Vous êtes sur la page 1sur 6

Centro de Estudios de la Salud Anatomía del aparato locomotor Módulo 1 Historia de la Anatomía

Historia de la Anatomía
La anatomía es el estudio de la estructura de los cuerpos organizados.
Los estudios de todas las ramas profesionales que se ocupan del arte de la curación, que no sólo serían los estudios de me-
dicina, sino también losde las otras profesiones que asisten al médico, contemplan desde el principio la enseñanza teórica e
incluso, a veces, la práctica de la anatomía.
Esta asignatura enseña a los que inician su profesión, la estructura y la configuración interna del cuerpo humano.
La anatomía también se imparte en las Escuelas de Bellas Artes, a los estudiantes que se dedicarán a la representación del
cuerpo humano. Sólo el conocimiento de la estructura interna permite entender la forma externa del ser humano, que no
tiene una dimensión constante, sino que se adapta de una manera específica a cada situación determinada.
También la anatomía se estudia en las formaciones de estética, en las de educación física y en otras no médicas.
Leonardo Da Vinci participó en unas treinta sesiones de disecciones de cadáveres, y fue anotando los resultados de sus es-
tudios anatómicos en unos bocetos que encuadernó. Estos documentos, en tiempos del artista, llegaron a ser propiedad de
la Casa de Windsor, en Inglaterra, y sólo de forma esporádica estuvieron al alcance del público.
Hay una anatomía primitiva que todos los niños aprenden espontáneamente, al mismo tiempo que comienzan sus primeros
ejercicios de habla: primero les ayuda a diferenciar a las personas que les rodean; más tarde les sirve para orientarse en el
espacio; luego describen su propio cuerpo a través del contacto con sus propias manos.
En un etapa intelectualmente superior, una prestigiosa revista de arte estableció un debate intenso sobre el cuadro “La lección
de anatomía del Doctor Nicolaes Tuip” (1632) de Rembrandt Van Rijn, pintado en su juventud para el gremio de cirujanos de
Amsterdan. En el artículo intentaba responder a la cuestión de por qué el anatomista comenzó a practicar una incisión en la
mano y no, como se solía hacer, en el abdomen. Se llegó a la conclusión de que Rembrandt había cometido un error al pintar Página de Leonardo Da Vinci
el cuadro; no había representado los tendones del lado interno del antebrazo izquierdo y de la mano izquierda, sino los del
lado externo del miembro derecho. Por lo tanto, el maestro había copiado mal de un atlas de anatomía. Esta observación
provocó ríos de tinta entre los lectores de la revista.
Así que si una gran parte del mundo se ha ocupado de definir con claridad el concepto de anatomía. “Anatomía” significa, en
primer lugar, una asignatura básica de la medicina, de larga tradición, que tiene como objetivo la investigación del cuerpo, la
teoría de la configuración anatómica externa y su estructura interna.
La palabra anatomía deriva del término griego “anatemnein”, que significa tanto desmembrar como separar o cortar.
Por lo tanto, primero se deber cortar el cuerpo, y separarlo en partes individuales; es decir, desmembrarlo para comprender
su configuración.
Uno de los grandes cometidos de la anatomía es poder mostrar, de modo comprensible, la estructura total del cuerpo hu-
mano.

La lección de anatomía del Doctor Nicolaes Tuip

C/ Alicante, 3 39008 Santander - Tel. 942 23 22 24 1 contacto@estudiosdelasalud.es - www.estudiosdelasalud.es


Centro de Estudios de la Salud Anatomía del aparato locomotor Módulo 1 Historia de la Anatomía

Una dificultad inicial que tuvo el estudio de la anatomía lo constituyó el hecho de que el cadáver, si no es sometido rápidamente
a un tratamiento específico, enseguida comienza el proceso de putrefacción, volviéndose inservible para el estudio y las de-
mostraciones médicas. Por esto, la conservación de los cadáveres humanos, o partes de éstos, ha preocupado a los anato-
mistas desde los primeros tiempos de esta profesión.
La naturaleza ha mostrado cómo el sistema óseo, especialmente los grandes huesos, pueden conservarse en buen estado
durante largo tiempo mediante el proceso natural. Sin embargo, para las grandes partes constitutivas orgánicas que se en-
cuentran inmediatamente en contacto con el hueso, como los músculos, los tejidos conjuntivo y adiposo, se ha tenido que
utilizar para su conservación un proceso artificial de reducción química o bacteriológica. A este proceso de conservación se
le denomina “maceración”.
Para la reconstrucción posterior del esqueleto y el ensamblaje de los huesos desmembrados, se utilizaba ya en los tiempos
de Vesalius (siglo XVI), el hilo, una técnica que se sigue utilizando, en parte, hoy en día.
El primer intento para lograr mantener un cadáver intacto durante largo tiempo se remonta al Antiguo Egipto. El conocido rito Embalsamamiento
del embalsamar a los muertos alcanzó en esta época un alto grado de elaboración: los intestinos y el cerebro se extraían in-
mediatamente a la defunción y se rellenaban con sustancias antisépticas (resina, arcilla, sal); se vendaba todo el cuerpo y
se dejaba secar. Sabido es que tales tratamientos sólo se practicaban con personalidades de linaje distinguido.
Otra técnica de conservación utilizada por los anatomistas del siglo XV y XVI era el vaciado y posterior relleno de los órganos
internos con aire o con agua. Para el relleno se utilizaba un tubito arqueado en forma de U.
El anatomista Casper Barthonlin (1655-1738) describe una manga como una aguja de inyección con dos válvulas y un asidero
lateral. La durabilidad de tales preparados deja, sin embargo, mucho que desear porque enseguida sufren procesos de pu-
trefacción. Para evitarlo sumergían los preparados en alcohol, si bien no se conseguían los efectos esperados.
Hasta que los descubrimientos de William Harvey (1578-1657) publicados en 1628 (Exercitatio de motu cordis et sanguinis
in animalibus), acerca de la estructura y la función del sistema circulatorio, abrieron la posibilidad de inyectar una solución de
fijación en el interior del cuerpo hasta cada una de las células orgánicas. La sustitución de la sangre por cera, que se inyectaba
en los vasos sanguíneos tras la muerte, permitió reconocer con claridad la arquitectura de los órganos.
Los vaciados y rellenos con cera fueron durante mucho tiempo los únicos objetos de demostración con métodos naturales
para médicos y estudiantes.
El descubrimiento de formaldehído en 1868 por el químico alemán August Wilhelm von Hofmann (1818-1892), y su utilización
William Harvey
para la fijación de los cadáveres por J. Bluhm en el año 1893, aportaron por primera vez la posibilidad de conservar durante
largo tiempo en estado húmedo la musculatura y los órganos internos.
La historia de la anatomía en occidente empieza míticamente con Adán que, tras comer la manzana del Arbol del conocimiento, empieza a ver a Eva no ya cómo su compañera
de juego, sino también como alguien con la que establecer una relación de cooperación y de comunicación. Empieza a distinguir en ella las diferentes partes del cuerpo; unas
como responsables del movimiento del cuerpo, del ataque, de la huída; otras como necesarias para la ingestión de alimentos; y otras como necesarias para la reproducción.
Este ejercicio de anatomía fue el más importante de los más antiguos.
Desde los tiempos más remotos, los seres humanos han poseído conocimientos elementales de anatomía, aún cuando no los pudieran compartir mediante el lenguaje o la
escritura.

C/ Alicante, 3 39008 Santander - Tel. 942 23 22 24 2 contacto@estudiosdelasalud.es - www.estudiosdelasalud.es


Centro de Estudios de la Salud Anatomía del aparato locomotor Módulo 1 Historia de la Anatomía

El hombre de Neandertal, cuando levantaba la bóveda craneal de una animal o de otro humano para extraerle el cerebro, al
abrir la caja torácica o el estómago para encontrar el corazón o el hígado, o al separar los músculos de sus inserciones con
las herramientas que tenía a su alcance y de restos óseos, podemos decir que ya disponía de conocimientos anatómicos.
Sin duda alguna, los cazadores ya sabían diferenciar entre huesos, articulaciones y músculos; eran algo más que primates
devoradores de carne que apresaban. Por lo tanto, se puede hablar de conocimientos anatómicos primitivos.
Hay representaciones de seres humanos del paleolítico tardío que permiten deducir, admitiendo su estado primitivo, una ca-
pacidad y una inteligencia para la observación de quienes las realizaron. Las ilustraciones son, por lo general, muy esque-
máticas.
Los primeros documentos escritos que se conservan proceden del año 3500 a.C. y demuestran que en Mesopotamia los
pueblos antiguos disfrutaban ya de ciertos conocimientos anatómicos, aunque los consideraban revelaciones de origen di-
vino.
Los antepasados de los anatomistas actuales eran considerados magos, y cumplían los papeles de sacerdotes.
En el Egipto Antiguo, los conocimientos de anatomía se reducían esencialmente al entorno del ritual de embalsamamiento
de los muertos. Gracias a las momias, hoy en día sabemos que se extraían el cerebro de la bóveda craneal a través de las
fosas nasales, para lo que disponían necesariamente de una topografía de la región nasal. De hecho, en el año 1500 a.C.
se conocía con bastante exactitud la forma y la ubicación de cada órgano interno, el cerebro, las meninges, los nervios, la
médula ósea o los músculos y sus tejidos. Estos conocimientos nos han llegado sobre todo a través de papiros, sobre todo
el de Ebers y el de Edwin Smith.
Un hito histórico en la medicina griega lo representa, sin duda, la vida y obra de Asclepios: no tanto por sus conocimientos
de anatomía como por su posterior influencia en la formación médica en la Grecia Helénica.
Esculapio, como más tarde le llamarían los romanos, vivió hacia el 1200 a.C. en Tesalia. Incluso su propio nacimiento estuvo Estátua de Asklepios
marcado por un interesante rumor médico; le habían sacado del abdomen de su madre ya muerta, por medio de lo que hoy
conocemos como cesárea.
Alrededor del año 900 a.C. Homero, en sus escritos, presenta a Esculapio como rey tesálico y extraordinario médico. En el
año 800 a.C., los sacerdotes ejercían el arte de la curación en los templos. Ellos elevaron a Esculapio a la categoría de un
dios, y su culto se extendió desde Tesalia por toda Grecia. Sus sacerdotes pasaron a denominarse los asclepiades.
En el año 460 a.C. nació Hipócrates en la isla de Cos. Después de seguir estudios intensivos, tanto religiosos como laicos,
a los 17 años Hipócrates ya sabía todo lo que en aquella época se podía aprender en las clases. Los viajes a Egipto, Memfis
y Canopus ampliaron sus conocimientos médicos y filosóficos. A la vuelta de Egipto formó su propia familia en Cos. Más
tarde volvió a emprender otro viaje de estudios. Trabajó y ejerció como médico, entre otros lugares, en las islas del mar Egeo.
Ya durante su vida se contó entre los médicos más importantes, una fama gracias a la autoridad de sus escritos, que se ha
mantenido hasta bien entrado el siglo XIX.
Los griegos del siglo IV a.C. fueron exclusivamente teóricos y dieron discursos, pero no constituyeron su propio plan de es-
tudios.

Estátua de Hipócrates

C/ Alicante, 3 39008 Santander - Tel. 942 23 22 24 3 contacto@estudiosdelasalud.es - www.estudiosdelasalud.es


Centro de Estudios de la Salud Anatomía del aparato locomotor Módulo 1 Historia de la Anatomía

Platón, contemporáneo de Hipócrates, a quien también cita, no era un conocedor de la anatomía humana. Pensaba, por ejemplo, que la cabeza era redonda porque el círculo
es la forma más perfecta. Todo lo que menciona de anatomía sobre los huesos, los músculos y las vísceras es producto de la deducción, no de observaciones y conocimientos.
Con ello la anatomía quedó atrapada en un sistema de creencias entre el macrocosmo y el microcosmo, de donde se liberará en el siglo XVI gracias a las teorías de Copérnico
y Vesalius.
Después de Hipócrates podemos calificar a Galeno como el representante más significativo de la medicina antigua. Nació
en el año 130 en Pérgamo y se dedicó ya desde su juventud al estudio de las matemáticas y la filosofía en Alejandría, donde
permaneció varios años por ese motivo. Impartió clases de anatomía en las que se investigó y se mostró el esqueleto humano.
De vuelta a Pérgamo, fue nombrado en el año 158 médico de los gladiadores, lo que le ofreció la posibilidad de proseguir
sus estudios de anatomía. En el año 163 se trasladó a Roma, entonces bajo el mandato de Marco Aurelio, y allí se hizo rá-
pidamente famoso. Dio clases de anatomía, realizando en público disecciones de animales.
Galeno era bastante presuntuoso y se solía reír de los médicos que no seguían sus preceptos, tachándoles de superficiales
o completamente locos.
Publicó gran cantidad de libros: primero, aquellos de eras de utilidad para los estudiantes; después, se ocupó intensamente
de la transmisión escrita de su sabiduría. En una obra médicamente muy relevante sobre el uso de las partes del cuerpo, re-
sumía sus conocimientos anatómicos y psicológicos con las siguientes palabras: “los órganos han sido creados de tal manera
Galeno
y dotados de tales capacidades que consiguen realizar correctamente y servir adecuadamente al organismo”.
Los órganos y músculos consiguen su forma mediante el uso. Esta teoría, por ejemplo, fue aceptada por Asclepios, y finalmente, adoptada por Darwin y Lamarck.
La teoría de Galeno se basa en estudios anatómicos y en gran número de disecciones de animales (preferiblemente investigaba con simios).
Entre otras cosas, investigó la función de los nervios motores y los sensitivos; describió el cerebro y sus ventrículos; con más exactitud, la anatomía de la mano y de los
dedos.
Galeno creía que la sangre se formaba en el hígado, y que se bombeaba a través de las venas cavas hasta el corazón, donde tenía lugar un intercambio en los ventrículos
inferiores a través de ciertos orificios muy pequeños. Allí, la sangre se enriquecía con el pneuma vital y se dirigía a la periferia por las arterias; una parte de la sangre alcanzaba
el cerebro, donde se desarrollaba con el pneuma somático y se extendía con los nervios por el cuerpo.
La obra de Galeno ocupa, sin ninguna duda, la posición más importante de la medicina de la antigüedad tardía. Será la base, tanto de la medicina árabe como de la bizantina.
Más tarde, gracias a las traducciones de los textos conservados por los sirios y los árabes, se proporcionará a los tratados galénicos un significado renovado en occidente.
Durante siglos su medicina se enseñó en las Escuelas de Salerno o Montpellier, y más tarde también en otras universidades de Europa.
Los estudiantes de medicina debían aprender los textos de memoria y repetirlos una y otra vez. Durante mucho tiempo no se alzó ninguna voz crítica ante esta situación. La
medicina de Galeno se trataba como un dogma. Por eso, Vesalius, por atreverse a corregir algunos de los errores de Galeno, fue atacado ya en el siglo XVI por su profesor,
el importante anatomista Sylvius.
El apogeo de la anatomía, tal y como hoy la conocemos, no tuvo lugar en Atenas o en Grecia, sino en Alejandría, en el siglo III a.C., bajo el reinado de los primeros Ptolo-
meos.
Estos reyes provenían de Grecia y habían sido educados en el espíritu de Aristóteles. Fundaron las dos primeras grandes instituciones científicas del mundo, el Museo y la
Biblioteca de Alejandría. El Museo era un gran centro de investigación en el que trabajan debatían y vivían los sabios de las ciencias sociales y naturales. La Biblioteca
contenía alrededor de 700 mil escritos científicos.

C/ Alicante, 3 39008 Santander - Tel. 942 23 22 24 4 contacto@estudiosdelasalud.es - www.estudiosdelasalud.es


Centro de Estudios de la Salud Anatomía del aparato locomotor Módulo 1 Historia de la Anatomía

Para los Ptolomeos, la ciencia prevalecía sobre el culto a los muertos. A los primeros anatomistas se les ofrecía la oportunidad de darse a conocer y exponer sus conocimientos.
Desgraciadamente, los testimonios escritos de sus ocupaciones científicas se perdieron en el incendio que la Biblioteca sufrió, aproximadamente 300 años después de su
fundación.
Con Egipto conquistado por César, y la Biblioteca de Alejandría pasto de las llamas en el año 47 a.C., la ciudad perdió su importancia como centro de ciencia, cediendo el
testigo a Roma, la capital del Imperio. El estado de la medicina, sin embargo, seguirá manteniéndose, más que por otros, por los médicos griegos.
A partir del siglo III, todas las investigaciones médicas se estancaron durante largo tiempo; los conocimientos se transmitían sólo de manera individual, los anatomistas de las
próximas y siguientes generaciones citaban a sus predecesores, sobre todo a Hipócrates y Galeno, cuyos conocimientos reconocían como los definitivos.
Desde el siglo V hasta el siglo XV pasaron cientos de años de los que no hay constancia de alguna investigación médica.
Durante este largo tiempo, vivieron indudablemente muchos científicos, que investigaron y estudiaron, y que tuvieron que enseñar, seguramente, las teorías sobre la forma
externa y la estructura interna del cuerpo humano. Sin embargo, se repetían los conocimientos de Galeno.
A mediados del siglo XVI se publicaron dos tratados que, en muchos aspectos, nos introdujeron en una época y acabaron con una forma de pensar tradicional, que duraba
ya más de mil años.
En 1543 Copérnico publicó sus investigaciones sobre los cuerpos celestes. Vesalius publicó su libro conocido como “La fábrica”. Ambas obras ya no se limitaban a la unidad
de macro y microcosmos, a la relación entre universo y ser humano.
Andreas Vesalius (1514-1564) solicitaba a los anatomistas y médicos que se entregaran exclusivamente a la estructura del
cuerpo humano.
Se tenía que estudiar sin opiniones preconcebidas, ya no servía la mera sospecha de Platón de que la cabeza era perfecta
en su forma, porque es redonda, y que, por lo tanto, no eran necesarios más estudios.
Según Vesalius, la configuración y la estructura del cuerpo dependen también de las fuerzas que se despliegan durante la
vida, y que influyen en su desarrollo. Por esta razón, Vesalius permite ilustrar su libro a un discípulo de Tiziano, Stephan Von
Kalkar, situando al hombre en un entrono vivo, ya no tendido en una mesa de disecciones sino de pie, sin piel, pero en mo-
vimiento.
El hombre mira el paisaje, forma parte de su medio ambiente, él es parte de la naturaleza.
Vesalius, de forma distinta que en la Antigüedad, coloca al ser humano en primer plano, y aporta los fundamentos para lo
que hoy se entiende, en anatomía, por el ser humano.
Vesalius observa el cuerpo, no sólo de manera descriptiva, sino que reflexiona sobre el aspecto funcional, topográfico e, in-
cluso, biomecánico, y recomienda los experimentos científicos para la ampliación de los conocimientos. Se tratan incluso las
técnicas de los preparados anatómicos y se enseña, en este sentido, qué herramientas de trabajo son las más adecuadas.
En sus explicaciones, Vesalius sigue la línea de Galeno, aunque atribuye a éste más de doscientos errores, lo que despertará
las iras del gremio especializado, en concreto de su discípulo Sylvius, quien se reconoce seguidor de Platón. Este joven se
siente atacado y profundamente ofendido.
El giro de Vesalius (se puede afirmar sin miedo a la exageración), cambió los fundamentos de la ciencia médica de tal modo
que sus efectos siguen vigentes hoy en día. Andreas Vesalius

C/ Alicante, 3 39008 Santander - Tel. 942 23 22 24 5 contacto@estudiosdelasalud.es - www.estudiosdelasalud.es


Centro de Estudios de la Salud Anatomía del aparato locomotor Módulo 1 Historia de la Anatomía

En los siglos posteriores también aparecieron grandes anatomistas. El descubrimiento más importante del siglo XVII lo consiguió el anatomista William Harvey (1578-1657).
En 1628 demuestra en su escrito “Ejercitación anatómica sobre el movimiento del corazón y de la sangre en los animales”, que la sangre llega al corazón a través de las
venas, no del hígado, como se sostenía desde Galeno, y todavía con Vesalius. Harvey intuyó que el corazón es el punto central del recorrido circulatorio, exactamente el
centro de dos recorridos circulatorios.
El eslabón que aún faltaba en la concepción de Harvey, entre las arterias y las venas, lo aportaron Malpighi (1628-1694), en
1661, y Leeuwenhoek (1632-1723), en 1668, utilizando el recién descubierto microscopio. Ellos observaron por primera vez
los capilares sanguíneos.
Cuando tiempo después Niels Sten (1638-1686), describió el corazón como un músculo que se contrae rítmicamente, la cir-
culación sanguínea se definió completamente.
Por lo tanto, los siglos XVI y XVII fueron para la anatomía la época de los grandes descubrimientos que, definitivamente,
despejaron los grandes enigmas y aclararon los errores transmitidos desde la Edad Media. De ese modo se sentaron las
bases de la anatomía actual.
El siglo XIX sería la era del impulso de la anatomía de los tejidos finos o “histología”. La teoría celular y la descripción del sis-
tema nervioso central proceden de ella. La anatomía comparada y la teoría de la evolución del Darwin renuevan las interpre-
taciones anatómicas y la explicación de las formas. La anatomía ya no es una ciencia teórica, sino que se equiparaba con
las otras ciencias fundamentales, la física y la química. Se convertirá en una disciplina que colabore con el conocimiento del
ser humano.

Marcello Malpighi

C/ Alicante, 3 39008 Santander - Tel. 942 23 22 24 6 contacto@estudiosdelasalud.es - www.estudiosdelasalud.es

Vous aimerez peut-être aussi