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Un ejemplo ¿Tu pararías un obra en la que se está ejecutando las capas de rodadura de una
autovía porque el asfalto lo están extendiendo a 160º? Pues puede que sí y puede que no. Tú
puedes paralizar una obra o actividad si observas que no se cumplen las medidas preventivas
establecidas en la evaluación de riesgos del Plan de Seguridad y Salud. Ojo, medidas
preventivas que surgen de una evaluación de riesgos del PSS que tú has aprobado con
anterioridad (Ver funciones del CSS).
Cuando el contratista te entrega el PSS para su aprobación todas las actividades que se van a
desarrollar durante la obra deben de ser evaluadas y tener su respectivas medidas preventivas.
Si tú observas en el PSS que adolece de determinadas cosas, debes de darlo a conocer por
escrito al contratista antes de su aprobación. Si durante el transcurso de la obra surge una
actividad nueva que no está contemplada en el PSS, el contratista debe de hacer la evaluación
y sus medidas preventivas y estas deben de estar aprobadas por el CSS antes de comenzar la
actividad.
Por lo tanto debes de observar que se cumple lo establecido en el PSS además de lo que está
reglamentado. Si observas que las medidas organizativas no son las adecuadas, la gente no
está hidratada, la ropa que lleva no es la adecuada, etc. puedes parar la obra o ese tajo en
particular. Por norma general en zonas de mucho calor como en Andalucía por convenio la
jornada de verano se reduce para evitar las horas de máximo calor.
Así mismo podéis leer más sobre ello en la Guía Técnica de la Construcción que tenéis colgada
en el curso en la pagina 66 apartado 8 Temperatura y en la página y en la página 83 el
apartado 4 Factores Atmosféricos.
Si queréis profundizar más sobre el tema en la página principal del curso os adjunto las Normas
Técnicas de Prevención (NTP) nº 922 y 923 Estrés térmico y sobrecarga del INSHT.
A continuación os adelanto algunos riesgos y medidas preventivas que podréis ver en un tema
posterior del curso:
Realizar una aclimatación previa y llevar ropa interior cálida que permita la
transpiración (tejidos naturales como algodón y lana) y ropa de abrigo e impermeable
que nos aísle y proteja de las bajas temperaturas, la humedad e impida la pérdida de
calor.
Proteger la cabeza, manos y pies para impedir la pérdida de calor por contacto con el
frío exterior.
Ingerir alimentos ricos en calorías e hidratarnos continuamente con bebidas calientes.
Hacer pausas frecuentes en lugares cálidos que nos permitan recuperar calor.
Evitar las corrientes de aire frío y los lugares húmedos, alejando o apantallando los
equipos que puedan provocar frío o corrientes de aire.