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Introducción
2. Objetivos
2.1 Objetivo general
Identificar las características de las construcciones realizadas por antiguas
civilizaciones para luego comparar con las edificaciones actuales de los diversos
contextos.
2.2 Objetivos específicos
a) Identificar las características arquitectónicas de las antiguas civilizaciones antes
del imperio romano.
b) Conocer las características de construcción de la cultura romana y su influencia en
los diversos contextos.
c) Comparar las construcciones de las civilizaciones antiguas con las actuales
edificaciones de los diversos contextos.
MATERIALES:
Los materiales frecuentemente empleados en la arquitectura griega fueron la madera, para soportes y
techos; ladrillo sin cocer para las paredes, especialmente de casas; la piedra caliza y el mármol, para
columnas, muros y porciones elevadas de los templos y edificios públicos; la terracota, para
ornamentos; y metales, especialmente el bronce, para detalles decorativos. Los arquitectos de la época
arcaica y clásica usaron estos materiales constructivos para edificios: religiosos, cívicos, domésticos,
funerarios y recreativos. El adobe se reservaba para las construcciones más pobres y sin importancia.
En cuanto a las tejas, ha de recordarse que los restos más antiguos de la Grecia arcaica están
documentadas en un área muy limitada en torno a Corinto (Grecia), donde las tejas fueron sustituyendo
a los techos de paja en los dos templos, de Apolo y de Poseidón entre los años 700 y 650 a. C.1 Se
expandió rápidamente, durante los cincuenta años siguientes, usándose en un elevado número de lugares
alrededor del Mediterráneo oriental, incluyendo la Grecia continental, el oeste de Asia Menor, y el sur y
el centro de Italia.2 Las primeras tejas tuvieron forma de S, y eran bastante abultadas, con un peso de
unos 30 kilos cada una.3 Resultaban más caras y costosas de producir que un tejado de paja, por lo que
su introducción se explica por la resistencia al fuego, que daba la necesaria protección a los costosos
templos.
La expansión de la cubierta de teja debe verse en relación con el simultáneo auge de la arquitectura
monumental en la Grecia Arcaica. Sólo los muros de piedra que estaban apareciendo por entonces,
reemplazando a las precedentes paredes de barro y madera, eran suficientemente fuertes para soportar el
peso de una techumbre de tejas.
Finalmente, no puede olvidarse que el aspecto general de los edificios era distinto al que se ve
actualmente, ya que se pintaban con colores brillantes, de rojo, de azul, de tal manera que llamaban la
atención no sólo por su estructura, sino también por su policromía.
HISTORIA:
La mayor parte del conocimiento actual de la arquitectura griega proviene del período arcaico tardío
(550-500 a. C.), la época de Pericles (450-430 a. C.), y el periodo puramente clásico (430-400 a. C.).
Los ejemplos griegos son considerados junto a los períodos helenístico y romano (puesto que
la arquitectura romana es una interpretación de la griega), y fuentes escritas tardías tales
como Vitruvio (siglo I). Como resultado, queda una fuerte tendencia hacia los templos, los únicos
edificios que sobreviven en un número significativo.
Fachada oriental del Templo de Hera (Templo E) de Selinunte (Sicilia), levantado originalmente en el siglo
VI a. C. y reconstruido a mediados del siglo XX.
Es la primera etapa. Tiene varias fases. Comienza a principios del primer milenio antes de Cristo y se
cierra en el primer tercio del siglo V a. C.
La arquitectura, definida como edificaciones ejecutadas según un diseño estético consciente,
desapareció de Grecia desde finales del periodo micénico (alrededor de 1200 a. C.) hasta el siglo
VII a. C., cuando la vida urbana y la prosperidad se recobraron hasta el punto de poder emprenderse la
edificación pública. Pero a partir de entonces muchos edificios griegos durante el periodo de las
colonizaciones (siglos VIII-VI a. C.), se hacían de madera o adobe o arcilla, nada queda de ellos excepto
unos pocos planos sobre el terreno, y casi ninguna fuente escrita sobre esta arquitectura temprana o
descripciones de estos primeros edificios.
Alrededor del año 600 a. C., las columnas de madera del antiguo Hereo de Olimpia sufrieron una
transformación material, conocida como «petrificación», en la que fueron reemplazadas por columnas
de piedra. Poco a poco, otras partes del templo fueron petrificadas hasta que todo él estuvo hecho de
piedra. Con la expansión de este proceso a otros santuarios, los templos griegos y edificios
significativos desde el siglo VI a. C. en adelante, fueron construido en gran parte con piedra, y unos
pocos ejemplos afortunados han sobrevivido a lo largo de los siglos. La introducción de paredes de
piedra también permitieron que los tejados con techo de paja fueran reemplazados por tejas que
actuaron como medio para mejorar la resistencia ante el fuego.
En esta época se usaba el orden dórico, incluso el jónico.
Ejemplo de la etapa de transición entre el período arcaico y el clásico es el templo de Poseidón,
en Paestum, de planta rectangular, períptero y hexástilo.
Período clásico
El Erecteón de la Acrópolis de Atenas, levantado a finales del siglo V a. C., durante el período clásico
Es la segunda etapa, que se corresponde con los siglos V y IV a. C.
Como la pintura y la escultura de la época, la arquitectura griega de la primera mitad de la Antigüedad
clásica no era «arte por el arte» en el sentido moderno. El arquitecto era un artesano empleado por el
estado o por un rico cliente privado. No se distinguía entre el arquitecto y el constructor. El arquitecto
diseñaba el edificio, contrataba a los obreros y artesanos que lo construían, y era responsable tanto de su
presupuesto, como de su acabado a tiempo. No disfrutaba del estatus noble que tienen los modernos
arquitectos de edificios públicos. Incluso los nombres de los arquitectos son desconocidos antes
del siglo V a. C. Un arquitecto como Ictino, que diseñó el Partenón, que hoy en día sería considerado un
genio, era tratado en vida tan sólo como un comerciante experto y muy valioso.
Supone el apogeo de los órdenes dórico y jónico.
Período helenístico
Altar de Pérgamo, construido en la primera mitad del siglo II a. C. en la Acrópolis de Pérgamo (actual Turquía) y
en la actualidad reconstruido en el Museo de Pérgamo de Berlín.
Es la tercera y última etapa del arte griego. Se extiende desde el siglo III a. C. hasta mediados del siglo
II a. C., tomándose como fecha simbólica de cierre el año 146 a. C., cuando los romanos conquistaron la
ciudad de Corinto.
El peso del desarrollo artístico se trasladó hacia Oriente. En esta época se desarrollaron grandes
construcciones en Pérgamo (Altar de Zeus), Rodas y Alejandría. De entonces es el Mausoleo de
Halicarnaso.
Lo más destacado son los proyectos urbanísticos como los de Hipodamo de Mileto, con organización en
cuadrícula, ejemplo que fue seguido en siglos posteriores.
Se abandonó el severo estilo dórico.
La arquitectura griega clásica está representada, fundamentalmente, por templos, pues se desarrolló en
torno a los santuarios, siendo los principales los
de Olimpia, Delfos, Atenas, Eleusis, Delos, Epidauro, Mileto, Éfeso y Selinonte. El formato estándar de
los edificios públicos griegos se conoce a través de los ejemplos supervivientes tales como el Partenón y
el Hefestión de Atenas, el grupo de Paestum, el complejo de templos de Selinunte (Selinus) y los
santuarios de Agrigento.
El templo era la forma más conocida y frecuente de arquitectura pública griega, pero no cumplía las
mismas funciones que una Iglesia moderna. El altar estaba al aire libre en el témenos, a menudo
directamente delante del templo. Los templos servían como depósitos de tesoros asociados al culto del
dios al que se dedicaban, como lugar donde permanecía una imagen de culto a veces de gran
antigüedad, pero a menudo desde los tiempos de Fidias era asimismo una gran obra de arte. El templo
era un sitio para que los devotos depositaran sus ofrendas votivas, tales como estatuas, yelmos y armas.
La habitación interior del templo, la cella, servía así principalmente como una cámara acorazada y una
despensa. Puesto que no estaba pensado para alojar a los fieles, no precisaba que fueran de grandes
dimensiones, ni tampoco elevarlos. Se concebían para ser vistos desde fuera.
Tenían casi siempre en las fachadas principales (las más cortas) un número de columnas par, y
dependiendo del número de columnas se llaman de distinta manera: cuando tiene cuatro, tetrástilo; si
son seis, hexástilo; si son ocho, octóstilo; si fueran diez, decástilo y con doce, dodecástilo. De este
modo, se marca el eje con un hueco. Las columnas de los lados, sin embargo, eran impares,
habitualmente el doble que en las principales más una.
Se pueden encontrar, además, otras denominaciones en referencia a los templos griegos: hipetro quería
decir sin techo; pseudoperíptero se llamaba al que tenía columnas adosadas en los lados; y áptero, al
templo sin columnas.
En general, los edificios tenían planta rectangular, pero hay algunos casos de templos circulares
(tholos). Monóptero era la denominación que recibía el templo circular. El ejemplo más conocido es el
de Teodoro, en Delfos, dedicado a Atenea Pronaia.
Las columnas sostenían el entablamento sobre el que se alzaba la techumbre a dos vertientes. Este
tejado dejaba a los lados dos triángulos (frontones) cuyo interior (tímpano) se decoraba. Los griegos
techaron sus edificios con vigas de madera cubiertos con tejas de terracota y, ocasionalmente, de
mármol. Comprendían los principios del arco de mampostería, pero hicieron poco uso de él, y no
pusieron bóvedas ni cúpulas en sus edificios.
Con el tiempo, los arquitectos griegos fueron afinando las proporciones y los detalles de sus templos.
Muchos consideran que el Partenón de Atenas, de los arquitectos Ictino y Calícrates, es el templo que
mejor expresa el deseo de Belleza de los griegos.
En los templos griegos los ornamentos se circunscribían a unos espacios prestablecidos, de conformidad
con el orden arquitectónico del edificio. Se decoraba en los capiteles, el friso y la cubierta. Quedaban
lisos la basa, el arquitrabe y las paredes.
Teatro
Teatro de Epidauro.
El segundo tipo de edificio griego en orden de importancia, después de los templos, son los teatros,
siendo los primeros edificios en Occidente destinados a espectáculos. Cada ciudad griega contaba con
uno.
Los teatros se usaban tanto para reuniones públicas como para interpretaciones dramáticas. Estas
actuaciones se originaron como ceremonias religiosas vinculadas con el culto a Dionisos; evolucionaron
hasta asumir su estatus clásico como la más alta forma de cultura griega en el siglo
VI a. C. (véase Teatro griego).
Se construían al aire libre, sobre una colina en las afueras de la ciudad. Las gradas tenían forma
semicircular y se asentaban en la ladera de un cerro. De esta forma aprovechaban la inclinación natural
del terreno, para permitir que todos los espectadores vieran el escenario sin obstáculos y sin necesidad
de alzar grandes y costosas estructuras arquitectónicas. Conseguían teatros que podían acomodar hasta
15 000 espectadores, cifra que aún hoy parece muy grande (los teatros actuales más grandes tienen
menos, y ni siquiera los teatros romanos llegaron a ese tamaño). A este graderío semicircular se le
llama Koilan, Cávea o theatron. A partir del siglo IV a. C. se realiza en piedra.
Las gradas estaban en torno a un círculo central, llamado orquesta (orchestra). Tenía el suelo de tierra.
Allí se colocaban los músicos, se bailaba y se situaba el coro que relataba la acción de la obra y
actuaban mientras los actores se cambiaban e incluso junto a estos. A veces en la orquesta se colocaba
la thyméle, el altar del dios Dioniso.
El escenario quedaba detrás de la orquesta, y estaba cerrado por un sencillo muro. No obstante, con el
tiempo se diferenció el proscenio (proskenion) y la escena (skené), actuando los actores en el primero y
dejándose la segunda para almacén, vestuario y telón de fondo. En principio estaba al mismo nivel que
la orquesta y luego se elevó. En los laterales estaban los parodos o parodoi, pasillos que separaban el
auditorio de la escena.
Es en la época clásica cuando los edificios de los teatros se fueron haciendo más importantes. Se
considera que el más antiguo es el de Dioniso en la falda de la Acrópolis de Atenas, pues su
construcción se inició en el siglo VI a. C. No obstante, su aspecto actual se corresponde con la
transformación sufrida en el siglo IV a. C., cuando la anterior construcción rudimentaria se sustituyó por
otra de piedra equiparable a los de Delfos o Epidauro.
De los teatros que sobreviven prácticamente intactos, el más conocido es el de Epidauro, erigido
por Policleto el Joven alrededor del 350 a. C. Es el mejor conservado, y en él se puede apreciar un
espacio circular para el coro y el graderío sin divisiones. Ya en la Antigüedadfue considerado el más
bello «por su armonía y belleza» (Pausanias). Cuenta con una acústica excepcional; tiene una capacidad
para 14 000 personas.
Distintos de los teatros son los odeones (odeion), de menor tamaño, y destinados a recitales musicales.
Tenían planta cuadrangular, con varias hileras de columnas soportando la cubierta, y varios pórticos.
Entre los que quedan está el odeón construido cerca del teatro de Dioniso en la Acrópolis.
ARQUITECTURA MILITAR
Los griegos defendieron desde antiguo sus ciudades con murallas, que dieron lugar a los recintos
fortificados que llamamos acrópolis. Sin embargo, situándonos ya en el período helénico, las murallas
aparecen en el siglo VI a. C., un hecho tardío, pues la población se refugiaba en las acrópolis o en una
fortaleza en caso de peligro. Hay que tener en cuenta, además, que las fortificaciones eran tan caras en
Grecia que superaban los recursos de las ciudades-estado.
Para evitar el gasto en murallas aparecieron otros elementos militares, tales como las torres defensivas.
MONUMENTOS FUNERARIOS:
Los monumentos funerarios griegos, bastante sencillos en general ofrecían por lo común las siguientes
formas:
Entre los edificios de utilidad pública figuraban como principales después de los templos y los
mencionados teatros:
Las ágoras o plazas públicas rodeadas de pórticos y obras artísticas para reuniones civiles,
mercados y asambleas.
La Estoa/Στωα, o pórtico amplio con una columnata abierta hacia el espacio que se usaba para
el ágora (centro comercial y cívico) en las ciudades griegas. Una estoa completamente restaurada,
la Stoa de Átalo, puede verse en Atenas.
Los gimnasios y palestras o edificios para escuelas, también con patios y pórticos, donde se
practicaban los ejercicios físicos y concursos atléticos. Las ciudades griegas de cierto tamaño tenían
al menos una palestra o un gimnasio como centro social para los ciudadanos varones. Son espacios
cerrados perípteramente, pero a cielo abierto.
Los estadios, con gradería recta a lo largo y semicircular en un extremo para carreras a pie
y pugilatos. Estaba destinado a espectáculos de carácter deportivo. El estadio griego más antiguo es
el que se encuentra en Olimpia. Medía 600 pies griegos, esto es, un estadio, pues la unidad de
medida nació precisamente aquí. El de Atenas fue reconstruido en 1896 para la celebración de
los primeros juegos olímpicos de la Edad Moderna. Quedan asimismo los de Delfos (sede
desde 582 a. C. de los Juegos Píticos), Epidauro, Mileto y Priene.
Los hipódromos, semejantes a los estadios pero con cerramiento arqueado en ambos extremos y
que se destinaban a carreras de caballos y carros. Quedan pocos restos de ellos.
Las fuentes en las que las mujeres recogían agua.
CASAS Y PLANEACIÓN:
Orden dórico
Orden jónico
Orden corintio
Los griegos fueron quienes desarrollaron en mayor medida la función ornamental de la columna,
elemento arquitectónico ya existente con anterioridad. Fueron ellos quienes fijaron unas normas o
cánones de composición arquitectónica en tres estilos (u órdenes clásicos): dórico, jónico y corintio,
aunque los dos primeros son los principales. Durante el período helenístico apareció el capitel
compuesto. Posteriormente, los romanos asumieron esta tipología, aunque introdujeron algunas
variantes.
La columna consta de basa, fuste y capitel. Sobre las columnas se asienta el entablamento, que consta
de arquitrabe, friso y cornisa. Sobre las fachadas principales, formados por el tejado a dos aguas, están
los frontones. Estos estilos se conocen sobre todo por los diferentes capiteles de las columnas, pero hay
diferencias en la mayor parte de los elementos de diseño y decoración entre los órdenes, como la
proporción alto/diámetro de la columna y las formas del entablamento.
Los propios griegos usaron los nombres de dórico y jónico, lo que reflejaba su creencia de que los
estilos descendían de los griegos dorios y jónicos de la Edad Oscura, pero es improbable que esto sea
cierto.
Orden dórico
Orden jónico
Erecteión, en la Acrópolis de Atenas, de orden jónico
Este segundo estilo clásico se relaciona con la otra raíz del arte griego, la jonia, en relación con Asia
Menor. Se usó en las ciudades de Jonia (hoy costa occidental de Turquía) y algunas islas del Egeo. El
orden jónico se hizo preponderante durante el período helenístico, pues es más decorativo y apropiado a
la estética de este período que el más severo dórico. La documentación demuestra que la evolución del
orden jónico se encontró con resistencias en muchos estados griegos, pues entendían que representaba el
dominio de Atenas.
El rasgo más representativo de este estilo es el capitel con dos volutas o espirales encuadrando el
equino. Del entablamento destaca el hecho de que el arquitrabe, que se muestra usualmente
descompuesto en tres fajas horizontales, llamadas platabandas y que el friso sea una banda continua, sin
metopas ni triglifos. Las columnas son más esbeltas y ocasionalmente son sustituidas por estatuas de
muchachas llamadas cariátides, como ocurre en el Erecteión.
Al orden jónico pertenecen dos templos construidos en la Acrópolis de Atenas: el de Atenea Niké (427-
424 a. C.) y el Erecteión. El Erecteión es un triple templo, con las cariátides jónicas. Algunos de los
edificios helenísticos mejor conservados, como la Biblioteca de Celso, pueden verse en Turquía, en
ciudades como Éfeso (templo de Artemisa) y Pérgamo. Pueden citarse los templos de Atenea
Polias en Priene y el de Apolo en Dídima.
Pero en las grandes ciudades helenísticas como Alejandría en Egipto, no queda prácticamente rastro.
Orden corintio
BIBLIOGRAFÍA
Luego vemos las construcciones de los antiguos egipcios, griegos o romanos, así como las
monumentales construcciones de los aztecas en México y los incas en Perú, no podemos dejar
de maravillarnos por la impresionante evolución realizada por el hombre en materia de
construcciones.
Es asombroso ver cómo a pesar de miles y miles de años aún se consigue ver y admirar
dichas construcciones, pero sin pecar de vanidoso, los hombres contemporáneos han ejecutado
y aún ejecutan maravillas arquitectónicas eso sólo demuestra que el cerebro humano es infinito
en conocimientos.
Para la vida Ok, debes procurar estar con las últimas tendencias, ello conducirá a mejorar tanto
en comodidad como en costos, pasando también por la practicidad y tecnología.
Sin embargo, todo esto no se hubiera podido hacer si los materiales no hubieran evolucionado,
pues se dejo de lado en forma casi genérica el barro y las piedras usándose:
Construcciones modernas
La clasificación de las construcciones también se da por el uso:
Estructura pretensada
Estructura de hormigón
Estructura de madera
Estructura de acero
Estructura de fábrica
Según la moderna arquitectura las casas deben regirse por estos conceptos para ser prácticas y
funcionales:
4.- Debe haber proporcionalidad y simetría en su estructura, sin esconder los materiales con el
que se construye.
La distribución indudablemente varía de una casa a otra dependiendo del tamaño sin embargo,
básicamente debe de contar con: Dormitorios en número variable, cuarto de baño uno o varios
y cocina.
Además de puede adicionar otro comedor vestíbulo, escaleras, pasillos, garaje, así como; salas
complementarias para actividades específicas de estudio, biblioteca, sala de juegos, ambiente
para fumar, etc.
También debe de contar con: Lavadero, tendedero, oficio así como con zonas para guardar
alimentos, licores, vestidos, y un trastero o desván.
4. Conclusiones y recomendaciones
5. Bibliografía
Bibliografía
CHIRINOS CUADROS , H. (2011). HISTORIA EN LA CONSTRUCCIÓN EN LAMBAYEQUE
PREHISPÁNICO Y COLONIAL. LIMA: UNIVERSIDAD NACIONAL DE
INGENIERÍA-FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL.
https://vidaok.com/arquitectura-moderna-construcciones-modernas/