La peligrosidad de las radiaciones ionizantes hace necesario el establecimiento de medidas que garanticen la protección de los trabajadores expuestos y el público en general contra los riesgos resultantes de la exposición de las mismas. Ya en 1997, la Comisión Internacional de Protección Radiológica, indicó que las radiaciones ionizantes solo deben ser empleadas si du utilización está justificada, considerando las ventajas que representa en relación con el detrimento de la salud que pudiera ocasionar. En el ámbito de la Unión Europea, el tratado constitutivo de la comunidad Europea de la Energía Atómica, establece que la comunidad debe disponer de normas uniformes de protección sanitaria de los trabajadores y de la población en general contra los riesgos que resulten de las radiaciones ionizantes, así como de los límites de dosis que sean compatibles con una seguridad adecuada, de niveles de contaminación máximos admisibles y de principios fundamentales de vigilancia sanitaria de los trabajadores. Valoración de las radiaciones no ionizantes En los últimos años se ha acrecentado el interés por los efectos biológicos y posibles consecuencias para la salud de los campos eléctricos y magnéticos débiles de baja intensidad. Se han presentado estudios sobre los campos magnéticos y el cáncer, sobre la reproducción y sobre las reacciones neurológicas y de comportamiento. Seguidamente se facilita un resumen de lo que sabemos, lo que aún requiere ser investigado y, en particular, sobre qué política es la apropiada, es decir, si ésta no debe implicar ningún tipo de restricciones de la exposición, si se debería evitar prudentemente, o si son necesarias costosas intervenciones. Los resultados de estudios residenciales realizados en Escandinavia indican que el riesgo de leucemia se duplica a partir de 0,2 µT, es decir, los niveles de exposición que se dan normalmente a distancias de 50 o 100 metros de una línea de alta tensión. No obstante, el número de casos de leucemia infantil bajo cables de tendido aéreo es reducido, y por lo tanto el riesgo es bajo en comparación con otros riesgos ambientales que se dan en la sociedad. Se calcula que cada año se producen en Suecia dos casos de leucemia infantil debajo o cerca de líneas de alta tensión. De estos casos, uno podría atribuirse al riesgo de los campos magnéticos, si existe realmente. Los niveles de exposición laboral a los campos magnéticos suelen ser mayores que en la exposición residencial, y los cálculos sobre riesgos de leucemia y tumores cerebrales de los trabajadores expuestos dan valores más altos que para los niños que viven cerca de líneas eléctricas aéreas. Según estimaciones basadas en el riesgo atribuible descubierto en un estudio realizado en Suecia, cada año podrían atribuirse a campos magnéticos unos 20 casos de leucemia y 20 de tumores cerebrales. Estas cifras deben compararse con el número total de casos anuales de cáncer que se dan en Suecia, y que es de 40.000, de los cuales se calcula que 800 son de origen profesional. Valores Límites Permisibles (TLV) La concentración de un agente contaminante a que el trabajador puede estar expuesto durante las ocho (8) horas de trabajo al día o cuarenta (40) horas semanales sin sufrir daño a su salud, es lo que se llama el valor límite permisible VLP. Hay que tener presente para esa escogencia de la cantidad de radiaciones Ionizantes, la susceptibilidad individual de cada trabajador. Para determinar esos valores se cuenta con varias instituciones a nivel mundial como: OSHA: La Administradora de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos. ACGIH: La Conferencia Americana de Higienistas Industriales Gubernamentales de Estados Unidos. CIPR: La Comisión Internacional de Protección Radiológica de la OIEA. OIEA: Organismo Internacional de Energía Atómica El VLP para las radiaciones ionizantes al personal ocupacionalmente es de 100 mSv (miliSivert), promediados en 5 años o sea 20 mSv/año, sin sobrepasar 50 mSv en un (1) Año. En caso de ocurrir esto, se debe retirar al trabajador por el resto del periodo quinquenal. En una semana el VLP es de 40 mR (miliRem), en un mes 166 mR y en un año 2000 mR o 20 mSv. Como recomendación, la verificación de la dosis de exposición, para los trabajadores, deberá ser efectuada como mínimo, una vez al mes. Estos reportes pueden llevarse a cabo gracias a los reportes expedidos por los medios instrumentales, tales como los dosímetros. Instrumento de medida de radiaciones ionizantes La valorización se hace por cuantificación de radiación espacial y por cuantificación de radiaciones recibidas por el individuo expuesto, utilizando principalmente los siguientes: 1. Contador Greiger – Mueller. Debe ser calibrado para la clase de ración específica que se desee valorar. 2. Cámaras de ionización para determinar radiación en volúmenes de aire. 3. Dosímetro fotográfico. Se debe colocar sobre la ropa, en el lugar de mayor exposición, la cual será leída en un laboratorio especializado. 4. Detectores de luminiscencia. También se usan sobre la ropa como anillos. 5. Dosímetros de bolsillo. Es una unidad portátil directa, lo cual constituye una considerable ventaja al permitir al personal expuesto regular su propia exposición.
Instrumento de medida de las radiaciones no ionizantes.
La valoración o cuantoificaciones de radiaciones electromagnerticas no ionizantes, excepto de luz vidible, requiere de equipos de instrumentación y de higienistas calificados porque los rangos de medición de los equipos son de bandas anchas para identificar las magnitudes en amplios rangos y también de bandas cerradas o con analizadores de frecuencia y deben corresponder a alas frecuencias de la fuente que se va a medir. Estos equipos están constituidos por los siguientes elementos básicos: 1. Detector de medición para campo eléctrico E. 2. Detector de medición para campo magnético H. 3. Conductor no metálico, normalmente fibra óptica. 4. Unidad de medición 5. Software de registro, el cual hace los cálculos para expresar en diferentes unidades y magnitudes equivalentes.