Resumen Fromm-Beichmann

Para que se dé una psicoterapia satisfactoria, el psicoterapeuta debe tener plena conciencia
de sus procesos interpersonales. Durante el proceso terapéutico las experiencias
interpersonales del terapeuta se van distorsionando debido a la acción de
contratransferencia por parte del terapeuta, las cuales deben ser investigadas, comprendidas
y de ser posible, eliminadas.

El analista debe tener la capacidad de escucha en la que no reaccione de acuerdo a sus

propios problemas y experiencias. Las fuentes de insatisfacción en el terapeuta deben ser
aclaradas de modo que no interfieran con su estabilidad emotiva ni su capacidad de
concentrarse al escuchar al paciente. Las fuentes de satisfacción física incluyen el hambre,
la gratificación sexual, la necesidad de dormir, y la evitación de la soledad física. La
seguridad se refiere a la consecución de lo relativo a la dotación cultural de la persona.

Fuentes de satisfacción

1. La primera necesidad es la satisfacción del hambre, que implica ganar el dinero suficiente
para comprar los alimentos.

2. La segunda meta es la satisfacción sexual, el terapeuta debe evitar usar al paciente (en la
realidad o la fantasía) para la obtención de placer.

3. Respecto al dormir, se debe evitar a toda costa que la presentación del material que nos
da el paciente nos cause aburrimiento por considerar que esta no viene al caso.

4. Respecto a la evitación de la soledad física, se recomienda siempre reducir la expresión

de proximidad física en los contactos terapéuticos. Aunque en ocasiones se hagan
excepciones si el paciente esta perturbado, como dándole la mano de manera
tranquilizadora, o simplemente no rechazando su gesto de afecto y proximidad. Un terapeuta
que se sienta solo, debe evitar que sus propias necesidades se confundan con las que
realmente tiene el paciente.

Operaciones de seguridad:

El terapeuta debe evitar intentar usar su prestigio para impresionar al paciente, queriendo
mostrarse como alguien sumamente capaz lo que terminaría haciendo es descuidar las
necesidades de su paciente. Cultivar la dependencia del paciente lo aleja de crear
capacidad de juicio propio. Un ejemplo de ello es intentar cultivar artificialmente la
transferencia positiva en el paciente.

El terapeuta puede sentirse afectado negativamente si ve que su paciente no mejora de

manera pronta, o si este parece no comprenderle durante las sesiones. Esto debido a que
siente que su prestigio se verá afectado y dudaran de su capacidad, y la necesidad de
afirmarse a sí mismo a expensas de su paciente. Si el psiquiatra se respeta a sí mismo y
respeta a sus pacientes, su capacidad de escuchar no se verá perturbada por sus fantasías
de omnipotencia y perfeccionismo.