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La creciente demanda de hierro también afectó el diseño de la trituradora. Los depósitos de hematita
con altas leyes en Iron Range, en Minnesota, fueron agotados durante las guerras mundiales, y
comenzaron a explotarse las menas de taconita con bajas leyes, las cuales son menas duras, abrasivas,
y silíceas de magnetita. Por lo tanto, se necesitaban trituradoras más grandes, y las empresas como
Traylor, Nordberg, y Allis-Chalmers comenzaron a fabricar trituradoras primarias y secundarias de gran
capacidad y resistentes al desgaste, las cuales además tenían incorporados sistemas de lubricación y
transmisiones y cojinetes más confiables. La potencia máxima que podían requerir las trituradoras
giratorias primarias de 1,54 m se incrementó a 750 KW.
En la década de 1.970, las plantas de trituración operaban con más de 100.000 tpd, y en el año 2.000,
las plantas estaban construidas para triturar cualquier tonelaje de mena. Estas plantas eran estructuras
inmensas que requerían excavaciones profundas para obtener un buen flujo gravimétrico de los
guijarros. A continuación se muestra un esquema de la trituradora primaria en Bougainville Copper
Limited (Papua New Guinea), la cual trata 120.000 tpd de una mena de cobre de bajas leyes.
4.2. Trituradoras de un rolo
Se han construido varios tipos de molinos de un rolo en los cuales los sólidos son fracturados al ser
“mordidos” entre el rolo que rota y una superficie fija. Una de las primeras máquinas de un solo rolo fue
la trituradora de rolo golpeador (sledging roll crusher), la cual fue construida por Allis-Chalmers en
1.911. Ésta era una máquina con un rolo dentado, muy común en la familia de trituradoras similares
que se construyeron durante el siglo 20. En Fairmount, Illinois, se instalaron dos unidades con un rolo
de 0,9 m de diámetro x 1,5 m de largo para tratar piedra caliza cuyo destino era ser utilizada como
fundente por la Casparis Stone Company. Estas máquinas rápidamente obtuvieron un alto grado de
popularidad.
Se construyeron diversos tipos similares de trituradoras de un rolo durante el siglo 20. Debido a su baja
producción de finos, estas máquinas eran las indicadas para la fragmentación del carbón. Este mineral,
el cual es frágil y se fractura fácilmente, se trituraba manualmente hasta hace unos 100 años atrás,
momento en el cual los ingenieros comenzaron a adoptar a los molinos de martillos y las trituradoras
de rolos para la trituración de carbón.
Previo a la Primera Guerra Mundial se hicieron intentos de adaptar a las giratorias estándar para
tareas de trituración fina mediante la construcción de un modelo de cabeza corta (shorthead), el cual
consistía simplemente de una cabeza de trituración abreviada instalada en una máquina estándar con
cóncavos que hacían juego. Los revestimientos de la trituradora se conocían como “cóncavos”, debido a
que éstos se adherían a la superficie interior de la trituradora formando una zona de trituración
cóncava. Este modelo no resultó ser muy exitoso; las tensiones de la trituración se encontraban
concentradas en un punto en donde la parte superior de la coraza estaba mal equipara para
soportarlas. Además, la garganta en el punto de descarga era demasiado pequeña como para
aprovechar la ventaja de un aumento de diámetro en la abertura de descarga.
Los cóncavos curvos trituraban las rocas de un modo más efectivo antes de que éstas entraran en la
región final de trituración, y además controlaban mejor el flujo de los guijarros a través del equipo.
Allis-Chalmers tenía la estrategia de mantener su posición como fabricante líder de equipos de
reducción de tamaños mediante un trabajo innovador de diseño e ingeniería, y mediante la compra
ocasional de competidores tales como el fabricante de las trituradoras finas Superior-McCully y su línea
de trituradoras primarias giratorias conocidas como trituradoras McCully. Poco tiempo después de esta
adquisición, a Allis-Chalmers le ofrecieron las patentes de una trituradora desarrollada por Will Symons,
un ingeniero de Chicago. Sin embargo, Allis-Chalmers declinó esta oferta, sin dudas, debido a que dos
trituradoras nuevas y competentes en un período corto de tiempo habría sido algo muy difícil de digerir
por parte de la compañía. En cambio, la Nordberg Company de Milwaukee compró las patentes de la
trituradora secundaria de cono Symons de alta velocidad. En poco tiempo esta máquina virtualmente
acabó con las ventas de la trituradora para finos McCully y redujo seriamente las ventas de las
trituradoras más pequeñas de Allis-Chalmers.
Las trituradoras de cono han sido utilizadas ampliamente en la industria minera durante 70 años para
preparar la alimentación para los molinos de barras (rod mills) y de bolas (ball mills), y para triturar los
guijarros con un tamaño crítico que han sido extraídos desde los molinos autógenos (AG mills) o
semiautógenos (SAG mills), debido a que éstos son demasiado pequeños como para actuar como
medios de molienda y demasiado grandes para ser fragmentados por las rocas con mayores
dimensiones. Su principal uso ha sido en la industria de los áridos produciendo agregados para
satisfacer la demanda establecida por la industria de la construcción. Se han desarrollado sistemas de
control automático para asegurar que se cumpla con las especificaciones para diversos productos.
La razón de reducción en un molino de martillos es muy alta, de hasta 20:1 en circuito abierto y mucho
más en circuito cerrado. El desgaste potencialmente elevado de los martillos y de las láminas
generalmente limita el uso de estas máquinas para la trituración de rocas blandas y no abrasivas, tales
como piedra caliza, carbón o yeso. Una regla elemental ha sido que los molinos de martillos son los
equipos adecuado para tratar materiales que contienen no más de un 5% de sílice, es dudoso su uso
cuando el contenido de sílice es del 10 – 15%, peligroso cuando éste es del 20 – 25%, y prohibitivo si
excede del 30%.
Un problema con la máquina original era que el máximo tamaño de alimentación hacia el rotor era
demasiado pequeño; el cual consistía de 60 mm cuando se necesitaba que fuera de 100 mm. La
solución era adicionar a las partículas más grandes como un flujo separado directamente dentro de la
cámara de trituración. Este equipo se denominaba máquina de doble alimentación o Barmac
Duopactor. La trituradora Barmac fue inventada en 1.970 por Jim Macdonald, un ingeniero de la ciudad
de Wellington, Nueva Zelanda. El observó que se involucraban dos principios durante la trituración:
Las piedras se romperían si se golpeaban lo suficientemente fuerte entre las mismas (evitando
de esta forma el desgaste en las partes metálicas).
El acero se encontraría protegido contra el desgaste por abrasión si se lo cubría con una capa de
piedras atrapadas (Bartley 1.996).
Un prototipo básico demostró que la idea era correcta, de modo que con la asistencia de su compañero
Bryan Bartley, se pudo fabricar una máquina que fuera comercialmente factible. En el año 2.002, se
vendieron más de 3.300 trituradoras Barmac, siendo la más grande una unidad de 650 KW de potencia
utilizada en una mina de mena de hierro.
Las trituradoras de un rolo a baja velocidad con dientes largos y cortos rotando a una velocidad de 20
rpm han sido utilizadas para la trituración gruesa de carbón run-of-mine desde comienzos del siglo 20.
También pueden utilizarse las máquinas con dos rolos rotando en contra-corriente en lugar un rolo
triturando contra una lámina fragmentadora.
Podían obtenerse productos más finos con máquinas con una mayor velocidad que utilizaban más
energía por tonelada, y por lo tanto, el molino de martillos se volvió la primera trituradora de alta
velocidad ampliamente utilizada. Esta máquina es particularmente apropiada para la trituración de
finos a partir de menas frágiles y blandas, y continua siendo líder en este campo. “En EEUU, las
trituradoras de impacto y los molinos de martillos para la conminución de carbón normalmente se
empleaban para preparar los tamaños relativamente finos utilizados para cargar a los hornos de
coque” (Leonard 1.991).
El desintegrador Carr apareció a fines del siglo 19 para triturar carbón hasta partículas finas. Esta
máquina poseía una elevada velocidad (hasta 200 rpm) y tenía discos paralelos que rotaban en
direcciones opuestas. La velocidad del disco externo era de hasta unos 2.000 m/min. Los discos tenían
filas de barras dispuestas en forma alternada, tres en uno de éstos y dos en el otro de los mismos. El
material alimentaba a la máquina por el centro de la misma y era despedazado por el impacto de las
barras a medida que dicha alimentación atravesaba el equipo. Eventualmente, los fragmentos
resultantes eran lo suficientemente pequeños como para preparar a través del anillo externo. Estas
máquinas promediaban un diámetro de 0,6 – 2,5 m. La capacidad de un equipo cuyo diámetro era de
1,8 m y utilizaba 15 KW, era de 15 – 30 tph de carbón.
Los rolos a abaja velocidad producían guijarros grandes que contenían sustancias mineralizadas sin
liberar y que solo podían ser concentrados en concentradores jigs; las trituradoras que operaban con
una alta velocidad producían demasiados finos, los cuales eran difíciles de concentrar. Ninguna de
ambas máquinas resultó ser ideal para la preparación de carbón de coque para una concentración
debido a que el contenido de sustancias mineralizadas era muy importante.
El fragmentador Bradford se construyó a fines del siglo 19 para fracturar a los guijarros del carbón para
fabricar coque.
El fragmentador Bradford fue inventado por Hezekiah Bradford, pero se conoce poco acerca del
inventor o del origen de la máquina.
Este equipo consistía de un tambor que rotaba montado sobre unos muñones similares a los de un
molino de bolas, cuya velocidad de rotación era de 12 – 18 rpm. El carbón se elevaba dentro del equipo
mediante unos lifters adheridos al interior del cilindro del tambor y permitían su caída. La energía
cinética del guijarro de carbón de mayor tamaño era suficiente para fracturarse cuando golpeaba el
fondo del tambor, pero los guijarros de minerales y esquistos bituminosos tenían la tendencia a resistir
la fractura. La pared del tambor consistía de cribas, cuyas aberturas permitían que las partículas que
eran lo suficientemente pequeñas, usualmente alrededor de 50 mm, salían del tambor y se dirigían
hacia su posterior procesamiento. Las partículas que no se fragmentaban, comúnmente estéril, no
pasaban a través de las aberturas de la criba y se extraían mediante un buzón (chute) situado en el
extremo del tambor. La fractura por abrasión, la cual producía un exceso de finos, se veía minimizada,
por lo que no se requería el uso de bolas de acero.