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TRANSEXUALIDAD:
UNA REVISIÓN DEL ESTADO ACTUAL DEL TEMA
Mercedes García Ruiz *, Ricardo de Dios del Valle **
* Sexóloga. Psicóloga.
C/Las Eras 16. San Claudio. 33191 Oviedo. E-mail: mgarcia@correo.cop.es
** Sexólogo. Médico.
C/Avda Torrelavega 62-3º G. 33010 Oviedo. E-mail: ricardodios@jazzfree.com
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el mundo nos demuestran que la transexuali- de Nueva York y poco antes de ese simposio
dad ya existía mucho antes de que la cirugía (publicado en 1954) fue consagrado el traves-
permitiese el cambio de sexo. No debemos tismo y el transexualismo por Harry Benjamin
olvidar que en los casos expuestos anterior- (1953) quien había publicado el primer artícu-
mente y en otros descritos en la literatura no lo sobre el transexualismo “Travestism and
se puede diferenciar fácilmente la transexua- Transexualism” en la revista International
lidad y el travestismo. Muchas personas se Journal of Sexology. A partir de esta utilización
atrevieron a vivir como personas de otro sexo se impone el término.
sin cirugía de reasignación y sin otras ayudas H. Benjamin (1966) publica “The Tran-
terapéuticas, intentando ser felices, aunque sexual Phenomenon” donde escribe:
viviendo siempre con el miedo a ser descu- “Los verdaderos transexuales sienten que
biertos (Bullough, V., 1998). pertenecen al otro sexo, desean ser y funcio-
nar como miembros del sexo opuesto, y no
¿Qué entendemos por transexualidad? solamente parecer como tales. Para ellos sus
El término travestismo se debe a Hirschfeld órganos sexuales primarios (testículos), lo mis-
que publica en 1910 “Die travestitm: eina mo que los secundarios (pene y el resto), son
untersuchung über den erostischen Verkleu- deformidades desagradables que el bisturí del
dungstrieb mit urmfangreichmen easmistis- cirujano puede cambiar seguramente por los
chem und historischmen material” (Los tra- grandes progresos recientes de la endocrino-
vestís: una investigación sobre la pulsión logía y de las técnicas quirúrgicas”.
erótica de transvestirse). Benjamin se va a referir fundamentalmen-
Magnus Hirschfeld (1923) utilizó el tér- te al transexualismo del varón. Alby (1956) se
mino “Elischer Transsexualisms”, transexua- refiere también al transexualismo de la hem-
lismo psíquico, transexualismo del alma, dis- bra e introduce el término “error de la natura-
tinguiéndolo de la corporeidad ginandromorfa leza” que a menudo es utilizado por los y las
en la intersexualidad en su obra sobre “Estados transexuales: “Más a menudo, hombres que
intersexuales. La mujer masculina y el hom- mujeres, esos sujetos normalmente constitui-
bre femenino”. dos, tienen el sentimiento de pertenecer al sexo
El término transexual aparece por primera opuesto y demandan una transformación mor-
vez en la literatura profesional en el trabajo de fológica por medio de la cirugía plástica y la
Hirschfeld (1923). En éste todavía no se había administración de hormonas, para corregir lo
hecho una distinción entre travestismo, homo- que consideran como un error de la naturale-
sexualidad afeminada y transexualismo. za”.
Es a comienzos de los años 40 cuando el Hasta 1962, los artículos que se refieren al
término se empieza a usar en sentido moder- transexualismo se clasificaban bajo la rúbrica de
no, para señalar a individuos que desean vivir Sexual Desviation, después Sex Desviation, y a
(o viven actualmente) de manera permanente partir de 1963, bajo la rúbrica de Transvestismo.
en el papel social del género opuesto y a quie- La rúbrica Transexualidad apareció en 1968.
nes desean ser sometidos a reasignación de Para que el término se impusiese pasaron quin-
sexo (Cauldwell, 1949). Cauldwell (1949) ce años, después de la invención del mismo
publicó en “Sexology” un artículo titulado por Benjamin.
“Psychopathia transexualis”, término cons- Stoller (1968) publica “Sex of Gender” en
truido según el modelo de Psychopathia su volumen I: “El transexualismo es la con-
Sexualys de Kraft Ebing. vicción de un sujeto biológicamente normal,
La primera conferencia en la que el término de pertenecer al otro sexo. En el adulto, a esta
“transexualismo” se utilizó tuvo lugar el 18 de creencia le acompaña, en nuestros días, la
diciembre de 1953 en la Academia de Medicina demanda de intervención quirúrgica y endo-
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crinológica para modificar la apariencia anató- y persistente con el otro sexo o sentimiento de
mica en el sentido del otro sexo”. Sobre esta inadecuación con su rol. La alteración no coe-
convicción Stoller añade que es permanente e xiste con una enfermedad intersexual. La alte-
inquebrantable. ración provoca malestar clínicamente signifi-
Person y Ovesey (1974) dan una definición cativo o deterioro social, laboral o de otras áreas
breve, refiriéndose a la resolución o al deseo importantes de la actividad del individuo.
de reasignación del sexo por medio de las hor- En estos individuos, la identificación de
monas y la cirugía: “Definiríamos el transe- género, pero no el rol de género, puede estar
xualismo como la resolución o el deseo de rea- en oposición a su sexo de asignación.
signación del sexo por medio de hormonas y En el sistema de Clasificación de Enferme-
cirugía en las personas biológicamente nor- dades Psiquiátricas, el transexualismo apare-
males”. Introducen así una distinción entre la ció en 1980 (DSM III, 1980). En la versión
transexualidad primaria y secundaria. más reciente el término “transexualismo” se
Basándose en estudios sobre hermafrodi- abandonó y en su lugar se usa el término
tismo, Money (1994) propuso un concepto Desorden de Identidad de Género (DIG).
bivalente considerando los aspectos de la
identidad de género/rol de género. Según Prevalencia de la transexualidad
Money, rol de género es la manifestación La prevalencia de la transexualidad en per-
pública de la identidad de género. El transe- sonas mayores de 15 años está basada en el
xualismo sería entonces resultado de una número de transexuales que han sido tratados
incongruencia entre el sexo asignado y el en los centros más importantes. Este número
ambivalente concepto de identidad de géne- varía según el estudio. Así se han aportado
ro/rol de género. Por otra parte en los tran- datos de prevalencias de 1:100.000 en varones
sexuales, el rol de género está al mismo tiem- y de 1:400.000 en mujeres en un estudio rea-
po seriamente bloqueado. lizado en USA en 1968. En estudios más
En el DSM III (1980), entre los Trastornos recientes como los realizados en Holanda
Psicosexuales, los trastornos de la Identidad (1990) se muestra una prevalencia de 1:11.900
Sexual se caracterizan porque el individuo tie- varones y 1:30.400 mujeres. El hecho de que
ne sentimientos de malestar e inadecuación estudios más recientes muestren prevalencias
sobre su sexo anatómico, así como conductas cada vez mayores se podría explicar por la difi-
persistentes, generalmente asociadas al sexo cultad para la reasignación de sexo existente en
contrario. Como categoría diagnóstica el tran- los años 70 y 80 o el estigma social que conlle-
sexualismo se refiere a un sentimiento persis- vaba en aquella época. Otro elemento que pue-
tente de malestar y de inadecuación respecto de explicar las diferencias es la diferente meto-
al propio sexo anatómico y un deseo persis- dología utilizada en los diversos estudios. El
tente de liberarse de los propios genitales y de DSM-IV sugiere una prevalencia del 1:30.000
vivir como miembro del otro sexo. en varones y 1:100.000 en mujeres. La inci-
En el DSM IV (1995) aparecen como sec- dencia de la transexualidad se estima entorno
ción los trastornos sexuales y de la Identidad a 0.15 por cada 100.000 personas y año
Sexual caracterizándose por una identificación (Landén, M., Walinder, J. y Lundström, B.
intensa y persistente con el otro sexo, acom- 1996).
pañándose de malestar persistente por el pro-
pio sexo. ¿A qué se debe la transexualidad?
El CIE–10 (1992) define tres trastornos dife-
rentes: trastorno de la identidad sexual en la Factores biológicos
infancia, travestismo de rol doble y transexua- El proceso de diferenciación sexual no se
lismo que se refiere a la identificación acusada acaba con la formación de los genitales exter-
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nos, a pesar de ser éste el criterio para asignar una identidad femenina no desarrollaron pro-
el sexo al recién nacido, sino que también otros blemas de identidad, aunque mostraban gran
órganos de la anatomía humana sufrirán el pro- interés por juegos activos y un elevado gasto
ceso de diferenciación sexual. Sin duda, entre de energía (Money y Schwartz, 1977). En la
ellos el más importante es el cerebro. Una dife- mayoría de los casos no tuvieron ningún pro-
renciación sexual del cerebro como hombre blema de identidad sexual (Cohen, P. y
ocurre en presencia de suficientes niveles de Gooren, L., 1999). Otros casos estudiados fue-
testosterona durante el período crítico de dife- ron los de hombres expuestos durante su ges-
renciación sexual cerebral mientras que en tación a progestágenos y a estrógenos, como
ausencia de la misma se diferencia hacia hem- el dietil-estilbestrol, fármaco utilizado entre
bra. En estudios con animales se observó que los años 1940 y 1970 con objeto de evitar abor-
la presencia o ausencia de testosterona influía tos accidentales. Algunos estudios como los
en la morfología de ciertos núcleos cerebrales de Kester, Green, Finch y Williams (1980)
(Arnold et al. 1984; Breedlove, 1994; apuntaban que los varones expuestos a estas
McEwen, 1981). Otro efecto de la testostero- sustancias presentaban una gran incidencia de
na es que anula la capacidad de respuesta de problemas de identidad u orientación sexual.
la hormona LH para responder a un estímulo Estos datos no se confirmaron en el segui-
estrogénico. miento de hombres expuestos a estas sustan-
Las hipótesis que pretendían explicar la cias (Coleman, E. Gooren, L. y Ross, M.,
causa de la transexualidad desde la perspecti- 1998). Otros casos estudiados fueron los de
va biológica se basaban todas ellas en una idea individuos que padecían el déficit de la 5-alfa-
común, la supuesta discordancia entre la dife- reductasa, individuos que habían nacido con
renciación sexual de los genitales y del cere- genitales externos femeninos y habían sido
bro, pensando que el cerebro era el sustrato educados como niñas; en la pubertad no se pro-
anatómico de la identidad sexual. La investi- dujo la telarquia (desarrollo de las mamas) y
gación biomédica en este sentido se ha cen- el clítoris se agrandó mucho hasta parecerse a
trado en tres direcciones principales: un pene; también ganaron masa muscular y la
voz se hizo más grave. En este síndrome la tes-
• Identidad de género en personas con una tosterona no se puede transformar en dihidro-
historia endocrinológica anormal durante la testosterona, la cual es responsable de la dife-
gestación (exceso de andrógenos en hembras renciación de los genitales en dirección
o escasez de los mismos en machos). Dentro masculina; los genitales internos y cerebro son
de esta línea de investigación se estudiaron sensibles a la testosterona. Estos individuos al
individuos XX que habían padecido una hiper- llegar a la pubertad asumieron sin dificultad
plasia adrenal congénita, enfermedad que pro- la identidad de género masculina cuando sus
voca la existencia de niveles altos de andró- cuerpos se virilizaron (Wilson, J., Griffin, J.
genos durante la gestación. Se pensó que estos y Russel, D.; 1993., Levay, S., 1993).
individuos sometidos a altos niveles de tes-
tosterona tendrían un desarrollo de identidad • El tipo de respuesta de la LH al estímu-
sexual de varón, incluso habiendo sido edu- lo estrogénico. Analizado en los trabajos con
cados como niñas. Muy pocos casos se han mamíferos inferiores y en un trabajo realiza-
encontrado en los que haya ocurrido esto do por Dörner et al. en 1975. Se creía que la
(Meyer-Bahlburg, 1993) y suele ser en indi- regulación neuroendocrina de la LH era un
viduos con ambigüedad genital que se han indicador seguro de la diferenciación sexual
identificado como niños al nacimiento y desa- del cerebro. Se pensó que en los transexuales
rrollaron una identidad masculina acorde al de hombre a mujer tendría una respuesta que
sexo asignado. Las niñas a las que se les asignó se asemejase a lo que ocurre en las mujeres,
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es decir, una elevación de la LH tras la esti- por razones médicas no se encontró el BSTc
mulación estrógenica, como consecuencia de más pequeño, indicándonos que las diferen-
una exposición prenatal a niveles desajusta- cias no han sido debidas al tratamiento hor-
dos de esteroides sexuales y se esperaba que monal ni a otros factores como edad u orqui-
ocurriese lo contrario en los transexuales de dectomía (Zhou, J., Hofman, M., Gooren, L.
mujer a hombre (Cohen-Kettenis, P. y Gooren, y Swaab, D., 1995).
L., 1999). Estudios posteriores (Gooren, 1986) No existen evidencias definitivas sobre el ori-
demostraron que en transexuales de hombre a gen biológico de la transexualidad; los últimos
mujer tenía una respuesta similar a hombres estudios sobre la morfología de los núcleos cere-
heterosexuales y que después de la realización brales realizados por Zhou aportan una esperanza
de la orquidectomía y tratamiento con estró- de llegar a conocer algo más sobre las causas de
genos mostraban un cambio en la respuesta la transexualidad.
(Coleman, E., Gooren, L. y Ross, M., 1998).
Estos estudios nos indican que la respuesta de Factores Psicológicos
la LH a los estímulos estrogénicos no viene Marañón (1930) señalaba que en los casos
determinada de forma definitiva por lo ocu- en los que el sexo declarado en el momento
rrido durante el período prenatal. era discordante con el sexo biológico en la ado-
lescencia, los factores ambientales, especial-
• La morfología de los núcleos cerebrales. mente los educativos, son determinantes para
La tercera línea de investigación desarrollada la psique del sujeto. De este modo, prefigura
se centró en la localización de núcleos cere- la idea de que el sexo de asignación prevale-
brales sexualmente dimórficos con respecto a ce sobre el sexo biológico e introduce en el
su tamaño o forma. Los núcleos sexualmente hermafroditismo una ruptura entre lo dado cor-
dimórficos son: el núcleo del área preóptica poral y lo adquirido psíquico. Por otra parte,
del hipotálamo, el SDN-POA, dos grupos celu- la noción de “cambio de sexo” aparece para
lares del hipotálamo anterior (INAH-2, INAH- clarificar prácticas médicas quirúrgicas hasta
3) y una parte del componente postero-medial ese momento carentes de nombre.
del núcleo que hace de lecho de la estría ter- Money (1955) y sus colaboradores psi-
minalis (BNST-dspm), el núcleo supra- quiatras en el Hospital de Baltimore, afirman,
quiasmático (SCN), y la subdivisión central a partir de setenta y seis casos de intersexua-
del núcleo denominado lecho de la estría ter- lidad, que el género de un sujeto se fija defi-
minalis (BSTc). Estas diferencias sexuales son nitivamente en la edad límite de dos años y
sugestivas para subrayar las diferencias sexua- medio. La fijación de la identidad de género
les en la identidad de género, en la reproduc- permite justificar la elección de la modifica-
ción y en la orientación sexual (Cohen, P. y ción del cuerpo de los transexuales ya que apa-
Gooren, L., 1999). El estudio que más luz apor- rece como más maleable que la psiquis.
ta sobre la posible existencia de núcleos Para Harry Benjamin (1967) el transexual
sexualmente dimórficos como causa de la tran- tiene un problema de género definido como
sexualidad es el que realizó Zhou, en el que “la armonía y la uniformidad de la enferme-
encontró en seis transexuales de hombre a dad psicosexual” se origina en la psiquis, en
mujer que el BSTc era más pequeño que en oposición a lo morfológico denominado sexo.
los varones biológicos y coincidía con el ran- Las opciones de Benjamin sobre las causas y
go del tamaño que tiene en las mujeres. Zhou el tratamiento del transexualismo son relati-
et al. fueron los primeros que demostraron una vamente simples. Ninguna explicación de tipo
estructra cerebral femenina en transexuales psicológico le convence y en su opinión el tran-
genéticamente varones. En personas no tran- sexualismo sólo puede ser una perturbación
sexuales que han estado tomando estrógenos constitucional (genética u hormonal) cuyas
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modalidades aún no han sido descubiertas: ambigüedad de las expectativas paternas fren-
señala que no es posible encontrar constantes te a la masculinidad o la feminidad de sus
etiológicas, en los relatos de los numerosos hijos-as”. Todas estas actitudes y sin duda otras
transexuales. agregadas a una predisposición hormonal pue-
Para Money (1977) el elemento central está den producir transposiciones de género.
en la “secuencia de la diferenciación” que Stoller (1968), marca el desarrollo del con-
comienza con el dimorfismo de los cromoso- cepto de transexualismo y de la práctica del
mas sexuales y prosigue con la diferenciación “cambio de sexo” desde finales de los 60 has-
de los órganos reproductores internos y luego ta la actualidad. Para Stoller el sexo y el géne-
de los órganos genitales externos que conlle- ro siguen estando vinculados por una relación
van una asignación diferencial del sexo en el determinista a través de la diferenciación
nacimiento, luego del sexo de educación (iden- sexual probable del cerebro. Distingue tran-
tidad/ rol de género infantil), la diferenciación sexualismo primario, caracterizado por una
hormonal en la pubertad y, finalmente, la iden- ausencia casi total de deseos y de prácticas
tidad /rol de género en la edad adulta, que sexuales; en tanto que en el secundario, el
incluye especialmente comportamientos dife- deseo de cambiar de sexo se declara tardía-
renciados en materia de erotismo y amor. mente, tanto en los travestis heterosexuales
Money incluye elementos innatos, biológicos, como en los homosexuales afeminados.
y elementos adquiridos, sociales. La diferen- Stoller (1975) define, por lo tanto, el sín-
ciación sexual la plantea desde un ángulo inte- drome transexual a partir de una etiología
raccionista, donde las categorías biológica y específica y no acepta el “cambio de sexo” sal-
social pertenecen a un continuo. Otro concepto vo en el caso de los individuos que corres-
clave que plantea es el de periodo crítico (un ponden a la definición del transexualismo pri-
código interno se expresa en la medida en que mario. Para los varones esta etiología se
no sufre interferencias del entorno durante el articula esencialmente alrededor de un cierto
periodo crítico). El proceso de codificación estilo de relación con la madre: contacto cor-
implica una programación por parte de los poral muy frecuente e intenso entre la madre
padres, pero no se trata de un proceso pasivo, y el niño, extremada permisividad de la madre,
el niño es el que codifica. La diferenciación lo que acentúa y prolonga una unión en la que
se opera gracias a dos mecanismos: la identi- el niño y la madre son uno solo y que el padre,
ficación (comportarse como un miembro de pasivo y distante, no rompe.
su sexo) y la complementariedad (reaccionar Las madres se definen como bisexuales,
a los comportamientos de los miembros del es decir, al mismo tiempo femeninas y mari-
otro sexo por medio de comportamientos com- machos, en su comportamiento y en su aspec-
plementarios o recíprocos). Una discordancia to, con un sentimiento de neutralidad sexual
entre los estímulos emitidos por los padres es que se inscribe en un fondo depresivo.
una causa mayor de anomalía de la identidad Expresan un profundo sentimiento de vacío,
/rol de género. Plantea también que los tabúes vinculado con una relación también vacía con
que pesan sobre la sexualidad infantil impiden la propia madre, relación que no ha sido com-
que los niños “repitan” su rol sexual adulto. pensada por el padre. El padre del joven tran-
Money (1955) en el ámbito familiar alude sexual está “dinámicamente ausente”. En cuan-
a “una insuficiente estimulación táctil, dema- to al niño, se caracteriza por una belleza que,
siada proximidad personal, enfermedad o desde el nacimiento, favorece un mayor vín-
muerte de pariente, conflictos familiares en culo físico por parte de la madre y la fantasía
los que el niño es un peón, exploración atípi- de una feminidad natural de su hijo; muestra
ca, actividades o juegos sexuales de impacto un temperamento particularmente creativo y
demasiado espectacular, el equívoco o la “artístico”.
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de los padres y sobre todo de la madre, así dios de carácter retrospectivo realizados en
como las del propio sujeto, se articulan por un transexuales adultos muestran diferencias en
lado, con la percepción que el sujeto tiene el tipo de crianza que han tenido en su infan-
sobre su propio cuerpo y al mismo tiempo del cia. Los transexuales de hombre a mujer carac-
género que se le atribuye, para crear un con- terizan a sus padres como menos emotivos,
flicto psíquico, que se expresa en la fantasía con más rechazo hacia ellos y dicen sentirse
de la escena primitiva, segundo organizador: más super controlados. Las transexuales de
este conflicto se refiere al sexo del individuo mujer a hombre señalan que ambos, tanto el
en tanto depende "de la manera en que es vivi- padre como la madre, las rechazaban y eran
do y percibido por su madre y su padre, de sus menos afectivos emocionalmente, aunque seña-
deseos convergentes o divergentes, de la laban que sus madres las super-protegían. La
manera en que se vive y se percibe a sí influencia de los padres, como factor que con-
mismo en deseos convergentes o divergentes. tribuye al desarrollo de una DIG, parece
Este conflicto se vincula tanto con el narcisis- encontrar algún apoyo en estos hallazgos. Es
mo del individuo como con sus pulsiones de concebible, mientras tanto, que las carac-
destrucción". terísticas ambientales, tales como el tipo de
En este marco teórico la “convicción tran- crianza, asociadas con una situación psicopa-
sexual” y la demanda de cambio de sexo sólo tológica de los padres, –a lo que se añade una
pueden comprenderse como un proceso. En constelación de factores familiares–, pueden
otros términos, la identidad sexual de los tran- encabezar algunos de los desórdenes de iden-
sexuales debe analizarse como una construc- tidad de género.
ción e, incluso, como una transformación, es
decir, que hay que tener en cuenta al mismo Diagnóstico
tiempo procesos primarios (la individuación) El diagnóstico de las alteraciones de la
y procesos secundarios (la sexuación y la diná- identidad sexual ha sufrido cambios drásticos
mica de las identificaciones). a lo largo de los últimos 30 años. Las prime-
Para la corriente etnometodológica (1950), ras descripciones de lo que se denominó una
el género o, mejor dicho, el hecho de que un indi- conducta sexual “incongruente” sin otras anor-
viduo sea hombre o mujer y de que sea tratado malidades físicas o biológicas detectables datan
como tal, se sitúa como una de las categorías de Green y Money (1991) y las primeras lis-
mentales que los miembros de la sociedad con- tas diágnósticas son de 1968 (Noshpitz, 1991).
sideran “evidentes”, en tanto se construyen per- El transexualismo ha sido eliminado como
manentemente en todas sus interacciones. diagnóstico independiente en el DSM-IV
Según Garfinkel (1967), para que la dife- (APA, 1994) pero permanece en la CIE –10
renciación entre hombre y mujer funcione debe (OMS, 1992).
ser considerada como “algo natural”, ser con- La ubicación de estos trastornos dentro de
siderada una “realidad”. La seguridad se pro- las clasificaciones al uso también ha cambia-
duce al haber sido criada como una mujer, “con do: en el DSM –III se incluyeron dentro de los
órganos genitales femeninos”. Aquellos que trastornos psicosexuales. En su versión revi-
funcionan como insignias de la pertenencia de sada (DSM-III-R) aparecieron en el epígrafe
un individuo a una categoría de género, son trastornos de inicio en la infancia, la niñez o
denominados “órganos genitales culturales” la adolescencia; la CIE-10 los ha englobado
para mostrar el hecho de que en su función de dentro de los trastornos de la personalidad y
insignia, son construidos durante las interac- comportamiento del adulto y, finalmente, el
ciones sociales. DSM IV los ha vuelto a definir en un aparta-
Cohen y Gooren (1999), en su revisión do específico (trastornos de la conducta e iden-
sobre el transexualismo, plantean que los estu- tidad sexual).
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Los criterios para el diagnóstico de cidad de cada uno para vivir en el papel del sexo
Transexualismo son (DSM III-R): deseado y la firmeza de sus deseos de CRS, a la
· sensación de malestar y de inadecuación vista del desengaño existente mientras vive en
respecto al propio sexo anatómico el rol del género opuesto.
· deseo de liberarse de los propios genita- Cohen y Gooren (1999) señalan los proce-
les y de vivir como un miembro del otro sexo dimientos en las diferentes fases del diagnós-
· la alteración ha persistido al menos duran- tico. En la primera fase se recoge la informa-
te dos años. Ausencia de intersexualidad físi- ción sobre el desarrollo tanto general como
ca o anormalidad genética psicosexual, el significado subjetivo y el tipo
· no ser debido a otra enfermedad mental de su travestismo, su comportamiento, orien-
como, por ejemplo, la esquizofrenia tación sexual y su imagen corporal.
De forma genérica (CIE-10 o DSM IV) los Puede usarse una evaluación psicodiágnós-
niños o niñas con un Trastorno de la Identidad tica para evaluar mecanismos intelectuales y
Sexual (TIS) manifiestan un sentimiento nega- emocionales y detectar alguna psicopatología
tivo persistente en relación con su sexo anató- (Cuestionario de Personalidad de California
mico, verbalizan deseos de ser del sexo opues- (CPI), Cuestionario Multifásico de Personalidad
to (o que de hecho lo son), presentan un de Minnesota (MMPI). En algunos casos se uti-
travestismo de inicio precoz y consistente, pre- lizan Escalas de Masculinidad y de Feminidad
fieren juegos y compañeros de juegos del sexo de Bem o de Spence (Fernández, 1998).
contrario, y adoptan papeles del sexo opuesto También se recoge información sobre el ajus-
en las actividades lúdicas. Los transtornos de la te social.
identidad sexual constituyen un continuum en Es preciso realizar un diagnóstico diferen-
el que no puede establecerse una línea demar- cial respecto a la homosexualidad, el traves-
cadora clara que diferencie qué niños debieran tismo o personas que se excitan por el traves-
recibir el diagnóstico y cuáles no (Kaplan, 1994). tismo (Travestidos fetichistas) o en personas
Tanto el DSM-III-R como la CIE-10 permiten que prefieren ser menos sexualizadas, pero no
el diágnóstico de Transexualismo, no así el tienen interés en una identidad de género inver-
DSM-IV. tida; en los pacientes del síndrome de Scoptic
Para Cohen y Gooren (1999) actualmente (Coleman, 1990) o en homosexuales ego-distó-
es imposible diagnosticar el transexualismo nicos, en personas con estrés pasajero por el
sobre la base de criterios objetivos. Debido a travestismo, o personas con enfermedades psi-
que no existen instrumentos que midan el tran- quiátricas graves.
sexualismo, se depende de la información sub- Cuando los criterios del DSM-IV para la DIG
jetiva, dada por el solicitante, para el diagnós- no están totalmente cubiertos, se usa el diagnós-
tico. Algunos de ellos, harán intencional o tico de “Desorden de Identidad de Género
incoscientemente, una distorsión de la histo- Inespecífico”. Para los casos menos extremos de
ria de su vida para obtener su objetivo de la DIG, la Clasificación Internacional de
Cirugía de Reasignación de Sexo (CRS). Enfermedades tiene tres categorías ademas del
Los procedimientos de diagnóstico reco- transexualismo: el Travestismo Dual (F64.1),
mendados en los Protocolos de Cuidados de la Otros transtornos de la Identidad de género
Asociación Internacional de la Disforia de (F64.9) y Trastorno de la identidad de género no
Género “Harry Benjamin” (Walker, 1985) son específicado (F64.9).
los de llegar a una decisión de la CRS en dos A algunos individuos con DIG, se les deno-
fases: en la primera el diagnóstico está basado mina como Transgenéricos. Estos no buscan
en los criterios diagnósticos psiquiátricos (DSM una completa reasignación de sexo. En lugar
o Clasificación Internacional de Enfermedades). de ello, intentan una integración de sus pro-
En la segunda fase, debe comprobarse la capa- pios aspectos masculinos y femeninos, y sólo
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sobre la posología, si se debe dar una dosis o agonista LHRH. Los efectos adversos pro-
constante de hormonas todos los días, o se debe ducidos por los andrógenos son el acné, alo-
intentar imitar el ciclo menstrual. Hoy por hoy pecia androgénica, perfil lipídico desfavora-
se usa una posología no ciclíca, ya que se con- ble y toxicidad hepática (con la aparición en
sidera que la feminización es más rápida. Los algunos casos de tumores hepáticos benignos
efectos se comienzan a ver a los dos o tres y malignos). Los controles médicos son simi-
meses, y se producen efectos irreversibles en lares, con vigilancia de la aparición de estos
unos 6 meses; se presentan efectos máximos efectos secundarios. En Amsterdam el trata-
en dos años. Los riesgos del tratamiento hor- miento hormonal se comienza lo antes posi-
monal son la enfermedad tromboembólica ble, y se ha observado en adolescentes entre
(trombosis venosa profunda y tromboembo- 16 y 18 años que tales tratamientos bloquean
lismo pulmonar). Los riesgos aumentan si se el desarrollo de las características sexuales no
tienen más de 40 años, se es obeso y fumador. desadas sin introducir las características sexua-
Es conveniente abandonar el tratamiento hor- les del género opuesto. Esto se logra con la
monal entre tres y seis semanas antes de una administración de agonistas de la LHRH. Estos
cirugía mayor para reducir el riesgo de fenó- preparados frenan la producción de LH y FSH
menos tromboembólicos, así como si se tiene y, por tanto, se reducen los niveles de esteroi-
que estar inmovilizada durante algún tiempo. des sexuales, permaneciendo en un estado pre-
Otro efecto secundario importante es la hiper- puberal. Cuando queda claro que los pacien-
tensión, la hiperprolactinemia (a veces se desa- tes se benefician del tratamiento, se inicia la
rrollan prolactinomas) y cierta toxicidad hepá- terapia sustitutiva, como hemos visto ante-
tica con aumento de transaminasas. En muchas riormente. No hace falta comentar que los
ocasiones la aparición de efectos secundarios padres están implicados en el tratamiento. Se
se soluciona cambiando el régimen hormonal. han observado mejores resultados cuanto más
Los chequeos médicos habituales no difieren temprano es el tratamiento (Cohen-Kettenis,
de los que se realizan a mujeres no transexuales y P. Gooren, L., 1999), aunque otros autores
que reciben tratamiento hormonal, como los advierten del riesgo de este tratamiento, con-
anticonceptivos orales. Se debe vigilar la fun- siderando que esta etapa de la vida se carac-
ción hepática, el perfil lipídico en sangre, la teriza por presentar numerosas dudas que lue-
coagulación, glucemia basal y la presión arte- go pueden ser resueltas en uno u otro sentido.
rial. Hay algunos médicos que opinan que
deberían realizarse más exploraciones y deter- Cirugía de reasignación de sexo
minaciones, pero no parece justificado en el En los transexuales de hombre a mujer la
momento actual (The Looking Glass Society, cirugía fundamental que se realiza es una vagi-
1998). noplastia y en algunas ocasiones la implanta-
En los transexuales de mujer a hombre se ción de prótesis mamarias. En los transexua-
usan andrógenos (testosterona) con objeto de les de mujer a hombre se realizan reducciones
lograr un crecimiento del vello corporal, apa- mamarias en todos los casos y faloplastia.
rición de barba, voz grave y una forma más La vaginoplastia con inversión penil es el
masculina del cuerpo (Cohen-Kettenis, P. y método que más ampliamente se realiza. Este
Gooren, L., 1999). Otros efectos que se pro- método consiste en utilizar la piel del pene
ducen son el aumento del tamaño del clítoris, para construir la vagina. En ocasiones es nece-
aumento de masa muscular y redistribución de sario utlizar la piel del escroto o injertos de
la grasa corporal (O´Keefe, T. y Fox, K., piel de otras zonas, ya que de lo contrario el
1997). La adminstración oral no suprime total- tamaño de la vagina puede resultar reducido.
mente la menstruación en la mitad de los tran- Las complicaciones más frecuentes son el pro-
sexuales y se necesita añadir un progestágeno lapso parcial de la vagina, fístulas entre la vagi-
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hombre. Así mismo, otras intervenciones Sexualidad, traen consigo una serie de planos
quirúgicas de tipo plástico pueden ayudar a sucesivos de individuación o de concrección
lograr un aspecto más acorde con su nuevo cada vez más singularizada bajo los cuales se
sexo, aunque estas intervenciones dependerán desarrollan.
de las necesidades de cada persona. De estos planos sucesivos de individuación
cabe señalar los modos, matices y peculiari-
Otros tratamientos dades. Es decir, las biografías de los sujetos
Otros tratamientos utilizados pueden ser la no siguen procesos únicos e iguales, fijos e
depilación corporal con electrolisis o depila- invariables para todos, sino acomodados y fle-
ción con láser, cuyas complicaciones más xibles según esos modos, matices y peculiari-
importantes son las inflamaciones, quemadu- daes que nos permiten comprender y explicar
ras de la piel e hipo o hiperpigmentación cutá- a los sujetos en sus diversificaciones y varie-
nea. Las técnicas de feminización de la voz se dades sexuantes y sexuadas.
constituyen como otra ayuda importante en el Los sujetos tienen dos modos referencia-
proceso del cambio. les de sexuarse y de vivirse o sentirse, de expe-
rimentarse como tales: el masculino y el feme-
Psicoterapia nino. El concepto de intersexualidad dado por
Para Colette Chiland (1999) la psicotera- Hirschfeld, es fundamentalmente teórico, es
pia es difícil por el modo de funcionamiento decir explicativo, y no clínico o diagnóstico.
de estos pacientes que quieren que todo se jue- Da cuenta de una inmensa gama de dichas
gue en la representación corporal y nada en la variedades sin necesidad de recurrir a la pato-
psíquica. Llegan resueltos a obtener la cirugía logía del neutro o del ambiguo.
y el psicoterapeuta es sospechoso de querer- Se ha abusado de la patología de una mane-
les desviar de su fin. ra superflua, se ha recurrido a ella para no mati-
A veces, la psicoterapia forma parte del zar o profundizar en la variedad de los modos
programa de reasignación como un tiempo pre- existentes y en la riqueza de su entramado.
liminar. El paciente está vigilante con el tera- El fenómeno transexual podría ser consi-
peuta que tomará la decisión sobre la inter- derado como el caso más emblemáticamente
vención. Parece importante que la psicoterapia extremo y excepcional de complicaciones a
se realice sin que la opinión del psicólogo entre este respecto. Pero no se olvide que éste es un
en juego en la decisión. Se han utilizado dife- fenómeno provisional y de paso –trans, y no
rentes tipos de terapias: conductistas, cogniti- de instalación o destino. Interesa matizar la
vas, psicoanalítica, de grupo. La eficacia de gama de variedades que ofrece la intersexua-
todas estas intervenciones no ha sido investi- lidad como franja de reparto entre el masculi-
gada en estudios serios. no y el femenino, como hombres y mujeres,
La psicoterapia y el consejo son también sin que éstos pierdan su capacidad de refe-
una alternativa para los candidatos a la CRS. rencia pues es entonces cuando se abre la puer-
Estos pacientes pueden, por ejemplo, sobre- ta a la patología.
valorar su ansiedad ligada a su futuro o nece- Desde la construcción de lo sujetos sexua-
sitar apoyo cuando “salen”, cuando experi- dos y del Hecho de los sexos, todas estas rea-
mentan daño personal o cuando intentan lidades tienen una explicación razonable y
ajustarse a su cambiante situación vital. (Cohen coherente dentro del entramado general de la
y Gooren, 1999) sexualidad y sin recurrir a la patología: los
sujetos no se construyen de forma rectilínea o
Visión sexológica (Amezúa, 1999) en formato homologado y uniforme. Las pecu-
Los grandes campos conceptuales de la liaridades propias se dan como resultado de
Sexología, como son la Sexuación y la sus biografías concretas y peculiares.
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A partir de este nuevo paradigma y de los Caludwell, D.O. (1949): Psychopathia Tran-
conceptos por él generados, se entiende que sexualis. Sexology, 16, 274-280.
razonablemente todos los sujetos contienen Chiland, C. ( 1999): Cambiar de Sexo. Madrid.
esas dimensiones en grados o formas diversas Biblioteca Nueva.
de manera que con ellas podemos entender un Clasificación estadística internacional de
gran cúmulo de diversidades y variantes tan- enfermedades y problemas de salud (CIE-
to en cada sujeto como, dentro de él, en los 10) (1992). OMS.
distintos planos de su construcción. Cohen-Kettenis, PT. y Gooren, LJ. (1999):
El concepto de intersexualidad es clarifica- Transexualismo: revisión de la etiología, del
dor y ofrece claves para entender el proceso con diagnóstico y del tratamiento. Journal of
dos resultados visiblemente claros: la creación Psychosomatic Research, (46) 4, 315-333.
de sujetos sexuados con fuertes identidades Coleman, E. Gooren, L. y Ross, M. (1998):
–sólidas y consistentes– y al mismo tiempo, con Teorías sobre la transposición de género:
una gran variedad de formas dentro de los mis- crítica y sugerencias para ahondar en la
mos. Este concepto puede explicar los modos investigación. En: JA Nieto (ed.), Transe-
masculino y femenino, los matices homosexuales xualidad, transgenerismo y cultura.
y heterosexuales y las peculiaridades, así como (pp.249-270). Madrid. Talasa Ediciones.
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