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A nivel mundial, el crecimiento económico se acelera a partir del siglo XVIII, con la revolución
industrial, originada en Inglaterra, Baumol (2004). Los países que lograron incorporarse a esta
dinámica, también lograron incrementar notoriamente sus ingresos, en el siglo XIX y XX. El
crecimiento económico de los paises industrializados, implicó aumentos de los ingresos per
cápita, esto llevo a ampliar la brecha entre los países desarrollados y los en vías de desarrollo.
Estas características han estado ligadas a desarrollos de innovación, que ha ido acelerándose,
vertiginosamente, a tal punto que actualmente, esto que demoró y costó mucho en darse, se
toma como algo normal, trivial.
El crecimiento económico se puede dar por el crecimiento de los factores productivos, mejora
institucional y por el crecimiento de la productividad, la tecnología. Se considera que la mayor
parte de la diferencia en el crecimiento entre los países industrializados y los en vías de
desarrollo, y por ende en los ingresos, esta relacionada al crecimiento de la productividad, de la
innovación, Banco Mundial (2006). Es decir el débil crecimiento y las diferencias en ingresos,
están relacionados, en una buena medida, con la falta o debilidad en innovación que registran
los países de América Latina. La estructura productiva de los países de la región y el perfil de las
exportaciones centrada en materias primas y maquila, puede estar condicionando esto, ya que
requieren poca innovación. Es decir la acumulación de capital puede influir en la capacidad
innovadora, Malone y Perry (2005).
La estabilización macroeconómica, la apertura, la orientación la mercado, la reducción de la
presencia del Estado en la economía, que se ha dado en casi todos los países de América
Latina, desde los años 80, han llevado, a pesar del tiempo de la aplicación del modelo, solo a
estabilizar estas economías, con tasas de crecimiento positivas, pero bajas, lo que no ha
posibilitado mejorar la distribución del ingreso o a reducir sustancialmente la pobreza presente
en un alto porcentaje de sus habitantes o a generar suficientes empleos formales. Esto lleva a
considerar que el modelo tiene ventajas pero también limitaciones. Es decir a abordar opciones
mejores, a mejorar las políticas, a hacer más con los recursos disponibles
Pero Latinoamérica no solo tiene poca innovación, sino que ésta esta concentrada en
investigación básica, financiada en su mayor parte por el sector público, con poca producción de
patentes y débiles vínculos entre las Universidades y centros de investigación con el sector
productivo, Malone y Perry (2005), WEF (2006). El tamaño de las economías nacionales en
Latinoamérica, salvo México y Brasil, es pequeño, es decir necesitan aumentar el tamaño de sus
mercados, una solución parcial en este sentido, es la integración regional, que además tiene
rasgos importantes: el comercio en esta área es de mayor contenido tecnológico que el que va
otras regiones, es dinámico y esta cercano. Pero todavía esta ampliación no es suficiente.
Necesitan relacionarse con mercados dinámicos, con otras regiones. Es decir se necesita
diversificar mercados, productos, proveedores e inversionistas.
También se descuida la mejora organizacional, el diseño, el envase, entre otros, que son
importantes en la innovación; se hace poca imitación, Baumol (2004), Malone y Perry (2005).
Una fuente importante para innovar son los spillovers (derramamientos) o transferencias de
tecnologías asociadas a las Inversiones Directas Extranjeras, IDE; algunas realizan más esto
que otras. América Latina ha logrado pocos efectos en esta dirección, a pesar de estar basada
en esta alternativa, en parte por su propia actitud, más bien pasiva o laxa en cuanto a buscar
mayores efectos. La globalización actual incluye la internacionalización de los servicios y de la
innovación, además del comercio, producción y finanzas. Esta expansión tiene características
asociadas a las empresas, en relación al mercado de destino y a su estrategia global, por un
lado y por otro a los países receptores; y son cambiantes, Molero (2003). Se sabe que entre los
criterios considerados están el tamaño de la economía de destino, la disponibilidad en ellas de
recursos tecnológicos, la sofisticación de la demanda interna. Es importante por parte de los
países monitorear estos criterios y tratar de reunir los factores de atracción, sobre todo las de
mayor contenido tecnológico y de las que realizan mayor transferencia, así incrementaríamos el
componente de innovación en el país.
2. Innovación y emprendimiento
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3. Proceso innovador y emprendedor
Por otra parte, todas las personas, organizaciones, no aprenden de golpe, es decir, es
necesario un proceso de aprendizaje, de prueba y error, de acumulación. Es decir la innovación
y el emprendimiento es un proceso, en el que interactúa el innovador y el ambiente. Para
abordar este proceso se puede utilizar el enfoque sistémico, contingente, estratégico, teorías de
aprendizaje, de grupos, cambio organizacional, entre otros.
4. Desarrollo emprendedor
Algunos comentarios adicionales, pero no menos importantes: es importante que las propuestas
sean desarrolladas considerando el lado de la demanda y el de la oferta, no solo uno de los
lados, que las mismas sean participativas e integrales, tengan orientación empresarial y
participación activa de empresarios, que cuenten con buen asesoramiento, tengan una
dimensión regional y local, que se implementen, se haga seguimiento, con retroalimentación,
con indicadores de desempeño y resultados, Kantis (2003), Angelelli y Llisteri (2003).
A. Microeconómico
Es conveniente que la convocatoria tenga la mayor publicidad posible, es decir debe realizarse a
través de los medios de comunicación masivos, diarios, radio, Internet, carteles; el concurso
puede ser a nivel nacional, estatal y local. Se puede ayudar o capacitar para que se presenten
proyectos bien diseñados técnicamente. En el caso de Universidades e Instituciones de
Educación Superior, se puede capacitar a profesores, en formulación de proyectos, para que
apoyen a sus alumnos en la preparación de sus propuestas. Se tiene evidencia que empleados
de grandes empresas (privadas y públicas), es decir de personas con experiencia laboral, suelen
generar emprendimientos de calidad, generadoras de empleo; son una buena veta de
emprendedores. Así este segmento debería ser considerado en la convocatoria, y en las otras
medidas sugeridas, Kantis (2003), Angelelli y Llisteri (2003).
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Formación de profesionales, formación continua, se sugiere que las Instituciones de Educación
superior incluyan la empresarialidad, calidad, en sus currículas, en su metodología. Hay
suficiente evidencia de que los universitarios suelen realizar buenos emprendimientos, de mayor
contenido tecnológico y generadores de empleo, pues tienen conocimientos técnicos, conocen
tecnologías actualizadas; así, si queremos más y mejores emprendimientos, este es un nicho
interesante. La educación secundaria y técnica, también deberían reformarse, para incluir
formación en emprendimiento, calidad, Costa Rica tiene en el currículo de sus estudiantes de
secundaria, materias de estos temas, con ello se lograría en un tiempo relativamente corto, una
mejor base laboral.
Otro aspecto que ayuda a la empleabilidad de los jóvenes, son las prácticas en empresas, de
esta experiencia también nacen emprendimientos. Es tarea de las instituciones educativas
mejorar el diseño de estas alternativas, a fin de lograr mayores efectos en las empresas y
alumnos; esta es también una forma por donde se logre mejoras en la vinculación de las
instituciones con la sociedad.
Y que los cursos de formación continúa tengan en consideración las necesidades de los
emprendedores, Vanegas (2002). Esto lleva a que las instituciones registren un cambio
institucional, de currículas, de metodologías, Herrera (2003), a modificar la forma de vinculación
e interacción con la sociedad, Llorens (2002).
Las incubadoras adquieren fuerza en los EEUU en los 80, y actualmente es un movimiento
amplio en varios países. La tasa de sobre vivencia en este caso es de 80%, a diferencia del 50%
en las Pymes independientes. En América Latina, Brasil es un alto exponente en estas
experiencias. Las incubadoras ayudan a generar empleo localmente, a retener y atraer
empresas y personal calificado; ayuda a obtener recursos para las Universidades o centros
incubadores.
Asociatividad, alianzas, es una alternativa, en particular para clusters, que ayuda a lograr
economías de escala, a mejorar aprovisionamientos, asesoría, capacitación, a explorar
alternativas como subcontratación, joint ventures, a cabildear mejor, a intercambiar información y
experiencias, es en esta perspectiva, un tipo de apoyo cercano y asesoría, sus efectos son
sinérgicos, dinámicos. La coordinación también debe abarcar a las iniciativas que fomenten la
empresarialidad e innovación.
Consultoría, asesorías y redes, interesa que partan de las necesidades de las empresas, de su
clientela, se puede adoptar una metodología estándar. Hay que capacitar a los consultores y
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asesores, mejorar su calidad y pertinencia, así serán más atractivos a las empresas, Vanegas
(2002). La consultoría y asesoría se puede ofrecer por parte de Universidades o entidades
especializadas, o alianzas entre éstas. Las Universidades todavía tienen mucho por mejorar en
cuanto a vinculación con el sector productivo, por ejemplo en consultoría, capacitación, asesoría.
Centros tecnológicos, es una alternativa que ha tenido un buen desarrollo en México, se crearon
para apoyar a clusters regionales, es decir tienen una vocación u orientación, por ejemplo,
calzado, electrónico, químico, están por ello, distribuidos geográficamente; esta orientación ha
marcado su desarrollo, tienden a resolver los problemas de sus clientes, a dar servicio, y no
tanto a desarrollar nuevas aplicaciones o tecnología de punta, cuentan con personal calificado y
de apoyo; suelen generar pocos ingresos propios, se sugiere que traten de elevar el contenido
de sus servicios y de generar ingresos, aumentar la repetición y el número sus clientes, Zubieta
(2003).
Otros temas de interés son: apoyo a las ferias, regionales o temáticas, pues son dinamizadoras
de competencia, de proveedores, de ideas, en particular para las pequeñas empresas; es
importante que se acompañen con conferencias y asesorías; Subsidios o ayudas directas a la
innovación, Malone y Perry (2003), Sistema Nacional de Innovación, Molero (2003), capital de
riesgo, Echecopar (2005), Internacionalización, Vanegas (2002).
C. Macroeconómico
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promoción de una cultura emprendedora, atracción de científicos extranjeros con trayectoria,
formación de redes internacionales.
5. Conclusiones
De todos modos hay que realizar un diagnóstico comprensivo, un recuento de las experiencias y
logros, para poder plantear políticas, prioridades y acciones; es importante la participación
empresarial, en el diseño e implementación. Se debe considerar la especificidad regional, estatal
y local, es decir es necesaria cierta descentralización y flexibilidad, pero también la coordinación,
control y retroalimentación.
Del diagnóstico y las sugerencias, se aprecia que el tema es complejo, pero ya se tiene algo
avanzado, es necesario acelerar el paso y ampliar el movimiento, en las direcciones sugeridas.
6. Bibliografía
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“Potencial de la vinculación universitaria para una política microempresarial. Una perspectiva
comparada”, Anuies.
Vanegas, P. (2002): “El fortalecimiento de los programas universitarios de asesoría a la
microempresa como una estrategia de competitividad y equidad en Colombia. La experiencia
Javeriana”, en Mungaray, A. J. Palacio y C. Ruíz (Coords.) (2002): “Potencial de la vinculación
universitaria para una política microempresarial. Una perspectiva comparada”, Anuies.
World Economic Forum (2006): “The Latino American Competitiviness Review 2006”, World
Economic Forum.
Zubieta, J. (2003): “Las instituciones tecnológicas del sistema CONACYT: estrategias para un
sistema de innovación a futuro”, en Castaños, H. (Coord.)(2003): “La sociedad del mañana:
Universidad, ética y sustentabilidad”, Anuies y Porrúa.