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a conocer" (Juan 1: 18). Jesús podía decir: "El que me ha visto, ha visto
al Padre" (Juan 14:9).
Finalmente Dios se revela en la experiencia espiritual del creyente.
Cuando leemos la Biblia o escuchamos la predicación del evangelio, a
menudo oímos su voz y sentimos su presencia. Además, él contesta
nuestras oraciones y llena nuestros corazones con su paz la cual
"sobrepasa todo entendimiento".
2 Nelson Glueck, Rivers in the Desert; History oiNetig (Philadelphia: Jewish Publications
Society of America, 1969), p. 31.
¿Qué tiene de especial la Biblia? 33
dice que la tierra es sumamente antigua y que es absurdo creer que tiene
solamente 6.000 ó 10.000 años. El cristiano responde señalando que es
probable que Dios reveló su obra creadora en lenguaje poético, pues la
gente de aquel entonces no entendería un relato científico. Debemos
distinguir entre lo que dice el texto sagrado y nuestra interpretación;
muchas de las contradicciones nacen de una particular interpretación. 4
Además debemos entender que la Biblia es un libro de religión y no
de ciencia. El gran propósito del relato de la creación era enseñar que
Dios es el Creador, la fuente de todo lo que existe. Los detalles del pro-
ceso de la creación tienen importancia secundaria en la mente divina.
En conclusión, los supuestos errores científicos que se encuentran en
la Biblia son sólo eso, "supuestos". La Escritura, sin ser un libro de
ciencia, no es anticientífica. Por causa de que la Biblia usa términos
precientíficos, ella está adaptada para todas las edades y para todas las
etapas del progreso humano. Una Biblia escrita en lenguaje científico
habría sido inútil para muchas épocas y no habría cumplido su propósi-
to que es el de transmitir enseñanza religiosa.
3. Debemos darnos cuenta de que muchos de los llamados
"errores" históricos son producf de la ignorancia occidental
respecto de la vida y las costumbres en la vida del antiguo Oriente.5
La discrepancia entre los anales asirios y el relato bíblico referente al
reinado de Peka (2 Rey. 15:27; ver inciso 3 de la sección D de este capí-
tulo), parece ser un error histórico del escritor sagrado. Sin embargo,
hay que tener en cuenta algunas cosas. En primer lugar, todo cálculo de
los años de reinado debe hacerse de acuerdo con las prácticas vigentes
en el período propio de la vida del antiguo Cercano Oriente. En segun-
do lugar, no todos los factores que llevaron al cronista a atribuir 20 años
de reinado a Peka son evidentes de una lectura del relato bíblico.
Probablemente la mejor explicación de la situación sea que el perío-
do de este rey cuenta también con una parte de algunos años de
usurpación, práctica que no era desconocida en aquellos días en el
Cercano Oriente. Refiriéndose a los supuestos errores históricos que
hay en la Biblia, no debemos precipitarnos en calificar como errores los
datos históricos que aparentemente no armonizan con los de otras
fuentes. Pueden ser producto de nuestra ignorancia de las costumbres
4 Bernard Rarnm, The Chnstlan Vlew of SClence and the Scnptures (Grand Raplds
Wllham B Eerdmans Pubhshmg Company, 1954), pp 45-49
5 R K Hamson, IntrodUCCión al Antlguo Testamento, vol 2 (Grand Raplds TE L L ,
1990), p. 492
¿Qué tiene de especial la Biblia? 37
6 Gordon Wenham, "Las enormes Cifras del AntIguo Testamento" en Manual btbltco
zlustrado DaVid y Pat Alexander, editores (Mlaml Edltonal Umlit, 1985), p 191
7 J E GIles, Bases btbltcas de la étIca (El Paso Casa BautIsta de PublicaCIOnes, 1987),
38 DEFENSA DE LA FE