Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
La detención de la dialéctica
En esta oportunidad trabajaremos con una serie de citas pertenecientes al texto Intervención sobre la
Psicoanalistas de Lengua Romance en el año 1951 –tres años más tarde que el escrito que
revisamos en nuestra primera sesión-. En este texto Lacan propone una lectura dialéctica para
explicar los fenómenos propios de la clínica y utiliza como ejemplo el caso de la señorita Dora
publicado por Freud en 1905. La propuesta se organiza en planteamientos de la verdad por parte del
paciente e inversiones dialécticas establecidas por el analista, y conlleva una profunda crítica al
Les propongo que comencemos nuestra articulación con una cita que podrán encontrar en la
23
Lacan, Jacques. Intervención sobre la transferencia en Escritos 1, págs. 209-219, Ed. Siglo XXI, México,
2009.
LA DETENCIÓN DE LA DIALÉCTICA 34
discurso donde la mera presencia del psicoanalista aporta, antes de toda intervención, la
Desde esta primera cita podemos notar cuestiones sumamente relevantes que habría que comenzar
a señalar de a poco. En primer lugar, se hace presente una noción que no ha generado dentro del
ámbito del psicoanálisis lacaniano el debate que amerita, y es la noción de sujeto. Ustedes pueden
haber leído distintas definiciones, haber escuchado distintas formas de aproximarse al concepto,
pero conocen bien cuál es la mía. La mía surge de mi lectura de Alfredo Eidelsztein y de su forma
de entender este concepto. Para mí, sujeto significa tres cosas distintas en los Escritos de Lacan, es
decir, una misma palabra que, dependiendo del contexto en el cual se encuentra inmersa, puede
tener tres significados diferentes. La primera sería sujeto en equivalencia con persona, por ejemplo:
«Un sujeto femenino de treinta y cinco años». La segunda, sujeto como adjetivo, es decir, alguien o
algo que está sujetado a alguna otra cosa, por ejemplo: «La promoción está sujeta a disponibilidad». Y
la tercera, que es la que quisiera destacar aquí –porque es la forma en la que quiero proponerles
leer la cita-, es la tercera acepción que encontrarán en el diccionario si buscan la palabra sujeto. Una
acepción mucho más común en francés -sujet- o en inglés -subject-, en la que sujeto significa tema,
asunto o materia sobre la que se habla o escribe. Si ustedes aceptan esta forma de leer la cita, lo que
Lacan sostiene es que en un psicoanálisis, el sujeto –es decir, el tema, el asunto- se constituye por
un discurso donde la mera presencia del psicoanalista aporta la dimensión del diálogo.
Ahora bien, dejando de lado la cuestión específica del concepto de sujeto, la cita es sumamente
importante porque además insiste en la idea del psicoanálisis como un diálogo. Lo recalco porque
hay muchos colegas que sostienen fervientemente que el psicoanálisis no es un diálogo sino, más
bien, un monólogo. Creo que esa lectura es pertinente debido a que Freud gustaba de pensar al
psicoanálisis como un monólogo del paciente, pero quisiera puntualizar cómo el tema está
establecido de diferente manera en Lacan. Cualquiera que lea esta afirmación podría cuestionar:
¿Cómo es posible que el psicoanálisis sea un diálogo si el analista no dice nada? La duda surge de la
frecuente confusión de suponer que únicamente podría ser un diálogo aquella situación en la que
ambos participantes hablen, y allí reside la clave de la cita: es la mera presencia del analista, incluso
antes de que diga alguna palabra, la que inaugura la dimensión del diálogo. Lacan parece afirmar
24
Ibíd., pág. 210
35 LACAN: EL CONCEPTO DE TRANSFERENCIA EN LOS ESCRITOS
que el sólo hecho de que haya otro introduce una dimensión de diálogo, aunque este otro
permanezca en silencio o hable poco. Con esto Lacan comienza a desmarcarse de la conclusión a la
que fue posible llegar la semana pasada, puesto que en el sistema establecido por Freud no
hallamos un diálogo como tal, lo que encontramos es, a lo sumo, a un paciente que habla y que
proyecta cosas sobre el analista, pero no un diálogo. Continúo articulando otra cita en el mismo
sentido:
“El psicoanálisis es una experiencia dialéctica, y esta noción debe prevalecer cuando se
Entonces, para continuar el argumento, si concebimos al psicoanálisis como diálogo, como una
experiencia dialéctica, esto también debe ser tenido en cuenta al plantear la problemática de la
naturaleza de la transferencia. Por ende podría sostenerse que la idea de Lacan sobre la
transferencia plantea un quiebre frente a Freud si se la entiende como una experiencia dialéctica,
puesto que en la propuesta freudiana nunca podría serlo: con la abstinencia el psicoanalista está
impedido para introducir cosas al dispositivo y, por ende, aunque éste cuenta con la presencia de
dos personas, el analista funciona únicamente como espejo. Si uno de aquellos participantes no
uno quien habla y el otro se abstiene, la escena es más parecida a la de un monólogo con un
espectador.
La noción de transferencia que podía encontrarse en el texto que trabajamos la clase anterior tenía
mucho más que ver con la idea de un personaje: el psicoanalista no como una persona, sino como
un personaje que representaba a alguien para el paciente. Es más, para Freud, la transferencia no
depende del analista, el analista únicamente se sienta allí, presta el cuerpo, y el paciente deposita
sobre él todo aquello inconsciente propio de vínculos anteriores. Pero no es necesario que el
psicoanalista haga algo, de hecho el analista tiene por orden no hacer nada. En esta cita, Lacan
implica un papel activo del analista y, por ende, un giro fundamental en comparación con la
noción que encontrábamos tanto en Freud como en el mismo Lacan del año 1948.
25
Ibídem.
LA DETENCIÓN DE LA DIALÉCTICA 36
Para continuar, deberíamos cuestionarnos por qué Lacan elige el caso de la señorita Dora para
nueva de la transferencia el primero en que Freud reconoce que el analista tiene en ella
su parte”26
Yo no creo que esta afirmación de Lacan sea necesariamente cierta. Si ustedes leen el texto
publicado por Freud, verán que él nunca reconoce haber tenido su parte en la aparición de la
transferencia. Lo que acepta es que cometió un error. Pero, ¿cuál fue tal error? No alcanzar a ver
cómo la transferencia se aproximaba hacia él como una ola gigante dispuesta a aplastarlo, acaso no
De todas maneras es relevante que Lacan lo exponga de esa manera, porque es posible empezar a
observar cómo irá desprendiéndose lentamente de Freud. En el texto que trabajamos la semana
pasada se mantenía una lógica casi estrictamente freudiana, pero aquí la idea parece distanciarse.
¿Por qué el caso Dora? Porque allí Freud reconoce –en todo caso así gusta de pensarlo Lacan- que
el analista también tiene su parte en lo relacionado a la transferencia. Continúo con otra cita en el
mismo tenor:
“Es la primera vez que Freud da el concepto del obstáculo contra el que ha venido a
Creo que esa afirmación sí es más acertada, el caso Dora es el caso en el que Freud descubre -
¿podríamos acaso decir inventa?- la transferencia. Si ustedes se adentran, por ejemplo, en los
Estudios sobre la histeria28, no van a encontrar nociones propiamente transferenciales, porque éstas
surgen y se articulan en 1901 y son publicadas en 1905 con motivo del caso clínico. Es en aquella
época cuando a Freud se le presenta la transferencia como el primer obstáculo con el cual el
psicoanalista tropieza en la cura, y quizás eso da cuenta de la razón por la que Lacan retoma el caso
26
Ibíd., pág. 211
27
Ibíd., pág. 212
28
Freud, Sigmund. Estudios sobre la histeria en Obras Completas, Tomo II, Ed. Amorrortu, Buenos Aires,
2003.
37 LACAN: EL CONCEPTO DE TRANSFERENCIA EN LOS ESCRITOS
Permítanme plantear una aclaración, y es que tanto Freud como Lacan sostienen que en el caso de
Dora existió un error, sólo que no hay coincidencia en cuál fue aquel error. Pongo esto sobre la
mesa rápida y casi irresponsablemente, pero lo retomaré más adelante. Si ustedes revisan el texto
de 1905 -publicado en el tomo VII de la edición de Amorrortu29-, podrán observar cómo, desde la
transferencia. ¿Qué significa esto? La idea de Freud consiste en pensar que la señorita Dora lo
coloca transferencialmente en un lugar similar al del señor K. y, por ende, puede suponer que ella
abandona el tratamiento tal y como abandona al Sr. K. Imagino que pensarlo de esta manera no
genera ninguna dificultad para ustedes: Dora sostuvo inicialmente un vínculo con un objeto
primordial/arcaico que es su propio padre, posteriormente aquel vínculo se recrea con otra
persona en su lugar, el Sr. K y, por último, el mismo vínculo se reactiva con el analista. Pienso que
hasta aquí no hallamos ninguna dificultad ¿Cuál es el error, entonces, de Freud? El error de Freud
–desde su propio punto de vista- consistió en no percatarse de que la paciente lo estaba ubicando
justamente en ese lugar transferencial. A raíz de este caso, Freud plantea la existencia de algo que
él mismo denomina neurosis de transferencia, en la que el paciente revive los vínculos primarios con
y sobre la figura del analista. Justamente por eso puede observarse un fenómeno particular en el
cual los síntomas del paciente fuera del dispositivo clínico remiten claramente, pero el vínculo con
el analista se ve afectado por la problemática neurótica. Ahora bien, la pregunta que aun quedaría
pendiente por responder, y en torno a la que les propongo analizar todo lo que articularé a
Quisiera leerles una cita más. Recuerden que durante el texto Lacan analiza las afirmaciones de la
paciente y las intervenciones de Freud en una correlación dialéctica, pero sostiene que la
tratamiento. Pero, ¿cuál habría sido para Lacan aquella tercera inversión que faltó pronunciar? Les
comparto la cita:
29
Freud, Sigmund. Fragmento de análisis de un caso de histeria, Tomo VII, Ed. Amorrortu, Buenos Aires,
2003.
LA DETENCIÓN DE LA DIALÉCTICA 38
“Si Freud en una tercera inversión dialéctica hubiese pues orientado a Dora hacia el
reconocimiento de lo que era para ella la señora K…, obteniendo la confesión de los
últimos secretos de su relación con ella, ¿qué prestigio no habría ganado él mismo (no
hacemos sino tocar aquí la cuestión del sentido de la transferencia positiva), abriendo
Freud”30
Cuando el analista interviene de forma correcta, genera una cierta transferencia positiva. Quizás lo
que Lacan está tratando de decir es que si Freud se hubiera dado cuenta y hubiera reorientado a
Dora hacia comprender qué era realmente lo que se tornaba tan atractivo para ella de la Sra. K.,
hubiera quedado muy bien, hubiera generado una transferencia positiva. Sin embargo no pudo
“Pero el hecho de que su falla fuese fatal para el tratamiento, lo atribuye a la acción de la
Acaso esta sea la razón por la cual la transferencia resulta tan relevante para Freud en el caso Dora,
porque le orilla a fallar y esto desemboca en la interrupción del tratamiento. De hecho, el auténtico
título de publicación del caso Dora es Fragmento de análisis de un caso de histeria, y es un fragmento
porque nunca se completó. ¿Qué más hubiera querido Freud que publicar un caso completo? ¡Él
parecía tener una fascinación por publicar! Pero le fue imposible debido a la interrupción de la
paciente. Sin embargo, el gran descubrimiento que Dora le deja a Freud –“descubrimiento”, entre
comillas, por supuesto- es que la aparición del fenómeno transferencial puede resultar en la
interrupción de un análisis.
Les propongo ahora que recuperemos la cita en la que Freud mismo sostiene que su gran error fue,
señala Lacan. La cita es un poco extensa32 pero pueden encontrarla en el Tomo VII de las Obras
30
Lacan, Jacques. Intervención sobre la transferencia en Escritos 1, pág. 216, Ed. Siglo XXI, México, 2009.
31
Ibídem.
32
Freud, Sigmund. Obras Completas, Tomo VII, págs. 103-104, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 2003.
39 LACAN: EL CONCEPTO DE TRANSFERENCIA EN LOS ESCRITOS
hizo parecer apto para una primera publicación introductoria -su particular
trasparencia- guarda íntima relación con su gran falla, la que llevó a la ruptura
Dora ponía a mi disposición en la cura una parte del material patógeno, olvidé tomar la
otra parte de ese mismo material, que yo todavía ignoraba. Desde el comienzo fue claro
que en su fantasía yo hacía de sustituto del padre lo cual era facilitado por la diferencia
¿Con cuántos años contaba Dora cuando llegó al consultorio de Freud? En la historia clínica se
afirma que Dora tenía dieciséis años, y Freud contaba ya con cuarenta y dos. Es decir, es claro que
cabal sinceridad hacia ella, pues su padre «prefería siempre el secreto y los rodeos
tortuosos»”
dijese: «Usted se parece a mi padre Dr. Freud, ojalá usted no me mienta como mi padre me miente». ¿Por
qué supondría Dora que Freud puede mentirle? Por transferencia pura.
“Después, cuando sobrevino el primer sueño, en que ella se alertaba para abandonar la
cura como en su momento lo había hecho con la casa del señor K., yo mismo habría
debido tomar precauciones, diciéndole: «Ahora usted ha hecho una trasferencia desde el
Señor K. hacia mí. ¿Ha notado usted algo que le haga inferir malos propósitos,
parecidos (directamente o por vía de alguna sublimación) a los del Señor K.? ¿Algo le ha
¿Se alcanzan a entender las preguntas de Freud? Él mismo propone lo que tendría que haber
estas situaciones.
En la cita que acabo de leer puede observarse la solución que propone Freud para el problema
presentó a Freud como un obstáculo técnico, pero en un segundo momento parece entenderla,
más bien, como una herramienta. Es decir, si aquel obstáculo se analiza y ese análisis brinda nuevo
material mnémico en las asociaciones, entonces la transferencia pasa de ser un obstáculo a una
herramienta de trabajo.
“Pero yo omití esta primera advertencia; creí que había tiempo sobrado, puesto que no
el análisis. Así fui sorprendido por la trasferencia y, a causa de esa x por la cual yo le
recordaba al Señor K., ella se vengó de mí como se vengara de él, y me abandonó, tal
como se había creído engañada y abandonada por él. De tal modo, actuó un fragmento
saber, desde luego, cuál era esa x: sospecho que se refería a dinero, o eran celos por otra
insuperables”
Bien, hasta aquí la cita. Creo que ya expuesta de este modo, la opinión de Freud queda bastante
Les propongo volver al texto de Lacan. Quisiera retomar una cita en la que, a mi parecer, queda
“Es por haberse puesto un poco excesivamente en el lugar del Sr K... por lo que Freud
Es justamente en estas palabras donde puede observarse una diferencia clave entre Freud y Lacan:
Freud sostiene que su error fue no alcanzar a ver el surgimiento de la transferencia, pero el error
para Lacan va mucho más allá. Consiste en colocarse en un lugar, haberse puesto un poco
excesivamente en ese lugar. La diferencia entre ser puesto -se entiende que de forma pasiva- por la
paciente, y haberse puesto –de forma activa-, plantea una posición radicalmente distinta. Él se puso
allí, no fue que ella lo pusiera allí. En cierto sentido, el hecho de que la paciente lo hubiera puesto
en el lugar del Sr. K. –de forma tan claramente transferencial- es incluso esperable, pero el hecho
de que él se haya colocado allí, no lo es tanto, y para Lacan ese parece ser el error. Continúo con
amor que el señor K... inspiraría a Dora y es singular ver cómo interpreta siempre en el
sentido de la confesión”34
Quien revise el texto podrá observar a Freud increpando constantemente a Dora con frases que
sugieren que ella está enamorada del Sr. K. Pienso que la hipótesis de Freud es que Dora, en
realidad, gusta de aquella situación de acoso por parte del Sr. K., e insiste una y otra vez
interpretando en ese sentido. ¿Recuerdan la escena sucedida en la tienda del Sr. K.? Recordarán
que el Sr. K. arrincona a Dora para besarla, y cuando ella le cuenta el suceso a Freud, le explica que
lo vivió con mucho asco. Freud pregunta por qué, y ella responde que debido al olor a cigarro que
tenía el Sr. K. Freud no se muestra muy convencido por esa idea, y afirma que lo que seguramente
había sucedido es que en ese momento el Sr K. tenía una erección y ella sintió en el abdomen la
presión del pene, que eso le agradó y, por ende, le dio asco. No será este el lugar ni el momento
para discutir si Freud está o no en lo correcto, pero lo que parece quedar claro es que su tesis sería
33
Lacan, Jacques. Intervención sobre la transferencia en Escritos 1, pág. 217, Ed. Siglo XXI, México, 2009.
34
Ibídem.
LA DETENCIÓN DE LA DIALÉCTICA 42
que Dora está enamorada del Sr. K. De hecho, existen varios momentos del texto en los que da la
sensación de que Freud desearía que Dora confiese estar enamorada del Sr. K.
Ahora bien, Lacan da un paso más allá y propicia otra vuelta de tuerca: no es que Dora realmente
estuviera enamorada del Sr. K., sino que debemos adjudicarle esta idea a la contratransferencia de
Freud. ¡Ésta parece ser la hipótesis de Lacan! Sigan el planteamiento lógico: Tenemos dos
personajes iniciales, Dora y el Sr. K., ¿Cuál es la hipótesis de Freud? Que Dora está enamorada del
Sr. K. Posteriormente surge en Freud otra hipótesis, una de orden transferencial ¿Cuál es? Que por
obra de la transferencia el lugar que en la mente de Dora ocupaba el Sr. K. vino a ser ocupado por
Freud. Entonces, ¿Cuál es el la conclusión? ¡Freud piensa que Dora está enamorada de él!
¿Cuál es la aclaración que, con este escrito, Lacan trata de introducir? Que, en realidad, se trata de
los deseos inconscientes del propio Freud puestos en Dora. Entonces queda tácitamente planteada
comienzo de la experiencia analítica, recordémoslo, fue el amor”,35 acaso parafraseando a los textos
sagrados. Pero ¿A qué se refiere? Quizás se refiera a que la experiencia inicial del movimiento
psicoanalítico fue la del amor. Cualquiera podría llegar a pensar que se está haciendo referencia a la
señorita Anna O. y al hecho de su enamoramiento del doctor Breuer, pero Lacan afirma
muy evidente que era una historia de amor. Esta historia de amor no existió sólo por
parte de la paciente, de esto tampoco cabe duda […] Está claro que Breuer amó a su
paciente”36
La historia oficial que Freud relata en la biografía escrita por Jones sostiene que la paciente se
enamoró de su médico, pero quizás habría que resaltar no únicamente que Anna O. estuviera
35
Lacan, Jacques. El seminario de Jacques Lacan, libro 8: la transferencia, pág. 12, Ed. Paidós. Buenos Aires,
2009.
36
Ibíd., págs. 216.
43 LACAN: EL CONCEPTO DE TRANSFERENCIA EN LOS ESCRITOS
enamorada de Breuer, sino también a la inversa: si allí existió amor, éste no provenía de un sólo
lado. Creo que lo que Lacan deja entrever en el análisis Freud/Dora parece ser una situación
similar. Pero por lo pronto, y si no quisiéramos ahondar más en este tema, al menos tendríamos
que aceptar que lo que está planteando abiertamente es que la cuestión de que Freud se pusiera en
la posición del Sr. K., tiene que ver más con Freud que con Dora.
Fue necesario introducir todas estas cuestiones preliminares para poder comenzar a trabajar la
noción de transferencia que podemos encontrar en este texto. Continúo con otra cita para
“Así la detención del proceso dialéctico arroja como saldo un aparente retroceso...”37
Lacan se refiere a la detención del proceso dialéctico que, en este texto en particular, podría
describirse así: Dora postula un primer desarrollo, «Mi padre me entrega a otro hombre, a modo de
intercambio, para poder sostener su amorío con la esposa de dicho hombre». A esta primera afirmación,
Freud opone una primera inversión dialéctica. Ahora bien, a esta inversión dialéctica se le
presenta una segunda afirmación de la verdad, a la cual Freud opone una segunda inversión
dialéctica. Luego del tercer desarrollo de la verdad efectuado por Dora, el análisis se vio
interrumpido. Pero –al menos desde la perspectiva de Lacan- si Freud hubiera podido plantear una
tercera inversión dialéctica nos hubiera sido revelado el valor real del objeto que era la Sra. K. para
Es justamente a esto a lo que Lacan llama el movimiento dialéctico que se genera dentro del
análisis: cuando se postula una hipótesis, una antítesis y una síntesis, a la cual se le opone,
posteriormente -puesto que esa síntesis termina convirtiéndose en una nueva hipótesis-, otra
antítesis. Es decir, quizás tendríamos que entender dialéctico en el sentido en que podrán hallarlo
Continúo con una cita en la que pienso que Lacan postula su idea de transferencia:
37
Lacan, Jacques. Intervención sobre la transferencia en Escritos 1, pág. 218, Ed. Siglo XXI, México, 2009.
38
Ibíd., págs. 212-214.
LA DETENCIÓN DE LA DIALÉCTICA 44
“¿Qué es finalmente esa transferencia de la que Freud dice en algún sitio que su trabajo
se prosigue invisible detrás del progreso del tratamiento y cuyos efectos por lo demás
Y aquí ya podemos encontrar un quiebre. Freud no habló nunca de contratransferencia en sus textos
un concepto creado por Freud, pero trabajado, extensa y fundamentalmente, por los
Acaso sea pertinente tomarnos un momento para analizar el concepto de contratransferencia. ¿Qué
significa contratransferencia dentro del paradigma clásico psicoanalítica de la IPA de los años treinta
o cuarenta? ¿Por qué se llama contratransferencia para empezar? Justamente por ser la contraparte
de la transferencia. Para decirlo todo, la contratransferencia es aquello que siente el analista debido a
la transferencia del paciente. Es decir, supongamos que un paciente se ubica siempre en la posición
de ser odiado, y por ende su analista descubre, un día, que lo odia ¡Eso es contratransferencia! Lo
que el paciente hace sentir al analista debido a su forma de transferencia. Lo que trato de preguntar
contratransferencia no tiene nada que ver con el analista. De hecho, al asistir a congresos de
psicoanalistas no lacanianos podrán observar que el paradigma que allí se sostiene propone que si
el psicoanalista tiene sueño durante la sesión eso proviene del paciente, si el analista siente hambre
eso proviene del paciente, si el analista se aburre durante la sesión eso proviene del paciente ¿La
contratransferencia siempre proviene del paciente? ¡Al parecer sí! Porque la contratransferencia es
psicoanalista.
De esta manera es fácil comprender cómo comienza a utilizarse la contratransferencia como una
herramienta de trabajo: puesto que lo que yo siento habla de él por ser relativo a él, yo puedo saber
sobre él a partir de eso que siento. No encontrarán un psicoanalista de aquella época que pudiera
afirmar: «Yo sentí esto o lo otro por mis ideas o prejuicios», «Yo sentí sueño porque anoche no dormí bien».
39
Ibíd., pág. 218.
45 LACAN: EL CONCEPTO DE TRANSFERENCIA EN LOS ESCRITOS
siempre se mantiene el encuadre, uno es igual con todos los pacientes. La idea sería: «con todos los
pacientes me comporto igual, por ende, si con alguno me comporto de forma diferente debe ser que hay algo
de ese paciente implicado» ¿Se alcanza a ver la idea que está de fondo? Que la contratransferencia es
relativa a la transferencia. Es más, ¿cuál surge primero? La transferencia, allí no hay duda: el
paciente transfiere primero sus complejos inconscientes -generalmente edípicos- sobre la figura
del analista y, como efecto de eso, el analista comienza a pensar o sentir cosas. Lo que el analista
muy claro en una cuestión, esta concepción específica genera una ética y una técnica específicas, una
Por eso quise compartirles esta cita, porque a mí me parece una bomba que Lacan coloca en el
centro de la IPA: «¿Qué es la transferencia?, ¿No puede aquí considerársela como una entidad totalmente
fuerte de la cita sea la forma en que va a definir contratransferencia, continúo leyendo textualmente:
Parece que la contratransferencia es el conjunto de una serie de cosas terribles. Vamos a analizarlas
por partes. Los prejuicios del analista como las formas predispuestas de aproximarse hacia las
cuestiones que envuelven la clínica. Sus pasiones, a las que habría que entender en el sentido, por
ejemplo, de La pasión de Cristo; no como algo que al analista le gusta o le atrae, sino como lo que le
apasiona en el sentido del pathos griego, aquello de lo que padece, de lo que sufre. Cuando Lacan
dice dificultades o insuficiente información está dando un golpe bajo, porque lo que está señalando
40
Ibídem.
LA DETENCIÓN DE LA DIALÉCTICA 46
el lugar del Sr. K. ¿Podríamos decir que aquella contratransferencia surge como un efecto de los
prejuicios, las pasiones, las dificultades y la insuficiente información de Freud? Tiene sentido. Lo
que Lacan sostiene es que si Freud no se hubiera puesto en ese lugar, nunca hubiera visto surgir la
aparición de la transferencia, la responsabilidad por esa detención recae sobre el analista. Este
simple hecho –estén o no ustedes de acuerdo con él- coloca ya al analista en una posición distinta.
La lectura de la situación ya no es la misma, varía mucho de aquella posición que podría sostener
que si el paciente interrumpe el tratamiento es debido a que tiene mucha pulsión de muerte, o una
compulsión a repetir, o mucho goce mortífero. Desde esta perspectiva, si el paciente interrumpe
estamos técnicamente obligados al menos a cuestionarnos si no hay algo relativo a nosotros puesto
en juego. Ya no podemos evaluar igual las apariciones transferenciales del paciente. Cuando Dora
interrumpió su análisis, ¿había allí algo de Freud en juego? Para Lacan, sí.
Si Freud hubiera escuchado que la transferencia no es nada real en el sujeto, probablemente hubiera
Imaginen el trabajo clínico: el paciente sostiene una cosa, el analista introduce otra y esto les lleva
esperado será que el analista genere una inversión dialéctica y ésta, a su vez, desencadene otro
planteamiento de la verdad y el analista no dice nada, ¿qué sucederá con el desarrollo dialéctico? Se
interrumpe.
41
Ibíd., pág. 219.
47 LACAN: EL CONCEPTO DE TRANSFERENCIA EN LOS ESCRITOS
Claramente, el siguiente paso debería consistir en plantearnos por qué en este desarrollo dialéctico
el analista no agregaría otra inversión. Quizás por prejuicioso, por apasionado, por tonto o
ignorante. Lo que está claro es que si no se plantea otra inversión se interrumpe el proceso
dialéctico. ¿Y qué sucede cuando se interrumpe el proceso dialéctico? ¿Qué surge aquí antes de la
el analista nota el cambio, la situación se torna pantanosa. Un análisis que venía bien, en el que el
paciente asociaba y en el que había movimiento, de pronto comienza a volverse tedioso, pantanoso,
y uno tiene la sensación de que algo no anda bien. Incluso es en ese momento cuando el analista
llama al supervisor. Algo no camina, la cosa parece atorada. Es en ese contexto en el que vemos
surgir cuestiones transferenciales que se tornan muy incómodas, sobre todo para los analistas
jóvenes. ¿Por qué es incómoda la transferencia? Tan sólo imaginen esta situación: Ustedes
atienden a un paciente cuyo análisis va muy bien, asocia libremente, habla de su madre, de su
padre y luego de su novia. Pero de pronto, un día, aparentemente de la nada, el paciente les dice:
«¡Ay doctora! Qué bonita se ve hoy»; o podría decirles: «¿Sabe qué doctora? Hoy llegué diez minutos antes
y me quedé esperándola en la puerta. Noté que llegó un poquito tarde, ¿Por qué?» Comienzan a surgir
cosas que antes ustedes no escuchaban en el discurso de ese paciente, cosas que no se habían
presentado. Él comienza a hablar sobre si ustedes son bonitas, o son feas, sobre si llegan tarde,
sobre el porqué de la posición del diván, sobre si el techo está sucio. Y eso, a nosotros, que nos han
entrenado para tratar de mantenernos fuera del dispositivo, nos es incómodo. A medida que la
transferencia se hace presente, el analista comienza a verse cada vez más involucrado en el discurso
del paciente.
¿Qué sucede, entonces, cuando se estanca la dialéctica propia del análisis? Aparecen los modos
permanentes según los cuales el paciente constituye sus objetos. Es precisamente eso lo que
observó Freud, por eso se le hizo patente la repetición, la estrecha relación entre este vínculo y los
vínculos primarios. El paciente no se quejará de cualquier cosa, cada paciente se quejará de cosas
que le sean relevantes, y serán o no relevantes dependiendo de la forma en que constituye sus
objetos.
LA DETENCIÓN DE LA DIALÉCTICA 48
Si destaco esto es porque queda clara la razón por la cual Freud entiende como transferencia el
hecho de que el paciente vea al analista como si fuera alguien perteneciente a su propia historia,
porque lo que se transfiere es una forma particular de constituir objetos, una forma particular de
amar, para decirlo en otros términos. Es cierto que el analista observará un cierto modo de
constitución de objetos, pero no porque esto sea algo real, dice Lacan. En realidad, si la
Esta es la hipótesis de este texto sobre la transferencia. En el año 1951, la hipótesis podría
resumirse en esta frase: Si hay transferencia, hay error. Lacan lo expondrá más adelante: la
transferencia funciona como una forma de ver cómo vamos, como una brújula o un indicador.
Quizás por eso, la pregunta por la transferencia es importante en la supervisión. Aunque, de todas
maneras, allí tenemos un problema grave. Y es que el psicoanalista –en general- sólo recurre a la
“¿Qué es entonces interpretar la transferencia? No otra cosa que llenar con un engaño el
vacío de ese punto muerto. Pero este engaño es útil, pues aunque falaz, vuelve a lanzar
el proceso”42
Creo que el planteamiento es sumamente claro: La transferencia, ¿es algo real en el sujeto? No. ¿Es
útil? Sí. ¿Por qué? Porque en un momento de estancamiento vuelve a echar a andar el proceso
realidad no es nada, pero con esta interpretación –que es esencialmente falaz- se vuelve a lanzar el
proceso.
¿Qué será entonces interpretar la transferencia en el dispositivo? ¡Un engaño! Útil, quizás, pero un
engaño al fin. Imagino que Freud no hubiera estado de acuerdo con este planteamiento, quizás
porque para Freud el análisis tenía una cierta relación con la verdad. Ustedes recordarán que él
sostenía que el analista no debía mentir al paciente, por dos razones fundamentalmente. La
primera, porque así como se exige que el paciente diga todo, la posición correspondiente para el
analista es la de la veracidad. Y, en segundo lugar, porque si por alguna situación descubriese que
42
Ibídem.
49 LACAN: EL CONCEPTO DE TRANSFERENCIA EN LOS ESCRITOS
le mentimos, la confianza necesaria para el establecimiento del dispositivo se vería afectada. Esa
Pero, ¿qué está diciendo Lacan aquí? Pareciera proponer al engaño como una posibilidad técnica,
¡Técnica! No ética. Es decir, si fuera técnicamente necesario, el analista puede engañar al paciente.
Quisiera insistir en este punto: si el analista no hubiese cometido inicialmente un error, el paciente
Pero una vez cometido aquel error, es posible interpretar dicha transferencia para volver a
La posición de Lacan frente al engaño es curiosa, porque Freud –y probablemente una gran
cantidad de psicoanalistas- no estarían de acuerdo en obrar de ese modo. Pero quizás lo debamos al
hecho de que para Lacan esas interpretaciones transferenciales no son otra cosa que llenar con un
engaño el vacío de aquel punto muerto surgido en el dispositivo. Entonces este engaño es útil,
situándonos en el año 1951, podríamos decir que la transferencia se presenta como un error
técnico. Acaso deberíamos decir que funciona, cuando menos, como un indicador del error: si no
hay error, no hay transferencia. Es cierto que la transferencia conlleva algo de repetición, y que
aquello que se repite es el modo permanente de constitución del objeto, pero no se hará presente si
no existe una detención del proceso dialéctico. Cualquiera podría entonces preguntarse: ¿Uno
No puedo responder a esa pregunta, pero sí podríamos decir que -insisto, al menos en este
contratransferencial,
incluso cuando se delata bajo un aspecto de emoción, éste no toma su sentido sino en
función del momento dialéctico en que se produce. Pero este momento es poco
LA DETENCIÓN DE LA DIALÉCTICA 50
significativo puesto que traduce comúnmente un error del analista, aunque sólo fuese el
de querer demasiado el bien del paciente cuyo peligro ha denunciado muchas veces
Freud mismo”43
Si no conlleva per se ninguna propiedad misteriosa relacionada con lo afectivo, aun cuando se
únicamente en ese contexto. Momento en el cual se produce un error por parte del analista,
aunque el error sea el de querer demasiado el bien del paciente, que es un error ya señalado por
Freud: Furor Sanandis ¿Recuerdan? Desear demasiado el bienestar del paciente puede orillar al
comienza a verla presente en el dispositivo puede intuir que algo no va bien. Aquí puede
observarse una relación estrecha y clara con la idea inicial de Freud sobre la transferencia como
resistencia. El valor resistencial de la transferencia puede verse incluso cuando ésta sea positiva: si
el paciente destina toda la sesión a divagar sobre cuán inteligente es su analista esto es tan
resistencial como si hablara de cuánta inteligencia le falta; la clave está en cómo se utiliza para
“Creemos sin embargo que la transferencia tiene siempre el mismo sentido de indicar
los momentos de errancia y también de orientación del analista y el mismo valor para
Justamente a eso me refiero con que la función de la transferencia pareciera similar a la de una
brújula, pareciera que va a dar cuenta de momentos en los que el analista puede estar
equivocándose y momentos en los que no, según su presencia o su ausencia. Y también puede
leerse en ella una invitación ética y técnica -porque nuestra ética es técnica, al fin y al cabo-, que es
la de llamarnos a nuestro papel como analistas. Lo señalo porque la pregunta por nuestro papel es
una pregunta muy recurrente. Es común que la gente pregunte qué hace un psicoanalista, y quizás
43
Ibídem.
44
Ibíd., pág. 220.
51 LACAN: EL CONCEPTO DE TRANSFERENCIA EN LOS ESCRITOS
lo más preocupante no es que la gente lo pregunte sino que los analistas casi nunca sepamos qué
responder. Es un problema que Lacan trabajó muchísimo. Los invito a que piensen si no es algo
grave que hacia el interior de una disciplina, sus miembros, quienes ejercen un papel, desconozcan
Y, sinceramente, no creo que toda esta idea actual sobre el psicoanálisis como una disciplina oscura,
intrincada, artística o misteriosa, nos ayude a salir del problema. A veces pienso que es más una
forma de ocultar nuestra ignorancia sobre lo que realmente hacemos que una verdadera definición
de lo que el análisis es. Pienso que un verdadero conocedor, alguien que entiende y manipula con
fluidez los conceptos y los lineamientos técnicos de su disciplina debería poder explicar la esencia
de dicha disciplina a un chico de ocho años y que éste le entienda. Es un tanto sectaria y fanática la
postura que sostiene que uno sólo puede entender cómo funciona el psicoanálisis si asiste a un
transmitir racionalmente lo que el psicoanálisis es, incluso, si la otra persona no está de acuerdo.
Uno puede entender cómo funciona el psicoanálisis y, posteriormente, concluir que es una
disciplina infértil.
En esta cita hay una noción de lo que un psicoanalista hace, ahora trataremos de explicar cuál es.
¿Qué es un no actuar? Claramente un no hacer ¿Y qué significa positivo? Lo pregunto porque la cita
se refiere a un no actuar positivo. Para tratar de aclarar un poco la situación, piensen que si cualquier
persona se sienta frente al panadero y comienza a contarle sobre el pesar que le genera el hecho de
que su familia no lo quiera, el panadero podría darse la media vuelta e irse. Ese también es un no
actuar. Por eso es pertinente preguntar qué es un no actuar positivo. Creo que Lacan se refiere a un
no hacer activo, a que uno elige activamente no hacer algo. No es que uno no lo haga porque no le
persona de al lado: «Disculpe, ¿le puedo contar algo? Es que estoy un poco triste», la otra persona podrá
responder: «No, estoy trabajando en mis cosas». E, insisto, ese también es un no hacer, pero no un no
hacer positivo, es decir activamente no hacer. A lo que me refiero es que uno puede activamente
decidir no actuar, y esto sería un no actuar positivo. Pero, ¿con vistas a qué? ¿No actuar en función
de qué? Sería la siguiente pregunta obligada. ¡En función de la ortodramatización subjetiva del
paciente! Entonces es un no actuar positivo con vistas a ésta forma en la que se dramatiza el sujeto
LA DETENCIÓN DE LA DIALÉCTICA 52
del paciente, es decir, la forma regia mediante la cual se despliega, para el paciente, un escenario en
neurótico, él es uno de los personajes pero hay otros. La sesión pasada destacábamos cómo es que
el paciente pretende que el analista forme parte de aquella novela, que represente a un personaje:
quien lo ama, quien lo odia, quien lo desprecia, algún personaje. Esta representación dramática es
algo que se alcanza a ver muy claramente en las constelaciones familiares –tan populares en este
último tiempo-. Hay gente que cree que las constelaciones implican algo en el orden de lo mágico,
nosotros, en psicoanálisis, hace cien años que las hacemos. La única diferencia es que nosotros, al
no tener un prejuicio sustancialista, no requerimos que los personajes estén representados por
gente de carne y hueso. Pero, al fin y al cabo, el sujeto del psicoanálisis es una constelación.
Entonces, a modo de resumen de lo expuesto el día de hoy podríamos decir que la idea general del
texto propone a la transferencia como una suerte de indicador que refleja el curso del análisis. Si se
hace presente la transferencia puede inferirse que se detuvo el movimiento dialéctico -que en este
momento es lo más importante para Lacan-. Surge la transferencia, la figura del analista es
construida según el modo permanente de constitución de los objetos por parte del paciente y, por
ende, la intervención debe apuntar a generar que el analista regrese a su papel. A diferencia de lo
que sucedió con Freud en el caso de la señorita Dora, el analista deberá regresar a su papel ¿Cuál es
sujeto de cada caso. Pero el papel es justamente el no actuar. Actitud que es diametralmente
opuesta a la noción de contratransferencia, puesto que en ella lo que mueve al analista a actuar son
Una falta de información que puede analizarse desde el aspecto más básico. Si algún analista llegase
a enamorarse de su paciente, pero previamente ha leído a Freud, lo más probable es que piense que
está cometiendo un error técnico. ¿Cómo lo sabe? ¿De dónde lo aprendió? Lo dice aquí, uno lo
aprende leyendo el libro. Pero si aquel analista no ha leído a Freud y se enamora de su paciente, ¿Es
45
Freud, Sigmund. La novela familiar del neurótico en Obras Completas, Tomo IX, Ed. Amorrortu, Buenos
Aires, 2003.
53 LACAN: EL CONCEPTO DE TRANSFERENCIA EN LOS ESCRITOS
juzgar igual el caso de un psicoanalista que se casa con su paciente al de un psicólogo que hace lo
mismo. Quizás el psicólogo siente amor, pero el analista estaría obligado a sospechar de eso que
siente como amor. Les recomiendo la lectura de la tesis doctoral de Lacan,46 el caso Aimé. A Lacan
le sucedió algo sorprendentemente similar a lo que le sucedió a Breuer con Anna O, y a Freud con
46
Lacan, Jacques. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires,
2006.