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Ética, persona y sociedad

Corrupción del ayer hasta hoy


Juan Pablo Estrada Contreras
A01701410
IMA
Profesor: Luis Alfredo Camino
27/04/2018

Corrupción del ayer hasta hoy.

En México, todas las personas se han vuelto vulnerables ante la corrupción.


Es un mal que ha estado en nuestra sociedad desde hace muchos años y que poco
a poco se ha vuelto parte de nuestro día a día. Pero ¿cómo la corrupción ha
prevalecido hasta hoy? Sabiendo que es uno de los principales males, que ha
impedido el crecimiento de nuestro país, ha generado odio, pobreza y desigualdad.
La corrupción ha podido prevalecer a partir de la conducta de la sociedad mexicana,
siendo influenciada principalmente por la presión social.

Para exponer las razones de cómo la corrupción ha prevalecido primero


debemos entender la conducta mexicana, y para esto es necesario hablar del
existencialismo; donde se especifica que la existencia es el origen a partir del cual
se piensa, actúa y se habla. Un sujeto existe y demuestra su existencia a través de
la conducta. Observándolo de manera científica la conducta está constituida por la
causalidad, motivo y fin. Y esta es la razón por la cual ante una situación nos
comportamos de una manera y no de otra.

Estos comportamientos se formaron a partir de la creación del mexicano, de


la fusión de la cultura indígena y la española. Si revisamos la historia podemos
observar que el mexicano fue dominado, atentado y agredido. Se desarrolló en
jerarquías aprendiendo a ser dominado por la jerarquía más alta y dominadora de
la más baja. Según Heriberto Yépez, una parte del mexicano está formado por ser
el dominador y/o dominado. Como se muestra en ”La increíble hazaña de ser
mexicano” y menciona al mexicano como el:
“Chingón y/o chingado, el que molesta y/o al que molestan, el cabrón y/o el
encabronado, el malo y/o el bueno, el de arriba y/o el de abajo, el mandón
y/o el mandado, el rico y/o el pobre.”
Y estos son roles que se viven todos los días y no ayudan a mejorar la situación de
México, la mantienen en un estancamiento, porque el que domina,
solamente piensa en él, ve a toda costa por si mismo sin importarle dañar a terceras
personas, por lo tanto el mexicano ha desarrollado el individualismo en su manera
de vivir. Y a partir de esté también ha desarrollado el egoísmo, donde lo principal,
es el bienestar del primer círculo cercano. Un claro ejemplo es pasarse el alto, llevo
prisa y no importa si hay un peatón o me meto en la fila sin respetar el tiempo de los
demás.
Queda claro que estas conductas se presentan desde hace mucho tiempo,
han sufrido variaciones, pero en esencia se ha vuelto una costumbre, esta manera
de actuar. Según John Stuart Mill, “la costumbre impide que se promuevan dudas
sobre las reglas de conducta.” Por lo tanto, no se generan cuestionamientos acerca
de la conducta. No hay una curiosidad por saber la razón de la forma de ser. Solo
se da por hecho y se sigue actuando de la misma forma, transmitiendo esto, a partir
de la familia y la sociedad hacia las nuevas generaciones.
Todos estos comportamientos están influenciados por temores. Uno de ellos
es no crecer al ritmo que el mexicano desea, refiriéndome al poder adquisitivo y al
cumplimiento de sueños. De la misma forma, le temen a la intranquilidad económica,
la inseguridad. Por esto muchas de las familias de funcionarios viven en otros
países y otras poseen armas en su casa para la protección propia y de su familia.
Para vencer estos miedos las personas son capaces de elegir el camino “fácil”,
aferrándose al individualismo y egoísmo para cumplir sueños, anhelos y objetivos.
Y en la mayoría de los casos hay una meta en común, y es la certeza, la certeza
de poder sacar adelante a la familia, la certeza de una estabilidad económica, la
certeza de vivir con seguridad y salud. Estas motivaciones y objetivos van en busca
de la felicidad, pero están altamente influenciados por la presión social.

Según John Stuart Mill en su ensayo sobre la libertad: “La sociedad ha


preocupado tanto, en tratar de obligar a los hombres a seguir sus nociones de
perfección individual, como en seguir sus nociones de perfección social.” Por lo
tanto esto influye en la conducta de una forma positiva o negativa, que lleva al
individuo a sentirse incómodo consigo mismo y quizá hasta emprender actos o
plantearse ideas que, de no ser por el entorno social que lo presiona, no había
considerado antes. Y no cumplir con lo establecido socialmente equivale al fracaso
y, por tanto, al rechazo de los otros. Esta presión por mantener un “status”, un
“estereotipo” ocasiona problemas: padres desesperados que comienzan a
perderse, realizan trabajos ilegales para poder tener más entradas de dinero,
adolescentes que están dispuestos a correr muchos riesgos por pertenecer,
creyendo así que están encontrando la felicidad.

Según Aristóteles, la humanidad está en constante búsqueda de la felicidad,


y todas las conductas realizadas van en busca de esta, y en definitiva el fin justifica
los medios, así que, lo importante son las consecuencias y no el proceso, siempre
y cuando el fin sea la felicidad. Pero entonces, ¿Es justificable ser corrupto? ¿Las
posesiones, dinero, garantiza felicidad?

Definitivamente no, no es justificable ser corrupto. El dinero o las posesiones


no garantizan felicidad. Aunque se cumplan sueños y/o metas, estabilidad,
realmente nunca se podrá ser feliz, ya que será una felicidad falsa, irreal, que no se
podrá complacer debido al proceso. Por lo que esto se volverá en una adicción,
donde será necesario más, y así poco a poco, disminuirá la empatía con la gente y
se hará todo lo que esté en tus manos por poseer más, sin tomar en cuenta o a las
personas que están siendo afectadas por las acciones y sin poder llegar a la
finalidad propia del hombre, de la vida, ser feliz.
Para que realmente una persona encuentre la felicidad debe ser, un ser
prudente, es aquel que se funda en la experiencia, mejora el presente, recordando
enseñanzas pasadas. Es un ser circunspecto toma en cuenta el mayor número de
circunstancias para tomar un decisión, viendo no solo por él, sino que ve lo que
conviene para el conjunto de su vida, buscando el mayor bien posible, empleando
sus habilidades para fines buenos. Por lo tanto la prudencia va ligada con la virtud.
Aristóteles afirma que la felicidad es una actividad de acuerdo a la virtud. Por lo
tanto el hombre feliz vive bien y obra bien, donde el fin último no sólo será el bien,
sino, el bien soberano.

Para que llegues a ser virtuoso y prudente, es necesario dejar tu


individualismo y tu egoísmo a un lado, empezar a hacer reflexión de la consecuencia
de tus acciones, dejar de ver sólo por tu círculo cercano, y esto lo lograrás cuando
te des cuenta que la vida de los demás es tan importante como la tuya. Cuando te
des cuenta que tu, con tus acciones has detenido el crecimiento de tu país, que
tanto dices amar. Y cuando en este texto escribo en primera persona, lo hago
viendome al espejo, donde recuerdo todas las veces que mis acciones hirieron a los
demás, dónde recuerdo las veces creía que mi tiempo, era más importante que el
tuyo, las veces que fui indiferente en los actos corruptos de mi alrededor o la vez
que dí una mordida y sabes qué es lo más decepcionante que me sientía “chingón”
al hacer cada uno de estos actos.

Pero tienes razón, no es fácil ser prudente o virtuoso cuando en toda la vida,
tomaste decisiones, sólo por tu círculo cercano, cuando en toda tu vida, nunca
existió la oportunidad de reflexionar o de cuestionarte acerca de tu conducta, no
porque no quisieras, sino, porque nunca existió la oportunidad.

Tuve la oportunidad de reflexionar y cuestionar mis actos hasta los 19 años,


en la universidad. Por esto necesario impulsar la educación desde pequeños, para
abrir estos espacios para todos los estudiantes en México, y no sólo sea la típica
clase donde se aprenda a sumar o restar, sino una educación donde se enseñe a
valorar y amar a la vida, a las personas, dónde se pueda reflexionar de los actos de
acuerdo al nivel de conciencia. Dónde enseñen a asumir tus responsabilidades, la
responsabilidad de ser mexicano, la responsabilidad de ser estudiante,
profesionista, asumir la responsabilidad que el futuro de México está en nuestras
manos, en nuestras acciones, pensamientos y que lo que hagamos influirá en el
desarrollo de México.

La conducta del mexicano tiene todo el potencial de ser virtuoso, porque


somos reconocidos por nuestra amabilidad, calidez y atenciones, sólo que es
necesario espacios de reflexión para darnos cuenta que simplemente hay cosas
que no se están haciendo bien, y que muchas personas estás buscando una falsa
felicidad.

Y estoy seguro que estos cambios se pueden lograr, porque el mexicano


tiene la esperanza de actuar en sociedad, de un país unido y se puede ver destellos
de estos todos los días. Y yo creo como miles de mexicanos más que vamos a
cambiar.

Referencias:

 Mill, John Stuart. (1859). Ensayo sobre la libertad. Algete, España: Mestas
(2006).

 Mill, John Stuart. 1984) Utilitarismo y derechos humanos. Madrid, Alianza


Editorial, (1984).

 Sarte, Jean Paul. (1988). La pasión por la libertad. Barcelona: Edicions


Bellaterra, [2004].

 Yépez, Heriberto. (2010). La increíble hazaña de ser mexicano. México:


Planeta.

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