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5 dilemas éticos profesionales

 Psicología

Un caso de violación por parte de un familiar cercano o un conocido. Ante una situación de
este tipo, el psicólogo se encuentra ante el dilema de conservar el secreto profesional o
denunciar al atacante.

¿Debería el psicólogo conservar el secreto aunque eso implique darle continuidad a las
violaciones?

 Educación

Uno de los dilemas éticos más frecuentes consiste en qué temas abordar o no en el aula. Por
ejemplo, algunas religiones o tendencias políticas se oponen a la educación sexual abierta y
enfocada en la vivencia de una sexualidad activa pero responsable.

¿Debería abstenerse un docente de educar, por ejemplo, en métodos anticonceptivos?

 Medicina

Un médico con creencias opositoras al aborto puede enfrentarse a una difícil decisión si se
encuentra ante una mujer que requiere interrumpir un embarazo para salvar su propia vida.

¿Debería practicar un aborto aún por encima de sus creencias?

 Administración de empresas

Uno de estos dilemas éticos aparece cuando ocurren accidentes en la producción que
arruinan todo un lote de un producto alimenticio. Anunciar el error y recoger el producto
puede significar una enorme pérdida económica para la empresa, pero no anunciarlo puede
causar perjuicios en la salud de las personas.

¿Debería ocultarse el accidente aunque este pueda causar daños en la salud de los
consumidores?
 Biotecnología

Uno de los conflictos más polémicos en la actualidad es la maternidad subrogada. La


polémica tiene que ver con el hecho de manipular embriones humanos y pagar por el uso
del cuerpo de una mujer.

¿Es correcto manipular embriones y cuerpos humanos teniendo en cuenta que existen otras
alternativas como la adopción?

Pedagogía de la Ética

Ética: ethos: que significa disposiciones morales La ética es la construcción moral que
orienta las actitudes y los comportamientos de los profesionales hacia la consecución de
objetivos profesionales, todo ello, desde la doble vertiente del reconocimiento del ser
humano en su totalidad y el respeto de los valores sociales

Pedagogía: La Pedagogía estudia a la educación como fenómeno complejo y


multirreferencial, lo que indica que existen conocimientos provenientes de otras ciencias y
disciplinas que le pueden ayudar a comprender lo que es la educación; ejemplos de ello son
la Historia, la Sociología, la Psicología y la Política, entre otras.

Se hace énfasis en relevancia que tiene la ética en la vida de cada persona, y de cómo esta
le permite adaptarse a las reglas y costumbres que encuentra en su contexto para lograr una
convivencia sana sin perjudicar su alrededor, le permite además ser tolerante, consiente,
sensible y responsable con los eventos propios y en común. Además vemos como tener una
buena ética hace que las personas sean más responsables con el cuidado de nuestro planeta
y conscientes de nuestra contaminación para evitarla y mejorar en nuestras conductas
diarias de desperdicio.
Hablar de ética en la sociedad actual y el momento histórico en el que nos encontramos
debiera ser una necesidad, sino casi un imperativo existencial, debido a las crisis a las que
nos enfrentamos como comunidad y como especie, gracias al desarrollo incontrolado de la
tecnociencia, la deformación de la noción de progreso (para unos pocos y en detrimento de
los demás y de nuestro planeta), la confusión intencionada muchas veces de la cuestión de
los fines y los medios (‘¿se debe hacer todo lo que se puede hacer?’ es una cuestión clave
en ética), la conflictividad entre la globalización y la pluralidad (fundamental para la
convivencia en un mundo como el nuestro donde sólo desde perspectivas interculturales se
alcanza un mínimo equilibrio), etc. En este contexto se va a intentar delimitar un poco qué
entendemos por ética y qué por moral, para a partir de ahí ofrecer una panorámica de lo que
se ha llamado ética filosófica desde una postura definida que ayude a encontrar preguntas y
respuestas (tan importantes son las unas como las otras, o quizás más incluso las primeras a
veces) a los desafíos que tenemos frente a nosotros en cuanto que miembros de una
comunidad, de diferentes culturas y ciudadanos y ciudadanas responsables y solidarios, así
como en nuestro papel de educadoras y educadores comprometidos con el cambio social y
la lucha contra las injusticias y desigualdades.

No obstante, prosiguiendo con la evolución de la ética filosófica hay que decir que ésta no
se ha mantenido al margen del denominado giro lingüístico, hermenéutico y pragmático de
la filosofía contemporánea, mediante el cual se trasciende la idea de que la teoría del
conocimiento se dé únicamente bajo la relación subjeto-objeto y se introducen los
procedimientos de entendimiento intersubjetivo y la formación de consenso desde la
comunicación, puesto que el lenguaje lo utilizamos para comunicar algo al otro o la otra.
Así podemos decir que casi todas las teorías éticas contemporáneas se presentan vinculadas
a algún tipo de análisis o reflexión sobre el lenguaje, ya se trate del análisis metaético del
lenguaje de la moral, de la reconstrucción de la moral del lenguaje como condición de
posibilidad de la comunicación y del entendimiento intersubjetivo, o de la hermenéutica del
‘ethos’ en el lenguaje de la tradición.
Lo que interesa destacar aquí es que esta transformación pragmática y hermenéutica de la
filosofía conlleva la comprensión del reconocimiento recíproco como una presuposición
moral necesaria de la validez epistémica del saber objetivo y de la racionalidad en general.
la constitución del sentido intersubjetivo por medio del uso comunicativo del lenguaje y la
resolución de las pretensiones de validez por medio del discurso argumentativo presuponen
como condición necesaria el reconocimiento y el respeto de principios normativos de orden
moral, sin los cuales no podría existir ninguna comunidad intersubjetiva. Lo cual equivale a
decir también que no hay racionalidad posible sin moralidad y que es necesario investigar,
por lo tanto, los presupuestos éticos de la racionalidad.

En este punto, consideramos necesario continuar entonces aclarando aspectos, y para ello
nos servimos de Maturana (1994) cuando afirma que la preocupación ética, como
preocupación por las consecuencias que nuestras acciones tienen sobre los demás, es un
fenómeno que tiene que ver con la aceptación de la otra persona como legítima desde su
propio ser. En palabras del biólogo chileno:

Las preocupaciones éticas no tienen de todas estas reflexiones una fundamentación


racional, sino que tienen una fundamentación emocional. Y la preocupación ética surge en
el momento en que a uno le importa lo que le pasa al otro con las cosas que uno hace, o con
las cosas que se están haciendo en la comunidad a la cual uno pertenece. Pero para que me
importe lo que le pasa al otro tengo que verlo, y para verlo tengo que amarlo. (Maturana,
2002: 131, en López Melero, Maturana Romecín, Pérez Gómez y Santos Guerra) Siguiendo
esta línea de pensamiento, se insiste en considerar que el carácter social, dependiente de las
emociones, es el que define a la ética desde un dominio social concretado por la aceptación
recíproca del otro o de la otra desde su alteridad.

Pero claro, en esto tendríamos a su vez que diferenciar dos dimensiones: la de la reflexión
teórica y la de la aplicación cotidiana de dicha reflexión, lo cual supone, como estamos
avanzando, una de las más claras diferenciaciones entre ética y moral. En este sentido,
afirma Habermas que las orientaciones de valor, incluyendo las autocomprensiones de
personas o grupos orientadas por valores, las juzgamos desde el punto de vista ético; los
deberes, las normas y los mandamientos los juzgamos desde el punto de vista moral
(Habermas, 1999: 55). Por otro lado, continuando con la exposición de los principios de la
ética filosófica desde la postura que estamos intentando desarrollar sucintamente, de la
mano de Etxeberría (2002) podemos decir que en lo moral reflexionado por la ética hay
como dos caras o núcleos temáticos clave: el teleológico (referente a aquello que
estimamos bueno, la felicidad, el deseo y el sentido de lo que consideremos una vida plena)
y el deontológico (normativo, universal, relacionado con la constricción y el deber). La
armonización de ambas posiciones es compleja y delicada (aunque ha habido intentos muy
loables, a destacar últimamente el posicionamiento de Paul Ricoeur, desde una perspectiva
narrativoargumentativa), por eso históricamente esta distinción ha sido válida para aplicarla
a las posiciones éticas más desarrolladas. De esta manera, en la posición teleológica
podemos situar, a pesar de las diferencias entre ellas, al aristotelismo, el epicureismo y el
utilitarismo, siendo muy interesante desde su propia idiosincracia la aportación más
reciente de Wittgenstein. Comenta este autor en su ‘Conferencia sobre ética’:

En lugar de decir que la ética es la investigación sobre lo bueno, podría haber dicho que la
ética es la investigación sobre lo valioso o lo que realmente importa, o podría haber dicho
que la ética es la investigación sobre el significado de la vida, o de aquello que hace que la
vida merezca vivirse, o de la manera correcta de vivir.

La Educación en la Responsabilidad

Consumo responsable, participación responsable, ciudadanía responsable, responsabilidad


social. Estas expresiones reflejan el lugar destacado que la responsabilidad ha adquirido en
los últimos años en nuestra sociedad democrática. También en el ámbito educativo, un
indicador de lo cual encontramos en la ley educativa vigente1. Todo ello hace que los
modos de transmisión de la responsabilidad sean asunto de la reflexión e investigación
actuales en torno a la educación ético cívica.
Estos modos no pueden considerarse desvinculados de los mecanismos por los que actúa la
responsabilidad, esto es, por los que nos erigimos en sujetos responsables. ¿Responsables
de qué? ¿De quién? ¿Para qué? ¿Por qué? El fenómeno de la responsabilidad ha quedado
olvidado en gran parte de la teoría ética tradicional, por lo que carecemos de respuestas
concluyentes acerca de la relación que el ser humano establece con la responsabilidad. Por
otro lado, aunque la ética tradicional pudiese ofrecernos respuestas, éstas serían, como
mínimo, insuficientes, ya que los acontecimientos acaecidos en los últimos tiempos,
especialmente durante el siglo XX, han puesto en duda los presupuestos clásicos sobre los
que se ha construido la teoría ética: por un lado, la existencia de una naturaleza fija en el ser
humano; por otro, el hecho de que “ante el ejemplo de la virtud, la razón humana sabe lo
que está bien y que su opuesto está mal”, y actúa en consecuencia. La tecnología ha abierto
todo un mundo de posibilidades en cuanto a lo que el hombre puede hacer, también de sí
mismo; los totalitarismos del siglo XX han puesto de manifiesto que la acción moral no “va
de suyo”, poniendo en cuestión la tesis filosófica según la cual el ser humano está impelido
a hacer el bien. Rota la tradición del pensamiento moral europeo, esto es, cuando “las
normas morales de comportamiento dejan de ser obvias e indiscutidas en la vida de una
comunidad”, surgen las cuestiones morales, en nuestro caso en lo que refiere a la
responsabilidad. Más aún si consideramos el contexto político y económico actual: en las
actuales sociedades democráticas, en nuestro mundo globalizado, en nuestro planeta de
recursos limitados, la política, el mercado, la ciencia y la tecnología son internacionales; de
ello se deriva que las decisiones y acciones que emprenden sujetos situados al otro lado del
planeta pueden afectarnos, y de hecho nos afectan, y viceversa.

Si desde el ámbito de la educación consideramos pedagógicamente bueno educar en la


responsabilidad, habremos de preguntarnos por el marco teórico que enmarca la relación
entre el ser humano y la responsabilidad hoy. Para ello en este análisis emplearemos un
matiz a modo de indicador: en el lenguaje coloquial empleamos la expresión “sentirse
responsable” de alguna persona o cosa. Así, en el imaginario colectivo la responsabilidad
aparece primeramente vinculada al sentir, frente al hincapié en la razón que se deriva del
“principio de responsabilidad”.
Reconstruir la Convivencia, Educación Cívica y Valores

Los valores, asociados durante mucho tiempo por motivos ideológicos sólo con los
enfoques humanista o espiritualista de la educación, se han ido imponiendo en los últimos
decenios como un tema inherente a todos los planteamientos de reforma y de mejoramiento
de los servicios educativos y, desde esta base, como exigencia de todo proyecto de
reconstrucción social y de desarrollo humano. Un nuevo sentido formativo de la escuela y
de su eficacia social y pedagógica se ha generalizado en el discurso educativo para dejar
claro que la educación es, por naturaleza, una cuestión de valores, un proceso de formación
moral.

El binomio educación y valores, si bien parece referirse a un objeto inmediatamente


aprehensible, en realidad suscita diversos interrogantes, donde el fundamental es si se trata,
efectivamente, de dos cosas distintas, separables. Con otra perspectiva, la pregunta que
puede plantearse es: ¿qué queremos comprender y resolver cuando separamos dos
entidades que se implican sustantivamente una a la otra, tanto social como personal y
pedagógicamente? El propósito, al hacer la distinción, es lograr mayor claridad en la
justificación de un ideal de formación y en la organización de la acción.

Sabemos, por una parte, que la cuestión antropológica y social de los fines de la acción
educacional –cuestión siempre problemática e históricamente debatida y renovada– es la
que genera la unidad entre las dos entidades pues los valores –como elección y como
creación– son constituyentes de los referidos fines. Por otra parte, sabemos también que la
necesidad de conocer los complejos procesos de la formación humana exige que se
elaboren distinciones para clarificar propósitos, proyectos y programas.
De esta manera, si hacemos la separación por propósitos analíticos podemos afirmar que
quizá los vínculos entre la educación y los valores son, originariamente, más un asunto de
la filosofía educativa –la construcción social del pensamiento educativo– y de la pedagogía
–la realización histórica de proyectos de formación humana– que de la investigación
educacional. Esta actividad, tanto por opciones de metodología como por perspectivas de
epistemología, se diversifica cuando tiene a los valores como objeto de estudio y los
observa como elemento integrador de la experiencia educativa.

En todo caso, cuando el trabajo de investigación se ocupa de los valores es por el interés de
conocer las condiciones de realización y los niveles de eficacia de la formación humana o,
en otros términos, las posibilidades de avance que tiene el humanismo en los ámbitos
escolares. Es así que en el campo de la investigación educativa los valores son estudiados
en tanto aspecto de primera importancia de las prácticas tanto sociocultural como
pedagógica.

De esta forma, la diversidad de problemas sociales, políticos y económicos y su expresión


como demandas al sistema escolar, por un lado, y la multiplicidad de enfoques disciplinales
y pedagógicos por el otro, han dado origen a una paradoja: la relación entre educación y
valores no es unívoca, como la enunciación de los términos parece sugerirlo. Por el
contrario, se han creado muchos enfoques de educación en valores o de educación moral2
bajo la forma de propuestas no identificadas directamente como de contenido valoral;
expresan la diversidad filosófica, social y pedagógica que existe en torno de la formación
humana según determinados contextos sociales y políticos. Así, además de las propuestas
pedagógicas que específicamente se enuncian como “educación en valores” o “educación
moral”, existen otras denominadas educación cívica o política o ciudadana, educación para
los derechos humanos, para la democracia, intercultural, ambiental, del carácter, etcétera.
Claro está que las distintas propuestas de educación en valores no son intercambiables, pues
se fundan en diversas concepciones antropológicas y diferentes enfoques teóricos sobre el
desarrollo humano, pero tampoco se excluyen de manera absoluta. En varios países, por
ejemplo, la educación para la democracia es un propósito integrador de distintos valores y
motivos éticos. En fin, se podría mostrar, en un análisis comparativo de los enfoques,
propuestas o modelos, que una preocupación común a todos ellos es la de reconstruir las
bases de la convivencia humana.

Ética y Valores

Seguramente alguna vez has escuchado decir que el comportamiento de alguna persona no
es ético o que alguien actuó o no con ética. ¿Qué quiere decir esto? A primera vista,
parecería que una, conducta ética es buena y que una conducta no ética es mala. Ejemplo:
Decir mentiras no es ético y es algo malo; por el contrario cumplir con nuestras
obligaciones es ético y es algo bueno.

En efecto, la ética se ocupa de lo que es bueno o malo, y de lo que es justo o injusto. Su


derivación es de términos cuyo significado es costumbre o conducta. La ética es un saber
práctico, de nada sirve saber mucho de ella si no la ponemos en práctica.

"El objeto de estudio de la ética, no es todo tipo de conducta, sino sólo aquellas que rigen
por normas morales.

Llamamos normas morales a los principios que en una sociedad regulan el comportamiento
de los seres humanos en función de lo que se considera bueno, justo o correcto.

La ética, también se le llama Filosofía de la moral.

La filosofía de la moral, tiene como objeto de estudio: La conducta humana, pero sólo
cuando esta es susceptible del juzgarse moralmente: Ejemplos:
 Cuando te parece justa una situación.
 Cuando das tu opinión sobre una situación o conflicto.
 Cuando no sabes que hubieras hecho en x conflicto moral, religiosos, ético o de
valor.

Las múltiples experiencias que has tenido durante toda tu vida han contribuido a que
formes tu criterio, veas la realidad de cierta manera, valores algunas cosas y dejes otras en
segundo lugar también te han ayudado a comprender el momento que vives, a enfrentar los
desafíos y tomar decisiones; han influido en la forma como te relacionas con otras personas
y en la manera como participas en el medio que te rodea.

Esto significa que la filosofía de la moral siempre ha estado, y estará presente en tu vida
"sin embargo, dada la importancia que este vocablo tiene en el lenguaje trataremos de
precisar brevemente su significado".

La palabra "Moral" se deriva del latín mos (moris) cuyo significado es costumbre, hábito,
casi lo mismo sucede con la "ética" que provienen del griego ethos e igualmente significa
costumbre. Sin embargo, debemos tener cuidado en no confundir la ética con la moral, una
cosa es ética y otra moral"

Valores ¿Para Qué?

El ser humano continuamente tiene que enfrentarse a situaciones en las que tiene que elegir,
encontrar la solución o la respuesta más adecuada entre todas las posibles. Pero no todas las
situaciones a las que los hombres se enfrentan son de la misma naturaleza.

En términos generales, valor es la cualidad por la que un ser, una cosa o un hecho despierta
mayor menor aprecio, admiración o estima. Es decir, un valor nos indica la importancia,
significación o eficacia de algo.
 Los valores éticos o morales son principios con respecto a los cuales las personas
sienten un fuerte compromiso "de conciencia" y los emplean para juzgar lo
adecuado de las conductas propias y ajenas.
 Los valores no existen en abstracto, se depositan, algo se le da un valor, ya sea este
en objetos o personas. Están ligados los valores a la historia, a las culturas, a los
individuos y a las circunstancias que enfrentan.
 Los valores influyen en nuestra forma de pensar, en nuestros sentimientos y formas
de comportarnos.
 Los valores se proyectan a través de actitudes y acciones ante personas y situaciones
concretas.
 Los valores suponen un compromiso real y profundo de la persona ante si misma y
ante la sociedad en que vive.

Pues los valores se integran mediante la reflexión, la interacción con el medio y la práctica
social, junto con el desarrollo de las capacidades, cognoscitivas, la personalidad, las
habilidades técnicas y las destrezas operativas. En si los valores sirven para orientar la
acción humana.

Para fortalecer los valores no solo basta con invitar y concienciar al alumno sobre la
necesidad de actuar correctamente sino invitarlo a que mantenga su conducta adecuada
demás personas, es necesario además motivar a los estudiantes por el estudio, prepararlos
para la vida, para el trabajo, para el cambio y la transformación, para lo cual es necesario
argumentar, demostrar y persuadir, desde la clase.
Ética y Política en Sociedad Democrática

La relación entre ética y política en la democracia moderna no deja de ser tensa y peligrosa,
ya que esta última introduce un fuerte relativismo moral que, si bien permite la coexistencia
en un plano de igualdad de las distintas concepciones propias de toda sociedad compleja,
no puede ser sostenido en el campo de la política. Es aquí cuando el poder, al penetrar la
dimensión ética, introduce en ella la más grande distorsión, ya que el discurso de la ética se
convierte en una mera forma de justificación del poder. Esto es lo que hace que la constante
tensión entre ética y política nunca tenga un modo único o, incluso, satisfactorio de
resolución. Sólo la implementación de una lógica argumentativa que parta del
reconocimiento de la precariedad y ambivalencia que se entabla en la relación entre ética y
política puede servir de resguardo ante aquellas distorsiones que, en nombre de la primera,
planteen el riesgo de cercenar desde el poder del estado los espacios de libertad.

Suponiendo que el esquema político democrático es un esquema irrenunciable, las


funciones que, según la filosofía política y la ética, debe cumplir la ética política en una
sociedad democrática son:

 La primera función consiste en relacionar la legitimación con la justicia. Una institución


es legal simplemente por ajustarse a las leyes, pero su legitimidad sólo se da cuando las
leyes que la dotan de legalidad se consideran a su vez dignas de ser obedecidas por haberse
elaborado conforme a un procedimiento aceptable por todos. En nuestra sociedad
democrática este procedimiento es la decisión mayoritaria. Ahora bien, el ajuste a ese
procedimiento no implica necesariamente la justicia de una decisión legislativa. La ética
debe permitir ese juicio sobre una base que no discuta los principios democráticos.
 Una ética democrática debe preservar la convivencia de todos los valores presentes en la
sociedad (incluso de los minoritarios), pero fundamentalmente, debe ser capaz de articular
los tres valores fundamentales de la democracia: vida, libertad e igualdad.
 La ética es el instrumento que permitirá el control social de los gobernantes. El control
extra-político de la acción política es imprescindible para la salud democrática, y no sería
posible si la ética no proporcionase una puente entre el sentir social y los políticos, y, lo que
es más importante, una base aceptada desde la que argumentar, un punto de referencia para
ejercer ese control.
 La sociedad debe mantener una valoración de la actividad política (para garantizar la
retroalimentación que exigíamos en el epígrafe anterior) y de la acción de gobierno. Y ese
marco valorativo debe ser establecido por la ética política.
 Partiendo de que los fines comunes son seleccionados democráticamente y luego
encomendada su realización al político, la ética debe permitir decidir, supuesta la
deseabilidad del resultado, el modo en que va a realizarse.
 La ética política debe dar razones para la acción a cada agente político. Esto es,
convencer racionalmente a cada agente de la obligatoriedad de sus compromisos políticos y
de la inderogabilidad de los fines comunes. Así, una ética política debe proveer razones
(normas) gracias a las cuales el legislador se sienta íntimamente comprometido con su tarea
política y no renuncie a los fines socialmente determinados, el súbdito encuentre justificada
su obediencia a leyes justas a la vez que halle argumentos para oponerse a las injustas, etc.

Ética y Ciudadanía

Debemos repensar la relación entre ética y ciudadanía. La palabra ética tiene varias
acepciones pero definitivamente está relacionado con las costumbres, el temperamento, los
hábitos buenos. Desde Aristóteles ha quedado expresado que al momento de nacer las
personas traen un sin número de rasgos que son biológicos, físicos, hereditarios que se
conocen como “primera naturaleza”.

Por el nacimiento no podemos predecir que una persona será moral o inmoral , si tendrá
hábitos buenos o malos, es la socialización, el contacto con los demás y con las realidades
los que posteriormente generará los que se conoce como la “segunda naturaleza”, la que es
adquirida, no se nace con ella. De manera pues que esa segunda naturaleza se educa, se
socializa y de ella depende ese “ethos” o costumbres que desarrollemos. Para algunos
autores la moralidad la llevamos dentro y la tendencia natural es a ser buenos. Bueno quiere
decir con valores positivos, virtudes. Así la tarea ética será fomentar las virtudes y evitar
los vicios. Promover lo bueno y evitar lo malo. Eso será ser ético o moral.

La ética no es nada difícil de explicar, es el bien hacer y si cada quien hace bien lo que le
toca o lo que le asignaron hacer será ético. La obligación moral es la misma para todas las
personas, lo que varía es el escenario donde cada cual se desenvuelve y el grado de
responsabilidad que cada quien tiene a su cargo.

En una oficina pública la obligación moral de hacer bien sus tareas, es decir con
responsabilidad es la misma para el director que para el encargado de limpieza, claro que se
les exigirá diferente y respuestas al nivel de lo que hacen y la una tendrá más envergadura
que la otra, pero el deber es el mismo. La ética es una y el deber moral es uno, el mismo
para todos, por eso no podemos hablar de que hay “éticas públicas y privadas”, solo hay
“ética” como tarea a ser realizada, lo que cambian son los escenarios y si estoy en la oficina
pública afirmo que estoy en el espacio de lo público pero ello no borra mi vida privada, ni
que al salir a la calle ya estoy haciendo ejercicio de esa vida.

En ambos casos es una misma ética la que me convoca y me invita a hacer las cosas bien
hechas y si las hago mal, en pleno ejercicio de mi autonomía, seré no ético o inmoral en mi
comportamiento y la sociedad a través de sus normas y leyes hará lo que corresponda por
devolverme al cumplimiento de ellas. El servidor público tiene como obligación moral
cumplir con las tareas asignadas con responsabilidad, cortesía, honestidad, es decir con
todos los valores que deben acompañar el ejercicio de la asignación dada y por demás de lo
moral, por eso le pagan. Esta es la clave el servidor público recibe remuneración por hacer
bien las cosas, por ser éticos en sus funciones.
En ese espacio de lo público el principio ético que debe predominar es el de la “Justicia”,
pero esta entendida como “equidad”, como lo justo en el tratamiento dado, sin
discriminaciones, sin privilegios, con imparcialidad y en su otra versión cuando se
traspasan los límites de los valores que deben primar en su accionar se pasa de lo
propositivo de la ética a lo punitivo de la justicia. El mundo vive una crisis ética, que al
entender de muchos, ha llegado a su cumbre. Desde luego, esta crisis entraña, al parecer
un peligro inminente pues, en una época en que todo y todos pretenden tener su propia
verdad.

Al hablar de los derechos humanos podemos observar que el único sistema político
admisible para el reconocimiento de los derechos, es el democrático. Por una parte porque
se sostiene en la autonomía, es decir la libertad de cada uno de someterse a las normas que
él mismo ha creado o a contribuido a establecer conforme a sus propios valores y porque
tolera los valores diferentes.

Lo cierto es que la Constitución amplió conceptualmente la protección de los derechos


humanos al disponer de la enunciación de los derechos y garantías en ella contenidos. No
puede realizarse el ideal del ser humano libre, liberado del temor y de la miseria, a menos
que se creen condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos,
sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos.

Toca a la sociedad protegerse y al estado protegernos, como garante del bien común que es,
esta protección viene vía la justicia, las leyes y las sanciones coercitivas con penas y
castigos. Son dos puntos complementarios pero diferenciados. La ética no es punitiva es
propositiva, propone el bien hacer hemos dicho antes. La Justicia es punitiva cuando nos
alejamos del círculo virtuoso y nos apegamos al círculo vicioso.
Al estado corresponde proporcionar justicia y con esos mínimos estaríamos creando
condiciones para que los individuos construyamos planes de vida buena, individuales que
son de felicidad. Cuando el estado se interesa en ofertar o cumplir con proyectos
individuales de felicidad tiende a fracasar porque no es su tarea ni tiene posibilidades de
hacerlo porque la felicidad es un máximo de cada persona, mientras que la justicia es un
mínimo de la sociedad.

Corresponde entonces como meta moral el lograr que tanto el servidor público como el
usuario, toda la población se convierta en “ciudadano” y construyamos una ciudadanía
política y moral basada en la identidad y la corresponsabilidad. Ser ciudadanos es como ser
miembros de una familia. En ella nos identificamos por el apellido, nos conocemos, nos
apoyamos, nos defendemos, somos solidarios entre nosotros y allí aprendemos a serlos con
las otras familias.

Importancia de la Ética en la Tecnología

La ciencia y la técnica, en su imperioso andar, irrumpen en la vida del ser humano,


influyendo en su pensamiento, intereses, necesidades y valores. Los potentes adelantos
científico-técnicos se convierten, cada vez más, en fuerzas productivas que coadyuvan a la
gratificación de los intereses y necesidades de las personas, y al aumento de sus
capacidades cognoscitivas.

La ciencia y la tecnología, en la actualidad son importantes para la sociedad y el desarrollo,


se refiere a que gracias a estas se pueden combatir distintos problemas como: de Salud,
Económicos, Etc. La ética entra en un juego de acuerdo con los valores y decisiones de
cada científico o tecnólogo.

Un científico es el encargado de investigar y realizar proyectos que solucionen los


problemas como ejemplo: inventar alguna vacuna contra el VIH, su formación ética entra
en juego cuando decide experimentar con personas sin conocimiento o en animales
aplicando la vivisección. De él depende que se dé un buen uso o mal uso a su nuevo
invento ya que afecta a la sociedad o a personas inocentes.

Por ejemplo, no sólo los médicos, sino los abogados y los ingenieros, así como los
científicos, tienen la obligación de no divulgar sin consentimiento información confidencial
relativa a los pacientes, clientes, empresas o universidades a los que sirven. Por otro lado,
hay reglas que son muy importantes en ciertas profesiones y no en otras. Por ejemplo, en
los códigos de ética de un colegio de ingenieros siempre hay una prohibición de aceptar
sobornos, pero no hay tal prohibición en los códigos de abogados o médicos o científicos.
Esto no quiere decir que un médico no deba aceptar un soborno de un paciente, pero ésta no
es una situación usual o que se perciba como particularmente problemática para el
cumplimiento de la responsabilidad profesional, y por lo tanto no se considera necesario
incluirla explícitamente en un código de conducta profesional. El paciente podría querer
convencer a su esposa rica de que está muy enfermo y que por lo tanto deben irse a vivir a
otro lado y ofrecerle al médico una cantidad de dinero por hacer un certificado médico
incorrecto.

El tecnólogo se refiere a la tecnología, como ejemplos de aquellos que inventaron la


computadora, el internet, las telecomunicaciones, etc. Tiene que tener responsabilidad
moral, es decir no realizar actos que vayan en contra de sí mismo y de los demás, además
de tener conciencia moral para analizar que actos hacer y que no, debe tener sus propias
ideas, es decir no tiene por qué tomar otras ideas y hacerlas suyas o copiarlas. Un tecnólogo
debe evitar el egoísmo, favorecer el entorno que lo rodea, no debe desviarse del objetivo, es
decir no debe cambiar derrumbó en su investigación por dinero o cualquier otra cosa, no
debe alterar el medio ambiente, debe buscar el beneficio para los demás.

Ellos han aportado facilidades de comunicarse entre si o de aumentar conocimiento, pero


éticamente estas aportaciones han sido usadas para beneficio de otras personas
económicamente, como es el caso de los que extorsionan o secuestran o la utilizan para
robar información de las personas.

Los limitantes son otro factor importante para esto, ya que con ellos todo científico y
tecnólogo, sabe hasta donde poder realizar sus experimentos.
La infoética, es la ciencia que estudia los aspectos éticos que surgen del desarrollo y
aplicación de las tecnologías de la información. La importancia de la infoética, del pararnos
y pensar si el camino que seguimos es el correcto. Si debemos o no permitir que los
avances tecnológicos eclosionen en un nuevo mundo donde el individuo sea uno más de la
cadena. O si por el contrario, aspiramos a seguir siendo el centro de la misma (con permiso
del planeta y los seres vivos que viven en él), utilizando la tecnología como una
herramienta para mejorar la vida del colectivo, abstrayendo lo complejo en sencillo,
gestionando eficazmente el tiempo y los recursos de los que disponemos. Porque de no
pararnos, corremos el peligro de ir hacia lo primero. La sociedad del control, esclava de la
tecnología.

La Ética en el Ambiente Tecnocientifico

La ciencia y la tecnología, o si se quiere, el fenómeno tecnocientífico, son cada vez más


una parte más relevante de nuestra sociedad y cultura. Afectan o determinan la vida
económica y política y son una clave cada vez más poderosa tanto para entender lo que
sucede en nuestra sociedad como para ser capaces de interpretar nuestra historia y cultura.

La ciencia y la tecnología también plantean problemas éticos, tanto a los científicos y a los
técnicos, como al conjunto de ciudadanos que estamos afectados por su gestión con éxito o
con fracaso. Conviene analizar de manera específica estas cuestiones éticas, más
directamente asociables al fenómeno tecnocientífico, para ser capaces de aplicar criterios
éticos en esta área.

Los tiempos tecnocientíficos que vivimos se caracterizan por haber permitido desarrollarse
un poder inédito, un sistema, una revelación y un lenguaje que, como hemos apuntado, se
resume en el advenimiento de la cosmovisión tecnocientífica. La tecnociencia lleva ya en
su intencionalidad modificar el mundo. El sistema tecnocientífico se refiere al entramado
entre ciencia y tecnología. Y existe una muy estrecha relación entre sistema económico y
sistema tecnocientífico. Si asumimos la noción de sistema tecnocientífico, hay que revisar a
fondo la tesis de neutralidad ética de la técnica.

La conciencia, de una manera u otra, nos dicta lo que es correcto. Y lo correcto nos remite a
la ética.

La tecnología ha traído consigo alcances de diversas índoles que han contribuido al


mejoramiento de la vida humana y al mismo tiempo ha creado diferentes opciones o vías
para lograr la consecución de “sueños” médicos o sociales, es necesaria una reflexión e
investigación.

Temas como la prolongación de las experiencias humanas por medio del uso de máquinas,
no ver esto solo como una mera critica. Sino una reflexión real sobre los límites y alcances
que conllevan estos procesos. En consecuencia, la tecnología al mismo tiempo viene
cargada de elementos que han afectado a la vida humana y que día a día se hace más
presente un pragmatismo que confunde y busca el cambio de la mentalidad lanzando a la
sociedad una teoría de mejoramiento a cualquier costo dejando sin efecto la naturaleza
humana y sus preceptos, es por eso que es importante saber actuar con responsabilidad y
prudencia.

Existen dos tradiciones teóricas que mantienen enfoques opuestos, entre la filosofía y la
técnica, la ética y la tecnología, la crítica y el conocimiento científico, ambas intentan
resolver la cuestión ética y el problema practico sobre la implicación y responsabilidad de
la tecnología.
¿Qué es la Tecnociencia?

La tecnociencia es un concepto ampliamente usado en la comunidad interdisciplinaria de


estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad para designar el contexto social y tecnológico
de la ciencia. La idea muestra un reconocimiento común de que el conocimiento científico
no solo es un código situado en la sociedad y la historia, sino que sustenta y se hace durable
por redes materiales no humanas. Según Javier Echeverría es una construcción social
altamente artificializada que se aplica a los más diversos ámbitos sociales y empíricos para
producir modificaciones y mejoras.

Los seres humanos pueden adherirse (o no) a dicha actividad colectiva, pero cada
individuo siempre se confronta en su fase de formación a una tecnociencia previamente
constituida, que ha de aprender, por una parte, pero cuyas aplicaciones concretas puede
comprobar que producen efectos en su entorno.

El termino tecnociencia que designa el complejo entramado de la ciencia y la tecnología


contemporánea tiene una carga conceptual especial. No solo indica que con el paso de la
ciencia académica a la ciencia gubernamental e industrial, sobre el siglo XX, ciencia y
tecnología han llegado a ser prácticamente inseparables en la realidad. También señala una
nueva imagen de ciencia y la tecnología que los actuales estudios de ciencia y tecnología
han ido descartando frente a las c concepciones tradicionales. Una de las ideas
características es que la ciencia no se pude reducir a los científicos no la tecnología a los
tecnófobos, sino que ambas forman parte de complejas redes junto con otros agentes y
entornos simbólicos, materiales, sociales y económicos. Si alguna vez la ciencia apareció
como una búsqueda desinteresada de la verdad, el impresionante poder que hoy exhibe la
tecnociencia permite cuestionar esa apariencia. Sin embargo resulta sorprendente que esa
innegable relación entre ciencia y poder aun no sea abiertamente admitida entre quienes se
dedican a filosofar sobre estos temas.
Los desarrollos de la ciencia y la tecnología y su derivado la informática no son
estrictamente neutros. Estamos ante un desarrollo de la informática que está haciendo
emerger una perspectiva ética diferente. El salto cualitativo y cuantitativo de la ciencia y la
tecnología en el escenario de la informática ha avejentado extraordinariamente la visión
clásica de la ética. Ello se concreta en los siguientes: Desplazamiento de la ética como
disciplina tecnológica hacia preocupaciones más específicas que pueden ser empleadas en
el contexto del desarrollo tecnológico en correspondencia con el perfil profesional.
Abandono de la concepción ética como autónoma. El efecto es el desarrollo de la ética
aplicada a la práctica ingenieril y tecnológica. Mayor preocupación por el análisis de las
consecuencias de las decisiones que se tomen con relación introducción a la tecnología. La
idea es que existe más conciencia de que una sociedad dejada a sus solas fuerzas salvajes
termina construyendo o manteniendo espantosas diferencias sociales, indignas de una
humanidad.

El Desarrollo Moral en la Ingeniería

La ingeniería es una profesión importante a la que se llega por aprendizaje. Como


miembros de esta profesión, se espera que los ingenieros presenten las más elevadas
normas de honestidad e integridad.

La ingeniería tiene un impacto directo y vital sobre la calidad de vida de todas las personas.

Consecuentemente, los servicios suministrados por los ingenieros requieren honestidad,


imparcialidad, honradez y equidad y deben dedicarse a la protección de la salud, la
seguridad y el bienestar públicos. Los ingenieros deben desempeñarse siguiendo una norma
de comportamiento profesional que requiere la adhesión a los principios más elevados de la
conducta ética.
La ética de la ingeniería es la rama de la ética aplicada y el conjunto de principios morales
que se aplican a la práctica de la ingeniería. Esta examina y establece las obligaciones de
los ingenieros para con la sociedad, los clientes y la profesión. Está muy relacionado con la
filosofía de la ciencia y la filosofía de la ingeniería.

La moral tiene una base social, es un conjunto de normas establecida en el seno de una
sociedad y como tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus
integrantes. En cambio la ética surge como tal en la interioridad de una persona, como
resultado de su propia reflexión y su propia elección.

La ética en la Ingeniería tiene unos principios generales que son:

 Los ingenieros deberán dar la máxima importancia a la seguridad, la salud y el


bienestar del público del producto y se deben esforzar en respetar los principios
del desarrollo sostenible en el ejercicio de sus funciones profesionales
 Solo deben realizar servicios en áreas de su competencia
 Deben hacer declaraciones públicas sólo de manera honesta y objetiva.
 Deben ganarse su reputación por su propio mérito y no deberán competir
deshonestamente con otros
 Los ingenieros deben mantener y mejorar el honor, la integridad y la dignidad de
la profesión de la ingeniería y actuar con tolerancia cero con el soborno, el
fraude y la corrupción.
 Los ingenieros deben continuar su desarrollo profesional a lo largo de sus
carreras, y proporcionarán oportunidades para el desarrollo profesional a los
ingenieros a los que supervisan.

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