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Aforismo (del griego ἀφορίζειν, ‘definir’) es una declaración u oración que pretende
expresar un principio de manera concisa, coherente y en apariencia cerrada.1
Historia[editar]
Heráclito de Éfeso fue un filósofo presocrático que usó el aforismo en su libro "Acerca de la
naturaleza", del cual solo quedan fragmentos. El aforismo usado por este filósofo,
considerado uno de los Siete sabios, fue una influencia de la tradición gnóstica
(ver Gnosis) que reflejaron los escritores Esquilo y Pindaro. Heráclito influenció a
Hipócrates y a Demócrito.2 Hipócrates utilizó los aforismos como una serie de
proposiciones relativas a los síntomas y al diagnóstico de enfermedades. El concepto fue
aplicado después a la ciencia física y, posteriormente, generalizado a todo tipo de
principios.
En la actualidad se considera que, gracias a Twitter y otros servicios de microblogs, con su
limitación de espacio para escribir, este estilo de escritura está viviendo un inesperado
renacimiento.34
Aforismos y axiomas[editar]
Conviene distinguir entre «aforismo» y «axioma». Los aforismos son el resultado de la
experiencia, mientras que los axiomas son verdades obvias que no requieren una
comprobación. Los aforismos han sido utilizados frecuentemente en aquellas disciplinas
que carecían de una metodología de estudio o un método científico, como la agricultura, la
medicina, la jurisprudencia, la política y el diseño de experiencia de usuario.
El aforismo es un tipo de paremia, como el axioma.
Adagio: Sentencia breve, de origen popular que suele tener un significado moralizante.
Apotegma: Dicho breve y sentencioso proferido o escrito por algún personaje ilustre o
famoso.
Máxima: Frase que expresa brevemente una regla de enseñanza o principio moral
generalmente admitido.
Proverbio: Sentencia de origen popular que expresa un consejo, enseñanza o crítica.
Refrán: Dicho de tradición popular que contiene una enseñanza moral o consejo.
Sentencia: Dicho o expresión breve que contiene una opinión, juicio o parecer sobre
una cosa; suele encerrar doctrina o moralidad.
Véase también[editar]
Apotegma
Greguería
Paremiología
Publicaciones[editar]
Gernaert Willmar, Lucio R. R. (2000). Diccionario de aforismos y locuciones latinas de
uso forense. Buenos Aires: Lexis Nexis (Abeledo-Perrot). ISBN 950-20-1273-9.
Ríos, Emilio (2006). Los mil mejores aforismos de Juan Ramón Jiménez. Bilbao:
Ediciones Beta III milenio. ISBN 84-89212-11-2.
Sevilla Muñoz, Julia (1988). Hacia una aproximación conceptual de las paremias
francesas y españolas. Madrid: Editorial Complutense. ISBN 84-7491-270-9.
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ También se define como: Una sentencia breve y doctrinal que se propone
como regla en una ciencia o arte. Fuente: [1]
2. Volver arriba↑ BERNABÉ, ALBERTO. DE TALES A DEMÓCRITO. MADRID: ALIANZA.
p. 113-114 |página= y |páginas= redundantes (ayuda).
3. Volver arriba↑ «Pienso, luego tuiteo». El País. 17 de abril de 2011. Consultado el 17 de
abril de 2011.
4. Volver arriba↑ «Gracias a Twitter reviven los aforismos». La Nación. 16 de abril de 2011.
Consultado el 15 de julio de 2011.
Descripción
La tradición médica griega sobrevivió mucho tiempo después de la caída del mundo
helenístico gracias a la labor de los traductores y comentaristas árabes, que conservaron
los descubrimientos teóricos y prácticos de los médicos griegos en traducciones al árabe.
La traducción de textos médicos griegos al árabe fue realizada principalmente por los
califas abasíes y, en particular, en el círculo de intelectuales relacionados con Ḥunayn ibn
Isḥāq (circa 809–873). Entre los médicos griegos, Hipócrates siempre ha sido considerado
un personaje ejemplar, el símbolo del verdadero y escrupuloso médico, en especial gracias
a la alta consideración que Galeno y otros médicos muestran en sus obras hacia esta
figura fundacional. Los Aforismos (dichos) de Hipócrates recibieron muchísimos
comentarios tanto en el mundo griego como en el islámico. El presente manuscrito es un
claro ejemplo de esta tradición, ya que consiste en una copia fragmentaria del siglo XIV de
un comentario del siglo XI sobre los Fuṣul (Dichos) de Hipócrates, realizado por el médico
persa ibn Abī Ṣādiq al-Nīsābūrī. Las traducciones de los aforismos de Hipócrates al árabe
están subrayadas en tinta roja, mientras que el resto del texto conserva el comentario de
al-Nīsābūrī. Hay una interesante nota en inglés sobre la propiedad de la obra, que se
encuentra en el folio apertura del manuscrito e indica que fue un obsequio del Dr. Franz
Pruner, que trabajó como jefe médico del hospital de El Cairo después de 1838, al cirujano
estadounidense Valentine Mott. La portada registra a varios propietarios anteriores, desde
el siglo XV hasta el XVIII. El manuscrito quizás se remonte al siglo XIV.
Gracias a Twitter, reviven los
aforismos
Las máximas inundan la Web y las librerías
16 de abril de 2011
MADRID (Diario El País).- "He construido castillos en el aire tan
hermosos que me conformo con sus ruinas", escribió Jules Renard
en 1890. Una frase que cabría maravillosamente en un mensaje de
la red social Twitter. El límite de 140 caracteres que fija ese
popular servicio de mensajería pública e instantánea en Internet,
en el que cada día se vuelcan 65 millones de textos ("tuits", en la
jerga), ha insuflado nueva vida a un género filosófico y literario de
larga tradición: el aforismo.
Si, como sostiene Nicholas Carr en su obra Superficiales , Internet
causa que la "lectura profunda" se convierta en un esfuerzo, los
aforismos parecen la vía ideal para alcanzar honduras filosóficas
sin quemarse las pestañas.
Aforismo: definición y
ejemplos
Baltasar Gracián, tal vez, la cima de nuestro aforismo.
13 de octubre de 2017. Alonso W. Wright
Un aforismo es, según nos dice la RAE, una sentencia breve y doctrinal
que se propone como regla en alguna ciencia o arte. Del latín aphorismus,
y este del griego ?φορισμ?ς (definir), un aforismo es una declaración breve
que pretende expresar un principio de una manera concisa, coherente y
en apariencia cerrada.
Parece que el término aforismo fue utilizado por primera vez por Hipócrates.
Y fue posteriormente aplicado a la ciencia y, finalmente, a todo tipo de
principios.
A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada
uno se disfraza de aquello que es por dentro. - Chesterton
El futuro nos tortura, el pasado nos encadena. He aquí por qué se nos
escapa el presente. - Gustave Flaubert
Pero, tras estos aforismos famosos, hoy nos queremos detener en Baltasar
Gracián (1601-1658), nuestro escritor español del Siglo de Oro, como máximo
exponente de la creación de aforismos. Gracián construyó a partir de frases
breves un estilo muy personal, contundente y concentrado, con gran
capaciadad para jugar con las palabras y relacionarlas con ideas.
"La realidad y las formas. Los malos modos todo lo estropean, hasta la
justicia y la razón. Los buenos todo lo remedian: doran el no, endulzan
la verdad y hermosean la misma vejez. En las cosas tiene gran parte el
cómo. Lo más estimado en la vida es un comportamiento cortés. Un bel
portarse resuelve singularmente cualquier situación. Señorío en el decir
y en el hacer". Baltasar Gracián.
Un jurado, compuesto por los escritores Álvaro Salvador, Juan Varo Zafra y Miguel Ángel
Arcas, ha determinado conceder por mayoría el Quinto Premio Internacional
José Bergamín de Aforismos, entre un total de 40 textos presentados, al libro titulado Tirar
la piedra, con el seudónimo Daniel Noguera, cuyo autor ha resultado ser Gabriel Insausti.
Adagio (lingüística)
Para otros usos de este término, véase Adagio.
Un adagio es una frase muy corta pero fácil de memorizar, y que contiene y expresa algún
elemento de conocimiento o experiencia importante, considerado cierto por mucha gente,
y/o que ha ganado cierta credibilidad a través de su uso continuado.
Los adagios pueden ser observaciones interesantes, guías éticas prácticas, o
comentarios pesimistas sobre la vida en general o alguno de sus aspectos. Algunos
adagios son producto de la sabiduría popular, que intenta resumir alguna verdad básica;
este tipo se conoce generalmente como proverbio o refrán. Y si describe una regla general
de conducta, se conoce como máxima.
Por su parte, una expresión no necesariamente muy hermosa o graciosa, pero que goza
de una especial profundidad o un buen estilo, se conoce como aforismo, mientras que una
con humor o ironía recibe el nombre de epigrama. A través del uso excesivo, un adagio
puede convertirse en un cliché o un lugar común.
En la actualidad[editar]
Los adagios empleados pueden recibir nombres propios y ser llamados "leyes", en una
imitación humorística de las leyes físicas, o principios. Algunos adagios, como la Ley de
Murphy, son formulados de manera informal y luego reciben un nombre, mientras que
otros, como el Principio de Peter, tienen nombres ya desde su misma formulación; se
puede argumentar que el segundo tipo no constituye un adagio "verdadero", pero ambos
tipos suelen ser difíciles de distinguir.
Usos[editar]
Los adagios formulados en obras de ficción populares suelen derivar hacia la cultura
popular, especialmente cuando existe una subcultura devota del género que corresponda,
como es el caso de las novelas de ciencia ficción. Muchas profesiones y subculturas crean
sus propios adagios, que pueden entonces ser considerados como una especie de jerga;
ese tipo de adagios pueden llegar a ser empleados por el público en general, a veces
siendo alterados en el proceso. Las comunidades virtuales como las que se desarrollan
en foros o grupos de noticias de internet, también suelen crear sus propios adagios.
Enlaces externos[editar]
Apotegma
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Este aviso fue puesto el 18 de septiembre de 2017.
Ejemplos de apotegmas[editar]
Tomados de Juan Rulfo[editar]
Una dama hermosa y sin señal de corta vista, traía unos anteojos por lo cual se le dijo:
otras los traen por ver más y vuestra merced por ser más vista. (Anteojos, gafas)
Había en Nápoles un sastre que se llamaba fulano Evangelista, al cual dijo: "mudad
oficio o nombre; porque sastre y evangelista no puede ser". (El oficio de sastre era
propio de judíos).
Apotegmas políticos[editar]
En política se encuentran varios ejemplos, por ejemplo el expresidente argentino Juan
Domingo Perón creó el apotegma que describe al peronismo: «Los peronistas somos
como los gatos, cuando parece que nos estamos peleando es que nos estamos
reproduciendo». Un célebre y docto opositor de Perón, el escritor Jorge Luis Borges, dijo
por su parte: «los peronistas no son ni buenos ni malos, son incorregibles».
Proverbio
Para el libro del Antiguo Testamento, véase Proverbios.
Proverbio chino: Bing feng san chi, jue fei yi ri zhi han. Tres palmos de hielo no se hacen en un día
de invierno.
Historia[editar]
Españoles, Pinciano
Italianos, Cornazzano
Holandeses y alemanes, Gruter
Ingleses, Howell, Ray, Fielding y Kelly
Franceses, Leroux de Linay1
El refrán[editar]
En la lengua española, la denominación refrán ha conocido una gran difusión hasta el
punto de arrinconar a proverbio que se asocia a una paremia culta como los proverbios
bíblicos, frente al refrán, paremia popular o popularizada.
Refrán es una palabra con un origen etimológico que nos remite a la lengua francesa y al
vocablo refrain, que quiere decir 'sentencia corta'.
Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, nos define lo que es un refrán: "los
refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros
antiguos ancianos". Seguirá diciendo Don Quijote sobre la utilidad de los refranes:
"cualquiera de los que has dicho [, Sancho,] basta para dar a entender tu pensamiento"
(Segunda parte, capítulo XVII).
Los refranes son sentencias breves, habitualmente, de autor desconocido, que, según
Felipe C. R. Maldonado, "señalan qué actitud conviene adoptar en cada situación, define la
razón de una determinada conducta, o extrae las consecuencias de una circunstancia,
entrañando en cualquier caso un fin didáctico y aleccionador y convirtiendo la anécdota
humana en tema de reflexión".2 No obstante, muchas frases literarias y bíblicas han
pasado a formar parte del refranero popular. La mayoría de los refranes son observaciones
acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, con temas que van desde la
meteorología hasta el destino invariable y fatalista de existencia. Constituyen el bagaje
cultural del pueblo en tiempos en los que la tradición oral pasaba la sabiduría popular de
una generación a otra.
Su estructura suele ser pareada y recurren tanto a la prosa y verso como a figuras
literarias (antítesis, elipsis o paralelismo) para facilitar su perpetuación oral.
Ediciones de refraneros[editar]
La primera colección conocida de refranes se atribuye a don Íñigo López de Mendoza,
marqués de Santillana, bajo el título de Refranes que dizen las viejas tras el fuego. El
racionero de la Catedral de Toledo Blasco de Garay escribió después dos Cartas en
refranes (Toledo, 1541) que carecen del propósito exhaustivo de una compilación pero
pretenden ser un agradable pasatiempo cortesano. La primera era exclusivamente de
refranes y la segunda de sentencias, pero en posteriores ediciones se añadieron otras dos
anónimas, una de Juan Vázquez de Ayora y otra, sumamente deturpada, que provenía de
un impreso sevillano. Así aparecieron junto al Processo de cartas de amores de Juan de
Segura y el Diálogo de mujeres de Cristóbal de Castillejo, recortado y moralizado, por
cierto, por Blasco de Garay.
Pedro de Vallés imprimió la tercera colección, Libro de refranes copilado por el orden A. B.
C. (Zaragoza, Juana Millán, 1549. Después vinieron tres cuyo carácter era profundamente
humanístico. La cuarta fue realizada por el Comendador griego, es decir, Hernán
Núñez (1478-1553) catedrático de Salamanca, Refranes o proverbios en romance,
Salamanca, Juan de Canova, 1555, con un prólogo de León de Castro. El sevillano Juan
de Mal Lara, discípulo de ambos, publicó otra, La Philosophia vulgar, Sevilla, Hernando
Díaz, 1568. Por otra parte, Sebastián de Horozco, quien también estudió en Salamanca,
escribió una Recopilación de refranes y adagios, que consta de 8.311 ordenados
alfabéticamente, pero cuyo manuscrito ha perdurado acéfalo, falto de aquellos que debían
reunirse en las letras A, B, C y D. Lo que queda fue impreso en 1916 con el título
de Teatro universal de los proverbios. Por último, Gonzalo Correas reunió en un largo
manuscrito que tituló Vocabulario de refranes y frases proverbiales un verdadero tesoro
idiomático que no llegó a comentar debidamente ni se vio impreso hasta siglos más tarde.
Ya en el siglo XVII publicaron otros refraneros eruditos como Juan Sorapán de
Rieros y Jerónimo Martín Caro y Cejudo, entre otros.
En los últimos años, se están elaborando importantes corpus de paremias, como
el Refranero multilingüe del Centro Virtual Cervantes, coordinado por Mª I. Teresa
Zurdo y Julia Sevilla Muñoz (Universidad Complutense de Madrid);3 o el BADARE,
coordinado por José Enrique Gargallo Gil (Universidad de Barcelona).4
Bibliografía[editar]
JUNCEDA, Luis (1997). Diccionario de refranes. Madrid: Espasa Calpe. ISBN 8423987841.
Sevilla Muñoz, Julia (1988). Hacia una aproximación conceptual de las paremias
francesas y españolas. Madrid: Editorial Complutense. ISBN 84-7491-270-9.
Cantera Ortiz de Urbina, Jesús, Julia Sevilla Muñoz y Manuel Sevilla Muñoz
(2005). Refranes, otras paremias y fraseologismos en Don Quijote de la Mancha.
Vermont: The University of Vermont. Proverbium, vol. 17. ISBN 0-9710223-9-9.
Sevilla Muñoz, Julia y Jesús Cantera Ortiz de Urbina (2002). Pocas palabras bastan.
Vida e interculturalidad del refrán. Salamanca: Centro de Cultura Tradicional Ángel
Carril. ISBN 84-87339-66-2.
Notas[editar]
1. Volver arriba↑ Diccionario enciclopédico popular ilustrado Salvat (1906-1914)
2. Volver arriba↑ Cf. Refranero clásico español, edición de Felipe C. R. Maldonado, Madrid:
Taurus, 1966, 2.ª ed., p. 10.
3. Volver arriba↑ «Presentación del Refranero multilingüe». Refranero multilingüe. Madrid:
Instituto Cervantes. Consultado el 13 de julio de 2016.
4. Volver arriba↑ Gargallo Gil, José Enrique. «BADARE, una herramienta multidisciplinar».
Consultado el 13 de julio de 2016.
Greguería
Las greguerías son textos breves semejantes a aforismos, que generalmente constan de
una sola oración expresada en una sola línea, y que expresan, de forma aguda y original,
pensamientos filosóficos, humorísticos, pragmáticos, líricos, o de cualquier otra índole. Se
considera un género creado por Ramón Gómez de la Serna.1
Definición y antecedentes[editar]
Ramón Gómez de la Serna planteó la fórmula de la greguería de la siguiente manera:
Siendo ésta una sentencia ingeniosa y en general breve que surge de un choque
casual entre el pensamiento y la realidad.
El propio Gómez de la Serna, en su prólogo a Total de greguerías (1955), citó como
antecedentes de la greguería a parte de la obra de autores como Luciano de
Samosata, Horacio, Shakespeare, Lope de Vega, Quevedo, Jules Renard, Saint-Pol
Roux, George Santayana, entre otros.2 3 La imagen en que se basa la greguería puede
surgir de forma espontánea, pero su formulación lingüística es muy elaborada, pues ha de
recoger sintética, ingeniosa y humorísticamente la idea que se quiere transmitir.
El efecto sorpresivo se obtiene a través de:
1. La asociación visual de dos imágenes: «La luna es el ojo de buey del barco de la
noche».
2. La inversión de una relación lógica: «El polvo está lleno de viejos y olvidados
estornudos».
3. La asociación libre de conceptos ligados: «El par de huevos que nos tomamos
parece que son gemelos, y no son ni primos terceros».
4. La asociación libre de conceptos contrapuestos: «Lo más importante de la vida es
no haber muerto».
Obras[editar]
El principal promotor de la greguería fue el propio Gómez de la Serna, quien dedicó a lo
largo de su vida numerosos libros a este nuevo género, que cultivaba asiduamente en
secciones fijas de los periódicos y lo consagraría como uno de los escritores más
conocidos de las letras españolas: Greguerías (1917), Flor de greguerías (1933), Total de
greguerías (1955), etc. Este género, de hecho, sirvió para renovar la anquilosada idea de
la metáfora y de la imagen poética que poseía la estética literaria española y anticipó
el Surrealismo.
Ejemplos[editar]
Algunos ejemplos de greguería:
Véase también[editar]
Aforismo
Apotegma
Cadáver exquisito
Haiku
Nonsense
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Ortiz, a quien le importa (29 de octubre de 2009). «Diccionario Literario:
greguería» (en español). Madrid, España: WeblogsSL. Consultado el 16 de
septiembre de 2015.
2. Volver arriba↑ Gómez de la Serna, Ramón (1955). «Prólogo». Total de
greguerías (en español) (primera edición). Aguilar. Archivado desde el original el 16 de
septiembre de 2016. Consultado el 12 de agosto de 2011.
3. Volver arriba↑ José de la Colina (noviembre de 2003). «Ramón, o el juego con el
mundo». Letras Libres (en español). Consultado el 11 de agosto de 2011.
Paremia
Véase también[editar]
Apotegma
Enlaces externos[editar]
Revista Paremia [2]
Paremias Filosóficas [3]
Grupo de Investigación UCM 930235 Fraseología y Paremiología (PAREFRAS) [4]
Biblioteca fraseológica y paremiológica [5]
Referencias[editar]
Pedrosa, José Manuel y Nieves Gómez López (2003). Las voces sin fronteras:
didáctica de la literatura oral y de la literatura comparada. Almería: Universidad de
Almería. ISBN 84-8240-682-5.
Sevilla Muñoz, Julia (1988). Hacia una aproximación conceptual de las paremias
francesas y españolas. Madrid: Editorial Complutense. ISBN 84-7491-270-9.
Paremiología
La paremiología (del griego paroimía ‘proverbio’, y logía ‘compilación’, ‘colecta’) es la
disciplina que estudia los refranes, los proverbios y demás enunciados cuya intención es
transmitir algún conocimiento tradicional basado en la experiencia. La paremiología
comparada establece relaciones entre los refranes y demás enunciados sentenciosos de
diferentes idiomas y culturas.
La paremiología aprovecha para extraer de los proverbios la información acumulada a
través de cientos de años de historia. Esta información puede ser de muchos tipos:
sociológica, gastronómica, meteorológica, histórica, literaria, zoológica, cinegética,
toponímica, lingüística, lexicográfica, religiosa, agronómica... Con frecuencia
un refrán nace como condensación de un chascarrillo o cuentecillo tradicional, y expresa
las creencias y supersticiones populares con más fidelidad que otras formas literarias. En
otras ocasiones, por el contrario, posee un origen culto que deriva de los sermones que
durante la Edad Media se pronunciaban en lengua vernácula. Posee una
particular retórica, en la que se cruzan el ritmo, el paralelismo, la antítesis, la elipsis y
los juegos de palabras.
Véase también[editar]
Dicho
Paremia
Proverbio
Refranero
Referencias[editar]
Bibliografía[editar]
Sevilla Muñoz, Julia (1996, 3, pp. 641-672). "Sobre la Paremiología española",
Euskera. Bilbao: Euskaltzaindia, Real Academia de la Lengua Vasca.
Enlaces externos[editar]
A veces se compara a los axiomas con semillas, porque de ellas surge toda la teoría de la cual son
axiomas.
Etimología[editar]
La palabra axioma proviene del sustantivo griego αξιωμα, que significa «lo que parece
justo» o, que se le considera evidente, sin necesidad de demostración. El término viene del
verbo griego αξιοειν (axioein), que significa «valorar», que a su vez procede de αξιος
(axios): «valioso» o «digno». Entre los filósofos griegos antiguos, un axioma era lo que
parecía verdadero sin necesidad de prueba alguna.
Legado helénico[editar]
Uno de los grandes frutos de los matemáticos griegos fue la reducción de asertos
matemáticos y teoremas, en forma racional y coherente, a una pequeña cantidad de
postulados o axiomas muy simples, los bien conocidos axiomas de la geometría, o bien las
reglas de la aritmética, que presiden relaciones entre unos pocos objetos básicos, tales
como los números enteros y los puntos geométricos. Los objetos matemáticos se
generaron como abstracciones o idealizaciones de la realidad física. Los axiomas, ya sea
aceptados como "evidentes" desde un punto de vista filosófico o bien meramente como
abrumadoramente plausibles, se aceptan sin demostración; sobre ellos se ha erigido la
cristalizada estructura de las matemáticas.2
Lógica[editar]
Artículo principal: Lógica proposicional
La lógica del axioma es partir de una premisa calificada de verdadera por sí misma (el
axioma), y de ésta inferir otras proposiciones por medio del método deductivo, de lo cual
se obtienen conclusiones coherentes con el axioma. A partir de los axiomas, y de reglas de
inferencia, han de deducirse todas las demás proposiciones de una teoría dada.
Axioma lógico[editar]
Los axiomas son ciertas fórmulas en un lenguaje formal que son universalmente válidas,
esto es fórmulas satisfechas por cualquier estructura y por cualquier función variable. En
términos coloquiales son enunciados verdaderos en cualquier mundo posible, bajo
cualquier interpretación posible, con cualquier asignación de valores. Comúnmente se
toma como axioma un conjunto mínimo de tautologías suficientes para probar una teoría.
Ejemplo 1[editar]
En cálculo proposicional es común tomar como axiomas lógicos todas las fórmulas
siguientes:
1.
2.
3. ,
definir un uso puramente formal y sintáctico del símbolo . De hecho sucede esto en
Lógica matemática.
Otro ejemplo interesante es el de «instanciación universal» , mediante el cuantificador
De nuevo se afirma que la fórmula es válida. Esto es, se debe ser capaz de aportar
una prueba de este hecho, o -mejor expresado- una metaprueba. En efecto, estos
ejemplos son metateoremas de la teoría de lógica matemática, ya que la referencia es
meramente al concepto demostrativo en sí. Además se puede extender a una
generalización existencial utilizando el cuantificador existencial.
Matemáticas[editar]
En matemáticas para que una afirmación sea considerada válida debe o bien estar
contenida dentro de una base de afirmaciones de partida, los denominados axiomas, o
debe poder demostrarse a partir de los mismos. Los axiomas son por tanto los pilares
fundamentales de toda rama de las matemáticas, y a partir de ellos, mediante las
demostraciones matemáticas, se deduce la veracidad de cualquier afirmación.
Los axiomas serán, por tanto, afirmaciones que se aceptan como verdaderas y que su
veracidad no puede ser demostrada a partir de otros axiomas. Un axioma no se
caracteriza por si resulta una afirmación trivial o intuitiva, siendo el axioma de elección un
ejemplo de un axioma que no resulta trivial.
El otro tipo de afirmaciones a las que se hace referencia son los teoremas. Estas
afirmaciones deben ser demostradas usando los axiomas u otros teoremas ya
demostrados. Una consecuencia inmediata de un teorema se llamará corolario.
Muchas partes de la matemática están axiomatizadas, lo que significa que existe un
conjunto de axiomas de los cuales es posible deducir todas las verdades de esa parte de
la matemática. Por ejemplo, de los axiomas de Peano es posible deducir todas las
verdades de la aritmética (y por extensión, de otras partes de la matemática).
El formalismo surgido como consecuencia de la crisis fundacional de principios del siglo
XX dio lugar al llamado programa de Hilbert. Dicho programa abogaba por la formalización
de diferentes ramas de las matemáticas mediante un conjunto de axiomas explícitos, en
general formulados en lenguajes formales de primer orden. Eso significa que junto con los
axiomas lógicos ordinarios de una teoría de primer orden se introducían símbolos
extralógicos (para constantes, funciones y predicados) y ciertos axiomas matemáticos que
usaban dichos signos que restringían su comportamiento. Cada teoría matemática
necesita un conjunto diferente de signos extralógicos, por ejemplo la aritmética de primer
orden requiere la función «siguiente» y una constante que designe al primer de los
números naturales (a partir de esos dos signos nuevos una constante y una función, son
definibles la suma, la multiplicación, la relación de orden «menor o igual» y todas las
nociones necesarias para la aritmética).
El programa de Hilbert hizo concebir la posibilidad de unas matemáticas en que la propia
consistencia de axiomas escogidos fuera verificable de manera relativamente simple. Sin
embargo, el teorema de incompletitud de Gödel y otros resultados mostraron la inviabilidad
del programa de Hilbert para los fines con los que fue propuesto.
Véase también[editar]
Sistema axiomático
Axiomas de Zermelo-Fraenkel
Postulado
Principio
Dogma
Sistema formal
Regla de inferencia
Teorema
Axiomas de Peano
Teoremas de incompletitud de Gödel
Axiomas de Hilbert
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Definición de axioma en Symploke.
2. Volver arriba↑ R. Courant c/ F. John. Introducción al cálculo y al análisis matemático.
VolI ISBN 968-18-0634-5
Bibliografía[editar]
Sagan, Carl (1997). El mundo y sus demonios. Barcelona: Planeta. ISBN 84-08-02043-9.
Axioma
(Griego ἀξίωμα: proposición admitida.) Tesis (proposición) que en la estructuración de una
teoría científica se toma como inicial e indemostrable en la teoría dada; de ella (o de un
conjunto de proposiciones del mismo carácter) se infieren todas las demás proposiciones de la
teoría aplicando reglas de deducción fijadas de antemano. Desde la Antigüedad clásica hasta
mediados del siglo XIX, los axiomas eran considerados como proposiciones que resultaban
evidentes por intuición o que eran apriorísticamente verdaderas, con la particularidad de que no
se tomaba en consideración el hecho de estar condicionadas por la actividad práctica y
cognoscitiva multisecular del hombre. Lenin escribió que la actividad práctica del hombre tuvo
que conducir miles y miles de veces la conciencia del individuo a repetir distintas figuras lógicas
para que tales figuras pudieran alcanzar el significado de axiomas. La concepción moderna
de método axiomático no postula la evidencia apriorística del axioma. Los axiomas han de
cumplir sólo un requisito: de ellos, y sólo de ellos, han de deducirse todas las demás
proposiciones de la teoría dada. El problema relativo al carácter verdadero de los axiomas
elegidos de este modo se resuelve hallando las interpretaciones (Interpretación y modelo) del
sistema de que se trate: si tales interpretaciones se dan o, por lo menos, son admisibles en
principio, hay que considerar los axiomas como verdaderos (compárese Postulado).
Diccionario filosófico · 1965:34-35
Axioma
(griego: tesis aceptada.) Afirmación (proposición) de partida de una u otra teoría científica,
que se toma como no sujeta a demostración en la teoría dada y de la que (o del conjunto de las
cuales) se deducen las demás proposiciones de la teoría en correspondencia con las reglas de
conclusión adoptadas en ella. (cfs. Postulado). A partir de la Antigüedad hasta mediados del
siglo 19, los axiomas se consideraban como proposiciones intuitivamente evidentes o
auténticas a priori. Pero se perdía de vista su condicionamiento por la actividad práctica y
cognoscitiva del hombre. Al repetirse millones y millones de veces, la actividad práctica del
hombre se consolida en su conciencia en forma de figuras lógicas, las cuales, en virtud de esta
repetición, se convierten en axioma. La comprensión moderna del método axiomático exige del
axioma que cumpla sólo una condición: ser tesis de partida para deducir, con ayuda de las
reglas lógicas aceptadas, las demás proposiciones (teoremas) de la teoría dada. El problema
de la veracidad del axioma se resuelve en el marco de otras teorías científicas o al encontrarse
interpretaciones (Interpretación y modelo) del sistema dado: la realización de un sistema
axiomático formalizado en una u otra esfera material es testimonio de la autenticidad de los
axiomas aceptados en dicho sistema.
Diccionario de filosofía · 1984:33
AXIOMA
La historia en aforismos
Con demasiada frecuencia la historia es más para explicar el
futuro que para comprender el pasado
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JORGE WAGENSBERG
31 MAR 2017 - 17:07 CEST
'La rendición de Breda', de Velázquez, narra un suceso histórico. MUSEO DEL
PRADO
2. Con demasiada frecuencia la historia es más para explicar el futuro que para
comprender el pasado.
8. Se puede cambiar el sentido de la historia sin decir una sola mentira; nótese
por ejemplo que la única víctima inocente de la historia de la Caperucita Roja es
el lobo feroz.
9. Las disciplinas científicas pueden ser de dos clases: las que pretenden
reconstruir la historia, como la geología, la evolución, la arqueología, la
paleoantropología, la cosmología…, y las que pretenden anticipar el futuro, como
la física, la química, la ingeniería, la cosmología…
11. Para decir que el futuro ha cambiado siempre hay que invertir mucho talento
y poder de seducción, para decir que ha cambiado la historia a veces basta con
decirlo.
12. Una persona es joven mientras su historia pese menos que su futuro.
13. Cuando la historia estimula al futuro se llama experiencia, cuando lo frena se
llama tradición.
14. Muchos ciudadanos no salen de viaje sin incluir la piedra de tropezar dos
veces en su equipaje.
15. Las leyes de la moral se cambian más fácilmente que las historias de la
historia, por eso los 10 mandamientos son leyes protegidas con un fino
revestimiento de historia.
18. La grandeza del lenguaje humano es que con él se pueden explicar historias,
o sea, se pueden compartir vivencias con quienes no las han vivido.
https://elpais.com/cultura/2017/03/30/babelia/1490873552_416552.html
Este filósofo cordobés vivió entre los siglos I a.C. y I d.C., y convertido en consejero del
emperador Nerón, fue uno de los sabios más respetados en la Roma Imperial, y pasaría a
la historia como uno de los máximos exponentes del pensamiento estoico.
El estoicismo se trata de la filosofía de la fuerza de voluntad y de control de uno mismo.
En las máximas de Séneca encontraremos valiosos consejos sobre cómo preservar el
control de nuestra vida frente a los ataques, externos e internos que sufrimos.
En la Francia del XVII Jean de La Bruyère trabajó como profesor particular en la residencia
de los duques de Borbón. Cuando su labor como docente terminó, el duque le permitió
permanecer en la residencia y le asignó un salario, como gentilhombre de letras y
sabiduría que enriquecía la convivencia del lugar. De este modo, el escritor se encontró
en una situación idónea para la escritura y el pensamiento, cosa que resultó en este
libro de reflexiones y aforismos, en los que refleja a la sociedad de su época y aporta
interesantes comentarios. Es de señalar que, debido a su situación de dependencia, debía
soportar el carácter a veces caprichoso de los nobles. Quizá en el libro de Los caracteres
se encuentra una pequeña, silenciosa y duradera venganza.
Balzac)
¿Quién puede negar que la experiencia de vida de Napoleón Bonaparte lo coloca en una
posición privilegiada para la observación de la realidad y la producción de reflexiones
sobre ella? Por si fuera poco, el encargado de navegar entre toda la producción escrita del
famoso gobernante y militar es nada más y nada menos que Honoré de Balzac. El escritor
elabora esta antología de máximas y reflexiones y las ordena de acuerdo a su plan. De
este modo, a lo largo de este libro transitamos gran parte de la historia de la Europa del
siglo XIX, adornada con interesantes reflexiones sobre el gobierno, las masas, la ley, la
moral, y demás cuestiones…
Fernando Pessoa fue un hombre gris que llevaba una existencia tranquila, mientras en lo
privado de su escritura cavó más profundo que nadie hacia las profundidades del alma.
Nadie ha llegado tan lejos como él asomándose a las aguas abisales del uno mismo. Llegó
a crear heterónimos con sus propias biografías y estilos de escritura. En su mundo interior,
florecía en la imaginación un refugio vital que le aportaba tanto placer como la vida
misma. Si escribir tiene algo que ver con la imaginación, Pessoa fue el más grande
escritor de todos los tiempos. Compuesto bajo el nombre de Bernardo Soares, el libro
del desasosiego es un viaje a lo trascendental, a la contemplación iluminada de uno
mismo a través de pequeños fragmentos de longitud variable. Una de las piezas de
literatura más importantes del siglo XX, y tal vez de toda la historia.
Nacionalidad Alemana
Educación
Supervisor
Abraham Gotthelf Kastner
doctoral
Información profesional
Área Física
Empleador Universidad de Gotinga
Vida[editar]
Lichtenberg fue el más joven de 17 hermanos, hijo de un pastor protestante de idéntico
nombre que fue ascendiendo en la jerarquía eclesiástica hasta convertirse en
superintendentente de Darmstadt. Al contrario de lo habitual en un religioso de la época,
su padre disponía de grandes conocimientos científicos. Georg Christoph Lichtenberg fue
educado en la casa de sus padres hasta la edad de 10 años en que ingresó en la
escuela latina de Darmstadt. Su inteligencia se puso rápidamente en evidencia. Pretendía
estudiar matemáticas pero su familia no alcanzaba a pagar los estudios por lo que
en 1762 su madre, Katharina Henriette Lichtenberg, nacida en Eckhard (1696-1764) se
dirigió a Luis VIII de Hesse-Darmstadt, que le concedió a Lichtenberg una beca anual de
200 gulden. En mayo de 1763 dejó Darmstadt para estudiar
hasta 1766 matemáticas, historia natural y astronomía en la Universidad de Gotinga.
Su minusvalía física (escoliosis) y su propensión a padecer enfermedades probablemente
hicieron de él una persona extremadamente curiosa y observadora.
Tras sus estudios realizó dos largos viajes a Inglaterra, el primero en 1770 como tutor de
dos estudiantes ingleses en que causó una gran impresión al Rey Jorge III de Inglaterra
y Hannover que lo recomendó para ocupar una plaza de profesor de filosofía. En los años
siguientes hasta 1774 realizó observaciones astronómicas en el antiguo Observatorio
de Gotinga. En el segundo de sus viajes de 1774 a 1775 conoció a integrantes de la
expedición que dio la segunda vuelta al mundo de Cook y a otras personalidades de la
época como James Watt o Joseph Priestley. En 1777 realizó experimentos fotográficos
con alta tensión, esparciendo licopodioen polvo sobre una placa altamente electrizada,
estudiando las ramificaciones de las descargas eléctricas. Posteriormente esas figuras en
las imágenes se llamaron figuras de Lichtenberg.
En 1770 había obtenido plaza de profesor de física, matemáticas y astronomía en la
Universidad de Gotinga, aunque no impartió clases hasta 1776.
En 1777 estuvo relacionado con Maria Dorothea Stechardt (1765-1782). Desde 1780 hasta
su fallecimiento fue profesor (Ordinarius) de física. En 1782 conoce a Margarethe Elisabeth
Kellner con quien comienza otra relación análoga a la matrimonial. En 1793 fue nombrado
miembro de la Royal Society de Londres.
Obras literarias[editar]
Desde 1764 Lichtenberg fue anotando en libretas una innumerable cantidad de
apuntes, aforismos o ideas rápidas, que fueron objeto de publicación mucho tiempo
después de su fallecimiento. En ellos se descubre su tendencia al escépticismo y su ironía.
Ejemplos:
El americano que descubrió a Colón hizo un pésimo descubrimiento.
Quien sólo entiende de química, tampoco la entiende.
Eponimia[editar]
El cráter lunar Lichtenberg lleva este nombre en su memoria.1
El asteroide (7970) Lichtenberg también conmemora su nombre.
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ «Lichtenberg». Gazetteer of Planetary Nomenclature (en inglés).
Flagstaff: USGS Astrogeology Research Program. OCLC 44396779.
Un siglo de aforismos
mexicanos
1 DICIEMBRE, 2010
Javier Perucho
A propósito del centenario de la aparición del libro de aforismos
de Francisco Sosa, Breves notas tomadas en la escuela de la
vida, publicado en 1910 (Imprenta de Antonio García Cubas),
expondré un horizonte del aforismo, la redención literaria del
género, simpatías y diferencias con otras arquitecturas
narrativas que recurren a la brevedad literaria —microrrelato,
apotegma, sentencia, máxima— y a la tradición popular —
leyenda, adivinanza, proverbio, chiste— para su concreción
artística. Asimismo, apuntaré una demografía autoral y un
inventario de esta musa menor cuya presencia en las letras
nacionales es seductora, indocumentada y marginal. Presencia
que dispone de al menos un siglo, si partimos para su
documentación probada del libro de Francisco Sosa, capital
para el aforismo, pues este volumen puede considerarse punto
de partida para establecer la historiografía literaria del aforismo.
Así pues, el origen, desarrollo y continuidad de este género en
México tiene su encrucijada en Breves notas tomadas en la escuela
de la vida.
Horizontes
del aforismo
Simpatías y diferencias
Censo y demografía
Carlos Díaz Dufoo Jr.: Hubiese dado cualquier cosa por una
creencia elemental, por una afirmación biológica, por un
pequeño refugio, animal y seguro.
Gerardo Deniz: Cuando musitan que así no, deduzco que antes,
cuando menos cierta vez, dijeron sí —y a mí no fue.
Elias Canetti
Elias Canetti
Información personal
Nombre de
Elias Jacques Canetti
nacimiento
Lugar de
Cementerio de Fluntern
sepultura
Nacionalidad Británica
Lengua alemán
materna
Familia
Educación
Información profesional
Lengua de
producción Alemán
literaria
Obras notables
Auto de fe
Firma
Biografía[editar]
Infancia[editar]
Elías Canetti nació en Ruse, de una familia comerciante de origen sefardí,n 1 hijo mayor de
Jacques Canetti, judío de origen español (los antepasados paternos nacieron con el
apellido de Cañete, pero, tras la expulsión de los judíos de la Península Ibérica en 1492,
cambiaron su apellido), y de Mathilde Arditti, nacida de una familia judía sefardí rica de
origen italiano (antepasados maternos eran sefardíes de Livorno que se asentaron en
Bulgaria). El idioma de su infancia era el Ladino o judeoespañol que habla en la familia (en
su autobiografía, asociado a fuertes recuerdos de la infancia), pero el pequeño Elías tuvo
sus primeras experiencias con la lengua alemana que era la de uso privado por los padres
(que la consideraban el lenguaje del teatro y el de sus años de estudio en Viena).
Después de aprender la lengua búlgara para el uso cotidiano, tuvo que aprender inglés
cuando su padre decidió trasladarse a trabajar en Manchester en 1911. La decisión fue
recibida con entusiasmo por Mathilde Arditti, mujer culta y liberal, que tuvo que sacar a
Elías de la influencia de su abuelo paterno, que se había unido a la escuela talmúdica.
Muerto su padre, al año siguiente la familia emigró a Viena donde vive la Primera Guerra
Mundial.56 Una vez instalado en Austria, utilizará el alemán principalmente. En 1916 la
familia se trasladó a Zurich, donde Canetti pasó, entre 1916 y 1921, sus años más felices.
En este período, a pesar de la presencia de sus hermanos más pequeños, la relación
Canetti con su madre (que desde 1913 sufrió de crisis periódicas depresivas) se hizo cada
vez más estrecha, conflictiva y marcada por la dependencia mutua.
Alemania y Austria[editar]
En 1921 la familia se traslada a Frankfurt, donde Canetti asiste a las manifestaciones
populares tras el asesinato del ministro Walter Rathenau, la primera experiencia con el
comportamiento de las masas que le dejó una impresión indeleble. En 1924 regresó con
su hermano Georges a Viena, donde se graduó en química en 1929, aunque su gran
pasión era la literatura y a ella se dedicó.7 Canetti se integró rápidamente en la élite
cultural vienesa, donde estudió las obras de Otto Weininger, Sigmund Freud (que despertó
su desconfianza desde el principio) y Arthur Schnitzler, y asistió a las famosas
conferencias a cargo de Karl Kraus, polemista y moralista, que reconoce como su principal
maestro. En uno de estos encuentros culturales conoció a la escritora sefardí Venetiana
(Veza) Täubner-Calderón, muy inteligente pero sin el antebrazo derecho desde el
nacimiento. En 1934 se casó con ella, a pesar de la oposición de su madre.
Bajo la influencia de la memoria de los acontecimientos de Frankfurt, en 1925 empezó a
tomar forma un proyecto de libro sobre la masa. En 1928 se fue a trabajar a Berlín como
traductor de libros americanos (especialmente de Upton Sinclair), y allí conoció a Bertolt
Brecht, Isaak Babel y George Grosz. Dos años más tarde recibió su doctorado en química,
pero no ejerció la profesión por la que nunca mostró interés. Entre 1930 y 1931 comenzó a
trabajar en la novela Die Blendung (Auto de fe), publicada en 1935, y regresó a Viena
donde continuó frecuentando ambiente literario y artístico: Robert Musil, Fritz
Wotruba, Alban Berg, Anna y Alma Mahler.
En esta época también conoció de cerca al director de orquesta Hermann Scherchen del
que describe su interesante y compleja personalidad en la parte de su autobiografía de
1931 a 1937, titulada: El juego de ojos, capítulo El director de orquesta y siguientes,
narrando también la pasión de Scherchen por Anna Mahler, hija del músico Gustav
Mahler y notable escultora.
En 1932 publicó su primera obra de teatro, La Boda. Dos años más tarde fue el turno
de La Comedia de las Vanidades. En 1937 se trasladó a París por la muerte de su madre,
hecho que lo marcó profundamente y que cierra simbólicamente el tercer volumen de la
autobiografía.
Londres[editar]
En 1938, después de la Noche de los cristales rotos en Austria, Canetti se trasladó primero
a París y después a Londres, donde obtuvo la ciudadanía británica en 1952. Es en Gran
Bretaña donde vivió pobremente y trabajó en una de sus obras magnas, Masa y
poder (en alemán: Masse und Macht)?, influido notablemente por la Alemania nazi que
había podido ver de cerca.8 Las próximas dos décadas, se dedicó exclusivamente al este
proyecto sobre la psicología de las masas, cuyo primer y único volumen, Masa y poder, fue
publicado en 1960.
En 1954 pasó un período en Marruecos, siguiendo un rodaje cinematográfico, estancia de
la que surgió el volumen Las Voces de Marrakech.
El estreno de su drama Los emplazados tuvo lugar en Oxford en 1956. Su esposa Veza,
con quien compartió su entusiasmo socialista y su veneración por Karl Kraus, se suicidó en
1963 tras el fracaso de su matrimonio, tal vez debido a las traiciones frecuentes de Elias.
Incómodo con la mentalidad y las costumbres inglesas, se mostró muy crítico con la
intelectualidad del país, como describe en su libro Fiesta bajo las bombas, en el que dejó
un retrato inmisericorde de su amante, la novelista británica Iris Murdoch.
En 1971 se casó con Hera Buschor, una museóloga residente en Zúrich, que le dio al año
siguiente una hija,9 Johanna, un acontecimiento que convence a la pareja de establecerse
permanentemente en Zúrich, en la Klosbachstrasse 88 en Züriberg (colina al este de la
ciudad). En 1969 se publicó El otro proceso de Kafka. Sobre las cartas a Felice (Der
Andere Prozess. Briefe an Felice) que analiza la correspondencia entre Kafka y Felice
Bauer.
En la década de los 70 realiza giras por Europa en varias ocasiones para dar conferencias.
En 1977 se publica el primer volumen de su autobiografía, con gran éxito de crítica y
público. Siguió con dos volúmenes más y una cuarta y última parte publicada en 2003
después de su muerte, completada por su hija sobre la base de sus notas.
Autor centrado como ningún otro en el pensamiento, publicó diversos ensayos aforísticos:
en 1973: Die Provinz des Menschen (La provincia del hombre), experiencia que renueva
más tarde en 1992, con El suplicio de las moscas (Fliegenpein Die). También escribió una
galería de "personajes" en 1974, en línea con Teofrasto y Jean de La Bruyère, con Der
Ohrenzeuge (El testigo oidor).
En 1972 recibe el Premio Georg Büchner, la más importante distinción literaria en lengua
alemana,10 y en 1975, las Universidades de Mánchester y Munich le otorgaron doctorados
honoris causa. En 1981 recibió el Premio Nobel de Literatura,3 "para unas obras que se
caracterizan por una amplia visión, la riqueza de ideas y el poder artístico". Entre los
fundamentos de la entrega del Nobel, se menciona también su estudio de los movimientos
de masas y de manera especial de la brutalidad del nacionalsocialismo germano y de las
dictaduras en general.3 El conjunto de su obra personal no podrá ser conocido hasta el
año 2024 por sus propias disposiciones testamentarias.11
Después de la muerte de Hera (1988), Elias Canetti regresó a Zúrich, donde murió el 14 de
agosto de 1994, y en cuyo cementerio fue enterrado junto a James Joyce.
Obras[editar]
Auto de fe[editar]
Artículo principal: Auto de fe (novela)
Es el primer libro de Elias Canetti y su única novela. Se publicó en 1935. Fue prohibido
más tarde por los nazis y, a pesar de la apreciación de Thomas Mann y Hermann Broch,
no recibió mucha atención, sino hasta que volvió a publicarse, en los años sesenta.
Novela de ficción dentro de la corriente del expresionismo entonces en boga en Alemania
y en Austria, de una fuerza considerable con algunos elementos grotescos y demoníacos,
se puede comparar a las grandes obras de la literatura rusa del siglo XIX, sobre todo a la
obra de Nikolai Gogol y a la de Fyodor Dostoevsky, con el que el propio Canetti ha
declarado su deuda.
Masa y poder[editar]
Artículo principal: Masa y poder
Fue una obra de difícil gestación, Canetti la comienza a concebir en 1925, empleó
cuarenta años en escribirla y la definió como "el trabajo de toda una vida."
Sustancialmente, Masa y poder es un trabajo antropológico y sociológico en el sentido de
Canetti. A través del estudio de la formación de la masa que pone al descubierto, indaga
en los principios que subyacen en el poder. En este ensayo monumental, Canetti hizo
fusionar material de diferentes disciplinas (antropología, sociología, mitología, etología,
historia de las religiones), evitando nombres programáticos como Marx o Freud
(mencionados sólo una vez en una nota al pie).
El argumento muestra que lo que contribuye a formar una masa es un instinto tan innato
en el hombre como el de supervivencia. En la primera parte, se analiza la dinámica de los
distintos tipos de masa y el "silencio". La segunda parte se centra en la cuestión de cómo y
por qué las masas obedecen a sus líderes. Adolf Hitler se presenta como la cabeza
paranoide, fascinado por el tamaño de la masa que él manda. La persecución de los judíos
se coloca a continuación en relación con la enorme inflación de la posguerra de la primera
guerra mundial. Su análisis del ejercicio del poder a través de las órdenes "aguijones" ha
sido una aproximación genial para descubrir los mecanismos de control social en la
sociedad contemporánea. Sus análisis de las peculiaridades históricas de las diversas
sociedades nacionales europeas fundamentan los diferentes comportamientos de estas en
la evolución de la historia del siglo XX. En conjunto, la obra puede considerarse como el
estudio más sólido y fundamentado hasta la fecha de los mecanismos de la sociedad del
siglo XX.
La autobiografía[editar]
Dividida en varios volúmenes (La lengua absuelta, La antorcha al oído y El juego de ojos),
se publicó entre 1977 y 1985. Póstumamente se publicó la cuarta parte: Fiesta bajo las
bombas (2003) completada por su hija a partir de sus notas. Es precisamente esta obra,
una de las más intensas de la literatura contemporánea, lo que le convirtió en uno de los
literatos más importantes del siglo XX. Los primeros tomos de la obra son una especie de
"novela de formación". La historia se divide en cuatro partes básicas, cada una de las
cuales se refiere a un lugar y período de tiempo diferente.
La lengua absuelta[editar]
La primera parte transcurre en la ciudad natal del autor y se refiere a los acontecimientos
relacionados con su infancia. Se describe un mundo suspendido ante la modernidad y el
progreso. Elias Canetti describe los rituales y la vida en un mundo que todavía no habían
descubierto los estragos de las guerras mundiales. Los días de la pequeña ciudad del
Danubio sin preocupaciones o dudas de ningún tipo, de vez en cuando interrumpidas por
las fiestas religiosas y algunos otros acontecimientos importantes. Así nos encontramos
con la búsqueda de una dimensión íntima y personal, capaz de dar alivio a esas pequeñas
metas diarias que marcan la vida de un niño.
La antorcha al oído[editar]
La segunda parte aborda el periodo comprendido entre 1921 y 1931, entre sus dieciséis y
sus veintiséis años de edad. Transcurre en Viena, con tres años iniciales en Frankfurt y
unos meses en Berlín, en 1928. Años marcados por la influencia de Karl Kraus, uno de los
más eminentes intelectuales europeos de entreguerras, director y redactor único de la
revista, Die Fackel (La Antorcha) a la que se refiere el título del libro.12
Aparece el análisis del concepto de masa, «el enigma de todos los enigmas» que
convertirá en la gran tarea intelectual de su vida. También explica el comienzo en 1925 de
su relación con su primera esposa, Veza Tauber-Calderón, de origen sefardí, y el
distanciamiento de su madre.
Después explica que ya concluida la carrera, concibe el proyecto literario de la Comedia
humana de la locura, que quería plasmar en ocho novelas centradas en personajes con
una monomanía particular.En su apartamento cuelga enormes reproducciones de
la Crucifixión de Grunewald, cuya contemplación en Colmar, le había emocionado. De
esas novelas sólo acabará escribiendo una, Auto de fe, que quería titular Kant se prende
fuego y que escribió en 1930.
El juego de ojos[editar]
En esta obra Canetti ya se presenta como un pensador reconocido en los círculos
intelectuales de Viena, tanto por su amistad con los literatos Hermann Broch o Robert
Musil, como por el impacto su novela Auto de fe o de las obras teatrales La boda y La
comedia de la vanidad. Describe a Musil como muy susceptible y aferrado a su mujer.
Toma por modelo moral e intelectual a Avraham Sonne, su «doctor Sonne» pero con
mucho más distanciamiento que el de su admiración por Kraus. También habla de forma
muy elogiosa de su relación con Alban Berg.
El libro termina con el episodio de la muerte de la madre, en París, en 1937, en cuyos
momentos finales estuvo presente, junto con su hermano Georges, con quien ella vivía.
Fiesta bajo las bombas[editar]
Es una serie de notas y fragmentos que recogen su vida en Inglaterra desde 1939 hasta
1988 ordenados tras su muerte por su hija para su publicación.13
En Fiesta bajo las bombas, Canetti va describiendo a diferentes individuos desde el
barrendero Cheshan Bois hasta el duque de Northurberland, pero sobre todo a los
intelectuales, artistas y escritores que conoció. Como siempre es un observador atento del
comportamiento humano y un oyente receptivo. Pone el acento en los elementos
discordantes reveladores del caràcter como la risa de macho cabrío de Bertrand Russell, el
tartamudeo de Aymer Maxwell, la soberbia de su mejor amigo de la época el
sinólogo Arthur Waley, la fragilidad de Franz Steiner o la voz agradable de Geoffrey Pyke.
No hace referencia a las penurias que pasó para poder escribir en Inglaterra. Es la parte
menos personal de su autobiografía.
Inglaterra siempre le resulta extraña y un exilio idiomático, a pesar de haber vivido en
Mánchester de niño. Le repugnan las distancias sociales tan marcadas hasta en el uso del
idioma. A los ingleses les reprocha la soberbia. Se ensaña con la figura del poeta T. S.
Eliot. Canetti siente en Inglaterra la humillación de no ser nadie y el silencio del desprecio.
En los años que vivió en Inglaterra, Canetti asistió a una gran cantidad de partys. Los
participantes de una party no pueden tocarse y están diferenciados por castas de diferente
nivel. El distanciamiento genera una actitud fría ante el extranjero.
Durante gran parte de estos años se dedica a la redacción de Masa y poder que considera
la misión de su vida. Se refiere a la “pequeña” guerra de las Malvinas como “tardía pieza
satírica del Imperio”. Aborrece la Inglaterra de los años ochenta que personifica en
Margaret Thatcher, tildada de institutriz e “ídolo de la época de vendedores de esclavos”,
“la predicadora del egoísmo”. Pero la mayor parte de Fiesta bajo las bombas se centra en
los recuerdos de la guerra y la inmediata posguerra. Recuerda los bombardeos de
aquellos años, y la mezcla de excitación y frialdad que sentía ante el espectáculo de los
aviones sobrevolando el cielo.
En sus visitas al cementerio de Hampstead, donde residía, se siente “ más justo de lo que
era en la vida cotidiana”. Da su tiempo a todos como un oyente atento: “Las horas que
pasé con cualquiera que me hablara de sí mismo me abrieron horizontes y me hicieron
feliz”.
Apuntes[editar]
Algunos de los libros de "apuntes" (Aufzeichnungen) fueron publicados en vida de Canetti
y otros vieron la luz de manera póstuma. Algunas de las entregas son La provincia del
hombre, El suplicio de las moscas, El corazón secreto del reloj, Hamsptead y dos
colecciones con anotaciones de los años 1973-1984 y 1992-1993. Y también se ha
publicado un cuaderno de apuntes que Canetti regaló a la pintora Marie-Louise von
Motesiczky en 1942.14
Canetti leía sin parar sobre todo filosofía, sociología y antropología ya fuera para la
preparación de Masa y Poder o para satisfacer su permanente curiosidad y comenzó a
anotar a diario "apuntes" sueltos que mostraban su pensamiento al desnudo. Se trata de
notas breves y rápidas consignadas en pocas palabras, que solían tener la forma de
sentencias y aforismos. No hay que confundirlos con sus "diarios" que por disposición
testamentaria verán la luz en el año 2024. En los apuntes no hace referencia a su vida y
no utiliza la primera persona del singular.
En muchas ocasiones se refiere a Lichtenberg, tomándolo como su maestro en esta faceta
de su obra literaria. Los apuntes comenzaron a publicarse primero en una antología de su
obra y, después, a petición de un editor alemán, en una selección. Pero a partir de la
concesión del Nobel de Literatura en 1981, fueron apareciendo el resto de libros. Pero lo
publicado sólo constituye un diez por ciento del total de apuntes todavía inéditos.
El biógrafo del escritor, Sven Hanuschek, ha llamado a los apuntes "el macizo central" de
la obra de Canetti. Era su forma de enfrentarse al mundo, un modo de vivirlo, pero sobre
todo de pensarlo y comprenderlo. Para Canetti pensar era la esencia de vivir. Son
pensamientos siempre lúcidos de un analista libre, que quiere pensarlo "todo de nuevo"
por sí mismo -y a partir de mil puntos diferentes-, "a fin de que todo se junte en una sola
cabeza y vuelva a ser unidad". Viendo casi siempre más allá de lo que el resto y haciendo
comprender sus tesis al ofrecerlas en este formato simplificado y desnudo.
Algunos pensamientos incluidos en Apuntes para Marie-Louise de 1942, son los
siguientes: "Siempre es falso el futuro: tenemos demasiada influencia sobre él."
"Los miedos atacan con una regularidad que los vuelve sospechosos: hay miedos
mensuales, miedos semanales, miedos diurnos y miedos nocturnos. Se presentan como si
sólo estuvieran ahí para marcar el tiempo."
"Ya sólo por saber menos me gustaría saber más."
"Él le teme a todo, porque no puede olvidar nada."
"Quien venera el éxito está perdido de todas formas: si lo tiene, acaba asemejándose a él;
si no lo tiene, se consume a sí mismo en la más errónea de las nostalgias."
"El asombro vive de la casualidad. En la ley se asfixia."
"El hombre es la medida de todos los animales."
"El conquistador ya no sabe cómo volver del mapa."
"La ética del anciano es su salud."
Libro de los muertos. Apuntes 1942-1988.[editar]
Canetti tenía como uno de los principios rectores de su vida el siguiente: "El objetivo serio
y concreto, la meta declarada y explícita de mi vida es conseguir la inmortalidad para los
hombres".
El Libro de los muertos. Apuntes 1942-1988 (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores)15
recoge nueve cuadernos acumulados por Canetti sobre esta temática y publicados sólo en
español. Cuando la edición alemana estaba ya preparada, se descubrieron entre el legado
de Canetti nuevas aportaciones, así que la publicación se paró para incorporar las
novedades y en España se decidió publicar lo ya preparado.
Los cuadernos están fechados en 1942, 1942-1948, 1950, 1972, 1976-1982, 1983, 1984-
1985, 1987-1988.
El origen de estos apuntes puede situarse en 1912, cuando murió su padre, con 31años.
En los meses siguientes asistió al duelo de su madre, que no dejaba de llorar y dice al
respecto: "No podía consolarla, era inconsolable. Pero cuando se levantaba para
acercarse a la ventana yo saltaba de la cama y me ponía a su lado. La rodeaba con mis
brazos y no la soltaba. No hablábamos, estas escenas no se desarrollaban con palabras.
Yo la sujetaba muy fuerte, y si se hubiera tirado por la ventana habría tenido que
arrastrarme con ella".
El 7 de marzo de 1976 decidió convertir sus reflexiones en torno a la muerte en un libro
después de una operación de cáncer de su segunda esposa, Hera. En su mente estaban
las desapariciones de su maestro Sonne (1950), de su discípula Friedl Benedikt (1953), de
Veza, su primera mujer (1963) o de su hermano Georg (1971).
Algunas de estas notas de 1983 dicen: "Desde que sabe que va a morir, no mira ya a
nadie a la cara" (8 de noviembre). "¿Ha vivido aquel por cuya vida nadie se ha
preocupado?" (11 de noviembre). "Él me pidió que continuara la correspondencia después
de su muerte y me dio (por si acaso) dos direcciones" (15 de noviembre). "Uno que se
desprende de todos los muertos, ¿qué le queda?" (8 de diciembre).
Notas[editar]
1. Volver arriba↑ El apellido de Elías Canetti provendría de Cañete, pueblo
de Cuenca, España de donde es Hijo Adoptivo.[cita requerida]
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Lorenz, Dagmar C.G. (2009). «Introduction». A Companion to the Works of
Elias Canetti(en inglés). Camden House. p. 350. ISBN 978-157-113-408-0.
2. Volver arriba↑ Falk, Thomas H. (1993). Elias Canetti. Twayne. p. 185. ISBN 978-080-578-276-9.
3. ↑ Saltar a:a b c nobelprize.org. «The Nobel Prize in Literature 1981» (en inglés). Consultado
el 8 de abril de 2014.
4. Volver arriba↑ http://elpais.com/diario/2007/03/03/babelia/1172881033_850215.html
5. Volver arriba↑ Deutsches Historisches Museum. «Biographie: Elias Canetti, 1905–
1994» (en alemán). Consultado el 8 de abril de 2014.
6. Volver arriba↑ Barth, Martina (1994). Canetti versus Canetti. Identität, Macht und Masse im
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7. Volver arriba↑ Bezirksmuseum Hietzing. «Elias Canetti zum 100. Geburtstag» (en alemán).
Consultado el 8 de abril de 2014.
8. Volver arriba↑ nobelprize.org. «The Nobel Prize in Literature 1981: Elias Canetti» (en
inglés). Consultado el 8 de abril de 2014.
9. Volver arriba↑ Collins Donahue, William; Preece, Julian (2007). The Worlds of Elias Canetti:
Centenary Essays (en inglés). Cambridge Scholars Pub. p. 283. ISBN 978-184-718-352-1.
10. Volver arriba↑ Assmann, Michael; Heckmann, Herbert (1999). Zwischen Kritik und
Zuversicht: 50 Jahre Deutsche Akademie für Sprache und Dichtung (en alemán). Wallstein
Verlag. p. 477. ISBN 978-389-244-343-8.
11. Volver arriba↑ Peiter, Anne (2007). «Exil, Judentum und Sprache in ausgewählten
Nachlass-Aufzeichnungen von Elias Canetti». En Brinson, Charmian; Dove, Richard;
Taylor, Jennifer. Immortal Austria?: Austrians in Exile in Britain (en alemán).
p. 215. ISBN 978-904-202-157-0.
12. Volver arriba↑ Fórmica-Corsi, Jose Miguel García de (13 de octubre de 2013). «Las
memorias de Elias Canetti». La mano del extranjero. Consultado el 13 de marzo de 2017.
13. Volver arriba↑ Notorius (31 de marzo de 2012). «Pedro Amorós Juan: Elias Canetti». Pedro
Amorós Juan. Consultado el 13 de marzo de 2017.
14. Volver arriba↑ País, Ediciones El (3 de marzo de 2007). «Reportaje | Elias Canetti en pocas
palabras». EL PAÍS. Consultado el 13 de marzo de 2017.
15. Volver arriba↑ País, Ediciones El (10 de abril de 2010). «Canetti contra la muerte». EL
PAÍS. Consultado el 10 de marzo de 2017.
16. Volver arriba↑ Julia Escobar. «La lengua rescatada».
En Diálogo con el interlocutor cruel, texto que se encuentra incluido en La conciencia de las
palabras (1975), escribe Canetti: "Los apuntes son espontáneos y contradictorios. Contienen
ideas que a veces brotan de una tensión insoportable, pero a menudo también de una gran
ligereza. Es inevitable que un trabajo al cual nos dedicamos día a día, durante años, nos resulte
a veces arduo, estéril o tardío. Lo odiamos, nos sentimos cercados por él: sentimos que nos
deja sin aliento. Lo que hay de insoportable en un trabajo impuesto puede resultar muy
peligroso para el trabajo mismo". Los apuntes no son aforismos porque, a diferencia de la
mayoría de estos, no están acabados, rematados: son germinales; apuntan a una diana que no
se ve, y se desplaza constantemente; lacónicos, no se redimen al verse subsumidos en una
unidad superior, sino que provocan al perplejo lector a tirar del hilo por su cuenta (y riesgo),
en un laberinto cuyas exactas dimensiones desconoce y del cual ignora, ya no la ubicación de
la salida, sino incluso si esta existe.
La naturaleza siempre provisional del apunte responde, antes que a una elección meramente
estilística, a una antropología de la escritura, a un concepto del ser humano. "Un hombre –y
esta es su mayor suerte– es un ser plural, múltiple, y sólo puede vivir por cierto tiempo como si
no lo fuese. En los momentos en que se ve a sí mismo como esclavo de sus objetivos, no hay
sino una cosa capaz de ayudarlo: ceder a la pluralidad de sus inclinaciones y anotar, sin
elección previa, lo que le pase por la cabeza. Y esto debe aflorar como si no viniese de ningún
sitio ni condujese a lugar alguno: será en general algo breve, ágil, a menudo fulminante, no
verificado, ni dominado, carente de vanidad y de todo objetivo". Anotar, bosquejar, insinuar,
sería el modo más leal de escribir, pues reflejaría con mimético escrúpulo lo que tiene el
hombre de más propio: su esencia fugaz, su vocación siempre móvil.
Es muy probable que la pulsión anotadora de Canetti no fuese, en un principio, más que el
resultado accidental de una vocación totalizadora aún más intensa, la cual cristalizó en su
monumental ensayo Masa y poder. (En muchos sentidos, los libros de apuntes de Canetti son
una suerte de "cuaderno de notas" o bitácora al paso de los días). No es aventurado afirmar
que es precisamente esa voluntad omniabarcadora que presidió la primera fase de su periplo
intelectual la que le llevó a estrellarse contra sus propios límites, y acabar asumiendo que el
saber humano nunca será total y completo: a lo sumo esa totalidad puede ser atisbada,
intuida, insinuada, pero nunca plasmada de un modo material y universalmente accesible. He
aquí, pues, la paradoja: que para descubrir la profundidad insondable del apunte, antes hay
que haber aspirado a -y fracasado en- la articulación prolija y detallada del sistema. Como él
mismo afirma en El corazón secreto del reloj: "la desintegración del saber le da cohesión".
Que Canetti no se tomaba su apuesta por los apuntes a la ligera se constata en la abundancia
de ocasiones en las que medita sobre ello. No es indulgente, no se deja llevar simplemente por
una supuesta vocación o preferencia personal. Reflexiona, y lo hace a su vez en forma de
apunte, con lo cual se traza una mise-en-abîme bastante irónica, pero totalmente convincente.
A continuación reproducimos una selección de los apuntes de Canetti sobre el género del
apunte, algunos de los cuales se presentan -como una especie de homenaje al autor- a su vez
extraídos de apuntes más extensos.
Más breve, más breve, hasta que sólo quede una sílaba con la que se haya dicho todo.
Todo conocimiento suelto será valioso mientras se mantenga aislado. Pues al caer en el
intestino del sistema se diluye en nada.
Nada me resulta tan insoportable como la 'mecánica' del pensar. Por ello quiebro su avance a
cada frase.
La concisión de los libros chinos: así de conciso quiero llegar a ser o seguir siendo.
Me irrita cualquier verdad que yo mismo no haya encontrado en este instante, con la rapidez
del rayo.
En las frases aisladas es cuando menos se imita. Dos frases juntas ya parecen de otro.
Las frases se borran unas a otras, y eso le hace desdichado. Por eso convierte cada frase en
una jaula propia.
Él desea dejar anotaciones dispersas como corrección al sistema cerrado de sus pretensiones.
Siempre dice más de lo que quiere decir. ¿Qué debe hacer? ¿Reducirse él mismo o reducir sus
frases?
La grasa de las obras se pudrirá y quedarán unas cuantas frases. Pero, ¿cuáles serán?
«Tu pecado original: abrir la boca. Mientras escuchas eres inocente». Palabra de
Nobel, palabra del premio Nobel de 1981, Elias Canetti. Palabras como las miles y
miles que se recogen en sus «Apuntes (1942-1993)», cuarto volumen de las obras
completas que edita Círculo de Lectores /Galaxia Gutenberg, estreno editorial que
se ha hecho coincidir con la inauguración, en el centro cultural del propio Círculo
(O´Donnell, 10), de la exposición «Elias Canetti: Poder y supervivencia», una
muestra que transporta al visitante -mediante paneles informativos, instalaciones,
fotografías, y ediciones diversas- al apasionante planeta creativo de este hombre,
testigo de excepción de algunos de los momentos más convulsos del siglo XX, como
el ascenso del nazismo.
8. De igual modo que hay libros específicos de aforismos y una historia del
género en la que sobresalen estos o aquellos autores, de todas las latitudes y
nacionalidades, no es menos cierto que los aforismos esmaltan la prosa o el verso de
todos los demás. En el segundo caso, los aforismos nunca han de permitirnos
prejuzgar a sus autores, a quienes se ha de conocer por sus obras completas. Por
otro lado, y como cura contra la falsa solemnidad con que se pueden presentar las
compilaciones de aforismos, Jean-Jacques Barrère y Christian Roche publicaron El
estupidiario de los filósofos, cuyo título ahorra explicaciones al buen entendedor.
9. El amigo manual tiene la finalidad de acercar el mundo del aforismo a los
lectores jóvenes para despertar en ellos la afición a la reflexión y al cultivo de la
expresión justa, de ahí que la gran mayoría de aforismos estén relacionados con lo
que podríamos llamar aspectos generales de la existencia. Esa selección excluye una
vena aforística a la que este compilador es devoto aficionado: el aforismo
humorístico, basado en el ingenio, la agudeza y el juego de los conceptos. Así,
autores como Ramón Gómez de la Serna y sus famosas Greguerías han quedado
forzosamente fuera, si bien se indica aquí para que quien quiera descubrirlo, a él y a
otros tantos como él, se lleve una grata sorpresa.
10. De los libros de aforismos jamás podemos decir que hayamos acabado de
leerlos, como ocurre, en realidad, con las obras literarias clásicas, aquellas que
siempre admiten una relectura. Con todo, la frecuentación de los aforismos lleva
aparejado un efecto perverso del que, para acabar, conviene advertir en estas
instrucciones de uso: la tentación de devenir, después de leer tanta quintaesencia de
la sabiduría y la agudeza, consejeros de consejos no pedidos. Saber abstenerse de
darlos cuesta a veces tanto como escoger el adecuado, por eso, y con un dicho del
traductor Çadique de Uclés, quisiera este compilador, a modo de corolario, recordar
a sus lectores que "dize sant Gregorio que ninguno te es más fiel en te dar buen
consejo commo el que no cobdiçia lo tuyo, mas ama tu persona". Ese amor ha sido
el inspirador de estas instrucciones y del volumen todo.
Vale.