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Guillermo Guajardo
Mexican Studies / Estudios Mexicanos, Vol. 15, No. 2. (Summer, 1999), pp. 291-322.
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Wed Feb 6 23:04:07 2008
Tecnología y campesinos en la Revolución mexicana*
Guillermo Guajardo
Instituto Tecnológico Autónomo de México
What changes did the Mexican Revolution generate in the use of technology and
of labor, which until 1910 contributed to economic growth? This article seeks
to clarify that question through the analysis of the literature concerned with eco-
nomic continuity during the Revolution and with qualitative evidence regarding
the operation of the railways and their labor force during the years 1911 to 1915,
a time when they were controiied by the Liberating Army of the South. The re-
sult of the analysis indicates that peasant forces clearly used the railway system
and their activities demonstrate an interesting process of mastering technology
and learning new ways of mobilization. However, these transformations brought
tensions into the revolutionary movement. In addition, the cultural and economic
gap between the city and the countryside, together with military pressure on
the peasant movement, obstructed the development of new uses of the trans-
port technology. Finally, the essay questions the ability of the contenders to de-
stroy the material structures of the old order because of the regional character
of its economic and military base.
Mexican Studies/Estudios Mexicanos 15(2), Summer 1999. O Regents of the University of California.
292 Mexican Studies / Estudios Mexicanos
empleo del ferrocarril por las fuerzas campesinas, con un interesante proceso
de tecnificación y aprendizaje de nuevas posibilidades de movilización de fac-
tores. Sin embargo ello se tradujo en tensiones al interior de dicho movimiento.
A su vez la distancia cultural y económica entre el campo y la ciudad, sumada a
la presión militar sobre el movimiento campesino, impidió a éste madurar los
nuevos usos de esa tecnología del transporte. Finalmente se cuestiona la ca-
pacidad destructiva de los contendientes para arrasar con la materialidad del an-
tiguo orden debido al carácter regional de la base económica y militar en la cual
se sostuvo el conflicto.
Introducción
¿Qué cambios generó la Revolución mexicana en el uso de la tecnología
y la mano de obra que hasta 1910 sirvió al crecimiento económico? El
presente artículo despeja esta interrogante a través del análisis de la lite-
ratura preocupada de la continuidad que experimentaron ciertas activi-
dades económicas durante el conflicto y de evidencia cualitativa sobre la
operación de las líneas ferroviarias y del personal que quedaron bajo el
control de las fuerzas de Emiliano Zapata entre 1911 y 1915 en el Distrito
Federal y en los estados de México, Morelos, Puebla y Guerrero.'
Los resultados indican que hubo un claro y definitivo empleo del
ferrocarril por parte de las fuerzas campesinas organizadas en el Ejército
Libertador del Sur, que implicó un interesante proceso de encuentro con
la tecnología, sectores obreros y la administración de las empresas ferro-
viarias. Sin embargo ese encuentro se tradujo en tensiones al interior del
movimiento campesino por la misma distancia cultural y económica en-
tre el campo y la ciudad, así como también por la lógica local, no na-
cional, de las fuerzas de Emiliano Zapata que no articularon un mando
unificado de la infraestructura civil. A ello se agregó la presión militar
de las fuerzas de Venustiano Carranza, que impidieron madurar nuevos
usos de una tecnología que hasta 1910 había servido a ingenios, ha-
ciendas y fábricas. Finalmente se cuestiona la capacidad destructiva de
los contendientes en la Revolución mexicana, tanto material como polí-
ticamente, para arrasar con la materialidad del antiguo orden.
Para lo anterior en el primer apartado del artículo, "Destrucción y
Destrucción y Revolución
Durante la Revolución mexicana, la movilización de las fuerzas cam-
pesinas mediante el ferrocarril tuvo un impacto significativo en el cam-
bio social y en la proletarización del mundo rural al introducir una movi-
lidad extrae~onómica.~ A la vez que contribuyó a la construcción del
imaginario político mexicano al desdoblarse desde sus funciones eco-
nómicas hacia lo bélico, al convertir a los campesinos sedentarios en
combatientes nómadas y a la locomotora en símbolo de fuerza, arma y
vehículo v i c t o r i ~ s oPero
. ~ la apropiación popular de este medio de trans-
porte conllevó deterioros y cambios de largo plazo en el tráfico, orga-
nización de las empresas, composición de su personal, obligaciones fi-
nancieras internacionales y en el papel del sector público.* Sin embargo
la utilización del ferrocarril como tecnología, no como empresa ni como
símbolo revolucionario. no ha merecido la misma a t e n ~ i ó nIncluso
.~ el
Luisa Rodríguez-Salay José Omar Moncada Maya (eds.), La cultura cient@co tecnológica
en México. Nuevos materiales multidisciplinarios. (México: Instituto de Investigaciones
Sociales-UniversidadNacional Autónoma de México, 1995).
9. Para otros casos de análisis sobre la movilización de factores en conílictos béli-
cos, véase: J.M. Winter. "Catastrophe and Culture: Recent Trends in the Historiography of
the First World War". TheJournal of Modern History, 64:3 (1992), 525-32; Avner Offer.
"The Working Classes, British Naval Plans and the Corning of the Great War". Past and
Present, 107 (1985), 204-26; Keith Grieves. "'Lowther's Lambs': Rural Paternalism and
Voluntary Recruitment in the First World War". RuralHistory, 4:l (1993), 55-75; Orlando
Figes. "The Red Army and Mass Mobilization During the Russian Civil War, 1918-1920".
Past and Present, 129 (1990), 168-211; Alex Roland. "Technology and War: The Histori-
ographical Revolution of the 1980s". Technology and Culture, 34:l (1993), 117-34;
Stephanie G. Neuman. "The Arms Trade, Military Assistance, and Recent Wars: Change
and Continuity". The Annals of The American Academy of Political and Social Sclence,
541 (September, 1995), 47-74.
10. Enrique Florescano. El nuevopasado mem'uzno.(México:Cal y Arena, 1993),77-8.
11. Gustavo Garza Villareal. Elproceso de industrialización en la ciudad de Mé-
xico, 1821-1970. (México: El Colegio de México, 1985), 136.
296 Mexican Studies / Estudios Mexicanos
explicar por un factor tecnológico destacado por Paul Collier para otros
países, en términos que las guerras civiles afectan mucho más a los merca-
dos internos que los conflictos internacionales porque suelen extenderse
por todo el territorio, afectan los derechos de propiedad y debilitan el
aparato estatal, pero se llevan a cabo con tecnologías convencionales de
baja destructividad y generalmente en economías caracterizadas por ba-
jos ingresos;16 situación que correspondió a la de México. Esa dimen-
sión tecnológica fue compatible con el hecho de que cada bando en lucha
preservó una base regional de recursos económicos para participar en
un conflicto de escalas cada vez más nacionales, siendo vitales el ganado,
las fábricas, los pozos petroleros y los ferrocarriles.
Por ello el producto interno bruto (PIB) de México entre 1910 y 1925
mostró un incremento neto de 2.5%anual gracias al comportamiento
exitoso de los grandes enclaves mineros y petroleros que, al quedar ais-
lados de los efectos más serios de la Revolución, crecieron a una tasa de
5.6%anual. Siendo los años entre 1913 y 1916 los más graves del con-
flicto, en especial fue el año de 1915 el punto más bajo y no toda la dé-
cada rev~lucionaria.~~John Womack llegó a la conclusión que los gra-
dos de destrucción en la Revolución no fueron tan desastrosos ni
generales, como tampoco la crisis fue lo suficientemente profunda
como para fracturar el sistema económico imperante.18Esto explica que
en 1922 se lograra recuperar el PIB total siendo mayor que el de 1910 y
que en el año de 1925 la agricultura superara el nivel que tenía al ini-
ciarse la R e v o l ~ c i ó nComo
. ~ ~ corolario de lo anterior las evidencias apor-
tadas por Haber sobre la industria indican que "La mayor parte de la
planta manufacturera quedó intacta después de la lucha. Los barones in-
dustriales de México no abandonaron el país de manera permanente,
creando un vacío que sería llenado por una burguesía nacional; se que-
daron en su sitio".20
extensas tareas de organización que llevó a cabo como jefe de los ferro-
. ~ ~ estas evidencias indican el impacto y conti-
carriles z a p a t i ~ t a sTodas
nuidad que tuvo después de 1910 el complejo de ingenios y ferroca-
rriles sobre el movimiento campesino, situación para la cual el estado
de Morelos contaba con condiciones propicias. Sus habitantes eran gente
vecina de la ciudad de México, muchos conocían a fondo su estilo de
vida y el 80%de ellos hablaba españoL3*Era un espacio bastante pene-
trado por un capital fijo de vías férreas que lo conectaban en pocas ho-
ras con la ciudad de México y las líneas "Decauville"de las haciendas le
daban movilidad a un conjunto de factores que crearon un perfil
económico bastante distinto al de otros estados del país (véase mapa
2). Además había una previa compatibilidad entre la organización co-
munal y la hacienda.j5
Un indicador de esto es posible establecerlo hacia 1904 en los ca-
ballos de fuerza (CF) generados por fábricas, ingenios, plantas eléctri-
cas y minas. De acuerdo a ello Morelos tenía una dotación de energía su-
perior a Jalisco, Durango y el Distrito Federal: Morelos tenía 131.4 CF
por cada 10,000 habitantes, en tanto que el Distrito Federal sólo alcan-
zaba a 55.3 CF siendo superado entre 5 y 9 veces por los estados de
Sinaloa y Nuevo León con 277.9 y 450.1 respectivamente; por lo que era
un verdadero "bolsón"de energía per cápita dentro del centro y sur del
país.36Es cierto que en otras regiones del país es posible registrar mayo-
res índices de "modernidad" como el de líneas férreas per cápita, en
donde la región del Norte3' hacia 1910 aparece con la primacía en ferro-
carriles con respecto a su población, al alcanzar 28.9 kilómetros de vía
por cada 10,000 habitantes, siendo seguida por el Pacífico Norte con
33. Emma Yanes Rizo. Viday muerte de Fidelita, la novia de Acámbaro. Una his-
toria social de la tecnología en los años cuarenta:el caso de los Ferrocarriles Nacionales
de México. (México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1991).
34. Hart. El México, 363.
35. Horacio Crespo (edit.) Historia del azúcar en México. (México: Azúcar S.A. de
C.V.-Fondode Cultura Económica, 1988), 2 vols.; "La hacienda azucarera del estado de
Morelos: modernización y conflicto". Tesis Doctor en Estudios Latinoamericanos, Facul-
tad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México, 1996; Knight, La
Revolución, vol. 1, 356.
36. Guiilermo Guajardo. "Exportaciones, inversiones extranjeras y desarrollo capi-
talista en México y Chile, 1880-1914". Ciudad de México, manuscrito, 1995, Tabla 4.
37. Norte: Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas,
Zacatecas; Golfo: Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán; Pacífico Norte:
Baja California Norte, Baja California Sur: Nayarit, Sinaloa, Sonora; Pacífico Sur: Colima,
Chiapas, Guerrero, Oaxaca; Centro: Aguascalientes, Distrito Federal, Guanajuato, Hidalgo,
Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Puebla, Querétaro, Tlaxcala.
302 Mexican Studies / Estudios Mexicanos
25.3 y el Golfo con 13.6, en tanto que el Centro sólo tenía 7.7.38Sin em-
bargo, los estados del norte eran poco poblados y muy extensos terri-
torialmente lo que retardó la relación con respecto a la población,
situación distinta al centro del país en donde mayor población y un te-
rritorio más compacto daban una mayor cercanía y socialización.
El espacio zapatista se ajustaba a esa situación de mayor cercanía y
socialización, lo cual permitió al cuartel general del Ejército Libertador
del Sur tener control sobre el movimiento, así como también sobre la
coordinación de recursos y de actores no campesinos como el personal
ferroviario. Por lo demás esto se iievó a cabo en un espacio que abarcó
la capital del país, los principales centros urbanos así como las zonas
abastecedoras de alimentos y manufacturas (véase mapa 2). Es decir un
botín notable que bien pudo haber sido la base para una proyección na-
cional de mayores alcances. Sin embargo el movimiento de Zapata no
tuvo la voluntad para incorporar la ciudad y la tecnología a su proyecto,
por lo que no adquirió la capacidad militar como para crear condiciones
de seguridad que hubieran hecho madurar esa súbita tecnificación. La
derivación de esa opción fue que la inestabilidad económica y la escasez
de recursos regionales afectaron gravemente los ingresos, a la vez que
la ofensiva militar de Carranza en 1915 desbarató cualquier posibilidad
de sostener la movilidad de las fuerzas combatientes y el control del terri-
torio mediante el ferrocarril. El resultado fue su involución técnica y militar
hacia la guerrilla. Por ello se puede hablar de una captura y apropiación
de tecnología y mano de obra, no de su absorción, ya que tan rápida-
mente como fue capturada fue abandonada.
Mapa ! Lineas férreas conlroiadas por ia Dlvisibn del Norte y el Elército Liberlador del Sur en enero de 191 5
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OCCANO PACIFICO
MERlOA
RUZ
C.0 HIDALGO
1913, en donde como señala Katz, "la guerra de guerrillas cedió el paso
a la guerra regular, los guerrilleros se convirtieron en ejército y los revo-
lucionarios empezaron a ejercer verdaderos poderes sobre un vasto y
rico territorio"." A este respecto, una visión parcial de ese proceso se
encuentra en la cobertura territorial y en el equipo capturado. Un primer
dato es la cobertura territorial máxima que alcanzó el zapatismo hacia
principios de 1915, lo cual se anota en los mapas 1 y 2.
Los datos de los mapas se basan en las comunicaciones militares del
cuartel general zapatista y en los informes sobre estaciones ferroviarias
comunicadas telegráficamente." Hacia enero de 1915 los zapatistas
cubrían alrededor de 1,100 kilómetros de vías del centro del país, red
que tenía como eje a la ciudad de México y como puntos máximos de
oeste a este, a Tepic en Nayarit y a Oriental en Puebla, a Querétaro por
el norte y por el sur a Chietla en Morelos e Iguala en Guerrero. Dentro
de esa malla había un núcleo restringido a cerca de 760 kilómetros de
vías, limitado a Acámbaro por el oeste y a Puebla por el este. Todas es-
Mapa 2. Lineas ferreas conlroladas y comunicadas por el EJbrcilo Libertador del Sur en enero de 1915
tas vías estaban conectadas con las líneas de la División del Norte que
se comunicaban con los Estados Unidos en Ciudad Juárez, así como tam-
bién con San Luis Potosí, Durango, la región de La Laguna y el Bajío. En
enero de 1915 las líneas de Pancho Villa sumaban aproximadamente
2,600 kilómetros, por lo que el núcleo agrario de la Revolución contro-
laba entre 3,500 a 4,000 kilómetros de las mejores y más importantes
vías férreas del país, equipadas con los mayores talleres de mantenimiento
como eran los de Aguascalientes y la ciudad de México, que cruzaban
ricas y extensas regiones productoras de alimentos, combustiblesy mine-
rales, para confluir en la capital del país en donde se asentaba la mayor
parte de la población y la planta industrial.
Guajardo: Tecnologíay campesinos en la Revolución mexicana 305
41. Gerente general del Ferrocarril de San Rafael y Atiixco S.A.al ing. Leopoldo Pala-
cios, subsecretario encargado del despacho de comunicaciones y obras públicas, Ciudad
de México, 1" de diciembre de 1914. AGNM.SCOP,exp. 194/59-1, f. 1-2; Gerente general
del Ferrocarril de San Rafael y Atlixco S.A. al ing. José Rodnguez Cabo, subsecretario en-
cargado del despacho de comunicaciones y obras públicas, Ciudad de México, 24 de di-
ciembre de 1914. AGNM.SCOP, exp. 194/59-1, f. 5.
42. Lauro Camariüo, jefe de la brigada sanitaria del sur a Emiliano Zapata, Cuautla,
Mor., 14 de mayo de 1915, similares comunicaciones el 18 de mayo de 1915 y el 15 de
julio de 1915. AGNM.EZ, Caja 8, exp. 2, ff. 18, 55, 117.
43. Cuartel General del Ejército Libertador al encargado de la Fábrica de San Anto-
nio Abad, Ciudad de México, 29 de diciembre de 1914. AGNM.EZ, Caja 2, exp. 7, f. 66;
306 Mexican Studies / Estudios Mexicanos
Cuartel General del Ejército Libertador al coronel Aureliano Azar, Ciudad de México, 31
de diciembre de 1914. AGNM.EZ, Caja 3, exp. 1, f. 71.
Guajardo: Tecnologíay campesinos en la Revolución mexicana 307
azucarera y habían sido monopolizados por las haciendas, que para 1912
controlaban cerca del 63%de la extensión territorial del estado de More-
los.*' SU liberación a través de la Revolución había sido una ruptura ra-
dical con la lógica comercial del sistema de hacienda, ejemplificado con
la negativa de las comunidades a dar madera y agua al ferrocarril porque
ya no estaban vigentes los antiguos contratos con las haciendas: "la
madera y el agua ahora eran suyos".48Sin embargo esa actitud no puede
ser extendida a todos los sectores y mandos del zapatismo, ya que hubo
posturas que no rechazaron la relación-comercial por lo demás-con
los medios que antes habían servido a la economía azucarera. Esta discre-
pancia no fue banal, ya que representó orientaciones respecto a cómo
y con que instrumentos darle forma a la economía y sociedad que debía
surgir del movimiento.
Sobre este aspecto es posible encontrar que uno de los principales
dirigentes del movimiento, Genovevo de la O, tuvo un fuerte rechazo al
ferrocarril en la medida en que se debían ir cediendo recursos en manos
de los pueblos. En cambio, Zapata y Manuel Palafox tuvieron una posi-
ción de desbloqueo a la relación entre ese medio de transporte y los re-
cursos, tal como lo demuestra la dura comunicación que en 1915 dirigió
el cuartel general del Ejército Libertador del Sur a Genovevo de la 0,con
respecto al uso de agua y madera para el ferrocarril:
Este Cuartel General ha tenido a bien disponer que por ningún motivo les pro-
hiba usted a los pueblos de Ocotepec y los contornos que corten madera para
venderla al Ferrocarril, pues precisamente el objeto de la Revolución, es darle
posesión a los pueblos de las tierras, montes y aguas, de que fueron despojados,
y si usted ahora les prohibe que hagan uso de lo que les corresponde, impi-
diéndoles que corten madera para sostener a sus familias, con su producto es
tanto como si usted defrauda a la Revolución, pasando sobre sus ideales, así como
también que bajo ningún concepto, impida que el Ferrocarril haga uso del agua
que va a la estación de Alarcon, pues de ninguna manera el Ferrocarril, debe
paralizar sus trabajos, por las razones que usted ha dictado y de las cuales tengo
con~cimiento.~~
La comunicación aclaraba que la misión de la Revolución era darle
a los pueblos el dominio de los recursos naturales que podían comer-
cializar libremente, por lo que Genovevo de la O al impedirlo era "tanto
como si usted defrauda a la Revolución, pasando sobre sus ideales". Los
recursos podían estar bajo control comunal pero podían ser integrados
al mercado, por lo que la adaptación tecnológica de las locomotoras había
liberado al movimiento del carbón y del petróleo para mover sus trenes,
pero se hicieron más dependientes del favor de los pueblos y del poder
del cuartel general. Es decir de un control político y burocrático. En todo
caso no fue el único caso de oposición de Genovevo de la O ya que tam-
bién reprimió actividades que utilizaban agua. Un ejemplo se dio a prin-
cipios de 1915 cuando en Cuernavaca, Zapata puso a disposición de
Daniel B. Rodríguez un molino de nixtamal que no pudo entrar en ope-
raciones debido a que De la O, como jefe militar de la ciudad, suspendió
su explotación porque a su juicio en los regadíos de los barrios de San
Pablo, Santo Cristo y otros circunvecinos serían "perjudicados cientos
de hombres por uno".50
No obstante, la cercanía del ferrocarril hacia los pueblos se acen-
túo porque el transporte sirvió no sólo para fines militares sino también
para darle dinamismo a las actividades económicas dentro de la zona
controlada, consecuencia también de la necesidad de desarrollar la base
regional para fines militares. Ejemplo de ello es que en octubre de 1914
se enviaron desde Iguala, Guerrero, carros con maíz hacia C ~ e r n a v a c a , ~ ~
en noviembre de ese año se solicitó un tren para correr hacia Ame-
cameca y Miraflores, en el estado de Mexico, ya que las fábricas en esos
puntos estaban trabajando y se hacía necesario el servicio.52Otro ejem-
plo fue el pedido del coronel Juan Flores en Yautepec, Mor. quien so-
licitó que se le enviaran desde la Ciudad de Mexico dos carros tanques
para el acarreo de miel de la hacienda Atlihuayan a la de San Carlos para
la elaboración de aguardiente, despachándose los carros desde la
estación de San Lazaro en la ciudad de También la actividad
productiva zapatista contó con abastecimientos desde la zona algo-
donera de La Laguna, gracias a la División del Norte, ya que en enero
de 1915 Francisco Villa envió a Zapata algodón para la Fábrica de Mi-
raflores, en el estado de Mexico aunque no los ocho prometidos porque
la fibra se había agotado.54
ser combatidas incluso por los mismos dirigentes del reparto agrario.
Sobre este punto los dirigentes del movimiento estaban divididos, lo que
indica que si bien el territorio era compacto y con una mayor posibili-
dad de socialización de la tecnología la distancia entre el mundo rural y
el urbano era enorme. Esto también es posible inferirlo a partir del he-
cho que la oposición a dar madera y agua así como el robo de los ele-
mentos más importantes para hacer correr los trenes, muestran que el
transporte ferroviario para el común de la población, los combatientes
y algunos dirigentes no era algo esencial. De ahí que las órdenes, señales
y directrices del cuartel general fueran fundamentales para que este
medio de transporte se incorporara a las tareas del movimiento, siendo
también muy importante la posición que adoptaron los trabajadores y
empleados ferroviarios al incorporarse a las fuerzas del sur y preservar
su operación.
58. Con respecto a la posición del mundo obrero frente a los campesinos, véase
Ramón Eduardo Ruiz. La Revolución mexicana y el movimiento obrero, 191 1-192-3. (Mé-
xico: Ediciones Era, 1987), 73-74. Sobre la posición del zapatismo frente al mundo urbano
y sus problemas para entenderlo, véanse: Womack, Zapata; Héctor Aguilar Camín. Lafron-
tera nómada:Sonoray la Revolución Mexicana. (México:Siglo Veintiuno Editores, 1979);
Adolfo Gilly. "La guerra de clases en la revolución mexicana (Revolución permanente y
auto-organización de las masas)", en Adolfo Gilly, et.al. Interpretaciones de la Revolución
mexicana. (México: Editorial Nueva Imagen, 1979).
59. Alan Knight. "Intelectuals in the Mexican Revolution",en Roderic Camp, Charles
Hale y Josefma Zoraida Vázquez (eds.). Los intelectual es^ elpoder en México. Memorias
de la í V Conferencia de Historiadores Mexicanos~Estadounidenses. (México: El Cole-
gio de México-UCLA Latin American Center Publications, 1991); Servando Alzati. Histo-
ria de la mexicanización de los Ferrocarriles Nacionales de México. (México: Sin edi-
tor, 1946); Antonio Alonso. El movinziento ferrocarrilero en México, 1958-1959.De la
conciliación a la lucl~ade clases. (México: Ediciones Era, 1972);Juan Felipe Leal y José
Woldenberg. Del estado liberal a los inicios de la dictadura por-rista. (México: Siglo
Veintiuno Editores,l980); Lorena Parlee. "Poríirio Díaz, Railroads and Development in
Northern Mexico: A Study of Government Policy Towards the Central and Nacional Rail-
roads, 1876- 1910" (Ph.D. Diss. History, University of California, San Diego, 1981); Esther
Shabot. Los orígenes del sindicalismo ferrocarrilero. (México: Ediciones El Caballito,
1982); Ingrid Ebergenyi. "Primera aproximación al estudio del sindicalismo ferrocarrilero
en México, 1917- 1936". (México: INAH, Dirección de Estudios Históricos, Cuaderno de
trabajo no. 49, 1986); Lorena M. Parlee. "The Impact of the Cnited States Railroad Cnions
on Organized Labor and Government Policy in Mexico (1880- 191l)."HispanicAnzerican
Historical Review, 64:3 (1984), 443-75.
Guajardo: Tecnología y campesinos en la Revolución mexicana 3 13
l . Quedar bajo las órdenes del general en jefe del Ejército Libertador
de la República, Emiliano Zapata, como soldados.
2. Hacer cumplir por medio de las armas el Plan de Ayala.
3. En emergencias ayudar a restablecer las comunicaciones férreas
en las zonas que abarcara la revolución del Sur y Centro, "Como
así a interrumpirles el tráfico por medio de la destrucción, o de las
armas, en el caso que el enemigo avance por ellas''.6o
Por mayoría de votos se eligió como jefe de dicho cuerpo a Gabriel L.
Pérez, a quien Zapata le dio el grado de mayor. Esta adhesión permitió
contar desde 1914 con un cuerpo de obreros y operarios encargados de
hacer correr los trenes, quienes a pesar de las intervenciones de los jefes
militares lograron una cierta autonomía y una relación fluida con Zapata,
siendo una base técnica clave para el movimiento.
Para administrar las líneas, a fines de 1914 había en la Ciudad de Mé-
xico un gerente general de los llamados "FerrocarrilesConvencionista~"
al cual Zapata enviaba sus reclamos y demandas para regularizar el trá-
fico de trenes en Morelos, así como también para que se nombraran je-
fes de estación. Sin embargo nunca logró ejercer un control unificado
como el que lograron los carrancistas desde diciembre de 1914, cuando
incautaron diversas compañías ferroviarias que pasaron a ser adminis-
tradas por los "Ferrocarriles Constitucionalistas":partes del Ferrocarril
Mexicano comprendidos entre Apizaco y Veracruz; del FCI entre Vera-
cruz y Perote; el Ferrocarril de Veracruz al Istmo, el Pan-Americano, el
de Tehuantepec, los Unidos de Yucatán y pequeños tramos de las líneas
que terminaban en los puertos, con excepción del de Guaymas (véanse
mapas 1 y 2 para referencias). A fines de 1914 las líneas controladas por
Carranza eran 3,200 kilómetros. En tanto que los de Yucatán eran mane-
jados directamente por el gobierno del estado y fueron incautados en
marzo de 1915.6' Los Ferrocarriles constitucionalistasrestablecían el trá-
fico comercial con el fin de captar recursos para el gobierno, quitándole
a los militares el control de los trenes ya que en manos de éstos el trá-
fico se deterioraba y también porque eran utilizados, no pocas veces para
su enriquecimiento personal.62
Los zapatistas no lograron una organización del mismo tipo e incluso
los nombramientos de personal conservaron las denominaciones de anti-
63. Alfredo Serratos, general oficial mayor de la secretaría de guerra y marina al gene-
ral Manuel Palafox. Ciudad de México, 28 de diciembre de 1914. AGNM.EZ, Caja 2, exp.
7. f. 42; Cuartel General al jefe de estación de Puente de Ixtla, Cuernavaca, Mor.. 6 de febrero
de 1915. AGNM.EZ, Caja 5, exp. 1, f. 6.
64. J.M. Saldaña, superintendente general de la Gran División del Sur, al Sr. S. Trejo
Luna, superintendente división Puebla, Estación Buenavista, Ciudad de México, 20 de
marzo de 1915. AGNM.EZ, Caja 7, exp. 1, f. 74; Sub-secretario del Cuartel General del
Ejército Libertador al coronel Manuel Sosa Pavón, Cuernavaca, Mor., 10 de febrero de 1915.
AGNM.EZ, Caja 5, exp. 1, f. 190; Gustavo Baz, gobernador provisional del Estado de Mé-
xico a Emiliano Zapata, Toluca, Méx., 24 de abril de 1915. AGNM.EZ, Caja 7, exp. 6, f. 19.
65. "Relación nominal de los C. Empleados de los Ferrocarriles al servicio del Go-
bierno, para quienes se pide salvoconducto", Cuernavaca, Mor., 14 de febrero de 1915.
AGNM.EZ, Caja 5, exp. 2. f. 136.
66. Genovevo de la O al coronel Manuel Palafox, Cuernavaca, Mor., 9 de octubre de
1914. AGNM.EZ, Caja 1, exp. 21, f. 46.
3 16 Mexican Studies / Estudios Mexicanos
67. Circular de Manuel Palafox a todos los miembros del Ejército Libertador, Ciudad
de México, 6 de enero de 1915. AGNM.EZ, Caja 3, exp. 3, f. 16.
68. Domingo Encinas, superintendente de la división México-Querétaro al sr. F.M.
Saldaña, superintendente general de la Gran División del Sur, Ciudad de México, 21 de
mayo de 1915. AGNM.EZ, Caja 8, exp. 3, f. 9.
69. J. Santillana a C. Orta, jefe de trenes, Ciudad de México, 20 de mayo de 1915.
AGNM.EZ, Caja 8 , exp. 3, f. 13.
Guajardo: Tecnología y campesinos en la Revolución mexicana 317
tros trenes. Por lo tanto, ruego a Ud. se sirva hacer conocer a este señor las ra-
zones que yo tengo para no seguirlo usando como conductor mientras no llene
los requisitos que siempre hemos acostumbrado exigir a los conductores para
confiarles un tren."
Me permito sugerir a usted la idea de que todos los empleados de los trenes
en servicio militar, sean manejados bajo la disciplina del ferrocarril y teniendo
en cuenta las necesidades actuales porque atravesamos; con lo que resultaría
que todo el personal reciba algo de dinero para el sostenimiento de sus familias;
yo quiero que todos tengan pan y no que unos tengan y la mayor parte carezca
de él."
Conclusiones
Los planes de "tierra y libertad" no fueron incompatibles con el apro-
vechamiento de la tecnología y personal que antes había servido a in-
genios y ferrocarriles. Los obreros ferroviarios se integraron con su ló-
gica de trabajadores urbanos a un movimiento cuyo horizonte estratégico
77. Manuel Sosa Pavón a Emiliano Zapata, Toluca, Méx., 18 de julio de 1915.
AGNM.EZ, Caja 9, exp. 2, f. 51-3.
78. Manuel Sosa Pavón a Emiliano Zapata, Toluca, Méx., 4 de agosto de 1915.
AGNM.EZ, Caja 9, exp. 4, f. 11- 12.
79. José Moctezuma, gerente del Ferrocarril de San Rafael y Atlixco S.A. al secretario
de comunicaciones y obras públicas, Ciudad de México, 24 de agosto de 1920.AGNM.SCOI:
exp. 194/22-1.
Guajardo: Tecnologia y campesinos en la Revolución mexicana 321
era campesino, para llevar a cabo una reforma agraria rápida, local, es-
pecífica y ajena al desarrollo capitalista en el campo.80 Ese rápido en-
cuentro se llevó a cabo en un marco material en donde había una red
relativamente densa de líneas férreas que comunicaban pueblos, ha-
ciendas y ciudades que los zapatistas acotaron tecnológica y socialmente
a los recursos del territorio que controlaban, siendo central la madera
como energético.
No obstante los zapatistas controlaban un espacio pequeño y com-
pacto que no garantizó un flujo de ingresos constante y abundante ya
que no había minas, aduanas ni ganado que vender a los Estados Unidos,
tal como ocurría en el norte, ni grandes complejos textiles como en Ori-
zaba, o los ingresos que dejaba el comercio exterior por Veracruz.
Además el azúcar, que era la única actividad productiva con dimensiones
comerciales importantes, se vio afectada por el conflicto y gran parte
de los cultivos fueron orientados hacia la subsistencia. Sin embargo los
zapatistas entraron a la capital del país en donde estaban las condiciones
para dar un cambio tecnológico, pero no vieron esa situación como nece-
saria para consolidar y proyectar el cambio en que habían incurrido al
subirse a los trenes y movilizarse más allá de sus ayuntamientos.
Esta visión se manifestó en un rechazo latente aunque atomizado al
capital fijo del Porfiriato, que fue moderado por el cuartel general. Por
ello es posible encontrar tendencias y actos de actuar como "luditas ru-
rales", como destructores de las haciendas y ver a "las máquinas a uno
de sus enemigos p r i n ~ i p a l e s "Sin
.~~embargo como lo hemos demostrado
en este trabajo ese rechazo fue atomizado, empírico y pre-político y no
iiegó a niveles suficientes como para arrasar la planta azucarera y ferro-
~ i a r i aLo
. ~que
~ se explica por la existencia de distintos enfoques sobre
la tecnología y el trabajo obrero, así como por intentos de volver a una
productividad campesina y autárquica. En todo caso para 1915 se había
alcanzado el más alto perfil de cambio tecnológico que los campesinos
del sur lograron al relacionarse con los medios que antes habían servido
para el crecimiento de la economía del antiguo orden.
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Behind the Lines: Gender and the Two World Wars by Margaret Higgonet
Arbeiterfrauen in der Krigsgesellschaft: Beruf, Familie und Politik im Ersten Weltkrieg by Ute
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Fallen Soldiers; Reshaping the Memory of the World Wars by George Mosse
Espirt de Corps: The Art of the Parisian Avant-garde and the Frist World War by Kenneth Silver
Rites of Spring: The Great War and the Birth of the Modern Age by Modris Eksteins
A War Imagined: The First World War and English Culture by Samuel Hynes
British and French Writers of the First World War: Comparative Studies in Cultural History by
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