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La reestructuración empresarial surge cuando una empresa se encuentra

en una situación difícil, entonces la alta dirección toma la decisión de


cambiar interna y externamente la compañía; significa que la empresa ya
ha pasado por uno o dos años de dificultades y se encuentra en una
situación crítica.
Las dificultades financieras y el deficiente flujo de caja son indicios claros
de esta reestructuración que seguidas de las dificultades de la
introducción de nuestros productos o problemas de producción con los
consiguientes retrasos en las entregas son claros avisos de la necesidad
imperiosa de realizar un cambio de rumbo y de estructura.
Actualmente debemos evitar soluciones de improvisación y analizar a
fondo las causas por las que hemos llegado a esta situación. En primer
lugar debemos evaluar las premisas que nos tienen que marcar en
nuestra actuación: evaluar las posibilidades reales de supervivencia de la
entidad, y saber que el conjunto de la empresa es superior a cada una de
sus partes. Este análisis se debe concretar en un proyecto que debe
contener un plan que nos permita rectificar el rumbo de la compañía,
además de presentar otro de viabilidad de futuro para la misma, todo ello
acompañado de una actuación de gestión.
Tan importante es conocer las causas por las que hemos llegado a esta
situación y sus soluciones como disponer de las personas encargadas
para gestionar el proyecto. El éxito o fracaso de un plan de este tipo
dependerá de varios factores, en primer lugar de evitar la demora en la
puesta en práctica del plan al aparecer los primeros avisos de alerta, de
esta rapidez dependerá el mayor o menor grado de dificultad en la
aplicación del plan así como el mayor o menor costo en la
implementación del mismo.
Para culminar esta reestructuración debe tenerse en cuenta el respeto a
las decisiones tomadas y el consenso necesario que solo se logra con un
equilibrio estable de todas las fuerzas que intervengan; sería imposible
llevar adelante el plan sin una actitud proactiva de todas las fuerzas que
componen la empresa, tanto del personal de cada área, como de sus
directivas.

Al contrario de la vieja figura del concordato, proceso que podría durar más de una
década, estos procesos duran 2,3 años en promedio luego de iniciada la
negociación con los acreedores, o 1,3 años tras la confirmación del mismo.

Cabe recordar que la Ley 1116 del 2006 o de insolvencia empresarial, la cual
reemplazó los viejos sistemas de concurso de acreedores, tiene por objeto la
protección del crédito, la recuperación y conservación de la empresa y sus activos
como unidad económica y generadora de empleos, aun así conduzca a la
liquidación judicial.

La venta de activos no esenciales, nuevos socios y la reducción del tamaño de la


operación son parte de las estrategias de varias compañías para sacar avante los
procesos de reestructuración
Las causas de la insolvencia se atribuyen también a disminución de la demanda por el
entorno económico, pérdida de mercado, alta carga prestacional y pensional, alto
endeudamiento, altos costos o gastos operacionales de ventas, conflictos en la
administración, disminución de ventas y falta de capital de trabajo.
Continuamos trabajando en estrategias comerciales y de mercadeo con las que hemos
logrado incrementar las ventas y disminuir el costo de insumos como gracias al desarrollo
de proveedores locales”.
En la actualidad, la Ley 550 de 1.999 ha sido reemplazada por la Ley 1.116 de 2.006,
conocida como Ley de Insolvencia Empresarial, y que persigue fundamentalmente un
similar objetivo, ayudar a las empresas que se encuentren en crisis a normalizar sus
relaciones comerciales y crediticias, mediante su reestructuración operacional,
administrativa, de activos o pasivos.
El proceso de insolvencia empresarial que adelanten las sociedades, las empresas
unipersonales y las sucursales de sociedades extranjeras se desarrollan bajo la dirección
y supervisión de la Superintendencia de Sociedades.
Las causas por las cuales una sociedad puede iniciar un proceso de insolvencia
empresarial, están enmarcadas por dos aspectos.

1. Internos: en el primer caso, básicamente es la falta de un adecuado control


administrativo y de conocimiento en el flujo de los recursos y de la real situación
financiera de la empresa, que conlleva a la realización de gastos mayores a los
ingresos o a incurrir en gastos innecesarios o inversiones no rentables,
colocándose así en una situación de iliquidez.
2. Externos: están relacionados con variables de la conomía, tales como los
altibajos de la tasa de cambio, coyuntura política del país, baja demanda de los
productos, entre otros aspectos, que afectan netamente los ingresos
operacionales de la empresa.
Reestructurarse puede resultar indispensable para atrapar nuevas
oportunidades de generación de valor y es del todo fundamental para dejar de
destruirlo si ello ya está ocurriendo. Los motivos por los que florecen nuevas
oportunidades susceptibles de ser aprovechadas o por los que la empresa ha
iniciado un proceso de destrucción de valor pueden ser muy variados:
innovaciones tecnológicas, cambios en las tendencias de consumo más o
menos acusados, entrada de nuevos competidores, globalización de los
mercados, disponibilidad de recursos financieros, etc.
Considerando las motivaciones anteriores, lo lógico es estar
permanentemente reestructurando (se). Si el proceso de cambio es progresivo
y constante no será necesario una reestructuración de golpe y urgente. De
hecho, el papel del gestor previendo, anticipando e implementando cambios
progresivamente resulta clave para evitar cambios radicales más adelante. Se
podría calificar de buena gestión. Y esto está íntimamente conectado con las
operaciones de fusiones y adquisiciones. ¿Por qué? En esencia, las operaciones
de fusión y adquisición son el resultado de diferentes percepciones sobre los
retornos potenciales de una empresa en comparación con el coste de capital.
CAUSAS DE PORQUE LAS EMPRESAS FRACASAN
1. Internos: en el primer caso, básicamente es la falta de un adecuado control
administrativo y de conocimiento en el flujo de los recursos y de la real situación
financiera de la empresa, que conlleva a la realización de gastos mayores a los
ingresos o a incurrir en gastos innecesarios o inversiones no rentables, colocándose
así en una situación de iliquidez.
2. Externos: están relacionados con variables de la conomía, tales como los
altibajos de la tasa de cambio, coyuntura política del país, baja demanda de los
productos, entre otros aspectos, que afectan netamente los ingresos operacionales
de la empresa.
SOLUCION
Reestructurarse puede resultar indispensable para atrapar nuevas oportunidades
de generación de valor. Los motivos por los que florecen nuevas oportunidades
susceptibles de ser aprovechadas como son: innovaciones tecnológicas, cambios
en las tendencias de consumo, entrada de nuevos competidores, globalización de
los mercados, disponibilidad de recursos financieros, etc.

Considerando todo lo anterior, lo lógico es estar permanentemente restructurando.


Si el proceso de cambio es progresivo y constante no será necesario una
reestructuración total de un solo tajo y urgente.

De hecho, el papel del consultor o estrtega es previendo, anticipando e


implementando cambios progresivamente. Resulta clave para evitar cambios
radicales más adelante y se podría calificar de buena gestión.

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