Vous êtes sur la page 1sur 13

Autoconcepto.

La palabra autoconcepto implica cierta complejidad ya que hace


referencia a la imagen que una persona tiene de sí misma.

El autoconcepto de una persona es siempre el resultado de un gran


número de elementos tales como apariencia física, capacidades, historia,
contexto familiar, éxitos y fracasos, ambiente en el cual esa persona fue criada,
ambiente social, etc. Todas las personas tienen un autoconcepto o imagen de
sí mismas, pudiendo ser en algunas de ellas muy elevado y en otras muy bajo.

También es importante señalar que esta imagen puede variar y


modificarse a lo largo de los años de acuerdo al tipo de situaciones que el
individuo viva. Así, una persona que podía tener una alta estima de sí misma y
por tanto tener un elevado autoconcepto puede sufrir una experiencia
traumática que la vuelva vulnerable y frágil. Esto en muchos casos puede tener
como consecuencia una severa crisis de identidad ya que trastoca el modo en
que la personase movía en sociedad, actuaba y se comportaba delante de los
otros.

El autoconcepto tiene como a una de sus premisas la consciencia de


que uno mismo es un ser diferenciado de los otros y del entorno, es decir, la
autoconsciencia.

Qué imagen tengo de mí mismo/a.

Antes de conocer a los demás debemos conocernos a nosotros mismos


y la visión que tengamos sobre nosotros será la que mostremos al mundo.

” La imagen de ti mismo tiene mucha influencia en el desarrollo de la


autoestima”

Cuando una persona sabe quién es, esa persona no renuncia a todo lo
que se ha propuesto alcanzar, sabe que se lo merece. Sabe que la imagen que
recibe de sí mismo cada mañana responde a la imagen correcta. El hecho es
que no siempre sucede así. ¿Qué imagen tienes de ti mismo? Todos tenemos
una imagen de nosotros mismos, una fijación mental grabada, una imagen que
guardamos en nuestra mente y se reitera una y otra vez.

Y así es como en nuestra mente pueden convivir diversos tipos de


imágenes negativas, estas imágenes son:

 Los prejuicios: son imágenes previas de una persona o de una


oportunidad. Toda imagen que te anticipe a la derrota es un
prejuicio.

 La obsesión: es una imagen que se reitera y se reitera toda la


vida gira alrededor de esa idea fija. Sensaciones que se repiten
de una manera compulsiva e impulsiva.

 Pensamientos limitadores: las imágenes mentales son las


que a diario nosotros mismos construimos en nuestra propia
mente y los pensamientos obsesivos y limitantes nos frenan
haciéndonos creer que nos somos merecedores del éxito ni de
vivir en paz, felices. Esos límites podemos haberlos puesto
nosotros mismos o podemos haberlos construido de acuerdo con
la imagen que los otros tenían de nosotros y las tomamos como
propias.

 No tener cosas: es uno de los más grandes límites que tenemos


los humanos: “No alcanzo esto o aquello porque no tengo dinero”,
o “porque no tengo coche”, o “porque no tengo salud”, o “porque
no tengo contactos”, etc.

 La credulidad: hace que creas cualquier cosa y vivas limitado al


no creer en el potencial que hay dentro de ti.

 Mis creencias: son la imposibilidad, la limitación que te dice que


nunca alcanzarás tu meta. Eso se llama paradigma, la idea que
crees verdadera y te limita. Explicaciones y justificaciones, que
nos decimos a nosotros mismos tratando de entender por qué no
alcanzamos nuestros propósitos.

 Lo que logré: es otra limitación. Lo que nos está frenando es lo


que tenemos. Esto se llama “zona de confort”, “lo que alcancé”,
“ya tengo mi negocio”, “mis hijos”, “me he acomodado”, “me he
adecuado”, etc. La acomodación es el peor enemigo para
alcanzar la meta más importante.

Con la imagen que tienes de ti mismo, establecida por tu educación, tus


experiencias y tus creencias, tu vida está en el sendero de producir la
manifestación física de esa imagen mental que tú tienes. Aunque te cueste
trabajo admitirlo, tu vida y todo lo que la rodea, es el resultado directo de esa
imagen que tienes de ti mismo.

Dismorfofobia.

¡La fealdad imaginaria!

No te sientes guapo o guapa, tienes la sensación que la gente te ve feo


o fea… No, tú no eres el patito feo del cuento. Esta visión deformada de tu
cuerpo y de la opinión de los demás puede ser efectivamente una enfermedad:
la dismorfofobia. Lee antes de optar por la cirugía estética o de encerrarte en
casa.
Miedo de uno mismo.

Tal y como su nombre indica, la dismorfofobia es una fobia, pero no tiene


nada que ver con el vértigo, las serpientes o las arañas. Aquí, lo que te aterra
de forma irracional es tu propio cuerpo. En efecto, todos nosotros tenemos, en
algún momento u otro, ciertos complejos con los pies, la cintura, la nariz, los
pechos.

Pero el problema sucede cuando esto se convierte en una obsesión.


Aquella o tal parte del cuerpo se convertirá en deforme cuando tú la mires, ya
sea la nariz, las nalgas, los pechos. Y esto se transformará en la sensación que
los demás sólo ven eso de ti y cuchichean sobre ello a tus espaldas.

No habrá un día que pase sin que pienses en esa parte de tu cuerpo que
te resulta “vergonzosa”. Llegados a este punto, el problema se convierte en un
verdadero obstáculo social. Esta enfermedad afecta especialmente a las
adolescentes y a las jóvenes adultas. Las causas de este trastorno se
desconocen. Se trata de una ansiedad que se expresa en una focalización de
una parte del cuerpo.

La dismorfofobia suele asociarse con otros trastornos psicológicos:


depresión, trastornos del comportamiento alimenticio, trastornos maniaco-
depresivos, ansiedad, trastornos obsesivos compulsivos y otras fobias
(agorafobia sobre todo).

Un tratamiento adecuado.

No, el principal tratamiento de la dismorfofobia no es la cirugía estética.


Ya que el problema está en el interior, cambiar el exterior no resolverá nada. En
el peor de los casos, la persona aún se verá más horrible que antes; en el
mejor, desplazará el problema a otra parte del cuerpo.

El tratamiento de referencia es, sin duda, la psicoterapia. Pero la


principal preocupación es convencer al enfermo de que necesita acudir a un
psicólogo. Para él, el problema físico es real y no imaginario.
Pedir ayuda al médico de cabecera para facilitar la toma de conciencia a veces
puede resultar útil. Una vez esta etapa ya esté superada, la terapia te permitirá
abordar la raíz del problema.
En este caso, las terapias comportamentales y cognitivas han
demostrado su eficacia. Los tratamientos médicos (antidepresivos) pueden
recetarse en algunos casos concretos. Al cabo de unos meses, la autoestima
volverá a aparecer y los defectos imaginarios habrán desaparecido.

Dialogo interno y autocritica.

El dialogo interno no es más que las conversaciones que tenemos con


nosotros mismos en todo momento, aquella vocecita mental con la que siempre
estamos interactuando, incluso como si fuese con otra persona.

En todo momento estamos pensando y dialogando sobre lo que


hacemos y muchas otras cosas, por lo que este diálogo incesante debería
tener un gran impacto en nuestras vidas, y de hecho lo tiene.

Los seres humanos invertimos unas 14 horas al día dialogando con


nosotros mismos ¡Increíble! ¿No? Pero lo más increíble de todo, es que al
menos un 80% del tiempo que pasamos dialogando con nosotros mismos está
conformado por pensamientos y afirmaciones negativas.

Esto último, es lo verdaderamente impactante y lo que hay que tomar en


consideración si verdaderamente queremos lograr el éxito, haciendo de nuestra
mente una aliada en todo instante. El diálogo interno tan simple como pueda
parecer, juega un papel importante en el condicionamiento que recibimos para
llegar a los resultados que queremos.

Básicamente diálogo interno puede denominarse una comunicación con


nuestro Yo Interior, en parte guiada por nuestra mente subconsciente, cuando
realizamos ciertas actividades, podemos contar con el apoyo o el rechazo de
esa personita que llevamos dentro, y esto indefectiblemente es crucial.
Cuando por desconocimiento dejamos que nuestro diálogo interno vaya
en piloto automático, naturalmente tendemos al negativismo y al pesimismo,
esto debido a nuestra programación mental forjada principalmente en nuestra
infancia.

Un Diálogo Interno positivo es un piloto automático para el éxito, es algo


que nos puede permitir vivir mejor, estar más tranquilos y confiar en nosotros
mismos y en nuestra habilidad para llevar a cabo nuestros deseos.

Lo que te digas a ti mismo puede ser increíblemente dañino para tu


autoestima, especialmente si es una gran parte de tu vida diaria que lo estás
haciendo, porque son hábitos que hemos adquirido. Cuando continuas
diciéndote esas cosas, la repetición hará que eventualmente te las llegues a
creer. La mayoría de estos mensajes comienzan en tu vida con las
afirmaciones declaradas por los adultos, cuando eras niño.

La buena noticia es que tú puedes cambiar tu diálogo interno en el


momento que tú quieras. Tú puedes cambiar tus hábitos. Solamente tienes que
mantenerte atento del tono de tus mensajes y reemplazarlos conscientemente
con otros más alentadores, para que con la práctica, puedas aumentar tu
autoestima y sentirte mejor contigo mismo.

Autocritica.

Capacidad de distinguir los propios defectos y de enfrentarlos,


proponerse hacer lo mejor posible para que estos no se sigan repitiendo. Es la
capacidad de autoevaluarse y de ser sincero/a con uno mismo, admitiendo que
nadie es superior que los demás (salvo Dios) y que todos tenemos errores, por
lo que debemos esforzarnos para ser mejores y así, con la autocrítica, se
puede ir madurando cada día más.

Una crítica es una carga de negativismo total, con la cual


preferiblemente nunca deberíamos lidiar (y en vez de eso, deberíamos
enfocarnos en cosas más positivas).
La autocrítica es usualmente fuente de una muy mala autoimagen, y por
supuesto, de una baja autoestima. Hay que tener presente, que
independientemente de si lo tengamos o no presente, todo el tiempo nos
calificamos a nosotros mismos y alimentamos una autopercepción (ya sea
positiva, negativa o neutra).

Creamos entonces un autoconcepto, una autoimagen, y por


consiguiente, vamos desarrollando cierta autoestima. El problema está cuando
todo eso va por el lado negativo. Es decir, cuando se trata de criticarnos a
nosotros mismos. La autocrítica es natural en nosotros.

La solución sería analizar tus pensamientos y sentimientos durante el


día. Si empiezas a cambiar poco a poco tu mentalidad y la manera como
dialogas con tu ser interior de forma mental, tu vida producirá resultados
maravillosos.

Autoestima y asertividad.

Existe una fuerte relación entre la asertividad y el autoestima. Si


adoptamos un comportamiento asertivo implica que hemos tenido valentía, que
en vez de realizar lo que otros quieren que hagamos hemos plantado cara y
hemos sido valientes, para terminar haciendo lo que realmente nos apetece. El
haber actuado de forma asertiva nos da un subidón de autoestima
impresionante (sobre todo cuando estamos acostumbrados a todo lo contrario,
a realizar cosas o adoptar comportamientos con lo cual no estamos de
acuerdo).

Premisa: Comportamiento asertivo = Sana y alta autoestima.


Comportamiento no asertivo = Baja autoestima.

La autoestima es el valor que nos asignamos a nosotros mismos y tiene


que ver con qué tanto nos aceptamos, cómo somos y qué tan satisfechos
estamos con lo que hacemos, pensamos o sentimos. Esto a su vez está
relacionado con el grado en que creemos que tenemos derecho a ser felices y
cuanto respetamos y defendemos nuestros intereses.

El amor por sí mismo comienza a formarse en los primeros años a través


de las relaciones con la familia, amigos o en el colegio; en la adolescencia se
reafirma o se revalora y en la edad adulta los éxitos y fracasos continúan
repercutiendo en la manera de evaluarnos a nosotros mismos.

La asertividad no es sólo saber decir sí o no en el momento adecuado,


aunque esto sea una parte importante. También es reconocer y expresar los
sentimientos, tomar decisiones, actuar sin ser agresivo con los demás
y hacerse responsable de nuestra conducta y sus consecuencias.
Las personas que no se comportan de forma asertiva no se sienten
libres para comunicarse ni manifestar sus opiniones. Son pasivas y dejan pasar
sus oportunidades por miedo o indecisión. No se respetan a sí mismos ni a los
demás. Todo esto hace que su autoestima vaya disminuyendo y perjudica a
sus relaciones con los demás.

Por el contrario, las personas asertivas tienen una alta autoestima y


unas buenas relaciones con los otros.

Autoconocerme y valorarme.

Auto conocerse parece ser una de las actividades que están implícitas
en nuestro ser como estar consciente, o escuchar nuestros pensamientos

Según Daniel Goleman autoconocerse es una de las primeras


habilidades para desarrollar la inteligencia emocional, tiene que ver con
identificar los estados internos, es decir nuestros pensamientos, sentimientos,
habilidades y fortalezas, sabiendo que estos influyen en nuestras acciones y
decisiones. Además de ser importantes para forjar la confianza en nosotros
mismos. El autoconocimiento es la primera aptitud de la inteligencia emocional.
“De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es
conocerse a sí mismo” - William Shakespeare

Si usted no logra conocerse bien a sí mismo, a estar consciente de


cuáles son sus fortalezas y debilidades, aprende a identificar sus estados de
ánimo y las consecuencias que estos pueden tener en su comportamiento,
difícilmente podrá controlar sus reacciones y utilizarlas productivamente.

Tampoco podrá comprender bien el comportamiento de los que le


rodean, identificar sus sentimientos y emociones, ni podrá actuar con
efectividad en sus relaciones interpersonales todo lo cual resulta esencial en el
trabajo de dirección.

También se utiliza la expresión “auto-evaluación” porque, muchas de las


aptitudes que deben “auto-conocerse”, requieren la utilización de instrumentos
en los que debemos evaluar cómo estamos.

VALORARSE.

Es importante tener en cuenta que uno vale tanto como los demás y que
lo que uno quiere o pretende también tiene valor. Por este motivo y para el
desarrollo de la autoestima, no se deben dejar a un lado nuestras necesidades
para dar prioridad a las necesidades de los demás.

Es importante que valoremos lo que nosotros queremos hacer y que no


siempre dejemos que los demás decidan por nosotros, porque nosotros
tenemos miedo a decir a algo que no.

Para el desarrollo de la autoestima, uno debe saber valorarse y pensar


si realmente quiere y/o puede hacer aquello que se le está pidiendo o si es
mejor decir que no desde el principio. Solo así podrá desarrollar su autoestima,
valorándose a sí mismo, para que también nos puedan valorar los demás.

Diez pasos para valorarse uno mismo.

1º-Conocernos más, conocer cuáles son nuestras cualidades, nuestro


talento, nuestros valores y características positivas.
2º-Tratarnos con gentileza. Es muy importante suavizar el lenguaje que
usamos hacia nosotros mismos, vernos de una manera más positiva, más
gentil, más amable.

3º-Perdonarnos por todas las faltas y errores que hayamos cometido en


algún momento de la vida, porque si no logramos el darnos el perdón
estaremos expuestos a no encontrar experiencias más positivas.

-Tenemos que aprender a decir que no. Muchas veces nos sentimos
víctimas de los demás por sus exigencias, producto de que en realidad no
somos capaces de decir no. Y decir no nos va a permitir respetarnos a nosotros
mismos y enseñar a que nos respeten.

5º-Establecer límites. Hay tantos momentos en lo que estamos


involucrados en relaciones o situaciones injustas, indignas que no merecemos
pero no tenemos el valor de establecer un límite, porque no nos queremos lo
suficiente o porque no estamos seguros de que valemos. Entonces establecer
un límite es importante, hasta donde, hasta cuando, seguimos involucrados en
esa situación.

-Guardar un tiempo para ti. Muchas veces nuestra vida transcurre llena
de deberes, obligaciones, compromisos, y pocas veces realmente tenemos ese
tiempo de calidad para hacer uso de aquellas cosas que suavizan la vida, que
nos hacen sentir bien con nosotros, que nos permiten potenciar nuestras
energías.

7º-Tener un sueño, una meta es indispensable, porque cuando tenemos


una meta a largo plazo nuestra vida, nuestros días tienen sentido, sabemos
hacia dónde vamos.

8º-Recompensarte por tus logros también es indispensable; somos


luchadores, somos guerreros, hemos conseguido cantidad de cosas que nos
propusimos en muchos momentos, hemos vencido muchas batallas, pero no
nos detenemos el tiempo suficiente para celebrarlo, Hay que recompensarse
de una manera sencilla, pero que nos haga sentir que valió la pena el esfuerzo
que realizamos.
9º-Y definitivamente hay que establecer un contacto con lo sagrado de
nuestra vida, con la presencia de la divinidad y no solo para pedir, sino también
para agradecer y reconocer todos los regalos y las bendiciones que hemos
recibido a lo largo de la vida .Eso no hace sentir mejor con nosotros mismos.

10º-Incoroporar a nuestra vida cotidiana los actos pequeños, con sentido


espiritual y trascendente. La ley de la abundancia se origina en el pensamiento.
Dar y entregar sin esperar nada a cambio; ser incondicional y tengan la certeza
de que la vida te lo devolverá con creces y cuando menos lo esperes.

NO PUEDO ESTAR SOLO.

Las personas con baja autoestima suelen tener un fuerte temor a la


soledad. Cuando estas personas están solas, interpretan que lo están porque
los demás los rechazan y no quieren estar con ellas. Pero estar solo no debería
interpretarse de esta forma, ya que si se interpreta correctamente, puede
convertirse en una importante fuente de crecimiento personal y puede ayudar a
uno a conocerse mejor a sí mismo y a levantar su autoestima.

Muchas personas, con tal de evitar la soledad, llenan su vida de


actividades o buscan y mantienen relaciones sin sentido solo para estar con
otras personas. A menudo, el miedo a la soledad también es la consecuencia
del temor que uno tiene a enfrentarse con uno mismo, con sus pensamientos,
temores, dudas y frustraciones.

Importante desarrollar la capacidad de estar solo y este aprendizaje le


puede ayudar a uno a levantar su autoestima. Cuando una persona está sola,
puede pensar y meditar sobre cuáles son aquellas cuestiones que realmente le
importan y de esta forma podrá conocerse mejor a sí mismo.

Para lograr aprender a estar solo, es necesario dejar de sentir la


necesidad constante de estar con otra gente y dejar de sentir que estar solo es
sinónimo de fracaso o de desprecio por parte de los demás. Poder entender
que los demás tienen otras actividades y ocupaciones y que el hecho de estar
solo no significa un desprecio de los demás, es un gran paso para aprender a
estar solo.

Otro paso importante es darse cuenta de que actividades y que


relaciones mantenemos realmente por placer y porque nos interesan y cuales
mantenemos simplemente para evitar estar solos.

Es importante tener en cuenta que aprender a estar solo no quiere decir


aislarse o encerrarse en uno mismo. Los extremos nunca son buenos. Es sano
poder estar solo y poder disfrutar de uno mismo, pero también las relaciones
con las demás personas deberían ocupar un lugar prioritario y son necesarias
para el ser humano ya que el hombre es un ser social.

El miedo a estar solo o sola es algo que ha acompañado al ser humano


desde sus inicios. El miedo es parte natural y casi instintivo del ser humano,
existe para protegernos y para ayudarnos a sobrevivir cuando realmente hay
un peligro. El problema hoy en día es que tenemos miedo por muchas más
cosas de las que realmente atentan contra nuestra vida, una de ellas es la
soledad. Te faltan dos gramos de confianza en ti.

La confianza y seguridad en ti mismo es lo que te permitirá enfrentar los


diferentes miedos que aparecen cuando estás en soledad. Si no sientes que tú
mismo eres capaz de cuidarte a ti mismo, has de empezar a darte cuenta cómo
es que sí has logrado cuidarte en todo este tiempo, y de buscar dentro de ti la
fortaleza necesaria para sentirte seguro de enfrentarte a cualquier peligro (real
o imaginario).

El miedo a la soledad puede ser consecuencia de un abandono que


hayas vivido en tu infancia por parte de tu familia, y que actualmente tengas
miedo de volver a sentir ese abandono. El miedo al abandono se te dispara
cada vez que te percibes u observas solo, pues una parte de ti vuelve a
conectar con esa experiencia de abandono.

El estar en soledad es benéfico para ti, claro, en las dosis que


consideres necesarias. Estar solo te permite conocerte y contactar contigo
mismo, escuchar tu propia mente andar, tus emociones ir y venir. Cuando
aprendes a estar solo contigo mismo, y te es cómodo estar así, entonces para
los demás también será cómodo estar a tu alrededor, y a ti te será fácil estar
con los demás.

El miedo a la soledad puede ser un llamado a la libertad.

Si tienes miedo a la soledad, es muy probable que en el fondo, lo que


estés necesitando, es encontrarte a ti mismo y ser libre de muchas ataduras y
codependencias que puedas traer por ahí.

Puede ser que en el fondo estés necesitando ser independiente y libre


en cómo tomas decisiones, en qué creer y con quién andar. Revisa qué tan
libre te sientes de tu familia o de los juicios de los demás, y quizás al alcanzar
esa libertad, el estar solo no sea tanto problema.

Reconoce tus miedos.

Identifica cuales son todas esas imágenes e ideas que tienes que
pueden suceder cuando estas solo. Haz una lista de todo eso que creas que
puede suceder, e identifica cuál es la que más temor te genera.

Después habla contigo mismo diciéndote con qué sí cuentas para


hacerle frente a ese miedo. Y reflexiona acerca del hecho de que quizás te ha
sucedido alguna vez, pero no por eso significa que cada vez que estés sólo te
volverá a suceder. Y si nunca ha sucedido eso que temes, entonces ya estás a
tiempo de dejar de creer que pueda suceder.

Vous aimerez peut-être aussi