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A propósito del artículo "Usos y sentidos del concepto de psicosis

ordinaria"
Lib re t a: psicoanalisis
Cre ad o : 27/12/2017 13:55
A u t o r: snorre44
E t iq u e t as: psicosis ordinarias
URLO rig e n : https://congresoamp2018.com/proposito-del-articulo-usos-sentidos-del-concepto-…

A propósito del artículo “Usos y sentidos


del concepto de psicosis ordinaria”
AMP XI Congreso: La convocatoria del próximo congreso de la AMP 2018 suscitó mucho
entusiasmo. Sabemos que tú y un grupo de colegas de la EOL han escrito un trabajo al
respecto, cuéntanos en qué consiste.

Elena Levy Yeyati: En septiembre de 2017 publicamos un artículo titulado «Usos y sentidos del
concepto de psicosis ordinaria»i. El trabajo fue el resultado de algunas reflexiones sobre las
dificultades y malentendidos que existen con el sintagma «psicosis ordinaria» que introdujo J.-
A. Miller. Nos centramos en un problema: decidir cómo entender la indicación según la cual las
«psicosis ordinarias» deben reconducirse a diagnósticos psiquiátricos tal como lo propuso en
«Efecto retorno…»ii.Porque bajo ese rótulo, uno de los peligros que se corre es el de favorecer
que se “endilgue” rápidamente un diagnóstico de «psicosis» (ordinaria) a cualquier paciente
que se considere raro o inclasificable. Nuestra posición ética es la siguiente: sin etiquetar, es
necesario considerar la clínica psiquiátrica a la hora de remitirse a un caso, no para subsumir
la psiquiatría en el psicoanálisis (o a la inversa) sino para conversar teórica y prácticamente -
con colegas psiquiatras, familiares, pacientes.

AMP XI Congreso: ¿Cuáles son los diagnósticos que tuvieron en cuenta para este trabajo de
reenvíos entre psiquiatría y psicoanálisis?

Elena Levy Yeyati: Sorprende que, apenas iniciada su conferencia, Miller tenga en cuenta el
diagnóstico de esquizofrenia. Miller dice que hay sujetos que van de una desconexión social a
otra, se desconectan del mundo de los negocios, de la familia, etc. Y concluye que ese es un
trayecto frecuente en los esquizofrénicos. Estamos acostumbrados a pensar que si alguien
recibe un diagnóstico de esquizofrenia padece una psicosis desencadenada, una psicosis
extraordinaria. Ahora bien, no siempre la psicosis esquizofrénica está descompensada. O, para
decirlo con Jose María Alvareziii, a veces hay presentaciones de “locura normalizada” –con
manifestaciones clínicas discretas o subclínicas. Con este nuevo campo epistémico abierto por
«psicosis ordinaria» uno empieza a responder a la pregunta tantas veces planteada: fuera de
la fase aguda de síntomas extraordinarios ¿el sujeto es neurótico o psicótico? Podemos decir
que, cuando un paciente esquizofrénico está compensado sigue siendo un psicótico que ha
resuelto su crisis de un modo no neurótico.

Miller estaría haciendo referencia -es nuestra hipótesis- a lo que hoy, junto a los síntomas
mayores de desencadenamiento (alucinaciones, delirios, desorganización del habla), se conoce
como otro grupo de criterios fundamentales para diagnosticar esquizofrenia en el DSMiv . Se
trata de la llamada disfunción social y/o laboral (muy controvertida a causa de la
estigmatización que promueve). Este criterio establece que desde el inicio de la perturbación,
durante una parte significativa de tiempo, una o más áreas importantes de la actividad, como
son el trabajo, las relaciones interpersonales o el cuidado de uno mismo, están claramente por
debajo del nivel previo al inicio del trastorno (o, cuando el inicio es en la infancia o en la
adolescencia, fracaso en cuanto a alcanzar el nivel esperable de rendimiento interpersonal,
académico o laboral).

AMP XI Congreso: Y la clásica paranoia sensitiva de Krestchmer -que también traduciría el


campo de problemas clínicos cubierto por «psicosis ordinaria»- ¿se reencuentra hoy en las
nosografías vigentes o hay que volver a los clásicos?

Elena Levy Yeyati: ¿Volver a los clásicos? Sí y no, es cuestión de gusto y de orientación, no
es necesario. A fines de los ’60 Lacan dijo críticamente que hasta el momento (existían ya las
clasificaciones internacionales y el DSM) nadie pudo hacer otra cosa que seguir la clasificación
clásica porque la clínica psiquiátrica (clásica o moderna) no considera el pivote de la
transferencia. Hoy la afirmación de Lacan sigue siendo válida. Por un lado, las nosografías
contemporáneas conservan síntomas y categorías que pueden reconducirse a sus orígenes en
los clásicos. Hay una genealogía que se puede rastrear desde la paranoia sensitiva de
Krestchmer hasta la personalidad paranoide del DSM. Pero, por otro lado ¿es la «psicosis
ordinaria» la apertura a una clínica desde la transferencia? Diría que no aun.

AMP XI Congreso: ¿Qué puedes decir de los trastornos de la personalidad? ¿Acaso no


provienen de enfoques que reniegan de la clásica separación estructural neurosis-psicosis?

Elena Levy Yeyati: En 1980 los autores del DSM abolieron las neurosis como clase diagnóstica
invocando la falta de consenso entre las distintas escuelas posfreudianasv . La clásica polaridad
neurosis-psicosis fue liquidada. También se desagregaron los trastornos psicóticos que se
repartieron en distintas clases y capítulos. Ello condujo a que muchos diagnósticos que
clásicamente estuvieron comprendidos dentro del campo de las psicosis se dispersaran y
algunos terminaran siendo incluidos en los llamados trastornos de la personalidad. Así, el
grupo A de los trastornos de la personalidad incluye cuadros con síntomas psicóticos o casi (es
cuestión de intensidad) como la personalidad paranoide. Algo semejante sucedió con las
neurosis histéricas y el trastorno borderline. Al clínico interesado le sugiero que revise los
restos y resabios de los diagnósticos clásicos en el grupo de trastornos de la personalidad de
los manuales vigentes como el DSM-5. No es por azar que el delirio sensitivo de Kretschmer
haya sido un diagnóstico pronunciado a propósito de un caso de «psicosis ordinaria». Hay
autores (Phillps y Gundersonvi, por ejemplo) que explican que Kretschmer describió tipos de
personalidad en términos de espectro. Serían variaciones que van de un extremo donde se
manifiestan como psicosis paranoicas o afectivas francas, al otro donde se trata de
personalidades más estables con síntomas mínimos. Ese enfoque es un precursor del grupo A
de los trastornos de la personalidad. Por su parte, Schneider, psiquiatra fenomenólogo,
consideró que los rasgos de la personalidad eran variaciones extremas de la población general.
A él pertenece el primer compendio de trastornos de la personalidad que proveyó el esquema
de los que luego fueron incorporados en la CIE-10 y el DSM-IV.

AMP XI Congreso: ¿Qué puedes decir del «sentimiento de la vida» según los psiquiatras?

Elena Levy Yeyati: En «Efecto retorno…» Miller dice que el sentimiento de la vida es un
término muy difícil de analizar; y se refiere a psiquiatras que intentaron delinear este «sentido
de la vida». Como Miller habla de «síntesis», de sentimiento general del sujeto de «estar en el
mundo» suponemos que se refiere a fenomenólogos. Tuvimos en cuenta el trabajo de
psiquiatras fenomenólogos contemporáneos como Parnasvii quien junto a otros colegas
confeccionó una escala compuesta por una lista de síntomas a nivel de la auto-percepción de
anomalías subjetivas que pueden considerarse trastornos “mínimos”. Es decir, perturbaciones
del yo, de la identidad, de la intimidad -no perturbaciones perceptivas (alucinaciones)- que son
exquisitamente íntimas, difícil de ser expresadas verbalmente. Una publicación reciente de
Lucchelli y Fajnwaksviii -nuestros colegas de la AMP- nos sirvió como apoyatura para esta
hipótesis de investigación.

1. iErbin L, Glaze A, Pollak C, Ringuelet G, Soae M, Vogel S, Levy Yeyati E. (2017) «Usos y
sentidos del concepto de psicosis ordinaria» e-mariposa10 (Revista del Departamento
de Psiquiatría y Psicoanálisis. Icdeba), pp.2-5.
2. ii Miller, J.-A. (2010) «Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria». El caldero de la
Escuela, pp.12-29.
3. iii Alvarez, J. M. (2016) «Sobre las formas normalizadas de la locura. Un apunte»,
Freudiana 76, RBA Libros, Barcelona, pp. 77-89.
4. ivAmerican Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders, Fifth Edition (DSM-5TM). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
5. vAmerican Psychiatric Association (1983). 3ª Edición. Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales. Barcelona: Masson, pp. 12-13.
6. viPhillps K., Gunderson J. (1999) Personality disorders en Hales, Yudofsky, Talbott
Textbook of psychiatry, 3rd Ed., American Psychiatric Press, pp. 795-805.
7. viiParnas J., Møller P., Kircher T., Thalbitzer J., Jansson L., Handest P., Zahavi D. (2005)
EASE: Examination of Anomalous Self-Experience. Psychopathology, pp. 236–258.
8. viiiLucchelli J.P., Fajnwaks F. (2010), Une clinique de la psychose ordinaire,
L’information psychiatrique, pp. 405-411.

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