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Capitulo: 1

¿QUE ES LA FAMILIA?

La familia es una organización única que constituye la unidad básica de la sociedad.


Desde el punto de vista sociológico, el ser humano, necesita vivir en un grupo y la
familia es su grupo natural.

La organización familiar como todas aquellas funciones que trascienden las


estrictamente relacionadas con la supervivencia de la progenie, pueden presentar una
enorme diverisidad cultural, asi como social.

Minuchin y Fishman definen a la familia como “un grupo natural que en el tiempo ha
elaborado pautas de integración. Estas pautas se conoce con el nombre de estructura
familiar, la cual rige a la vez el funcionamiento de sus miembros, además de definir su
diveridad de conductas y facilitar su interaccion reciproca. La familia, necesita de una
organización para desempeñar sus tareas esenciales

Nathan Ackerman utiliza el concepto de “organismo familiar” sugiere que tienen una
historia natural de vida que le es propia misma que inicia con un periodo de
germinación, es decir, con una etapa de noviazgo, en donde los futuros cónyuges
llegan a conocerse y a establecer el conjunto de creencias, mitos, valores y reglas
futuras que gobernara su propia familia (que ahora esta en proceso de formación). Le
sigue la etapa de surgimiento de lo que llegara construir la nueva familia nuclear, es
decir, el establecimiento de la pareja como base de una nueva familia.

Con el nacimiento de los hijos surge una etapa de crecimiento y desarrollo dentro de
esta entidad, se torna imperativo que la familia desarrolle la capacidad de adaptarse al
constante cambio requerido, a fin de que perdure el buen funcionamiento. Por ultimo,
los padres comienzan a quedarse solos, originando una declinación de lo que
constituyo la antigua familia, para dar lugar a la creación de nuevos grupos familiares.

La familia es la unidad del crecimiento, la experiencia y la realización, la


responsabilidad principal de la familia es la socialización de sus miembros, dentro de
este grupo social es donde se cultivan los lazos de afecto e identidad, se satisfacen las
necesidades reciprocas, se entrena a sus componentes en tareas de participación
social.

La familia pasa de manera progresiva por; noviazgo, primeros años de matrimonio,


paternidad, madurez y ancianidad, como ya se había comentado en el párrafo anterior.

La familia puede tener mayor o menor grado de éxito en lograr el crecimiento de sus
miembros, de acuerdo con su capacidad para alcanzar y regular un equilibrio apropiado
de sus funciones básicas. El equilibrio de las funciones familiares se manifiesta cuando
esta se centra en alguna función, al tiempo que otras se anquilosan, o bien, se
distorsionan.

Los miembros de la familia no suelen vivenciarse a si mismo como parte de a


estructura familiar. Todo ser humano se considera una unidad, un todo en interacción,
con otras unidades, por ende, no necesariamente se encuentra consciente de que cada
uno de ellos influye sobre la conducta de los demás, y que estos lo hacen sobre la
suya.

¿Quién pertenece a la familia?

En la sociedad occidental, la tendencia principal dentro de la terapia familiar se orienta


a considerar a la familia como una unidad nuclear relativamente cohesiva formada solo
por padres e hijos.

Sussman clasifica las diversas estructuras familiares en distintas culturas: 1.- Familia
nuclear tradicional, 2.- Familia compuesta solo por la pareja, 3.- Familia con solo un
progenitor, 4.- Familia de tres generaciones, 5.- Persona que vive solo, 6.- Matrimonio
en edad avanzada, Familia extensa, Familia con una segunda carrera profesional, 7.-
Familia reconstituida.

La pluralidad de formas que las familias llegan a adoptar, cada una de ellas, asi como
sus diversas crisis, solo podrán ser comprendidas en el contexto socioeconómico y
cultural en el cual encuentran inmersas.

La expectativa emocionales ligadas a cualquier pariente dentro de una organización


familiar particular dependen del estatus simbólico y del rol que cada miembro del grupo
le asigne a esa persona dentro de la imagen mas amplia del grupo familiar.

Estructura de la familia Mexicana

La familia mexicana es una unidad relativamente solida y dependiente de la estructura


social global. En México observa el estereotipo que considera que los lazos de
parentesco son la base de la seguridad y el canal natural para la socialización de la
persona, de modo que la familia mexicana so constituye en la unidad básica del
individuo por tradición popular.

Familia y redes sociales

Los miembros de la familia se encuentran vinculados con instituciones laborales,


educativas o sociales que quizá prestan sus servicios. Las redes de apoyo de la familia
no solo incluyen a las instituciones, sino también al conjunto de individuos que mantien
un contacto social con la familia a través de sus desarrollo y que le pueden brindar
apoyo o ayuda para solucionar sus conflictos.
Capitulo: 2

“LA FAMILIA FUNCIONAL”

La familia “típica” o “ideal” adopta múltiples formas dentro de la sociedad, las cuales se
basan en los valores aceptados por la cultura específica de dicha sociedad. El termino
“familia funcional” es intercambiado por términos como familia “sana”, “típica”,
“adecuada” o “normal”.

En el capitulo nos identifican varias definiciones de “normalidad”:

- Normalidad como sinónimo de salud: el cual nos dice que la normalidad es la


ausencia de los trastornos

- Normalidad como utopía: la normalidad es aquel funcionamiento ideal u óptimo, o


bien, a la autorrealización del potencial humano.

- Normalidad como promedio: se refiere a la forma de estadística

- Normalidad como proceso: Los individuos más sanos tienen mayor variedad de
técnicas para afrontar los problemas, utilizan estrategias más adaptativos y muestran
mayor flexibilidad al tratar con eventos de su vida interna y externa.

Desde el punto de vista sistémico, la disfunción individual se cataloga como sintomática


de la disfunción familiar. Las familias disfuncionales tienden a mantener o reforzar los
síntomas en los procesos interaccionales. Si el patrón de relación disfuncional no se
modifica, el síntoma puede hacerse rotativo dentro de los diversos miembros de la
familia.

Jackson nos habla que una familia normal como en todas existe los problemas, pero lo
que hace que sean funcionales es que no se paralicen ante los mismos.

Riskin nos dice que las diferencias entre una familia normal y una disfuncional son las
estrategias para resolver problemas, clima emocional de la familia, capacidad para el
cambio, capacidad para equilibrar la proximidad y la distancia en las relaciones
intrafamiliares y la formación de fronteras generacionales funcionales; hay que tomar
en cuenta que los contextos socioeconómicos, culturales y comunitarios de las familias
se deben tomar al evaluar lo que se denomina funcional, sano o normal.

Para Satir, una familia funcional es aquella donde se trata de enviar la menor cantidad
de mensajes encubiertos, lo que hace proclive una comunicación clara y directa, misma
que favorece la resolución de problemas, permite la internalización y logra desarrollar
un equilibrio entre la proximidad y la distancia, haciendo posible la individuación
conexa.
Beavers nos presenta un listado de condiciones que permiten considerar a una familia
como sana: debe tener un sistema común de valores, una preocupación reciproca con
la capacidad de trazar limites y consolidar la independencia individual, promover la
expresión de sentimientos para favorecer la clase de interacciones que tienden a
clarificar la atmosfera y generar soluciones, la voluntad de confiar y aceptar a las
personas tanto adentro como afuera de la familia y por ultimo, la oportunidad de dialogo
para que se propicie la imparcialidad, la justicia y la reconciliación.

Una vez que la familia es percibida como un sistema interaccional puede ser
constituida por un conjunto de seres humanos que se comunican entre sí, con objeto
de definir la naturaleza de su relación a través de reglas; éstas definen quien participa
con quien, además de cómo lo hacen y son conocidas como limites o fronteras. Para
que haya un adecuado funcionamiento familiar los límites deben ser claros en donde,
permitan desarrollar las funciones individuales sin interferencias de los demás
miembros, al mismo tiempo que regulan el contacto de los integrantes del sistema,
logrando de este modo una individuación de la persona sin perder su pertenencia al
grupo.

Munchin nos dice que una familia “normal” constantemente enfrentará problemas
impuesto por factores externos, pero su capacidad para trazar limites claros, tanto entre
sus miembros como con la sociedad en general, le permitirá adaptarse, transformando
sus estructuras anteriores en otras más flexibles que le permitan el cambio.

Se espera que los padres conozcan las necesidades de desarrollo de sus hijos y
puedan explicarles las reglas que imponen, las cuales contribuirán a estimular los
derechos y obligaciones que el niño necesita para desarrollarse con autonomía.
Mediante las relaciones familiares los hijos aprenden a relacionarse con distintos tipos
de poder, aunque siempre deberán tener claro que sus padres son quienes tienen la
autoridad y la responsabilidad de guiarlos mediante reglas y normas adecuadas para
su crecimiento y desarrollo.

Aunque los diferentes tipos de modelos difieren en el concepto de normalidad, en lo


esencial no se contradicen. Las principales diferencias entre estos se debe a que cada
uno de ellos se centra en un aspecto particular del funcionamiento familiar y otorga
mayor énfasis a los patrones estructurales, a los procesos comunicacionales, o bien, a
la dinámica de la relación.

La familia “normal” no existe, lo que si puede definirse es la familia “funcional” y para


poder intentarlo es necesario conocer que es la organización familiar.

La familia constituye una red de sucesos dinámicos cuya organización y reglas de


conducta están enfocadas a atender la función que cumplen cada miembro del grupo,
así como también, para toda la familia. Estas funciones están determinadas por límites,
jerarquía, alianzas, roles, así como reglas, secretos y mitos familiares.

La claridad de los límites del sistema familiar es un parámetro útil para evaluar el
funcionamiento de la familia. Estas reglas que demarcan dónde, cuándo y en qué
condiciones determinado miembro del grupo se comporta de una u otra manera,
constituyen lo que se denomina como limites individuales. Cuando estos se delinean
entre la familia y el exterior, se les conoce como limites externos; estos están
determinados por la distancia interaccional que manifiesten los miembros de la familia
hacia otros.

La familia se diferencian, aparte de los propios individuos que la componen,


subsistemas con funciones especificas: 1) marital, compuesto por pareja, la cual tiene
sus propias fronteras y que por definición no incluye a los hijos; b) parental, que surge
del cruce generacional y está conformado generalmente por el padre y la madre, tiene
a su cargo la sociabilización de los hijos y c) filial, en donde los hermanos desarrollan
patrones de negociación, cooperación y competencia.

Los limites o fronteras tienen las siguientes distinciones:

-Fronteras externas de la familia. Se refiere al grado de interrelacion permitida entre la


familia nuclear como un todo y otros sistemas. Las fronteras difusas con el exterior
pueden impedir que los miembros de la familia se desarrollen sentimientos de
pertenencia y se propicie la desintegración del grupo.

-Fronteras entre subsistemas. Son aquellas que se establecen entre padres e hijos,
padres y abuelos. Lo difuso seria que puede impedir la realización adecuada de las
funciones especificas de cada subsistema. Y si estos límites se cierra, obstaculizarán el
apoyo y el respaldo muto entre padres, hijos o abuelos.

-Fronteras individuales. Es el espacio físico y emocional que desean guardar los


miembros del grupo entre sí. Cuando se tornan difusos producen una intensa
sensación de malestar, ya que no existe el respeto a la individualidad del otro. Y
cuando se tornan cerrados se impide la comunicación abierta y clara con los otros
miembros.

Cada uno de estos límites o fronteras son clasificados de tres maneras: cerrados,
claros o difusos. Los difusos implican un exceso de interacción o intromisión
disfuncional entre los subsistemas o sus integrantes. Cuando son cerrados indican un
déficit de interacción o una distancia física o emocional misma que los empobrece y
aísla. Cuando los límites son claros indican un funcionamiento adecuado o la cercanía
que propicia el desarrollo óptimo de sus integrantes.
Una jerarquía familiar clara constituye un requisito indispensable para el adecuado
funcionamiento de la familia. Esto implica que no deberían existir diferencias
jerárquicas entre individuos de la misma generación. La inversión de los roles entre
padres e hijos, conocida como parentalización, o cualquier otro patrón jerárquico
confuso, invertido o poco claro se considera como disfuncional o inadecuado.

Para que exista un adecuado funcionamiento familiar debe existir una clara jerarquía,
entendida como el grado de autoridad o influencia que tiene un miembro sobre la
conducta de los demás componentes del sistema.

Los roles se refieren a la totalidad de expectativas y normas que los miembros de la


familia tienen con respecto a la posición que cada uno de los individuos debería de
guardar dentro de ella, así como a la conducta que cada uno de sus integrantes podía
llegar a desarrollar y manifestar dentro del grupo familiar.

Parsons nos dice que cada integrante de la familia tiene un rol específico, tanto por las
funciones instrumentales como por las afectivas que le son asignadas por los demás
miembros del sistema familiar.

En la actualidad, parece mas probable observar la existencia de efectos disfuncionales


cuando las definiciones de los roles son demasiado rígidas, independientemente del
contenido o de la persona que asume un determinado rol, quizá como consecuencia de
procesos de desarrollo prolongados o tardíos y la frustración del cambio necesario.

Toda comunicación interpersonal no solo constituye en un intercambio de información


sobre ciertos temas, sino que contiene además un mensaje acerca de la relación
existente entre las partes interactuantes.

La comunicación “funcional” dentro de la familia es aquella en que los mensajes que los
miembros de la misma se envían entre si han de enunciarse con claridad. La conducta
correspondiente con dichas comunicaciones es coherente con el mensaje emitido;
existe, pues, una diferencia minima entre los sentimientos manifestados y los mensajes
comunicados.

Jackson afirmaba que la familia es un sistema regido por reglas; en el cual sus
miembros se comportan entre sí de una manera reiterada y organizada.

Las reglas de la familia parecen funcionar como si fueran leyes; estas prescriben y
limitan las conductas de los individuos en una amplia variedad de esferas de contenido.
Muchas veces, los propios individuos parecen no encontrarse conscientes de las
limitaciones que estas reglas les imponen.

Los mitos familiares actúan como mecanismos protectores y de defensa dentro del
grupo familiar. Estos últimos salen a relucir cuando los miembros de la familia
distorsionan la realidad para evitar el dolor y conflicto, así como negar, racionalizar u
ocultar lo que se ha hecho los uno a los otros. Los mecanismos de protección
desempeñan una función en la interacción de la familia con el mundo exterior y se usan
para mantener alejados a los intrusos.

Los mitos familiares se pueden clasificar en tres categorías: de armonía, de perdón y


expiación y de rescate. Los primeros son un cuadro rosa de la vida pasada y presente
de la familia. Los mitos del perdón y expiación son procesos de separación, negación,
idealización o proyección. Los mitos del rescate se le atribuyen a una persona ajena a
la familia poderes especiales.

Los secretos familiares se refieren a temas cargados de intensos sentimientos de


temor, vergüenza y culpa, en general, las familias se aseguran de que estos no sean
conocidos afuera de su circulo, mediante establecer una prohibición para hablar
abiertamente de ellos, tienen como propósito evitar la mortificación y el conflicto.
Pueden servir para proteger la autoestima de los miembros, pues se trata de sucesos o
acciones que la sociedad considera vergonzosos y cuya revelación tendría dolorosas
consecuencias. Esto llega a constituir un problema ya que inhibe el dialogo y
distorsiona la realidad de un modo que restringe la adaptabilidad y el desarrollo de la
familia.

Una alianza es una afinidad positiva entre dos o más miembros del sistema familiar es
potencialmente neutra. Una coalición es una cercanía entre dos personas que surge
con la finalidad de oponerse a otra parte del sistema o a un miembro de la misma.

Las alianzas en una familia no se consideran disfuncionales a menso que sean


inflexibles o rígidas.

Wynne postulo que el alineamiento, es decir, la alianza entre dos o más personas,
tiende de manera automática a separarlas de los demás integrantes del sistema.

La flexibilidad dentro de la familia, también conocida como adaptabilidad, depende de


su capacidad para crear un equilibrio flexible entre estabilidad y cambio. La flexibilidad
es un recurso necesario para garantizar la posibilidad de contemplar y llevar a cabo el
cambio dentro de un sistema; facilita el desarrollo en situaciones de crecimiento
durante las diferentes etapas del ciclo vital de la familia, así como frente a las crisis
inesperadas.

Capitulo: 4

“LA ENFERMEDAD CRONICA EL PACIENTE Y SU FAMILIA”


El individuo enfrenta una crisis en una crisis en sucesos tales como el diagnostico de alguna
enfermedad grave, ser sometido a una cirugía, perdida de algún miembro del cuerpo, o bien,
incapacidad física. El cual se caracteriza sobre todo por la incapacidad del individuo para
abordar situaciones particulares utilizando sus métodos acostumbrados el suceso será decisivo
para determinar el curso final en la resolución de la crisis.

Si una enfermedad leve puede hacer que un individuo y su familia entren crisis, cuanto más
podrá desequilibrarla el conocer que uno de sus miembros padece una enfermedad crónica.

“La enfermedad crónica es un padecimiento cuyo desarrollo se prolonga a través del tiempo,
causando un continuo deterioro físico, mental, o ambos, en el individuo que la padece,
llevándolo incluso a la muerte”.

Cuando el paciente se da cuenta de que puede fallecer y la familia se enfrenta a la posibilidad


de perder a uno de sus miembros, ambos sufren un desequilibrio, entrando a la fase de crisis,
aunque cada uno a su manera.

Cuando una familia se entera de que uno de sus miembros sufre de una enfermedad crónica y
posiblemente mortal, responde al choque a través de una serie de etapas que van desde, la
negación hasta la aceptación.

1.- Etapa es la negación: se puede definir como el rechazo de una parte o de todo el significado
de un evento, con el propósito de minimizar el dolor y la ansiedad.

2.- Etapa caracterizada por sentimientos tales como enojo, ira, resentimiento y coraje. Esta es
una etapa difícil de manejar ya que el paciente y su familia demuestran sentimientos negativos.
Por otra parte, si esta fase llega a reconocerse y el paciente se siente aceptado y entendido en
cuanto a lo que está pasando, su enojo disminuirá, pues se sentirá amado y respetado. Algo
similar ocurrirá con los otros miembros del sistema familiar.

3.- Etapa de “regateo” o “pacto”, es decir, todos o algunos de los miembros del sistema familiar
llegan a prometer algo “muy significativo” a cambio de obtener la curación o la prolongación de
la vida del miembro enfermo.

4.- Etapa de la depresión, se pueden identificar plenamente dos aéreas a través de las cuales
se explica este estado de ánimo en el individuo enfermo:

a) La carga emocional y económica que el paciente siente que llega a ser para su familia

b) El duelo anticipado por la separación que sufrirá de sus seres queridos.

Esta etapa es silenciosa, la necesidad de contacto físico tiende a aumentar. Finalmente el


paciente como su familia entraran en la fase de resignación lo cual posibilitara para todos la
aceptación de la enfermedad, iniciando pues, por el proceso de vivir “día a día” con ella.

Modelo de Rolland para la enfermedad dentro del contexto familiar.


En la enfermedad crónica, el foco de interés se localiza en el sistema creado por la interacción
entre esta, el individuo, la familia y los otros sistemas biopsicosiociales. El modelo presentado
distingue tres dimensiones.

Tipo psicosocial de la enfermedad.

Esta primera dimensión del patrón de enfermedad puede variar en términos de su inicio (agudo
o gradual), curso (progresivo, constante o episódico), pronostico (fatal o tan solo una
disminución de la expectativa de vida, o bien, puede ser un caso de muerte súbita o carente
totalmente de efecto sobre la longevidad), así como con el grado de incapacidad que pueda
llegar a ocasionar en el individuo que la padece (ninguna, leve, moderada o severa).

Fases en la historia natural de la enfermedad.

La historia natural de la enfermedad crónica permite considerarla como proceso. De manera


que durante su curso se pueden llegar a plantear puntos críticos y transiciones que requieren
posibles cambios en la organización familiar. Estas necesidades de reajuste surgen debido a
que cada nueva etapa de la enfermedad plantea demandas diferentes en cada uno de los
miembros del sistema (familia). Dicha fases, de acuerdo con Rolland son la crisis inicial, la fase
crónica y la fase terminal.

La fase crisis inicial comprende cualquier periodo sintomático anterior al diagnostico, así como
el periodo inicial de ajuste y adaptación luego de que se confirma la enfermedad y se inicia el
tratamiento.

En esta etapa la familia y el enfermo se enfrentan a lo siguiente:

- Aprender a manejar el posible dolor, incapacidad o cualquier otro síntoma relacionado con la
enfermedad

- Aprender a manejarse dentro del ambiente medico-hospitalario y enfrentarse a los


procesamientos necesarios para tratarla, como son la radioterapia y la quimioterapia

-Crear un significado para la enfermedad que incremente el sentido de competencia, aso como
su mejor comprensión, al mismo tiempo que permita el duelo por la identidad perdida, pues
esta modifica a partir del diagnostico.

Fase crónica el paciente como su familia deben aprender a vivir “día a día” con la enfermedad.

Fase terminal; la familia entra en un proceso que le hace sentir dos tipos de diferentes de
emociones al anticipar la muerte de un ser amado. La primera la tristeza de la separación o
distanciamiento, no necesariamente físico, pero si intrapsiquico, alejándose y despidiéndose
emocionalmente del enfermo. La segunda es la tristeza porque la “familia" que hasta entonces
había conformado, ya no existirá mas.

Cuando el paciente se enfrenta a la inminencia de la muerte experimenta con frecuencia


angustia, impotencia y depresión. La depresión se relaciona con perdidas pasadas, ya no
sienta placer ante la comida, la actividad sexual o cualquier actividad física; deja de trabajar y
pierde su rol social y familiar. Pierde autonomía y control de la situación.

Variables claves del sistema familiar.

La importancia de algunas características de la vida familiar como seria su historia


transgeneracional de enfermedades, su nivel de desarrollo, su sistema de creencias, su grado
de cohesión, adaptabilidad y comunicación, etc.

Historia transgeneracional de enfermedades perdidas y crisis.

El terapeuta deberá indagar en la historia familiar de enfermedades sobre la presencia de


padecimientos similares en el pasado, así como el tipo de respuesta que los diversos
integrantes de la familia tuvieron ante ellos tanto desde un plano organizativo como afectivo. De
esta manera lograra anticipar puntos de conflicto y negación.

Seaburn y colaboradores encontraron que tanto el enfermo crónico como su familia necesitan
darle un sentido a la enfermedad. El significado que lo atribuye se podrá encontrar en la historia
que ellos mismo crean y dicen acerca del padecimiento; dicho trasfondo lo desarrollaran a
través del concepto de enfermedad que les ha sido transmitido por varias generaciones.

El sentido de una enfermedad para el paciente y su familia está construido sobre una base
social que les permite funcionar, comportarse y adaptarse.

La enfermedad y el ciclo familiar.

Debido a que la enfermedad es parte de un individuo y este es parte de una familia resulta
necesario pensar simultáneamente acerca de la interacción entre el individuo y su desarrollo
familiar.

Los lapsos de cercanía se denominan centrípetos para indicar el predominio de fuerzas


“cohesivas” dentro del sistema familiar. Los periodo de distanciamiento o desarticulación se
conocen como “centrífugos” descubriendo así el predominio de fuerzas “disipadoras” que tienen
a separar a los miembros de la familia.

En general, las enfermedades crónicas ejercen una fuerza centrípeta sobre el individuo y su
organización familiar. Esto se debe a que los síntomas, las posibles incapacidades, el
intercambio de roles funcionales, afectivos, o ambos, y el miedo a la muerte presionan a los
integrantes de la familia cercana.

Las enfermedades congénitas, así como los trastornos hereditarios en niños, producen fuerzas
de alta cohesión entre los miembros del sistema familiar, esto es debido a que tales
padecimientos ponen en juego tanto el sistema de creencias de la familia como la historia
transgeneracional de la herencia de la enfermedad.

La enfermedad y el sistema de creencias.


El inicio de una enfermedad tiene un impacto sobre el individuo, afecta su funcionamiento
fisiológico, su humor, su autoimagen, sus recursos emocionales y su capacidad mental. Tanto
el diagnostico de la enfermedad como los cambio sufridos por quien la padece, impactan sobre
la familia en aspectos tales como su distribución de recursos, roles, patrones de interacción e
imagen colectiva. Así que la forma externa o interna en que la familia experimenta el control de
la enfermedad incidirá sobre la interpretación que le den al padecimiento, así como su
comportamiento frente a el y su capacidad para brindar cuidados al enfermo.

Evaluación de los recursos de la familia.

Mientras más funcional sea una familia, contara con mas recursos para manejar el diagnostico
de una enfermedad crónica que amenaza la vida de alguno de sus integrantes. Valorar una
serie de aspectos como la capacidad de autonomía de los diferentes miembros, la existencia o
no de limites generacionales claros, el estilo de comunicación, la capacidad o dificultad de la
familia para expresar sus afectos de manera clara y directa, así como si existe un sistema
abierto que permita la entrada y salida de información al igual que la creación de relaciones
nuevas y, finalmente, su habilidad para resolver problemas y conflictos.

El efecto psicológico de una enfermedad produce en el paciente y en su familia depende en


parte del tipo de enfermedad de que se trate. Es importante tomar en consideración los efectos
sociales de la enfermedad, es decir, como responde la sociedad a una determinada
enfermedad y que facilidades le ofrece al enfermo o a su familia para la rehabilitación o
adaptación.

Es importante mencionar que tanto la familia como quienes brinden su ayuda al enfermo se
cuiden en no convertirse en “rescatadores”, actitud que no favorece ni al paciente ni a los
integrantes de la red de apoyo.

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