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CASO PEDRO PAN VS.

LA REPÚBLICA PLURINACIONAL DE NUNCA


JAMÁS

GRUPO 5

VICTIMA

1
INDICE
Pág.

2
1. Bibliografía
3
2. Exposición de los hechos
4
3. Análisis del caso
6
a)Aspectos preliminares
8
b)Análisis de fondo
8
c) Análisis de los asuntos legales relacionados con la
Convención Americana de Derechos Humanos y otros
Instrumentos internacionales citados 9
Protección de los trabajadores sin discriminación alguna
ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos
10
Principio pro Homine

Obligación de respetar los derechos


11
Obligación de adecuar el derecho interno
12
Afectación de la dignidad de la persona
13
Afectación de las garantías judiciales
17
d) Análisis legal de la regulación del trabajo a nivel
Internacional 19
212121
21
4. Petitorio
21

23

1. BIBLIOGRAFÍA

2
a. Libros y documentos legales utilizados en el desarrollo del memorial

 Alcala-Zamora, Castillo, Niceto: "La protección procesal internacional de


los derechos humanos". Editorial Civitas, Madrid, 1975, 180 págs.

 Nieto Navia, Rafael: "Introducción al sistema de protección a los


derechos humanos". Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, San José,
IIDH, 1988, 268 págs.

 Nikken, Pedro: "La protección internacional de los derechos humanos:


su desarrollo progresivo". San José: IIDH; Madrid, Editorial Civitas,
1988, 321 págs.

 Piza Rocafort (Rodolfo E.): "Responsabilidad del Estado y Derechos


Humanos". San José, UACA, 1989.

 Piza Rocafort (Rodolfo E.): "Derecho Internacional de los Derechos


Humanos: La Convención Interamericana". San José, Editorial
Juricentro, 1989, 359 págs.

b. Casos legales citados:

 Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá (Sentencia de ejecución)


"Obligaciones Estatales"

 Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de noviembre de 1985, párr. 52.

 Corte IDH, “caso Villagrán Morales y otros caso “niños de la calle” vs.
Guatemala”, Sentencia de 26 de mayo de 2001, entre otros casos.

3
2. EXPOSICION DE HECHOS1

Pedro Pan y Lorenzo Méndez son dos hombres que se conocieron en el año
1995 a la edad de 29 años y 32 años, respectivamente. Desde entonces
iniciaron una relación sentimental. En el año 1996 adquirieron una casa de
forma conjunta, en donde vivieron hasta la fecha de la muerte de Lorenzo
Méndez. Compartían la totalidad de los gastos y constituyeron varias
sociedades anónimas en conjunto para la administración conjunta de sus
bienes, al igual que su protección.

Pedro Pan trabajaba para la compañía minera ECOSOL, en sus labores durante
cuatro días a la semana, dentro y fuera de una mina, debía usar y manipular
substancias e instrumentos de alta peligrosidad para la extracción de distintos
minerales. Lorenzo Méndez, en cambio, era jugador de fútbol profesional,
titular del equipo más importante de Nunca Jamás. A pesar de que Lorenzo
Méndez era una figura mediática de importancia, su vida privada se mantenía
en misterio para el público en general. Los ingresos de la pareja eran
mayoritariamente aportados por Lorenzo Méndez.

La relación que ambos mantenían era estable y discreta. Sólo los familiares y
círculos sociales más allegados a la pareja conocían que mantenían dicha
relación. La razón por la cual mantenían la relación de esa forma era porque
sentían que “la sociedad no estaba lista para ello”.

En el año 1998, Lorenzo Méndez y Pedro Pan fueron diagnosticados como


portadores de VIH. Desde ese momento en adelante, tanto Lorenzo Méndez
como Pedro Pan fueron beneficiarios del Seguro Médico Universal con un
tratamiento médico integral brindado de forma gratuita por el Estado de Nunca
Jamás. El tratamiento médico brindado por el Estado incluía no sólo el acceso a
todos los medicamentos necesarios para el tratamiento y a un trato prioritario
en los hospitales públicos del Estado, sino que incluso favorecía, en la medida
que fuera necesario, tratamiento en hospitales en el extranjero. Con
posterioridad a dicho diagnóstico, Pedro Pan sufrió en varias oportunidades
hemorragias que logró tener bajo control, las cuales también fueron
debidamente atendidas mediante el Seguro Médico Universal.

1
Tomados literalmente de la exposición del caso que fue redactado por abogados de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos

4
El 30 de junio de 2005 y como consecuencia de una infección pulmonar
relacionada con el VIH, Lorenzo Méndez falleció en el Hospital Público del
Estado de Nunca Jamás.

La cobertura mediática de su muerte fue masiva, siendo una de las figuras


deportivas más importantes de la época. De esta forma, tanto su relación con
Pedro Pan como la causa de su muerte fueron reveladas al público.

La recisión laboral de Pedro Pan

El regreso a la mina de Pedro Pan, el 4 de julio de 2005, tras la muerte de


Lorenzo Méndez, marcó una gran diferencia en su relación laboral con su
patrono, la compañía minera ECOSOL.

Habiéndose revelado su condición de portador de VIH y su relación con el


señor Lorenzo Méndez, sus compañeros de trabajo manifestaron su
incomodidad de continuar ejerciendo sus labores junto con Pedro Pan.
Argumentaron que era peligroso continuar el trabajo junto con él, ya que por
la naturaleza del trabajo, era perfectamente posible que se dieran condiciones
que propiciaran el contagio del VIH. Al respecto, los compañeros de trabajo
recordaron varios accidentes ocurridos dentro y fuera de la mina donde había
existido contacto con sangre de los trabajadores.

El patrón, la compañía minera ECOSOL, en principio, rehusó a tomar en cuenta


las consideraciones de los trabajadores, ya que consideraba que le estaban
discriminando por su orientación sexual y su condición de portador de VIH. No
obstante, pocos días después, la mayoría de los trabajadores de la mina
amenazaron con dejar sus puestos de trabajo si continuaban siendo
“expuestos al riesgo que constituía trabajar con Pedro Pan”.

El 15 de julio de 2005, la compañía minera ECOSOL, rescindió su relación de


trabajo con Pedro Pan con base en el artículo 79.c) del Código Laboral, el cual
establece como
causal de la recisión de la relación de trabajo, sin responsabilidad para el
patrón, entre otras, los hechos del trabajador o trabajadora “que afecte a la
salud y la seguridad laboral, o el correcto funcionamiento del desempeño
laboral”.

Ante el tribunal laboral de primera instancia de Nunca Jamás, Pedro Pan


presentó una demanda de reincorporación laboral, pago de prestaciones

5
laborales dejadas de percibir y pago de los aportes a la seguridad social ante el
Instituto del Seguro Social, esto es, seguro médico laboral, así como sistema
de jubilaciones y pensiones. Argumentó que su despido no se amparaba en las
causales previstas en la ley.

El tribunal laboral de primera instancia dictó Sentencia el 1 de marzo de 2006,


mediante la cual declaró que la rescisión de la relación de trabajo fue conforme
al artículo 79.c) del Código Laboral y sin responsabilidad para el patrón. Dicho
tribunal argumentó en la Sentencia que “por la naturaleza del trabajo,
constituía un peligro para la salud del resto del equipo de trabajo”. También
señaló que “visiblemente fue afectado el correcto funcionamiento de la
empresa minera, ante las manifestaciones de los demás trabajadores”.

En contra de dicha Sentencia, Pedro Pan interpuso el recurso de apelación ante


el tribunal laboral de alzada de Nunca Jamás. Dicha apelación fue rechazada en
5 de octubre de 2006, convalidando la totalidad de las motivaciones esbozadas
por la primera instancia.

Pedro Pan ejerció finalmente un recurso de amparo constitucional ante el


Tribunal Constitucional de la República Plurinacional de Nunca Jamás,
argumentando que dicha decisión fue discriminatoria, por razón de su
condición de portador de VIH. El Tribunal Constitucional dictó Sentencia en
relación con el amparo el 8 de enero de 2007. En dicha Sentencia estableció
que:

De conformidad con el artículo 79.c) del Código Laboral, la rescisión de la


relación de trabajo de Pedro Pan no calificaba como un trato
discriminatorio, ya que fue una restricción legítima a su derecho al
trabajo, fundamentada en la necesidad de garantizar la salud y el orden
público en el ambiente laboral. Según las características particulares de
la actividad que realizaba el señor Pedro Pan, la exposición, uso y
manipulación constante de substancias e instrumentos de alta
peligrosidad para la extracción de distintos minerales, incrementan la
probabilidad de un riesgo laboral en el lugar de trabajo. Dichos factores
no pueden aislarse del señor Pedro Pan, aún a pesar de hacer uso de las
medidas de seguridad pertinentes. Debido a su discapacidad actual, la
restricción a su derecho al trabajo, que es la medida más gravosa, en
este caso y respecto a las funciones laborales que desempeñaba, es la
idónea y proporcional para garantizar la salud y el orden público en el
ambiente laboral.

6
Dentro de la decisión, se valoró un peritaje de un experto sobre riesgos
profesionales.

A partir del momento de la rescisión de su relación de trabajo en la mina,


Pedro Pan procuró buscar otras oportunidades de trabajo, pero se le dificultó
encontrarlas. Pedro Pan manifestó en reiteradas ocasiones que sentía que le
estaban discriminando por razón de su condición de portador de VIH y por su
orientación sexual.

El rechazo de la solicitud de pensión en perjuicio de Pedro Pan

El 12 de enero de 2006, Pedro Pan acudió ante el Instituto del Seguro Social a
solicitar una pensión por razón de su condición de concubino del señor Lorenzo
Méndez. Dicha solicitud fue rechazada por el Instituto el 26 de febrero de
2006, ya que no procedía la calificación de “concubino” en su caso.

El señor Pedro Pan ejerció acción contencioso-administrativa de nulidad en


contra del acto administrativo referido el 2 de marzo de 2006, argumentando
que la imposibilidad de calificar como concubino por razón de su orientación
sexual era discriminatoria y contravenía el derecho internacional de los
derechos humanos. El 22 de marzo de 2007 el tribunal administrativo declaró
improcedente su pretensión, ya que no existía discriminación en dicho caso.
Justificó dicha conclusión afirmando que la regulación sobre el concubinato
correspondía al margen de apreciación del legislador.

El señor Pedro Pan interpuso recurso de apelación contra dicha decisión. El 20


de diciembre de 2007 el tribunal de apelación rechazó dicho recurso y ratificó
los argumentos del tribunal de primera instancia. Finalmente, Pedro Pan
ejerció nuevamente un amparo ante el Tribunal Constitucional de la República
Plurinacional de Nunca Jamás contra dicha decisión, el cual fue igualmente
rechazado el 11 de diciembre de 2009. El Tribunal Constitucional ratificó los
argumentos del tribunal de primera instancia.

7
3. ANÁLISIS DEL CASO

a) Aspectos preliminares y antecedentes2

La República Plurinacional de Nunca Jamás (en lo sucesivo, “Nunca Jamás”), es


un Estado social, democrático y de derecho. Se ubica en el continente
americano, cuenta con 6 000 000 de habitantes, según el último censo de
población, y posee una superficie de 60 000 km². Su idioma oficial es el
español y la religión mayoritaria es la católica. Se constituye como un Estado
cuyo poder público se divide en: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral. La
distribución de competencias entre las tres ramas está prevista en la
Constitución de dicho Estado.

Nunca Jamás mantiene una larga tradición de estabilidad política, social y


económica en la región. Las principales actividades productivas y comerciales
del país se centran en la extracción de minerales, así como su exportación. Por
su situación geográfica, el país cuenta con una flora y fauna privilegiada. El
turismo ecológico es una fuente importante en su economía. Su desarrollo
económico permitió en la década de los 90’ implementar el Seguro Médico
Universal para todas las personas que se encuentran en su territorio.

Nunca Jamás ha ratificado diversos tratados internacionales sin reservas. En


este sentido, es Estado Parte de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos desde el 20 de junio 1994, y reconoció la
jurisdicción obligatoria de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos el 7 de junio de 1997. El Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos fue ratificado por Nunca Jamás el 10 de septiembre de 1997. El 4 de
febrero de 2003 ratificó la Convención Interamericana para la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación Contra las Personas con Discapacidad. El
24 de enero de 2010 ratificó el Protocolo de San Salvador y el 24 de enero de
2011 ratificó el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. El 10 de mayo de 2015 firmó la Convención Interamericana contra
toda forma de Discriminación e Intolerancia.

En el Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de las


Naciones Unidas realizado sobre la situación de los derechos humanos en
Nunca Jamás en el año 2012, Nunca Jamás fue reiteradamente felicitada por el
cumplimiento de sus obligaciones internacionales en materia de derechos
humanos. Ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Nunca Jamás
sólo ha sido objeto de una demanda presentada por la Comisión
Interamericana de Derecho Humanos, caso en el cual se argumentó la

2
Tomados literalmente del caso redactado por abogados de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

8
violación del plazo razonable en materia penal. El Estado de Nunca Jamás,
“como manifestación de su voluntad de cumplir con sus obligaciones
internacionales de derechos humanos”, reconoció su responsabilidad
internacional estatal y firmó un acuerdo de solución amistosa en la sede del
Tribunal. La Corte Interamericana emitió una Sentencia el 15 de abril de 2004
mediante la cual homologó el acuerdo de solución amistosa y reconocimiento
de responsabilidad del Estado, así como las medidas de reparación descritas en
dicho acuerdo.

b) Análisis de fondo

Asuntos relacionados con la Convención Americana de Derechos


Humanos

Principio pro homine de la norma más favorable para la persona


humana

La Constitución Política de la República Plurinacional de Nunca Jamás


contempla de manera programática el principio señalado supra en el artículo
20, reconociendo el rango constitucional de los tratados de derechos humanos,
y va más allá, para que en caso de conflicto entre el derecho interno y el
derecho internacional de los derechos humanos, prevalezca éste, aplicándose
así la norma que sea más favorable para la persona.

Este es un principio eje que caracteriza al Sistema Interamericano de Derechos


Humanos, así ha sido reconocido por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos:

“… los tratados modernos sobre derechos humanos, en general, y, en


particular, la Convención Americana, no son tratados multilaterales del
tipo tradicional, concluidos en función de un intercambio recíproco de
derechos, para el beneficio mutuo de los Estados contratantes. Su
objeto y fin son la protección de los derechos fundamentales de
los seres humanos, independientemente de su nacionalidad, tanto
frente a su propio Estado como frente a los otros Estados contratantes.
Al aprobar estos tratados sobre derechos humanos, los Estados se
someten a un orden legal dentro del cual ellos, por el bien común,
asumen varias obligaciones, no en relación con otros Estados, sino hacia

9
los individuos bajo su jurisdicción”3.

Sobre la materia ya se había manifestado la CIDH en sus primeras opiniones


consultivas, determinando las especificidades que vienen dadas de las
convenciones o tratados de derechos humanos, por el carácter de instrumentos
de protección de derechos a favor de las personas 4, de donde se desprende
que los Estados tienen la obligación de respetar los tratados internacionales de
derechos humanos y proteger a cualquier individuo que se encuentre bajo su
jurisdicción.

Con ello se supera el argumento que está sosteniendo El Estado en este caso,
en el sentido de que los tratados en derechos humanos que no han sido
ratificados por un Estado no pueden ser utilizados como criterio interpretativo
para fijar el contenido y alcance de un derecho reconocido en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, señalando en el mismo sentido El Estado
que tampoco pueden ser utilizados los tratados internacionales que el Estado
ratificó con posterioridad a los hechos del caso. Además, las fuentes de
derecho internacional elaboradas con posterioridad a los hechos del caso no
pueden ser utilizadas como criterio interpretativo para fijar el contenido y
alcance de un derecho reconocido en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.

Lo anterior porque el Estado en su Constitución Política como norma


fundamental ha reconocido la supremacía de los derechos fundamentales y con
más razón de aquellos derechos que ostentan la protección de la persona, por
lo desconocer ese principio para el Estado, es dejar de aplicar su propia
constitución para desproteger a la persona, tal y como se ha verificado a
través de su propio ordenamiento interno con normas que son abiertamente
contradictorias, tal y como lo establece el artículo 79.c del Código Laboral del
Estado, y no sólo con el derecho interno, sino con los tratados que el Estado ha
reconocido y firmado, que tutelan la prohibición de no discriminación y el
ejercicio del derecho al trabajo como se desarrollará en el siguiente apartado.

Se ha señalado que para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el


derecho interno es válido respecto de un país, cuando otorga mayores

3
Opinión Consultiva OC-2/82 de 24 de septiembre de 1982, denominada El Efecto de las Reservas Sobre la Entrada en
Vigencia de la Convención Americana artículos 74 y 75. En el mismo sentido, se expresa la Corte Interamericana en el
caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú, sentencia de 24 septiembre de 1999. Competencia. Serie C No. 55, párrafo 42 .

4
Ver, Opinión Consultiva OC-1/82, de 24 de septiembre de 1982, párrafo 24. Opinión Consultiva de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos de 24 de septiembre de 1982, OC-2/82, párrafo 29.

10
derechos o los reconoce en forma más amplia que los que otorga el propio
Derecho Internacional. Ello está consonancia con el artículo 29 inciso b) de la
CADH que establece: " ninguna disposición de la presente convención puede
ser interpretada en el sentido: "...limitar el goce y ejercicio de cualquier
derecho y libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de
cualquiera de los Estados partes o de acuerdo con otra convención en que sea
parte uno de dichos Estados", y además se observa el fundamento en el inciso
c) del artículo indicado en el sentido de: "Excluir otros derechos y garantías
que son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma democrática
representativa de gobierno...".

Asimismo, el artículo 5 del Protocolo Internacional de Derechos Civiles y


Políticos reconocido por el Estado involucrado en el presente caso, dispone de
manera más especifica que: "no podrá admitirse restricción o menoscabo de
ninguno de los derechos humanos fundamentales reconocidos o vigentes en un
Estado parte, en virtud de leyes, convenciones, reglamentos o costumbres, so
pretexto que el presente pacto no los reconoce en menor grado".

Por consiguiente, de acuerdo con lo expresado el reconocimiento internacional


de los derechos humanos tiene por objeto y fin, proteger al ser humano contra
los abusos del Estado frente a la ausencia y oscuridad de la norma de Derecho
Internacional, ellos deben interpretarse a favor del ser humano en forma
similar a como funciona el principio pro-operario en el Derecho Laboral o el
principio pro-reo o pro-acusado en el derecho procesal penal. Por ser mínimos,
se les incorporan otros derechos humanos reconocidos por la constitución o
legislación interna del Estado de que se trate; por ser expansivos conforme los
derechos se van reconociendo, se van ensanchando irreversiblemente y
llenando de contenidos nuevos, incorporando, respecto de un Estado, cualquier
norma más favorable al ser humano, en forma similar a como ocurre en el
derecho laboral, para el que, independientemente del rango de la norma,
debe aplicarse la más favorable al trabajador, sin importar que ésta
sea jerárquicamente de rango y fuerza inferior, por ejemplo un
reglamento interno de trabajo de una fábrica frente a una ley o Código de
Trabajo5.

Para el caso que nos ocupa, es evidente que el Estado de la de la República


Plurinacional de Nunca Jamás, obvió, desconoció este principio desaplicando
así el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en perjuicio del
trabajador.

5
Piza R. Rodolfo E. "Derecho Internacional de los Derechos Humanos", pp. 111

11
Huelga señalar lo señalado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
cuando expresó: "Si a una misma situación -ha dicho la Corte Interamericana
de Derechos Humanos- son aplicables la Convención Americana y otro tratado
internacional, debe prevalecer la norma más favorable a la persona
humana...".6

Obligación de respetar los derechos

El Estado se encuentra obligado a respetar el derecho que ha reconocido, tanto


en la jurisdicción constitucional como en el derecho interno, y a partir de ese
reconocimiento, conforme la firma de la Convención Americana de Derechos
Humanos, en que reconoce el ejercicio de los derechos tal y como lo dispone
éste instrumento en el artículo 1 que:

“1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar


los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y
pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción,
sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición social.

2. Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano.”

Como se ha expuesto, desde la firma de la Constitución Política de la República


Plurinacional de Nunca Jamás, se ha hecho una aprobación en el texto
constitucional por remisión de los instrumentos de derechos humanos que
tutelen el reconocimiento y respeto de tales derechos, por lo que al ser
signatario El Estado del Pacto de San José, ha reconocido que en su derecho
interno se respetará el ejercicio de esos derechos sin discriminación alguna, lo
que incluye como en el presente caso que por el ejercicio de un derecho como
es el derecho del trabajo.

“La CIDH ha reconocido ese deber que tienen los Estados Parte de
respetar los derechos establecidos en el Pacto.

De acuerdo con el artículo 1.1 de la Convención, los Estados están


obligados a respetar y garantizar los derechos humanos reconocidos en
ella. La responsabilidad internacional del Estado se funda en actos u
omisiones de cualquier poder u órgano de éste, independientemente de
su jerarquía, que violen la Convención Americana. Es un principio de
Derecho Internacional que el Estado responde por los actos y
6
Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de noviembre de 1985, párr. 52.

12
omisiones de sus agentes realizados al amparo de su carácter oficial,
aun si actúan fuera de los límites de su competencia.”7

Subsiste una obligación del Estado de respetar los derechos de las personas
reconocidos no solo en la Constitución Política, sino además los establecidos en
el Pacto de San José, para respetar el derecho al trabajo, y que el ejercicio de
ese derecho se realice sin discriminación alguna.

Por lo expuesto, el Estado de la República Plurinacional de Nunca Jamás ha


violado el artículo 1 de la CADH.

La obligación del Estado Parte de la CADH de adecuar el derecho


interno

Una vez que un Estado Parte de la Convención ha firmado el Pacto y


reconocido así la competencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, no puede desconocer las obligaciones y los derechos contraídos en
el Pacto, aduciendo que el derecho aplicable es el derecho interno.
Indistintamente si el ordenamiento interno tiene una fecha anterior al
momento en que se suscribió el instrumento de derechos humanos, El Estado
Parte en este caso de la República Plurinacional de Nunca Jamás, está obligado
a establecer las modificaciones que sean pertinentes para adecuar el derecho
interno con lo dispuesto en la Convención.

La CADH establece la obligación general de cada Estado-Parte de adecuar su


derecho interno a las disposiciones de dicha Convención, para garantizar los
derechos en ella consagrados. Ello significa que el Estado debe adoptar todas
las medidas para que aquello establecido en la Convención sea efectivamente
cumplido en su ordenamiento jurídico interno, tal como lo determina el artículo
2 de la Convención. Dicho deber general del Estado-Parte implica que las
medidas de derecho interno han de ser efectivas (principio del “effet utile”).
Dichas medidas sólo son efectivas cuando el Estado adapta su actuación a la
normativa de protección de la Convención, como ha precisado la CIDH en su
jurisprudencia8.

Los Estados- Parte contenida en el artículo 2º de la CADH, a través de la cual


“se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales
y a las disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro

7
Caso Kawas Fernández Vs. Honduras

8
Corte IDH. Caso “La Última Tentación de Cristo” Olmedo Bustos y otros Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie C No. 73, párrafo 87.

13
carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y
libertades”.

La adopción de medidas legislativas que la CADH establece como deber del


Estado cuando no se encuentran debidamente asegurados y garantizados los
derechos convencionales, implica el deber estatal de adoptar medidas que
adecuen el derecho interno, desde el texto constitucional hasta la última
disposición administrativa, de manera que el ordenamiento jurídico del Estado-
Parte asegure y garantice los atributos que integran los respectivos derechos
convencionales y sus garantías, en los estándares mínimos determinados por
la CADH. Sobre dichos estándares el Estado tiene siempre la libertad de
asegurar mayores atributos y garantías de los derechos que los establecidos
convencionalmente.

Al ratificar la CADH como también otros tratados sobre derechos humanos, el


Estado, en el ejercicio de su potestad pública soberana ha consentido en
limitar su propio poder en beneficio de un bien superior al mismo, que es el
respeto de la dignidad inherente a toda persona humana que se expresa en el
reconocimiento de derechos humanos o fundamentales, los cuales se
constituyen como un límite al ejercicio del poder estatal. En tal sentido, ello
implica reconocer que el poder del Estado, la soberanía estatal, se encuentra
limitada en su ejercicio por el respeto y garantía efectiva de tales derechos,
reconociendo los estados partes de la CADH, jurisdicción a la CIDH para que
ésta determine con carácter vinculante y con la obligación del Estado-Parte de
acatar la sentencia y concretarla como obligación de resultado, aunque ello
implique la reforma misma de la Constitución, como ocurrió en el caso “La
última tentación de Cristo”, donde la sentencia de la CIDH ordenó que el
Estado de Chile debía modificar el artículo 19 Nº 12, inciso final, de la
Constitución, por ser contrario al artículo 13 de la Convención que asegura el
derecho a la libertad de expresión e información sin censura previa.

El Estado-Parte de la CADH debe eliminar de su ordenamiento jurídico y está


impedido de crear o generar leyes que vulneren los derechos asegurados
convencionalmente9, como ocurrió en el caso “Almonacid Arellano vs. Chile con
el DL 2191 de 1978 de Amnistía; o en el caso “La Cantuta vs. Perú” 10 con leyes
de amnistía11, o bien como se establece en el “Gelman vs. Uruguay” 12 sobre la
Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, determinando que

9
Responsabilidad Internacional por Expedición y Aplicación de Leyes Violatorias de la Convención Arts. 1 y 2
Convención Americana Sobre Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-14/94 del 9 de diciembre de 1994,
Serie A No. 14.

10
Corte IDH. Caso La Cantuta Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de noviembre de 2006.
Serie C No. 162.

14
estos preceptos legales carecen de efectos jurídicos, esto es, son
inaplicables.

Los Estados-Parte de la CADH deben abstenerse de emitir resoluciones


judiciales que constituyan actos arbitrarios e írritos que vulneren derechos
humanos, los cuales se declaran sin valor y eficacia jurídica, como ha ocurrido
en el caso “Palamara Iribarne vs. Chile”13, como asimismo, en el caso
“Almonacid Arellano vs. Chile”14, o como en el reciente caso “Atala y niñas vs.
Chile”.

A su vez, la expresión “medidas… de otro carácter” que determina la


Convención en su artículo 2º, implica que los órganos jurisdiccionales
ordinarios o especiales que contempla el ordenamiento estatal, en cuanto
órganos del Estado, se encuentran vinculados directa e inmediatamente por los
derechos asegurados convencionalmente, más aún cuando el ordenamiento
jurídico estatal al ratificar la Convención, la convierte en derecho interno sin
que deje de ser simultáneamente derecho internacional. Así, la norma
convencional en esta doble dimensión, de norma interna e internacional,
vincula a los jueces ordinarios, constitucionales y otros especiales, a respetar y
a garantizar los atributos y garantías de los derechos asegurados por dicha
normativa en el estándar mínimo asegurado convencionalmente.

Como ha precisado la CIDH, en el caso “Almonacid Arellano vs. Chile”:

“123. La descrita obligación legislativa del artículo 2 de la Convención


tiene también la finalidad de facilitar la función del Poder Judicial de tal
forma que el aplicador de la ley tenga una opción clara de cómo resolver
un caso particular. Sin embargo, cuando el Legislativo falla en su tarea
de suprimir y/o no adoptar leyes contrarias a la Convención Americana,
el Judicial permanece vinculado al deber de garantía establecido en el
artículo 1.1 de la misma y, consecuentemente, debe abstenerse de

11
Como se señala en el caso, “En consecuencia dichas ‘leyes’ no han podido generar efectos, no los tienen en
el presente ni podrán generarlos en el futuro”.

12
Corte IDH. Caso Gelman Vs. Uruguay. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero de 2011 Serie C
No. 221, párrafo 223.

13
Corte IDH. Caso Palamara Iribarne Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre
de 2005. Serie C No. 135

14
Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C No. 154.

15
aplicar cualquier normativa contraria a ella. El cumplimiento por parte de
agentes o funcionarios del Estado de una ley violatoria de la Convención
produce responsabilidad internacional del Estado, y es un principio básico
del derecho de la responsabilidad internacional del Estado, recogido en el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en el sentido de que
todo Estado es internacionalmente responsable por actos u omisiones de
cualesquiera de sus poderes u órganos en violación de los derechos
internacionalmente consagrados, según el artículo 1.1 de la Convención
Americana”15.

En tal perspectiva, no debe olvidarse que cuando llega un caso al sistema


interamericano de protección de derechos fundamentales y el Estado es
condenado, es porque ha fallado una instancia jurisdiccional del sistema
nacional, ya que para acceder al sistema interamericano deben haberse
agotado previamente las instancias jurisdiccionales internas. Es conveniente
dejar establecido que la CIDH ha establecido que no existe jerarquía entre los
derechos específicos protegidos en la CADH, lo que no permite afirmar la
existencia de un núcleo de derechos más importante que otros de aquellos
asegurados convencionalmente: “no hay jerarquía de derechos en la
Convención”16, así expuesto por la CIDH en el caso "los niños de la calle Vs.
Guatemala", sino solo hay algunos que son más protegidos que otros durante
los estados de excepción constitucional.

En definitiva, cuando un Estado ha manifestado su consentimiento en aceptar


la competencia de órganos internacionales de protección de derechos humanos
admite que la determinación de la infracción del Pacto o Convención
Internacional determinado por dichos órganos jurisdiccionales o cuasi
jurisdiccionales, según sea el caso, genera la responsabilidad internacional del
Estado, con todas sus consecuencias jurídicas y políticas. En el caso de la
CADH, debemos tener presente que su artículo 68,1, precisa que “los Estados
partes han asumido el compromiso de cumplir las decisiones de la Corte, en
todo caso en que sean partes; de allí que las sentencias de la Corte
Interamericana son de obligatorio cumplimiento”.

De lo expuesto se puede arribar a concluir que en el caso que nos ocupa el


Estado Plurinacional de la República de Nunca Jamás, ha aplicado normas que
en la esfera y reconocimiento de los Derechos Humanos, simple y
sencillamente son ineficaces, nunca debieron haber nacido a la vida jurídica y

15
Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C No. 154, párrafo 123.

16
Corte IDH, “caso Villagrán Morales y otros caso “niños de la calle” vs. Guatemala”, Sentencia de 26 de
mayo de 2001.

16
cobrado efectos, por consiguiente la petición es que tales normas que
desconocen la dignidad de la persona humana, el derecho al trabajo y generan
discriminación por exclusión de abierta y denigrante de la persona, como en el
caso de Pedro Pan por los atropellos y vejaciones de que fue objeto al ser
despojado abrupta y arbitrariamente de su trabajo por ser portador de VIH, y
habérsele negado asimismo el derecho a una pensión.

Sobre el respeto por la dignidad humana en la jurisprudencia de la


CIDH

Es importante hacer referencia que en el caso que nos ocupa, existe un


irrespeto absoluto y un desconocimiento de un Estado que se dice ser parte de
la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que en su
institucionalidad ha desconocido un derecho tan inherente al ser humano como
es la dignidad, al vejar el derecho al trabajo a la persona de Pedro Pan, por el
solo hecho de ser portador de VIH, sin ofrecerle el sistema de derecho interno
ninguna alternativa y cerrarle las puertas para un recurso ágil y expedito que
le pudiera resarcir en su integridad y dignidad como persona.

Al respecto en algunos casos la CIDH ha señalado:

Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs.


Guatemala.

En la sentencia de fondo del caso Villagrán Morales y otros, conocida como


Niños de la Calle Vs. Guatemala, se discute el secuestro, la tortura y los
asesinatos de cinco jóvenes que vivían en las calles, dos de ellos menores de
edad. En este caso se disputa si existió omisión por parte de los mecanismos
del Estado para enfrentar judicialmente dichas violaciones y condenar a los
responsables.

Dentro del proceso demostró que cuatro de las víctimas fueron introducidas en
la maletera de un vehículo, frente a lo cual la Corte señaló que: “aún cuando
no hubiesen existido otros maltratos físicos o de otra índole, esa acción por sí
sola debe considerarse claramente contraria al respeto debido a la dignidad
inherente al ser humano” (Corte IDH, “Niños de la Calle” - Villagrán Morales y
otros Vs. Guatemala, 1999, párr. 164).

El Tribunal Interamericano, frente a las personas ilegalmente detenidas,


recordó que “una persona ilegalmente detenida se encuentra en una situación
agravada de vulnerabilidad, de la cual surge un riesgo cierto de que se le

17
vulneren otros derechos, como el derecho a la integridad física y a ser tratada
con dignidad” (Corte IDH, “Niños de la Calle” - Villagrán Morales y otros Vs.
Guatemala, 1999, párr. 166).

En líneas generales, en este caso la Corte IDH precisó dos elementos para
identificar y definir la violación de la dignidad humana: i. las condiciones de
especial vulnerabilidad de las personas y ii. el contexto en el que se desarrollan
los hechos violatorios. Así, frente a los problemas probatorios que se habían
presentado en los Casos como Caballero Delgado y Santana Vs. Colombia y
Neira Alegría y otros Vs. Perú, en esta oportunidad las tensiones fueron
resueltas poniendo a favor en la balanza los elementos tendientes a concretar
y particularizar la dignidad humana de la víctimas en términos de un atributo
inherente al ser humano.

Por su parte, el voto concurrente de la sentencia de estudio conjunto de los


jueces A .A. Cançado Trindade y A. Abreu Burelli, recuerda que: “El deber del
Estado de tomar medidas positivas se acentúa precisamente en relación con la
protección de la vida de personas vulnerables e indefensas, en situación de
riesgo, como son los niños en la calle. La privación arbitraria de la vida no se
limita, pues, al ilícito del homicidio; se extiende igualmente a la privación del
derecho de vivir con dignidad.

Esta visión conceptualiza el derecho a la vida como perteneciente, al mismo


tiempo, al dominio de los derechos civiles y políticos, así como al de los
derechos económicos, sociales y culturales, ilustrando así la interrelación e
indivisibilidad de todos los derechos humanos” (Corte IDH, “Niños de la Calle”
- Villagrán Morales y otros Vs. Guatemala, 1999, Voto concurrente conjunto de
los jueces A .A. Cançado Trindade y A. Abreu Burelli, párr. 4).
Adicionalmente, el voto concurrente advierte las delimitaciones que se deben
tener en cuenta por tratarse de niños y su especial vulnerabilidad: “Las
necesidades de protección de los más débiles, - como los niños en la calle, -
requieren en definitiva una interpretación del derecho a la vida de modo que
comprenda las condiciones mínimas de una vida digna” (Corte IDH, “Niños de
la Calle” - Villagrán Morales y otros Vs. Guatemala, 1999, Voto concurrente
conjunto de los jueces A .A. Cançado Trindade y A. Abreu Burelli, párr. 7).

La importancia de estos votos concurrentes es mayúscula pues en ellos se


vuelve a ligar a la dignidad humana con la vida, pero, esta vez, los jueces
indican que la dignidad no puede limitarse a ser un instrumento que se
aplica únicamente para limitar eventuales abusos del poder estatal en
relación, por ejemplo, con la propiedad privada, la vida, la integridad
personal, etc.

18
En efecto, aunque no se puede decir que haga parte de la decisión mayoritaria,
los votos concurrentes sí abren un espacio para señalar que la dignidad
humana no se agota únicamente con la protección de los mencionados
derechos sino que incluso se relaciona con el disfrute de unas condiciones
mínimas de “vida digna”.

De esta manera, la labor interpretativa de la Corte IDH continua, así sea en los
votos concurrentes, concretizando el significado abstracto de la dignidad
humana al extenderlo “al dominio de los derechos económicos, sociales y
culturales, ilustrando así la interrelación e indivisibilidad de todos los derechos
humanos” (Corte IDH, “Niños de la Calle” - Villagrán Morales y otros Vs.
Guatemala, 1999, Voto concurrente conjunto de los jueces A .A. Cançado
Trindade y A. Abreu Burelli, párr. 4).

Afectación de las garantías judicial de Pedro Pan

En el caso bajo examen se evidencia de lo enunciado una afectación de las


garantías judiciales, pues no existió por parte del Estado una tutela judicial y
efectiva de las garantías que tiene la persona para ser oída y escuchada en
sede judicial, tal y como lo tutela la Convención Americana en el artículo 8.

Sobre este extremo debe entenderse que el debido proceso no se puede


entender solo a las actuaciones judiciales, sino que debe ser garantizado en
todo trámite o actuación del Estado.

Nótese las acciones denegatorias de justicia y reconocimiento de los derechos


humanos por parte del Estado y sus instituciones en el caso que nos ocupa
para el señor Pedro Pan:

El 12 de enero de 2006, Pedro Pan acudió ante el Instituto del Seguro Social a solicitar una pensión
por razón de su condición de concubino del señor Lorenzo Méndez. Dicha solicitud fue rechazada
por el Instituto el 26 de febrero de 2006, ya que no procedía la calificación de “concubino” en su
caso. 22.

"El señor Pedro Pan ejerció acción contencioso-administrativa de nulidad


en contra del acto administrativo referido el 2 de marzo de 2006,
argumentando que la imposibilidad de calificar como concubino por razón
de su orientación sexual era discriminatoria y contravenía el derecho
internacional de los derechos humanos.

El 22 de marzo de 2007 el tribunal administrativo declaró


improcedente su pretensión, ya que no existía discriminación en

19
dicho caso. Justificó dicha conclusión afirmando que la regulación
sobre el concubinato correspondía al margen de apreciación del
legislador.

El señor Pedro Pan interpuso recurso de apelación contra dicha decisión.

El 20 de diciembre de 2007 el tribunal de apelación rechazó dicho


recurso y ratificó los argumentos del tribunal de primera
instancia.

Finalmente, Pedro Pan ejerció nuevamente un amparo ante el Tribunal


Constitucional de la República Plurinacional de Nunca Jamás
contra dicha decisión, el cual fue igualmente rechazado el 11 de
diciembre de 2009. El Tribunal Constitucional ratificó los
argumentos del tribunal de primera instancia."

Se evidencia la inoperancia de un Estado que no tiene garantías judiciales, que


solo existen en el papel de los códigos y leyes muertas, sin trascendencia en la
vida y dignidad de las personas.

Por consiguiente, el debido proceso no puede entenderse circunscrito a las


actuaciones judiciales; debe ser garantizado en todo trámite o actuación del
Estado que pueda afectar los derechos e intereses de los particulares, como lo
reconoció y lo defendió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en
caso Baena Ricardo y otros contra Panamá.

Se observa una potestad discrecional muy amplia del juez contencioso


administrativo que se desplaza del reconocimiento de los derechos humanos.

En el mismo caso citado anteriormente, fue reconocido que: "en el ejercicio de


potestades discrecionales la administración debe actuar conforme a la
legalidad y a los principios generales de racionalidad, razonabilidad y
proporcionalidad, permitiendo a los destinatarios de los actos administrativos
ejercer su derecho de defensa;".

Los recursos judiciales ofrecidos por el Estado fueron ineficaces, pues las
demandas y peticiones del señor Pedro Pan, nunca fueron atendidas, ni
surtieron el efecto judicial esperado que se pretende de todo Estado que tutela
en su justicia garantías para proteger los derechos de las personas.

Existe por tanto una negación al derecho de petición del señor Pedro Pan para
que le fuera otorgada una pensión, así como el derecho de su trabajo al ser
despedido por motivos discriminatorios y denigrantes de la persona.

Análisis de la regulación del trabajo a Nivel Internacional.

20
Las Normas Internacionales del Trabajo (NIT) son, en primer lugar,
herramientas para que los gobiernos, en articulación con las organizaciones
representativas de trabajadores y empleadores, puedan orientar su legislación
en materia laboral y su política social. Si se quiere, el fin último de las normas
internacionales del trabajo es el desarrollo de las personas a través de un
trabajo de calidad. Esto significa que las NIT están orientadas a que el
crecimiento económico y el desarrollo se acompañen de la creación de un
Trabajo Decente y digno con la debida protección.

De esta forma se parte de la base de que el desarrollo no es un fin en sí mismo


sino un medio para que las personas alcancen condiciones de trabajo
adecuadas, en libertad, con justa retribución, con seguridad en el empleo, con
dignidad y con respeto por la vida y la salud.

Las Normas Internacionales del Trabajo son instrumentos universales


adoptados por la comunidad internacional que reflejan valores y principios
comunes sobre los asuntos relacionados con el trabajo. Los Estados miembros
pueden elegir entre ratificar o no ratificar un Convenio determinado, pero la
OIT también considera importante seguir la evolución producida en los países
que no los han ratificado.

La Organización Mundial de la Salud, al abordar las relaciones recíprocas entre


el trabajo y la salud, distingue a las enfermedades profesionales de las
enfermedades vinculadas con el trabajo. Respecto de estas últimas expresa
que: “los estudios epidemiológicos han demostrado que en ciertos sectores de
la población trabajadora se puede encontrar una mayor prevalencia o riesgo de
enfermedades multifactoriales, como la hipertensión, los trastornos del sistema
locomotor, las enfermedades respiratorias crónicas, las úlceras gástricas y
duodenales y una serie de trastornos del comportamiento”. El estudio de la
Patología del Trabajo reconoce entonces dos tipos de patologías en el
trabajador, las “enfermedades profesionales” y las “enfermedades vinculadas
con el trabajo”. Por lo tanto, los esfuerzos preventivos y reparadores deberían
dirigirse hacia estos dos casos. No obstante, sobre todo en los países que
adoptan sistemas de listas cerrados, solamente son reconocidas para
brindarles cobertura mediante los sistemas de seguridad social las
enfermedades profesionales. Como es de suponer, así como existen
dificultades para delimitar los alcances de los accidentes de trabajo, la
definición de las enfermedades comprendidas dentro de los sistemas de
protección no es una tarea sencilla.

La OIT ha elaborado unas recomendaciones prácticas sobre el VIH/SIDA y el


mundo del trabajo que constituyen la piedra angular de su lucha contra el
VIH/SIDA. Esas recomendaciones han sido desarrolladas por medio de

21
consultas tripartitas en 2001, con la participación activa de 12 representantes
de los empleadores y la OIE. Recibieron el apoyo del Secretario General de las
Naciones Unidas y del sistema de las Naciones Unidas en el período
extraordinario de sesiones de la Asamblea General sobre el VIH/SIDA,
celebrado en Nueva York los días 25 a 27 de junio de 2001, así como de
empresas, organizaciones de trabajadores y ONG. Las recomendaciones
prácticas de la OIT se elaboraron en respuesta a muchos pedidos de
orientación, especialmente de los empleadores.

Su propósito es ayudar a reducir la propagación del VIH y mitigar su impacto


en la mano de obra y las empresas. Contienen los principios fundamentales
para desarrollar políticas y directrices prácticas a partir de las cuales pueden
estructurarse respuestas concretas en la empresa, la comunidad y la nación en
los siguientes ámbitos clave: prevención a través de la educación y apoyo
práctico para los cambios de comportamiento; no discriminación y protección
de los derechos de los trabajadores, incluidos la seguridad de empleo, el
derecho a prestaciones y la igualdad entre los sexos; atención y apoyo,
incluidos el asesoramiento y las pruebas voluntarias y confidenciales, así como
el tratamiento en lugares en los cuales los sistemas de salud locales son
insuficientes. Este repertorio de recomendaciones, como instrumento
voluntario, puede adaptarse a diversas situaciones y diferentes niveles de
recursos.

No discriminación de empleo por razón del estado serológico con respecto al


VIH (real o percibido) continuidad del empleo independientemente del estado
serológico con respecto al VIH confidencialidad en un ambiente de trabajo sano
y seguro igualdad entre los géneros como base para las intervenciones de
prevención y para hacer frente a la situación asesoramiento y pruebas
voluntarias, pero no como criterio de selección de personal necesidad de
diálogo social, programas de prevención, atención y apoyo como base para
abordar la epidemia en los lugares de trabajo.

4. Petitorio

Con fundamento en los argumentos de hecho y de derecho expuestos los


Representantes de la Victima solicita a la honorable Corte Interamericana de
Derechos Humanos que concluya y declare la responsabilidad del Estado por
violación de los artículos 1.1, 2, 8, 24 y 25 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, en la misma forma como lo ha solicitado la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos en relación con el Protocolo de San
Salvador y demás tratados de derechos humanos aplicables.

El Estado de la República Plurinacional de Nunca Jamás es responsable en el


artículo 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Perjuicio

22
de la Victima Pedro Pan toda vez que no se cumplió con las garantías debidas
dentro del plazo razonable.

El Estado de la República Plurinacional de Nunca Jamás es responsable por la


violación a los derechos a las garantías judiciales y a la tutela judicial efectiva,
consagrados en los artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, así como del incumplimiento de la obligación general de
respetar los derechos previstos en el artículo 1(1) del mismo Instrumento por
la vulneración en la que se encuentra la Victima Pedro Pan cometida desde el
15 de Julio del 2005.

El Estado de la República Plurinacional de Nunca Jamás, es responsable de


violar el principio de igualdad de entre la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos en su artículo 24, en relación en el artículo 1(1) de la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos, por los actos de
discriminación cometido en perjuicio de la víctima Pedro Pan por motivo de su
Orientación Sexual.

El Estado de la República Plurinacional de Nunca Jamás es responsable de


violar la protección a la honra y dignidad de entre la Convención Americana
Sobre Derechos Humanos en su artículo 11, en relación en el artículo 1(1) de
la Convención Americana Sobre Derechos Humanos ya que se encuadran los
denominados derechos Sexuales desde la perspectiva de la vida privada por no
permitir el acceso de la víctima Pedro Pan a la pensión del seguro Social.

El Estado de la República Plurinacional de Nunca Jamás incumplió el artículo 26


de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos en perjuicio de la
víctima Pedro Pan, en especial teniendo presente la particular relación con el
Protocolo Adicional De la Convención Americana Sobre Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador), en consecuencia con el
artículo 6 Derecho al Trabajo toda vez que fue rescindida su relación laboral
por la Empresa ECOSOL para lo cual los recursos internos ampararon dicha
recisión de trabajo por cual se violo el precepto legal De la Convención
Americana Sobre Derechos Humanos.

Ordenar en sentencia por la vía de ejecución al Estado la adecuación del


derecho interno a lo dispuesto en los instrumentos de derechos humanos
principalmente en la Convención Interamericana de Derechos Humanos.

Ordenar al Estado de la República Plurinacional que está obligado a reparar las


consecuencias de las violaciones con una vocación transformadora de dicha
situación de tal forma que las mismas tengan un efecto no solo restituido sino
también correctivo al no resultar lógico la restitución a la misma situación
estructural de violencia y discriminación e indemnizar a la Victima Pedro Pan

23
así como a resarcirles los gastos y costas en que haya incurrido en sus
actuaciones en el ámbito internacional en la tramitación del caso ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos y las que se origen como
consecuencia de la tramitación del presente escrito de solicitudes Argumentos
y Pruebas ante la Honorable Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Ordenar al Estado a otorgar al señor Pedro Pan, en caso de que el mismo ya no


pueda reintegrarse a su trabajo, la indemnización equivalente para que pueda
vivir con dignidad.

Ordenar al Estado el reconocimiento de la pensión denegada en razón de ser


concubino de su compañero sentimental.

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