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de Salvación
Santo Domingo
República Dominicana
Créditos
Colaboradores:
Comisión Nacional de Catequesis, Hna. Carol Gross y Comisión
Diocesana de Baní, Comisión Nacional de la Misión Continental,
Instituto Nacional de Pastoral, Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar
Corrección:
Alicia Guerra, isa
Diagramación:
Yoel S. Olivero Carrasco
Arte final:
Jesús Pérez
Portadas:
Werner Olmos
Impresión:
Editora Amigo del Hogar
Manuel María Valencia #4
Santo Domingo, D. N. Tel.: 809.548.7594
La Historia de Salvación
Indice
Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Primer Encuentro:
Conozcamos la Biblia por dentro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Segundo Encuentro:
Conozcamos los libros de la Biblia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Tercer Encuentro:
Dios Creador de todo con sabiduría y amor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Cuarto Encuentro:
Por desobediencia perdimos la amistad con Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Quinto Encuentro:
Convivencia de Comunidad
“No nos abandonaste al poder de la muerte”
La promesa de la Salvación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Sexto Encuentro:
Dios inicia con Abraham el camino de la salvación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Séptimo Encuentro:
La fe firme y decidida de Abraham, respuesta
a la promesa de Dios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Octavo Encuentro:
La promesa a Abraham se continúa en Isaac,
Jacob y sus descendientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
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La Historia de Salvación
Noveno Encuentro:
Dios a través de José salva el cumplimiento de la promesa. . . . . . . . . . . . 56
Décimo Encuentro:
Convivencia de Comunidad
La fe de los padres y madres de Israel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
Undécimo Encuentro:
Dios libera a su pueblo de la esclavitud. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Duodécimo Encuentro:
La Pascua, el paso del Señor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Decimotercer Encuentro:
Dios hace una alianza con su pueblo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Decimocuarto Encuentro:
El desierto, camino difícil hacia la Tierra Prometida . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Decimoquinto Encuentro:
Convivencia de Comunidad
La Alianza sellada para siempre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Decimosexto Encuentro:
La conquista de la Tierra prometida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Decimoséptimo Encuentro:
Los jueces, manifestación del amor misericordioso
de Dios y de su fidelidad a la Alianza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Decimoctavo Encuentro:
Sólo Dios es rey y los reyes sus representantes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Decimonoveno Encuentro:
El reino dividido, fruto de la infidelidad del pueblo
a la Alianza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
Vigésimo Encuentro:
Convivencia de Comunidad
Por los profetas reiteraste tu Alianza con tu pueblo . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
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Vigesimoprimer Encuentro:
El Exilio a Babilonia, purificación de la infidelidad a la Alianza. . . . . . . . . 126
Vigesimosegundo Encuentro:
Regreso del exilio y reconstrucción del Templo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Vigesimotercer Encuentro:
El pueblo lucha por ser fiel a la Alianza con Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
Vigesimocuarto Encuentro:
Los sabios de Israel, guías para ser fieles a la Alianza. . . . . . . . . . . . . . . 145
Vigesimoquinto Encuentro:
Los pobres del Señor, fieles a la Alianza
esperan la liberación de su pueblo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
Vigesimosexto Encuentro:
Convivencia de la comunidad
Las grandes lecciones del Antiguo Testamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
Vigesimoséptimo Encuentro:
Jesucristo, objetivo, centro y fin de la historia de la salvación . . . . . . . . . 166
Vigesimoctavo Encuentro:
La Iglesia, continuadora de la historia de la salvación . . . . . . . . . . . . . . . 171
Vigesimonoveno Encuentro:
La meta final: cielos nuevos y tierra nueva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
Anexo I
Cena Pascual Judía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
Bibiografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192
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Presentación
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Segundo paso: Oración Inicial, que consiste en una invocación del Espíritu
Santo unida en ocasiones a un Salmo o a otras oraciones.
De ahí, la necesidad de una preparación bien hecha, que nos permitirá co-
nocer el modo propio de la introducción del tema.
Cuarto paso: Desarrollo del tema del encuentro. Este paso es el momento
central del encuentro, ya que es el tiempo del estudio del tema a tratar y en el
que se realizan los primeros dos pasos de la Lectio Divina, es decir, la lectura
y la meditación. Este desarrollo tendrá diferentes metodologías.
Unas veces se nos dará una explicación general del tema que llevarán a
descubrirlo en la Biblia y a profundizarlo y aplicarlo en la meditación.
Quinto paso: Momento de oración, que incluye los otros dos pasos de la
Lectio Divina: la oración y la contemplación que lleva a un encuentro profundo
con el Señor y a un compromiso de vida a partir de la llamada que el Señor
nos hace a partir del encuentro realizado.
Sexto paso: La tarea a realizar. Se nos proponen algunas tareas para rea-
lizar en la casa con la familia o con otras personas. En algunos encuentros,
se nos presentan ejercicios concretos con cuadros a llenar y a completar.
De ahí la necesidad de que cada uno y cada una de los que forman la co-
munidad puedan tener su libro para seguir mejor los diferentes encuentros
en la comunidad y para desarrollar sus tareas adecuadamente.
Esta Biblia abierta nos señala el desarrollo del tema del encuentro,
que está centrado y basado en las Sagradas Escrituras.
Este lápiz y esta hoja de papel nos refieren a una explicación im-
portante a ser tenida en cuenta para entender mejor el tema de
ese encuentro.
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Primer Encuentro:
1. Entronización de la Palabra
• Uno del Equipo trae desde atrás la
Biblia abierta y en alto, acompaña-
da con una luz o vela y flores.
• Todos se ponen de pie para reci-
birla entonando un canto sobre la
Palabra. Por ejemplo: Tu palabra
me da vida.
• Al llegar al lugar donde será colo-
cada la Biblia la muestra a todo el
grupo reunido.
• Luego, la coloca y dice una oración invocando al Espíritu Santo para
penetrar en el sentido de las Escrituras que será el objetivo de este
Curso:
Padre bueno, te damos gracias porque has querido revelarte a no-
sotros dándonos a conocer quién eres y descubriéndonos tú voluntad
sobre la humanidad entera. Gracias, porque en la Biblia podemos cono-
cer tu Palabra de generación en generación.
Envíanos tu Espíritu Santo para que al escuchar y estudiar tu Palabra
descubramos más y más a Jesucristo, Palabra de vida eterna, de modo
que crezca nuestra fe en Ti y en El; al creer aumente nuestra esperanza
en Ti y al confiar más en Ti te amemos y amemos más a nuestros herma-
nos poniendo así en práctica todo lo que Tú nos des a conocer.
Te lo pedimos por Jesucristo, tu Palabra hecha carne, que contigo y
con nosotros vive para siempre. Amén.
• El que lleva la luz dice: “Señor, colocamos esta luz cerca de tu Pa-
labra como signo de que acogemos tu Palabra hecha carne, que es
Jesucristo, luz de luz, que alumbra los pasos de nuestras vidas y de
nuestra comunidad”.
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• El que lleva las flores dice: “Para mostrarte que acogemos a Jesús, tu
Palabra de vida eterna, colocamos estas flores como un homenaje de
amor a Ti y a El y como signo de que tu Palabra nos alegra y da vida”
3.1. En primer lugar, descubramos lo que nos dice la misma Biblia sobre
ella misma, buscando y leyendo juntos estos textos y escribiendo en el
cuadro lo que dice sobre la Biblia:
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3.2. ¿Para qué nos sirve esta Palabra de Dios escrita o la Biblia?
La respuesta a esta pregunta se encuentra en los mismos textos bíblicos.
Vamos a buscarlos y a escucharlos:
• Juan 20, 30
• Romanos 15, 4
• 2 Pe 1,19-21
Tercer paso: Busca el Índice, que es la lista de los libros que nos señala
en qué página está cada libro. Busque en el índice, por ejemplo: el libro del
Génesis. Luego otro busque el libro de Jeremías. Otra busca en el índice
el Evangelio de Lucas. Otro busca en el índice donde está la Carta de San
Pablo a los Gálatas.
Quinto paso: Fijémonos bien que para citar un libro de la Biblia siempre se
dice el nombre del libro. Luego se dice el capítulo que es el primer número
después del libro. Luego se dice el versículo o versículos.
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Es importante notar que para distinguir el número del capítulo del nú-
mero o de los números de los versículos se coloca una coma (,) entre el
número del capítulo y el número del versículo.
Si los versículos van de un número a otro, se le coloca un guión (-) que
quiere decir, por ejemplo, 2-5 (del versículo 2 al versículo 5). Practiquemos:
Juan 15, 10-15. Jeremías 6, 1-5. Éxodo 3, 2-8. 1 Juan 2,3-10.
Séptimo paso: Cuando se colocan varias citas del mismo libro o de varios
libros se coloca un punto y coma (;). Por ejemplo: Josué 12,1-3; Marcos
2,5-7; 4,6-8; Hechos 15; 18,1-5.
Noveno paso: Recordemos que los libros de la Biblia se citan con abrevia-
tura para facilitar la escritura. Poco a poco se van conociendo. Cuando no
sepamos a qué libro pertenece una abreviatura busquemos en el índice y
allí lo sabremos.
4. Momento de oración
Se puede repetir dos veces. Luego, a partir de las palabras de esta canción
que más le toque el corazón cada uno puede hacer una oración de alabanza,
de acción de gracias y de petición.
Ejemplo: Leer la Biblia todos los días. Adquirir el calendario litúrgico para
leer las lecturas de la Eucaristía del día. Leer los libros y capítulos asignados
en los encuentros del grupo.
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Segundo Encuentro:
3. Conozcamos la Biblia
Como ya sabemos la Biblia está integrada por dos grandes
partes que son el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento, formado por 46 libros, tiene como aconteci-
miento principal la Alianza de Dios con su pueblo escogido que se realizó
durante el Éxodo del Pueblo de Dios de la esclavitud en Egipto. Por eso,
podemos llamarlo, también, la Antigua Alianza.
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Segundo momento: Veamos ahora cuáles son los libros del Antiguo
Testamento y Nuevo Testamento.
A cada uno se le entregará varias tarjetas o papelitos con el nombre de
uno de los libros del Antiguo Testamento o del Nuevo Testamento.
El animador del encuentro entrega las tarjetas. Les explica que cada
uno representa uno de esos libros. Cuando él diga: revisando los Libros
del Antiguo Testamento encontré que me falta Josué. El que tiene la tarjeta
de Josué dice: Josué no falta el que falta es (dice un nombre de la Biblia).
El que no responda rápido queda fuera del juego. Lo mismo hace sobre el
Nuevo Testamento.
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te en que el facilitador pedirá que cada uno lea su tarjeta y coloque su libro
debajo de la clasificación correspondiente.
Sapienciales/
Históricos Proféticos Apocalípticos
Didácticos
Nuevo Testamento/
Hechos Cartas
Evangelios
Luego verifican con la tabla siguiente cuáles son libros históricos, cuá-
les son los proféticos, cuáles sapienciales y cuáles son evangelios o cartas.
• Tercer paso: Las escrituras. Fue sólo en el 950 siglos antes de Cristo,
durante el reinado de Salomón, que un grupo de escritores comenzaron
a poner por escrito los hechos que habían sucedido y, sobre todo, lo que
Dios le había enseñado a su pueblo a lo largo y ancho de su caminar
durante siglos. De hecho, el Antiguo Testamento se terminó de escribir
por el año 50 antes de Cristo.
Así pasó con el Nuevo Testamento: primero fueron los hechos y palabras
de Jesucristo, que fueron comunicadas por los apóstoles y sus cola-
boradores a las comunidades cristianas y del año 50 al año 100 fueron
puestas por escrito.
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Como nos enseña el Vaticano II: “en la composición de los libros sagra-
dos, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de todas sus facultades
y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos
autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería” (Dei Verbum 11).
Los del Nuevo Testamento son: Palestina, Grecia, Roma y Asia Menor. Esto
nos da a conocer que los escritos de la Biblia están influenciados por las
culturas de los pueblos en que se escribieron.
Los idiomas de la Biblia: La mayor parte del Antiguo Testamento fue escrito
en hebreo por ser el idioma propio de Palestina. Otra parte se escribió en
arameo y griego. El Nuevo Testamento está escrito principalmente en griego,
aunque aparece también el arameo.
5. Canto a la Palabra
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Tercer Encuentro:
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(Se deja un momento para que las personas contesten estas preguntas).
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Cuarto Encuentro:
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a) Leamos Génesis 2 y 3.
b) Descubramos la obra de Dios a favor del hombre y de la mujer (leer
los versículos donde se manifiesta).
c) Descubramos el mandato de Dios al hombre y a la mujer (leer los
versículos donde se manifiesta).
d) Fijémonos en la serpiente maligna: lo que hace y dice.
e) Leamos las respuestas de Eva y lo que hicieron los dos.
f) Descubramos qué pasó después de la desobediencia.
4. Meditemos la Palabra
Para profundizar:
“El capítulo 3º del Génesis nos narra un drama singular: la
primera tentación y el primer pecado. En el paraíso en que Dios
ha colocado al primer hombre y a la primera mujer aparece otro persona-
je hasta ahora desconocido: el tentador, en forma de serpiente.
El autor sagrado quiere decirnos que el mal no proviene de Dios, que
todo lo ha hecho bien, ni tampoco proviene sólo del hombre, que ha sido
creado bueno por Dios: este personaje misterioso, adversario de los pla-
nes de Dios y enemigo de la felicidad del hombre, a quien la revelación
posterior irá identificando como ser personal, con poder para el mal, «la
gran serpiente, la serpiente antigua, el llamado diablo y Satanás» (Ap.
12,9), es el que instiga al hombre a pecar contra Dios y es la causa última
de que haya entrado la muerte en el mundo (Sab. 2,24).
Con admirable psicología presenta también el autor sagrado el pro-
ceso de la tentación como seducción y engaño. Aquel a quien San Juan
denominará «mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44) comienza insi-
nuándose con una falsedad absoluta (comparar 3,1 con 2,16-17); en un
segundo momento hace dudar a la mujer de la validez del mandato del
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Dios y, por tanto, de la intención del mismo Dios al establecer ese man-
dato (vv. 4-5); así, además de mentiroso, el tentador se manifiesta como
el «homicida desde el principio» (Jn 8,44): en efecto, al engañar a la mu-
jer («de ninguna manera morirán») con relación al mandato que Dios les
había dado para vida («el día que comieres de él, morirás sin remedio»:
2,17), de hecho conduce a la muerte a la mujer y al hombre (cf 3,7).
He ahí la tentación: una promesa falsa («serán como dioses»), pero
que halaga, seduce y atrae (3,6), una seducción y engaño que hace ver
como vida lo que de hecho conduce a la muerte; con ella ha sembrado
además la desconfianza en Dios al presentar como enemigo del hombre
al Dios fiel y lleno de amor.
Vemos entonces en qué consiste el pecado: una falta grave de or-
gullo concretada en una enorme desobediencia al Señor. El mandato
de Dios de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal (2,16-17)
expresa el hecho de que el hombre no es dueño absoluto de su propia
vida, sino criatura limitada, dependiente radicalmente de Dios.
Y el deseo de «ser como dioses» (3,5) indica justamente lo contrario:
el querer tener capacidad de decidir el propio destino, ser ley para sí mis-
mo sin condiciones impuestas desde fuera, el decidir por sí mimo lo que
es bueno y lo que es malo...
Por tanto, el pecado de querer «ser como dioses, conocedores del
bien y del mal» es una reivindicación de autonomía moral, un renegar del
estado de criatura invirtiendo el orden en que Dios estableció al hombre;
es en el fondo una actitud de rebelión contra Dios: en vez de fiarse plena-
mente de Dios acatando su mandato como mandato de vida, el hombre
duda de Dios y se fía de su propio juicio -engañado por el tentador- en
actitud de autosuficiencia (cf. Is 14, 13s; Ez 28,2).
El texto sagrado apunta también las consecuencias del pecado. El
texto lo expresa con una fuerza insuperable: «se dieron cuenta de que
estaban desnudos» (v. 7); la expresión constituye un contraste brutal con
las halagadoras promesas de «ser como dioses», pues sugiere que al
romper con Dios el hombre y su mujer experimentan con toda crudeza
su situación de pobres criaturas, indefensas e inseguras, en total preca-
riedad y faltos de protección.
Es la hora de la verdad en que las mentiras y engaños del tentador
salen a la luz y se manifiestan las trágicas consecuencias de muerte que
llevaban encerradas. Se expresa así de manera sugerente la amargura, la
decepción y frustración que conlleva todo pecado. Como dirá San Pablo
«el salario del pecado es la muerte» (Rom 6, 23).
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6. Contemplemos al Señor
En este momento, cada uno frente al Señor revisa su relación con
El. Se deja llenar de su amor y de su misericordia. Se tienen 10 minutos de
silencio para esta contemplación.
Una tarea para la semana: Leer Génesis 3 y sus textos paralelos: Romanos
5,12-21. Rezar el Salmo 51 (50).
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Quinto Encuentro:
Convivencia de Comunidad
“No nos abandonaste al poder
de la muerte, sino que tendiste tu mano”
La promesa de la Salvación
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4. Invocación inicial.
5. Monición al Salmo.
Canto o recitación del Salmo 104 (103).
Breve silencio.
6. Monición al Cántico.
Canto o recitación del Cántico: Daniel 3,52-90.
Breve silencio.
7. Monición al Salmo.
Canto o recitación del Salmo: Salmo 103 (102).
8. Monición a la lectura.
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9. Canto de alabanza a Jesucristo que nos libera del poder del pecado
y de la muerte.
11. Oración de los fieles dando gracias por la salvación que nos regaló
Cristo.
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La Historia de Salvación
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La Historia de Salvación
Aquí tenemos los datos de cada etapa para ser presentados por
cada comunidad.
1ª. Etapa: Los Patriarcas
• Fechas: Aproximadamente va de los años 1800 aC. a 1650 dC.
• Figuras principales: Los patriarcas: Abraham, Isaac, Jacob, y las doce
cabezas o jefes de Tribu. José juega un papel importante y prepara el
enlace con la siguiente etapa.
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La Historia de Salvación
• ¿Dónde está Dios?: Dios llama y promete Vida, un Pueblo y una Tierra,
y bendice a los Patriarcas.
• Lugares: Ur y Jarán en la Mesopotamia de donde parte la emigración
o peregrinación. Las tierras de Canaán donde llegaron y que luego se
llamará Palestina. Y finalmente, Egipto.
• Libro que hablan de ellos: Génesis.
• Cita bíblica: Éxodo 32,13.
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22. Encuentro final: Todas las comunidades se reúnen. Se dan los avisos
y se tiene una oración final.
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Sexto Encuentro:
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La Historia de Salvación
12, 3). El Señor lo elige para hacer nacer de él su pueblo, con quien Dios
realizó su obra de salvación en Cristo en un momento concreto de la his-
toria de la humanidad.
Recorramos la vida de Abraham paso a paso desde que Dios lo llamó
hasta su muerte buscando descubrir el mensaje del Señor que su vida nos
transmite.
Leamos: Gen 12, 1-9; Génesis 15, 1-20; Génesis 16, 1-15; Génesis 17,1-
27; Génesis 18, 1-15.
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La Historia de Salvación
Séptimo Encuentro:
3. La fe de Abraham y nuestra fe
Una vez tenido el hijo vino una propuesta de Dios que conmovió la fe de
Abraham. Dejemos que sea la Biblia que nos lo cuente.
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Para profundizar:
San Pablo en Romanos 4 hace una hermosa reflexión de la
fe de Abraham quien obedeció a Dios y esperó contra toda es-
peranza hasta que se cumplió la promesa de que tendría a su hijo Isaac.
En El que no se miró a sí mismo, sino que miró a Dios tenemos un
modelo de fe. El no miró su cuerpo estéril y cansado, sino que miró a
Dios que todo lo puede y de lo imposible hace posible. Leamos este
hermoso texto: Gálatas 4, 18-25
Esta fe de Abraham encuentra el momento más duro y decisivo, a la
vez que la demostración más grande de su fe en la dolorosa, difícil y pro-
vocadora petición que le hace Dios de sacrificar a su hijo Isaac, en el que
precisamente debía desarrollarse la promesa hecha por El (Gen 22,1s).
Pero, Abraham se encaminó a sacrificar a su hijo (22,12.16). Es sa-
bido que en los cultos cananeos se practicaban sacrificios de niños—;
pero Dios libera a Isaac, asumiendo él mismo el cuidado de proveer el
cordero para el sacrificio
De este modo, Dios da a conocer que su voluntad no está ordenada
a la muerte, sino a la vida. «No se regocija de la pérdida de los vivientes»
(Sab 1,13 Dt 12,31 Jer 7,31). Con esta acción de Dios queda condenada
esa práctica de sacrificar a los niños (Lv 18,21), que serán ofrecidos a
Dios a quien pertenecen pero no serán sacrificados.
La muerte será un día vencida; el «sacrificio de Issac» aparece enton-
ces como una escena profética (Heb 11,19 2,14-17). Como había dicho
Abraham a Isaac: “Dios provee”, en medio de la maleza apareció un “cor-
dero”, un ovejo pequeño, que es símbolo del nuevo Cordero, Jesucristo,
a quien el Padre no se reservó sino que lo entregó en la Cruz por todos
nosotros (Rom 8,32). Dios le dejó la vida a Isaac, pero dejó morir su Hijo
para nuestra salvación, aunque no lo dejó en la muerte, sino que lo levan-
tó glorioso del sepulcro.
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Octavo Encuentro:
2. Para comenzar escuchemos las promesas hechas por Dios a Isaac y a Jacob
En este encuentro reconoceremos cómo Dios permanece fiel a las pro-
mesas de Abraham, de las que participan su hijo Isaac y los hijos de Jacob,
que luego la transmiten por herencia a sus descendientes, a su pueblo has-
ta llegar a Jesús el Cristo y por El a nosotros. Las promesas de Dios perma-
necen para siempre.
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La Historia de Salvación
Dios» (Gn. 32,24; Os 12,3- 4), nombre que se perpetuó en «los hijos de Is-
rael» (Gn. 42,5; 45,21), y llegó a abarcar a todo el pueblo elegido de Dios.
Para compartir:
• ¿Qué les ha impacto más de esta historia de Isaac, Jacob y Esaú?
• ¿Cómo me veo reflejado dentro de la historia de Isaac y Jacob?
Para profundizar:
Recordemos que para Abraham y muchos de sus descen-
dientes, Yahvé era su único Dios. Pero, no tenían todavía la idea
de un solo Dios, como les pasaba a sus vecinos que creían en muchos
dioses también. Las prácticas de tener múltiples mujeres, la esclavitud,
la venganza, el engaño para protegerse (por ejemplo en decir que la
esposa bonita era hermana), las mentiras y trampas de Jacob etc. eran
cosas aceptables en ese tiempo. Por eso, cuando leemos la Biblia, no
podemos leerla desconectada del contexto del tiempo y la Biblia entera.
De todo eso podemos aprender que Dios fue enseñando poco a
poco y con gran paciencia quién era El y cuál era su plan. Será cuando
vino Jesucristo quien puso claras todas las cosas. Pero, Dios fue cami-
nando con su pueblo unos 1800 años hasta llegar a Cristo. También,
podemos aprender que Dios saca bien hasta del mal y no detiene su pro-
ceso de salvación por nuestros pecados.
En fin, Jacob es el padre del pueblo de Dios y será siempre un punto
de referencia para todos después a lo largo de la historia del pueblo ju-
dío, como lo será también para los cristianos. Si bien su carácter astuto
y engañoso está muy lejos de la personalidad y las virtudes propias del
Evangelio, no obstante, su fe es uno de los pilares de la revelación bíbli-
ca. Es un ejemplo de cómo Dios transforma el mal en bien y se realiza lo
que San Pablo descubrirá más tarde: “donde abunda el pecado, sobrea-
bunda la gracia” (Rom 5,20).
1. 1.
2. 2.
3.
4. Hijos de Bilhá
5. 1.
6. 2
Hijos de Zilpá
1.
2.
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La Historia de Salvación
Noveno Encuentro:
2. Para comenzar
Como ya hemos visto en el encuentro anterior, Abraham y Sara tuvie-
ron un hijo llamado Isaac, quien con Rebeca tuvo dos hijos Esaú y Jacob.
De Jacob, quien logró la bendición de su padre, nacieron 12 hijos. Uno de
ellos, nacido de Raquel, llamado José le tocó salvar el cumplimiento de la
promesa no sin antes pasar por los caminos de la traición de sus hermanos.
Les presento la familia de Jacob. Son doce hijos. Entre ellos se distingue el
undécimo llamado José, cuyo nombre tiene dos significados “que Dios añada”
o “Dios eleva” (Gen 30,23-24). Su padre Jacob lo amaba más que a los otros
hijos y esto provocó la envidia de sus hermanos hasta quererlo matar. Al final
lo vendieron a una caravana de mercaderes que se dirigía a Egipto, quienes
a su vez lo vendieron a Putifar, oficial de la guardia del Faraón (Gn. 37).
Descubramos juntos:
• ¿Qué tramaron los hermanos contra José?
• ¿Qué hicieron ellos con José?
• ¿Cómo engañaron a su padre?
• ¿Qué pasó con José?
Desde jovencito José se distinguió por interpretar los sueños (Gen 37,5-11).
En la cárcel le interpretó los sueños del copero y el panadero del rey que
estaban prisioneros (Gen 40). El faraón de Egipto dos sueños, que José
supo interpretar.
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La Historia de Salvación
El faraón eligió a José para que fuera el primer ministro de Egipto y gober-
nara su pueblo.
• ¿Qué nos enseña esta historia de José para nuestra vida cris-
tiana?
• ¿En qué se pueden relacionar José y Jesucristo?
58
La Historia de Salvación
Para profundizar:
José es un reflejo del amor que Dios tiene a Israel. Es anun-
cio profético de Jesús, quien fue rechazado por sus hermanos,
vendido por unas monedas, brindó su perdón y salvación a los que le
habían traicionado.
Así como el pecado de los hermanos sirvió para salvar del hambre
a su familia para que se continuara la descendencia de la promesa de
salvación así la derrota de Jesús en la cruz se convirtió en victoria y sal-
vación para toda la humanidad.
En ocasiones no podemos entender por qué nos suceden algunas si-
tuaciones en la vida, pero si permanecemos fieles al Señor un día brillará
la luz y comprenderemos lo que Dios quería regalarnos. Ni los pecados
pueden frustrar los planes de salvación que Dios tiene con su pueblo.
Es lo que algunos llaman el “fracaso aparente”, es decir, que a veces
parece que todo ya se acabó y que ya no hay esperanza de nada. Sin
embargo, si permanecemos en el Señor vendrá la victoria y lo que pare-
cía un fracaso era sólo apariencia de fracaso.
59
La Historia de Salvación
Hermanos Hermanas
Papá Mamá
60
La Historia de Salvación
Décimo Encuentro:
Convivencia de Comunidad
La fe de los padres y madres de Israel
0. Orientaciones para la Convivencia:
La convivencia es una
hermosa ocasión para
descansar, para orar, para com-
partir juntos, para comer juntos y
conocerse más como una comu-
nidad.
Si son varias comunidades que
hacen la Convivencia todos los de
una misma comunidad se sientan
juntos. Para eso, es bueno tener
previsto el lugar de cada comuni-
dad. Se tiene una mesa en la parte
atrás para que coloquen la comida.
Es importante que cada persona
tenga su Biblia y si puede leer su
cuaderno y su lapicero.
Es bueno decorar el lugar con
el título de la convivencia. El lugar elegido es conveniente que sea fuera del
lugar donde se reúnen siempre. Puede ser el salón de una escuela, un club,
un lugar del campo con buena sombra. Siempre es bueno que el lugar per-
mita la integración de la comunidad, la oración y el compartir alegre.
Es necesario tener un tema de reflexión. Se tendrá un buen Equipo de
Animación con un sonido adecuado. Una parte de la convivencia estarán
todas las comunidades juntas. Tanto la comida como la revisión de vida la
harán cada comunidad por separado.
4. Invocación inicial.
61
La Historia de Salvación
5. Monición al Salmo.
Canto o recitación del Salmo 47 (46).
Breve silencio.
6. Monición al Cántico.
Canto o recitación del Cántico: Deuteronomio 26, 5-10.
Breve silencio.
62
La Historia de Salvación
9. Canto de alabanza a Jesucristo que nos libera del poder del pecado
y de la muerte.
11. Oración de los fieles dando gracias por la salvación que nos regaló
Cristo.
19. Canto de alabanza a Jesucristo que nos libera del poder del pecado
y de la muerte: Cántico de Zacarías: Bendito sea el Señor Dios de
Israel.
63
La Historia de Salvación
20. Oración de los fieles dando gracias por la fe que nos ha regalado.
a) Padre Nuestro
b) Oración final
c) Cántico a María.
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La Historia de Salvación
65
La Historia de Salvación
29. Encuentro final: Todas las comunidades se reúnen. Se dan los avi-
sos y se tiene una oración final.
66
La Historia de Salvación
Undécimo Encuentro:
soy”, “el que es salvando”. “El que vive por sí mismo”. Con esto le quiere
decir que El es alguien, una persona. Entre Dios y Moisés se ha entablado
una fuerte conversación ya que Moisés está presentando dificultades. Si
quieren tener más información de lo que está aconteciendo, de la zarza ar-
diendo y de la vocación de Moisés, ubíquese en Éxodo 3, 1-10.
Continúa la reportera:
Ahora Moisés expresa su último argumento. No se oye bien. Podrías
contarnos lo que pasa. Lectora: Éxodo 4, 10-17.
El reportero informa:
Por fin, Moisés aceptó el llamado del Señor y regresó con toda su fami-
lia a Egipto. Su hermano Aarón le salió al encuentro y juntos dieron el primer
paso que fue reunir a los dirigentes de los israelitas llamados los ancianos
quienes creyeron en su palabra y bendijeron al Señor porque se había acor-
dado de ellos (Ex 4,27-31).
Otra reportera:
Ahora se encuentran reunidos con el faraón en su palacio pidiéndole
que deje a su pueblo ir al desierto por tres días para ofrecer sacrificios al Se-
ñor. El diálogo ha terminado mal y las consecuencias para los esclavos ha
sido muy terrible, ya que los oprimieron más con duros trabajos. Ellos acu-
san ahora a Moisés y Aarón de los que les está pasando (Éxodo 5). Moisés
está triste y se queja ante el Señor, quien escucha su voz y se decide actuar.
Otra reportera:
En Egipto hay problemas. El faraón tiene endurecido el corazón y no
quiere dejar salir al pueblo. Entonces, se han desatado unos fenómenos
naturales que son para el pueblo israelita una verdadera intervención de
Dios para liberar a su pueblo de la esclavitud, un verdadero milagro, ya que
suceden en el momento y en la forma que ordena Moisés, portavoz.
A Egipto le han caído todas las plagas juntas: el agua convertida en
sangre, la plaga de las ranas, de los mosquitos, los grillos, la peste sobre el
69
La Historia de Salvación
El reportero informa:
Llegó el momento de la liberación de la esclavitud. El Señor ha exten-
dido su brazo con fuerza y ha liberado a su pueblo. Leamos Éxodo 14,1-31.
Para profundizar:
Nos hallamos en el punto-manantial y fundamental de la his-
toria de la salvación y de toda la revelación de Dios. Este hecho
de la liberación de la esclavitud de Egipto es el corazón mismo
de la Biblia, el núcleo fecundo y unificante de la revelación de Dios. Es la
primera etapa de la experiencia de la salvación de Israel, que será parte
de su memoria como aparece en sus fiestas, celebraciones, credos y en
los Salmos.
Así que el Éxodo es, literalmente, una obra capital; el libro cuyo cono-
cimiento es indispensable para la inteligencia de todos los demás libros
bíblicos. Si – por hipótesis – lo suprimimos del catálogo de los libros bí-
blicos, entonces la historia del Pueblo de Dios quedaría truncada, ignora-
ríamos su causa primordial.
El edificio de la revelación bíblica quedaría sin base. Y gran parte de
la Biblia sería enigmática o quedaría sin explicación suficiente. Numero-
sas referencias o alusiones bíblicas serían ininteligibles. (Jeremías 16, 14;
Dt. 32, 9-10, 1 Corintios 10, 1-6, Mateo 3,3).
70
La Historia de Salvación
71
La Historia de Salvación
8. Oración final
Como signo de que formamos el pueblo liberado de esclavitud, todos
rezamos el Padre Nuestro, el Ave María y nos damos la paz y bailamos un
canto de liberación.
72
La Historia de Salvación
Duodécimo Encuentro:
1. Oración inicial
Se reza el Salmo 106 (105) 1-12. Se
puede tener un momento de alabanza al
Señor e invocar el Espíritu Santo
73
La Historia de Salvación
Más tarde se le unió la fiesta de los Azimos o panes sin levadura que era
fiesta primaveral y se le dio el nuevo significado de fiesta por la liberación de
la esclavitud de Egipto.
Para conocer más de cerca esta fiesta de la Pascua judía. Leamos:
Exodo 12,1-27.
Descubramos juntos:
¿Qué debía preparar cada familia para la Pascua?
¿Qué harían con la sangre del Cordero? ¿Qué haría el Señor esa noche?
¿Qué tipo de pan comerán?
¿Qué explicación darán a sus hijos de este rito?
¿Hasta cuándo deberán celebrar esta Pascua?
74
La Historia de Salvación
Este paso por el Mar Rojo nos recuerda el paso de Jesús por el mar rojo
de su propia sangre. Y es anuncio del Bautismo por el que Cristo hacién-
donos pasar por las aguas del Bautismo participamos por vez primera de la
Pascua de Cristo.
Para nosotros los católicos la Pascua es más que un recuerdo celebra-
do en honor de Dios. La Eucaristía es al mismo tiempo sacrificio y banquete,
rito y sacramento; entrega al Padre y banquete que nos une con El y entre
nosotros. Jesús da sentido definitivo a la pascua judía y anticipa la pascua
final de la historia en la gloria del Reino.
75
La Historia de Salvación
b) Todos en su mesa oran dando gracias a Dios que nos libera de toda
esclavitud. Se recuerda que el pan sin levadura es signo de aflicción,
recuerdo de los trabajos duros de esclavo en Egipto y el vino, signo
de alegría por la liberación de la esclavitud.
Todos toman el pan y recuerdan las aflicciones de ayer y de hoy. El
que quiera pide al Señor que nos libere de las diferentes esclavitudes.
Luego se toma el vino y se levanta el vaso o copa y de pie se da
gracias por la liberación de todas las esclavitudes, especialmente,
la realizada por Jesucristo.
Luego, comparten con alegría el pan y el vino.
Nota: Se pue-
de preparar la
Cena Pascual
Judía que les
ayudará a comprender
y vivir esa hermosa Cena
Pascual y relacionarla
mejor con la Eucaristía.
Ver anexo no. 1
76
La Historia de Salvación
Décimotercer Encuentro:
Leamos: Deuteronomio 7,7-8. Éxodo 19, 1-6. Ex 20, 1-21. Hebreos 10, 12-17.
Ahora llenemos estos cuadros con los textos que hemos leído.
79
La Historia de Salvación
6. Meditemos
Después de estudiar estas lecturas,
• ¿Qué significa para ti la Alianza de Dios con su pueblo?
• ¿Cómo se relacionan la Antigua y la Nueva Alianza?
• ¿Cómo sientes que estás viviendo tu Alianza con Dios? ¿Cómo la
vive la comunidad? ¿Cómo la vivimos como Iglesia?
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La Historia de Salvación
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La Historia de Salvación
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La Historia de Salvación
Decimocuarto Encuentro
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La Historia de Salvación
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La Historia de Salvación
85
La Historia de Salvación
Citas de Cartas,
Citas de libros Citas de libros Citas de los
Hechos y
históricos proféticos Evangelios
Apocalipsis
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La Historia de Salvación
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La Historia de Salvación
Decimoquinto Encuentro:
Convivencia de Comunidad
La Alianza sellada para siempre
89
La Historia de Salvación
h. Monición al Salmo
i. Canto o recitación del Salmo 107 (106)
j. Monición a la lectura
k. Lectura: Éxodo 24, 1-18.
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La Historia de Salvación
4. Receso: 25 minutos
5. Cantos de animación
los grupos se le entregarán estas citas bíblicas sobre la Alianza: Éxodo 19.
Exodo 20. Exodo 24.Salmos 78; 105; 136. Sabiduría 10, 15-22; 14, 1-12.
Isaías 41; 43.Hebreos 11, 23-29.Deuteronomio 1-11; 27-32. Josué 24
Jeremías 31, 27-37.Ezequiel 36, 16-38.Hebreos 8, 6 - 10,18
7. Comida – Receso.
10. Encuentro final: Todas las comunidades se reúnen. Se dan los avi-
sos y se tiene una oración final.
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La Historia de Salvación
Decimosexto Encuentro:
93
La Historia de Salvación
Respondamos:
• ¿Qué pasó en el Jordán?
• ¿Quiénes iban delante del pueblo?
• ¿Qué llevaban?
• ¿Qué nos enseña este hecho?
Reflexionemos juntos:
• ¿Qué enseñan estas citas bíblicas a nuestro mundo de hoy?
• ¿Cómo está distribuida la tierra en nuestro país?
• ¿Corresponde al plan de Dios esa distribución nuestra? ¿Por qué?
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La Historia de Salvación
98
La Historia de Salvación
Decimoséptimo Encuentro:
2. Para empezar
99
La Historia de Salvación
100
La Historia de Salvación
Cómo
Texto Compor- Enemigo
gritaba el Respuesta
Juez bíblico: tamiento que los
pueblo al de Dios
Jueces Del pueblo oprimió
Señor
Otoniel, 3,7-11
primer juez
Débora, 4-5
juez, profe-
tisa, guer-
rera
Gedeón, 6-8
hombre
fuerte y
valiente
Sansón, 13-16
fuerte,
torpe y
desobedi-
ente
101
La Historia de Salvación
102
La Historia de Salvación
Decimoctavo Encuentro:
2. Para empezar
cerse dueño del territorio ocupado por las tribus israelitas. Ante la presencia
de este enemigo, superior en fuerza y en técnica guerrera, las tribus quieren
unirse bajo una cabeza común.
Junto a esto, al pueblo de Israel le pasaba lo que pasa a todos, que se
dejaba llevar de lo que veían a su alrededor y lo que otros tenían él también
lo quería. Como veían que otros pueblos tenían reyes que los gobernaban,
también ellos pidieron a Samuel que les concediera un rey, en vez de ser
gobernados por un juez.
Leamos 1 Samuel 8
Saúl:
Saúl no fue un rey bueno; era ambicioso y egoísta, quería el poder para
sí mismo y no utilizaba ese poder que Dios le había dado como un servicio
al pueblo. Por eso Saúl tuvo que ser sustituido por otro rey. Descúbrelo.
• ¿Cómo fue su elección y su unción? 1 Samuel 9, 1-27 y 10, 1.
• ¿Cómo realizó su trabajo? 1 Samuel 14,47-52
• ¿Cuáles fueron sus pecados? 1 Samuel 13, 1-15; 1 Samuel 15,1-35
• ¿Cómo terminó Saúl? 1 Samuel 31, 1-10
David:
David fue un rey bueno. Su nombre significa “el amado”. Se fajó por su
pueblo, venció a los enemigos que se presentaban, principalmente los filis-
teos, y reinó por muchos años. Unificó las doce tribus y estableció a Jeru-
salén como capital. Su poder y su largo reinado fueron como un premio por
su fidelidad a Dios.
Era amigo de Dios, un amigo tan cercano que oraba con frecuencia y
se comunicaba con El. Oraba a Dios para darle gracias, bendecirlo, pedirle
perdón. Esas oraciones están contenidas en el libro de los salmos. El pecó
gravemente contra Dios, pero supo pedir perdón al Señor. David recibió la
gran promesa de que su reino sería para siempre, que Dios mantuvo a pesar
de su pecado y que cumplió con Jesús, uno de sus descendientes. Llegó a
ser el símbolo del rey ideal y del Mesías. Descubramos juntos a David.
105
La Historia de Salvación
Salomón:
A David le sucedió su hijo Salomón, a quien Dios le regaló el don de
la sabiduría para discernir entre el bien y el mal. Fue un gobernante capaz,
buen organizador, inteligente y el constructor del primer Templo de Jerusa-
lén. Pero no fue fiel a Dios porque su gobierno estuvo marcado por la explo-
tación a los campesinos, impuso fuertes impuestos al pueblo, centralización
del poder en el templo y en la corte y cayó en la idolatría casándose con
mujeres extranjeras. Este estilo de gobierno llevó a la ruptura de la unidad
del Reino. Sus hijos dividieron el reinado en norte y sur con reyes, que con
pocas excepciones, eran infieles a Dios. Descúbrelo.
• ¿Cómo fue su elección y su unción? 1 Reyes 1,22-40
• ¿Cómo realizó su trabajo? 1 Reyes 3, 5-14; 1 Reyes 5,1-14; 1
Reyes 8, 17-21; 1 Reyes 7, 1-2.
• ¿Cuáles fueron sus éxitos?
• ¿Cuáles fueron sus pecados? 1 Reyes 11,1-10
• ¿Cómo terminó Salomón? 1 Reyes 11, 11-13.
Ahora cada grupo llena este cuadro.
106
La Historia de Salvación
Cada grupo expone lo propio del rey que estudió. Luego entre todos se
responden estas preguntas:
• Después de haber escuchado estos relatos de estos tres reyes,
¿qué sentimientos quedan en mi corazón?
• ¿Qué enseñanza me queda para mi vida de cristiano?
• ¿Qué relación encuentro con Jesucristo y esta historia de los
reyes?
107
La Historia de Salvación
fidelidad del pueblo. Signo de esto, que ni los pecados de los reyes ni los
del pueblo pueden destruir la historia de salvación que continúa.
Sexto: El rey David, como hombre y como rey, tiene un lugar especial
en la historia del pueblo de Dios de Israel y de nosotros como cristianos.
David, el humilde servidor, ora y alaba a Yavéh quien ha dado tanto a su
familia. Por su reinado, ha sido un héroe de Israel (1 Samuel, 17, 40-51) y
una esperanza mesiánica del Salvador (2 Samuel 7, 12-16) Dios, presente
en Israel, le guía y le mantiene en la unidad por la dinastía de David. Mateo
comienza su evangelio llamando a Cristo “Hijo de David” (Mateo 1,1) David
sabe que no merece todo. Es un pecador. (ej. 2 Samuel, 11) A pesar de
todo, Dios está con David y su familia y David da gloria y alabanza a Dios
por todo lo que hace.
Séptimo: A través del profeta Natán la alianza de Yahveh con todo el
pueblo se concreta en alianza con David y su descendencia (2 Sam. 7).
La promesa, que inmediatamente se refiere a un hijo concreto de David,
su sucesor Salomón, tiene una amplitud incomparable: «Tu casa y tu reino
permanecerán para siempre ante mí y tu trono estará firme eternamente»
(cfr. Sal. 89; 1Cron.17).
Tanto los profetas (Is. 7,14-17; 9,1ss; 11,1ss; Ez.34, etc.) como los
salmos reales (Sal. 2; 72; 110;) apuntan a un Rey, Sacerdote e Hijo de
Dios, que establecerá un reinado eterno y universal realizando la restau-
ración de todo.
Esta expectativa, que se fue intensificando con el paso de los siglos,
se ha cumplido en Jesús. Él es el hijo de David (Mt. 1,1.20; Lc. 1, 27.32)
y como tal es reconocido por el pueblo sencillo (Mt. 2,1-6; 21,9); sin
embargo, a la vez que hijo, es Señor de David (Mc. 12,35-37). Él es el
Ungido (= Mesías = Cristo), sobre el que reposa en plenitud el Espíritu
de Dios (Mc. 1,10; Lc. 4,18) hasta el punto de poder bautizar a todos
con Espíritu Santo (Mc. 1,8).
Él es plenamente Rey, aunque ciertamente su reino no es de este
mundo (Jn. 18,33-37); no se realiza por el dominio despótico y tiránico
sobre los demás, sino mediante el servicio y el don sacrificado de la propia
vida (Mc. 10, 41-45). Si Jesús rechaza el título de Rey, de Mesías, de hijo
de David, durante su vida en condición terrena es por las implicaciones
político-nacionalistas que suponía.
En cambio, después de su muerte, resurrección y ascensión Jesús es
entronizado y exaltado por Dios a su derecha como Rey (Hech. 2,22-36;
Fil. 2,6-11); ahora puede ser proclamado abiertamente Rey, aunque su
reino sólo alcanzará su consumación plena al final de los tiempos cuando
108
La Historia de Salvación
Dios sea todo en todos y reine poniendo a todos sus enemigos bajo sus pies
(1Cor. 15, 23ss; Col. 3,1; Ap. 22,4-5.16).
109
La Historia de Salvación
Décimonoveno Encuentro:
2. Para empezar:
(Los del Equipo se reparten cada una de las partes de esta presentación
sobre la división del Reino para exponerla)
El hecho de la división
La historia de la división del Reino viene de los últimos años del reinado
de Salomón, quien se había desviado de la verdadera fe entregándose a las
110
La Historia de Salvación
El reino del Norte: estaba conformado por 10 tribus, cuya capital fue
Samaria, dirigida en un primer momento por Jeroboán y luego por
unos 16 reyes.
El reino del Sur formado por la tribu de Judá, cuya capital fue Jeru-
salén, dirigida en un primer momento por Roboam y luego por unos
19 reyes.
111
La Historia de Salvación
Leamos: 1 Reyes 12, 16-24; 1 Reyes 12, 25-33; 1 Reyes 14, 21-24;
1 Reyes 16, 1-4. 2 Reyes 17,1-18; 2 Reyes 25, 1-11; 1 Reyes 18,
16-49. 1 Reyes 21.
112
La Historia de Salvación
¿Cómo se ¿Cómo se
¿Cuál fue la
manifestó manifestó ¿Qué pasaba ¿Qué pasó
respuesta de
la división la división con los reyes? con…
Dios?
política? religiosa?
Reino de
Israel
Reino de
Judá
113
La Historia de Salvación
Para profundizar
Para el escritor sagrado está clara la causa de esta destruc-
ción sobrevenida por haberse olvidado del Señor y de su Alian-
za comenzando desde Salomón, los diferentes reyes y todo el pueblo
que se dejaba atraer por otros dioses y un estilo de vida que era contraria
a los mandatos del Señor.
Así lo reflexiona con profundidad el sabio en Eclesiástico 47, 19-21
recriminando a Salomón, a su hijo y a Jeroboán: “Pero entregaste tu
cuerpo a las mujeres, y te dejaste dominar en tu cuerpo. Pusiste así ta-
cha a tu gloria, y profanaste tu linaje, acarreando la ira sobre tus hijos y
llenándoles de aflicción por tu locura, hasta quedar partida en dos la di-
nastía y surgir de Efraím un reino apóstata. Descansó Salomón con sus
padres, y después de él dejó a uno de su linaje, lo más loco del pueblo,
falto de inteligencia, Roboam, que apartó de su cordura al pueblo. Y Je-
roboam, hijo de Nabat, fue el que hizo pecar a Israel, y señaló a Efraím el
camino del pecado. Desde entonces se multiplicaron sus pecados tanto
que expulsaron al pueblo de su tierra. Toda clase de maldades frecuen-
taron, hasta que vino sobre ellos el castigo”.
El destino final del que se aparta del Señor es la ruina y la muerte
como pasó con el Reino del Norte y el propio Reino de Judá: “Con todo
esto, el pueblo no se arrepintió, ni de sus pecados se apartaron, hasta
que fueron deportados de la tierra y esparcidos por el mundo entero.
Sólo quedó un pueblo reducido, con un príncipe de la casa de David”
(Eclo. 48,15). “Porque abandonaron la ley del Altísimo, los reyes de Judá
fueron abandonados. Pues entregaron a otros su cuerno, y su gloria a
una nación extraña. Prendieron fuego a la elegida ciudad del santuario,
dejaron desiertas sus calles” (Eclo. 49, 4-6).
Pero, estas cosas pasaron como una lección para el pueblo de Dios
de ayer y de hoy para que estemos atentos a nuestros pasos y a nuestra
vivencia de la Alianza ahora más fuerte y sólida a través de Jesucristo,
114
La Historia de Salvación
quien vino a reunir a los dos pueblos en uno solo (Efesios 2,14) y que
pone la unidad como condición para que el mundo crea en El (Jn 17,21).
De hecho, lo que la Biblia llama castigo, quien se lo da y se lo gana
es quien se aparta de su Alianza. Ya que en medio de todo esto Dios no
abandonó a su pueblo, ya que su voz resonó en medio de su pueblo a
través de sus profetas, como Elías y Eliseo que contrarrestaron la idola-
tría y la maldad de los reyes y del pueblo e hicieron señales para que el
pueblo se convirtiera.
También, hizo surgir reyes fieles a la Alianza como Ezequías y Josías.
Como concluye el autor sagrado: “el Señor no renuncia jamás a su mise-
ricordia, no deja que se pierdan sus palabras ni que se borre la descen-
dencia de su elegido, el linaje de quien le amó no extirpa” (Eclo. 47, 24).
115
La Historia de Salvación
Vigésimo Encuentro:
Convivencia de Comunidad
Por los profetas Dios reitera la Alianza
con su pueblo
0. Orientaciones para la Convivencia:
La convivencia de hoy la de-
dicaremos a los profetas, que fue-
ron voz de Dios para su pueblo recordán-
dole y llamándole a vivir la Alianza sellada
con Dios. Es importante que cada persona
lleve su Biblia y si puede leer su cuaderno
y su lapicero.
Decorar el lugar con el título de la
convivencia. Se tendrá un buen Equipo
de Animación con un sonido adecuado y
que prepare canciones sobre los profetas
como: el Profeta; Tengo que gritar, Testigo
soy; Dios Ha Hablado y otros.
También, adornar el lugar con los nom-
bres de los profetas: Isaías, Jeremías, Eze-
quiel, Amós, Oseas, Daniel, Eliseo, Elías,
Joel, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías,
Malaquías, Juan Bautista y en el centro un letrero grande que diga JESU-
CRISTO. También se pueden colocar láminas y fotos de las injusticias en el
mundo de hoy.
Tener materiales como cartulinas, crayones, telas, vestidos y otros ma-
teriales que podrían utilizar los personajes para la representación de los
profetas.
Lector 2: Isaías 6, 1- 13
Canto: Testigo soy.
• ¿Qué es un profeta?
• ¿Qué hacían los profetas?
• ¿Qué es lo que distinguía a los profetas?
• Digan algunos nombres de los profetas que conocemos
• ¿Quién es nuestro gran Profeta a quien anunciaban los profetas?
• ¿Nosotros somos profetas? ¿Desde cuándo? ¿Cuándo?
117
La Historia de Salvación
118
La Historia de Salvación
4.3. Oración:
Luego en plenario se pide que algunos compartan con todo el grupo
lo que les ha impresionado de estos textos. Se termina con una oración de
alabanza, acción de gracias y peticiones inspirados en esta reflexión sobre
los profetas. Se concluye con un canto.
5. Receso: 20 minutos.
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La Historia de Salvación
7. Isaías: 3 en uno.
Con el nombre de Isaías, que significa “Yahvé salva” o “Yahvé ayuda”,
se titula el libro profético más extenso de la Biblia. Según los estudiosos más
que un solo profeta fueron tres profetas que vivieron en tres momentos dife-
rentes desde el año 740 a 300 antes de Cristo como se puede notar en los te-
mas y en el lenguaje utiliza. Por eso, estudiaremos en 3 grupos este profeta.
• ¿Qué critica el profeta? (Isaías 1, 10-15; Isaías 3, 12-26; Isaías 10, 1-4?
• ¿A qué invita el profeta? (Isaías 1, 16-20; 26, 2-5; 30, 15)
• ¿Qué profecías de Isaías la vemos referidas a Jesús? (Isaías 7,
10-16; 9, 5-6; 2, 1-5)
• ¿Qué nos enseña este profeta?
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La Historia de Salvación
9. Comida – Receso.
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La Historia de Salvación
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La Historia de Salvación
13. Momento final: Todas las comunidades se reúnen. Se dan los avisos
y se tiene una oración final.
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La Historia de Salvación
Vigesimoprimer Encuentro:
3. Dios hace un milagro: del mal del destierro Dios hace brotar un
pueblo fiel y renovado
127
La Historia de Salvación
Sin embargo, esta gran crisis va a ser la ocasión de una profunda reno-
vación en el pueblo de Israel. Al desaparecer sus seguridades humanas y
quedar derribado su orgullo nacional, los israelitas se vuelven a Yahveh. El
gran milagro del destierro es que esta catástrofe, en lugar de ser la ruina de
la fe de Israel, provoca una exaltación de esa misma fe y la purifica.
Providencialmente, Dios mismo hace surgir unos guías que orienten
al pueblo en estas circunstancias tan difíciles. Entre ellos se destacan los
profetas, que ayudan una vez más a leer e interpretar los acontecimientos
desde la fe:
Compartamos: ¿Qué indican estos huesos secos? ¿En qué estamos secos
como personas y como pueblo ¿cuál es la esperanza que Dios quiere dar
a su pueblo a través de este anuncio del Profeta? ¿Qué enseñanza le da el
Señor a su pueblo con esta dura experiencia del destierro? ¿Qué podemos
aprender nosotros para nuestra vida de esta experiencia del destierro?
129
La Historia de Salvación
130
La Historia de Salvación
e) Esta experiencia les hace entender también el valor positivo del su-
frimiento. Dios se manifiesta como misericordioso, pues «no quiere
la muerte del malvado, sino que se convierta de su conducta y viva»
(Ez. 18,23.32; 33,11); pero esta misericordia, para ser eficaz, necesita
usar la amarga medicina del sufrimiento: como la plata y el oro nece-
sitan pasar por fuego para desechar la escoria, Israel necesita pasar
por el crisol del sufrimiento para ser purificado y renovado (Ez. 22,17-
22; Is. 48,10); así Israel aprenderá que «Yahveh reprende a aquel que
ama, como un padre al hijo querido» (Prov. 3,12).
Más aún, los cánticos del Siervo ya mencionados apuntan a un su-
frimiento redentor: el Israel purificado va a convertirse, precisamente
en virtud de su sufrimiento, en instrumento de salvación para muche-
dumbres; así el pueblo de la antigua alianza atisba la eficacia y fecun-
didad del dolor, que alcanzará su pleno cumplimiento en el sacrificio
de Cristo.
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4. Contemplemos al Señor, que nos purifica del mal para nuestro bien
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Descripción de los
Características del Misión del Siervo de
sufrimientos delSiervo
Siervo de Yahvé Yahvé
de Yahvé
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Vigesimosegundo Encuentro:
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Llegada a Jerusalén
El primer grupo llegó hacia el 538 antes de Cristo encabezados por Se-
basar, miembro de la familia real de Sebasar Lo que encontraron era una
ciudad en ruinas sin templo y sin una organización política. Entonces, Jo-
sué y Zorobabel comenzaron la obra diez y ocho años después del regreso
(2 Reyes 25,27-30).
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La Historia de Salvación
la. Llegó el 445 antes de Cristo, con autorización del rey para emplear los
recursos del imperio y con una custodia armada.
Tuvo muchas oposiciones pero cumplió con su meta de reconstruir las
murallas, símbolo de unidad y garantía de paz. Como gobernador de su
patria promovió reformas económicas y sociales y con el apoyo de Esdras
renovó la alianza.
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Vigesimotercer Encuentro:
Compartamos:
• ¿Cuáles son los problemas mayores que tuvieron los Macabeos?
• ¿Cómo respondieron a esos problemas?
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Contemplemos al Señor siempre fiel que nos da fuerzas para ser fieles
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Vigesimocuarto Encuentro:
Por eso, además de la experiencia, medita día y noche la ley del Señor
(Sal. 1,2) y se esfuerza en descubrir la sabiduría divina manifestada en la
creación y en la historia del pueblo de Dios (Sab. 10-19). La clave y fuente
de toda sabiduría está en el temor del Señor, es decir, la honra de Yahveh
(Eclo. 1,1-10; Sab. 9,1-18; Prov. 2,5-8).
Lector 1: Proverbios.
La palabra proverbios quiere decir reglamentar, porque los proverbios
son reglas de vida. Es la colección de textos sapienciales más antiguos. Re-
cibe este nombre por las numerosas sentencias que contiene y que supo-
nen muchos siglos de tradición; fue recopilado el 480 a.C. por un autor anó-
nimo que escribió un magnífico prólogo doctrinal sobre la sabiduría (c.1-9).
El libro enuncia los medios para conseguir la felicidad, que depende
esencialmente de la rectitud moral y de la correcta relación del hombre con
Dios (el «temor del Señor», es decir, respeto religioso, sumisión a Dios y
obediencia a sus mandatos).
Lector 2: Job.
Este libro, escrito hacia el 450 a.C. plantea el problema del sufrimiento
del justo. Un hombre de excepcional bondad, del cual dice el mismo Yahveh
que «no hay otro como él en la tierra» (1,8), se ve sumido en la desgracia
total.
Se pone en tela de juicio el principio de la retribución temporal, según
el cual al justo le va bien en este mundo. Después de una serie de diálogos
que ponen de relieve lo desconcertante del misterio para la inteligencia hu-
mana, el libro llega a la conclusión de que el hombre, incapaz de compren-
der las maravillas de la naturaleza, impotente para penetrar las sendas de
Dios, debe someterse y adorar la sabiduría divina.
El sufrimiento humano es un misterio que Dios conoce pero que el hom-
bre no alcanza; el dolor tiene un sentido -desconocido para el hombre- que
no contradice la infinita bondad y justicia de Dios.
Lector 5: Sabiduría.
Este libro, escrito en griego, probablemente en Alejandría, entre el 100
y el 50 a.C., afirma claramente la inmortalidad del alma (Sab. 3,1-8; cfr. Dan.
12,2-3; 2Mac. 7,9). A la vez pretende demostrar la superioridad de la sabi-
duría israelita, revelada por Dios, sobre la filosofía pagana.
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Vigesimoquinto Encuentro:
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La Historia de Salvación
Todavía más cuando, con la oposición del pueblo comandado por los
Macabeos que logran liberar a su pueblo, la alegría duró poco ya que una
nueva amenaza surgió en el horizonte. Era el Imperio Romano que logró
ocupar a Jerusalén en el año 63 antes de Cristo. Israel aparecía abocado a
su desaparición.
Ante todo esto crece el anhelo de que sea Dios quien se haga cargo de
la situación y haga surgir un Mesías Salvador que venga a liberar a Israel de
sus opresores, coloque a Israel por encima de las naciones y establezca la
justicia, la paz y la dignidad. En otras palabras, se pide a Dios que se haga
Rey de su pueblo. “Y será el Señor rey sobre toda la tierra: ¡el día aquel será
único el Señor y único su nombre!” (Zac 14, 9).
fiel del Señor. Ellos, aunque las legiones romanas han ocupado la tierra pro-
metida, ellos gritan así: “Señor, solo tú eres nuestro rey por siempre jamás”.
Para Sofonías, hacia el 630 a.C., (Sof. 2,3; 3,11-13) identifica al pobre
con el humilde y la pobreza con la apertura a Dios, el ansia de Dios, la con-
fianza en Él, la fidelidad a su alianza.
Según esto, los pobres de Yahveh, esa comunidad forjada en la miseria
y en el sufrimiento que fue el origen de la restauración y renovación religio-
sa de Israel (cfr. también Sal. 22; 35; 55; Eclo. 51,1-12; Lam. 3,1-66) tienen
estas características:
• Primero, son realmente pobres, es decir, no tienen medios económicos,
sufren enfermedad, persecución, orfandad, destierro; no tienen capa-
cidad para salir de su situación y se encuentra aplastado bajo el peso
del dolor.
• Segundo, son personas humildes y sencillas que sólo tienen a Dios a
quien acuden confiados en busca de auxilio. Sus ojos están puestos en
el Señor.
• Tercero, son personas conscientes de que delante del Señor son peca-
dores. Por eso, piden reconociendo primero sus culpas y suplicando
misericordia.
• Cuarto, los pobres son solidarios unos con otros, compartiendo con
todos aquellos que sufren pruebas semejantes.
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Vigesimosexto Encuentro:
Convivencia de la comunidad
Las grandes lecciones del Antiguo Testamento
0. Orientaciones para la Convivencia:
La convivencia es
una hermosa ocasión
para descansar, para orar, para
compartir juntos, para comer
juntos y conocerse más como
una comunidad.
Si son varias comunida-
des que hacen la Convivencia
todos los de una misma comu-
nidad se sientan juntos. Para
eso, es bueno tener previsto el
lugar de cada comunidad. Se tiene una mesa en la parte atrás para que
coloquen la comida. Es importante que cada persona tenga su Biblia y si
puede leer su cuaderno y su lapicero.
Para la ambientación vamos a colocar 10 estaciones siguiendo el no. 19
de esta convivencia. Se coloca el nombre de la estación, el símbolo y la cita
bíblica. Es necesario preparar bien esta dinámica para que ayude a vivir el
proceso de la historia.
Lo mismo hay que hacer con la caravana bíblica para que sea una vi-
vencia alegre de todo este plan de Dios realizado en la historia.
Se tendrá un buen Equipo de Animación con un sonido adecuado. Una
parte de la convivencia será todas las comunidades juntas. La comida se
hará por comunidad así como el momento de revisión de vida.
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La Historia de Salvación
4. Invocación inicial.
5. Monición al Salmo.
7. Breve silencio.
8. Monición al Cántico
9. Breve silencio.
13. Se comparte lo que el Señor le ha dicho a su propia vida con ese texto.
14. Homilía del que preside profundizando el tema. Se puede leer entre
todos esta meditación.
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La Historia de Salvación
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15. Canto de alabanza a Jesucristo que nos libera del poder del pecado
y de la muerte: Cántico de Zacarías: Bendito sea el Señor Dios de
Israel.´
16. Oración de los fieles dando gracias por la fe que nos ha regalado
a) Padre Nuestro
b) Oración final
c) Cántico a María.
En cada uno de los letreros y símbolos que están a lo largo del camino
habrá 3 personas que explicarán lo que significa esa estación de la Histo-
ria de la Salvación. Una persona lee el nombre de la lección, una segunda
muestra el símbolo, una tercera lee la necesidad de la humanidad o el pue-
blo, una cuatro persona lee la acción de Dios. Es un recorrido rápido de las
lecciones del Antiguo Testamento.
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Canto de fondo:
La caravana. A todos los participantes se les invita a participar en
este viaje por la Biblia realizando los 9 pasos. Habrá un guía que llevará un
bastón.
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Una pareja:
Dios nos creó como hombre y mujer, creados a su imagen y seme-
janza en un paraíso. (Aplausos a Dios).
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mos salir una noche de Pascua pasamos por el Mar Rojo (tira el bastón
y todos lo brincan). Así llegamos al desierto de la libertad (todos vocean:
libertad, libertad…).
Una persona adulta: Y como dice el refrán: “reino dividido, reino ven-
cido”, en poco tiempo Israel fue ocupado por Asiria y años más tarde
Babilonia deportó a su país a lo mejor de Judá.
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La Historia de Salvación
Uno del grupo hace de Jesús que aparece y uno hace de Juan Bau-
tista que dice:
He aquí a Jesucristo, el cumplimiento de las promesas del Padre. El
es el Mesías Salvador, la Palabra hecha carne, el que tenía que venir, la
respuesta de Dios a nuestros clamores. Escuchen su voz.
Jesús dice:
“Conviértanse y crean en el Evangelio”. El Reino de Dios ha llegado a
ustedes, está dentro de ustedes. Por ustedes he muerto y he resucitado
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La Historia de Salvación
para que tengan vida y vida en abundancia, vida eterna. Ustedes son
luz del mundo, sal de la tierra, levadura en la mesa como portadores de
ese Reino de amor, de verdad, de justicia, de libertad y de paz.
Jesús dice:
“Vayan y anuncien el Evangelio a toda criatura”, realicen mi Reino
hasta que vuelva. Sean mis testigos. Les enviaré mi Espíritu que les ale-
grará y fortalecerá. Vivan siempre unidos en un verdadero amor.
Uno dice:
Ven Señor Jesús! Ven realiza los cielos nuevos y la tierra nueva. Ven
Señor Jesús.
Se recuerda el Retiro:
La comunidad tendrá su Retiro para culminar esta Primera Unidad
de la Segunda Etapa. Son 3 días: empezando el Viernes en la Noche, 6pm-
9pm; el Sábado entero y Domingo entero.
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La Historia de Salvación
Vigesimoséptimo Encuentro:
1. Oración inicial
Abramos nuestras Biblias en
Efesios 1, 3-14 y recemos este him-
no que nos habla de Cristo. Des-
pués de rezarlo, cada uno puede fijarse en uno de los versos y hacer ora-
ción desde ese verso invocando al Espíritu para conocer, amar y seguir a
Jesucristo.
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c) Compartamos:
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Vigesimoctavo Encuentro:
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1, 16-20; 3, 13-15). Con ellos, y otros más, Jesús forma una verdadera
comunidad, compartiendo vida, fatigas, angustias, doctrina, poderes (cf.
Mc. 8, 31-33; Mt 10; 13, 10-23; Le 17, 34).
Con la pasión y muerte de Jesús el grupo se disuelve y parece llama-
do a desaparecer (cf. Mt 26, 31; Lc 24, 13. 21). Sin embargo, la dispersión
no se consuma, pues Jesús resucitado lo vuelve a congregar en torno a
sí (cf. Mc 16,7; Hech 1, 6. 12-15). Reunidos en Jerusalén, con los doce,
con María, la Madre de Jesús, dedicados a la oración, reciben una efu-
sión del Espíritu Santo, que los congrega definitivamente, inseparable-
mente, en torno al Resucitado y entre sí (cf. Hech 2, 1-4).
A este grupo inicial, y debido al testimonio de la palabra de los após-
toles, y al poder del Espíritu, que en ellos se manifiesta, se van agre-
gando otros muchos (cf. Hech 2, 41; 4, 4; 5, 14; 6, 1. 7). La agregación
se realiza por la fe en Jesús como Cristo y Señor (cf. Hech 2, 36-38; 3,
19-20; 4, 2-3. 8-12; 8, 37) y mediante el bautismo de agua en su nombre
(cf. Hech 2, 38), por el que se les concede el perdón de los pecados y se
hacen acreedores a la recepción del Espíritu (cf. Hech 2, 38).
La comunidad tiene desde el primer momento una profunda inquie-
tud misionera. «En el templo y en las casas no cesaban de enseñar y
anunciar a Cristo Jesús»(Hech 5, 42). Algunos pagan pronto con su vida
el cello desplegado (cf. 7, 7-8. 60). Otros, y debido precisamente a la
persecución, huyen, y su huida es ocasión para el anuncio del mensaje
(Hech 8, 4; 11, 19). A la expansión va a contribuir, como el que más, uno
de los perseguidores, Saulo de Tarso, que se ha encontrado con el Señor
resucitado cuando iba camino de Damasco con orden de detención para
los seguidores de Jesús (cf. Hech 9).
A través de la Iglesia, Dios sigue interviniendo en el mundo de la his-
toria y de los hombres de múltiples maneras. Como cuerpo de Cristo, la
Iglesia prolonga en el mundo su acción salvífica. Es el sacramento —sig-
no que significa y realiza— de la salvación obtenida por Cristo.
La Iglesia continúa la obra de glorificación del Padre llevada a cabo
por Cristo. El es el perfecto glorificador de Dios. Toda otra glorificación
pasa por él (cf. Rm 16, 25. 27; 1 Cor 1, 4 s.; 2 Cor 1, 3 s.; Ef 1, 3 s.; Pil 4,
18-20). La Iglesia da gloria a Dios de múltiples maneras: pregonando sus
excelencias (1 Pe 2, 9), ofreciendo sacrificios espirituales (cf. v. 6).
La misión primera de la Iglesia es difundir la buena noticia de la sal-
vación en Cristo, que provoca la alabanza, la acción de gracias al Padre
(cf. Jn 14, 26-27; 16, 14-15; Hech 13, 48; 4, 21; 11, 18; 21, 20; Rom 15,
6;2 Cor 4, 13-15). Provoca además la aceptación de esa salvación, con
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Anexo I
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COMENTADOR 2: Sobre la mesa principal los siervos colocan los alimentos de usar
durante la cena Pascual: pan ácimo o matzo, el haroseth o salsa rojiza que recuerda
la arcilla y la argamasa que los esclavos hebreos fabricaban en Egipto, el karpas o
yerbas amargas, un hueso del muslo del cordero que simboliza el brazo tenso con el
que el Señor liberó a los israelitas de la esclavitud (cf Ex 6,6) y un huevo cocido que
recuerda la ofrenda que acompañaba al sacrificio del cordero pascual en el templo y
que ahora es símbolo de duelo por la destrucción de los dos templos de Jerusalén y
signo del pueblo judío cuánto más se le oprimía en Egipto, más fuerte se vuelva ( Ex
1,12). También llevan agua con sal.
DIRECTOR: Bendito eres, oh Señor y Dios nuestro Rey, del universo que nos ha
escogido sobre todas las gentes y nos ha exaltado sobre todas las lenguas y nos ha
santificado con tus mandamientos. Todos: AMEN
En amor nos ha dado, oh Señor y Dios nuestro temporadas de alegrías, días santos
y tiempo para regocijarnos, este día de la fiesta del pan sin levadura, el tiempo de
nuestra libertad, un día de reunión en santidad, un recuerdo de la salida de Egipto.
Porque tú nos ha escogido y nos ha santificado sobre toda las gentes, y nos dado
tus tiempos sagrados como herencia. Bendito eres, oh Señor y Dios nuestro, que
santifica a Israel. y sus fiestas. Todos: AMEN.
(Se sirve la primera copa de vino, la copa de acción de gracias. Mientras se sirve el
vino se comenta lo siguiente)
COMENTADOR 2: Cuatro veces durante la Cena Pascual se pasó el vino. Las cuatro
copas de vino corresponden a las cuatro expresiones de la redención, según está
escrito en Éxodo 6,6-7: “Yo los sacaré de los duros trabajos de los egipcios (primera
copa), los libraré de su esclavitud (segunda copa), y los salvaré con brazo tenso
(tercera copa). Yo los haré mi pueblo y seré su Dios; y sabrán que Yo soy el Señor,
su Dios, que los sacaré de la esclavitud de Egipto (cuarta copa).
Jesús en la última Cena, Cristo pasó esta primera copa de vino a sus discípulos
diciéndoles: “Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les digo que, a partir de
este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios”
(Lc 22,17-18). La institución de la Eucaristía fue más tarde, después de la cena, en
la tercera copa de vino, la copa de la bendición. Es bueno conocer que el acto de
distribuir vino de un tazón común a todos los presentes es un símbolo de unidad.
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Todos: (Alzan la copa) Bendito OH señor y Dios nuestro, rey del universo que creaste
el fruto de la vid.
(Todos toman la primera copa de vivo y se sientan dejando su copa).
El Padre de Familia: Bendito seas señor y rey del universo, que creaste el fruto de la
tierra.(Todos comen el ¨Karpas¨).
Lector 1: Juan 13, 21-35)
CANTO: Tienes hambre, haz Pascua con nosotros. Tienes sed, haz Pascua con
nosotros. Ayer en la esclavitud, hoy en la libertad.
(El padre de Familia deja sobre la mesa el plato con los ¨Matzos ¨)
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El más joven:
¿Por qué esta noche es diferente a todas las otras noches? ¿Por qué comemos esta
noche pan sin levadura? ¿Por qué comemos esta noche hierbas amargas y las mojamos
con agua de sal? En otras noches comemos sin festividades especiales, ¿por qué
tenemos esta noche este servicio Pascual?
CELEBRANTE: Los sirios persiguieron a nuestros padres quienes bajaron hasta Egipto
y permanecieron allí y crecieron llegando a ser una nación gran de y poderosa. Los
egipcios les afligieron y persiguieron, poniéndoles cargas muy pesadas Y clamamos
al Señor Dios de nuestros padres quien nos oyó y miró nuestra aflicción y trabajo. Y
nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, con gran terror, con señales
y maravillas. Por lo tanto aunque todos fuésemos sabios y bien versados en la Torah
(la LEY) será aún nuestro deber repetir de año en año la historia de la liberación de
Egipto. De hecho ahondar en ella es ciertamente saludable.
CELEBRANTE: Esta divina promesa permaneció con nuestros padres y también con
nosotros. Cuantos se alzaron contra nosotros para destruirnos en cada generación
fueron aniquilados. Porque el Santo nos bendijo liberándonos siempre de sus manos
Comentador 1:( Todos dejan la copa sin beber sobre la mesa).
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TODOS: Por lo tanto es nuestro deber dar gracias,/ alabar, glorificar, bendecir,/ exaltar
y adorar a aquel que hizo todos estos milagros/ por nuestos padres y por nosotros
mismos./ El nos ha traido de la esclavitud a la libertad,/ de la tristeza a la alegria,/ del
luto a la fiesta,/ de la oscuridad a la luz,/ de la opresión a la redención.
COMENTADOR 2: Todos dejamos la copa del vino sobre la mesa y nos levantamos
para cantar los primeros salmos del Hallel. CANTOS: ALABAD SIERVOS DE DIOS
(Salmo 113) Cuando Israel salió de Egipto. (Salmo 114).
CELEBRANTE: Bendito eres, OH Señor Dios, Rey del universo que nos ha redimido
de Egipto a nosotros y a nuestros padres y nos has permitido vivir hasta esta noche.
Que se cumpla tu voluntad a través de Jacob tu siervo escogido que todas las gentes
te rindan alabanza sin cesar. Te cantaremos nuevas canciones de alabanza por nuestra
redención y por la liberación de nuestras almas. Bendito eres oh Señor que redimes
a Israel. (Todos toman la segunda, copa de vino)
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PADRE DE FAMILIA: Bendito seas, Señor Dios nuestro, Rey del Universo, que haces
surgir el pan de la tierra.
(El padre de familia divide el matzo en pedacitos pequeños y le da a cada uno de los
asistentes. Con este pedazo en la mano todos dicen:)
Todos: Bendito seas, Señor Dios nuestro, Rey del Universo, que nos has santificado
con tus mandamientos y nos has mandado comer el matzo.
(Todos comen el pedazo de pan)
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COMENTADOR 2: Los siervos llenan la copa del Padre de Familia con agua y vino
y queman incienso. El vino en gran parte obra del hombre es símbolo de la justicia
y el agua, don de Dios simboliza la piedad divina. Mientras, cantemos el canto de la
alegría del retorno.
CANTO: Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión.
COMENTADOR 1: Ahora sobre este tercer cáliz se recita la gran bendición de acción de
gracias o berajá. Esta tercera copa es una sola y viene pasada para que todos beban de
ella. Fue probablemente en este momento que Jesús bendijo y pasó la Copa diciendo:
“Este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que será derramada por
ustedes”. A esta Copa se refiere San Pablo cuando dice: “El cáliz de bendición que
bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? (1 Cor 10,16).
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Salmo 115. Salmo 117. Salmo 118: Este es el día que actuó el Señor. Salmo 136:
Dad gracias al Señor, porque es bueno.
Padre de familia: Alabado seas, OH Señor y Dios nuestro, Rey del Universo, que has
creado el fruto de la vid.
(Todos toman la cuarta copa de vino)
Padre de familia: “Yahvé les bendiga y les guarde. Ilumine su rostro sobre ustedes
y les sea propicio. Les muestre su rostro y les conceda la paz.
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Bibliografía
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