Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Sin embargo, es esencial comprender como el movimiento permite que el niño explore, y
sumado al proceso de maduración normal del sistema nervioso central, logre seguir
desarrollando las habilidades emocionales, cognitivas, sensoriales y motoras con el fin de
que logren un adecuado y óptimo desarrollo. De esta manera, surgen michas teorías
relacionadas al desarrollo psicomotor de los niños, tales como la teoría refleja, de sistemas,
entre otras. Para propósitos prácticos, analizaremos las teorías modernas, que relacionan
el desarrollo reflejo de los infantes en post de su desarrollo psicomotor, además del
desarrollo sensorial y motriz propio del cuerpo, en relación con el ambiente para el
desarrollo psicomotor.
Los reflejos son esenciales en el desarrollo de los niños, de esta manera encontramos
reflejos que desaparecen a cierta edad debido a la maduración del sistema nervioso y otros
que perduran, pero con un mayor control cortical sobre los mismos.
Existen diferentes tipos de reflejos que van desde el nivel espinal hasta el mesencéfalo que
fomentan el desarrollo normal de los hitos psicomotores.
Nivel espinal:
Los reflejos espinales son mediados por áreas del núcleo de Deiters del Sistema Nervioso
Central, que se encuentran en el 1/3 inferior de la protuberancia. Es el nivel más primitivo y
menos adaptativo.
POSICIÓN ESTÍMULO RESPUESTA APARECE DESAPARECE
REFLEJO
Los reflejos de tallo están mediados por áreas desde el núcleo de Deiters hasta el núcleo
rojo, situado a nivel del extremo caudal de los ganglios basales. Comprende los reflejos
posturales estáticos, y cambios en la distribución del tono muscular a lo largo del cuerpo.
Nivel de Mesencéfalo:
Las reacciones de enderezamiento se integran a nivel del mesencéfalo por encima del
núcleo rojo, excluyendo la corteza. Interactúan entre si y trabajan hacia el establecimiento
de una relación normal de la cabeza y el cuerpo.
A medida que aumenta el desarrollo cortical los reflejos van desapareciendo y aumentando
el control sobre los mismos, de tal manera que los movimientos se afinan y al mismo tiempo
se fomenta que se desarrollen diferentes habilidades más allá del movimiento, como
habilidades emocionales, cognitivas, etc. Así al desarrollarse el reflejo tónico cervical
asimétrico se potencia el desarrollo de la coordinación óculo manual, o con el reflejo de
prehensiones palmar se brindan importantes estímulos que potencian el reconocimiento de
la mano y el desarrollo de la representación de la misma a nivel cortical.
Los reflejos permiten que se produzcan conductas que, al momento de realizar el reflejo,
generan estimulación de manera involuntaria, tal como a través del reflejo de prehension
palmar se potencia que el niño logre tomar objetos de manera involuntaria y de esta manera
tenga estímulos táctiles que potencian el desarrollo cortical.
De esta manera se considera que los reflejos son la base para un adecuado desarrollo al
permitir que se generen estímulos sensitivos a nivel propioceptivo, táctil, vestibular, visual,
etc. Dichos estímulos contribuyen directamente al desarrollo cortical y el de otras conductas
y capacidades que permiten la aparición de otros reflejos al aumentar el control cortical
sobre los mismos.
Sin embargo, las teorías actuales y sistémicas, indican que además de los reflejos, existen
otros componentes que potencian el desarrollo psicomotor normal, tal como antes
mencionaba la estimulación sensorial que potencia el desarrollo cortical y el control del
mismo sobre otros reflejos que permiten que aparezcan otros más complejos y reacciones
de equilibrio, pero también el desarrollo emocional es esencial, debido a que las emociones
y estado de ánimo tiene una importante influencia sobre el tono muscular y el desarrollo
cortical, potenciándolo o disminuyéndolo en base a la calidad de los estímulos emocionales
a los que son expuestos los infantes.
Una vez que se desarrollan los reflejos posturales normales y posturales segmentarios, se
desarrollan las reacciones de enderezamiento y finalmente las de equilibrio, que forman la
base para el desarrollo de la marcha, una mayor exploración y con ello un mayor desarrollo
de diferentes componentes cognitivos, motores, sociales y emocionales.
Todas estas bases neurológicas expuestas se pueden observar mediante los hitos
normales del desarrollo psicomotor, especialmente del primer año de vida. (esta descrito
en la tabla).
A menudo, son estos ámbitos donde más se dramatizan los síntomas porque el niño(a) no
puede responder adecuadamente a las exigencias dadas en el jardín o la escuela.
Evaluación psicomotriz:
La entrevista con los padres nos brinda dicha información, además de la revisión de
antecedentes clínicos disponibles. La información que recabemos de la entrevista, nos
permite comprender diferentes privaciones sensoriales, dificultades en el desarrollo o el
desarrollo psicomotor del niño previo al momento de la entrevista.
La observación es de vital importancia, ya que nos brinda parámetros que nos permiten
saber qué aspectos de la psicomotricidad son los que se ven mayoritariamente vulnerados
en los niños, y de esta manera podemos intervenir sobre ellos en conjunto con la demás
información reunida.
Sin embargo, las entrevistas, observación y antecedentes disponibles son una primera
instancia de la evaluación psicomotriz, la cual debe complementarse mediante diferentes
pruebas de desarrollo psicomotor y baterías que nos den un componente cuantitativo y
cualitativo respecto al desarrollo psicomotor normal esperado a la edad de cada niño.
Algunas de estas pruebas son:
En caso de que pase lo del ejemplo de arriba se debe pedir prestado al año los 12
meses que lo componen por lo que en vez restarle 8-12 se resta 20-12 y da 8, por
lo que el niño tiene 8 meses y 5 días.
El mes base para el cálculo de la edad mental se multiplica por 30 y se le suma los
ítems adicionales logrados.
La razón entre edad mental y cronológica se logra dividiendo a edad mental por la
edad cronológica respectivamente, y se aproxima con tres decimales. El coeficiente
de desarrollo se logra gracias a la tipificación del coeficiente en las tablas del
desarrollo logrando el coeficiente de desarrollo y ver el estado del niño en general.
2. TEPSI: A partir de la toma de conciencia de la importancia de la educación
preescolar y en la necesidad de prevenir alteraciones del desarrollo nace el TEPSI.
Conocer respecto del desarrollo psíquico del niño entre 2 y 5 años. Generar
programas de estimulación temprana basados en datos confiables.
Áreas a evaluar: tres áreas de desarrollo a través de 52 ítems repartidos en tres
Subtest.
Subtest motricidad: consta de 12 ítems y mide movimiento y control del
cuerpo o partes del cuerpo en un acto breve o largo en una secuencia de
acciones y también equilibrio a través de acciones como recoger una pelota,
saltar en un pie, caminar en punta de pies, pararse en un pie un cierto tiempo.
Subtest de coordinación: 16 ítems que miden motricidad fina y respuestas
grafomotrices, en situaciones cariadas donde incide el control y la
coordinación de movimientos finos en la manipulación de objetos, y también
factores perceptivos y representacionales. Miden la habilidad del niño para
coger y manipular objetos y para dibujar, a través de conductas como
construir torres con cubos, enhebrar una aguja, reconocer y copiar figuras
geométricas, dibujar una figura humana.
Subtest lenguaje: 24 ítems que miden lenguaje expresivo y comprensivo, a
través de conductas tales como nombrar objetos, definir palabras, verbalizar
acciones, describir escenas representadas en láminas.
El test es de aplicación individual aplicable a cualquier niño entre los 2 años hasta
los 5 años la técnica de medición es la observación y registro de la conducta. El
tiempo de administración del instrumento es de alrededor de 30 a 40 minutos. El
ítem se aprueba y se da 1 punto sino 0 puntos. Requiere una batería de prueba, un
manual de administración y un protocolo u hoja de registro.
El test debe administrarse completo y en orden, sin suspenderse la administración
del Subtest a pesar de los fracasos, se puede dar descansos. Durante la
administración debe reforzarse el esfuerzo del niño y no dar claves para que el niño
sepa si la respuesta es correcta o no. El test debe administrarse solo si el niño está
en condiciones adecuadas en cuanto a salud y sueño. Previo al test hay que anotar
la identificación y tener la caja de materiales fuera del alcance del niño. Se calcula
la edad cronológica como en el EEDP.
Puntajes brutos: se suman los puntajes de cada uno de los Subtest así da en test
de coordinación, en Subtest de lenguaje y así. El puntaje bruto total es el puntaje
obtenido en total de los tres Subtest.
Conversión de puntajes: luego de haber calculado los puntajes obtenidos deben
convertirse a puntajes t apropiados a la edad del niño. Hay tablas de conversión que
lo permiten. Estos puntajes se anotan en la primera hoja de protocolo. EL tespi
permite ubicar el rendimiento a nivel total y de los Subtest. Lo normal es de 40 y
más puntos. Riesgo es de 30 a 39 puntos y retraso puntajes igual o menores a 29
puntos. Se hace con los puntajes t.
3. TADI: El objetivo es evaluar el desarrollo y aprendizaje de niños de 3 meses a 6
años. Surge de la necesidad de innovar y cambiar la estructura de los antiguos test,
además de ser un trabajo más simple de aplicar. Los propósitos son determinar el
nivel de desarrollo, evaluar el impacto de desarrollo y aprendizaje de programas de
intervención con el fin de desarrollar nuevas políticas públicas actualizadas a la
realidad nacional. Otro propósito de este test es informar el nivel de desarrollo de
grupos poblacionales para políticas públicas, que contemplen diferentes regiones y
etnias. Es una escala de desarrollo con ítems de dificultad creciente aplicado de
forma individual de los 3 meses a 6 años. Los reactivos son: las tareas del niño,
preguntas al adulto acompañante y 2 ítems de observación.
Evalúa 4 dimensiones de lenguaje, cognición, socio emocionalidad y motricidad, las
cuales involucran:
Lenguaje: involucra la comprensión del lenguaje oral, la expresión oral,
iniciación a la escritura y la iniciación a la lectura.
Cognición: atención, memoria, resolución de problemas, razonamiento
lógico matemático, conocimiento del mundo y el interés por aprender.
Socio emocionalidad: independencia, cuidado de sí mismo, conocimiento y
valoración de sí mismo reconocimiento y expresión de sentimientos,
formación valórica, autorregulación, vínculo afectivo cercano y la interacción
social.
Motricidad: motricidad fina y gruesa.
EXAMENES COMPLEMENTARIOS:
PRUEBA Nº 7: Lenguaje 2 a 5 años.
PRUEBA Nº 8: Rapidez, punteado 6 a 14 años.
PRUEBA Nº 9: velocidad (Ozeretsky) 4 a 13 años.
PRUEBA Nº 10: Movimiento simultáneos 5 a 13 años.
PRUEBA Nº 11: Control segmentario 6 a 11 años.
PRUEBA Nº 12: “Harris tests of lateral dominante”: 5 ítems complementarios
para ser aplicados en casos de duda.
Enfoque psicomotriz para la intervención terapéutica:
Este enfoque propone la psicomotricidad compuesta por una serie de contenidos que se
detallan a continuación:
La coordinación viso motriz supone para el niño el dominio de los objetos, puede
acercarse a ellos, manejarlos y proyectarlos en el espacio, le convierte en dueño de
su movimiento y de las cosas que le rodean.
6. Lateralidad: La lateralidad es la preferencia por razón del uso más frecuente y
efectivo de una mitad lateral del cuerpo frente a la otra, está estrechamente ligada
a la maduración del sistema nervioso y al eje corporal. El eje corporal tiene
implicaciones tónicas, motrices, espaciales, perceptivas y grafo motoras. La
integración del eje corporal posibilita la adquisición de la lateralidad, permitiendo que
el niño distinga entre la derecha y la izquierda de su cuerpo.
Como consecuencia permite, posteriormente, la proyección de estas referencias
sobre el mundo y sobre los demás y, por tanto, permite la organización del espacio.
La orientación espacial se produce por referencia a este eje corporal.
Normalmente la lateralidad se construye sobre los cimientos de la predisposición de
los hemisferios cerebrales, es decir, la lateralidad de utilización se basa en la
lateralidad espontánea.
La adquisición definitiva de la lateralidad es lo que nos permite distinguir
efectivamente la derecha de la izquierda. La única manera de tomar conciencia de
esta distinción y de adquirir estas nociones es la práctica, hay personas que
mantienen dificultades en esta área toda la vida.
7. Organización espacio temporal: La organización y estructuración espacio-
temporal es un proceso que resulta fundamental en la construcción del
conocimiento. Se constituyen como la trama fundamental de la lógica del mundo
sensible. Las relaciones que se establecen entre los objetos, las personas y las
acciones o sucesos configuran el mundo en su acontecer y en su esencia.
El tiempo: es lo que acontece entre dos estados espaciales sucesivos en los que
se puede encontrar una persona, animal u objeto. No tenemos receptores
sensoriales que capten el paso del tiempo. La única forma de hacerse con el dominio
del tiempo es a través de movimientos o acciones en los que indirectamente está
presente, en forma de velocidad, duración, intervalo, simultaneidad o sucesión.
En cuanto existe orden en el movimiento pasamos a hablar de ritmo. El movimiento
humano tiene la capacidad de actuar con orden, puede someterse a un ritmo. Las
secuencias de movimientos, las praxias, se hacen con un orden determinado, con
ritmo. Existen movimientos, como los latidos, las pulsaciones, la respiración, que
tienen su ritmo y que marcan nuestro propio ritmo vital.
8. Motricidad fina: Al referirnos a la motricidad fina estamos hablando de las praxias,
sistemas de movimientos coordinados en función de un resultado o intención y no
como fruto del reflejo. Están ligados al desencadenamiento del movimiento
intencional programado y planificado y constituyen la especificidad de la conducta
motriz humana que, gracias al desarrollo de una habilidad tan especializada en el
manejo de las manos, ha podido llegar a generar, mediante la simbolización, la
expresión de sus sentimientos mediante el arte y la escritura.
Desde este enfoque encontramos que los objetivos del trabajo psicomotriz deben ser
concretos y adaptados a las diversas situaciones de este tipo de práctica. El planteamiento
estratégico debe responder a un esquema circular que, partiendo de un análisis de la
situación, se plantea unos objetivos concretos en función de los cuales abarca unos
contenidos que imponen la utilización de unos determinados métodos. Con todo ello se
realiza la práctica que debe ser evaluada para conducir a una nueva situación.
La psicomotricidad puede y debe trabajar sobre tres aspectos que configuran, al mismo
tiempo tres amplias ramas de objetivos:
Por un lado, existe una orientación clínica, que parte del diagnóstico y establece un
tratamiento, normalmente individual y basado en propuestas concretas y funcionales; y por
otra parte existe una orientación educativa, que parte de un programa, utiliza la
observación, trabaja normalmente con grupos de edad y cuyas propuestas son menos
determinadas, con consiguientes evaluaciones grupales relacionadas a la adquisición del
aprendizaje psicomotor.
1. Evaluación integral del desarrollo psicomotor del niño mediante las estrategias antes
propuestas en los contextos cotidianos donde se desempeña, además de considerar
la evaluación de dichos contextos (familiares, físicos, escolares) en las alteraciones
que presenta el niño, obteniendo información relevante no solo de la patología o
retraso del usuario, sino también de los componentes contextuales que pueden
estar favoreciendo dicho cuadro, y las consecuencias de este cuadro en el
desempeño en general en estos contextos.
2. Intervención individual o grupal con los usuarios que presentan las alteraciones. La
intervención puede ser grupal cuando el objetivo que se persigue se adjudica a
todos los participantes y resuelve las necesidades de todos por igual, de lo contrario
la heterogeneidad de los parámetros clínicos del grupo complejiza la intervención
terapéutica.
3. Intervención sobre los contextos en los que se desempeña el usuario, considerando
la familia, profesores, contexto físico y social, con el fin de contemplarlos en la
intervención.
Sin duda la principal estrategia de intervención con los niños en psicomotricidad es el juego.
A través de éste, se potencian diferentes aspectos de los niños y se fomenta además su
disfrute y transferencia del aprendizaje a diferentes contextos en los que se desempeñan.
Se debe considerar la edad del niño, y de esta manera utilizar diferentes tipos de juego que
contengan los contenidos de la psicomotricidad que se desean abordar con el usuario, es
decir, control respiratorio, tono muscular, etc.
Existen diferentes tipos de juegos. Usando la clasificación de Piaget se encuentra que el
juego se divide en sensorio motor (hasta los dos años), simbólico (hasta los 6 años
aproximadamente) y reglado (desde los 6 años). Se debe orientar el juego acorde a la edad
y capacidades del niño y de esta manera incluir diferentes ejercicios psicomotores
(mediante repetición de los mismos se adquiere la competencia en estos) en dichos juegos.
Así se incluyen por ejemplo uso de saltos, de barras de equilibrio, estimulación sensorial,
entre otras, siempre desde el contexto de juego, siendo esta la principal estrategia de
intervención de terapia ocupacional en psicomotricidad.
Otra estrategia consiste en las modificaciones ambientales que se pueden utilizar en el niño
como en el ambiente. Así se pueden ubicar adaptadores de pinzas trípodes para facilitar la
adquisición de destrezas finas, ayuda memorias para facilitar las praxis en el vestuario o
higiene, entre otras ayudas ambientales que potencien el desarrollo psicomotor
dependiendo de cada caso particular. Se debe cuidar, de que, de no ser necesario, las
ayudas ambientales no suplan la función psicomotora, sino que la faciliten, quitando cada
vez más dicha facilitación, fomentando el desarrollo de las habilidades psicomotoras de
manera independiente por parte del niño.
Educación a los padres y profesores es esencial como estrategia de intervención, dado que
deben conocer las limitaciones de su hijo o alumno, evitando frustrarlo de manera
innecesaria y además que aprendan estrategias que le permitan desempeñarse de manera
óptima en el contexto.
Todas estas estrategias permiten el desarrollo psicomotor óptimo de los niños con o sin
patologías o retrasos, pero además potencian que los contextos favorezcan dicho desarrollo
y permite el desarrollo de otras habilidades a nivel social, cognitivo y emocional.