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Sobre las glorias navales

“Cuanto mayor es la dificultad, mayor es la gloria”


Marco Tulio Cicerón

De acuerdo al diccionario de la real academia de la lengua, la palabra gloria


está asociada a múltiples acepciones gratificantes para cualquier persona que
por sus acciones alcance el privilegio de ser revestido por dicha palabra. Por
un lado, este término alude a la bienaventuranza de aquellos que por sus obras
en vida gozan de la contemplación de dios en la eternidad, pero por otro parte,
la palabra gloria es mucho más que un asunto religioso y se convierte en una
condecoración de enorme belleza y prestigio, digna solo de grandes hazañas y
proezas humanas.
Siendo así, reputación, honor, admiración y fama son sinónimos de la palabra
gloria. Y por consiguiente, hablar como hoy lo hacemos, de las glorias navales,
por ejemplo, es hablar de chilenos ejemplares, de seres humanos que merecen
ser recordados y aplaudidos por sus actos. Y es precisamente este último, el
motivo que hoy nos reúne aquí.
El 21 de mayo, se conmemoran las glorias navales de Iquique. Una fecha en la
que recordamos los hechos acontecidos en la guerra del pacifico durante el
año de 1879, donde más de un centenar de aguerridos chilenos, tripulantes de
la fragata Esmeralda, dieron la vida por su bandera en una batalla desigual
contra dos modernos buques de la armada peruana.
Calificada como la más importante victoria moral de Chile, el sacrificio de estos
hombres, encabezados por Arturo Pratt, representa un aporte indispensable
para la victoria de Chile en esta guerra. Una victoria que no sólo reafirmaría la
soberanía de Chile sobre sus vecinos, sino que además contribuiría
enormemente al progreso del país en los años venideros, gracias a la
comercialización del Guano y el salitre hallados en los territorios disputados
en la guerra.
A continuación, los estudiantes de Séptimo, recrearan los momentos más
importantes de la batalla de Iquique con el ánimo de que cada uno de los aquí
presentes entienda por qué, como lo afirmaba Jean de La Fontaine en algunas
de sus páginas, “ningún camino de flores conduce a la gloria”.

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