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Art. 31.- Reglas generales. La restricción al ejercicio de la capacidad jurídica se rige por las
siguientes reglas generales:
d) la persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías adecuadas para
su comprensión;
e) la persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada, que debe ser
proporcionada por el Estado si carece de medios;
f) deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los derechos y libertades.
Art. 32.- Persona con capacidad restringida y con incapacidad. El juez puede restringir la
capacidad para determinados actos de una persona mayor de trece años que padece una adicción
o una alteración mental permanente o prolongada, de suficiente gravedad, siempre que estime que
del ejercicio de su plena capacidad puede resultar un daño a su persona o a sus bienes.
En relación con dichos actos, el juez debe designar el o los apoyos necesarios que prevé el
artículo 43, especificando las funciones con los ajustes razonables en función de las necesidades y
circunstancias de la persona.
El o los apoyos designados deben promover la autonomía y favorecer las decisiones que
respondan a las preferencias de la persona protegida.
a) el propio interesado;
c) los parientes dentro del cuarto grado; si fueran por afinidad, dentro del segundo grado;
d) el Ministerio Público.
Art. 34.- Medidas cautelares. Durante el proceso, el juez debe ordenar las medidas necesarias
para garantizar los derechos personales y patrimoniales de la persona. En tal caso, la decisión
debe determinar qué actos requieren la asistencia de uno o varios apoyos, y cuáles la
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representación de un curador. También puede designar redes de apoyo y personas que actúen con
funciones específicas según el caso.
Art. 35.- Entrevista personal. El juez debe garantizar la inmediatez con el interesado durante el
proceso y entrevistarlo personalmente antes de dictar resolución alguna, asegurando la
accesibilidad y los ajustes razonables del procedimiento de acuerdo a la situación de aquél. El
Ministerio Público y, al menos, un letrado que preste asistencia al interesado, deben estar
presentes en las audiencias.
Art. 36.- Intervención del interesado en el proceso. Competencia. La persona en cuyo interés se
lleva adelante el proceso es parte y puede aportar todas las pruebas que hacen a su defensa.
La persona que solicitó la declaración puede aportar toda clase de pruebas para acreditar los
hechos invocados.
Art. 37.- Sentencia. La sentencia se debe pronunciar sobre los siguientes aspectos vinculados a la
persona en cuyo interés se sigue el proceso:
a) diagnóstico y pronóstico;
Art. 39.- Registración de la sentencia. La sentencia debe ser inscripta en el Registro de Estado
Civil y Capacidad de las Personas y se debe dejar constancia al margen del acta de nacimiento.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 45, los actos mencionados en este Capítulo producen
efectos contra terceros recién a partir de la fecha de inscripción en el registro.
Art. 40.- Revisión. La revisión de la sentencia declarativa puede tener lugar en cualquier
momento, a instancias del interesado. En el supuesto previsto en el artículo 32, la sentencia debe
ser revisada por el juez en un plazo no superior a tres años, sobre la base de nuevos dictámenes
interdisciplinarios y mediando la audiencia personal con el interesado.
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Es deber del Ministerio Público fiscalizar el cumplimiento efectivo de la revisión judicial a que
refiere el párrafo primero e instar, en su caso, a que ésta se lleve a cabo si el juez no la hubiere
efectuado en el plazo allí establecido.
Art. 41.- Internación. La internación sin consentimiento de una persona, tenga o no restringida su
capacidad, procede sólo si se cumplen los recaudos previstos en la legislación especial y las reglas
generales de esta Sección. En particular:
b) sólo procede ante la existencia de riesgo cierto e inminente de un daño de entidad para la
persona protegida o para terceros;
c) es considerada un recurso terapéutico de carácter restrictivo y por el tiempo más breve posible;
debe ser supervisada periódicamente;
Toda persona con padecimientos mentales, se encuentre o no internada, goza de los derechos
fundamentales y sus extensiones.
Art. 42.- Traslado dispuesto por autoridad pública. Evaluación e internación. La autoridad
pública puede disponer el traslado de una persona cuyo estado no admita dilaciones y se
encuentre en riesgo cierto e inminente de daño para sí o para terceros, a un centro de salud para
su evaluación. En este caso, si fuese admitida la internación, debe cumplirse con los plazos y
modalidades establecidos en la legislación especial. Las fuerzas de seguridad y servicios públicos
de salud deben prestar auxilio inmediato.
Art. 43.- Concepto. Función. Designación. Se entiende por apoyo cualquier medida de carácter
judicial o extrajudicial que facilite a la persona que lo necesite la toma de decisiones para dirigir su
persona, administrar sus bienes y celebrar actos jurídicos en general.
El interesado puede proponer al juez la designación de una o más personas de su confianza para
que le presten apoyo. El juez debe evaluar los alcances de la designación y procurar la protección
de la persona respecto de eventuales conflictos de intereses o influencia indebida. La resolución
debe establecer la condición y la calidad de las medidas de apoyo y, de ser necesario, ser inscripta
en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Art. 44.- Actos posteriores a la inscripción de la sentencia. Son nulos los actos de la persona
incapaz y con capacidad restringida que contrarían lo dispuesto en la sentencia realizados con
posterioridad a su inscripción en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.
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Art. 45.- Actos anteriores a la inscripción. Los actos anteriores a la inscripción de la sentencia
pueden ser declarados nulos, si perjudican a la persona incapaz o con capacidad restringida, y se
cumple alguno de los siguientes extremos:
Art. 46.- Persona fallecida. Luego de su fallecimiento, los actos entre vivos anteriores a la
inscripción de la sentencia no pueden impugnarse, excepto que la enfermedad mental resulte del
acto mismo, que la muerte haya acontecido después de promovida la acción para la declaración de
incapacidad o capacidad restringida, que el acto sea a título gratuito, o que se pruebe que quien
contrató con ella actuó de mala fe.
Si el restablecimiento no es total, el juez puede ampliar la nómina de actos que la persona puede
realizar por sí o con la asistencia de su curador o apoyo.
Art. 140. Ninguna persona será habida por demente, para los efectos que en este Código se
determinan, sin que la demencia sea previamente verificada y declarada por juez competente.
Art. 141. Se declaran incapaces por demencia las personas que por causa de enfermedades
mentales no tengan aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes. (Según Ley 17.711)
Art. 142. La declaración judicial de demencia no podrá hacerse sino a solicitud de parte, y
después de un examen de facultativos.
Art. 143. Si del examen de facultativos resultare ser efectiva la demencia, deberá ser calificada en
su respectivo carácter, y si fuese manía, deberá decirse si es parcial o total.
Art. 145. Si el demente fuese menor de catorce años no podrá pedirse la declaración de demencia.
Art. 146. Tampoco podrá solicitarse la declaración de demencia, cuando una solicitud igual se
hubiese declarado ya improbada, aunque sea otro el que la solicitase, salvo si expusiese hechos
de demencia sobrevinientes a la declaración judicial.
Art. 147. Interpuesta la solicitud de demencia, debe nombrarse para el demandado como demente,
un curador provisorio que lo represente y defienda en el pleito, hasta que se pronuncie la sentencia
definitiva. En el juicio es parte esencial el Ministerio de Menores.
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Art. 148. Cuando la demencia aparezca notoria e indudable, el juez mandará inmediatamente
recaudar los bienes del demente denunciado, y entregarlos, bajo inventario, a
un curador provisorio, para que los administre. (*)
Comentario: (*) Este artículo está tomado de Freitas, artículo 87, mientras que el artículo 471 del
Cód. Civil, se inspiró en Goyena, artículo 283. Dice Hernán Enrique Rocca, citando a Belluscio y
Zannoni: "...Pensamos sin embargo que no existe verdadera oposición y que la interpretación
armónica de ambas disposiciones es posible; obsérvese que el art. 148 refiriéndose al caso de que
la demencia aparezca notoria e indudable, dispone que: el juez mandará inmediatamente recaudar
los bienes ... mientras que el 471 sin referirse a ninguna situación particular ni concreta, dice que:
El juez, durante el juicio, puede, si lo juzgase oportuno ... es decir que en principio, la designación
o no de un curador a los bienes queda librado al prudente arbitrio judicial; pero si la demencia
aparece notoria e indudable, el juez está entonces obligado a mandar recaudar inmediatamente los
bienes del demente denunciado...",
Art. 149. Si el denunciado como demente fuere menor de edad, su padre o su madre o su tutor
ejercerán las funciones del curador provisorio. (Según Ley 17.711)
Art. 150. La cesación de la incapacidad por el completo restablecimiento de los dementes, sólo
tendrá lugar después de un nuevo examen de sanidad hecho por facultativos, y después de la
declaración judicial, con audiencia del Ministerio de Menores.
Art. 151. La sentencia sobre demencia y su cesación, sólo hacen cosa juzgada en el juicio civil,
para los efectos declarados en este Código; mas no en juicio criminal, para excluir una imputación
de delitos o dar lugar a condenaciones.
Art. 152. Tampoco constituye cosa juzgada en el juicio civil, para los efectos de que se trata en los
artículos precedentes, cualquiera sentencia en un juicio criminal que no hubiese hecho lugar a la
acusación por motivo de la demencia del acusado, o que lo hubiese condenado como si no fuese
demente el procesado.
1º) A quienes por embriaguez habitual o uso de estupefacientes estén expuestos a otorgar
actos jurídicos perjudiciales a su persona o patrimonio.
2º) A los disminuidos en sus facultades cuando sin llegar al supuesto previsto en el artículo 141
de este Código, el juez estime que del ejercicio de su plena capacidadpueda resultar
presumiblemente daño a su persona o patrimonio.
3º) A quienes por la prodigalidad en los actos de administración y disposición de sus bienes
expusiesen a su familia a la pérdida del patrimonio. Sólo procederá en este caso la inhabilitación si
la persona imputada tuviere cónyuge, ascendientes o descendientes y hubiere dilapidado una parte
importante de su patrimonio. La acción para obtener esta inhabilitación sólo corresponderá al
cónyuge, ascendientes y descendientes.
Se nombrará un curador al inhabilitado y se aplicarán en lo pertinente las normas relativas a la
declaración de incapacidad por demencia y rehabilitación.
Sin la conformidad del curador los inhabilitados no podrán disponer de sus bienes por actos entre
vivos.
Los inhabilitados podrán otorgar por sí solos actos de administración, salvo los que limite la
sentencia de inhabilitación teniendo en cuenta las circunstancias del caso. (Según Ley 17.711).
Art. 152 ter: Las declaraciones judiciales de inhabilitación o incapacidad deberán fundarse en un
examen de facultativos conformado por evaluaciones interdisciplinarias. No podrán extenderse por
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más de tres (3) años y deberán especificar las funciones y actos que se limitan, procurando que la
afectación de la autonomía personal sea la menor posible. (art. incorporado por Ley N° 26.657).
Art. 153. Los sordomudos serán habidos por incapaces para los actos de la vida civil, cuando
fuesen tales que no puedan darse a entender por escrito.
Art. 154. Para que tenga lugar la representación de los sordomudos, debe procederse como con
respecto a los dementes; y después de la declaración oficial, debe observarse lo que queda
dispuesto respecto a los dementes.
Art. 155. El examen de los facultativos verificará si pueden darse a entender por escrito. Si no
pudieren expresar su voluntad de ese modo, los médicos examinarán también si padecen de
enfermedad mental que les impida dirigir su persona o administrar sus bienes y en tal caso se
seguirá el trámite de incapacidad por demencia.
Art. 156. Las personas que pueden solicitar la declaración judicial de la incapacidad de los
dementes, pueden pedir la de la incapacidad de los sordomudos.
Art. 157. La declaración judicial no tendrá lugar sino cuando se tratare de sordomudos que hayan
cumplido catorce años.
Art. 158. Cesará la incapacidad de los sordomudos, del mismo modo que la de los dementes.
Artículo 469. Son incapaces de administrar sus bienes, el demente aunque tenga intervalos
lúcidos, y el sordomudo que no sabe leer ni escribir.
Artículo 479. En todos los casos en que el padre o madre puede dar tutor a sus hijos menores de
edad, podrá también nombrar curadores por testamento a los mayores de edad, dementes o
sordomudos.
Artículo 1000. Si las partes fueren sordomudos o mudos que saben escribir, la escritura debe
hacerse en conformidad a una minuta que den los interesados, firmada por ellos, y reconocida la
firma ante el escribano que dará fe del hecho. Esta minuta debe quedar también protocolizada.
Artículo 3617. No pueden testar los sordomudos que no sepan leer ni escribir
Artículo 3651. El sordo, el mudo y el sordomudo, no pueden testar por acto público.
Artículo 3708. Los ciegos, los sordos y los mudos no pueden ser testigos en los testamentos.
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"El art. 152 bis del Cód. Civil, resulta de gran utilidad para otorgar un esquema de protección a
aquellas personas que, se encuentran inmersas en estados intermedios que, al no impedirle
administrar su patrimonio y gobernar su persona, no son pasibles de ser declarados dementes".
"En los procesos de demencia o inhabilitación debe extremarse la prudencia judicial por el carácter
esencial de los derechos que pueden verse afectados, atento la gravedad de la situación que
podría generar la declaración de incapacidad en vida de una persona, pero sin dejar de recordar
también que la interdicción debe ser fundamentalmente una garantía para el propio causante,
quien podría quedar desprotegido si a pesar de que su enfermedad le impidiese gobernar su
persona y sus bienes, no se le proporcionase la protección jurídica necesaria. Esta misión, está
naturalmente atribuida a los jueces, quienes tienen la potestad de apreciar los elementos de juicio
aportados y así emitir pronunciamiento sobre la capacidad o incapacidad de una persona en los
términos del artículo 141 del Código Civil".
"En los supuestos de inhabilitación judicial del art. 152 bis del cód. civil, median razones análogas
al caso de declaración de demencia, aun cuando la sentencia de inhabilitación no provoque la
incapacidad absoluta del denunciado, y sólo limite su capacidad de disponer y, eventualmente, la
de administrar sus bienes, facultades que sólo podrá ejercer con la conformidad de su curador. En
tales condiciones, su capacidad se ve seriamente restringida, por lo que no es aconsejable privarlo
de las garantías procesales que -como la del artículo 633 del Código Procesal- se le reconocen a
los presuntos insanos".
"Los declarados dementes o insanos no pueden ejercer sus derechos ni contraer obligaciones,
como votar, casarse, ejercer la patria potestad, salir del país, etcétera. Es decir, en términos
legales, son iguales a los menores de edad. En los inhabilitados, en cambio, la representación del
curador lo es sólo para actos de carácter patrimonial, ya que ellos conservan todos sus derechos y
obligaciones".
"El art. 141 del cód. civil determina la base para establecer la interdicción, indicando el factor
psiquiátrico que permita dar seguridad al pronunciamiento, y el factor jurídico sobre la finalidad de
la decisión, que consiste en apreciar si la dolencia afecta la aptitud para el manejo de la persona y
los bienes. Por consiguiente, la importancia de la afección mental, dejando de lado la
denominación y ubicación dentro del cuadro científico de los de su índole, se contempla en la
medida en que se impide dirigir la persona o administrar sus bienes".
"La inhabilitación prevista en el art. 152 bis del Código Civil, supone sujetos que se encuentran en
estados fronterizos o intermedios entre la perfecta razón y la alienación total y a quienes, si bien no
resulta justificado atribuirle una interdicción total, resulta prudente dotarlos de una especial
protección por encontrarse colocados en situación de inferioridad frente a sus semejantes"
Art. 12 Código Penal: "La reclusión y la prisión por más de tres años llevan como inherente la
inhabilitación absoluta, por el tiempo de la condena, la que podrá durar hasta tres años más, si así
lo resuelve el tribunal, de acuerdo con la índole de delito. Importan además la privación, mientras
dure la pena, de la patria potestad, de laadministración de los bienes y del derecho de disponer de
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ellos por actos entre vivos. El penado quedará sujeto a la curatela establecida por el Código Civil
para los incapaces".