizar al grupo
hacia fines particulares, unas se alejaron, otras fueron rechazadas.
En fin muchas mujeres llegaron, oyeron y se fueron" (Acevedo,
1977:16).
Además, existía la controversia de cómo proyectarse hacia al
exterior, no se definía el plan a seguir: por un lado estaba la inquie-
tud de algunas de conseguir servicios en guarderías en los barrios;
en otras, de emprender una lucha por el aborto libre y gratuito, en
unas más, trabajar con grupos de obreras y la intención de otras era
hacer un periódico.
Pese a ello,1972 fue un año muy activo para estas mujeres, unas
se inclinaron a unirse ala lucha de las obreras sindicalizadas: Rivetex,
Hilos Cadena, Medalla de Oro y otros sindicatos independientes de
la confección y el calzado en los estados de Guanajuato y Querétaro,
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otras su campo de acción fue la organización de conferencias en di-
versas universidades de provincia (Zacatecas, San Luis Potosí,
Morelia, Guanajuato, Jalapa y Chihuahua), así como colaborar en
revistas y organizar eventos. Del trabajo realizado por estas últimas
destaca un artículo publicado en la revista Punto Crítico, titulado
"La situación de la mujer en México", en el cual se trataban temas
como la diferencia de las mujeres de acuerdo ala clase social, la pros-
titución, el trabajo de las empleadas domésticas y la explotación de
la mujer obrera. Así como un encuentro en la escuela Cipactli en el
cual se trataron temas como la mujer en el trabajo, nuestro cuerpo,
¿por qué el movimiento de liberación de la mujer en México?
Para 1973 MAS era ya conocido tanto en el interior de la Repúbli-
ca Mexicana como en el Distrito Federal, en este último lugar reali-
zaron en este año conferencias en la UNAM sobre la "Condición de la
mujer", "Aborto y sexualidad" y "Feminismo y política"; en las ins-
talaciones del Centro Médico expusieron sobre "La situación de la
mujer en México"; en La Casa del Lago sobre feminismo. En ese
mismo año también organizaron lo que se conoció como la Casa de
las Mujeres, con este proyecto "intentaban ser la solución para los„
problemas cotidianos de las mujeres que trabajan, tienen hijos.y mi-
litan en un grupo feminista. Por eso se trataba que fuera guardería,
con más espacio para dar cupo a mayor número de mujeres en las
reuniones generales" (Jaiven, 1987:98). La convivencia en este local
no resultó, por lo que este proyecto duró sólo un año, pero les sirvió
para tomar conciencia que "el feminismo concebido como un cam-
bio de estructuras, que van desde la vida diaria hasta una concep-
ción de la lucha política, exigía no sólo voluntad para cumplir las
tareas, sino un trabajo previo que lograra, disciplinadamente, cam-
biar nuestra visión de las cosas y eso era lento, acumulativo y muy
difícil" (Acevedo, 1977:18).
La diversidad de puntos de vista a lo largo de la trayectoria de
este grupo tornó la convivencia cada vez más crítica, para finales de
1973 la situación al interior del mismo iba de mal en peor, ésta se
agudizó cuando uno de los grupos considerado como de las "izquier-
distas" rechazaron la invitación de un evento organizado por muje-
res en Puebla sin tomar en consideración a las demás. A partir de ahí
comienza el distanciamiento con ese pequeño grupo, unos meses más
tarde ellas empiezan a escribir una sección fija de dos hojas en la
revista Punto Crítico, utilizando el nombre de MAS, pero sin acuerdo
previo, con ello se llegó a la conclusión de que debería haber una
reorganización.
Colectivo La Revuelta
Se da así una escisión en el MLM y surge el Colectivo La Revuelta:
Más tarde en 1977 en un trabajo colectivo publicado en la revista
Fern, se reflexionaba sobre este punto, sobre el cual se consideraba
que:
"la separación de las mujeres de La Revuelta a finales de 1975,
fue la culminación de una serie de tensiones y de diferencias perso-
nales que se"justificaron" políticamente. Ese Grupo quería trabajar
ya en un periódico; algo distinto a lo que se venía proponiendo. Plan-
teaban la necesidad de cerrar el local y encauzar todos los esfuerzos
al periódico. La necesidad de publicar y comunicarnos era incues-
tionable; un periódico era necesario, pero el momento y la manera
en que esto se planteó fue más por una necesidad de ruptura que de
unión. Nosotras proponíamos diseñar la línea política a seguir (una
vez más) y mantener funcionando el local" (Acevedo, 1977:24).
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Al separarse del MLM, las integrantes del Colectivo La Revuelta
se abocaron a la tarea de realizar el periódico, titulado con el mismo
nombre, mismo que se materializó al año siguiente en el mes de sep-
tiembre. Desde su formación, se manifestaron por evidenciar todo
aquello que afectaba directamente o indirectamente a las mujeres, a
partir de esta premisa varios temas de gran relevancia que atañen a
la condición de la mujer fueron publicados por estas feministas. En-
tre ellos, se encuentra la violación, el aborto, la sexualidad, la mater-
nidad, el trabajo doméstico, la prostitución y la familia.
Durante su trayectoria circularon nueve números en total, sin
tener una aparición regular, ello debido principalmente a la cuestión
económica, pues eran ellas mismas, a través de la venta de mano en
mano o eventos de recaudación de fondos, quienes financiaban la
publicación. Es precisamente esta dificultad la que motivó que años
más tarde optaran por buscar en algún medio impreso donde hacer
colaboraciones, así luego de experimentar en algunos lugares, pre-
sentaron un proyecto al periódico UnomásLlno, donde las aceptaron
y empezaron a colaborar de 1980 a 1982.
Aunque La Revuelta y su posterior columna en el UnoMdsUno r
era el objetivo principal de este colectivo, a la par realizaron activi-
dades como obras de teatro y charlas, donde discutían temas sobre
la mujer. El afán de desvincularse de todo aquello que pareciera
institucional o similar a esquemas ya establecidos, las convierte en el
ala radical del feminismo mexicano, su actitud era de evidente re-
chazo a otras organizaciones, especialmente a partidos o sindicatos.
"Eramos radicales por varios motivos: una, por una defensa
muy fuerte de la autonomía del movimiento feminista, a diferencia
de las que decían que había que estar cerca de los sindicatos, de los
partidos políticos. Por otro lado, porque no tomamos muy en serio
la idea de que el feminismo toca todas las esferas de la vida, que hay
que cambiarlo todo, incluso nuestras propias vidas privadas, inten-
tamos llevar una vida comunitaria" (González, 1987:121).
Su declive, más que por diferencias ideológicas, se debió al des-
gaste propio del grupo, y a las aspiraciones personales o profesiona-
les de las integrantes, no es que el grupo hubiese llegado al final sino
que el paso que necesitaban dar juntas, ya se había dado y cada cual
iniciaba su trayectoria por M. sola. Su última actividad en grupo fue
la elaboración de un libro titulado La Revuelta, reflexiones, testimonios
y reportajes de Mujeres en México, 1975-1983, en el cual como su título
lo dice hacen una recopilación de los temas más importantes que
abordaron durante su existencia como colectivo. En la actualidad,
cada una de las integrantes en diferentes espacios continúan con lo
que alguna vez iniciaran en La Revuelta, evidenciar el lugar de las
mujeres en el sistema simbólico y social.
En tanto, el resto de las integrantes del McM -tras la salida de las
mujeres de La Revuelta- intentan reorganizarse nuevamente, sin
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embargo, algunas decidieron tratar el problema de sus constantes
crisis como grupo desde el psicoanálisis yen 1978 se dieron a cono-
cer como Lucha Feminista, y otras mujeres que acaban de ingresar,
prácticamente, propusieron la elaboración de un manual de infor-
mación básica, estas últimas lograron entenderse y posteriormente
se aglutinaron como Movimiento Feminista Mexicano (MFM) y fue-
ron una de las principales impulsoras de la después conocida Coali-
ción de Mujeres Feministas (cMF) formada en 1976.
El MLM renace nuevamente cuando se integra a la Coalición de
Mujeres Feministas y a partir de esa nueva plataforma, impulsa un
proyecto de maternidad voluntaria y se manifiesta contra la violen-
cia sexual hacia las mujeres, entre otras cosas. Durante prácticamen-
te tres años, el MLM se suma a las múltiples actividades que en dife-
rentes direcciones realiza la Coalición, y asume la dirección de un
proyecto generado al interior de la misma conocido como Centro de
Apoyo a Mujeres Violadas, A.C. (CAMVAC), pero en 1979, conjunta-
mente con el Colectivo de Mujeres, grupo que aparecería años más
tarde, y Lucha Feminista, deciden formar el Frente Nacional por los
Derechos y la Liberación de las Mujeres (FNALIDM).
En 1980 el MLM crea un Taller de Arte Feminista, un grupo "de
teatro popular y organiza el Colectivo de Acción Solidaria con Em-
pleadas Domésticas (CASED).1981 es un año de reestructuración para
el MtM, pues tras una fuerte crisis al interior del FNALIDM deja esa
organización, al igual que el trabajo de CAMVAC, el cual es asumido
por otras feministas, y al mismo tiempo sufre una escisión más. El
nuevo grupo tomará el nombre de Centro para Mujeres, mientras el
resto continúa con su labor en CASED, el cual posteriormente se con-
vertirá en Atabal que funciona aún hasta nuestros días.
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Por su parte, Mujeres en Acción Solidaria (MAS), el único grupo
que participó formalmente en el programa oficial yen la Tribuna de
las Organizaciones no Gubernamentales, encaminó sus esfuerzos a
la construcción del Centro de Información y Documentación para el
Decenio de la Mujer y el Desarrollo (QDDEM)3 , cuyas funciones fue-
ron la compilación, análisis, clasificación y difusión de toda la infor-
mación referente a la mujer, de utilidad para investigadores, centros
de estudios, organismos internacionales, universidades, auspiciado
por el gobierno (Jaiven, 1987:111). Dentro de sus actividades estaba
también la realización de una revista, en la cual daban los pormeno-
res de las actividades del Año Internacional de la Mujer, la cual tuvo
en su haber 12 números durante 1975.
Algunas integrantes del MAS, además de colaborar en el CIDDEM
trabajaron activamente en la Tribuna del Año Internacional de la
Mujer,"
desde donde se pronunciaron por el
intercambio de experiencias y problemas que afectan a las
mujeres en las diversas actividades en todo el mundo, profundizar
en el análisis de la condición de la mujer y buscarla instrumentación
adecuada para nuestra acción concreta y permanente. Apoyar la
posición de los países que dentro de la Conferencia relacionadla
necesidad de los cambios estructurales en el ámbito interno e inter-
nacional para propiciar una efectiva transformación de la condición
de la mujer de todos los grupos sociales" (MAS, 1975).
En tanto, el MLM manifestó abiertamente su rechazo a participar
en la organización del programa del Año Internacional de la Mujer y
empezó a preparar un Contracongreso, a ellas se unieron mujeres a
título a personal, un grupo denominado Mujeres Radicales y el gru-
po de la preparatoria Popular con lo que se conformó el Frente de
Mujeres en Contra del Año Internacional de la Mujer. Argumenta-
ban que:
"la creación de un Año Internacional de la Mujer es fruto direc-
to de una actitud de tutelaje, amparo y protección. Una vez más, al
concedérsenos un año se nos confirma como seres débiles y necesi-
tados de ayuda. Se acentúa de este modo una creencia cultura -ya no
biológica- en la debilidad de las mujeres como seres inferiores. Esta
concepción, sentimiento, actitud o costumbre se denomina sexismo
y rige nuestra sociedad en las esferas pública y privada" (MLM,1975).
Bajo las consignas "no queremos la igualdad de condiciones
para ser explotadas de la misma manera que los hombres. No quere-
r
Estos dos eventos fueron repelidos los dos años siguientes, el primero en lugar de
las delegaciones fue en las Casas de la Asegurada del I MSS, y el segundo en la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes OCT).
' Luego de cumplir su objetivo durante 1975, el CIDDEM continúo funcionando hasta
1976, fecha en la cual terminó el sexenio, y se cancelaron todos los recursos
destinados a este centro.
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mos un desarrollo que perpetúe la desigualdad económica racial y
sexual. No queremos una paz que sólo signifique la estabilidad del
sistema actual" (MLM,1975), las integrantes del tatua realizaron varias
actividades alternativas durante todo 1975, entre las cuales se en-
cuentran coloquios, conferencias, proyecciones de películas, obras
de teatro'. Los principales temas abordados durante sus diferentes
discusiones fueron el cuestionamiento al sistema político mexicano,
en donde señalaban que el común denominador era la explotación;
exigían que las tareas domésticas fueran atendidas por el Estado, y
otro punto fue la despenalización del aborto (Jaiven, 1987:113).
El rechazo a la celebración del Año Internacional de la Mujer
expresado por el MLM era compartido de igual forma por la comuni-
dad feminista internacional, pues de diversos países se levantaron
para protestar sobre la proclamación del año internacional, ya que
entre otras cosas, consideraban una contradicción que una organiza-
ción como la de las Naciones Unidas que decía apoyar la igualdad
entre hombres y mujeres, en su seno no la llevara a cabo, ya que "en
una investigación realizada en 1972, se notó que de 1,113 diplomáti-
cos ante la ONU, sólo el 10 por ciento eran mujeres, éstas ocupaban
puestos de menor jerarquía. El 60 por ciento de las misiones diplo,
máticas en ese año no incluían a ninguna mujer. En 1973, la ONU con-
taba con 2,369 delegados y sólo 180 delegadas " (CENCOS-CIDHAL,
1975:52-53).
Además de ello, países miembros de la ONU, con representacio-
nes en la Conferencia Mundial, estaban en la misma situación, no
aceptaban esta igualdad y esto se veía reflejado en sus legislaciones,
donde "(...) prohiben a la mujer ocupar empleos debido a su sexo,
(...) incluyendo a la mujer y el menor en la misma categoría al hacer
ciertas legislaciones, haciendo creer a la mujer que ella debe optar
por ciertas carreras profesionales solamente, y esclavizándola en
general al ocuparla como fuerza de labor sin remuneración en el
hogar" (cENCOS-cmHAL, 1975:52).
Consideraban que el hecho de que delegados de los países
miembros de la oiU llegaran a la Conferencia Mundial de buena
voluntad, con políticas sobre la mujer realizadas en forma vertical,
de arriba hacia abajo, no era suficiente para resolverla problemática
de las mujeres,
"(...) la condición de las mujeres no ha cambiado gran cosa ni
cambiará este año sólo porque es el año de la mujer, en 1975, muchas
mujeres continuarán siendo asesinadas en mesas de abortos ilega-
les, debido a leyes que le prohiben decidir sobre sus vidas y sus cuer-
pos, muchas mujeres continuarán siendo analfabetas (...) cientos de
mujeres continuarán siendo explotad as como objetos sexuales en los
medios de comunicación" (cENCOS-CIDHAL, 1975:53)
' Un programa detallado delas actividadesrealizadas por el MIM en 1975 se encuentra
en Acevedo, 1977:21-22.
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Nuevas semillas
Si bien en el ámbito general los resultados del Año Internacional de
la Mujer celebrado en la Ciudad de México fueron mínimos y de
muy poco alcance, pues sólo se hizo énfasis en cambiar algunas le-
yes discriminatorias para la mujer, sirvió para evidenciar entre las
feministas su falta de unidad y a su vez favoreció la integración de la
Coalición de Mujeres Feministas, posteriormente sel Frente Nacio-
nal de Lucha por la Liberación y los Derechos de las Mujeres (FNAu. DM)
y el surgimiento de nuevos grupos, entre los cuales se encuentran El
Colectivo deMujeres, LuchaFeminista, C4MVAG cAMU, Lesbosy Cine Mujer.
El panorama general de la comunidad feminista mexicana era
de dispersión total, cada grupo se abocaba a realizar sus tareas de
manera independiente, bastantes conflictos internos, sobre todo de
organización, tenían ya como para buscar más al tratar de juntarse,
sin embargo, el bullicio generado por la celebración del Año Interna-
cional de la Mujer había dejado en algunas de las feministas la in-
quietud de integrarse.
Colectivo de Mujeres
A mediados de 1976 se formó el Colectivo de Mujeres, éste estaba
integrado inicialmente en su totalidad por militantes del PRT, quie-
nes al interior del partido habían pertenecido a la Comisión de la
Mujer o al Colectivo de Mujeres dentro de ese mismo instituto polí-
tico, aunque posteriormente ingresaron otras mujeres que no tenían
que nada ver con el partido.
"Originalmente hubo un grupo interno que era el Colectivo de
Mujeres del PRT, pero no tenla que ver con otro grupo, que era la
Comisión de la Mujer -también del FRT que era la que elaboraba y
teorizaba los aspectos de las políticas de las mujeres al interior del
partido... Fue a partir de una discusión y de darnos cuenta cómo
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estaba la situación en México que decimos que sería necesario crear
un nuevo grupo de mujeres autónomo del partido, feminista y que
tuviera una acción conjunta con las feministas y fue así como surgió
la idea de hacer el Colectivo, otro colectivo externo al partido"
(González, 1987:132).
La formación de este grupo se da justo cuando la ya formada
Coalición de Mujeres Feministas (CMF) organizaba la Segunda Jorna-
da Nacional por Aborto Libre y Gratuito, y aunque este tema no era
una de las principales banderas del Colectivo de Mujeres, deciden
adherirse a dicha Coalición, aunque estableciendo inicialmente sus
objetivos a seguir como organización independiente. Entre sus prin-
cipios, recopilados en un documento de presentación titulado ¿Qué
es el Colectivo de Mujeres? pretenden crear conciencia feminista en-
tre las mujeres del país, luchar en contra de la opresión de la mujer y
del sistema capitalista que es causa de esa opresión y construir un
movimiento de mujeres en México (González, 1987:53).
La lucha contra la opresión de la mujer es el punto que de algu-
na manera las distinguió de otros grupos, pues hacían hincapié en la
lucha de clases, pues estaba en contra el sistema capitalista, y apoyar
a los desposeídos, ala dase trabajadora, esta posición de alguna manera
se entiende al venir de un partido en el cual su bandera de lucha era
esa precisamente. Esta posición se prestó a que otras feministas las
etiquetaran como las "feministas marxistas", con sus consiguientes
críticas, al considerarse que la lucha contra el capital no subsume la
lucha de género, pues remite ala explotación tanto del varón como de
la mujer y no explica el origen de la opresión de la mujer.
En el transcurso de su existencia no trasciende ninguna activi-
dad específica del grupo, pues casi en su totalidad participaban y
apoyaban las actividades que desde la Coalición de Mujeres Femi-
nistas se determinaban. Sin embargo, como grupo independiente no
dejaron de tener problemas internos, entre los cuales destacaron sus
constantes contrapunteos por pertenecer algunas de sus integrantes
al PAT, lo cual generaba desconfianza entre las que no pertenecían a
esta institución política. Además de eso estaba el protagonismo "ga-
lopante" de algunas integrantes, pues no había una estructura jerár-
quica, los liderazgos informales que de alguna se institucionalizaban
con el tener mayor información, las que salían ala luz pública (Riquer,
1996:25). Debido a estas dificultades que nunca lograron superarse,
más el desgaste del ir y venir de sus actividades acabaron por desin-
tegrar paulatinamente al grupo, curiosamente las primeras que de-
jaron el grupo fueron sus propias fundadoras, quienes se dispersa-
ron y se integraron a otros grupos, y a finales de 1981 o principios de
1982 las pocas que quedaron disolvieron formalmente el Colectivo
de Mujeres.
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Lucha Feminista
Lucha Feminista se dio a conocer formalmente en 1978 al participar
en la Coalición de Mujeres Feministas (cMF), pero las reuniones de
las ocho mujeres que conformaron este grupo comenzaron a reali-
zarse desde 1974. Básicamente el grupo estaba integrado por profe-
sionales, en su mayoría psicólogas, algunas de las cuales habían mi-
litado antes en el MAS, y su interés se centraba principalmente en dos
puntos, uno de ellos era la asesoría a las mujeres maltratadas física o
psicológicamente y el otro se refería a la realización de círculos de
estudios en donde reflexionaban teóricamente sobre el feminismo
en general.
La bibliografía consultada por las integrantes era principalmente
del exterior, pero elaboraban textos a partir de esas referencias en los
cuales hacían hincapié en la realidad social de las mujeres del pal's,
de entrada pensaban que el feminismo aquí como en otros países era
similar, aunque con ciertos matices en cada uno de ellos. En el caso
de México consideraban que el feminismo debería ser intrínseco a la
lucha de clases, por lo que además de la orientación psicológica im-
pregnada en los textos, tenían también tintes marxistas.
De hecho, eran de los pocos grupos de entonces que considera-
ban que las alianzas con los partidos de izquierda eran favorables al
movimiento feminista, de ahí su interés de unirse con aquellos gru-
pos que de alguna manera plantearan objetivos similares a los su-
yos, como fue el caso de su unión con la Coalición de Mujeres Femi-
nistas y posteriormente con el Frente Nacional de Lucha por la Libe-
ración y los Derechos de las Mujeres (FNALIDM).
Lucha Feminista lejos de pretender ampliar sus filas se limita-
ba a fortalecer los lazos entre sus pocas integrantes, pues no creían
en el trabajo de masas y para las masas. Al asumir la lucha de trans-
formación como un proceso de cambio que abarca todos los niveles
de las relaciones humanas, ubica su acción de manera realista sin
plantearse metas utópicas y espectaculares (Jaiven, 1987:132)
camvac
Desde su aparición en 1979 hasta 1990, fecha en la cual formalmente
desaparece el Centro de Apoyo para Mujeres Violadas (cAMVAC) se
distinguió por seguir un objetivo común: dar apoyo psicológico, le-
gal y médico a aquellas mujeres víctimas de violencia sexual. Du-
rante sus once años de trayectoria el Centro fue impulsado por di-
versas integrantes de otros grupos feministas existentes en este pe-
riodo, entre ellas se encuentran Dulce Maria Pascual, Concepción
Fernández, Rosa María Roffiel, Lilian Liberman, Amalia Fisher, Marta
Lamas, Lucero González y Carmen Lugo.
El proceso de crecimiento se dio poco a poco, al principio las
mismas participantes acudían al domicilio indicado previa llamada
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de la víctima para dar la asesoría, pero posteriormente la víctima
podia acudir personalmente a un local que rentaba el centro ex pro-
feso. Ya contando con instalaciones, además de continuar con su prin-
cipal tarea, formaron un pequeño centro de documentación, donde
se podía consultar diversos documentos respecto al tema de la viola-
ción, aunque principalmente sus fuentes provenían de Estados Uni-
dos y Europa. Asimismo, contaban con una película en donde se
proyectaban las experiencias de algunas víctimas de la violación,
misma que era utilizada en diversos foros para concienciar a la po-
blación sobre esta situación.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas, los conflictos al
interior no faltaron, porque aunque teóricamente no había jerarquías
en la práctica si existían, por lo cual a principios de la década de los
80, cuando la mayoría de sus fundadoras ya no se encontraba se da
una ruptura.
La explicación de tal escisión eran las discordancias en la
reorientación del Centro, el grupo conocido como las (os)
cofundadoras (es) entre ellas (as), Patricia Duarte, Gerardo González
y Esther Madrid,
"pretendían que CAMVAC fuera en realidad una organización
feminista de cara a la sociedad en la que la víctima de violación fue-
ra reintegrada a su entorno a partir de la toma de conciencia y sensi-
bilización de su problemática y no como una mera persona rehabili-
tada. Además de considerar que los hombres no eran el enemigo
común a vencer sino enfrentar un sistema político opresor que hacía
(hace) de los hombres y mujeres víctimas de cualquier tipo de vio-
lencia" (Barranco, 1996:38).
Tras la salida de este grupo, el centro se convierte formalmente
en asociación civil, con papeles muy bien definidos, presidenta, te-
sorera, vocales, y demás niveles que este tipo de organización re-
quiere. De esta manera, ya con la legalidad por delante el centro, a
mediados de la década de los 80, inicia una nueva etapa, se presenta
un proyecto a la Fundación Ford para recibir financiamiento, el cual
fue otorgado; con ello
"CAMVAC lanzó un magno proyecto de difusión masiva dirigido
a escuelas, hospitales, instituciones sociales y legales, así como foros
conferencias, coloquios, etc. mediante la transmisión de un
audiovisual titulado ' Las versiones oficiales de la violación' que ofre-
cía un panorama social, político, legal y cultural sobre la concepción
que los diferentes sectores tienen sobre la violencia sexual" (Barran-
co, 1996:39).
Esa época fue de gran efervescencia al interior del Centro, mien-
tras unas se retiraban por estar en contra de recibir financiamiento,
otras ingresaban y junto con las decidían quedarse le daban otra di-
námica a esta agrupación. Una de las nuevas integrantes Maria del
Carmen Sánchez Ruiz puso en marcha un proyecto de trabajo comu-
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nitario con mujeres violadas en las zonas marginadas en la periferia
de la ciudad de México, mientras que otra, Laura Martinez, propuso
la terapia grupal entre las víctimas de violación para posteriormente
integrarlas al grupo como promotoras y sensibilizadoras de la temá-
tica (Barranco, 1996:39).
Sin embargo, las pugnas al interior del centro continuaron por
varias cuestiones, una de ellas era la división entre las que se decían
socialistas y autónomas, otra la doble militancia, y la preferencia
sexual de las militantes, de esto último aun y cuando desde su entra-
da se tenía conocimiento de ello.
El sismo ocurrido en la ciudad de México el 19 de septiembre
de 1985 acabó un poco con esta polémica, pues pese a sus diferencias
se dedicaron a participar activamente en apoyo a los damnificados.
Esa nueva tribuna les permitió además afianzar alianzas con las nue-
vas organizaciones surgidas, entre ellas la Unión Popular Nueva
Tenochtitlán, Cuarto Creciente, y con el Sindicato de Costureras 19
de septiembre.
El final Llegó más tarde cuando un grupo de militantes decide
expulsar de cAMVAC a Ruth Fonseca, quien había acudido ala III Con-
ferencia Internacional de la Mujer, en representación del centro y'
había dado a conocer información que no era respaldada por todas
las militantes. Junto con Ruth se fueron muchas otras y sólo queda-
ron tres militantes María del Carmen Sánchez Ruiz, Laura Martinez
e Isabel Barranco, las tres continuaron con el proyecto, pero por pro-
blemas principalmente económicos no pudieron hacerlo y aunque
hubo un último intento por lograrlo cuando C[DHAL les ofreció espa-
cio para continuar, el centro desapareció formalmente en 1990.
Publicaciones
La Revuelta
Considerada la primer publicación feminista surgida en la década
de los 70, nace como órgano informativo y razón de ser del colectivo
feminista denominado con el mismo nombre, cuyas integrantes se
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pronunciaban por denunciar con su propia voz la opresión femeni-
na, quienes aunque carecían de experiencia en el ámbito periodísti-
co su necesidad de dar a conocer las ideas feministas las llevo a rea-
lizar nueve números durante dos años. "El propósito de la publica-
ción no era sólo la difusión, sino el posibilitar el contado directo con
otras mujeres, por lo que se formuló la entrega mano a mano como
la principal forma de distribución" (González, 1987:118), y no obs-
tante que esta actividad era una de las prioritarias dentro del grupo
fue también causante del desgaste del mismo.
Con gran ímpetu iniciaron la realización de esta publicación
que, aunque estaba programa su aparición mensualmente, este obje-
tivo no se cumplió, los temas eran seleccionados por cada una de las
integrantes y sobre ese se hacía toda una investigación. El primer
número (septiembre de 1976) apareció luego de una año de
reacomodo entre las integrantes que acababan de salir del Movimien-
to de Liberación de la Mujer (t u.f), en él expusieron los objetivos de
la publicación y lo que el grupo entendía como feminismo. El segun-
do número apareció en octubre de 1976 y estuvo dedicado al tema
de la violación. Se publicó a raíz de varios atentados a mujeres per-
petrados en ese año en las instalaciones universitarias.
El periódico tenía como objetivo en esa ocasión denunciar la
manera en que la sociedad considera este tipo de delitos: "la mujer
objeto de diversión y catalizadora de la agresividad queyace en cual-
quier individuo y la manera en que la mujer responde a esta agre-
sión (guardar el secreto para no sufrir más vejaciones y no ser mar-
cada por la sociedad)" (Jaiven, 1987:119).
Debido a una intensa campaña existente en ese tiempo sobre la
cuestión del aborto, La Revuelta dedica el número dos a hablar sobre
esta problemática, en él señalaban que no querían permiso para abor-
tar bajo condiciones muy precisas, "creemos que el aborto no debe
estar consignado en ninguna ley de ningún código, de la misma
manera que una intervención quirúrgica cualquiera o un parto, o
una extracción de muelas se hayan reglamentados" (La Revuelta,
1976:2). Destacaban que mientras los anticonceptivos existentes no
fueran ciento por ciento seguros para hombres y mujeres, accesibles
a todos, esto es gratuitos, el aborto debería ser considerado como el
último recurso para no procrear hijos, pues "tener un hijo en contra
de la voluntad solamente logra un hijo y una madre miserables. La
relación madre e hijo sólo puede ser amorosa cuando la mujer goza
de una situación psicológica y material que le permita soportar los
intensos trabajos que conlleva la maternidad" (La Revuelta, 1976:4).
En tanto, en el número cuatro, analizan la manera en la que la
sociedad a través de la familia, la escuela, van orientando la actitud
y comportamiento de las niñas y los niños. La sexualidad, la mater-
nidad, el trabajo doméstico, la locura y la prostitución, el amor, la
familia y la mujer, son los tópicos abordados por separado en los
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números del seis al nueve, todos en su mayoría nos muestran lo real
del tema; las voces de las protagonistas quedan plasmadas ya sea de
aquellas que nos explican cómo (legaron a descubrir el placer luego
de dejar atrás los tabúes de la sexualidad hasta las que admiten los
trastornos que les ha ocasionado ser madres.
Ese precisamente era el toque característico de La Revuelta los
testimonios, los reportajes, las entrevistas, las reflexiones, los cuen-
tos, las historietas, las imágenes: un collage de ideas, que daban un
panorama completo del tema tratado. El número nueve, fue el últi-
mo de La Revuelta, la explicación fue que "era demasiado esfuerzo
para muy pocos frutos: llegábamos a muy pocas mujeres, un tiraje
de 2000, es muy poco y el agotamiento que representa es tremendo"
(Jaiven,•1987:121). Sin embargo, la tarea de continuar difundiendo
las ideas del feminismo no cesó, luego de planearlo salieron en bus-
ca de un medio impreso ya establecido y mediante él continuar su
labor, de esa manera presentan un proyecto al Unomásuno, el cual es
aceptado y trabajan en él hasta 1982, con una columna semanal.
Fern
Al igual que el periódico de La Revuelta, en el cual se enarbolaba la
bandera del feminismo como principal característica, Fern aparece
un tiempo después "pensado como un proyecto editorial conducido
por feministas para difundir las ideas del feminismo. Fundada por
Alaíde Foppa y Margarita García, quienes elaboraron la idea inicial
y llamaron a un pequeño grupo de mujeres a colaborar con ellas, y
aparece el primer número en agosto de 1976.
La dinámica de trabajo era similar a la de La Revuelta, se plan-
teaba un tema por alguna integrante y entre todas se hacía la inves-
ligación, y como una forma de evitar el "estrellismo" los artículos no
se firmaban. Para financiarse se buscaba de alguna manera contar
con las aportaciones de algunas instituciones para sacar adelante la
publicación con tiraje más o menos amplio.
De esta manera Fern funcionó hasta 1980, fecha en la cual des-
aparece el pilar de la publicación: Alaíde Foppa, pues a partir de
entonces hubo un cambio estructural en la revista y se intensificaron
los conflictos internos, uno de ellos fue el aspecto administrativo en
el cual se incluye el financiamiento, cuestiones como el pago de las
colaboraciones, el tiempo para dedicar a la revista, el uso que se le
estaba dando, así como la decisión de comenzar a firmar los artícu-
los publicados, dieron origen a uno de los desequilibrios más fuertes
que sorteó esta publicación.
En 1986, al cumplir diez años de aparición ininterrumpida, Fern
vuelve a reestructurarse, continua con el mismo formato, pero reali-
za cambios en el diseño interno de la revista y en la periodicidad, de
publicarse mensualmente pasa a bimestralmente, además de orga-
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nizar una estructura directiva. De esa manera, se nombra como di-
rectora a Berta Hiriart, a Tununa Mercado como jefa de redacción,
mientras que el equipo editorial lo conforman Marta Lamas, Elena
Urrutia, Flora Button, Rosa María Roffiel, Patricia Morales y Anilú
Diaz, y el consejo editorial quedó integrado por Lourdes Arizpe,
Mariclaire Acosta, Ilda Elena Grau, Adriana Ortega, Elena
Poniatowska y Carmen Lugo, entre otras. El contenido se diversificó,
en lugar de manejar un tema para toda la revista, se fijaron seccio-
nes, en las cuales se podia incluir reportajes, notas, entrevistas, con
diversos temas en un sólo número.
Estos cambios fueron justificados en aquel entonces por la pro-
pia directora de la revista, Berta Hiriart, quien argumentaba que "con
el paso del tiempo descubrimos que la dirección colectiva, que nace
de la buena intención del feminismo de tener una estructura equili-
brada y sin jerarquías, se convirtió en una estructura poco flexible,
paralizante e ineficiente, en la que era muy fácil que las iniciativas
de sus ocho miembros fueran boicoteadas mutuamente" (Vega, 1986:
p.22). En la actualidad, Fern continúa apareciendo con las mismas ca-
racterísticas, con una nueva generación de periodistas y feministas.
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