INFORMACION
PRESENTE Y FUTURO DE LA ESTIL{STICA
(WoTAS aL unto 0B sEcTURAS)
En el campo de los estudios literarios encontramos en Ia actualidad —quizés
mas que nunca, acaso como siempre~ una pluralidad de opciones que se in-
tentan excluir entre sf y recabar para um solo grupo la licitud de su aproxima-
cién al hecho literario.
No es aqui el lugar apropiado para abordar una dilucidacién de las razones
¥ Sinrazones de sociélogos, subculturdloges, eruditos, tematistas, maestros de
Ja Iectura cintencionada» y estructuralistas de diversa observancia, pero sf
puede serlo para exponer qué se dice hoy —que esté dicho ya— acerca de es
disciplina que estudia el estilo, que, entre nosotros, el maestro Dimaso empez5
a cultivar sin saberlo y que tiene el suficieate tiempo de vida y debe ser lo
suficlentemente modesta para no prevalerse de su marchamo de jciencial lin-
siiistia y no entrar cn pugna con las dems corrientes. Es una més que a
todas las demds les vendria bien tener en cuenta.
La pretensién de este escrito es decididamente nada original: se trata de
preguntarse qué han dicho a grandes rasgos los que han hecho estudios que se
incluyen en Ios repertorios bajo el epigraie de Hstilfstica para, confroatindolo,
ver qué no se puede decir (por estar dicho o quedar definitivamente excluido)
¥ qué queds por decir, cudles se pueden considerar caminos abiertos.
El procedimiento que seguiremos es, de toda evidencis, modesto: nos apoya-
remos, siempre que sea posible, en los textos recogides en la conocida seleccién
de P. Guiraud y P. Kuentz!, asegunindonos esi un repertorio minimo?. Evita-
1 P. Guiraud et P. Kuentz, La Stylistique, Lectures, Parts, Klincksleck («Ini-
tiation & la Lingulstiques. Série A: Lectures, 1), 190.
2 Por comodidad, las notas que se refieren a transcripciones literales de tex:
tos recogidos en dicha seleccién remiten a sus paginas.208 INFORMACION
mos de este modo entrar en discusién con las teorias 0 précticas en vias de
elucidacién en Ios siltimos cinco afios, aunque —esperamos— de lo dicho se
puedan obtener criterios sobre Ia viabilidad 0 no, de principio, de algunas de
elias,
Una primera dificultad hace tiempo vencida y en la que conviene insistir es
el hecho de que nos referimos a In Estilistica del lenguaje literario. Al definir
Bally esta disciplina como Ia que estudia xlos hechos de expresién del Ienguaje
organizado desde el punto de vista de su contenido afectivos’, se acepta gene-
ralmente que vuelve a ofrecer Ia posibilidad de un estudio objetive de In Lite-
ratura para lenar el hueco producido por la erisis de Ja Retérica desde el si-
glo xvnr, aunque, por su parte, al interesarle sélo el punto de vista del lin-
giliste, Hega a negar Ia validez de los textos literarios para estos estudios. Por
ecisién del investigadar su trabajo consiste, como dice Démaso Alonso, en una
estilistica sin estilo.
Conviene, pues, preguntarse por la posibilidad de un estatuto riguroso para
la Estilistica del estilo y por Ias consecuencias que de él se deriven.
Estatuto tedrico de ta Estitistica
De tal modo quedaba patente, aunque implicits, In posibilidad de una Esti-
listica del estilo literario en Ia obra de Ch. Bally que poco después Cressot
puede decir que «la obra literaria es por excelencia ¢] dominio de Ia Estilistica,
precisamente porque Ia eleccién es en ella més voluntaria y més consciente> 4,
con Jo que no sélo esté apostando por la hipdtesis de que entre la lengua
‘usual y Ia literaria no existe diferencia, sino de matiz y grado; ost tambidn
posibilitando una cierta critica literaria, Ia que valora la eficacia en Ja utili
zacién del lenguaje artistico. Esté volviendo a la venerable Retérice (que —icon
cudnto rigor!— tenia ya inventariadas Ins posibilidades expresivas).
Con Bally tenemos fundamentada, desde una perspective descriptiva, una
estilistica literaria: cisciplina que estudia recursos lingtiisticos y valora el len-
guaje literario considerado no en los rasgos aislados sino en el conjunto det
hecho individual cuyo estilo se quiero definir y semin los valores de les
elementos ponderados contextualmente, Ha aparecida ya, en el texto de Cressot,
una palabra clave: «choixs. Determinar las leyes que rigen Ia eleecién
de expresién por parte del autor seria la finalidad de la Estilistica.
G. Antoine asegura Ia valldez lingifstica de estes estudios en cuanto que se
fijan en hechos de lengua. Después de acudir a las disciplinas coneras,
el estudfo estilistico tendria por finalidad construir el catdlogo de procedi-
mientos utilizados por un artista y explicarlos, o sea, decir en funcién de
qué se ha producido Ia elecciéa. Constata que en definitiva la Estilistica
cs siempre el estudio de un sistema expresivo, La diferencia eatre los diversos
autores (L. Spitzer, G. Devoto, Ch. Bruneau) radica en que el sistema estu:
3 Traité de Stylistique, Paris, Kincsieck, 1951 (reimpresién), pag. 23,
4M. Cressot, Le Style et ses techniques, Paris, P. U. F., 1959, pags. 26.INFORMACION 209
indo sea el de una Iengua, de un género 0 escucla, un escritor, una obra 0
fragmento’.
‘Sin duda caben muchas e importantes matizaciones, pero en unos como
en otros parece haber siempre una persecucién de la individuacién y, en defi
nitiva, de un clerto tipo de desvio («écarb).
‘Antes de pronunciarnos sobre le valider de este planteamiento, incipleate y
tan poco modificado en substancia, de la Estistica moderna, sigamos con Ia
ailucidscién det problema teérico.
Esta discipling, tal como esta planteada, ces o no, en efecto, una rama de
Ja Linglistica? Si mirainos el caso més ‘pico de la lengua de autors (omit
de momento el ensafiamiento de Riffaterre contra tal concepto) tiene mzén
‘A, Juilland cuando dice que no es un coneepto uno ¢ invarlable: «tal rasgo
de Ia prosa de Hugo, pertinente cuando se opone 2 Gautier, se convertirfa en
no pertinente en relacién a MicheleteS. Es decir que la relevancia de los
rasgos no lo vendria del sistema linglistico, sino de su especificidad literaria.
En quanto a un verdadero «écart» con respecto a la norma, no tendria mas
siglficacién que el de una transgresién, aunque fuese una trangresiéa volu-
taria,
Como dice Togeby, la obra literaria «es un texto, puesto que tiene una es
tructura, y también un discurso, si se quiere, pero este discurso es dado de
tuna vez por todas de manera que en la obra literaria sistema y discurso
coinciden» 7.
Sin embargo, no podemos caer en el extremo de Ja concepeién preestructural
que consideraba Jos estudios lingtisticos y literarios por separadot, siendo
Ja utilizacién de 1a lengua para ta Literatura un hecho individual, Numerosas
voces han venido pidiendo y hoy esté generalmente admitido lo que dice
Dubois: «se deberia tratar no de ta génesis, sino de la especiicidad fmcional
e Ia obra literarias®,
La delimitacién de In ambigtiedad radical del estudio del hecho literario,
al parecer idéntico y distinto a otras utllzaciones del lenguaje, reebié una
nueva luz con la aportacién de Ia Glosemética y Ta seufacién por Hjelmsley
del concepto de lenguaje de connotaciéa que «no es una lengua. Su plano de la
expresién estd constituido por el plano det contenido y de ta expresién de un
Tenguaje de denotacién. Es, pues, un lenguaje del cual uno de los dos planes,
el de Ja expresién, es una lenguay’™
5 CE G. Antoine, «Velldlté et limites de la stylistique lttéraires, Revue
Enseignement supérieur, 1, 1959, pags. 45-60.
A. Jullland, «Stylistique et linguistiques, Language, 30, 1953, nég. 39.
1 K, Togeby, «Litiérature et lingulstiques, Orbis Litcerarum, 2, 14, 1967,
pagina 46.
* CE, la intervenciém de G. Herdan a la discusién de tz comunicacién de
B, Benveniste, Proceedings of the IXth. Int. Congr. of the Linguist, oSgs. 4749.
° CE J. Dubois, en «Littérature et linguistiques (intervencién en el debate
organizado por H. Mitterand), Lettres frangaises, 201V-1967, paz. 6.
1 EL texto esté tomado de Ia traduccida francesa de L. Hjelmslev, Protego-
mines & une théorie dit langage, Paris, Minuit, 1958, pg. 57. Bien pronto en-
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