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y responsabilidad social
en las organizaciones
Prentice-Hall
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ISBN 978-607-442-357-0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 0 - 12 11 10 09
Prentice Hall
es una marca de
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . vii
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .xi
Diversidad cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Las redes sociales y profesionales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Prólogo
El contenido de este libro tiene como finalidad introducirnos a los temas relaciona-
dos con la comunicación en las organizaciones y la responsabilidad social corporati-
va en el momento presente. Se aúnan en el trabajo las perspectivas investigadoras de
España y Latinoamérica, puesto que los autores pertenecen a la Universidad de Ex-
tremadura (España) y al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monte-
rrey (México) en su Campus Guadalajara.
El trabajo nace en el contexto de la investigación académica desde la necesidad
de aclarar el panorama actual de la comunicación en las empresas, en las que poco a
poco se está abriendo camino la denominada “gestión de los activos intangibles”:
imagen, reputación, marca, responsabilidad social corporativa y conocimiento. Estos
conceptos relativamente nuevos se presentan como recursos capaces de aportar valor
a la organización; su particularidad es que pueden ser gestionados, en parte, por
medio de la comunicación tanto corporativa como interna.
Llegados a este punto del siglo xxi, podemos decir que los activos tradicionales
de las empresas, los tangibles, tales como la maquinaria de producción, el capital, ya
no parecen ser capaces de marcar diferencias en un entorno competitivo, globaliza-
do y tecnológicamente avanzado como el actual. Estos antiguos ejes de la economía
han caído dejando paso a la marca, la reputación, la imagen, la responsabilidad so-
cial corporativa y gestión del conocimiento como pilares que permitirán generar
diferencias entre las posibles ofertas, es más, permiten ofrecer mejores ofertas y
aportar valor a las organizaciones preocupadas por su gestión.
viii Prólogo
Los autores
Introducción
La empresa como
organización
En esta parte del libro se pretende introducir al lector en el mundo de las organizacio-
nes en general y de la empresa en particular. Para ello se emplea la óptica que define a
las empresas como organizaciones,1 lo que permite hablar del valor de las personas
en las empresas, entendiendo que las personas son los auténticos titulares de la mayor
parte de los activos intangibles y, en cualquier caso, los gestores de todos ellos.
Entendida la empresa como organización, es posible concebirla como un siste-
ma, es decir, como un todo que es superior a la suma de sus partes y que opera en un
contexto formado por: los objetivos de la misma, el entorno, la tecnología o forma
de trabajar, el tamaño y el ciclo de vida de la organización, la estructura y, por últi-
mo, la cultura organizacional.
En ese sentido, la organización se puede definir como un sistema humano de
cooperación y coordinación acoplado dentro de unos límites definidos para perse-
guir metas y objetivos compartidos (Hodge, Anthony y Gales, 2005).
1 Toda empresa puede ser definida como una organización, pero no toda organización es una
empresa como se desprende de la definición de organización dada al final de este epígrafe.
2 Capítulo 1
La organización de la empresa
Las empresas deben organizarse para conseguir sus objetivos y metas, es decir, es-
tructurarse. Para organizar una empresa primero se deben identificar los procesos de
trabajo y luego dividirlos en tareas. En segundo lugar, se agrupan las tareas en acti-
vidades y se definen puestos de trabajo asignando actividades a éstos. Posterior-
mente ocurre la definición de responsabilidades y coordinación de puestos para, en
último lugar, establecer mecanismos de control del logro de los objetivos.
La empresa como organización 3
2 Recuerde el lector que fue Adam Smith quien primero demostró este principio aplicándolo en
una fábrica de alfileres.
4 Capítulo 1
Dirección
Jefes de Área
o Función
Directivos
Mandos Intermedios
Operarios
Centralización × × Centralización
Jerarquización × × Jerarquización
Formalización × × Formalización
Especialización × × Especialización
Estandarización × × Estandarización
Según el modelo, cuando una empresa opta por trabajar con un alto grado de centra-
lización, jerarquización, formalización, especialización y estandarización, está siguien-
do un modelo burocrático de diseño organizativo, mientras que si decide optar por
niveles bajos de centralización, jerarquización, formalización, especialización y estan-
darización estará aplicando un modelo adhocrático de diseño organizativo.
Conviene señalar dos ideas. La primera es que normalmente, a la hora de estruc-
turar una empresa, el hecho de aplicar alguna de estas variables del diseño o princi-
pios administrativos en un grado determinado, conllevará, por coherencia, un grado
similar de aplicación en el resto de principios. La segunda idea es que entre estos dos
modelos extremos caben innumerables opciones.
Por último, no se puede decir que un modelo sea mejor que otro. La bondad de
un modelo viene determinada por su eficacia y eficiencia. Para conseguirla, la es-
tructura debe adaptarse a los llamados factores contingentes, es decir, depende de la
situación concreta de cada empresa con su entorno, con sus metas y objetivos, con
su tecnología, con su cultura y con su tamaño.
El diseño funcional
Director
general
Este tipo de estructura agrupa tareas y actividades que se relacionan con un produc-
to, un mercado o un área geográfica.
La estructura por resultados es adecuada para empresas grandes que poseen más
de un producto, atienden a más de un mercado o están ubicadas en más de una zona
geográfica. Las figuras 1.5, 1.6 y 1.7 muestran ejemplos de ellas.
Su ventaja principal consiste en ganar mayor sensibilidad hacia las necesidades de
productos, mercados o áreas geográficas gracias a la descentralización de cada división,
lo cual permite una mayor focalización y canalización de recursos para cada producto,
mercado o área geográfica.
Entre sus principales desventajas están los conflictos originados entre divisiones,
el impedimento a las economías de escala al repetirse funciones y recursos para cada
división, y la falta de coordinación entre divisiones (productos, mercados y áreas
geográficas).
Cada vez con mayor frecuencia se puede encontrar una combinación de función
en este tipo de estructuras. Se trata de lograr las ventajas que proporciona el mode-
lo funcional en algunas funciones (economías de escala y precisión técnica), a la vez
que se mantienen las divisiones para no perder sensibilidad al entorno.
Presidente
ejecutivo
Consejo de
administración
Director de
Director de Director de Director de Director de Director de Director de Director de Director de
diseño
ventas publicidad fabricación ventas publicidad producción ventas publicidad
y montaje
Presidente
ejecutivo
Consejo de
administración
Vicepresidente de ventas
Presidente
ejecutivo
Consejo de
administración
Vicepresidente
de ventas
No obstante, las pymes presentan también algunas ventajas sobre las empresas
grandes:
fabricación, las finanzas, las compras, etcétera. Este bajo aprovechamiento se explica
por el desconocimiento de tales instrumentos por parte de empresas y trabajadores, por
la falta de preparación, formación y experiencia de los empleados y por las dificulta-
des para conectar o sincronizar adecuadamente el software de las diferentes áreas
internas de las empresas.
Por último es importante comentar las áreas de mejora más frecuentes en las
pymes para encarar con probabilidades de éxito el futuro:
El contexto mundial
de las organizaciones
Las organizaciones en el siglo xxi se enfrentan a una serie de retos que son conse-
cuencia de dos grandes fenómenos: la extensión de las nuevas tecnologías y la glo-
balización. La internacionalización ya no es algo que haya quedado limitado a las
grandes empresas y los grandes capitales, sino que una organización pequeña y local
también tiene posibilidades de abrir, al menos, una ventana electrónica hacía otras
fronteras y a través de Internet llegar a los lugares más alejados del planeta para
vender sus productos o servicios.
Ahora bien, en este proceso de internacionalización las pequeñas y medianas
empresas tienen algunas limitaciones propias de su condición, como son una direc-
ción demasiado personalizada y centrada en el dueño, una baja cultura empresarial,
un escaso interés por los procesos de comunicación y dificultades para alcanzar altos
niveles de productividad, por citar sólo las más habituales. Estas dificultades existen
en líneas generales en todas estas organizaciones, independientemente de la región
del mundo en la que se desarrollen, incidiendo en la dificultad que muchas de ellas
tienen para realizar una adaptación exitosa a los rápidos cambios tecnológicos que
en la actualidad se suceden.
La internacionalización de las grandes empresas ha experimentado un gran
avance en los últimos 30 años, a pesar de la serie de crisis financieras que han azo-
tado el mercado internacional en la década de 1990. Según datos publicados en el
año 2000 por la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo
(unctad) y que recogen Schatan y Ávalos en su libro sobre las condiciones de
16 Capítulo 2
abriendo la posibilidad de que no sólo las grandes, sino también las pequeñas em-
presas, puedan diversificar sus actividades al exterior. Alianzas como el Acuerdo
general sobre aranceles de aduanas y comercio, por su siglas en inglés gatt, al que
ingresó México en 1986, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, en
vigor desde 1993, o el Acuerdo sobre Asociación Económica, Coordinación y Co-
operación Política, más conocido como Acuerdo Global, firmado entre la Unión
Europea y México que funciona desde octubre del 2000, abrieron nuevas perspecti-
vas debido al establecimientos de políticas comerciales beneficiosas para los socios,
así como de áreas de libre comercio que facilitaron todo tipo de intercambios.
Por otro lado, la economía globalizada actual tiende a generar lo que se denominan
economías entrelazadas, lo que obliga a toda empresa que quiera entrar en dicho
entramado a tener que cumplir una serie de requisitos mínimos para poder competir
en el mercado internacional. Un requisito básico es la calidad. Tanto las leyes nacio-
nales, como las internacionales y los contenidos de los acuerdos comerciales entre
estados, tienden en todos los casos a garantizar el cumplimiento de unos estándares
mínimos que aseguren tanto el servicio que se ofrece como la calidad del producto
que se vende e incluso el proceso de fabricación o producción del bien.
Todo ello obliga a que las empresas en general deban ocuparse prioritariamente
de temas como la competitividad. A ello se añade el hecho de que las organizaciones
se enfrentan a públicos cada vez más exigentes, que conocen sus derechos y los exi-
gen y que están muy influidos por los medios de comunicación, factor éste que debe
contemplar una empresa cuando diseña su plan de actuación.
Ahora bien, además del imprescindible requisito de cumplimiento de estánda-
res, la capacidad de internacionalización de las empresas y sus productos depende en
gran medida del tamaño de las empresas, así como de la rama de actividad en la que
se desarrollan y el producto que deseen comercializar. En este sentido, como se
apuntó anteriormente, las pymes, a pesar de las novedosas vías que han abierto tec-
nologías como Internet, son las empresas que se encuentran con mayores dificulta-
des para poder desarrollar actividades en el ámbito internacional.
Otros problemas a los que las empresas deben hacer frente en este mercado glo-
balizado y en constante expansión son la saturación y duplicidad que se produce
tanto en productos como en servicios, lo que dificulta el éxito empresarial y entor-
pece la diferenciación de las marcas.
evolutivo y dinámico de largo plazo que afecta gradualmente a las diferentes acti-
vidades de la cadena valor y a la estructura organizativa de la empresa, con un
compromiso e implicación creciente de sus recursos y capacidades con el entorno
internacional, y basado en un conocimiento aumentativo” (Villarreal, 2005:58).
Partiendo de esta idea y desde un marco teórico clásico aplicable a las pequeñas
y medianas empresas, podemos hablar del llamado Modelo Uppsala, concebido en
1975 por Johanson y Wiedersheim-Paul, investigadores de la Företagsekonomiska
Institutionen de la ciudad de Uppsala. Ellos partían de la idea de que las actividades
empresariales comienzan de forma nacional y que sólo en un estadio posterior y de
manera gradual, basándose en la experiencia de las actividades realizadas, es cuando
las empresas comienzan su proceso de internacionalización, el cual se irá incremen-
tando con el paso del tiempo, cuando a la actividad primera se vaya sumando una
segunda y así sucesivamente (Johanson y Wiedersheim, 1975).
Desde esta perspectiva y a partir del seguimiento de los pasos adecuados y los
ritmos correctos, las pymes tienen una mayor oportunidad de conseguir internacio-
nalizar sus actividades. Dos años después, mejorando el modelo inicial, el propio
Johanson, junto con J. E. Vahlne (1990) propusieron una serie de pasos que las
empresas debían seguir para internacionalizarse con éxito. Así, la primera exigencia
a cumplir es conocer el mercado hacia el que se dirige la empresa. Una vez realizado
esto, se establecerán una serie de reglas de actuación que son de exigible cumpli-
miento si se quiere tener éxito en la expansión. A la vez, también es imprescindible
conocer los recursos reales con los que se cuenta, así como saber cuáles de éstos se
pueden y se van a comprometer en el proceso de internacionalización.
Con el tiempo, los propios autores reconocieron que su propuesta era excesiva-
mente determinista y que los cambios promovidos por la globalización imponían la
necesidad de modificar el valor de las variables en juego.3 Una de las grandes críticas
que en la actualidad se puede hacer al modelo de Uppsala está referida al tiempo.
Como planteamiento gradual que es, su implantación conllevaba ritmos de realiza-
ción amplios.
Las nuevas tecnologías con Internet y las páginas Web a la cabeza han cam-
biado radicalmente dichos ritmos, acelerando los procesos en gran medida. De-
bido a ello, la aplicación del modelo de Uppsala, si bien básicamente sigue siendo
válida, comienza a estar cuestionada. Como pone de manifiesto Olivares Mesa
(2005:129), “una de las principales críticas es que el modelo falla a la hora de
explicar adecuadamente las realidades de la internacionalización en una era
Toda organización, ya sea grande o pequeña, debe tener una identidad propia que la
haga diferente a las demás. Esa identidad es lo que en la actualidad y según las ten-
dencias contemporáneas se llama cultura organizacional y puede definirse como “un
conjunto de reglas relativamente estables que se comparten sobre cómo comportarse,
así como una serie de valores sobre lo que es importante” (Adler y Marquardt, 2005).
Para su éxito, una empresa cuenta con una serie de activos tangibles e intangi-
bles. Entre estos últimos, junto con la reputación, tanto de su producto como de su
marca, o las habilidades de sus trabajadores, se encuentra la cultura organizacional.
Siguiendo a Oster (1999), esta cultura organizacional se logra teniendo en cuenta
factores como la forma de comportarse de los integrantes de la empresa, la ideología
que ésta tenga, su tradición en el mercado o el estilo de liderazgo. En el caso de las
pymes, el activo intangible vendrá determinado en gran medida por la dirección del
propietario de la misma y su capacidad de liderazgo, aunque en muchos casos, cuando
una pyme asume el reto de internacionalizarse sería recomendable dejar la gestión
de dicho proceso en manos de una gerencia profesional.
Es importante que cualquier pyme que quiera abrirse a mercados externos
posea una sólida cultura organizacional que le permita afrontar los retos a los que de
manera irremediable se enfrentará desde una posición de fuerza interna, en la que
22 Capítulo 2
sus valores y formas de hacer, que le han distinguido de sus competidores localmen-
te, se conviertan en un activo a explotar para alcanzar el éxito y no en un lastre. A
partir de esa ventajosa posición podrá actuar con una estrategia que la haga más
eficiente, a la vez que los procesos de cambio a los que se vea sometida se verán
facilitados.
No obstante lo anterior, no hay que olvidar que la cultura organizacional está
enraizada en la cultura de cada país, por lo que no siempre resultará conveniente
aferrarse a determinados elementos, ya que habrá que asumir elementos propios de
la filosofía del nuevo entorno, los que, a su vez, habrá que conjugar con la visión del
mundo que tenga el líder y propietario. Por ello, es importante que una vez salvados
los valores básicos, el resto del proceso se acometa desde la flexibilidad y la necesaria
adaptación de las formas de hacer y las costumbres del lugar al que se quiere llegar.
Hay que tener en cuenta, asimismo, que la cultura organizacional de una empre-
sa está ligada al entorno externo de la misma, por lo que si este contexto cambia, la
cultura organizacional deberá adaptarse y transformarse en función de las nuevas
necesidades. Estos cambios, en lugar de “sufrirlos”, hay que sentirlos como oportu-
nidades de crecimiento y expansión. Por todo ello, es imprescindible tener presente
la diversidad cultural y actuar conforme a la misma.
En resumen, una empresa que quiera internacionalizarse tendrá que contar entre
los valores básicos de su cultura organizacional con la idea de sensibilidad cultural
que, siguiendo la idea expresada por Phatak (1983), no es más que la inclinación a
querer saber y comprender los motivos por los que las personas de otras culturas
actúan como lo hacen. Una vez entendidos los mismos, será mucho más fácil iniciar
una relación comercial satisfactoria. Es decir, una vez que la pyme haya iniciado
su establecimiento allende las fronteras, tendrá que desarrollar la capacidad de po-
ner en práctica lo que podríamos denominar una determinación maleable, entendida
ésta como la capacidad, aun manteniendo su especialización, de responder adecua-
damente a los cambios que se produzcan en el contexto del mercado internacional
de los bienes y servicios que le afecten en forma directa.
En general, una de las ventajas que tienen las pymes en comparación con las
empresas más grandes, es precisamente la capacidad de adaptación a los diversos
avatares productivos, debido a que tienen un menor nivel de actividad que las me-
dianas y grandes empresas.
Diversidad cultural
Todo proceso de abrirse a otros mercados desconocidos implica, además del riesgo
económico, otro de índole cultural y político. Para minimizarlos, es necesario que
El contexto mundial de las organizaciones 23
De acuerdo con Marta Rizo (2006:1), las redes sociales son “formas de interacción
social, espacios sociales de convivencia y conectividad. Se definen fundamentalmen-
te por los intercambios dinámicos entre los sujetos que las forman. Las redes son
El contexto mundial de las organizaciones 25
Es muy importante que se identifiquen los elementos comunes para los posibles
integrantes de la red. Es decir, qué necesidades existen, qué problemas se pueden
solucionar, qué se puede ofrecer, qué se demanda… Una vez establecido lo anterior,
será necesario conocer quiénes de verdad están interesados en integrar la red, con
qué recursos y vías de comunicación se cuenta y qué es lo que se quiere hacer con,
para y a través de la red. Hoy día muchas empresas tienen programas informáticos
dedicados precisamente a la configuración de redes sociales y profesionales en fun-
ción de las necesidades de la organización. Alejandro Asúnsolo, responsable de Mi-
crosoft SBPortal, sostiene que en toda red social hay que contar con tres elementos:
actores, ideas y estructuras. Añadiendo que tanto el aprendizaje de las redes sociales
como la habilidad para manejarlas son elementos clave que pueden determinar el
éxito o el fracaso de cualquier iniciativa o proyecto (Asúnsolo, 2009).
Capítulo
A finales del siglo xx surgió un nuevo enfoque que ha trastocado los cuatro pilares
en que se sustentaba el pensamiento empresarial desde finales del xix: el capital, la
organización, la producción y la administración. Como señala Costa (2003) “ningu-
no de estos viejos pilares, hoy en día, tiene valor estratégico. Por esto mismo no
sirven para diferenciar a la empresa de las demás, para hacer deseable una marca o
hacer confiable una empresa, ni menos aun para sustentar en ellos el desarrollo y
asegurar la sostenibilidad del negocio. (…) Es el fin del pensamiento industrial y de
la cultura material en los últimos alientos del siglo xx”.
Tratar de explicar los procesos por los que se ha dado esta situación en la empre-
sa implica definir otro concepto cada día más importante en la gestión empresarial,
el de ventaja competitiva. Los recursos son la fuente potencial de la ventaja compe-
titiva. Los recursos son los activos vinculados a la empresa, tanto tangibles como
intangibles, que contribuyen a satisfacer necesidades. Los recursos tangibles cada
día tienen más difícil generar ventajas competitivas, sin embargo los intangibles son
más valorados a la hora de crear nuevas ventajas competitivas que hagan a la empre-
sa diferente.
Tal como puede apreciarse en la figura 3.1, la ventaja competitiva de una empresa
es la relación entre ésta y sus competidores teniendo presentes a sus clientes. Un
cliente a la hora de cubrir una necesidad tendrá, en un mercado en competencia, la
posibilidad de adquirir el producto o servicio de la empresa en cuestión o de la com-
petencia según qué relación Precio/Valor él considere más positiva. De este modo,
una empresa debe conseguir que su relación precio/valor sea superior a la competen-
cia a través de algún mecanismo, pero este mecanismo debe, además, ser sostenible
en el tiempo, es decir, que los competidores no puedan imitarlo, copiarlo, adquirir-
lo en el mercado o sustituirlo por otro similar pues, en ese momento, su ventaja
competitiva se esfumaría.
CLIENTE
Precio/Valor Precio/Valor
Compañía Competidor
Ventaja Competitiva
¿Dónde está el origen de una ventaja competitiva? Una empresa desarrolla y produ-
ce productos y servicios mediante los factores de producción. Tradicionalmente
¿Qué son los activos intangibles? 29
Imagen corporativa
Como se ha dicho en el epígrafe anterior, el concepto de imagen corporativa ha sido
el más relevante hasta hace unos años, en que ha sido superado por otros que han
venido a profundizar en su definición dando lugar a elementos más complejos como
la marca (no entendida en ningún caso como las marcas de los productos) o la repu-
tación.
El concepto de imagen aparece muy cercano al de identidad corporativa, pudién-
dose entender como las dos caras de la misma moneda. La identidad es la esencia de
la empresa, su realidad, mientras que la imagen es la representación de la identidad
de cara a los públicos. En este sentido, una imagen positiva, no es sólo el resultado de
una buena comunicación, sino que además es fruto de una buena y sólida gestión
de la identidad, lo que implica a su vez: hacer bien mi trabajo (comportamiento
corporativo), saber quién soy y qué valores definen mi forma de actuar (cultura cor-
porativa).
La identidad corporativa debe ser definida dentro de la empresa a través de su
visión (propósito último, noble meta a alcanzar por la empresa que debe ser posible),
misión (parámetros reales en los que se sustenta la consecución de la visión) y proyecto
¿Qué son los activos intangibles? 31
empresarial (orientación estratégica básica que se dará a la empresa para que alcance la
visión y misión). En este sentido, la identidad corporativa debe recogerse en un docu-
mento llamado Carta de Identidad que debe ser el punto de partida para iniciar cual-
quier acción y que sienta las bases de cualquier actuación comunicativa.
Por otra parte, es fundamental no confundir el concepto de identidad corporativa
(esencia y realidad de la organización, lo que es y a lo que se dedica) con el concep-
to de identidad visual corporativa como el conjunto de normas gráficas que ayudan a
la empresa a presentarse a través de un determinado logosímbolo y su sistema de
aplicación a los diferentes soportes.
La identidad visual corporativa ayuda a la empresa a ser representada y a trasmi-
tir una determinada personalidad corporativa a través de sus colores, tipografías,
símbolos y la manera de combinarse entre ellos. La identidad visual corporativa
debe estar recogida en el Manual de identidad visual corporativa.
Por último, no debe confundirse tampoco, la identidad visual corporativa con la
imagen corporativa, la primera es el resultado de una convención gráfica que será
usada en la comunicación con los públicos, la segunda es el estado de opinión que
los públicos crean a partir de todos los inputs recibidos de la empresa (entre ellos la
identidad visual corporativa). Dicho de otro modo, la identidad visual corporativa
sirve para ayudar a que los públicos generen la imagen corporativa.
La imagen de una empresa debe gestionarse tanto a nivel interno como externo,
de puertas para afuera y de puertas para adentro. Debe ser planificada previamente
por la persona encargada de la comunicación, siempre con el apoyo de la alta direc-
ción, cualquier descuido en su planificación puede ser grave para la marcha de la
organización y sus consecuencias pueden ser irreparables, al menos a corto plazo. A
largo plazo, puede perjudicar seriamente la reputación corporativa.
La reputación corporativa
La reputación corporativa además de estar muy relacionada con la imagen corpora-
tiva se encuentra muy ligada a la gestión de la marca como otro importante activo
intangible y, en parte, la reputación corporativa es consecuencia de una buena ges-
tión de marca.
El Foro de Reputación Corporativa, en 2005, la define como el conjunto de
percepciones que tienen sobre la empresa los diversos grupos de interés con los que
se relaciona, tanto internos como externos, y el reconocimiento que los mismos dan
a una compañía respecto de su comportamiento corporativo a partir del grado de
cumplimiento de sus compromisos con relación a sus clientes, empleados, accionistas
si los hubiere y con la comunidad en general. En esta línea, para Gutiérrez-Rubí (2005)
32 Capítulo 3
La marca
Imagen y reputación
No necesariamente una buena imagen corporativa indica una buena reputación em-
presarial: pero de ningún modo se trata de vecinos distantes. Toda empresa, lo
quiera o no, lo planifique o se genere sobre la marcha, construye una identidad cul-
tural caracterizada por la capacidad de reconocerse en ella y de ser reconocido por otros
a través de ella. Una identidad definida ayuda a los miembros de la empresa a crear
un sentido de pertenencia, una idea de finalidad en sus objetivos y una identificación
con formas simbólicas, como los logotipos y otros elementos visuales, y determina-
das prácticas y valores verificados en la empresa. El supuesto es que la empresa ela-
bora sus planes, se desempeña, experimenta y construye su ideología y creencias
sobre esta identidad, concebida como un espacio de referencia de empresa, siempre
en negociación y en continuo cambio.
Esta identidad también se traduce en una personalidad corporativa, el “conjunto
de manifestaciones voluntarias que una organización efectúa para proyectar ante sus
públicos una imagen intencional positiva” (Villafañe, 2004: 192). Así como entre
las personas hay personalidades agresivas, de temperamento conflictivo, también las
hay apocadas, tímidas, frías y distantes. Pero también las hay asertivas y participati-
vas, buenas gestoras de conflictos, es decir, tienen sus habilidades sociales y su inte-
ligencia emocional en un buen sitio.
La imagen de la empresa es aquello que los distintos públicos –clientes,
empleados, gobierno, inversionistas, entre otros– perciben respecto a esta organiza-
ción: es identidad observada y valorada. Es un conjunto de supuestos que se aprecian
o no, que se destacan con celeridad o se enjuician gravemente. Una empresa es capaz
de planificar esta imagen y construir alrededor de ella una serie de atributos positi-
vos que las personas serán capaces de relacionar con su presencia, sus productos y
servicios.
También la reputación es percepción, pero la diferencia descansa en que la ima-
gen corporativa es una construcción social dada en una coyuntura temporal especí-
fica, es decir, la percepción en el aquí y el ahora medible por una serie de estudios.
La gestión de los activos intangibles 39
Identidad corporativa
(nombres, marcas, símbolos, autorrepresentaciones)
Es percibido a través de
Reputación corporativa
bién por la justicia social y la actitud de servicio comprometido. Para Simon Zadek
(2007:39), las empresas evolucionan a través de cinco etapas de involucramiento y
conciencia de su papel en el desarrollo de las comunidades, como se puede apreciar
a continuación, en la tabla 4.1.
Gestión Introducen el tema social dentro Para mitigar la erosión de valor económico
de sus procesos centrales de en el mediano plazo y obtener ganancias
gestión. de más largo plazo al integrar prácticas de
negocios responsables en sus operaciones
diarias.
Estrategia Integran el tema social en sus Para mejorar el valor económico a largo
estrategias centrales de negocios. plazo y obtener ventajas al ser los primeros
en alinear las estrategias y las innovaciones
con el tema social.
Una de las dudas frecuentes es si las empresas que no realizan acciones de res-
ponsabilidad (o filantropía social) se benefician cuando otras empresas del sec-
tor las ponen en práctica. Aunque saquen provecho, que lo obtienen, diferentes
experiencias sostienen que las organizaciones protagónicas sí establecen una
ventaja competitiva sobre aquellas que aprovechan las iniciativas ajenas; por ejem-
plo, establecen mejores y más estrechas relaciones con gobiernos y organizaciones,
se convierten en socios preferidos e incluso, como fomentadores de experiencias
culturales o turísticas –como en el caso de empresas que financian la preservación
42 Capítulo 4
Planificación de la responsabilidad
Hay que aclarar que la reputación y la rsc implican mucho más que conseguir
el distintivo esr (Empresa Socialmente Responsable) o Apoyamos el Pacto
Mundial, tampoco sólo lograr un posicionamiento afortunado en rankings
anuales al respecto o formar parte de la organización Business for Social Res-
ponsibility.
Tampoco se trata únicamente de conseguir publicidad no pagada a través de la
cobertura mediática de la actuación social de la empresa. La rsc no es mercadotec-
nia social, aunque con frecuencia se confundan. Esta última se focaliza en la publi-
cidad obtenible y las prácticas competitivas y no en el impacto social. La
filantropía estratégica, que podría ser un buen sinónimo de rsc, enfatiza en cambio
el compromiso y la disposición de la empresa en un escenario de concordancia y
buena voluntad hacia una convergencia de intereses (Porter, 2007). Para encon-
trar la adecuada combinación de beneficios sociales y económicos es necesario
establecer cómo lograr las mayores ventajas y el mayor impacto al mismo tiempo,
como lo indica la figura 4.1.
De acuerdo con Michael Porter (2007) para lograr valor social es necesario que
las empresas estudien el entorno y con fundamentos: a) Seleccionen los mejores re-
ceptores, no los más famosos, sino los más efectivos con el manejo de recursos y que
mejor se adecuen a los valores de la empresa. b) Como precursores y empresas sus-
tentadas en su credibilidad, hagan señales a posibles donantes para su incorporación
a determinadas áreas y pugnen por una distribución más equitativa de la filantropía
social. c) Mejoren el desempeño de los receptores de las contribuciones, a través de
asistencia no monetaria como programas de capacitación, acceso a tecnología o ase-
soría para la mejora de la educación o la eficacia organizacional y operativa. d) Opti-
micen el conocimiento y la práctica en el terreno mediante la implementación de
estrategias innovadoras.
Establecida esta zona de convergencia de beneficios recíprocos, es necesario que
la empresa defina las acciones específicas que desea implementar y que serán nece-
sariamente congruentes con su identidad y cultura organizacional. Para ello, debe
establecer una marco de reputación, es decir, un cruce de variables entre los valores
sobre los que la empresa desea construir su reputación a largo plazo y sus distintos y
variados públicos estratégicos.
La gestión de los activos intangibles 43
Filantropía pura
Beneficio
social
Combinación de beneficios
Interés
comercial
Beneficio económico puro
4 Ecoeficiencia: Productos o servicios con precios competitivos que, a la vez que mejoran la
calidad de vida y promueven el desarrollo, reducen progresivamente el impacto sobre el
medio ambiente (Villafañe, 2004:190).
44 Capítulo 4
1. Protección de la biosfera.
2. Utilización sostenible de los recursos naturales.
3. Reducción y eliminación de desperdicios.
4. Conservación de la energía.
5. Reducción del riesgo.
6. Productos y servicios seguros.
7. Restauración ambiental.
8. Información para el público.
9. Compromiso de la administración.
10. Auditoría de informes.
La Global Reporting Initiative (gri), por su parte, ha desarrollado una guía para la
elaboración de memorias de sostenibilidad (G3) para grandes empresas, con indicadores
de actuación económicos (desempeño económico, presencia en el mercado, impactos
económicos indirectos), ambientales (uso de materiales, energía, agua, biodiversidad,
emisiones, vertidos y residuos, productos y servicios, cumplimiento normativo, trans-
porte) y laborales (empleo, relaciones empresa/trabajadores, salud y seguridad en el tra-
bajo, formación y educación, diversidad e igualdad de oportunidades). Se trata de una
guía completa que también incluye indicadores sobre derechos humanos, condiciones
sociales y responsabilidad sobre los productos y servicios de las empresas.5
En otro ámbito más centrado en las condiciones de trabajo y su percepción, la orga-
nización internacional Great Place to Work realiza anualmente un estudio en 40 países:
“Los principales objetivos del Ranking del Great Place to Work Institute México, son
facilitar la gestión del conocimiento y el compartir experiencias entre todas aquellas
organizaciones que saben que el modo de conseguir los mejores resultados de negocio
es mejorar la calidad de sus lugares de trabajo”. Los resultados de esta consulta se ba-
san en dos cuestionarios, el Trust Index de Best, que evalúa la credibilidad, respeto,
justicia, orgullo y camaradería, y el Culture Audit, que pregunta sobre la demografía de
los colaboradores (cantidad de colaboradores de la empresa, rotación voluntaria, des-
agregación étnica, ocupación, entre otras), información general acerca de la compañía
y los beneficios y compensaciones extraordinarias ofrecidas a los colaboradores (por
La revista Latin Trade realiza cada año su consulta “Mejores empleadores” entre públi-
cos externos y empleados, con indicadores como: a) Capacidad de ascenso profesional en
la empresa. b) Sistema de compensación laboral basado en resultados. c) Enfoque en el
cliente. d ) Orientación a la ejecución de resultados. e) Motivación y, f ) Confianza y
ética en la organización. El estudio Empresas con Más Responsabilidad Integral, publi-
cado por la revista Mundo Ejecutivo en México atiende variables como:
q Política de sustentabilidad.
q Método o sistema para la formación y capacitación de empleados.
q Otorgamiento de información de Desarrollo Sustentable a empleados.
q Becas para empleados.
q Prestaciones para empleados.
q Permisos tanto para hombres y mujeres para ausentarse del trabajo con el propó-
sito de convivir con la familia sin afectar vacaciones y descuentos.
q Programas de ayuda a comunidades de la región.
q Empresas con fines sociales.
q Programas para personas con capacidades diferentes.
6 Great Place to Work en www.greatplacetowork.com.mx.
46 Capítulo 4
Sin embargo, no todas las problemáticas sociales se han alcanzado con estrategias de
rsc. De acuerdo con un estudio de Fondo Unido y United Way, en conjunto con el
Instituto Tecnológico Autónomo de México (itam) y Alternativas Sociales en
Planeación y Evaluación (aspea), las áreas de mayor inversión social para las
empresas en México son la educación, la salud, la niñez, el medio ambiente y los
desastres naturales, en menoscabo de los apoyos al vih-Sida, proyectos productivos,
derechos humanos, ciencia y tecnología y desarrollo rural (Martínez, 2007). Esto
representa una zona de oportunidad para muchas empresas que aún no deciden
cómo gestionar su responsabilidad social.
La publicación de resultados
Asimilación
CE CT
Extensión
Conocimiento Apropiación
Explícito
CE
Reflexión
Externalización
Diálogo
Internalización
Conocimiento
Tácito
CT
Diseminación
CE CT
De esta manera Nonaka y Takeuchi (1995) terminan por describir el modo en que
la organización crea conocimiento. Partiendo del conocimiento tácito individual,
éste se socializa para después articularlo y mediante la combinación extenderlo a
todos los niveles. Es así como se crean productos o servicios finales. Pero, además,
se generan las rutinas organizativas, las capacidades y una cultura organizativa que
da lugar a capacidades o competencias. Entre las nuevas capacidades y competencias
está la del aprendizaje que a su vez suscita nuevas capacidades, conocimientos y
recursos.
Capítulo
La nueva comunicación
empresarial al servicio
de los activos intangibles
Aunque la comunicación es una de las herramientas más importantes para gestionar
los activos intangibles (Villafañe, 1999), se debe tener en cuenta que ésta no es la úni-
ca herramienta para su gestión, puesto que los activos intangibles, a pesar de su natu-
raleza inmaterial a priori, dependen en gran medida del comportamiento corporativo
y en ocasiones presentan dimensiones más rígidas y dependientes de otras decisiones
corporativas, lo que se escapa del ámbito directo de la comunicación. Por otra parte,
no todos los activos intangibles de una organización son igualmente importantes para
reforzar el valor de la empresa y no en todos ellos la comunicación tiene algo que
aportar. Por ejemplo, las patentes son activos intangibles que la empresa puede poseer,
pero que no son directamente gestionables por medio de la comunicación.
Después de estas consideraciones es pertinente perfilar el concepto de comu-
nicación empresarial. En muchas ocasiones, sobre todo en pequeñas empresas, la
comunicación empresarial se reduce a la comunicación oral y voluntaria que se
genera dentro de la organización, comunicación espontánea, que no necesita ser
gestionada.
Por otra parte, es posible confundir la comunicación empresarial con la informa-
ción que genera la empresa. La información es parte de la comunicación pero no
está reducida a ella. En esta línea, Puyal (2001) dice que en muchas empresas “sigue
cometiéndose el error de identificar comunicación con información. La información
es sólo una parte de ese proceso –el contenido de lo que se comunica– y por sí mismo
no produce comunicación”.
52 Capítulo 5
La comunicación integral
Tradicionalmente se entiende que la comunicación empresarial se divide en comu-
nicación externa e interna, Costa (2001) critica este planteamiento entendiendo que
existen tres dimensiones de la estrategia de comunicación: dimensión institucional,
dimensión organizacional y dimensión mercadológica.
En una línea similar a la de Costa, Ventura (2001) distingue tres dimensiones de
la organización con sus correspondientes tipos de comunicación.
En relación con estas tres dimensiones el autor hace referencia a tres tipos de comu-
nicación.
Por otra parte, la comunicación integral es un planteamiento que nace cuando los
profesionales de la comunicación, consultores, e incluso las propias empresas, em-
piezan a valorar el concepto de imagen, imagen del producto y de la empresa, lo que
supone el inicio de una nueva etapa de avance en esta dirección. Según lo hemos
dicho el concepto de imagen es central para entender la nueva comunicación empre-
sarial. La comunicación que se realiza de los productos y de la propia organización
debe traducir lo que la empresa es, es decir su identidad corporativa y aumentar el
valor consiguiendo una buena imagen a corto plazo y mejor reputación a largo plazo
para la organización.
Se entiende que en las grandes organizaciones se hable de comunicación integral
(como la mejor forma de conseguir una imagen corporativa global para la orga-
nización) mientras en las pequeñas empresas ni siquiera se conoce qué es la imagen
corporativa o la comunicación corporativa. En estas organizaciones es frecuente
la fragmentación de acciones inconexas, lo que supone un obstáculo para que
las empresas controlen y gestionen su comunicación con un enfoque estratégico, y
con la eficiencia y coherencia con las que controlan y gestionan sus otros recursos
estratégicos.
Para que la comunicación sea integral debe gestionarse de forma interrelaciona-
da y equilibrada, tanto la comunicación del producto (comunicación comercial), de
la empresa (comunicación corporativa y comunicación interna) y la gestión de su
imagen y otros activos intangibles (de naturaleza inmaterial pero de gran importan-
cia en el valor de la organización). Entre los activos intangibles estratégicos de una
empresa destacan los que ya han sido definidos: la marca (no entendida únicamente
como asociada al producto, sino como una experiencia a la que los públicos se en-
frentan cuando entran en contacto con la organización por cualquier medio), la
reputación corporativa, la responsabilidad social corporativa, la cultura corporativa
y la gestión del conocimiento.
En este sentido la comunicación integral se define en los mismos ejes que la
comunicación global (Páez y Fuenmayor, 2005). Es Regouby (1989) con su con-
cepto de comunicación global, quien la define como una óptica innovadora que enfa-
tiza las potencialidades de la comunicación de la empresa. Su definición implica la
aplicación de un nuevo paradigma organizacional basado en la firmeza de una filo-
sofía organizacional, una estrategia de marca, una política de medios de comunica-
ción, así como procesos administrativos de información y comunicación interna.
54 Capítulo 5
Comunicación comercial
(de producto)
Comunicación
interna
• Relaciones empleados
• Intranet
• Plan comunicación interna
La realidad es que hoy en día, y sobre todo en los foros académicos, se habla cada
vez más de comunicación empresarial como comunicación integral o global, pero en
la práctica existe una gran fragmentación, lo que es lógico, pero dificulta el desarrollo
de la comunicación como un sistema holístico según el enfoque anglosajón “commu-
nication holiste” es decir totalizadora (Mattelart, 2000:101). Para Páez y Fuenmayor
(2005) esta perspectiva holística se ve articulada en el término comunicación global (cg),
denominación que según los autores concentra los aportes de teóricos e investigadores
La nueva comunicación empresarial al servicio de los activos intangibles 55
suele ser un diseño gráfico que no traspasa las dimensiones del papel y que se erige
como simple logotipo, sin contenido que lo soporte y, aunque cada vez menos, crea-
do por no profesionales.
La comunicación que suelen hacer estas organizaciones primarias –en lo que a
gestión de la comunicación se refiere– está centrada únicamente en el producto y
cuando alguna se decide a comunicar sobre ella misma es porque sus productos en
sí no tienen personalidad de no ser por la empresa que los fabrica. Este escenario
reduce la comunicación empresarial a hacer publicidad o usar alguna otra técnica de
promoción del producto.
En la mayoría de los casos estas acciones aisladas se hacen cuando el producto y
la empresa están creados, y son fruto de una necesidad perentoria y sin integración
entre ellas. Es decir, no se han pensado a priori.
Las organizaciones de nivel secundario son las que actuando del mismo modo que
las primarias, pueden tener la necesidad de hacer también comunicación de la pro-
pia empresa, aunque suele reducirse a hacer alguna acción de comunicación de tipo
corporativo –dirigida a públicos externos– y que está, casi siempre, limitada a mante-
ner algún contacto con los medios de comunicación, intentando tener presencia en
ellos, dejando un pequeñísimo ámbito de trabajo para la comunicación interna.
Una de las razones por la que este panorama se produce es porque las empresas
medianas y pequeñas desconocen el alcance de la comunicación en las organi-
zaciones. Posiblemente, estas empresas pueden tener más o menos clara la forma de
hacer su publicidad dentro de lo que entendemos como comunicación de sus pro-
ductos y servicios, pero quizás no tengan tan claro cómo y por qué deben gestionar
la comunicación de la propia empresa.
La mayoría de los autores coinciden en el concepto de comunicación comercial,
y sobre todo de producto, para referirse a la publicidad y otras formas de promoción
comercial, pero difieren en el concepto de comunicación de la propia empresa. Para
unos, la comunicación de la propia empresa tiene el nombre genérico de comunica-
ción corporativa, para otros la comunicación corporativa es la comunicación de la
empresa que se dirige sólo a los públicos externos (Villafañe, 2000) y se diferencia
por tanto de la comunicación interna (la que se dirige a los públicos internos).
En esta línea, la publicidad parece encuadrarse sin dudas en la comunicación
comercial –aunque existe también la publicidad corporativa, claramente al servicio
de la organización–. En general, están más o menos definidas las técnicas para la
comunicación comercial, aunque no ha sido tan claro el punto de partida para definir
La nueva comunicación empresarial al servicio de los activos intangibles 57
Organizaciones avanzadas
Básicamente estas empresas son las que han incluido la gestión de los activos intan-
gibles en su política de comunicación junto con la tradicional gestión de la comuni-
cación comercial, corporativa e interna. Para este tipo de organizaciones no es
posible la gestión de la comunicación de forma tradicional sino que es necesario un
nuevo modelo. En este trabajo se propone una nueva forma de hacerlo a través de lo
que definimos como el Modelo de la Comunicación Espiral.
En el entorno más avanzado de la comunicación en las organizaciones, se sobre-
pasa el nivel primario y secundario descrito más arriba y se define un nuevo entorno
que está directamente relacionado con la gestión de los activos intangibles de las
organizaciones (Carrillo y Tato, 2005) como se verá a continuación.
Charles Handy, de la London Business School, publicó un libro titulado: The
Empty Raincoat (El impermeable vacío) (Handy, 1995). El impermeable vacío sirvió
a Handy como metáfora del escaso desarrollo tecnológico, industrial y de innovación
sufrido en aquella época por las organizaciones. Por otra parte, Schultz y Kitchen,
(2004), utilizan la metáfora del impermeable vacío para explicar cómo las firmas
aparecen en muchos casos como algo frío, sin contenido, monolíticas, a menudo sin
relación no sólo con sus clientes y consumidores, sino también con sus empleados,
accionistas y otros públicos de interés. Así se evidencia que en el mundo de hoy las
organizaciones deben comunicarse con los stakeholders o públicos de interés, capaces
de influir en el rendimiento de la organización.
58 Capítulo 5
iterativos, componen la forma, pero que, por separado no tienen valor más allá de
ser una línea curva contenida entre dos puntos. Las espiras tienen diferentes dimen-
siones, se hacen mayores según se alejen del centro de la espiral, por lo que los trazos
mayores abrazan a los menores, que con pequeños recorridos, se encuentran en una
posición más privilegiada y cercana al corazón de la empresa, que en este plantea-
miento debe ser la Dirección de imagen y comunicación.
Cualquier modelo resulta ser un todo compuesto de sus partes; según estos con-
ceptos geométricos descritos, la espiral representa el todo de nuestro modelo, mien-
tras que cada espira representaría las partes del mismo. Como es evidente, las partes
de la espiral (cada espira) están tan implícitas en ella, que no cabe la diferenciación de
las mismas en compartimentos estancos o trazos rígidos como se desarrollaban los
modelos de comunicación empresarial anteriores. La mayoría de estos modelos tra-
dicionales estaban basados en el organigrama de la empresa taylorista, dividida en
dos niveles que la diferenciaban, un nivel superior y otro inferior.
Más recientemente, la comunicación de la compañía, es considerada como un
proceso integral, que se asocia a una reestructuración profunda de la empresa dise-
ñada para hacerla más horizontal (Marion, 1998). Para Mattelart la comunicación
en la empresa se interpreta también de forma horizontal (Mattelart 2000) –lo que
no deja de establecer direcciones más o menos rígidas para la comunicación–, como
también destacaba Costa (2003) en forma de vectores. En contraposición a lo ante-
rior, la comunicación espiral es una manera de generar sinergias entre todas las polí-
ticas de comunicación, sin dividir las acciones en compartimentos estancos. Esta
vez, parece que los modelos de organigramas tradicionales que establecían com-
partimentos funcionales estancos dan paso a un nuevo diseño: las organizaciones
hipertexto definidas por Nonaka y Tackeuchi (1999). Estos autores proponen la
organización hipertexto como una nueva estructura que resulta más apropiada para
buscar tanto la eficiencia de una organización jerárquica/burocrática como la de una
organización flexible/estratégica. La comunicación espiral, como instrumento al
servicio de la gestión de un todo integrado, se desarrollará posiblemente con más
facilidad en el contexto de una organización hipertexto, donde por encima del orga-
nigrama rígido y de las funciones, están los objetivos que cumplir, y donde fluyen los
conocimientos para lograrlos a través de la comunicación y el apoyo de las nuevas
tecnologías.
La comunicación, en este sentido, dentro del entorno empresarial “administrará
el capital imagen” (Mattelart, 2000, p. 101); adicionalmente, administrará la ges-
tión adecuada de los principales activos intangibles. Por esta razón es que se sitúa en
el centro del modelo de comunicación espiral a la dirección de imagen y comunica-
ción (encargada directamente de esta gestión) vea la figura 5.2.
60 Capítulo 5
Entorno
externo
Entorno
interno
Dirección
de imagen y
comunicación
Como se ha planteado, resulta esencial identificar los públicos que tiene una
organización y determinar cómo se puede llegar mejor a ellos, y así ver cuáles son
las barreras que existen para comunicarse y cuánta necesidad de comunicación tiene
cada uno. Cuando se ha identificado al público en las categorías adecuadas, enton-
ces habrá más información para adaptar la comunicación y ésta será más eficaz.
62 Capítulo 5
Villafañe (1999) propone una serie de variables de configuración que ayudan a de-
finir el mapa de públicos necesario antes de cualquier actividad de comunica-
ción, representando el repertorio de colectivos diferentes, con los que la empresa se
comunica para ejecutar su estrategia.
Las nuevas tendencias en la comunicación han traído una nueva reestructura-
ción de los públicos y un nuevo concepto, el de stakeholders o públicos de interés para
la organización. De esta manera, ahora ya no se trata de hacer un repertorio de pú-
blicos sino de stakeholders. El repertorio de éstos debe ser amplio y debe englobar a
todos los públicos susceptibles de despertar algún interés para la organización.
La comunicación espiral se apoya en la necesidad de establecer el mapa de pú-
blicos de interés adecuados a los intereses de la propia organización desde su dimen-
sión interna hasta su dimensión externa. La eficacia de la comunicación espiral
estará en la capacidad de llegar a todos ellos y de colocar a los públicos en función
del interés para los objetivos de la organización. Los públicos más cercanos al núcleo
serán más interesantes para el cumplimiento de los principales objetivos que los más
alejados, que se van incluyendo en el movimiento de la espiral en forma secuencial.
Desde este momento, los públicos internos se revitalizan y se convierten en piezas
fundamentales de la organización.
Por otra parte, tradicionalmente se describen cuatro modelos para diseñar lo que
se ha denominado un mapa de stakeholders, todos ellos basados en la relación descri-
ta entre la empresa y los públicos identificados por ésta. Una de las aportaciones de
las teorías de Gruning y Hunt (1984) es reconocer que la aparición de un nuevo
modelo no elimina la práctica de los anteriores, ya que cada organización utiliza el
que mejor se adapta a su estructura y a la coyuntura en que se desenvuelve. Al día de
hoy, es posible plantear un paralelismo entre los modelos tradicionales y la evolu-
ción de las organizaciones.
Tipos de comunicación I
Comunicación comercial
Con el paso del tiempo y el incremento de la competencia, la comunicación ha ido
cobrando importancia en el organigrama de empresas e instituciones. En este pro-
ceso se ha priorizado la comunicación comercial frente a otros tipos de comunica-
ción que, poco a poco, van tomando importancia en las organizaciones.
La comunicación comercial, o comunicación del producto, ha sido, tradicio-
nalmente, la más atendida por parte de las organizaciones. En un contexto donde
concurren multitud de productos y servicios de características muy similares, la
mayoría de las veces la diferenciación viene de la mano de una eficiente comunica-
ción. “El encuentro entre oferta y demanda no es, sin embargo, espontáneo, sino
que exige la organización de actividades de unión; por un lado la organización
material del intercambio y, por otro, la organización de la comunicación” (Díez,
2002:21).
Con independencia de las dimensiones de las organizaciones la comunicación es
una herramienta estratégica para toda empresa que pretenda estar bien posicionada
en un mercado ampliamente competitivo.
En este sentido, la percepción que los públicos tienen de cada organización hace
que se decanten por un producto o un servicio determinados que probablemente
compita en igualdad de precio y características con otros bienes similares. Resulta
66 Capítulo 6
obvia, por tanto, la relevancia de una buena estrategia de comunicación para los
productos y servicios que comercializa una empresa.
Hay que tener en cuenta que la comunicación de los productos nunca debe estar
al margen de las características y objetivos que definen a la empresa, sino que debe
guardar fidelidad a la estrategia empresarial y estar en consonancia con el resto de la
comunicación que efectúe la organización.
No obstante, las pymes cuentan también con una serie de ventajas con respecto a la
comunicación comercial:
1. La venta personal.
2. La comunicación publicitaria.
3. La promoción de ventas.
La venta personal
intermediario. Puede tener lugar de diferentes maneras: cara a cara, por teléfono,
por correo, fax o a través de Internet.
La fuerza de ventas actúa como el vínculo de la compañía con los clientes, ya
que es la figura de la empresa con la que éstos pueden interactuar y de la que
extraen información que contribuirá a conformar su imagen sobre la compañía.
A su vez, la fuerza de ventas puede ofrecer a la organización, información de gran
valor acerca del cliente, ya que tiene datos basados en la observación directa sobre
el comportamiento de los consumidores en las distintas etapas del proceso de
compra.
La venta personal constituye una de las herramientas de comunicación más cos-
tosas que utiliza la compañía. Sin embargo también se trata del instrumento más
efectivo en cuestiones como la educación del comprador (cuando el manejo del pro-
ducto o servicio es complicado) o la negociación.
Las principales funciones que desarrolla la fuerza de ventas de una compañía son
las siguientes:
Conforme las empresas se desenvuelven en una competencia cada vez más in-
tensa se hace necesario que la fuerza de ventas se oriente más al cliente. La
perspectiva tradicional consideraba que el vendedor debía preocuparse exclusi-
vamente de la venta, y que el cometido de la empresa se centraba en la estrategia
y utilidades de la comercialización. La orientación al cliente considera que los
vendedores no deben limitarse a la venta de manera exclusiva, sino que deben
saber cómo generar satisfacción en el cliente, lo que se traducirá en utilidades
para la compañía. Así, se les pueden imputar tareas como analizar datos de ven-
tas, recabar datos sobre la potencialidad del mercado, e incluso desarrollar estra-
tegias.
Teniendo en cuenta su volumen de negocios, una compañía puede optar por
usar una fuerza de ventas propia o subcontratarla. En el primero de los casos,
los empleados trabajan exclusivamente para la empresa, bien en la propia sede o
realizando visitas a los clientes. La fuerza de ventas subcontratada se compone de
Tipos de comunicación I 69
Uno de los principales inconvenientes con el que se encuentran tanto las empre-
sas como los propios comerciales es la falta de motivación, el desacuerdo en las
contraprestaciones que perciben y la deficiente, e incluso inexistente, forma-
ción.
No son pocas las veces en que el personal de ventas está subestimado por la
propia empresa y, como consecuencia, sus resultados difícilmente serán satisfac-
torios. La empresa debe partir de una eficiente selección de su personal de ventas,
una adecuada formación y una compensación correcta de los mismos.
La comunicación publicitaria
De forma específica, la publicidad –al igual que la comunicación del producto– obe-
dece a los objetivos de informar, persuadir y recordar:
q Informa. Por un lado, dando a conocer al mercado los nuevos productos o servi-
cios, y por otro, recomendando el uso de los ya existentes.
q Persuade. La finalidad es crear una demanda selectiva. Se trata de decantar a los
usuarios por una marca a través de las características y el valor añadido que ofre-
cen los productos o servicios.
q Recuerda. El objetivo es recordar a los consumidores la existencia del producto,
sus cualidades, e indicarles cómo pueden satisfacer sus necesidades. Éste es el
caso de un producto consolidado en el mercado.
Tipos de comunicación I 71
Son las empresas encargadas de elaborar y ejecutar publicidad y por ende, publici-
dad por cuenta de un anunciante. En función del tipo de servicio que prestan a sus
clientes, podemos distinguir entre:
La promoción de ventas
El incremento de las ventas que persiguen las promociones puede plantearse desde
distintos enfoques:
En función del objetivo que persigan, las campañas de promoción de ventas se con-
sideran:
IMAGEN
INFORMACIÓN
IDENTIDAD
La empresa es una comunidad de marca que cruza con múltiples personas. Hay
que acentuar que los empleados son también agentes cotidianos de promoción y
ponderación de la identidad cultural de la empresa. Es necesario que el empleado
detente el conocimiento necesario, pero también que se encuentre motivado y con-
vencido. Un colaborador que se siente escuchado aumenta su productividad. Por el
contrario, un trabajador que recibe información y órdenes de distintos puestos es un
miembro en continua tensión e incertidumbre. Si una organización comunica men-
sajes contradictorios genera una especie de “esquizofrenia” que puede provocar la
falta de credibilidad en la organización.
Para reforzar tal relación entre información, imagen e identidad, las estrategias
de comunicación internas –aunque ya se dijo que lo interno no es necesariamente el
límite de interacción– suelen abordar tres constructos básicos:
(continúa)
80 Capítulo 6
Para Nuria Saló, los instrumentos de comunicación más efectivos son los encuen-
tros interpersonales directos, los actos con participación de todos los integrantes de
la empresa, los actos con intervención del presidente o CEO de la organización y la
intranet (Saló, 2005). En Communicating Change, T. J. y Sandar Larkin (1994) sos-
tienen que los empleados prefieren recibir comunicación sobre el cambio cara a cara
con el superior inmediato. Desde la posición contraria, cuando se trata de potenciar
una transformación en la actitud de un colaborador, también la cuestión presencial
es decisiva: una carta o una llamada telefónica no serían, por principio, tan efectivas
como una conversación formal.
En el mismo tenor, un estudio de P. Hesseling sobre interacciones multinivel
en una llamada transnacional reveló que también hay preferencia en el uso de
ciertos instrumentos de acuerdo con los roles desempeñados en la organización.
De esta manera, “aquellos grupos que tenían actividades fundamentales de pla-
neación y agendas muy estrechas entre actividad y actividad prefirieron usar el te-
léfono.
Los grupos de asesoría, cuyo trabajo, en gran parte, era en grupo y estaban
ubicados en áreas físicamente pequeñas, prefirieron la comunicación cara a
cara; por otra parte, los grupos que tenían funciones de coordinación internacio-
nal prefirieron medios escritos, ya que las distancias que los separaban de los
otros miembros de la organización eran grandes” (Hernández, 2005:200). En
la selección de recursos comunicativos, habría que hacer una observación obvia:
Un instrumento diseñado para un público en específico no necesariamente se ade-
cua a los otros públicos de la organización: depende de roles específicos, obje-
tivos, tiempos y espacios.
También con frecuencia, los empleadores suponen que basta la presencia de un
instrumento de comunicación interna para que los empleados se sientan considera-
dos por la organización. Un tablón de anuncios, un revista interna, deberían, desde
esta perspectiva, ser suficientes para que los colaboradores perciban que se les hace
llegar la información suficiente. Sin embargo, también la selección de este material
debe planificarse. Como en todas las organizaciones, hay asuntos confidenciales y
otros públicos, contenidos a los que se les puede sacar utilidad y otros que no nece-
sariamente son relevantes para los trabajadores. Peter Jackson (1996:61) realizó una
encuesta a 10 mil personas sobre precisamente cuáles asuntos les parecían interesan-
tes de difundir en la empresa. Los resultados, una reconsideración para muchos
empresarios sobre lo que incluyen en los instrumentos de comunicación dirigidos a
sus públicos internos como muestra la tabla 6.3.
Tipos de comunicación I 83
Muy interesados en
Prioridad
obtener más información
Planeación de juntas
Para cerrar este tema parece necesario acentuar la funcionalidad de las juntas, pero
también su carácter problemático, sobre todo en su papel como uno de los instru-
mentos de comunicación más recurrentes. Según su eficacia y resultados, las re-
uniones formales de trabajo suelen significar una inversión de tiempo afortunada
84 Capítulo 6
Para Steven Rogelberg, deben considerarse asimismo otras situaciones. Por ejem-
plo, que las reuniones se efectúen sólo cuando asuntos pendientes alteren el progre-
so de proyectos vinculantes (no reunirse por reunirse o por “hábito”) o definir si es
necesario que estén presentes todos y precisar quién se necesita, quién debe asistir,
a quién se le excusa, y cómo informar a los interesados que no participen de lo que
se estableció en la junta (2007:122-123).
Tipos de comunicación II 87
Capítulo
Tipos de comunicación II
Comunicación corporativa
Para Mattelart (2000:99-103) “…lo que se le pide a la comunicación corporativa es
que administre el capital-imagen de la empresa y que lo haga fructificar tanto en el
interior como en el exterior”.
Las organizaciones no viven aisladas y por tanto necesitan realizar acciones co-
municativas con sus públicos y entablar diálogo con los miembros de la colectividad
–personas individuales o entidades jurídicas– con la finalidad e intención de crear y
obtener un clima de simpatía y comprensión general acerca de sus demandas y aspi-
raciones. Según afirma Kreps (1990:21) “Estas organizaciones o individuos con los
cuales tienen contacto directo los representantes de la organización, se conocen
como entorno relevante de la organización. La comunicación externa permite a
los miembros de la organización coordinar sus actividades con los de su entorno
relevante”.
En esta línea la Comunicación corporativa (también llamada en gran medida
comunicación externa, ya que se dirige a los públicos externos) es el conjunto de
mensajes que una organización proyecta a un público determinado a fin de darse a
conocer, dar a conocer su visión (propósito y objetivo último que como empresa se
quiere conseguir) y su misión (cómo espera alcanzarlo) como organización para
lograr así una relación estable entre la organización y sus públicos.
88 Capítulo 7
Debido a ello, los mensajes no deben ser excesivamente directos y han de estar
convenientemente alejados de la publicidad. Es mejor dar la impresión de algo que
decirlo en forma expresa. Por ejemplo, se valora aquí la utilización de datos como
información objetiva potenciando que sea el receptor el que se convenza por sí
mismo de lo que se busca transmitirle. Así, se aprecia más un mensaje racional sobre
otro emocional, ello porque se entiende la comunicación como un objetivo estraté-
gico de la gestión empresarial y no simple publicidad.
Es necesario recordar que la transmisión de información a través de los medios
suele ir encaminada hacia los públicos objetivos en primer lugar y secundariamente
hacia los externos. Público objetivo o target, se considera al que está formado por
aquéllos que potencialmente pueden ser clientes (o accionistas, inversores, etcétera)
de una empresa, pero con los que aún no se tiene una relación directa. En cambio,
el público externo es aquel que sí tiene una relación directa con la organización. Esta
idea sugiere tener en cuenta algo más: aunque el destinatario último es el público,
el mensaje está encaminado primero hacia el medio de comunicación, por lo que
debe ser elaborado pensando en un receptor intermedio que va a hacer de mediador.
Una vez mediado el mensaje, entonces, llegará al público como se observa en la
figura 7.1.
Planes especiales
Partiendo del esquema ofrecido más arriba, en las relaciones con los medios la pri-
mera estrategia a seguir es diferenciar el mensaje en función del medio. No se puede
elaborar el mismo mensaje para la radio, la televisión o para una publicación escrita.
Llegando incluso más lejos, también habrá que distinguir entre emisoras, tanto de
radio como televisión y entre diferentes periódicos o revistas. Pero, una cosa es ade-
cuar el mensaje al medio y otra muy distinta cambiarlo, porque no por la necesidad
de adecuación puede perderse la coherencia en el contenido. Es decir, estamos más
ante una cuestión de forma que de fondo. Este es el problema al que se enfrenta una
empresa, por ejemplo, cuando convoca ruedas de prensa masivas. Por ello, es más
conveniente, si la situación lo permite, realizar actos comunicativos más reducidos y
selectivos.
Una segunda cuestión o estrategia que un buen director de comunicación debe
tener presente, es conocer también las especificaciones propias de cada medio:
ideología y línea editorial, gusto informativo, rutinas propias e incluso saber a qué
periodista puede o debe dirigirse expresamente en función del contenido del men-
saje que quiera transmitir. En definitiva, una relación con los medios inteligente y
eficaz para los intereses de la organización exige que el responsable de la comuni-
cación posea un catálogo de los medios más importantes, elaborado en función de
sus necesidades y no como simple recopilación o lista de los medios existentes. A
continuación, debe dominar las agendas de dichos medios, y de esta manera estar
en condiciones de conocer los momentos más oportunos para transmitir la infor-
mación que necesita llegue a sus públicos. Todo ello implica que la organización
deba ser quien se adecue a las rutinas informativas de cada medio: qué horas y días
son buenos para convocar ruedas de prensa, qué criterios informativos se deben
seguir para redactar comunicados de prensa, es mejor convocar a un desayuno que
a una comida, etcétera.
En tercer lugar, el responsable de comunicación debe conocer los principios
básicos de lo que se podría denominar las leyes de la noticia: notoriedad del sujeto
protagonista (interesará más un director general que un ejecutivo de segundo nivel,
por principio), interés del hecho sobre el que se quiere generar la noticia, ritmo,
Tipos de comunicación II 93
q Objetivos. En función del plan estratégico general, definir los objetivos anuales
en comunicación.
q Públicos. Se precisan en función de las necesidades. Es recomendable que se
segmenten todo lo posible con el fin de dirigir la comunicación adecuada a los
grupos definidos. Pero teniendo en cuenta que también se está ante una división
de un todo más amplio, es decir, es una segmentación integrada, que se corres-
ponde con la estrategia de conjunto.
q Programa. Debe determinarse un programa general de actuaciones con los me-
dios en función de la segmentación anterior de los públicos.
q Evaluación. Es conveniente que se tengan mecanismos para conocer que las ac-
ciones que se han realizado a lo largo del año anterior han tenido los resultados
esperados. En este caso, es importante realizar una auditoría que cubra los aspec-
tos tanto cuantitativos como cualitativos. Por ejemplo, es conveniente saber qué
grado de visibilidad ha tenido la organización (cuántas veces ha aparecido en los
medios), pero también la calidad de dicha visibilidad (cómo ha aparecido, ha
sido positiva o negativa la aparición, ha recibido buen/mal trato por parte de los
medios, etcétera).
Tipos de comunicación II 95
Objetivos
Objetivos
Públicos
Externos
Plan de
comunicación
externa
Prog. general
Públicos
Prog. especiales
Evaluación
Mayor
conocimiento conocimiento
público. público.
Menor Mayor
Conocimiento público
No debe confundirse tampoco una crisis con un problema cotidiano que altera la
marcha normal de la organización. Los problemas, a diferencia de las crisis, se pro-
ducen de manera habitual, tienen un ritmo más o menos constante y se desarrollan
de modo predecible. En cambio, una crisis crece rápida e impredeciblemente. Otra
diferencia importante es que los problemas operacionales no suelen llamar la aten-
ción, mientras que las crisis ponen en alerta incluso a los medios de comunicación.
Y finalmente, cuando hay una crisis, con atacar el origen no es suficiente, aún queda
mucho trabajo por hacer, ya que hay que dar la cara ante afectados y público, con-
centrarse en los efectos, contrarrestar éstos y en muchos casos verse expuestos a la
opinión pública y los medios de comunicación.
Tipología
No existen realmente tipologías para las crisis, éstas pueden ser tan variadas como
situaciones hay en la vida cotidiana, por lo que las crisis son de muy diferente índo-
le: desde accidentes leves de diverso tipo, hasta aquellos en los que haya heridos o
muertos, productos comercializados en mal estado, sabotajes, actos de corrupción,
investigaciones legales, conflictividad laboral, contaminación, simples rumores, etc.
Es decir, cualquier evento inesperado puede llegar a convertirse en una crisis.
98 Capítulo 7
crisis. Y además, empezar a trabajar desde lo que se cree puede ser la peor situación
posible a la que se tendrá que hacer frente. Así siempre hay prevención.
En el caso de que la empresa no tenga capacidad para crear un comité de crisis,
quien se ponga al mando de la situación debe ser alguien con la suficiente capacidad
para tomar decisiones en momentos difíciles. Es muy importante, asimismo, que
las decisiones estén centralizadas, que no se produzcan contradicciones y que la
dirección sea clara y la vía de actuación quede perfectamente marcada y toda la or-
ganización camine por ella, sin desviaciones.
Es fundamental decir siempre la verdad a los distintos públicos: empleados,
clientes, medios de comunicación. Nunca se debe mentir. En las situaciones difíci-
les es cuando más caras se pagan las mentiras. Además, no sólo hay que decir la
verdad, sino que también hay que mantener el mismo discurso para todos.
Para todo lo anterior, es conveniente que la empresa cuente con un manual de
crisis. Lo ideal es que exista de antemano y por último, hay que tener en cuenta que
toda crisis siempre se propaga. El vehículo de la comunicación, independientemen-
te del canal, siempre está dispuesto a transportar una crisis lo más lejos posible, ya
sea entre los empleados y sus familias, ya sea entre los clientes más cercanos o ya sea
a través de los medios de comunicación, las crisis siempre terminan por hacerse
públicas. De ahí que una gestión correcta de la comunicación sea crucial para salir
con éxito e incluso obtener mejoras de las situaciones de crisis. Unido a esa gestión
directa está el factor tiempo. Cuando antes se reaccione y se actúe, más posibilida-
des de éxito se tienen.
La figura 7.5 resume los pasos a seguir:
Comité
de
crisis
Alguien
Decir la
Crisis Enfrentar preparado para
verdad
dar la cara
Manual
de
crisis
hay que estar preparado para responder, es decir, debe anticiparse a las posibles
preguntas y tener previstas las respuestas. Ante preguntas concretas de los perio-
distas debe mantenerse el mismo discurso en esencia, contestar a lo que se pre-
gunta, no desviarse o entrar en demasiado detalles. En el caso de que no se
pueda responder a algo, es mejor decir, “eso aún no lo sabemos” que mentir o
especular.
Ahora bien, automáticamente el portavoz debe contrarrestar esa respuesta aña-
diendo algo como “pero de lo que sí estamos seguros…” (o respuesta similar que en
lugar de imagen de incertidumbre dé imagen de seguridad y certeza). Si se producen
preguntas que pueden perjudicar a la organización, hay que mantener la calma y
responder firmemente pero con educación, recordando al periodista que “lo impor-
tante es…” o “hay que tener presente…” (y se vuelve a expresar la idea principal que
se quería transmitir). Es decir, hay que afirmar en lugar de negar, hay que recordar
lo que se quiere que se recuerde en lugar de dejar que prevalezcan otras cuestiones
y, en definitiva, sacar provecho de la situación, transmitiendo el mensaje que se
desea.
Muy importante también es manejar correctamente la comunicación no verbal.
Los gestos, el comportamiento, el tono y la forma, todo tiene que estar acorde con
el contenido del mensaje para que se mantenga e incluso se fortalezca la credibili-
dad, imagen y reputación de la empresa, sus directivos y sus productos y servicios.
Ante una crisis hay que inspirar confianza, seguridad, y capacidad ante las dificulta-
des. Ante situaciones difíciles como son las crisis hay que evitar caer en la trampa de
las especulaciones o las hipótesis. Por ello, no debemos permitir que se hagan pre-
guntas encaminadas a posibles situaciones que no se han dado aún, explicando cla-
ramente que esa no es la situación y aprovechando la oportunidad para volver a
reiterar nuestro mensaje clave. Y, finalmente, recordar siempre que el tiempo es
fundamental y que cuanto antes se actúe, más fácil será neutralizar los efectos nega-
tivos de la crisis.
En los casos de crisis Internet se convierte en una herramienta de doble sentido,
ya que si bien puede ser un perfecto aliado, también puede contribuir a que los pro-
blemas de la empresa se distribuyan con gran rapidez, lo que hará más vulnerable a
la empresa. Por ello, es importante no perder de vista este medio y saber utilizarlo
en beneficio propio, neutralizando los posibles efectos negativos.
Una vez finalizada la crisis, igual de importante que ha sido su gestión, es eva-
luarla para analizar cómo ha sido la actuación de la empresa y de los encargados de
la gestión de la crisis. Saber lo que se hizo bien y lo que se hizo mal será un gran
ejercicio de cara al futuro y evitará que, si bien como ya se dijo, no hay dos crisis
iguales, se cometan los mismos errores.
102 Capítulo 7
Determinación de públicos
Percepciones
y expectativas
Respecto a:
Clientes
Desempeño
Inversionistas
Productos
Empleados
Servicios
Proveedores
Actividades
Auditores
Empleados
Analistas
Organización
Medios
Gobierno
Competencia
A estas alturas del libro, ya se sabe que los stakeholders son personas o grupos que la
empresa reconoce con la capacidad para influir o ser influidos sobre determinados
objetivos organizacionales. Por principio, los stakeholders son figuras de autoridad y
su opinión es determinante en asuntos específicos o escenarios de crisis, ya por su
carácter punitivo, ya por su apoyo frente a los problemas. Sobra decir que su presen-
cia suele ser decisiva en asuntos de reputación corporativa.
Tipos de comunicación II 105
Una vez determinados estos vínculos, se requiere priorizarlos por atributos relacio-
nados con el poder evidente o potencial (vea figura 7.6), el grado de urgencia que
pueden presentar ante el tema y el carácter de legitimidad que han desarrollado.
106 Capítulo 7
De esta manera, tenemos una clasificación que va desde grupos sociales que
detentan poder, legitimidad y sentido de urgencia, los stakeholders definitivos,
hasta otros que deben considerarse por su posición dominante, peligrosa o de-
pendiente.
Poder
1 Legitimidad
Inactivo
stakeholder
4
Dominante
stakeholder
5 7
Peligroso 2
Definitivo Discreto
stakeholder stakeholder stakeholder
6
Dependiente
3 stakeholder
Demandante
stakeholder
Urgencia
El esquema desarrollado por Brad Rawlins presenta ventajas sobre otros modelos de
clasificación, sobre todo porque funciona como un proceso de discriminación racio-
nal desde distintos modos de relación con la empresa. Al identificar los stakeholders,
tan relacionados con la reputación corporativa, no sobraría entonces realizar otros
ejercicios como el de Villafañe (2004), que parte de una lógica inversa en la inclu-
sión de las instituciones o grupos estratégicos.
Una vez que la empresa determina el posicionamiento reputacional que desea ges-
tionar (los valores de la organización como meta aspiracional de reconocimiento
entre sus públicos estratégicos), es necesario priorizar a quién se dirigirán las propó-
sitos de comunicación. Para Justo Villafañe (2006), es necesario que se establezca un
Coeficiente de Comunicación Necesaria (ccn) para cada stakeholder y fijar así los
108 Capítulo 7
Distribuidores
Proveedores y
partners
Las Organizacio-
nes No Guberna-
mentales (ONG)
Entorno local
(continúa)
Tipos de comunicación II 109
Universidades
Medios de
comunicación
Directivos del
sector
Altos directivos
de grandes
compañías
Organismos de
certificación
Organismos de
calificación
Administracio-
nes públicas
Escriba una relación de perso- En relación con la lista Escriba una relación de las
nas, grupos y organizaciones con anterior, escriba quién le personas, grupos y organizacio-
las que mantiene contactos y presentó a cada uno de nes que considere importantes y
que considere importantes para estos contactos relevantes. que presentó a otras personas o
el desarrollo de la empresa. empresas.
Cuanta más diversidad de contactos e interconexiones tenga una empresa, más fac-
tible le resultará sobrevivir en entornos fluctuantes. Las redes y conexiones variadas
y dispares brindan acceso a información privada o estratégica, a habilidades especí-
ficas y a una mejor relación con distintas posiciones de poder. Por el contrario, las
redes mínimas, de autosemejanza y proximidad entorpecen el cambio, fomentan la
autocomplacencia e impiden la expansión.
Las desventajas en el mundo cotidiano respecto a las redes es que sólo se pueden ver
las conexiones que cada uno cree tener, no el potencial que dichas conexiones tienen
entre sí, algo que no ocurre actualmente con las redes sociales virtuales a través de
weblogs, (bitácoras digitales), podcasts (material sonoro o audiovisual solicitado bajo
demanda) wikis (contenidos dinámicos producidos colectivamente), foros, videos
compartidos y comunidades on line.
Las nuevas tecnologías también implican nuevos modos de relacionarse con la
sociedad. Las empresas comienzan a estar conscientes de ello. Una red social clara
permite la retroalimentación y deja un espacio de diálogo abierto con las personas.
Tipos de comunicación II 111
Por ejemplo, una empresa puede promover su imagen y reputación tanto como
quiera, pero en tiempos del prosumidor, donde los consumidores crean valor econó-
mico por sí mismos y posteriormente transfieren ese valor a la gran economía mo-
netaria, las personas suelen dar más atención a lo que comentan otras personas
similares a ellas (ya expertos entre ellos, ya líderes de opinión que reconocen como
cercanos) (Toffler, 2008).
Esta es una zona de oportunidad explorada, por ejemplo, en los blogs corporativos,
donde públicos externos a la empresa pero con frecuencia habilidosos y analíticos,
prueban, reseñan y critican productos y servicios. También es frecuente que los usua-
rios den sus propias opiniones sobre la oferta de determinada compañía y decidan o
no recomendarla, lo que ayuda a establecer comparaciones desde la base y proponer
ratings desde la experiencia de las personas, no desde los objetivos publicitarios de la
compañía. En esta lógica, las empresas aprenden directamente de los clientes. Reseñas
gratuitas de personas a las que no se les paga pueden resultar más valiosas que una
campaña publicitaria tradicional y costosa. Las personas juegan un rol en los propósi-
tos de la empresa, no sólo la autoridad y las partes internas, lo que contribuye a una
mejor coordinación entre los intereses empresariales y los de las comunidades.
Los prosumidores son consumidores enérgicos con un peso en la economía y
en las percepciones de las compañías, sus productos y servicios. Ellos son parte
fundamental de lo que se definió anteriormente como Web 2.0, una nueva diná-
mica de interacción donde la demanda se sobrepone a la oferta. Bajo este escena-
rio, la externalidad de las opiniones de los usuarios, su participación activa en los
procesos de decisión sobre características de los productos y servicios (también
llamado customer sourcing), su rol del usuario como codesarrollador de contenidos,
provocan la necesidad de atender críticamente la conectividad y la personalización
de las relaciones y la autoridad de las personas y grupos externos sobre las decisio-
nes empresariales.
Gestión de eventos
Desde la distancia, cuando una empresa contempla un encuentro que requerirá
participantes e invitados, suele verlo con cierto optimismo: “¡Hagamos un congreso
de medicina patrocinado por nuestra marca!” “¡Organicemos un torneo de golf!”
“¡Apoyemos ese concurso!” Un año después, un personal estresado y numerosos
inconvenientes al paso parecen alejar el entusiasmo por seguir organizando activida-
des sociales especiales, sobre todo cuando los resultados no fueron los previstos
meses atrás. Pero cuando las cosas resultan bien, cuando se recuerda la sensación de
logro, de cierre final de puertas, cuando se despide satisfecho al último invitado.
112 Capítulo 7
Por supuesto que una organización podría omitir este estrés y múltiples horas de
afinar detalles, discutir demoras. Puede contratar una empresa especializada que se
encargará de los pormenores durante el evento, puede recurrir a otra para que diseñe
e implemente estrategias de promoción. Pero cuando no se cuenta con el suficiente
presupuesto o cuando la empresa tiene su propio departamento de comunicación,
entonces de manera interna tomará el cargo, deberá planificar los recursos, involu-
crar al personal o contratar refuerzos.
A manera de checklist, esta guía para la gestión de eventos se expone como un
intento para agilizar la administración del tiempo efectivo y para no dejar de lado
numerosos requerimientos antes, durante y después del evento. Se debe tomar en
cuenta que para organizar una actividad que tomará tres días se requerirán más de
seis semanas de trabajo.
Para potenciar el control se deben llevar hojas de registro de asignaciones y
tiempos límites. Hay que fijar un dead line que se anticipe uno o dos días a las nece-
sidades reales para protegerse de imprevistos y demoras ajenas. En la práctica, es
mejor tener un listado de quehaceres en cuatro fases: antes de, de cara al, durante y
después del evento. Como mínimo, es necesario llevar un listado que determine el
pendiente y su responsable. Por ejemplo, utilice una tabla de seguimiento con la
siguiente estructura básica mostrada en la tabla 7.5.
determina quiénes son los invitados idóneos para atraer esta audiencia en espe-
cífico, qué temas son los adecuados y qué cantidad desea convocar.
q Relaciones con invitados especiales. Parte fundamental en las relaciones públicas
son las guest relations y su determinación de los pormenores de recepción, trasla-
do, hospedaje, alimentación e incluso entretenimiento de invitados y ponentes.
Con ellos se definen los modos de retribución, ya como honorarios, ya como
gastos de viaje. En caso necesario se deberá asignar un intérprete. Se establecen
así qué consumos en detalle cubrirá la organización, como en el caso de que el
convidado viaje con cónyuges e hijos. Una forma de optimizar la presencia del
invitado es a través de colaboraciones tangenciales, como realizar una visita, char-
las con representantes del sector o asistencia a un programa radial o televisivo,
con el fin de obtener publicidad no pagada o mejorar sus relaciones mediatas con
algún grupo o personas en específico.
q Relaciones con medios de comunicación. Se busca realizar una lista de reporte-
ros y productores en los medios, especialmente aquellos que escriben o comen-
tan sobre el tipo de evento que se realizará o que son líderes de opinión en el
sector empresarial del que la organización forma parte. Se debe redactar un bo-
letín de prensa y diseñar una carpeta de prensa que incluya desde las narrativas y
datos generales del proyecto, la historia de la empresa (en relación con los pro-
pósitos del evento y su identidad, sobre todo) hasta la información necesaria
sobre los invitados y un disco de datos con material gráfico y fotográfico. En
algunas zonas se considera de mal gusto presionar llamando a los editores, así
que se sugiere averiguar los procedimientos locales para contactar a los medios.
Como recurso, se puede organizar una rueda de prensa o concertar entrevistas
directas con el director de la empresa, el vocero o los invitados especiales.
q Dotación de personal. Aunque no es imposible la presencia de voluntarios, como
en el caso de eventos deportivos, hay que considerar si la empresa está en condi-
ciones de satisfacer la demanda de personal necesario, si se les descargará trabajo
o bonificará de una u otra forma. De no ser así, de acuerdo con las características
del evento, será inevitable cotizar los servicios de meseros, edecanes, guardias,
valet parking o bartender.
q Determinación de tiempos o espacios. No todas las fechas son las adecuadas para
la realización de eventos. La cercanía de un periodo vacacional, un día de asueto
que se cruza o incluso la distancia de los días de pago pueden afectar la concu-
rrencia. El clima también puede afectar el desarrollo de las actividades, por lo
que las bajas temperaturas o las precipitaciones fluviales pueden ser factores de
riesgo. En cuanto a la elección del espacio, siempre es útil revisar el estado de las
Tipos de comunicación II 115
De cara al evento
Comunicación en Internet
1. Flujo. Se trata del estado mental al que llega un internauta si encuentra bas-
tantes oportunidades de interactividad en una Web, así como información
altamente interesante. Para suscitar este estado mental es necesario desarro-
llar la interactividad y también la creatividad.
2. Funcionalidad. Es preciso considerar la plataforma y la conexión que tendrá el
posible cliente, así como buscar un equilibrio entre belleza y funcionalidad.
3. Feedback. Éste es un elemento clave en la comunicación comercial interac-
tiva. El receptor ha roto la tradicional pasividad para pasar a formar parte
del diálogo que se establece sobre las marcas y productos que consume.
4. Fidelización. Para lograr este difícil objetivo se recomienda a las empresas
apostar por la personalización de sus mensajes, los regalos y la creación de
comunidades entre los usuarios.
Spot on line Formatos y tecnolo- Tecnología que usa cada soporte para poder
gías específicas para mostrar spots en Internet desde su sitio Web.
cada soporte Todos los formatos estandarizados por IAB
España son susceptibles de llevar un spot.
Formatos Formatos específicos Formatos que son propios de cada uno de los
exclusivos por soporte soportes.
E-mail marketing
El e-mail marketing es una herramienta bastante rápida y económica para realizar
campañas publicitarias.
Habitualmente esta herramienta se utiliza con dos finalidades:
q Doble opt-in (Double opt-in). Sistema de registro por el que el usuario acepta y
confirma su consentimiento de forma expresa e inequívoca, aunque siempre revo-
cable, de recibir comunicaciones a través de su dirección de correo electrónico.
122 Capítulo 8
Según la iab el e-mail marketing tiene una serie de ventajas como soporte para la
comunicación corporativa y comercial.
q Push. Envío de sms o mms a una base de datos con contenido informativo o
promocional. Este tipo de estrategia suele ser usada en planes de fidelización.
q Pull. Sería el caso de aquellas campañas de radio, televisión o prensa en las que
se le pide al usuario que envíe un sms para participar en votaciones, ganar pre-
mios, etcétera.
Aproximación al estudio
de las pequeñas y medianas
empresas (PYMES)
En esta parte, se presenta una aproximación a los resultados del proyecto Activación
de la Gestión y la Comunicación Empresarial en las pymes de México, desarrollado
durante el año 2008 y financiado por la aecid (Agencia Española de Coopera-
ción Internacional para el Desarrollo), bajo el auspicio del Ministerio de Asun-
tos Exteriores y de Cooperación de España. El proyecto se enmarca en la línea
preferente de la convocatoria: “desarrollo de pymes en México”. Ha sido dirigido
desde la Universidad de Extremadura (España) por la doctora María Victoria
Carrillo; en México la responsable del proyecto fue la doctora Sara Núñez (Institu-
to Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara).
Tanto en España como en México, el equipo que ha desarrollado este trabajo
viene trabajando en diferentes investigaciones que han puesto de manifiesto la ne-
cesidad de valorar el nivel de desarrollo de estas políticas de comunicación, imagen
y responsabilidad social corporativa en las pymes.
Los resultados de este trabajo ofrecen una visión general del nivel de desarrollo
de las políticas de imagen y comunicación de un conjunto de pymes mexicanas del
estado de Jalisco, Colima y Nayarit permitiendo comprender el entorno en el que se
desarrollan éstas.
Por otra parte, se ha constatado la necesidad de formación e información que
tienen este grupo de empresas y el desconocimiento que presentan sobre la im-
portancia de establecer estrategias integrales al servicio de reforzar la imagen y
126 Capítulo 9
Metodología
Se diseñó una investigación a través de un panel de 105 pymes a las que se aplicó
en primer lugar un cuestionario de 23 preguntas divididas en bloques sobre:
Información general del negocio, desarrollo en las pymes de la comunicación de
producto, desarrollo de la comunicación corporativa y políticas de mejora de la ima-
gen, desarrollo de la comunicación interna y de la responsabilidad social corporati-
va. En segundo lugar, se diseñó una ficha de análisis de contenido de los sitios Web
empresariales de las pymes que los poseían.
Los datos extraídos del cuestionario se tabularon y analizaron con el programa
spss versión 15.0. Esta información permitió describir el entorno y contexto de las
pymes en lo que respecta al nivel de desarrollo de sus políticas de imagen, comuni-
cación y responsabilidad social corporativa. En segundo lugar se analizaron cualita-
tivamente las fichas completadas con la información de los sitios Web analizados.
Resultados generales
Tal y como se indica en el primer capítulo de este libro, el análisis de las pequeñas y
medianas empresas es importante desde el punto de vista de la comunicación y los
diversos aspectos relacionados con ella.
Debido a la falta de estudios realizados en pymes, el reto consistió en abordar el
desarrollo de las políticas de imagen y comunicación de una muestra de pequeñas y
medianas empresas mexicanas.
En este sentido, se hace necesario distinguir qué es una pyme en el contexto
de las empresas. Al no existir un acuerdo absoluto y unánime sobre lo que es una
empresa grande, mediana o pequeña en todo el mundo, y debido a la localización
geográfica del estudio, se observaron los criterios mexicanos para delimitar las uni-
dades de análisis.
Aproximación al estudio de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) 127
Mediana De 50 a 250
SE Pequeña De 16 a 100
(Secretaría de Economía)
Por otra parte, en el contexto de este trabajo se han distinguido cuatro procesos
comunicativos diferentes: la comunicación comercial (de producto o servicio); la comu-
nicación interna y la comunicación corporativa para la gestión de la imagen, reputación
y para la gestión de la responsabilidad social corporativa. A continuación el panora-
ma correspondiente a cada uno de estos ámbitos.
Las empresas analizadas utilizan como medios para la comunicación de sus produc-
tos y servicios los siguientes:
El 38.6% utiliza un sólo medio para este tipo de comunicación y solamente un 3.4%
afirma no hacer ningún tipo de comunicación de sus productos y servicios. Además,
el 61.4% de las pymes afirman tener un presupuesto establecido para publicidad y
promoción de productos/servicios, y 72.7% dicen que el diseño de su publicidad
y planes de promoción los realiza un profesional de la comunicación externo a su
empresa.
En resumen, se puede destacar el uso de herramientas impresas menores como
la tónica general, así como el resultado del incipiente desarrollo de estos negocios;
por otra parte, los datos presentan un interés notable por este tipo de comunicación
comercial de productos y servicios, frente a otras formas de comunicación que a
continuación se plantean.
En cuanto a la realización de las acciones por profesionales externos es evidente
que ante la escasa especialización de las empresas en materia de comunicación cual-
quier acción requiere subcontratar una empresa que lo lleve a cabo.
Como nota diferenciadora, 17% dicen poseer un distintivo esr (Empresa Social-
mente Responsable) o similar, pero en términos generales, es evidente el descuido
por la ética empresarial y la calidad de vida de los empleados en las empresas mexi-
canas, en concreto la falta de interés por la ética no llama la atención en un contexto
donde la corrupción empresarial está muy extendida. Por otra parte, el mayor inte-
rés por las cuestiones relacionadas con el medio ambiente resultan ser una sorpresa,
probablemente porque está de moda cuidar el medio ambiente, y la sensibilización
general lleva a las empresas a pronunciarse en esta dirección.
La gestión de la responsabilidad social depende en 90% de los casos de la
dirección general y sólo en 3% de los casos del departamento de comunicación. A
pesar de ello, nada más que 10% afirman seguir un plan establecido de responsabi-
lidad social y 9% declara tener un presupuesto para este fin.
Al estar concentrada la supervisión de este activo en la dirección general se ma-
nifiesta el escaso interés por este elemento, ya que se incluye esta gestión entre las
actividades propias de la dirección de la empresa, no existe una diferenciación e in-
terés especial por ella. Por otra parte, 12% de las empresas entrevistadas confiesan
hacer difusión de sus avances en materia de responsabilidad social lo que supone un
interesante avance en su gestión.
En lo que se refiere a los públicos que estas empresas entrevistadas consideran
más importantes en función de sus objetivos empresariales, en una escala de 1 (muy
poco importante) a 9 (muy importante), son:
Es muy significativo que cuando se pide una valoración de diferentes públicos los
más interesantes para los objetivos de las empresas resulten ser las Cámaras de
132 Capítulo 9
Comunicación interna
La comunicación interna que realizan las empresas sigue los mismos derroteros que
las anteriores formas de comunicación descritas.
En primer lugar, es de nuevo la dirección general la instancia de la que depende
su gestión en 83% y el departamento de comunicación es utilizado sólo 12%.
Cerca de 24% afirman disponer de un plan de comunicación interna, pero 46%
señalan que poseen un presupuesto para tales fines, lo cual parece contradictorio a
todas luces. Una explicación podría venir dada por el hecho de que las empresas
consideren presupuestado para tales fines gastos incluidos en otro tipo de activida-
des como puedan ser, simplemente gastos telefónicos, telemáticos, administrativos,
etcétera.
Así 40% manifiestan tener canales de comunicación internos, y en cuanto a los
recursos de comunicación interna más comunes usados por las pymes éstos parecen
ser:
En lo que respecta a la calidad de las acciones llevadas a cabo son de un nivel bajo y
poco desarrollado, no parecen incorporar las nuevas tecnologías ni programas espe-
cíficos.
Existe además 4% de empresas que no realiza acciones de comunicación
interna.
q Sedes Web temáticas. Tienen su razón de ser en el interés que un tema suscita.
q Sedes Web personales. Reflejan las actividades e intereses de una persona en
concreto.
q Sedes Web institucionales. Representan a una institución, entendida en el senti-
do más amplio de la palabra, como grupo de personas que persiguen unos fines,
en la Web.
En español también es muy común el uso del vocablo portal como sinónimo de lo
que se ha descrito como sede o sitio Web. La clasificación más simple es aquella que
distingue entre portales horizontales y verticales. Los primeros, también llamados
generalistas, agrupan una cantidad considerable de contenidos de tipo muy diverso
y se esfuerzan por conseguir que el usuario encuentre en sus páginas todo lo que
puede demandar en su ejercicio de navegación habitual (información de actualidad,
ocio, servicios, etc.). Por su parte, los portales verticales presentan un conjunto
de contenidos que comparten una temática concreta. Dentro de esta categoría se
encuadrarían desde revistas que aborden un tema determinado como salud, depor-
tes, cine, etc., hasta un portal corporativo que ofrezca contenidos de una empresa o
institución.
Según Fernández y Durán (2005) los elementos mínimos comunes en el portal
son los siguientes:
Hoy en día casi sobra decir que los portales Web son un apreciable elemento pro-
mocional y publicitario para empresas e instituciones. En ellos, además de mostrar
su oferta, las organizaciones suelen dar información y prestar atención al público,
intentando generar un vínculo especial que asegure su fidelidad al portal, a la mer-
cancía y a la marca.
De forma sintética se podría hablar de una triple función de las sedes Web:
(continúa)
136 Capítulo 9
Valoración global
Después de finalizar los dos análisis, el descriptivo y el de las páginas Web, se pre-
senta una serie de apreciaciones generales sobre la muestra.
En términos globales, se puede afirmar que el panorama de las empresas anali-
zadas presenta serias carencias y ningún patrón común de actuación en lo que se
refiere al desarrollo de las estrategias de imagen y comunicación.
Sólo parecen interesados por las formas de comunicación comercial y en
menor medida por las formas de comunicación para reforzar su imagen. Tienen
cierto interés por este aspecto, pero la escasa formación y el desconocimiento
sobre estos temas les lleva a actuar eminentemente a corto plazo y de modo reactivo,
no proactivo.
En cuanto a la gestión de la responsabilidad social corporativa, parecen sensibi-
lizadas por el medio ambiente, pero no por acciones mucho más importantes como
la ética empresarial y el cuidado y bienestar de sus empleados.
Los medios y técnicas que usan en la comunicación son siempre precarios y tra-
dicionales, no presentan ninguna innovación ni interés por mejorar.
Los departamentos especializados en comunicación no parecen estar presentes
en los organigramas de las organizaciones y eso provoca que estas tareas se conside-
ren menores y se asuman por empresas externas, en el mejor de los casos, o por el
propio director general.
No existe interés por la planificación ni la elaboración de materiales que re-
gulen la aplicación de su imagen y la representación y comunicación de ésta a los
públicos.
En cuanto a los públicos de interés, sólo parecen estar preocupados por sus clien-
tes en términos comerciales y por los bancos e inversores en términos de valorar los
objetivos de la empresa más a largo plazo, esto denota que los fines de la empresa en
el medio y largo plazos se centran más en sobrevivir que en mejorar.
Por lo que respecta al estudio de las sedes Web, en términos generales, y te-
niendo en cuenta el escaso porcentaje de sedes Web empresariales activas, se podría
138 Capítulo 9
9 Una de las primeras definiciones de weblog lo describe como “una página web donde un
weblogger (algunas veces llamado blogger o pre-surfer) registra (logs) todas las demás páginas
que encuentra interesantes. Normalmente se suele colocar la entrada más reciente en la parte
superior de la página, así quienes la visitan pueden ponerse al día simplemente descendiendo
en su lectura hasta alcanzar el enlace que vieron en su última visita” (Barger, 1999).
10 Una wiki se puede definir como una variante de sitio web en donde se acepta que los usuarios
creen o modifiquen el contenido de manera sencilla y rápida. Estas facilidades hacen de ellas
una herramienta efectiva para la escritura en colaboración.
Aproximación al estudio de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) 139
q Considerar las posibilidades que ofrece la World Wide Web como vehículo para
las transacciones comerciales, además de para el intercambio de información.
q Desde el punto de vista comunicativo se evidencia una falta de aprovechamiento
de las posibilidades que ofrece el entorno on line. En este sentido sería conve-
niente:
• Dotar a las páginas Web de mayor contenido relativo a la identidad de las
organizaciones.
• Ofrecer información de actualidad, relacionada con el objeto de negocio y
que sea de interés para los públicos de la organización. Si no se ofrecen con-
tenidos actualizados la Web dejará de tener interés para los receptores y la
reiteración de las visitas de los mismos dejará de tener sentido.
• Estructurar las Web en función de los distintos perfiles de públicos de la or-
ganización y tratar de dotar estas secciones de contenido de interés para cada
uno de ellos, puesto que no interesa la misma información a los clientes que
a los proveedores, por ejemplo.
• Promover la utilización de herramientas interactivas. Se aprecia una ausencia
de utilización de este tipo de recursos en un entorno que se caracteriza pre-
cisamente por las posibilidades de canalizar la información en todos los sen-
tidos (ascendente, descendente, horizontal y transversal) de manera rápida y
sencilla.
Capítulo
10
que haber un grupo de personas que lo realice. Cuando se habla de “equipo profe-
sional”, se hace referencia a la necesidad de que en la empresa exista al menos una
persona que esté permanentemente encargada de esta cuestión; así como un consul-
tor o agencia de comunicación que fuera de la empresa desarrolle el plan con cohe-
rencia y garantías.
En primer lugar, las firmas deben evaluar su situación presente para ver cuál es su
estado de desarrollo actual, y sus posibilidades de futuro en el entorno donde ope-
ran. Para realizar tal acción, resulta práctico elaborar un análisis dafo en el que se
pongan por escrito cuáles son las debilidades internas de la empresa en el momento
presente, las amenazas que la empresa prevé por parte del entorno y de la compe-
tencia, las fortalezas internas que dominan su propia actividad, y por último, las
oportunidades que la comunidad, las instituciones y el entorno en general le ofrecen
de forma indiscutible.
De este análisis las organizaciones deben aprender que cualquiera de ellas tienen
puntos débiles y fuertes, y que existen debilidades y amenazas que se pueden con-
traatacar con la puesta en marcha de un Plan de imagen y comunicación empresa-
rial integrado en la actividad diaria de la organización, así como que este plan puede
potenciar sus ventajas y oportunidades en el entorno, como hemos venido diciendo
a lo largo del libro.
La política de imagen y comunicación puede ayudar a limitar las debilidades
internas, ya que, si por ejemplo la organización no percibe de forma coherente los
principios de su identidad y su cultura corporativa, la imagen que se dé al exterior
por medio de la comunicación estará claramente fragmentada y será poco sólida;
para realizar esta labor, la comunicación interna organizada es necesaria.
Por otra parte el plan debe frenar las amenazas externas, puesto que debe permi-
tir generar mayor conocimiento entre los públicos y una percepción más positiva y
reputada de la empresa, así como hacer llegar más información de los productos al
entorno que consume.
144 Capítulo 10
En coherencia con los objetivos estarán los públicos a los que se quiere alcanzar;
para determinarlos concretamente es aconsejable hacer un mapa de públicos, en
donde se encuentren recogidos todos aquellos grupos de interés para la organiza-
ción, clientes, clientes potenciales, instituciones, proveedores, etcétera. Realizar un
mapa de públicos dará claridad a la hora de saber a quién dirigirse y marcará las
necesidades de comunicación que tiene cada uno de ellos.
Comunicación comercial
Para comunicar los productos y servicios es necesario en primer lugar tener un buen
producto o servicio; la calidad es una condición necesaria en un entorno competiti-
vo como el actual, y no es posible obtener beneficios de la comunicación comercial
si el producto que tenemos no es bueno, ya que la comunicación debe mejorar la
imagen del mismo, pero no puede mejorar su calidad intrínseca. En resumen, lo
más importante es tener una buena oferta. En segundo lugar establecer cuál es el
público objetivo y cómo se puede llegar mejor a él.
A continuación, se definirá el objetivo que se persigue por medio de la comuni-
cación y se analizará minuciosamente si es posible obtenerlo mediante ésta. Se an-
ticipa que la comunicación no va a conseguir que el producto se venda en forma
directa, pues la venta no es un objetivo de comunicación, aunque sí lo es obtener
mejor imagen del producto, dar información del mismo, cambiar las actitudes res-
pecto a su consumo… éstos sí son objetivos de comunicación que indirectamente
repercutirán en la venta del mismo.
Una vez definido el propósito, es necesario elegir las técnicas y medios que mejor
se adaptan a la intención, como se ha venido explicando en la parte de comunicación
comercial de este libro.
Por último, siempre es necesario evaluar resultados para ver en qué nivel se han
conseguido los propósitos. En cuanto a la evaluación final, ha de tenerse claro que
la comunicación tiene un efecto acumulativo y que no es posible obtener beneficios
a corto plazo que duren para siempre, pues aunque la acción haya sido un éxito, el
efecto desgaste de la comunicación también existe.
Por otra parte no es adecuado medir el éxito de la comunicación a través de ín-
dice de ventas obtenidas, puesto que en la venta influyen muchos factores que no
tienen que ver con la comunicación, de tipo contextual, coyuntural, o relacionado
con el comportamiento del consumidor.
Comunicación corporativa
a alcanzar por medio de esta comunicación, y que irán en la línea de obtener atribu-
tos positivos para la marca de la empresa y una mejor imagen en el entorno.
Este tipo de comunicación debe realizarse de forma paralela e integrada con las
políticas y acciones de mejora de la imagen que esté desarrollando la empresa, a
nivel interno y externo.
En último lugar, habrá que seleccionar los programas más adecuados para
conseguir los propósitos. Algunos de estos programas de comunicación corporativa
son:
Comunicación interna
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