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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER P. PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MISIÓN SUCRE EJE TERRITORIAL “JUANA LA AVANZADDORA”
PFG - ESTUDIOS JURÍDICOS

UNIDAD CURRICULAR:
Exclusión Social y Grupos Vulnerables.

VALORES QUE PROMUEVEN UNA SOCIEDAD DE IGUALES

FACILITADOR: PARTICIPANTE:
ABOG. Rojexis Tenorio ARREAZA CARLOS
TARANTO PATRICIA
PITRE AURA

TUCUPITA, FEBRERO 2018.


VALORES QUE PROMUEVEN UNA SOCIEDAD DE IGUALES

Los valores están presentes desde los inicios de la humanidad. Para el


hombre, siempre han existido cosas valiosas: el bien, la verdad, la belleza, la
felicidad, la virtud. Sin embargo, el criterio para darles valor ha variado a través de
los tiempos.

Estos no son más que cualidades que benefician a todos por igual, ya que
se dan en la medida en que se obtienen y se obtienen en la medida en que se
dan. Entre los valores que más se destacan encontramos: La libertad, la
honestidad, la responsabilidad, la igualdad, la disciplina, la puntualidad, la lealtad,
la humildad, el respeto, la tolerancia y el diálogo; la solidaridad, la justicia, la
equidad, la fidelidad, la prudencia, la perseverancia, la integridad; aunque existe
una diversidad no menos importantes, todos forman la columna vertebral para
regir las acciones de los individuos dentro de la sociedad.

Como los valores son cualidades que benefician a todos por igual, antes de
hacer cualquier acción es importante que visualicemos previamente el impacto de
esa decisión, para que no influyan de manera negativa en la sociedad y a su vez
recordar que los valores siempre son y serán una guía que nos permita
conducirnos por el camino correcto, así que busquemos reforzarlos, transmitirlos y
comprometámonos a aplicarlos en su exacta dimensión, esto nos permitirá en
algún momento de nuestras vidas, tener una sociedad más justa y equitativa. Y es
que hablar de los valores es una cosa, pero vivirlos es otra historia. ¿Realmente
es tan difícil? La respuesta es no. Requiere cierto esfuerzo, concentración y
perseverancia, pero no es tan difícil. Con algunos pasos simples podrás lograr que
tu vida, tus acciones y la sociedad tengan como columna vertebral a los valores.
Lo primero es conocer su importancia. ¿Suena elemental? Pues no lo es. El
primer paso para vivir los valores es la conciencia de los importantes que son.
Una sociedad basada en individuos con valores es la llave para una
convivencia más sana. Las leyes civiles no son suficientes. En ellas se establece
solo lo elemental para asegurar una convivencia medianamente decente, sin
embargo no es suficiente con solo "cumplir la ley". Los valores van mucho más
allá de cumplir el reglamento de tránsito, van a la raíz de las cosas. Por ejemplo, el
reglamento dice que no puedes pasar una luz roja en el semáforo (bastante
elemental para no matarse), sin embargo no dice que en un atasco de tráfico el
cederle el paso a una persona es algo amable, que hace que todos estemos más
contentos y que incluso puede ahorrarnos un percance.

Para vivir los valores, lo primero es estar consciente de que son vitales, y
que son lo que puede cambiar verdaderamente a una persona, una familia o una
nación.

Una vez que se ha aceptado la importancia de vivir los valores, hay que
analizar claramente qué valores son la base de tu vida. Aquí podríamos establecer
dos clases: los que ya tienes, y los que quieres construir.
Por otra parte, también debes hacer un esfuerzo y meditar detenidamente en
cuáles son aquellos principios, normas y comportamientos que son fundamentales
para ser mejor, para vivir mejor.

¿Cuáles te enseñaron en casa? ¿Cuáles has ido aprendiendo con la vida?


¿Cuáles sabes que existen, pero no los vives mucho? ¿Cuáles son los que te
gustaría tener?

No basta descubrir los valores, es necesario cuidarlos y educarlos, pues las


personas se desarrollan para mejorar continuamente, como parte de nuestro
actuar cotidiano y para llegar a este punto hace falta tener ilusión.
Hablar de respeto es hablar de los demás. Es establecer hasta donde
llegan mis posibilidades de hacer o no hacer, y dónde comienzan las posibilidades
de los demás.

En el mundo de los valores existen dos planteamientos esenciales


que consolidan el reconocimiento de los derechos humanos, así como la
convivencia entre las personas.

Estos se refieren entre tantos otros a la Equidad y el Respeto, actitud,


característica o cualidad que al hacerlo parte de nuestras vidas nos hace mejores
personas, sobre todo porque encierran un mensaje de justicia y valor por los
demás.

La Equidad Es una disposición que nos mueve a dar a cada uno lo que le
pertenece por derecho natural y social, además, introduce un principio ético o de
justicia en la igualdad.

Nos obliga a plantearnos los objetivos que debemos conseguir para


avanzar hacia una sociedad más justa. Una sociedad que aplique la igualdad de
manera absoluta será una sociedad injusta, ya que no tiene en cuenta las
diferencias existentes entre personas y grupos, al mismo tiempo una sociedad
donde las personas no se reconocen como iguales, tampoco podrá ser justa. Por
esta razón se hace necesario aplicar el principio de equidad.

Ya lo decía el filósofo Aristóteles, “la equidad es la Justicia aplicada al caso


concreto. Muchas veces la rigurosa aplicación de una norma a los casos que
regula puede producir efectos injustos”.

En nuestra vida práctica y cotidiana podemos verlo y aplicarlo. Cuando


observas que un grande le pega a un pequeño te molesta porque siente que es
injusto.
Los maestros, por ejemplo dedican más tiempo a los niños pequeños, porque
entienden que necesitan más dedicación para entender una serie de procesos.
Igualmente, obtiene mejor calificación quien hizo mejor trabajo.
Las empresas por lo regular pagan un mayor sueldo a los empleados que son
graduados de las universidades, tratando de ser equitativo con el esfuerzo que
han hecho por su desarrollo y el desarrollo empresarial y social.

Sin embargo, se les ofrecen más oportunidades a quienes menos


posibilidades tienen de alcanzar la meta para aplicar un principio de equidad y
justicia.

El Respeto Consiste en el reconocimiento al derecho, intereses y


sentimientos del otro. Aunque el término se usa comúnmente en el ámbito de las
relaciones interpersonales, también se aplica a las relaciones entre grupos de
personas, países y organizaciones de diversa índole.
No es simplemente la consideración o deferencia, sino que implica un verdadero
interés no egoísta por el otro, más allá de las obligaciones explícitas que puedan
existir.

Uno de los filósofos que mayor influencia ha ejercido sobre el concepto de


respeto en el mundo ha sido Immanuel kant. En su filosofía moral este pensador
sostiene que los seres humanos deben ser respetados porque son un fin en sí
mismos.

Al ser un fin en sí mismos poseen un valor intrínseco y absoluto. Por este


motivo es que los seres humanos tenemos este valor tan especial, llamado por
Kant la "dignidad".

Además, el valor del respeto lo ejercemos cuando mostramos aprecio y


cuidado por el valor de algo o de alguien. Puede estar dirigido hacia los derechos
y la dignidad de las demás personas, hacia los derechos de nosotros mismos y
también hacia el entorno natural, incluyendo las plantas y los animales que lo
integran.

Nos ayuda a conservar intacto aquello que más apreciamos en la vida; nos
enseña a reconocer aquello que más aprecian los demás. Puede vivirse en forma
colectiva entre un país y otro o individual entre dos personas.

Tolerancia: se debe a la aceptación de la diversidad de opinión, social,


étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los
demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida,
siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona.

La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la


diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de
obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo,
es a todas luces una virtud de enorme importancia.

Solidaridad: es uno de los principios básicos de la concepción cristiana de


la organización social y política, y constituye el fin y el motivo primario del valor de
la organización social. Su importancia es radical para el buen desarrollo de una
doctrina social sana, y es de singular interés para el estudio del hombre en
sociedad y de la sociedad misma. es una de los valores humanos por excelencia,
del que se espera cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos
sentimientos para salir adelante. En estos términos, la solidaridad se define como
la colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las
personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se vivencian experiencias
difíciles de las que no resulta fácil salir.

Igualdad: Ausencia de total discriminación entre los seres humanos, en lo


que respecta a sus derechos". Es el principio que reconoce a todos los ciudadanos
capacidad para los mismos derechos, se refiere a que tienen las mismas
opciones, esto es "Igualdad Social". Por lo tanto podemos deducir que el vocablo
empleado "Igualdad Social" se refiere a la asociación de seres vivos que funcionan
mediante relaciones organizadas de dependencia mutua, que se llevará a cabo a
través de un complejo sistema de relaciones entre individuos y grupos basado en
valores simbólicos compartidos y en creencias y normas comunes. Igualdad en un
sistema político hace referencia al principio jurídico por el cual se reconoce a todos
los ciudadanos, sin distinción de clase, raza o religión, capacidad para los mismos
derechos

Justicia: Define la búsqueda de equilibrio entre partes desiguales, por


medio de la creación de protecciones o desigualdades de signo contrario, a favor
de los más débiles, es la concepción que cada época y civilización tienen acerca
del bien común. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad
de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas
que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e
instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la
interacción de individuos e instituciones.

La justicia es un status que desea alcanzar y está vinculado estrictamente


al valor supraindividual del bien común. Incluye la justicia legal, la social, la
internacional y la distributiva. La justicia legal corresponde al estado a través de
las leyes que tienden al logro del bien común. La justicia social requiere de una
adecuada y proporcionalidad distribución de la riqueza. La justicia distributiva nos
remite al derecho de la justicia individual y al bien común. La justicia internacional
genera un orden en el que los estados puedan convivir en paz, a través de la
cooperación y tratando de evitar conflictos que comprometan la estabilidad.

Integración: La integración es la consecuencia de la participación de todas


esas personas en todos los ámbitos de la sociedad. Para ello, muchos han de
recibir apoyo por parte de los demás. Todos debemos potenciar el uso y disfrute
de los recursos y fomentar su participación en la vida cultural, social y política. La
integración en un proceso dinámico que debe incluir la participación de todos los
miembros de la sociedad y debe estar basado en la igualdad, no en la caridad. La
integración es un fenómeno complejo, sin definición unívoca, que se produce
como consecuencia de la adaptación de las respuestas del individuo a los
requerimientos del medio y de la interacción entre ambos. Es un proceso dinámico
y a la vez, el producto o resultado de este proceso. Algunos autores prefieren
denominar a este proceso como asimilación, para referirse a la adaptación de los
individuos a una determinada jerarquía de normas sociales.

“LO IMPORTANTE EN LA
VIDA NO ES TU POSICIÓN, SINO TU DISPOSICIÓN”

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