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ISABEL LOPEZ
Ciudad, Planificación y Calidad de vida.
Prólogo.
Se reflexiona acerca de conceptos que permiten identificar, comprender y relacionar el significado y la complejidad de los
asentamiento humanos, especialmente al denominado ciudad, con el alcance de la intervención planificada en y de la ciudad,
utilizando como medio e instrumento la planificación urbana y el planeamiento físico respectivamente, y de la aplicación del
concepto calidad de vida como información para cualificar y cuantificar las condiciones de vida de la población y actuar en
consecuencia.
La planificación en general será tratada como medio de racionalizar la toma de decisiones, y la planificación urbana y el
planeamiento físico como medios e instrumentos técnico-políticos de la aplicación de políticas territoriales que pueden colaborar en
el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, siempre y cuando la gestión urbana se realice en una perspectiva de
desarrollo social y humano.
El concepto de calidad de vida se presenta como herramienta de diagnóstico para conocer las condiciones de vida de la población, o
para actuar en consecuencia desde la planificación o la gestión urbana, reflexionando acerca de cómo hacer operativo este
concepto, midiendo necesidades a través de los aspectos considerados satisfactores, que a través de indicadores numéricos y/o
cualitativos colaboran en la evaluación y control de la gestión y la planificación urbana, testeando el cumplimiento de las mejoras en
las condiciones de vida y en qué medida.
Para comprender la complejidad que implica la acción planificadora, se debe tomar conciencia que para intervenir en fenómenos de
construcción social compleja como la ciudad o el territorio en general, primero tendremos que investigar y conocer en profundidad
el objeto de intervención y también el cómo y quienes lo producen, para luego planificar. También en qué consiste la planificación,
sus escalas y tiempos de aplicación, sus enfoques, instrumentos, y la importancia de su control y evaluación permanente.
Se hará necesario identificar componentes y estructuras (sociales, económicas, políticas, físico-espaciales), y los sistemas que los
relacionen y permitan describir, explicar, evaluar y pronosticar el futuro, para luego realizar propuestas que se puedan plasmar a
través de planes, programas y proyectos, o instrumentos de la planificación.
Introducción.
La marcada heterogeneidad de condiciones sociales y ambientales, que se expresan dentro de las grandes y medianas
aglomeraciones de los países latinoamericanos, se traducen a su vez en la coexistencia de áreas dotadas de infraestructura y
servicios habitadas por población de ingresos medios y altos, con otras áreas donde se asientan las grandes mayorías de grupos
poblacionales carenciados donde prolifera la precariedad en las condiciones de vida, la degradación ambiental y la marginalidad y
exclusión social.
El mejoramiento de las condiciones de vida en los asentamientos humanos se realiza desde el campo político, y desde el campo
académico el aporte de conocimientos para efectivizar el diagnóstico territorial y/o urbano que colabore en la toma racional de
decisiones o la planificación de las políticas urbanas, comprendiéndolas siempre en un marco ideológico preciso.
El territorio como concepto.
● La sociedad desarrolla su actividad en un ámbito que en general se puede definir como espacio cuando no existe referencia
a una situación concreta. Si nos referimos al espacio concreto cuando está efectivamente apropiado por el hombre,
deberíamos pasar a la noción de territorio (Reboratti 1994).
● Desde una visión general, territorio es una visión integradora del espacio y la sociedad, por lo tanto una visión desde donde
comprender la totalidad de los asentamientos humanos. Es el espacio que una sociedad ha organizado, modificado y
transformado, donde se puede observar, interpretar y explicar concretamente el transcurrir histórico y sus
transformaciones, ya sea con el fin de ampliar el conocimiento profesional y científico, como también para intervenir en la
gestión y la planificación territorial en sus distintas escalas.
● Desde una visión ambiental, el territorio es producto de las interacciones entre las dinámicas naturales y sociales. Por lo
tanto, se organiza a partir de dos grandes sistemas, el de la naturaleza y la sociedad, las cuales responden a tiempos,
escalas, magnitudes y lógicas diferentes
● Desde una visión integral, territorio es una construcción social, escenario y producto histórico de una sociedad donde se
desarrollan los procesos políticos, económicos, sociales, físicos y naturales comprendidos en una categoría historia que les
otorga inteligibilidad.
● Como espacio vital y de vivencias, territorio es una porción del planeta con la cual algo o alguien se identifican en diferentes
escalas (Reboratti 1994), y también ámbito de relaciones físicas, políticas, sociales, económicas y jurídicas que posee un
espacio físico y área que lo soporta.
● Como producto social, el territorio es resultado de las relaciones sociales y de poder que se produzcan en el mismo (Boisier,
1988), y de las relaciones productivas y reproductivas que tienen un impacto sobre su configuración. Es sumamente
relevante que al momento del análisis, el diagnóstico, la planificación y la gestión urbana territorial, se tenga en cuenta que
adquiere valores diferentes según quienes lo habiten.
Los procesos que organizan el territorio en general, y que transforman los asentamientos humanos otorgándoles interrelaciones
entre ellos, dentro de un territorio regional, nacional y/o de carácter internacional o de frontera son de tres tipos:
● Los procesos demográficos, o sea los propios de la población en permanente cambio y aquellos relacionados con el
territorio propiamente dicho.
● Los procesos productivos, como el mecanismo por el cual la sociedad organiza la satisfacción de sus necesidades con el fin
de mejorar sus condiciones de vida. Se organiza en tres sectores: El primario, que se relaciona con la producción de materia
prima. El secundario, relacionado con la transformación física de la materia prima. Y el terciario, ligado a la producción de
elementos no tangibles y a la distribución de productos de los otros sectores.
● Los procesos de apropiación y uso del suelo y del espacio, ya sea para la vida cotidiana como para la actividad productiva.
Se dividen en tres grandes agrupaciones: El suelo y espacio rural como factor productivo; el suelo y espacio urbano, de uso
intensivo y competitivo entre sí; el suelo y espacio periurbano, como el territorio de transición entre lo urbano y lo rural,
indefinido en su uso.
Es posible reconocer cuatro escenarios territoriales probables en base a combinar crecimiento demográfico y económico, que
asociado a la apropiación y uso del territorio se diferencian en su configuración y organización y también en las condiciones de vida
que otorguen a la población.
● El primer escenario, con crecimiento demográfico y económico, seguramente presente problemas ligados propiamente a
este crecimiento, como congestiones o problemas ambientales, y que en una situación de inequidad social, el estado tendrá
que planificar con políticas de orden territorial y de redistribución de la riqueza estructural, usando como instrumento la
planificación.
● El segundo escenario, con descrecimiento demográfico y crecimiento económico, puede cumplirse en ciudades y territorios
donde las actividades más importantes sean las turísticas u otras estacionales.
● El tercer escenario, con descrecimiento económico y crecimiento demográfico, está marcado por la recesión y se da en
ciudades y territorios no desarrollados, prácticamente abandonados y/o saqueados.
El cuarto escenario, con descrecimiento demográfico y económico, corresponde a ciudades y territorios que han perdido
dinamismo, donde suele coincidir con un cambio en el perfil productivo o de función dentro de algún sistema territorial.
En base a estos procesos es posible identificar una configuración territorial totalmente fragmentada, que en su dimensión espacial
comprende tanto los soportes naturales como los construidos por la sociedad para el despliegue de las diferentes actividades. Por lo
tanto las relaciones que se establecen entre soportes y actividades constituyen hoy una organización territorial.
La ciudad
Establecer las diferencias entre el concepto de urbanización y el de ciudad resulta esencial para comprender el origen de los
problemas del fenómeno urbano en general y también de quienes depende su resolución.
La urbanización solo se refiere a la articulación espacial continua de concentración de actividades y población (Borja y Castells,
1999).
Para intervenir en la ciudad se debe conocer no solo el ámbito construido y su calidad ambiental, sino también las relaciones
sociales, de cultura y las instituciones políticas de autogobierno y del control ciudadano sobre su propia vida (Borga y Castells, 1999).
La ciudad implica un sistema específico que asocia Urbs, Civis y Polis. Esto tres sentidos clásicos coexisten, donde el de Urbs, se
refiere a lo construido; el de Civitas, como la comunidad compleja de grupos sociales e institucionales; y el de Polis, en el sentido
político y de gobierno del asentamiento. Cuando se habla de ciudad se alude de manera indistinta a todos estos aspectos, cuyo
estudio es objeto de la ciencia urbana o el urbanismo (Alomar, 1980). La acepción de Urbs será específica del urbanista, del
arquitecto y del geógrafo urbano en el sentido físico, espacial, material, funcional, morfológico y de la calidad ambiental.
Para definirla en lo material, aparecen dos cuestiones esenciales: La densidad, como concentración de personas sobre un espacio
reducido, y la morfología, como reflejo de la densidad y de un tipo de utilización del suelo no rural. El tamaño y la estructura
funcional permitirían identificar posterior los distintos niveles de complejidad existentes dentro de esta forma de asentamiento
humano y de poblamiento.
La forma específica y organización espacial es producto social, cultural y tecnológico, modelado y condicionado por la estructura
social y por el tipo de relaciones que se establezcan entre sus distintos componentes y sus relaciones de producción, ósea por la
suma o conjunto de instancias económicas, ideológicas y jurídicas políticas que las constituyen. El análisis de la articulación concreta
entre esta forma espacial y la estructura social obliga al arquitecto, urbanista y planificador al trabajo común con otros científicos
sociales, y permite que el conocimiento y la investigación deban integrarse en una tarea más amplia y de carácter interdisciplinario.
La Urbs se puede interpretar como asentamiento urbano que se estructura a partir de componentes funcionales, físico-espaciales y
ecológicas, fusionadas e interactuando entre sí, pero también como producto de una sociedad integrada por múltiples actores con
distintas racionalidades que interactúan y transforman el espacio vital de la ciudad cotidianamente, interactuando entre
racionalidades de tipo económico, político y la del ciudadano propiamente dicho.
Los investigadores especializados y la aplicación de los saberes y las ciencias aportan distintos enfoques teóricos de acuerdo a las
problemáticas que se necesite abordar y resolver, pudiendo ser por ejemplo de tipo integral o de tipo sectorial. En la década del 60’
la ciudad era pensada como un espacio de progreso técnico y por lo tanto de desarrollo social, económico y regional; en los 70’ la
ciudad se enfoca por los marxistas como un espacio de conflicto social necesario para la obtención de mejores condiciones de vida.
En estas mismas décadas las ciudades también se observaron como centros y conjuntos de asentamiento humanos cuyo
ordenamiento por rangos y jerarquías en un territorio trataban de explicar el desarrollo o subdesarrollo, a través del rol y la
importancia que adquiría cada ciudad, especialmente dado por sus rasgos demográficos y actividades económicas y productivas. En
los 80’ y 90’ el enfoque ambiental visualiza la ciudad como una unidad ecológica no sustentable, y la ciudad industrial de los 60’ se
reemplaza por la ciudad informacional o del desarrollo de los servicios y la información. Desde lo cultural y tecnológico algunos
territorios y ciudades se convirtieron en nodos de redes de ciudades, acelerando el proceso de globalización económica y cultural,
mientras otra gran mayoría quedaron al margen.
Reflexionar sobre la ciudad como fenómeno complejo y constituida por componentes funcionales, morfológicos, ecológicos, pero
también perceptivas y de comunicación, es lo que hace y construye la Urbs. Pero también es objeto de intereses económicos y
especulativos (espacio de cambio), de intereses de los ciudadanos para su desarrollo y el de su familia (espacio de uso) y de los
intereses políticos e institucionales que la conforman (espacio de participación y apropiación). Por lo tanto, las distintas teorías y
enfoques ayudan a interpretar el territorio y la ciudad de acuerdo a los problemas que se visualicen y desee resolver.
La planificación y el planeamiento físico.
El proceso de planificación se lo puede reconocer como un proceso racional de toma de decisiones. Esto implica, formular objetivos
y realizar una reflexión crítica sobre la realidad que se desee reorientar, actividades que en general se denomina diagnóstico y que
ayudará a conducir las decisiones y acciones a futuro en campos tales como, el desarrollo social, económico, físico-espacial,
territorial, ambiental u otros. Se ha utilizado desde la práctica política contemporánea como instrumento o medio que colabora en la
racionalización de la toma de decisiones y de la gestión de gobierno.
Por lo tanto la planificación es un proceso de contenido técnico-político mediante el cual se pueden elaborar “conscientemente” un
conjunto de políticas, estrategias e instrumentos para alcanzar determinadas metas en función de ciertos objetivos relacionados con
los beneficios de una sociedad. Desde lo técnico es un proceso y desde lo político un medio.
Depende del objeto de la planificación, puede denominarse “planificación económica” cuando se ocupa de la estructura económica
y el nivel general de desarrollo de la sociedad en cuestión, o planificación física, cuando es un proceso que se ocupa del
ordenamiento de la estructura físico-espacial, hoy denominado ordenamiento territorial en un intento de integrar lo social, lo
económica y lo cultural con el espacio y el medio de vida de la sociedad de que se trate.
Por lo tanto, la planificación física se define por un conjunto de acciones dirigidas hacia la modificación de determinadas condiciones
territoriales teniendo en cuenta la organización territorial preexistente. Es un proceso gestionado desde el estado que tiene como
fin ordenar una estructura territorial integrando el desarrollo social, económico y cultural con el espacio y el medio. Su alcance
depende del momento y de las ideas políticas que organicen sus objetivos. Se ocupa de los procesos de ordenamiento de las
actividades de los hombres y sus soportes materiales, ya sea de las actividades productivas como reproductivas, así como de los
canales y los flujos para sus interacciones.
Hoy la planificación física se ha extendido al concepto de ordenamiento territorial, y practica mediante el análisis y la visión
prospectiva del territorio, con el objetivo de definir la realización de equipamientos y servicios estructurantes portadores de futuro,
susceptibles de modificar el curso de los acontecimientos en lo que respecta a la acción del hombre sobre las cosas, con el fin de que
puedan satisfacerse las necesidades sociales. Facilitar, hacer posible y colaborar con el desarrollo social y económico es la meta.
En la Prov. De BsAs existe la ley de ordenamiento territorial y usos del suelo, donde describe que dentro del ordenamiento territorial
se entiende por proceso de planeamiento físico al conjunto de acciones técnico-político-administrativas para la realización de
estudios, la formulación de propuestas y la adopción de medidas específicas en relación con la organización del territorio, a fin de
adecuarlo a las políticas y objetivos de desarrollo general establecidos por los distintos niveles jurisdiccionales en concordancia con
sus respectivas estrategias.
La forma de contribuir que aporta la planificación física es que es desde su campo donde se pueden concretar los enunciados de las
políticas de ordenamiento urbano-rural y regional, tendientes a mitigar los problemas del hábitat, permitiendo además la
participación directa de las organizaciones sociales en el tratamiento de las mencionadas políticas, así como en la elección de
alternativas y la selección de instrumentos para su logro. Constituye un instrumento y un medio donde se concretan e integran los
niveles de planificación sectorial. El planeamiento físico es quien jerarquiza, articula y coordina en el territorio y en el tiempo, las
diferentes políticas.
Planificación Urbana
Dentro de un marco donde las responsabilidades estatales se atomizan, y no existen modelos societarios que alteren el deterioro en
las condiciones de vida, el planeamiento físico del territorio, entendido como el conjunto de acciones técnico-políticas dirigidas hacia
la modificación de determinadas condiciones ambientales y espaciales de reproducción de la sociedad, es reinterpretada.
Siendo objeto de la planificación física, la organización territorial específica en cada sociedad, contexto y periodo, también emergen
reinterpretaciones que posibilitan la construcción de nuevas modalidades de gestión e intervención pública y privada, que
denominamos planificación urbana o planificación de orden más integrador, pero solo recortado al escenario urbano.
Sobre bases de conocimiento específico, prácticas interdisciplinarias y evaluación de las experiencias realizadas, y sobre todo desde
una perspectiva de desarrollo como expresión de las necesidades y potencialidades de las propias organizaciones sociales, se
interpreta a la planificación urbana como política que cumple con los objetivos más integradores, ocupándose de los planes de
desarrollo dentro de los límites urbanos y periurbanos, pertenecientes al ámbito de las políticas públicas municipales y a las políticas
territoriales en general.
La planificación urbana debe articularse en conjunto con el planeamiento físico, que son los planes, programas, proyectos e
instrumentos normativos de ordenamiento y uso del suelo que permiten tanto mejorar las condiciones de vida de la población como
el desarrollo eficiente de las actividades económicas y sociales que se localicen en el territorio. En caso de que estas acciones se
articulen con políticas de bienestar social y desarrollo económico propio del territorio que se habita, el mejoramiento de las
condiciones de vida de la población que habita la ciudad estará asegurado.
Planificación territorial
La planificación urbana se practica de forma integral, bajo la orientación de directrices generales formuladas desde las políticas
regionales (desarrollo económico, calidad de vida, planificación de infraestructura y equipamientos, etc.) y la planificación territorial,
ya que ambas comparten la preocupación por los desequilibrios territoriales.
Por su parte, la planificación territorial se preocupa de dar respuestas a los problemas globales de un determinado territorio e
incluye, por lo tanto, temas relacionados con el desarrollo económico, aunque no se limiten a ellos ni los pondere (Pujadas y Font,
1998). La planificación territorial se refiere al proceso de planificación en ámbitos urbano-urbano, urbano-rurales, supramunicipales
y/o regionales. Se formula a partir de directrices de ordenamiento territorial y requiere de un gran esfuerzo de coordinación y
acoplamiento de múltiples intereses sectoriales y territoriales. Debe contener determinaciones que orienten, identifiquen y guíen
tanto a la planificación urbana como a la planificación sectorial.
También la planificación estratégica, enfoque que integra lo social, lo económico y la organización territorial, puede encontrar en la
planificación territorial el instrumento adecuado para dar carácter normativo y vinculante a intervenciones territoriales estratégicas.
Interdisciplinar o disciplinas específicas. Urbanismo y ordenamiento territorial.
La interdisciplinariedad y la interciencia es necesaria, ya sea para el análisis y comprensión de un territorio, como para la práctica de
la intervención territorial planificada de los asentamientos humanos; y particularmente se han hecho explícitas dos disciplinas desde
donde se intenta formular teorías, investigar y colaborar con la práctica de la planificación: el urbanismo y el ordenamiento
territorial.
Dentro del campo académico, el urbanismo se considera una disciplina que alude al estudio sistemático (analítico, evolutivo,
comparativo, explicativo y valorativo) del fenómeno urbano y al contexto en que se inserta. Conforma también el campo teórico-
reflexivo y proyectivo respecto al hábitat urbano que impregna y nutre tanto al diseño urbano como a la planificación física en
ámbitos urbanos. Es una actividad que, por la naturaleza del fenómeno que estudia, necesita del aporte de otras ciencias y
disciplinas.
El ordenamiento territorial es el estudio interdisciplinario y prospectivo de la transformación óptima del espacio regional y de la
distribución de estas transformaciones, y de la población entre núcleos urbanos con funciones y jerarquías diferentes, con vistas a su
integración en áreas supranacionales (Saenz, 1969). Se la puede considerar como una disciplina científica, técnica-administrativa y
actividad política, expresión espacial de las políticas económicas, sociales, culturales y ecológicas de las sociedad cuyo objetivo es un
desarrollo equilibrado de las regiones y la organización física del espacio según un concepto rector (CEMAT, 1983).
Un enfoque más conceptual es el que entiende al ordenamiento territorial como una disciplina científica para el estudio o análisis
del territorio, mientras que la planificación sería la actividad administrativa y práctica y ambas permitirían realizar la gestión del
territorio (Barragán, 1993).
Calidad de vida.
En general cuando se utiliza el concepto de calidad de vida se hace referencia a una diversidad de circunstancias centradas en la
satisfacción de necesidades de una determinada sociedad. Ello depende de las condiciones de vida, o de las condiciones de
reproducción biológica y social que se den en determinado asentamiento humano. Por lo tanto la calidad de vida en la ciudad alude
a la diversidad de circunstancias de cómo la sociedad define, construye y otorga políticamente y culturalmente aquello que se define
como satisfactores de las necesidades humanas. Están involucradas las relaciones sociales, los individuos como tales, y sus
posibilidades de accesibilidad física, espacial y económica a los satisfactores, pero fundamentalmente a un acceso igualitario en las
decisiones políticas que se dirijan a una accesibilidad epistemológica sobre las bases de la equidad territorial.
La construcción del concepto no tiene un sentido único, sino que precisa de la autoimplicación de tres grandes perspectivas lógicas.
Las dimensiones que la constituyen de forma totalizadora y, que deben medirse en las condiciones reales son:
- La calidad ambiental, compuesta por la calidad habitacional, barrial y de la ciudad.
- El bienestar, que tiene como pilares para su construcción el empleo, la salud y la educación.
- La identidad cultural, compuesta por el tiempo disponible, para establecer relaciones sociales y la participación
(apropiación]) de su destino por la propia sociedad.
Debe darse una interrelación entre estas tres dimensiones, como también entre sus componentes. Se reconoce que las condiciones
de vida dependen en parte de la calidad ambiental de los territorios donde el hombre y la sociedad desarrollan su existencia, y por lo
tanto deben ser objeto de planificación y gestión.
No hay calidad de vida sin calidad ambiental, pero la calidad ambiental no asegura por sí sola la calidad de vida. Los componentes
del hábitat, dirigidos en principio a satisfacer determinadas necesidades básicas toman valor no solo por su concreción y posibilidad
de uso, sino también por la forma en que los mismos se llevan a cabo, permitiendo o no la satisfacción de otras necesidades básicas
(Kullock, 1994). A todo esto colabora en forma importante la práctica de la planificación urbana y territorial, así como el
planeamiento físico. Resolver los problemas en el seno de la ciudad supone mejorar la habitabilidad y con ella, la calidad ambiental.
El mejor proceso de desarrollo será aquel que permita también mejorar las condiciones de vida y por lo tanto, elevar la calidad de
vida de las personas (CEPAUR, 1986).
Para la búsqueda y construcción de información con el fin de valorar los grados de calidad de vida y considerando la falta de
satisfactores esenciales en la sociedad latinoamericana ha sido necesario construir las necesidades sociales mínimas, y para esto se
elaboró un indicador compuesto denominado Necesidades Básicas Insatisfechas, y se consideró hogares con NBI aquellos que
reunieran al menos una de condiciones establecidas en los parámetros: hacinamiento, aptitud de la vivienda, condiciones sanitarias,
asistencia escolar y capacidad de subsistencia.
Finalmente, la calidad de vida se puede definir como el conjunto de características físicas, biológicas, psicológicas y sociales que se
deben alcanzar para promover un nivel de bienestar óptimo. Se expresa generalmente en términos cuantitativos aunque no se
excluye lo cualitativo. Por lo tanto deberán buscarse indicadores o parámetros que permitan asignar valores observables que
compartan unidades territoriales y compararla con otras en un mismo momento histórico, o revisar el cambio de las mismas
unidades en periodos distintos. Los parámetros comparativos de calidad de vida constituyen determinados índices que surgen de
combinaciones de expresiones de mediciones de estado relativos de necesidad, a partir de normativas, construidas desde estudios
técnicas, científicos u otros.
BONO Néstor.
Elementos Componentes del Sistema Urbano.
Sistema Urbano.
La ciudad es un sistema de actividades interrelacionadas. El conjunto de las actividades urbanas y las relaciones que mantienen
entre sí constituyen el sistema urbano, que a su vez es un subsistema perteneciente a sistemas más amplios, como son el sistema
regional, nacional y mundial. El sistema urbano es esencialmente dinámico, y se la puede reconocer a la ciudad como un proceso de
conformación histórico. Se consideran elementos componentes del sistema urbano al Subsistema Social, al Subsistema Natural y al
Subsistema Construido.
Subsistema social.
- Demografía: Análisis e interpretación de la población de un área, con el objetivo de obtener información relativa a fin de
evaluar con sentido prospectivo su incidencia cuali-cuantitativa. Los elementos que son objeto de análisis son: el crecimiento
poblacional, la composición de la población, el nivel de vida y el nivel habitacional.
- Densidad. Tiene como objetivo conocer en una determinada área o zona, el nivel de concentración de la población a fin de
efectuar las proyecciones futuras y metas a alcanzar, así como determinar los límites o topes de concentración de población. Los
elementos que son objeto de análisis son: la densidad bruta (Hab/sup total), la densidad neta (Hab/sup edificable) y la densidad real
(Hab/sup ocupada).
Subsistema natural.
Lo integran el conjunto de elementos que constituyen un ecosistema o parte de él, dentro del cual vive el hombre. Su estudio
permite conocer el soporte natural a fin de contemplar, en la formulación de un plan, aquellos aspectos condicionantes para la
creación de un hábitat artificial, como conocer las limitaciones y recursos que ofrece el medio para la localización de actividades y la
adaptación de los espacios destinados a las mismas. Los elementos que son objetos de análisis son: el suelo, la hidrología, el clima, la
flora y fauna y las modificaciones del espacio físico-natural (extracciones, degradación ambiental, forestación).
Subsistema construido.
- Trazado Urbano: Disposición en el terreno de los diferentes elementos urbanos, permitiendo conocer el origen de la
ciudad (espontáneo o planificado) y la impronta de los primeros asentamientos en un determinado espacio territorial, así como las
sucesivas etapas de expansión en el tiempo. Asimismo permite reconocer los rasgos más salientes de vías de circulación y espacios
delimitados por ellas en el orden funcional, formal y espacial. Los elementos que son objetos de análisis son: la conformación de
origen, la evolución histórica catastral y el trazado actual. (Vías de circulación, macizos edificatorios, situaciones conflictivas del
trazado y accesos).
- Subdivisión del suelo. Permite conocer las posibilidades reales que ofrece el parcelamiento para recibir población y
actividades. Los elementos que son objetos de análisis son: el estado parcelario de origen y su evolución, las características
prototípicas de bloques, manzanas y parcelas, la morfología y dimensiones, la distribución de las tipologías detectadas en las
distintas zonas de análisis, la relación de frente-fondo o superficie de las parcelas; y el número promedio de parcelas por manzana
en los distintos zonas de análisis.
- Ocupación. Surge como consecuencia y forma de la localización del hombre y sus actividades en un determinado lugar. Se
mide de acuerdo a los espacios parcelarios efectivamente ocupados y su relación con los espacios vacantes. Su objetivo es brindar
información sobre la evolución de los distintos sectores estudiados, las tendencias de ocupación y calcular la capacidad actual del
suelo de admitir nuevas localizaciones. Los elementos que son objetos de análisis son: cantidad de parcelas vacantes y ocupadas,
proceso de ocupación según diferentes cortes históricos, y tendencias de ocupación de suelo.
- Uso del suelo. Ordenamiento y distribución espacial de la ocupación del suelo, según las actividades que en él se
desarrollan. Tiene como objetivo conocer la localización y distribución de las actividades a fin de detectar y evaluar los efectos de
futuras localizaciones. A su vez buscar conocer el grado de dispersión de las actividades; evaluar la localización y forma de
distribución de los equipamientos sociales, de las industrias y elementos concentradores de flujos; y detectar la magnitud del área
central y la existencia de subcentros. Los elementos que son objetos de análisis son: las actividades primarias, actividades
secundarias, actividades terciarias, equipamientos sociales, áreas residenciales y áreas de usos específicos.
- Morfología. Es el conjunto de elementos que definen la forma del espacio construido. Tiene como objetivo conocer la
forma urbana para tener parámetros de referencia que permitan detectar las tendencias de configuración espacial de la ciudad y su
cualificación. Los elementos que son objetos de análisis son: el espacio urbano, el perfil urbano, y el tejido urbano (compacto,
semicompacto, abierto, y en transición).
- Infraestructura de servicios y circulación. Base de sustentación o soporte de un sistema territorial que comprende la
producción, abastecimiento, conducción y distribución a través de redes y canales específicos. Su análisis permite evaluar la
jerarquía y el grado de cobertura de servicios con que cuenta la ciudad. Los elementos que son objetos de análisis son: las diferentes
redes de provisión de servicios, el análisis cuali-cuantitativo de fuentes y redes de distribución e instalaciones; y déficit de
coberturas.
- Transporte. Tiene como objeto el conocimiento de los flujos que se originan entre las distintas zonas de actividad, así
como los inconvenientes que presente el sistema para un correcto funcionamiento de la ciudad y el territorio. Los elementos que
son objetos de análisis son: tipos y estado cuali-cuantitativo de las diferentes modalidades de transporte y el déficit de cobertura.
Estructura Física.
Es la expresión física de la interdependencia dinámica en que se encuentran las distintas partes de una ciudad o región. El concepto
de estructura es dinámico, y no estático, por que manifiestan las influencias recíprocas derivadas de las actividades humanas que se
desarrollan en las edificaciones, calles y espacios libres. Se puede hablar de estructura cuando cualquier cambio de un determinado
uso altera el equilibrio existente y afecta en alguna medida a todos los demás usos que se desarrollan dentro del conjunto
considerado
SÁNCHEZ DE MADARIAGA.
Introducción al Urbanismo. Conceptos y métodos de la planificación urbana.
3. La actividad profesional del Urbanista.
El urbanista profesional es un experto en la gestión del cambio en el medio urbano y natural, requiere conocimientos sobre el
cambio urbano y regional, el medio físico edificado y natural y el medio económico y social, en combinación con una compresión y
habilidad para la aplicación de estos conocimientos en la formulación de planes, proyectos y otras políticas públicas en contextos
institucionales complejos. El urbanismo es una práctica informada por la teoría y teoría informada por la práctica, donde los
conceptos teóricos y sustantivos y las habilidades prácticas son inseparables en su aprendizaje y en su ejercicio.
3.1 La racionalidad científico-Técnica.
Según el modelo de la racionalidad técnica, los profesionales median entre la ciencia y la sociedad, su papel es convertir la
investigación científica en progreso social, aplicando instrumentalmente la teoría a la resolución técnica de los problemas. La
planificación consistiría en identificar el problema, analizarlo y definir un diagnóstico del cual se deducirían las soluciones posibles.
Entre estas, el urbanista seleccionaría la solución óptima, que tendría que aplicar de modo técnicamente eficaz.
Esta planificación científico-técnica se basa en la premisa del positivismo, según la cual el intelecto observa objetos pasivos: es un
conocimiento sin un objeto conocedor. Este urbanismo se fundamenta en dos hipótesis básicas que hoy en día ya no son evidentes:
existe un consenso sobre el contenido del interés público, y existe un conocimiento adecuado para la puesta en práctica del plan. Es
por esto que el urbanismo se enfrenta actualmente a la crisis de la epistemología positivista de la práctica
3.2 Hacia una nueva epistemología de la práctica.
Si el modelo del saber práctico basado en la racionalidad científico-técnica es incompleto, porque no considera como objeto de sus
competencias las situaciones que no encajan en su corpus de conocimiento sistemático, es necesario buscar otros modelos que sí
sean capaces de responder a estos problemas divergentes, y poder tratar adecuadamente situaciones de incertidumbre,
inestabilidad y conflicto de valores. Esto se debe hacer en una doble dirección: la primera, para resolver situaciones de
incertidumbre e inestabilidad, en las habilidades y propósitos basados en la experiencia interior y subjetiva, y la segunda, para
resolver situaciones de conflicto de valores, en los procesos de acción en el ámbito público como son las teorías de toma de
decisiones, de resolución de conflictos y de mediación y creación de consenso.
Estos sabes y actividades, que no sustituirían a los propios de la racionalidad científico-técnica, sino que los complementan donde
estos son inoperantes, hoy en día se pueden encontrar en ciertas actividades prácticas y en ciertas actividades intelectuales. Entre
las actividades intelectuales es necesario recuperar para el urbanismo ciertos métodos de conocimiento propios de las humanidades
como es la interpretación, que servirán para resolver problemas que requieren capacidades de tipo intuitivo. Entre las actividades
prácticas se encuentran los métodos de concepción propios de la arquitectura y los propios de la acción en la esfera pública o
política, que servirán para resolver conflictos y definir objetivos compartidos. También es necesario incorporar modos del “saber
hacer” existentes en formas de conocimiento tácito, como son los oficios y el sentido común.
KULLOCK DAVID
CAPÍTULO 2. Diferenciación del quehacer de los profesionales del hábitat.
2.1. Intervenciones arquitectónicas, intervenciones urbanas y planificación urbana.
- Las intervenciones arquitectónicas se perfilan como la ejecución, o transformación del subsistema construido, de un
espacio parcelario, siendo generalmente encargadas por un particular, a un arquitecto (y asesores que complementen) que deberá
desarrollarlo en un periodo determinado, cumpliendo las normativas vigentes (articulación institucional).
- La planificación urbana, debido al cambio permanente de la ciudad, es una tarea continua que involucra la formulación de
estrategias, normativas y recomendaciones destinadas a la mejor adecuación de las ofertas del medio biofísico y las demás de la
organización social para la totalidad de una ciudad o sector significativo. El comitente en general es el Estado y el destinatario la
totalidad de la comunidad. Se ejecuta por un equipo multidisciplinario en estrecha articulación con los estamentos político-
institucionales y con la franca participación de las organizaciones y sectores de la comunidad urbana.
- Las intervenciones Urbanas son operaciones con características generalmente intermedias entre las dos anteriores. Se
realizan sobre espacios más amplios que las parcelas comunes y tienen efectos urbanos más significativos. El comitente pueden ser
tanto entidades públicas como privadas, y sus destinatarios constituyen una parte de la comunidad urbana. Se ejecuta por un equipo
interdisciplinario que tiene al arquitecto en una actuación destacada, en un plazo de implementación acotado pero con un periodo
de ajuste no determinado.
2.2. Intervenciones arquitectónicas y urbanas: sus efectos sobre la ciudad.
En tanto la planificación urbana opera sobre la ciudad misma, las intervenciones arquitectónicas y urbanas operan sobre fragmentos
de la misma, teniendo efectos sobre la ciudad con distintos grados de importancia, siendo generalmente las intervenciones urbanas
las de mayor impacto urbano, ya que suelen actuar sobre aspectos o sectores estructurales en/de la ciudad.
2.3. Rol del arquitecto en el quehacer profesional.
- En una intervención arquitectónica el arquitecto constituye el eje profesional. Si la intervención no tiene mayores
implicancias urbanas, deberá considerar los aspectos urbanos que sean pertinentes, pero si involucra impacto urbano considerable,
el arquitecto deberá, con colaboración de profesionales especializados, considerar las formas de evaluar dicho impacto.
- En una intervención urbana, donde se deberán considerar los impactos urbanos pertinentes, el arquitecto seguirá
teniendo un rol destacado pero considerar los impactos urbanos en articulación con otro profesionales dentro de un equipo de
trabajo.,
- En una operación de planificación urbana se requiere la participación de profesionales específicamente formados, donde
al arquitecto solo le corresponde cubrir funciones y conocimientos restringidos, como realizar una lectura inteligente de las
ciudades, conocer cuáles son las políticas urbanas vigentes y cuáles las formas de actuación profesional con que pueden llevarse a
cabo a través de la planificación urbana.
2.4. Diferenciaciones pertinentes de las intervenciones arquitectónicas y de las urbanas.
- En el quehacer profesional, las encomiendas pueden tener distintos orígenes, (1) desde un espacio de localización y
objetivo definidos, (2) que se tenga definido un predio y la voluntad de realizar una acción en él, (3) que se tenga un objetivo de
acción pero no el espacio donde localizarlo, (4) o incluso que no estén determinado ninguno de estos temas, y solo se tenga la
voluntad de realizar una intervención.
- También se diferencian según subtipos de intervenciones, ya que no todas las intervenciones arquitectónicas y urbanas
que se llevan a cabo involucran la ejecución de nuevos elementos del subsistema construido en espacios antes vacíos, sino que se
pueden usufructuar sobre espacios y estructuras edilicias ya existentes, pudiéndose accionar una rehabilitación, refuncionalización,
renovación, preservación, revitalización o mejoramiento.
BLANCO y GUREVICH
CAPÍTULO 2: Una geografía de las ciudades contemporáneas.
El mundo contemporáneo es un mundo urbanizado. Resultan múltiples y variadas las formas en que se presentan las ciudades del
mundo, sus fronteras, sus actores predominantes, sus funciones distintivas. Sin embargo, hay un conjunto de elementos que hacen
reconocible a toda ciudad, y que permiten analizar las características de las tramas urbanas, las formas urbanas de fin de siglo, la
conformación de redes a escala mundial, las nuevas modalidades de inserción en estas redes y los actores sociales implicados
1. ¿Porque decimos que vivimos en un mundo urbanizado?
Más de la mitad de los habitantes del planeta viven en algún tipo de área urbana, lo que consecuentemente genera que las formas
de vida de las sociedades actuales sean predominantemente urbana.
Las innovaciones en las comunicaciones (permitiendo por ejemplo que personas situadas en lugares distantes participen en
simultáneo de eventos lejanos), y en las condiciones de movilidad de la población (trastocando las relaciones entre las áreas de
residencia y de trabajo) contribuyeron decisivamente para la comprensión de esta urbanización generalizada.
En este contexto, gran parte de los problemas de la sociedad contemporánea se vuelven problemas urbanos. Estos problemas
tienen a la ciudad como marco, tanto en su manifestación y desarrollo como en sus caminos de resolución. Esto nos lleva a concluir
que serán respuestas sociales y políticas pensadas en contextos urbanos las que intenten superar estos desafíos sociales.
Entonces, solo entendiendo que urbanización se refiere a las articulaciones espaciales de población, de actividades económicas, de
información, de modos de vida, es que podemos constatar las implicancias múltiples que hacen a la urbanización.
1.1. Un Mundo urbanizado: material e inmaterial.
Por un lado, la ciudad es material, esto significa que es una construcción concreta, un conglomerado de objetos materiales que
fueron surgiendo en distintas condiciones y momentos históricos, dejando su presencia en distintos puntos del territorio. La ciudad
también tiene una dimensión inmaterial, conformada por un conjunto variado de símbolos, representaciones, ideas, tecnologías.
Actualmente las ciudades se definen cada vez más por los procesos de desmaterialización que atraviesan. Esta extensión más allá de
lo material (desmaterialización) es la que permite la creación de objetos urbanos dispersos, no contiguos (materialización). Las
tecnologías inmateriales ofician de “cemento” no material, y representan la condición de posibilidad de las materialidades dispersas,
de los cambios en la organización del territorio.
1.2. El espacio pensado en un contexto histórico-geográfico.
En cada momento histórico, lo que entendemos por urbano y por rural va cambiando. Ambas son formas de organización del
espacio geográfico, que como tales, precisan ser caracterizadas en contextos históricos particulares. Cualquier transformación en la
organización de la sociedad tiene efectos sobre el espacio. Las transformaciones tecnológicas y los cambios en las relaciones
sociales, en la organización de la producción, en la vida cotidiana, en la cultura, tienen un fuerte impacto en las formas de
organización del espacio.
Es necesario evaluar el significado de lo urbano en diferentes contextos geográficos. Los niveles relativos de desarrollo, la
organización de ciudades en redes, las jerarquías urbanas, la homogeneización de las condiciones tecnológicas y productivas entre
distintas ciudades, hacen que el contexto geográfico sea esencial a la hora de valuar que representa una ciudad pequeña, intermedia
o grande.
2. Las fronteras de las ciudades.
A lo largo de la historia, las formas urbanas habían conservado un rasgo común referido a la posibilidad de delimitar unidades
compactas identificables con el nombre de ciudad, aglomeración, metrópolis. Ya en el siglo XX, esas formas se caracterizan por su
amplísima extensión, superando notoriamente muchas veces los límites legales de las unidades administrativas y llegando a alojar
varias aglomeraciones en un continuo urbano, para lo cual se creó el concepto de megalópolis. Pero lo nuevo en la organización del
territorio, propio de la sociedad contemporánea, es la articulación de espacios urbanos discontinuos y fragmentados, llegando a
conformar verdaderas unidades relacionadas funcionalmente, a las que llamamos metápolis (Ascher, 1995).
La delimitación tradicional de las ciudades resulta claramente insuficiente como unidad de análisis de los procesos en curso. La
identificación de los procesos que se desarrollan en las sociedades actuales requiere una visión amplia, que luego permita analizar
los proceso que en ese recorte ocurren. La superación de ese esquema supone empezar al revés, analizar la espacialidad de los
procesos sociales, espacialidad resultante, posterior, no a priori.
En diversos lugares del mundo la urbanización generalizada está dando lugar a entramados funcionales muy extensos, ya sea en
conjuntos urbanos de alta densidad de población, como en espacios articulados en torno a una gran metrópoli. Estas mutaciones se
producen en el contexto de aplicación de nuevas tecnologías en la producción y circulación de bienes e información y de nuevas
divisiones territoriales del trabajo. La espacialidad resultante de estos fenómenos refiere a una nueva forma urbana, donde las
escalas geográficas dejan de ser entonces recortes a priori, para convertirse en medidas de magnitud y de impacto de las decisiones
de los actores sociales, y donde surge la necesidad de analizar no sólo los contornos estrictamente urbanos, sino la región
circundante.
La conceptualización de la organización de las ciudades como lugares centrales, que servían a un área de influencia inmediata,
variable según el grado de complejidad de los bienes y servicios ofrecidos, para funcionar como un sistema de redes ya no es
acertada. Ya no existen relaciones lineales en las que las ciudades mayores prestan servicios a la población del entorno rural, en una
pirámide jerarquizada que concluye en el ámbito del Estado-nación en el principal centro urbano del país. Actualmente, áreas
rurales y ciudades pequeñas y medianas tienen relación directa con las grandes metrópolis, salteando al resto de las ciudades de las
jerarquías intermedias. Las denominadas metrópolis omnipresentes son capaces de producir, recolectar y clasificar información así
como de distribuirla y administrarla de acuerdo con sus propios intereses.
3. La ciudad y sus nombres.
En este nuevo contexto mundial, donde se considera a la ciudad un objeto histórico y cambiante, es necesario superar las dos
escalas clásicas de análisis urbano: la regional-nacional (sistemas de ciudades) y la local (propia del espacio urbano), con el
consiguiente desafío de articular esas escalas con el nivel internacional. La creciente mundialización de la producción, de la
circulación de información, de capitales y de personas, obliga a un análisis complejo e integrado que articule estas dimensiones.
3.1. Metrópolis: un concepto resignificado.
El término “metrópolis” y “área metropolitana” es abundantemente utilizada en general para calificar las principales aglomeraciones
urbanas de un país, que cuentan con algunas centenas de miles de habitantes, que son multifuncionales y que mantienen relaciones
económicas con muchas otras aglomeraciones extranjeras (Ascher 1995), considerándose entonces tres criterios: cuantitativo,
funcional, y en relación a la escala. A su vez, Merenne-Schoumaker (1998) asocia el término a una gran ciudad de servicios, que es
sede de las actividades de comando y que desempeña un papel de centro para un territorio más o menos vasto. Emergen así como
características las funciones metropolitanas que se refieren principalmente a los servicios de apoyo a las actividades de la empresas.
3.2. El proceso de metropolización: un concepto en movimiento.
A partir de las transformaciones de la metrópolis, se genera un proceso que da como resultado nuevas formas espaciales. La
metropolización concentra de manera creciente los hombres, las actividades y las riquezas en aglomeraciones de varias centenas de
miles de habitantes, multifuncionales, fuertemente integradas a la económica internacional. Está acompañada de transformaciones
significativas de las grandes ciudades, de sus periferias y de su medio ambiente, constituyendo espacios urbanizados cada vez más
vastos, heterogéneos, discontinuos, formados a partir de diversas ciudades grandes, cada vez menos ligados a una economía
regional, y cuyos interiores se transforman en espacios de servicios y de recreación.
Metropolización es un término específico que refiere a la concentración de actividades metropolitanas (comando, coordinación y
gestión del capital) en ciertas grandes ciudades, no solo en sus barrios centrales, sino también los polos especializados del territorio
metropolitano, donde las ligazones son más estrechas entre metropolización y el nuevo contexto económico y social (Merenne-
Schoumaker, 1998). Se aprecia que los territorios metropolitanos no son necesariamente contiguos y que las características
metropolitanas se extienden sobre vastos territorios, lejanos, a veces separados de la ciudad originaria.
3.3. Metápolis: un concepto en elaboración.
Aparece así la idea de metápolis como metástasis (propagación) metropolitana, para dar cuenta de la fragmentación, que a veces
son solo fracciones de esa población o de esas actividades las que son integradas en el proceso de metropolización. También al
criterio de ciudad con múltiples funciones, se le vuelve necesaria la presencia de algunas funciones específicas, como son las
asociadas con el comando de la economía. La tercer característica central del proceso de metropolización es el rol articulador entre
las redes locales y globales y la inserción creciente en la economía globalizada.
Una metápolis es un conjunto de espacios de los cuales todos o parte de sus habitantes, de sus actividades económicas y de sus
territorios son integrados en el funcionamiento cotidiano de una metrópolis. Una metápolis constituye generalmente una sola
cuenca de empleo, de residencia y de actividades. Los espacios que componen una metápolis son profundamente heterogéneos y
no necesariamente contiguos (Ascher 1995).
4. La ciudad en el contexto global.
4.1 Una red global de ciudades
En la red global de flujos (mercancías, personas, información, capital) las ciudades pueden insertarse de forma directa, sin la
necesaria escala jerárquica regional previamente existente, según la ciudad que concentraba el poder económico actuaba como
intermediaria obligada con el sistema internacional. Se propuso el término Ciudad global para designar a aquellos centros que
cumplían, en el escenario internacional, con cuatro funciones completamente nuevas: primero, como puntos de comando altamente
concentrados desde donde se organiza la economía mundial; segundo, como localizaciones clave para las finanzas y las empresas de
servicios especializados o del terciario avanzado, que han reemplazado a la industria como sector económico dominante; tercero,
como lugares de producción y de generación de innovaciones vinculadas a esas mismas actividades; y cuarto, como mercado para
los productos y las innovaciones producidas (Sassen 1999).
4.2. La competitividad territorial.
Las ciudades (grandes metrópolis, ciudades intermedias, pequeñas áreas urbanas) se encuentran entonces insertas en redes de
relaciones funcionales a múltiples escalas superpuestas.
La globalización homogeniza al mismo tiempo que fragmenta y selecciona. La homogeneidad está dada por la vigencia de una lógica
única compartida por los actores globales, de modo tal de conformar un espacio-mundo y un tiempo-mundo (Santos 1994) que se
mueven al ritmo de los actores hegemónicos. La fragmentación está dada, en el caso del espacio urbano, por las particulares
condiciones de los lugares en términos de competitividad, uno de cuyos factores esenciales es el proceso de especialización
funcional.
Existen diversas escalas en las cuales se generan contextos de competitividad. Si bien una tendencia reciente y creciente es la
relación directa de las ciudades con las redes globales, hay una parte importante de la competitividad que sigue estando ubicada en
el nivel de las políticas del Estado-nación. Indicadores económicos generales y de calidad política son propios del país en su conjunto
y no de nivel de la ciudad, teniendo esta posibilidades de decisión limitadas con respecto a ellas.
La atracción de las ciudades se basa en su oferta de elementos complejos articulados entre sí. Un componente esencial de la
competitividad es el referido a los recursos humanos disponibles, tanto en la calidad de su formación como en su capacidad de
innovación y adaptación a los nuevos requerimientos de la producción mundializada. Otro componente esencial es la dotación de
infraestructura en todas sus variantes: transporte, comunicaciones, equipamiento urbano, etc., y los sistemas de comunicación en
sus múltiples facetas. La organización del espacio urbano es un tercer componente de la competitividad, donde entran en juego
cuestiones que remiten claramente a la calidad de vida urbana, entendiendo que entornos con mejor calidad de vida resultan más
atractivos para el desarrollo de actividades productivas.
Un concepto asociado con la competitividad territorial es el potencial creativo de la proximidad (Reich 1991). Alude a las ventajas
derivadas de la proximidad de cada componente de la economía urbana compleja como uno de los factores básicos para decidir la
localización empresarial. La presencia en un mismo entorno territorial de un diversificado conjunto de servicios avanzados, de
recursos humanos calificados, de capacidad empresarial, de ambientes de negocios, implican condiciones ventajosas para mejorar la
competitividad.
Finalmente, en la cuestión de la competitividad están presentes la especialización y la proximidad geográfica. En el primer caso,
como aporte particular en la dialéctica homogeneización y diferenciación que implica la globalización. En el segundo caso, como
resultado de los procesos de conformación de bloques económicos regionales y como resultado de las estrategias regionales de los
actores globales.
5. Los actores de la ciudad: entre lo global y lo local.
En el contexto de la sociedad contemporánea, los actores de la ciudad no son solo locales, ya que la ciudad resulta de acciones
diseñadas y ejecutadas por actores que operan en múltiples escalas. Así resultan entramados ambos conceptos, actores y escalas, y
por lo tanto sus definiciones se constituyen recíprocamente.
Con escalas no se hace referencia solamente al contorno de la mancha urbana, sino más bien a la espacialidad de las acciones de los
sujetos. Las escalas pueden pensarse como una medida de la magnitud y del impacto de esas acciones y decisiones, representando
gradientes de la capacidad de movilidad de las ideas, del capital, de informaciones, y de bienes y servicios.
Los actores locales se diferencian cada vez más entre sí, según sean sus posibilidades de acceso a los bienes y servicios urbanos,
siendo insuficiente la escala local para comprender estos fenómenos, sino que es preciso identificarlos en una ciudad, distritos o
barrios (escala microurbana).
Según el par Actores-Escala, podemos distinguir tres tipos de actores sociales en la ciudad (Pirez 1995):
- Los actores estrictamente locales, aquellos que operan de acuerdo con la racionalidad y la idiosincrasia local. Los efectos de sus
acciones y decisiones se manifiestan especialmente en la escala local y no impactan más allá de ella;
- Los actores regionales y nacionales, aquellos actores que se reproducen fuera de la ciudad pero cuyo papel en ella es importante;
- Los actores globales, aquellos actores que operan a una escala mayor, la que abarca todo el mundo, sin tener presencia física en la
ciudad modelan las relaciones, las pautas de consumo y los ritmos de la sociedad local.
También pueden clasificarse teniendo en cuenta el tipo de acciones que llevan a cabo en el espacio urbano, habiendo tres tipos:
- Los que producen la ciudad, son aquellos actores que operan en el mercado, guiados por la racionalidad economía. Están
representados por actores económico que producen material e inmaterialmente la ciudad. Este proceso de producción se expresa
de dos formas, una consiste directamente en la creación de los componentes urbanos y la otra la realizan aquellos actores que
desarrollan actividades económicas utilizando los soportes materiales construidos por el grupo anterior;
- Los que consumen ciudad: son aquellos actores que operan guiados por lógicas propias de la sociedad civil, se reproducen en la
ciudad y consumen los bienes y servicios urbanos;
- Los que regulan la ciudad, este grupo básicamente incluye a los actores estatales, encargados del diseño y de la ejecución de
políticas públicas, cuyas acciones responden a lógicas orientadas por las satisfacción de las necesidades sociales y de bienestar
general.
6. Hacia una geografía de las ciudades contemporáneas.
La revisión de las transformaciones recientes de las ciudades contemporáneas muestra la necesidad de contar con un conjunto de
conceptos y estrategias de análisis que permitan la compresión y la explicación de esas transformaciones. Una perspectiva que
privilegie el estudio de la espacialidad resultante de la interacción de múltiples contextos de decisión, encarnados en actores
específicos y a distintas escalas, convirtiéndose en un camino posible para alcanzar interpretaciones de mayor riqueza y de mayor
potencialidad explicativa sobre las ciudades del siglo XXI.
ISABEL LOPEZ
Planificación y planeamiento físico
3. El proceso de planificación.
Se entiende como proceso de planificación física al encadenamiento lógico de etapas sucesivas que, partiendo de ciertos objetivos
que hacen al mejoramiento de la calidad de vida de la población en el ámbito urbano, a la solución de sus necesidades y de las
problemáticas urbanas estructurales más significativas, se concreta en la implementación de un plan y su control, cumpliendo
además con una evaluación continua que ayude al ajuste del proceso de las decisiones y acciones. La planificación física tiene como
objeto fundamental, a partir del proceso de ordenamiento territorial, ordenar las actividades y los ámbitos que necesitan los
hombres para el desarrollo de su vida productiva y reproductiva, y sus plazos varían según los objetivos.
- Existe una primera etapa del proceso de planificación que llamaremos DIAGNÓSTICO. Una vez construidos los objetivos a partir de
evaluar las necesidades, problemas y primeras apreciaciones de situaciones futuras, se constituye el diagnóstico donde se hace un
reconocimiento de la realidad, construyendo un modelo de ella que la describe, explica, evalúa y proyecta, y encuentra conflictos,
potencialidades y tendencias. Tanto el análisis como el diagnóstico dependen de los marcos conceptuales y teorías que avalan el
enfoque. Entre los elementos a tener en cuenta se encuentra la información secundaria, que actúa como antecedente, y la primaria,
que releva información relacionada ahora si a los objetivos específicos del área de trabajo. También debe considerarse la prognosis,
es decir el escenario/s de lo que pasaría si se actúa o no, para poder determinar tendencias.
- En una segunda etapa, la PROPOSITIVA, corresponde a formular una propuesta a partir de la reformulación y ajuste de objetivos.
Estos tienen que ver con los propósitos específicos para el ordenamiento, y con los lineamientos u orientaciones básicas que dirigen
las estrategias de intervención relacionadas con el diagnóstico. En general, la propuestas se presenta en términos cualitativos,
dándole un grado de generalidad alto.
Una propuesta es la respuesta a un problema o conjunto de problemas. Está guiada por los lineamientos y se caracteriza por sugerir
y proponer una idea o conjunto de ideas que toman carácter de premisas y criterios de intervención. Sirve como instrumento para la
acción en la medida que convierta las estrategias de intervención en planes, programas y proyectos. Por lo tanto, en este marco
deben identificarse políticas, estrategias e instrumentos que procuren la materialización de los lineamientos y caractericen la forma
de conseguir los propósitos (objetivos y metas) en el tiempo y el espacio. Los instrumentos de la propuesta serán los medios (planes,
programas y proyectos) juntos a sus diferentes gestiones.
En un plan o una intervención planificada, de acuerdo a los objetivos, las estrategias y los tiempos de ejecución de las acciones, las
acciones deben desagregarse en proyectos y programas, de tal forma que permitan la intervención directa (obras) y la indirecta
(regulaciones). Proyecto es una unidad de acción de cualquier naturaleza, que requiere para su realización del uso y consumo
inmediato de algunos recursos escasos con el fin de obtener beneficios. Programa es un conjunto coordinado de proyectos
agrupados según los objetivos y metas definidos en el proceso de planificación. El programa y los proyectos permiten concretar las
ideas y estimar las inversiones y presupuestarlas, a su vez que controlar y evaluar las metas programadas.
Desde el ordenamiento territorial, el plan debería contener en un principio el desarrollo de los elementos estructurales de ese
territorio. También debe decidir qué aspectos y sectores es necesario regular con normativas, y que otros ordenar con programas y
proyectos, donde cada proyecto con su localización específica será parte o no de un programa a ejecutar.
- Las últimas etapa, la IMPLEMENTACIÓN, el CONTROL Y la EVALUACIÓN, se realizan en la gestión y en la práctica política concreta y
cotidiana de la planificación.
Glosario, conceptos o nociones básicas.
- LA PLANIFICACIÓN, Planeación y/o Planeamiento es un proceso de contenido técnico-político mediante el cual se pueden elaborar
conscientemente y ejecutar un conjunto de políticas, estrategias e instrumentos para alcanzar determinadas metas en función de
ciertos objetivos relacionados con los beneficios de una sociedad. Desde lo técnico es considerado un proceso, pero desde lo
político, un medio o instrumento. También es una estrategia compleja de gestión social de los procesos de transformación del
desarrollo (urbano, territorial y/o sectorial)
- PLANIFICAR implica identificar objetivos y diseñar conjuntos de acciones para lograrlos. Esto es formar una imagen a futuro de una
situación social y su habitar y del camino para lograrlo. Esto implica conocimiento y acción o conocimiento y gestión para realizar
instrumentos que forman parte necesaria de la planificación, clasificados de acuerdo al contenido o estamento técnico que
corresponda tendiente a la producción de planes o modelos territoriales y de desarrollo urbano y modelo de gestión que respondan
a las ideas y al modelo de transformación que surja de los consensos gestionados y dentro de las posibilidades del desarrollo urbano
y/o territorial.
- La PLANIFICACIÓN FÍSICA se ocupa de los procesos de ordenamiento de las actividades de los hombres y sus soportes materiales en
el territorio; ya sea de las actividades productivas como reproductivas, así como de los canales y los flujos para sus interacciones. Se
relaciona con el estudio y la aplicación (en el marco del proceso de planificación urbana y/o territorial) de las técnicas e
instrumentos utilizados en el ordenamiento territorial y usos del suelo o, programación consciente del desarrollo de los
asentamientos humanos y/o del mundo material que necesita la sociedad en su conjunto
- La PLANIFICACIÓN URBANA es el proceso mediante el cual se elaboran y ejecutan planes de desarrollo urbano dentro de los límites
urbanos y periurbanos, pertenece al ámbito de las políticas públicas y más específicamente a las políticas territoriales. Cada vez más
tiene un carácter global del proceso de desarrollo ocupándose de las cuestiones sociales, económicas y ecológicas que permitan
tanto mejorar la calidad de vida de la población como el desarrollo eficiente de las actividades económicas que se localizan en el
territorio sin abandonar la gestión y los instrumentos de planificación física cuya función básica es clasificar y calificar el suelo, y
garantizar adecuados servicios, infraestructuras y equipamientos comunitarios.
- El URBANISMO es una disciplina interdisciplinaria que alude al estudio sistemático (analítico, evolutivo, comparativo, explicativo y
valorativo) del fenómeno urbano y, por extensión, también se lo ha aplicado al contexto rural/regional en que está inserto.
Conforma el campo teórico-reflexivo y proyectivo respecto a los asentamientos humanos que impregna y nutre tanto al diseño
urbano como a la planificación física. Por su naturaleza estudia el fenómeno urbano y las ciudades y está atenta al aporte
interdisciplinario. Tradicionalmente colabora en sustentar conceptualmente las descripciones y explicaciones de los resultados
físico-espaciales o configuraciones territoriales y/o espaciales que surgen como resultado de los procesos territoriales y de las
organizaciones sociales de los respectivos territorios o asentamientos humanos.
- La Práctica de INTERVENCIÓN PLANIFICADA es un modelo de gestión que conjuga los asuntos de orden político y técnico para
orientar las soluciones de un conjunto de problemas identificados en una organización urbana territorial (en el diagnóstico) a través
de propuestas concebidas como ideas-fuerza, que se materializan en programas y proyectos de desarrollo urbano.
- El PRE-DIAGNÓSTICO es el procedimiento que posibilita un acercamiento de carácter genérico a una organización territorial y
detecta los problemas principales que conforman los núcleos problema. Se puede materializar a partir de dos formas de
aprehensión del conocimiento: del saber ya adquirido; construyéndolo con quienes conocen el objeto.
- El DIAGNÓSTICO es el procedimiento para establecer la naturaleza, magnitud y jerarquización de las necesidades o problemas que
afectan al sector de la realidad social que es objeto de estudio. También incluye el conocimiento de las diferentes fuerzas en
conflicto y de los factores que actúan de manera favorable, neutra o desfavorable para alcanzar los fines propuestos. Además,
comprende la determinación de los recursos disponibles. Su fin es servir de base para la elaboración de un plan, programas y
proyectos. También el diagnóstico puede definirse como un procedimiento, enmarcado en un conocimiento producido críticamente
que determina las características cuali-cuantitativas y el estado de situaciones de una organización territorial o de sus partes, en un
espacio y tiempo dados, con el objetivo de generar una orientación que efectivice las acciones. Se constituye de cuatro
componentes básicos: la descripción (como es el fenómeno de estudio); La explicación (porque es así); la evaluación (que está bien y
que está mal o regular); y por último, la proyección (como tiende a ser el fenómeno).
- LINEAMIENTOS generales son las orientaciones básicas que permiten dirigir las políticas y estrategias de intervención.
Orientaciones básicas o ideas para la territorialización de los objetivos que permiten construir una propuesta general, base de un
plan, programas y proyectos. Orientaciones básicas surgidas del diagnóstico de una organización urbano-territorial y del enfoque
teórico e ideológico que se utilice, que orientan los objetivos y conceptos de una propuesta de ordenamiento, utilizando estrategias
de acción directa y/o indirecta.
- PROPUESTA es una proposición o sugerencia de una idea o conjunto de ideas que sigue las sugerencias de los lineamientos
generales para dar respuesta (con distintos grados de profundidad) a la resolución de los problemas que surgieron en el diagnóstico.
Sintéticamente puede decirse que es la respuesta a una situación problemática. Sirve como instrumento para la acción planificada
en la medida que convierta las estrategias en planes (general/parcial/sectorial), programas y proyectos.
- PROGRAMA es un conjunto coordinado de proyectos y/o un conjunto de acciones y metas que se vehiculizan a través de proyectos.
Es una unidad metodológica para la acción que posibilita el cumplimiento de los objetivos fijados en campos específicos de una
propuesta de ordenamiento urbano-territorial. Según sus características los programas pueden materializarse de dos formas
diferentes, un sectorial (por actividades: industria, viviendas, salud, etc.) o territoriales (especializado en un “área programa”). Es un
grupo de actividades homogéneas o interrelacionadas que abarcan un conjunto de actividades ligadas espacial o sectorialmente. Los
coordina alguna autoridad y exigen evaluación y control. Permiten armar un presupuesto e ir revisando/evaluando metas y
objetivos.
- PROYECTO es la unidad mínima de acción/intervención en el territorio. Permite concretar en acciones las definiciones orientadoras
contenidas en planes, estrategias o programas. Es la unidad de inversión menor que se considera en un programa y/o subprograma.
Por lo general, constituye un esquema coherente desde el punto de vista técnico, económico y social, cuya ejecución se puede
encomendar a un organismo (público y/o privado) y puede llevarse a cabo con independencia de otros proyectos. Opera como una
guía para la gestión y puede estar inserto en las prácticas de intervención planificadas. Surgen de ideas que requieren desarrollo,
precisión y cuantificación y se viabilizan por medio de la concertación del interés del sector público y el sector privado. Entre sus
características más importantes surge la posibilidad de realizar la evaluación antes del impacto de la intervención.
REESE EDUARDO
La situación actual de la gestión urbana y la agenda de las ciudades argentinas.
CAPÍTULO 1. Las ideas y la práctica del urbanismo en la Argentina
El planeamiento urbano, entendido como disciplina técnica, se consolida en la Argentina como actividad profesional hacia mediados
del siglo, donde la práctica de la planificación se centró fundamentalmente en la acción del Estado, cumpliendo la función de
herramienta al servicio del modelo económico desarrollista basado en la industrialización.
En los ‘60 se institucionalizó de manera generalizada la planificación en América Latina. La planificación del desarrollo regional fue
una actividad significativa asociada a la industrialización sustitutiva de importaciones comandada por el Estado. Su sentido fue
impulsar el desarrollo industrial o el desarrollo rural integrado donde este no se daba, complementando o compensando las
falencias del mercado para generar un desarrollo territorial balanceado. La estrategia de los polos de desarrollo se extendió a la
planificación territorial y regional del continente (Coraggio, 1997).
Los años 60’ estuvieron influidos por la idea desarrollista de un crecimiento continuo e ilimitado que se extendería sobre las
siguientes décadas y cuyo resultado sería la eliminación de la pobreza, la extensión del ocio, el consumo sin fronteras, etc. Este
consenso sobre los escenarios del futuro, motivó prácticas de planeamiento que se basaban en el crecimiento auto sostenido de los
complejos urbanos que justificaba una organización de las actividades productivas orientadas al consumo ilimitado de recursos
naturales y materias primas y, sobre todo, con una base energética barata. La crisis de los ’70 dio por tierra con estas premisas y con
los planes de desarrollo.
En ese marco, el urbanismo asume las ideas racionalistas vigentes con un sesgo fuertemente tecnocrático y centrado en los
instrumentos del plan regulador y del código normativo, con un enfoque eminentemente especialista y de corte funcionalista, que
perdura hasta la actualidad bajo el argumento de que la actividad de la planificación del territorio es una disciplina
fundamentalmente científica. Las reglamentaciones urbanísticas se concentraron en dos tipos de dispositivos operativos: las normas
de uso del suelo y las normas de tejido urbano. Éstos presentan un planteo de fuerte abstracción, una rígida clasificación de las
diferentes actividades a través del “zooning”, la definición de indicadores y densidades de ocupación y la determinación de un
conjunto de patrones para la subdivisión del suelo.
El planeamiento urbano tradicional comienza a sufrir un conjunto de fuertes críticas a partir de fines de los ‘60 y principios de los
‘70, centradas en el papel que cumplía la planificación estatal frente a las condiciones sociopolíticas de los procesos de desarrollo de
los países latinoamericanos, y frente a las nuevas formas que asume el capitalismo en la región. Estos debates quedan truncos en la
Argentina a partir del golpe de 1976.
Hacia principios de los años ’80 se reabre la discusión y los juicios al planeamiento tradicional pero con un cambio de sentido político
y ampliándose además a lo instrumental: se cuestiona al Plan como herramienta válida y se propugna el predominio de la
herramienta del proyecto como dispositivo adecuado para desencadenar procesos de transformación territorial. Esta línea de
pensamiento y acción es simultánea y funcional al auge creciente de las ideas neoliberales, que con el apoyo de las entidades
multilaterales de crédito, se promueve la privatización de la ciudad y la desregulación de las normativas urbanas. La retirada del
Estado de las funciones de planificación ubica al mercado como principal asignador de las prioridades.
En los últimos 20 años, se han generado nuevas definiciones de lo que es considerado “problema urbano” con una visión más
integral del territorio. Reaparece la herramienta del Plan a partir de un eclecticismo teórico y metodológico notable. Así la
planificación es entendida como una plataforma de despliegue de estrategias generales de desarrollo urbano que permite la puesta
en marcha de proyectos de actuación. Se refuerza el papel del poder público reclamando para el Estado una función activa y
mediadora en pro de un mayor equilibrio social y ambiental. De forma sintética, se puede agrupar el debate contemporáneo sobre
la planificación territorial en argentina en siete grandes ejes:
- El rol del estado en la planificación y gestión territorial
- La articulación entre la planificación, la gestión y los enfoques de “plan-proceso” en contraposición al “plan-libro”.
- La disyuntiva entre lo sectorial y lo integral.
- La consideración de lo ambiental.
- El debate y los diferentes enfoques sobre la participación y la construcción de escenarios de planificación-gestión multiactorales.
- La emergencia de lo local y la cuestión de la descentralización.
- El papel de los instrumentos, especialmente en las dificultades de articulación entre plan, proyectos y normas.
CAPÍTULO 2. Los instrumentos de la política territorial en la Argentina.
2.2. Normas e instrumentos del ámbito local
Las experiencias de planificación local/municipal en el país, enfocada en los instrumentos y los procesos de planificación, se pueden
sistematizar en cuatro grandes grupos:
A. Constituido por aquellas propuestas de planificación-gestión, orientadas a promover procesos de desarrollo de base local
o microrregional. Las características comunes de estos instrumentos son:
- Un esfuerzo por entender los problemas del territorio desde un enfoque integral, interdisciplinario de los procesos;
- La configuración de las propuestas acompañadas por un amplio número de proyectos y acciones;
- Un fuerte énfasis en la participación de los agentes locales;
- Un fuerte acento en la revalorización del espacio local como el espacio privilegiado para la gestión de las políticas territoriales.
B. Grupo constituido por aquellas iniciativas de planificación-gestión que abordan centralmente la problemática de las
cuestiones físico-espaciales-ambientales. Las características comunes son:
- La definición de las características y los escenarios de crecimiento de la ciudad;
- La definición de estrategias y proyectos de actuación físico-ambientales a diferentes escalas;
- Un creciente énfasis en las cuestiones de prevención/remediación de conflictos ambientales;
- Un intento por pasar de un urbanismo reglamentarista a un urbanismo claramente operacional.
C. Grupo constituido por un amplio abanico de instrumentos municipales de carácter estrictamente normativo cuya función
principal es la de ser reguladores del uso, ocupación, subdivisión y equipamiento del suelo.
D. Este grupo está constituido por aquellas acciones directas sobre el territorio que pueden denominarse “grandes
proyectos urbanos”, siendo por lo general proyectos urbanísticos llevados a cabo por los municipios, que involucran rehabilitaciones,
renovaciones, relocalización o nuevas construcciones.
Son pocas las experiencias en el país que excedan el territorio municipal y aborden el ámbito supra local, haciendo imperiosa la
necesidad de crear ámbitos institucionales de gestión territorial interjurisdiccional a partir de la celebración de convenios y acuerdos
para posibilitar la puesta en marcha de estrategias de desarrollo y ordenamiento.
Con referencia a la gestión local del ordenamiento territorial:
- Los planes y las normativas parecen cumplir un papel de adecuación pasiva de la política municipal a los procesos territoriales más
generales, dándole a la planificación territorial un enfoque de corte puramente administrativo.
- Las áreas técnicas de los municipios no cuentan con análisis o estudios profundos de sus distritos y las medidas suelen
implementarse de forma acrítica;
- En los organismos estatales responsables de la planificación y de los proyectos urbanos, subsiste una rigidez en la elaboración e
implementación de nuevos instrumentos urbanísticos, donde existe una fuerte tradición que reduce a la política urbanística
solamente a una acción de tipo regulatoria, vía la aplicación de códigos u ordenanzas de zonificación/edificación; y por otro lado se
detecta una total desarticulación entre herramientas urbanísticas, herramientas fiscales y administrativas, herramientas de corte
tributario y políticas económicas activas.
- Las normativas urbanísticas siguen con mayor o menor rigor las pautas del planeamiento tradicional y de la lógica del zooning
como criterio básico de sus propuestas contribuyendo a segregar las diversas zonas y usos urbanos y a reducir los niveles de
vitalidad y diversidad urbana.
UT3 – La práctica de la planificación territorial
3.1. La producción y transformación de la ciudad: la importancia de reconocer: procesos, actores y estrategias. El conocimiento de la
ciudad a partir de la estructura urbana como modelo. Dimensiones, componentes y relaciones.
3.2. Las estrategias de Ordenamiento Urbano: Reestructuración, Renovación, Rehabilitación, Refuncionalización, Recuperación,
Conservación y Protección. Prefiguración Morfológica y Diseño Urbano como especificidad de la disciplina.
3.3. Los instrumentos de conocimiento y evaluación. El análisis urbano como método de interpretación de la ciudad: contenidos,
modalidades y técnicas según finalidad. Registro, inventario y catálogo. El diagnóstico como instrumento de planificación:
descripción, explicación, proyección y valoración. Diagnóstico urbano y/o sectorial. La evaluación de impacto urbanístico.
3.4. Los instrumentos de intervención. El Plan de Ordenamiento Urbano y el Plan Sectorial. El Plan Particularizado y su relación con
el Proyecto Urbano. Modelos: territorial y de gestión. Programas y Proyectos. Las normas urbanísticas y la gestión ambiental.
FOLCH Ramón.
Los conceptos socioecológicos de partida
El territorio es una construcción socioecológica sobre una matriz biofísica preexistente. Un espacio que configura diferentes paisajes,
que a su vez se perciben de formas muy distintas según las diferentes miradas, integrado por el espacio ocupado y el concepto de
espacio libre.
El territorio y el paisaje
El territorio es un sistema, un conjunto de elementos materiales de tal modo relacionados y/o interdependientes que constituyen un
todo orgánico.
Los modelos de ciudad y el territorio
Dentro de la ciudad, se pueden considerar que hay diferentes patrones urbanos:
- La ciudad densa
- La ciudad dispersa
- La ciudad compacta o mixta.
El modelo denso tiene los inconvenientes tradiciones (complicada red de transporte, contaminación, etc.) pero los modelos
dispersos acaban siendo peor, porque consume demasiado territorio y sobre todo porque acaba sustrayendo de la ciudad su
principal razón de ser: un lugar para el encuentro y el intercambio. El sostenibilismo se inclina decididamente por la ciudad
compacta mixta, a condición de que no sea en exceso densa. La reducción de la exagerada entropía generada por esa
hipermovilidad horizontal tiene su mejor aliado en la ciudad compacto. Con el mismo esfuerzo se consigue una mayor complejidad y
una menor complicación.
La correcta gestión ambiental de la ciudad supone un compromiso entre cuatro necesidades básicas: la necesidad de asegurar la
actividad socioeconómica, la necesidad de asegurar la calidad ambiental urbana, la necesidad de vertebrar el territorio productivo y
la necesidad de evitar el deterioro de la periferia urbana.
Las tipologías paraurbanas
La Ciudad moderna se diluye en el territorio, generándose un dilatado espacio paraurbano, inducido por la ciudad y en el que son
distinguibles tres tipologías distintas:
- Un espacio periurbano, ubicado en la periferia urbana, constituye una corona de geometría diversa, normalmente de
escasa calidad urbana y poco estructurado;
- un espacio rururbano, espacio más o menos rural dedicado a usos industriales o urbanos, que se ve ocupado por
invernaderos, almacenes agrícolas, etc. que introduce graves disfunciones ambientales (impermeabilización del territorio)
- un espacio vorurbano, espacio rural residual que media entre el espacio propiamente urbano y el rururbano, y que por su
inmediatez al espacio urbano es un ámbito marginal, idea para autopistas y ciudades difusas.
Entre el espacio rururbano y el vorurbano residual, el espacio urbano efectivo de cualquier zona metropolitana acaba siendo el
doble de lo que dice el planeamiento.
El espacio libre
La suma del espacio urbano y del espacio paraurbano (peri, ruru y voru) da la dimensión del espacio ocupado, lo que queda es el
espacio libre, libre pero no vacío ni intacto, ya que la mayoría de las veces son espacios forestales más o menos transformados,
zonas agrícolas, etc. convirtiéndose en una matriz flotante.
El concepto de espacio libre presenta diferentes acepciones según el contexto en que se situé, pero en términos territoriales,
cuando se habla de la matriz de espacios libres se considera desde una óptica más ecológica, donde los espacios libres representan
los diferentes elementos no integrados en el espacio urbano o paraurbano, y articulados con un mayor o menor grado de conexión
entre sí.
La escala como parámetro territorial básico
La escala no da la medida de las cosas, sino el carácter de los fenómenos; cada ámbito escalar tiene asociado un tipo de fenómeno
que se torna incomprensible contemplado desde demasiado cerca o desde demasiado lejos.
Otra cuestión de interés es la escala temporal. Los fenómenos territoriales no son instantáneos.
La escala temporal introduce de rondón el concepto de irreversibilidad en la práctica de algunas decisiones y ello porque los
humanos también estamos sujetos a esa misma escala temporal. La escala temporal es siempre corta en arquitectura, o a lo sumo
media. Las actuaciones territoriales en cambio responden a escalas temporales largas o muy largas. Es por esto que el proyecto
territorial debe empezar encontrando la escala espacial correcta y debe seguir inscribiéndose en la escala temporal pertinente.
KULLOCK
Capítulo 3 – Metodología de trabajo de los profesionales del hábitat.
3.1. Metodología Básica
Se puede esbozar una metodología general ya sea para cualquiera de las tareas del arquitectos (intervención arquitectónica,
intervención urbana y planificación urbana), que consta de tres instancias que en principio pueden definirse como sucesivas:
A. Diagnóstico, Incluye los estudios necesarios para conocer las características intrínsecas y contextuales del problema;
B. Propuesta, constituye la elaboración de la respuesta más apropiada para la resolución de la demanda;
C. Implementación, corresponde a la puesta en práctica de la propuesta.
Con características intrínsecas nos referimos a todo aquello dentro del área específica que es propio de la demanda que nos
formulan (objetivos, espacio de localización, recursos, etc.). Con características contextuales nos referimos a todos los demás
aspectos de la realidad dentro del entorno espacial de dicha área específica que se vinculan en mayor o menor medida con la
cuestión a resolver (subsistema construido, subsistema natural, de la organización social, del marco legal-institucional, del marco
político-cultura). Ambos conceptos responden a la necesidad de adopción de un enfoque integral de la cuestión a abordar, que nos
asegure mayor viabilidad y por ende mayor éxito.
El territorio en su totalidad es un continuo. Cualquier modificación que realicemos en un fragmento del mismo va a ser influida por
lo que ocurre en el resto del territorio, en especial por el inmediato. Y de la misma forma influenciaran las modificaciones sobre un
fragmento del territorio sobre el resto del mismo, en especial en el inmediato y/o el más vinculado con él.
Considerar estas incidencias y efectos, que en su conjunto denominamos impacto, es indispensable para formular propuestas
ajustadas a la realidad. Por eso se pretende que mediante la consideración del impacto que produce en su entorno, las acciones que
se desarrollen sobre el hábitat, no solo sean respuestas a demandas específicas referidas a áreas determinadas, sino que
contribuyan simultáneamente al mejor desarrollo del espacio en el cual se insertan. Esto responde al objetivo de preservar y/o
incremental la calidad ambiental de ese entorno y, por ende, el bienestar de los habitantes y/o usuarios del mismo.
Se interpreta entonces una doble vinculación, ya que el diagnóstico del entorno nos sirve primero como conocimiento de los
condicionantes que este impone a las propuestas, y luego nos permite verificar el impacto de las distintas alternativas de propuestas
que podamos ir diseñando, a efecto de tener criterios que nos fundamenten decidir sobre las mismas. El conocimiento del entorno
va a dar un marco general para que todas las alternativas de propuestas que se formulen, tengan un cierto nivel de congruencia con
el mismo.
Los estudios de impacto específicos que realicemos de cada una de las alternativas nos permitirá evaluarlas, discriminar qué
aspectos de la misma son compatibles o conflictivos con su entorno, proceder a realizar los ajustes que las perfecciones y,
finalmente, selecciona la propuesta que satisfaga más ampliamente, tanto a la demanda que la originó, como al objetivo adoptar de
preservar e incrementar la calidad ambiental del área de inserción.
3.2. Contenidos metodológicos.
Esquema metodológico para las intervenciones arquitectónicas
¿QUÉ PROCESOS ORGANIZAN Y CONFIGURAN EL TERRITORIO? ¿QUÉ ENTIENDE POR ORGANIZACIÓN TERRITORIAL? (LOPEZ)
Los procesos que organizan el territorio en general, y que transforman los asentamientos humanos otorgándoles interrelaciones
entre ellos, dentro de un territorio regional, nacional y/o de carácter internacional o de frontera son de tres tipos:
- Los procesos demográficos, o sea los propios de la población en permanente cambio y aquellos relacionados con el
territorio propiamente dicho.
- Los procesos productivos, como el mecanismo por el cual la sociedad organiza la satisfacción de sus necesidades con el fin
de mejorar sus condiciones de vida. Se organiza en tres sectores: El primario, que se relaciona con la producción de materia
prima. El secundario, relacionado con la transformación física de la materia prima. Y el terciario, ligado a la producción de
elementos no tangibles y a la distribución de productos de los otros sectores.
- Los procesos de apropiación y uso del suelo y del espacio, ya sea para la vida cotidiana como para la actividad
productiva. Se dividen en tres grandes agrupaciones: El suelo y espacio rural como factor productivo; el suelo y espacio
urbano, de uso intensivo y competitivo entre sí; el suelo y espacio periurbano, como el territorio de transición entre lo
urbano y lo rural, indefinido en su uso.
Es posible reconocer cuatro escenarios territoriales probables en base a combinar crecimiento demográfico y económico, que
asociado a la apropiación y uso del territorio se diferencian en su configuración y organización y también en las condiciones de vida
que otorguen a la población.
- El primer escenario, con crecimiento demográfico y económico, seguramente presente problemas ligados propiamente a
este crecimiento, como congestiones o problemas ambientales, y que en una situación de inequidad social, el estado tendrá
que planificar con políticas de orden territorial y de redistribución de la riqueza estructural, usando como instrumento la
planificación.
- El segundo escenario, con descrecimiento demográfico y crecimiento económico, puede cumplirse en ciudades y territorios
donde las actividades más importantes sean las turísticas u otras estacionales.
- El tercer escenario, con descrecimiento económico y crecimiento demográfico, está marcado por la recesión y se da en
ciudades y territorios no desarrollados, prácticamente abandonados y/o saqueados.
- El cuarto escenario, con descrecimiento demográfico y económico, corresponde a ciudades y territorios que han perdido
dinamismo, donde suele coincidir con un cambio en el perfil productivo o de función dentro de algún sistema territorial.
En base a estos procesos es posible identificar una configuración territorial totalmente fragmentada, que en su dimensión espacial
comprende tanto los soportes naturales como los construidos por la sociedad para el despliegue de las diferentes actividades. Por lo
tanto las relaciones que se establecen entre soportes y actividades constituyen hoy una organización territorial.
DESCRIBE PLANIFICACIÓN TERRITORIAL Y VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL ROL DE LA POLÍTICA EN EL MISMO. (LÓPEZ)
La planificación territorial se preocupa de dar respuestas a los problemas globales de un determinado territorio e incluye, por lo
tanto, temas relacionados con el desarrollo económico, aunque no se limiten a ellos ni los pondere (Pujadas y Font, 1998).
La planificación territorial se refiere al proceso de planificación en ámbitos urbano-urbano, urbano-rurales,
supramunicipales y/o regionales. Se formula a partir de directrices de ordenamiento territorial y requiere de un gran esfuerzo de
coordinación y acoplamiento de múltiples intereses sectoriales y territoriales. Debe contener determinaciones que orienten,
identifiquen y guíen tanto a la planificación urbana como a la planificación sectorial.
También la planificación estratégica, enfoque que integra lo social, lo económico y la organización territorial, puede
encontrar en la planificación territorial el instrumento adecuado para dar carácter normativo y vinculante a intervenciones
territoriales estratégicas.
¿QUÉ ENTIENDE POR PLANIFICACIÓN URBANA? DIFERENCIAR DE INTERVENCIONES URBANAS Y ARQUITECTÓNICAS (KULLOCK)
La planificación urbana, debido al cambio permanente de la ciudad, es una tarea continua que involucra la formulación de
estrategias, normativas y recomendaciones destinadas a la mejor adecuación de las ofertas del medio biofísico y las demás de la
organización social para la totalidad de una ciudad o sector significativo. El comitente en general es el Estado y el destinatario la
totalidad de la comunidad. Se ejecuta por un equipo multidisciplinario en estrecha articulación con los estamentos político-
institucionales y con la franca participación de las organizaciones y sectores de la comunidad urbana.
En tanto la planificación urbana opera sobre la ciudad misma, las intervenciones urbanas operan sobre fragmentos de la
misma con efectos urbanos generalmente significativos por actuar sobre aspectos o sectores estructurales en/de la ciudad. El
comitente pueden ser tanto entidades públicas como privadas, y sus destinatarios constituyen una parte de la comunidad urbana. Se
ejecuta por un equipo interdisciplinario que tiene al arquitecto en una actuación destacada, en un plazo de implementación acotado
pero con un periodo de ajuste no determinado.
Las intervenciones arquitectónicas sin embargo se perfilan como la ejecución, o transformación del subsistema construido,
de un espacio parcelario, siendo generalmente encargadas por un particular, a un arquitecto (y asesores que complementen) que
deberá desarrollarlo en un periodo determinado, cumpliendo las normativas vigentes (articulación institucional).
ROL DEL ARQ. Y SUS INCUMBENCIAS ¿CUALES SON LOS CAMPOS DE ACTUACIÓN DEL ARQ.? EN LA PLANIFICACIÓN (KULLOCK)
En una intervención arquitectónica el arquitecto constituye el eje profesional. Si la intervención no tiene mayores
implicancias urbanas, deberá considerar los aspectos urbanos que sean pertinentes, pero si involucra impacto urbano considerable,
el arquitecto deberá, con colaboración de profesionales especializados, considerar las formas de evaluar dicho impacto.
En una intervención urbana, donde se deberán considerar los impactos urbanos pertinentes, el arquitecto seguirá teniendo
un rol destacado pero considerar los impactos urbanos en articulación con otro profesionales dentro de un equipo de trabajo.,
En una operación de planificación urbana se requiere la participación de profesionales específicamente formados, donde al
arquitecto solo le corresponde cubrir funciones y conocimientos restringidos, como realizar una lectura inteligente de las ciudades,
conocer cuáles son las políticas urbanas vigentes y cuáles las formas de actuación profesional con que pueden llevarse a cabo a
través de la planificación urbana.
¿QUE SE ENTIENDE POR PLANIFICACIÓN URBANA? ¿QUE LA DIFERENCIA DE LA FÍSICA Y LA TERRITORIAL? ¿CUÁLES SON LAS
CUESTIONES A TENER EN CUENTA PARA GESTIONAR ESTE PROCESO? (LÓPEZ)
La planificación física se define por un conjunto de acciones dirigidas hacia la modificación de determinadas condiciones
territoriales teniendo en cuenta la organización territorial preexistente. Es un proceso gestionado desde el estado que tiene como
fin ordenar una estructura territorial integrando el desarrollo social, económico y cultural con el espacio y el medio. Su alcance
depende del momento y de las ideas políticas que organicen sus objetivos. Se ocupa de los procesos de ordenamiento de las
actividades de los hombres y sus soportes materiales, ya sea de las actividades productivas como reproductivas, así como de los
canales y los flujos para sus interacciones. La forma de contribuir que aporta la planificación física es que es desde su campo donde
se pueden concretar los enunciados de las políticas de ordenamiento urbano-rural y regional, tendientes a mitigar los problemas del
hábitat, permitiendo además la participación directa de las organizaciones sociales en el tratamiento de las mencionadas políticas,
así como en la elección de alternativas y la selección de instrumentos para su logro
Siendo objeto de la planificación física, la organización territorial específica en cada sociedad, contexto y periodo, también
emergen reinterpretaciones que posibilitan la construcción de nuevas modalidades de gestión e intervención pública y privada, que
denominamos planificación urbana, pero solo recortado al escenario urbano. Se interpreta a la planificación urbana como la política
que cumple con los objetivos más integradores, ocupándose de los planes de desarrollo dentro de los límites urbanos y periurbanos,
pertenecientes al ámbito de las políticas públicas municipales y a las políticas territoriales en general. La planificación urbana debe
articularse en conjunto con el planeamiento físico, que son los planes, programas, proyectos e instrumentos normativos de
ordenamiento y uso del suelo que permiten tanto mejorar las condiciones de vida de la población como el desarrollo eficiente de las
actividades económicas y sociales que se localicen en el territorio.
La planificación urbana se practica de forma integral, bajo la orientación de directrices generales formuladas desde las
políticas regionales y la planificación territorial, ya que ambas comparten la preocupación por los desequilibrios territoriales. La
planificación territorial se refiere al proceso de planificación en ámbitos urbano-urbano, urbano-rurales, supramunicipales y/o
regionales. Se formula a partir de directrices de ordenamiento territorial y requiere de un gran esfuerzo de coordinación y
acoplamiento de múltiples intereses sectoriales y territoriales. Debe contener determinaciones que orienten, identifiquen y guíen
tanto a la planificación urbana como a la planificación sectorial.
La ciudad implica un sistema específico que asocia Urbs, Civis y Polis. Esto tres sentidos clásicos coexisten, donde el de Urbs, se
refiere a lo construido; el de Civitas, como la comunidad compleja de grupos sociales e institucionales; y el de Polis, en el sentido
político y de gobierno del asentamiento. Cuando se habla de ciudad se alude de manera indistinta a todos estos aspectos, cuyo
estudio es objeto de la ciencia urbana o el urbanismo (Alomar, 1980)
La Urbs se puede interpretar como asentamiento urbano que se estructura a partir de componentes funcionales, físico-
espaciales y ecológicas, fusionadas e interactuando entre sí, pero también como producto de una sociedad integrada por múltiples
actores con distintas racionalidades que interactúan y transforman el espacio vital de la ciudad cotidianamente, interactuando entre
racionalidades de tipo económico, político y la del ciudadano propiamente dicho. Reflexionar sobre la ciudad como fenómeno
complejo y constituida por componentes funcionales, morfológicos, ecológicos, pero también perceptivas y de comunicación, es lo
que hace y construye la Urbs. Pero también es objeto de intereses económicos y especulativos (espacio de cambio), de intereses de
los ciudadanos para su desarrollo y el de su familia (espacio de uso) y de los intereses políticos e institucionales que la conforman
(espacio de participación y apropiación).
Para definirla en lo material, aparecen dos cuestiones esenciales: La densidad, como concentración de personas sobre un
espacio reducido, y la morfología, como reflejo de la densidad y de un tipo de utilización del suelo no rural. El tamaño y la estructura
funcional permitirían identificar posterior los distintos niveles de complejidad existentes dentro de esta forma de asentamiento
humano y de poblamiento. La forma específica y organización espacial es producto social, cultural y tecnológico, modelado y
condicionado por la estructura social y por el tipo de relaciones que se establezcan entre sus distintos componentes y sus relaciones
de producción, ósea por la suma o conjunto de instancias económicas, ideológicas y jurídico políticas que las constituyen.
UT2 – La Ciudad y la Planificación
DEFINA PROCESO DE PLANIFICACIÓN/PLAN DE ORDENAMIENTO URBANO. ¿CUALES SON LAS ETAPAS? EJEM. TP2 (LÓPEZ)
Se entiende como proceso de planificación física al encadenamiento lógico de etapas sucesivas que, partiendo de ciertos objetivos
que hacen al mejoramiento de la calidad de vida de la población en el ámbito urbano, a la solución de sus necesidades y de las
problemáticas urbanas estructurales más significativas, se concreta en la implementación de un plan y su control, cumpliendo
además con una evaluación continua que ayude al ajuste del proceso de las decisiones y acciones.
En una primera etapa se hace un reconocimiento de la realidad, construyendo un modelo de ella que la describe, explica, evalúa y
proyecta, y encuentra conflictos, potencialidades y tendencias. En una segunda etapa, la propositiva, corresponde a formular una
propuesta a partir de la reformulación y ajuste de objetivos. Las últimas etapas, la implementación, el control y la evaluación, se
realizan en la gestión y en la práctica política concreta y cotidiana de la planificación.
¿QUÉ TIPO DE INSTRUMENTOS Y ACCIONES PERMITEN HACER OPERATIVOS LOS PLANES? (LÓPEZ)
En un plan o una intervención planificada, de acuerdo a los objetivos, las estrategias y los tiempos, las acciones deben desagregarse
en proyectos y programas. Denominamos proyecto a la unidad de acción de cualquier naturaleza, que requiere para su realización
del uso y consumo inmediato de algunos recursos escasos con el fin de obtener beneficios. Denominamos programa al conjunto
coordinado de proyectos agrupados según los objetivos y metas definidos en el proceso de planificación. El programa y los proyectos
permiten la intervención directa (obras) y la indirecta (regulaciones), concretar las ideas y estimar las inversiones y presupuestarlas,
a su vez que controlar y evaluar las metas programadas.
PROBLEMAS AMBIENTALES: ¿QUE FACTORES CONDICIONAN Y CARACTERIZAN DIFERENCIALMENTE LAS CIUDADES? (DI PACE)
Es posible identificar tres factores claves que condicionan la problemática ambiental urbana de cada ciudad: las condiciones del
soporte natural, el patrón de asentamiento y el perfil socioeconómico.
El soporte natural de una ciudad y su región de influencia plantea a menudo restricciones para el asentamiento que
constituyen determinantes críticos de las condiciones ambientales urbanas. Los principales tipos de ecosistemas regionales
asociados a condiciones ambientales críticas de los asentamientos urbanos son: Regiones costeras, Áreas de cuencas de ríos y lagos,
Regiones árticas, Regiones húmedas tropicales, Regiones frías y Regiones montañosas.
Los patrones de asentamiento urbano se ven determinados por factores como la forma, la densidad, la dinámica o el
tamaño de las ciudad, condicionantes críticos en la calidad ambiental urbana asociada a diferentes problemas. Según la ONU, se
pueden distinguir en los países en desarrollo cuatro principales tipos de ciudades que presenta diferentes desafíos para la gestión
ambiental: Grandes áreas metropolitanas; grandes ciudades; ciudades intermedias; y ciudades y pueblos pequeños.
El perfil socioeconómico de una ciudad, osea la composición de la producción y ritmo de crecimiento económico, determina
diferentes problemas ambientales y diferentes capacidades para su solución. El perfil socioeconómico de una ciudad implica
fundamentalmente su distribución social, el tipo de actividades económicas predominantes y la dinámica de evolución de la
economía urbana. Las cuatro tipologías en la interacción perfil socioeconómico–problemas ambientales urbanos son: Ciudades de
bajos ingresos; ciudades de ingresos medio-bajos; ciudades de ingresos medios-altos; ciudades de ingresos altos.
¿QUÉ CAMBIOS ENFRENTA LA CIUDAD? ¿QUÉ PROCESOS Y ASPECTOS SON CLAVES PARA DESCRIBIR Y COMPRENDER EL
DESARROLLO DE UNA CIUDAD? (BLANCO)
Las formas urbanas, referido a la posibilidad de delimitarlas como unidades, han cambiado a lo largo de la historia. Se las denominó
metrópolis cuando se caracterizaban por ser unidades delimitadas, compactas, identificables, o megalópolis, caracterizadas por su
amplísima extensión, superando notoriamente muchas veces los límites legales de las unidades administrativas y llegando a alojar
varias aglomeraciones en un continuo urbano. La idea de metápolis da cuenta de espacios urbano discontinuos, multifuncionales,
fragmentados y heterogéneos, pero relacionadas funcionalmente entre sí (Ascher, 1995).
Las transformaciones recientes de las ciudades contemporáneas muestra la necesidad de contar con un conjunto de conceptos y
estrategias de análisis que permitan la compresión y la explicación de esas transformaciones. Una perspectiva que privilegie el
estudio de la espacialidad resultante de la interacción de múltiples contextos de decisión, encarnados en actores específicos y a
distintas escalas.
La identificación de los procesos que se desarrollan en las sociedades actuales requiere una visión amplia, que luego
permita analizar los proceso que en ese recorte ocurren, analizar la espacialidad resultante a posterior de los procesos sociales.
Las escalas geográficas se convierten en medidas de magnitud y de impacto de las decisiones de los actores sociales, y
donde surge la necesidad de analizar no sólo los contornos estrictamente urbanos, sino la región circundante.
Es necesario superar las dos escalas clásicas de análisis urbano: la regional-nacional (sistemas de ciudades) y la local (propia
del espacio urbano), y articular esas escalas con el nivel internacional, debido a la creciente mundialización de la producción, de la
circulación de información, de capitales y de personas.
El proceso de metropolización refiere a la concentración de actividades metropolitanas (comando, coordinación y gestión
del capital) en aglomeraciones de varias centenas de miles de habitantes, multifuncionales, fuertemente integradas a la económica
internacional. Está acompañada de transformaciones significativas de las grandes ciudades, de sus periferias y de su medio
ambiente, constituyendo espacios urbanizados cada vez más vastos, heterogéneos, discontinuos, formados a partir de diversas
ciudades grandes, cada vez menos ligados a una economía regional, y cuyos interiores se transforman en espacios de servicios y de
recreación.
¿QUÉ ROL O PAPEL DESEMPEÑA CADA ACTOR SOCIAL DENTRO DE LA CIUDAD? (BLANCO)
En el contexto de la sociedad contemporánea, donde la ciudad resulta de acciones diseñadas y ejecutadas por actores que operan
en múltiples escalas, resultan entramados ambos conceptos, actores y escalas, y por lo tanto sus definiciones se constituyen
recíprocamente.
Según el par Actores-Escala, podemos distinguir tres tipos de actores sociales en la ciudad (Pirez 1995):
- Los actores estrictamente locales, aquellos que operan de acuerdo con la racionalidad y la idiosincrasia local. Los efectos de sus
acciones y decisiones se manifiestan especialmente en la escala local y no impactan más allá de ella;
- Los actores regionales y nacionales, aquellos actores que se reproducen fuera de la ciudad pero cuyo papel en ella es importante;
- Los actores globales, aquellos actores que operan a una escala mayor, la que abarca todo el mundo, sin tener presencia física en la
ciudad modelan las relaciones, las pautas de consumo y los ritmos de la sociedad local.
Según el tipo de acciones que llevan a cabo en el espacio urbano, podemos distinguir tres tipos de actores sociales:
- Los que producen la ciudad. Aquellos actores que operan en el mercado, guiados por la racionalidad economía. Están
representados por actores económico que producen material e inmaterialmente la ciudad. Este proceso de producción se expresa
de dos formas, una consiste directamente en la creación de los componentes urbanos y la otra la realizan aquellos actores que
desarrollan actividades económicas utilizando los soportes materiales construidos por el grupo anterior;
- Los que consumen ciudad: son aquellos actores que operan guiados por lógicas propias de la sociedad civil, se reproducen en la
ciudad y consumen los bienes y servicios urbanos;
- Los que regulan la ciudad, este grupo básicamente incluye a los actores estatales, encargados del diseño y de la ejecución de
políticas públicas, cuyas acciones responden a lógicas orientadas por las satisfacción de las necesidades sociales y de bienestar
general.
UT3 – La práctica de la planificación territorial
¿QUÉ ROL O PAPEL DESEMPEÑA CADA ACTOR SOCIAL DENTRO DE LA GESTIÓN AMBIENTAL? (DI PACE)
El programa de gestión urbana identifica tres grupos de actores claves que deben ser considerados en el proceso de planificación y
gestión ambiental de una ciudad:
- Aquellos cuyos interés son afectados por los problemas ambientales a bordar o por lo previsto para su solución;
- Aquellos que controlan instrumentos relevantes para la implementación de soluciones;
- Aquellos que poseen el conocimiento y pericia técnica necesaria sobre los problemas y las soluciones.
También se pueden identificar distintos tipos de actores en razón de su vinculación con la producción y la gestión de la ciudad,
distinguiéndose:
- Los actores estatales, quienes dirigen o ejecutan los procesos públicos de producción de la ciudad;
- Los actores económicos, que se definen por su inserción en el mercado, produciendo o teniendo como soporte la ciudad;
- Los actores comunitarios que intervienen en la producción de la ciudad;
- Los actores políticos que articulan a los diferentes grupos o fuerzas locales.
Si se hace desde enfoque FUNCIONALISTA, la estructura urbana es considerada subconjuntos de componentes y relaciones
del sistema urbano que presentan cierta perdurabilidad, y la estructura espacial se define a partir del conjunto de actividades y
relaciones dimensionadas y localizadas en el espacio. En este caso se debe analizar cuáles son las actividades en el espacio, en qué
espacios se desarrollan y localizan y qué o quién determina esa localización y condiciones de espacio.