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BOSQUES DE PROTECCION
Los Bosques de Protección son áreas que se establecen con el objeto de garantizar la
protección de las cuencas altas o colectoras, las riberas de los ríos y de otros cursos de agua
y, en general, para proteger las tierras frágiles que así lo requieran.
El principal objetivo de este Bosque, es proteger la Bocatoma del Canal Nuevo Imperial contra
los embates del río Cañete, así como preservar y conservar los suelos aledaños y la
infraestructura, con el fin de garantizar el normal abastecimiento de agua para uso agrícola en
el valle, principal abastecedor de tubérculos y hortalizas destinados a la ciudad de Lima .
Los principales objetivos de este Bosque de Protección son: proteger la cuenca hidrográfica de
los ríos Tulumayo, Huatzirok, Pichanaki e Ipoki, que nacen en la Cordillera del Pui Pui,
contribuyendo a garantizar el normal abastecimiento de agua para uso agrícola y consumo
humano en los valles de Chanchamayo y Perené; conservar los suelos y proteger la
infraestructura vial, centros poblados y tierras agrícolas; preservar el bosque como factor
regulador del ciclo hidrológico y climático de la zona para evitar la sedimentación de los ríos.
Los principales objetivos de este Bosque de Protección son: conservar los suelos;
proteger la infraestructura vial o de otra índole, así como los centros poblados y tierras
agrícolas contra los efectos destructivos de la erosión hídrica producida por la remoción
de la cobertura vegetal; garantizar el aprovisionamiento de agua para consumo humano
y agrícola del valle del Alto Mayo; y proteger y conservar especies importantes de fauna
silvestre como el mono choro cola amarilla (Lagothrix flavicauda), el gallito de las rocas
(Rupicola peruviana) y el guácharo (Steatornis caripensis).
COTO DE CAZA
Son áreas destinadas al aprovechamiento de la fauna silvestre a través de la práctica regulada
de la caza deportiva.
Hoy en día el país cuenta con dos Cotos de Caza que cubren una superficie de 124,735
hectáreas, lo que representa el 0,1% del territorio nacional.
El objetivo principal del Coto de Caza El Angolo es conservar el bosque seco ecuatorial y su
recurso faunístico, a través del manejo sostenible de la fauna silvestre, para así ayudar en el
desarrollo socioeconómico regional fomentando el turismo aficionado a la caza deportiva.
Cotos de Caza Sunchubamba
En los bosques naturales se pueden encontrar el molle (Schinus molle), cuya madera se utiliza
como leña y sus frutos en la elaboración de chicha, y el aliso (Alnus jorullensis), cuya madera
se utiliza en trabajos de carpintería. Entre los arbustos destaca la chamana (Dodonaea
viscosa), cuya madera se usa como leña, y el llaulli (Barnadesia dombeyana), que es una
planta muy dañina para los animales.
Entre las herbáceas existe una especie introducida, el kikuyo (Pennisetum clandestinum),
gramínea invasora y rastrera que es, sin lugar a dudas, la más abundante, cubriendo el 95% de
los terrenos que se encuentran entre los 2 400 y 3 000 m.s.n.m.
En los bosques reforestados se han inroducido más de diez especies que se han desarrollado
vigorosamente en unas 500 hectáreas distribuidas en toda el área del Coto. Entre las especies
más abundantes destaca el pino (Pinus radiata), la grevillea (Grevillea robusta) y el ciprés
(Cupressus spp.)
En cuanto a la caza mayor en el Coto, las especies de mayor abundancia que allí se pueden
encontrar son el venado gris (Odocoileus virginianus) y el ciervo rojo (Cervus elaphus) que es
una especie introducida. Para la caza menor existen aves como la perdiz (Nothoprocta
pentlandii) y la tórtola (Metriopelia melanoptera).
Entre las aves rapaces se puede observar aguiluchos (Buteo poecilochrous), cernícalos (Falco
sparverius) y halcones (Falco femoralis).
Los Parques Nacionales son áreas que constituyen muestras representativas de la diversidad
natural del país y de sus grandes unidades ecológicas.
En ellos se protege con carácter intangible la integridad ecológica de uno o más ecosistemas,
las asociaciones de la flora y fauna silvestre y los procesos sucesionales y evolutivos, así como
otras características paisajísticas y culturales que resulten asociadas.
En los Parques Nacionales está prohibido todo aprovechamiento directo de los recursos
naturales con fines comerciales y el asentamiento de grupos humanos que no hayan ocupado
ancestralmente estos territorios.
En estas unidades se permite, bajo condiciones especiales, la entrada de visitantes con fines
científicos, educativos, recreativos y culturales.
Hoy en día el país cuenta con Parques Nacionales que ocupan un área de 2.918.179,25
hectáreas, lo que representa el 2,27% del territorio nacional.
- Cutervo
- Tingo María
- Manu
- Huascarán
- Cerros de Amotape
- Río Abiseo
- Yanachaga-Chemillén
- Bahuaja-Sonene
- Cordillera Azul
- Otishi
- Alto Purús
Su atractivo principal es la cueva de los Guácharos, ubicada a una hora de caminata desde la
localidad de San Andrés. En esta cueva habita la colonia de una especie de ave nocturna
llamada guácharo (Steatornis caripensis) y en el riachuelo que recorre estas cavernas vive el
bagre de las cavernas (Astroblepus rosei).
El objetivo principal del Parque Nacional de Cutervo es la protección de su flora y fauna así
como la conservación de la belleza escénica de la Cordillera de los Tarros.
Parque Nacional Tingo María
El atractivo principal de este Parque es la cueva de las Lechuzas, que es la abertura principal
de un complejo sistema subterráneo de cavernas que se encuentra dentro de la Bella
Durmiente. Cerca también se pueden visitar las aguas sulfurosas de Jacintillo y la cascada
conocida como la Quinceañera.
En el Parque se puede encontrar una rica variedad de fauna silvestre conformada por 104
especies: 9 de peces, 21 de batracios y reptiles, 38 de aves y 36 de mamíferos. Entre los
batracios y reptiles existen desde grandes mantonas y boas, hasta las pequeñas naka naka
(Micrurus sp.).
Entre las aves destacan varias especies como el guácharo (Steatornis caripensis), ave
nocturna que nidifica en cavernas, permanece allí todo el día y sólo sale al anochecer en busca
de alimento; el gallito de las rocas o tunqui (Rupicola peruviana); el ave conocida como cóndor
de la selva (Sarcoramphus papa); así como el otero o relojero (Momotus momota).
Entre los mamíferos destacan la sachavaca (Tapirus terrestris), el venado rojo (Mazama
americana), el sajino (Tayassu tajacu), el tigrillo (Leopardus pardalis), el frailecillo (Saimiri
boliviensis) y el pichico común (Saguinus fuscicollis).
El objetivo principal del parque es proteger la flora, la fauna y las bellezas escénicas
que allí se encuentran, como son la Bella Durmiente, la cueva de las Lechuzas, las aguas
medicinales de Jacintillo y la cascada de la Quinceañera.
Parque Nacional del Manu
Debido a la variación altitudinal, desde los 200 hasta casi los 4 000 m.s.n.m., posee casi todas
las formaciones ecológicas subtropicales del oriente peruano. En esta inmensa superficie
existen especies y ecosistemas de gran interés científico. En la cercanía de los ríos se
encuentran árboles característicos, como el cetico (Cecropia sp.) y la topa (Ochroma sp).
En este parque se protege una gran variedad de especies animales: más de 800
especies de aves y 200 de mamíferos (entre los que se encuentran más de 100
especies de murciélagos). Existen más de 120 especies de peces y los reptiles son también
abundantes y variados, al igual que los insectos y otros invertebrados que sobrepasan el millón
de especies.
Además existen especies de fauna silvestre como son el ganso selvático o ganso del Orinoco
(Neochen jubata), el gallito de las rocas (Rupicola peruviana), el mono choro común (Lagothrix
lagotricha), el maquisapa negro (Ateles paniscus), el lobo de río (Pteronura brasiliensis), el
jaguar (Panthera onça), el tigrillo (Leopardus pardalis), el oso de anteojos (Tremarctos ornatus)
y la taruca (Hippocamelus antisensis).
En esta zona, no sólo la fauna y flora o sus bellos paisajes son de interés. En
sus inmediaciones viven poblaciones agrupadas en más de 30 comunidades
campesinas que mantienen el quechua como su lengua materna. También hay
poblaciones nativas amazónicas pertenecientes a diferentes grupos
lingüísticos que han ocupado la zona ancestralmente, como son las etnias Matsiguenka,
Amahuaca, Yine, Amarakaeri, Huachipaire, Mashco Piros y Nahua.
Además, existen restos arqueológicos aún no estudiados, así como otros muy conocidos, como
son los Petroglifos de Pusharo, en la región del río Palotoa y las Ruinas de Mameria.
Entre los objetivos de creación del Parque Nacional está el conservar una muestra
representativa de la diversidad biológica de la selva tropical del sudeste del Perú, para así
contribuir al desarrollo regional mediante la investigación y el monitoreo de los parámetros
ambientales. Asimismo, se busca desarrollar programas antropológicos relacionados con las
comunidades asentadas en el parque nacional.
Parque Nacional Huascarán
Tiene una extensión de 340 000 hectáreas. Este Parque Nacional alberga gran
riqueza de flora y fauna, nevados y bellezas paisajísticas. Varios de los picos y
lagunas de esta cordillera son mundialmente reconocidos por su belleza, lo que
convierte a esta región de montañas en un atractivo internacional. Allí se encuentra
el nevado Huascarán, el pico más alto del Perú y uno de los mayores de América,
con una altura de 6 768 m.
Presenta siete zonas de vida que albergan un amplio espectro de microclimas, de esta zona lo
que hace un mosaico de diversos tipos de vegetación íntimamente ligados entre sí. Se han
identificado 779 especies de flora altoandina distribuidas en 340 géneros y 104 familias.
En esta diversidad florística, la familia de las Bromeliáceas está representada por la Puya
(Puya Raimondi), especie que tiene la inflorescencia más grande del mundo. Allí también se
encuentran bosques relictos de queñual (Polylepis spp.) y numerosas gramíneas que
conforman el pajonal de puna. Asociada a esta flora se encuentran numerosas especies de
fauna que aún no han sido suficientemente estudiadas ni inventariadas.
Los datos preliminares señalan 112 especies de aves de 33 familias. Entre los mamíferos se
han detectado ocho géneros y más de diez especies.
Entre las especies amenazadas se encuentran el gato montés (Oncifelis colocolo) y el gato
andino (Orailurus jacobita), el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), la taruca (Hippocamelus
antisensis) y la vicuña (Vicugna vicugna). En aves tenemos el cóndor andino (Vultur gryphus),
el pato de los torrentes (Merganetta armata), y la perdiz de puna (Tinamotis pentlandii), entre
otras. De abril a noviembre el clima es seco y favorable para realizar prácticas de andinismo,
montañismo y caminatas en muchos circuitos.
También se han registrado aproximadamente 100 especies entre mamíferos, aves, reptiles y
anfibios. Las más comunes son: el cóndor andino (Vultur gryphus), el cóndor de la selva
(Sarcoramphus papa), el venado gris (Odocoileus virginianus), el venado rojo (Mazama
americana), el sajino (Tayassu tajacu) y la ardilla de nuca blanca (Sciurus stramineus).
Otras especies son los pájaros carpinteros, las cotorras y los pericos. En cuanto a los reptiles
se encuentran ser-pientes como la macanche (Bothrops barnetti, Micrurus tschudii olsoni), la
boa (Boa constrictor) y la iguana (Iguana iguana). Tam-bién alberga algunas especies en
peligro de extinción, como el cocodrilo de Tumbes (Crocodylus acutus) y la nutria del noroeste
(Lutra longicaudis).
El objetivo principal del Parque Nacional Cerros de Amotape es proteger las áreas naturales de
los bosques secos del Noroeste.
En este Parque existen siete zonas de vida que comprenden desde los 350 hasta los 4 200
m.s.n.m., con flora y fauna muy variada. Los bosques de neblina que conforman la mayor parte
del parque contienen la más grande diversidad de plantas después de los bosques húmedos
tropicales.
Este Parque Nacional presenta una gran riqueza biológica y contiene restos de ocupación
precolombina, de incalculable valor cultural y científico.
El objetivo principal del Parque Nacional del Río Abiseo, es proteger los bosques de Neblina de
la Ceja de Selva y Selva Alta, conservando especies de la fauna silvestre como el mono choro
de cola amarilla, en vías de extinción.
RESERVAS NACIONALES
Las Reservas Nacionales son áreas destinadas a la conservación de la diversidad biológica y
la utilización sostenible de los recursos de flora y fauna silvestre, acuática o terrestre.
En la actualidad se han establecido Reservas Nacionales que ocupan un área de 2 946 686
hectáreas, que representa el 2% del territorio nacional.
- Tambopata Candamo
- Pampa Galeras
- Junín
- Paracas
- Lachay
- Titicaca
- Salinas y Aguada Blanca
- Calipuy
- Pacaya-Samiria
Tambopata-Candamo
El Parque Nacional del Manu y esta Zona Reservada son las áreas más
estudiadas de la Amazonía peruana. En Tambopata-Candamo se ha registrado la más alta
diversidad en aves (575 sp.), mariposas (1,200 sp.), libélulas (103 sp.) y hormigas arbóreas
(135 sp.). Asimismo, se tienen registros de mamíferos (103 sp.), anfibios (más de 60 sp.),
reptiles (67 sp., entre culebras, tortugas, cocodrilos y lagartijas) y peces (94 sp.).
También se encuentran poblaciones de varias especies en extinción tales como el lobo de río
(Pteronura brasiliensis), el perro de monte (Speothos venaticus), el lagarto negro
(Melanosuchus niger) y el águila harpía (Harpia harpyja), entre otras.
Esta zona presenta diferentes tipos de vegetación, como las de las llanuras de inundación, de
las llanuras de sedimentación (aguajales, bosque de terrazas, bosque de galerías, entre otros),
de colinas (bosque de pie de monte, bosque de colinas, entre otros) y de montañas (bosque de
montañas altas y bajas).
Otro objetivo es el de proteger las tierras con alto riesgo de erosión, para asegurar así la
continuidad de las actividades agropecuarias y forestales que allí ocurren y promover la
conservación de los recursos naturales existentes, para lo cual se requiere la integración de los
tres pilares fundamentales en los que se sustenta la conservación: 1) mantener los procesos
ecológicos existentes; 2) preservar la diversidad; y 3) utilizar los recursos en forma sostenible.
Estas plantas crecen en grandes grupos dispersos entre los cuales predominan especies
arbustivas y subarbustivas de hábito erguido, como la tola (Lepidophyllum quadrangulare) y el
Senecio sp. En los valles pedregosos es posible encontrar bosques relictos de queñual
(Polylepis sp.) y quishuar (Buddleja sp.).
Otros mamíferos presentes en la Reserva son: el zorro andino o atocc (Pseudalopex culpaeus),
la vizcacha (Lagidium peruanum), la taruca (Hippocamelus antisensis), la muca (Didelphis
marsupialis) y la comadreja (Mustela frenata).
El ave que más llama la atención por su gran envergadura es el cóndor andino (Vultur
gryphus). También es posible observar otras especies como la pissaca (Nothoprocta ornata) y
la kiula (Tinamotis pentlandii). En los ambientes acuáticos destacan el pato jerga (Anas
georgica) y el pato sutro (Anas flavirostris).
El lago de Junín se caracteriza por tener una gran diversidad de aves. Entre ellas podemos
encontrar al zambullidor de Junín (Podiceps taczanowskii) una de las especies más
importantes del lago, por ser endémica y estar en peligro de extinción.
Allí también habitan otras 36 especies representativas de la región andina, entre las que
destacan el pato sutro (Anas flavirostris), el pato jerga (Anas georgica), el pato puna (Anas
puna), la huachua (Chloephaga melanoptera), la garza bueyera (Bubulcus ibis), la polla de
agua (Gallinula chloropus), la gaviota (Larus serranus), el huaco (Nycticorax nycticorax), el
flamenco (Phoenicopterus chilensis), el yanavico (Plegadis ridgwayi) y el zambullidor blanquillo
(Podiceps occipitalis).
El mamífero más común en la Reserva Nacional de Junín es el cuy silvestre (Cavia tschuddii),
que vive en los pequeños islotes de totora y es la única especie de cuy presente en la reserva.
Otras especies de mamíferos importantes que pueden encontrarse en los afloramientos
rocosos son el zorro andino (Pseudalopex culpaeus), el zorrino (Conepatus chinga) y la
vizcacha (Lagidium peruanum).
El Lago de Junín también cuenta con poblaciones de ranas muy apreciadas por su carne como
son: Batrachophrynus macrostomus y la brachydactylus. Otras especies de ranas como
Gastrotheca peruana y Pleurodema marmorata, así como el sapo (Bufo spinulosus) habitan en
las orillas del lago. Entre los peces se puede mencionar a Orestias elegans y O. empyraeus
llamados comúnmente challhua, y un tipo de bagre, el Pigydium oroyae.
El lago y las áreas adyacentes muestran una variedad de plantas emergentes y sumergidas
que componen formaciones vegetales únicas en el mundo.
Los objetivos principales de la Reserva Nacional de Junín son conservar la flora, la fauna y la
belleza escénica del lago de Junín y sus alrededores, así como fomentar la utilización racional
de aves, ranas y totoras.
Las islas San Gallán y La Vieja, ubicadas en la reserva, son los únicos lugares de
reproducción, conocidos en el Perú, del potoyunco (Pelecanoides garnotii), ave endémica de la
corriente de Humboldt.
Estos animales utilizan como hábitats de reproducción y/o de descanso algunas playas
aisladas o de difícil acceso para el hombre.
Algunas tortugas marinas frecuentan las aguas de Paracas, mayormente en las estaciones
cálidas y en eventos como El Niño, que es cuando aumentan su rango de distribución. Entre
ellas están la tortuga dorso de cuero (Dermochelys coriacea), la tortuga verde (Chelonia
agassizzii) y la tortuga de mar pequeña (Lepidochelys olivacea).
La flora en las orillas está representada por plantas halófitas, comúnmente conocidas como
grama salada de los géneros Distichlis spp., Sesuvium spp. y Cressa truxillensis.
Asimismo existen ecosistemas de Lomas en Cerro Lechuza, Morro Quemado y San Gallán, en
las que se encuentran especies como Oxalis spp., Solanum ferreyrae y Tetragonia
pedunculata, entre otras especies típicas de estas formaciones.
En el mar también hay una gran diversidad de flora representada por algas. Entre las algas
superiores macroscópicas resaltan las conocidas como lechugas de mar, tales como Ulva
fasciata y Ulva papenfussii. La mayor parte de las algas comestibles se encuentran dentro del
grupo de las algas rojas, representadas por especies como la Gigartina chamissoi, G.
glomerata y Porphyra columbina, entre otras. Estas algas, además de ser aprovechadas por los
pescadores artesanales, sirven de alimento para la fauna del lugar.
Reserva Nacional de Lachay
En Lachay se distingue dos estaciones muy marcadas: La estación húmeda, que dura
aproximadamente de junio a noviembre y que es la más importante; y la estación seca. De
diciembre a mayo. La primavera se caracteriza porque la vegetación reverdece y atrae a la
fauna del lugar, y la segunda se distingue por presentar un proceso de desecamiento que
termina con la llegada de las primeras nieblas del otoño.
Los mamíferos más abundantes son los roedores, aunque pueden encontrarse también otras
especies como el zorro costeño (Pseudalopex sechurae), el zorrino (Conepatus rex), el ratón
de monte (Phyllotis spp.) y la vizcacha (Lagidium peruanum).
Los principales objetivos de la Reserva Nacional de Lachay son restaurar y conservar la flora y
fauna silvestres, realizar investigaciones para el uso racional de las lomas y fomentar la
recreación en armonía con la naturaleza.
RESERVA COMUNAL
RESERVAS COMUNALES
Las Reservas Comunales son áreas destinadas a la conservación de la flora y fauna silvestre,
en beneficio de las poblaciones rurales vecinas.
- Yanesha
- El Sira
- Matsiguenga
- Amarakaeri
- Asháninka
El área de la reserva forma parte del sistema de protección del valle del Palcazú junto con el
Parque Nacional Yanachaga-Chemillén y el Bosque de Protección San Matías-San Carlos. En
ella, las comunidades nativas Amuesha o Yanesha pueden aprovechar el recurso fauna para
su alimentación mediante un manejo planificado y racional del recurso.
En el valle del Palcazú la fauna silvestre, incluyendo la ictiológica, cumple una importante
función social, ya que es una valiosa fuente de proteínas para los pobladores de la zona.
Entre las aves se aprovecha la pucacunga (Penelope jacquacu), y entre los peces el zúngaro
(Pseudopimelodus sp.), el boquichico (Prochilodus sp.), el sábalo (Brycon melanopterum), la
palometa (Mylossoma aureum), la doncella (Pseudoplatystoma sp.) y la lisa (Leporinus sp.).
Uno de los objetivos de la Reserva Comunal Yanesha es proteger y conservar las cuencas
tributarias del Palcazú, así como preservar la flora y fauna de la región con el fin de reivindicar
los antiguos territorios de los Yaneshas que habitan la zona desde tiempos inmemoriales.
El fin de esta Reserva Comunal es que el pueblo Yanesha, (que actualmente está casi
totalmente incorporado a la economía de las ciudades y del mercado, así como limitado al
interior de los linderos de sus comunidades, desarrollando una agricultura que no es la
tradicional), pueda volver a encontrar en este lugar esa relación armónica con el medio
ambiente que siempre tuvieron.
De esa manera podrá tener acceso a una zona que se mantenga, en lo posible, inalterada por
la fuerte presión socioeconómica de la creciente población aledaña.
La Reserva Comunal El Sira ocupa un área que alcanza las 616,413.41 has, delimitadas en el
lado oriental por el río Ucayali y por el Pachitea en el lado occidental. Esta Reserva Comunal
se extiende entre la provincia de Puerto Inca (región Huánuco), la provincia de Oxapampa
(región Pasco) y las provincias de Atalaya y Coronel Portillo (región Ucayali).
El Estado peruano consideró de gran importancia declarar la Reserva Comunal El Sira como
zona de protección a fin de conservar y proteger los recursos naturales y asegurar la
continuidad y supervivencia de los grupos étnicos Asháninka, Yanesha y Shipibo que de ella
dependen. De esta manera se busca mantener los complejos procesos ecológicos y ciclos
biológicos de la cadena montañosa de El Sira, y conservar la principal fuente de agua de
calidad para las comunidades nativas de su entorno.
Dentro del área de la Reserva Comunal también se encuentran ambientes acuáticos que
generan una interrelación con el bosque, permitiendo la presencia de una fauna muy variada
consistente en insectos, peces, crustáceos, reptiles y mamíferos. Presenta, además, bosques
inalterados y alberga endemismos de interés nacional. En sus diferentes pisos altitudinales
presenta una impresionante vegetación, que varía desde el Bosque Alto Exuberante hasta el
Bosque Tupido sobre los 2,000 msnm, con abundantes epifitas, helechos, líquenes, musgos,
bromelias, orquídeas y ericáceas.
Los alrededores de la Cordillera del Sira están habitados por poblaciones de tres pueblos
indígenas, donde cada pueblo hace uso del espacio que le corresponde de la cordillera
respetando el espacio de los otros grupos. Por el oeste se encuentran los Yaneshas y
Asháninkas de los valles del Pachitea y del Pichis; por el este, en el valle del Alto Ucayali
habitan los Asháninkas y Shipibos-Conibos y por el Sur se encuentran los Asháninkas del Gran
Pajonal.
Esta reserva fue creada con la finalidad de conservar la diversidad biológica de esta zona en
favor de las comunidades nativas Matsiguengas de esta región del país. La parte media y alta
de la Cordillera de Vilcabamba son muy importantes para las comunidades nativas ya que
representan una fuente de recursos que son utilizados como alimento, medicina y para la
construcción de viviendas, además de poseer un importante significado mágico religioso.
Dentro del área se ha identificado las siguientes Zonas de Vida, Bosque Pluvial Montano
Tropical, Bosque Pluvial Montano Subtropical, Bosque Pluvial Montano Bajo Tropical, Bosque
Pluvial Montano Bajo Subtropical, Bosque Pluvial Premontano Tropical, Bosque Pluvial
Subtropical, Bosque Muy Húmedo Premontano Tropical y Bosque Muy Húmedo Subtropical.
Las especies vegetales que predominan son las características de los bosques húmedos
tropicales como el Cedro (Cedrela sp.) y la Caoba (Maena Capimori), entre una gran diversidad
de vegetación. La fauna es también bastante variada destacando los mamíferos grandes como
el Otorongo (Panthera onça), Tapir (Tapirus terrestris), Venado (Mazama americana) y el Puma
(Puma concolor), además de monos de diferentes tipos.
Entre las principales especies de aves identificadas en la reserva tenemos al Aguilucho (Buteo
magnirostris), Martín Pescador (Chloroceryle sp.), Gallinazo de Cabeza Roja (Cathartes aura
jota), Gallinazo de Cabeza Negra (Coragyps atratus) y Cóndor de la Selva (Sarcorramphus
papa).
La Reserva Comunal Amarakaeri fue creada mediante Decreto Supremo No. 031-2002-AG del
9 de mayo del 2002. Esta ubicada entre el Distrito de Madre de Dios, Provincia de Manu,
(Departamento de Madre de Dios) y el Distrito de Pilcopata, Provincia de Paucartambo
(Departamento de Cusco), ocupando una extensión de 402,335.62 has.
Dentro de la reserva se pueden encontrar varias Zonas de Vida como el Bosque Húmedo
Subtropical, Bosque Muy Húmedo Subtropical, Bosque Pluvial Subtropical y el Bosque Pluvial
Semisaturado Subtropical.
La reserva posee también una gran diversidad de fauna, con altos rangos de dispersión y
endemismo, presentando especies como diferentes variedades de Monos (Lagothrix lagothrica,
Alouatta seniculus), Tapir (Tapirus terrestris), Sajino (Tayassu tajacu), Huangana (Tayassu
pecari), Venados (Mazama americana, Mazama quoazoubira), Oso Hormiguero
(Myrmecophaga tridactyla), Armadillo (Priodontes maximus), Ronsoco (Hydrochaeris
hydrochaeris) y felinos (Felis concolor, Felis pardalis, Felis wiedii).
Entre los reptiles encontramos a las tortugas Taricaya (Podocnemis unifilis) y Motelo
(Geochelone denticulata), al Caimán Blanco (Caiman crocodylus), Caimán Negro
(Melanosuchus niger), Iguana (Anolis sp.), serpientes (Lachesis muta, Bothrops atrox, Bothrops
bilineatus, Corallus caninus, Spilotes pullatus, Epicrates cenchria, Micrurus mertensi) y diversas
especies de aves como Loros y Guacamayos.
Esta área protege a varias especies en peligro de extinción como el Lobo de Río (Pteronura
brasiliensis), los osos de anteojos (Tremarctos ornatus), Jaguar (Pantera onca) y Maquisapa
(Ateles paniscus chamek).
Los objetivos de la Reserva Comunal Amarakaeri son los de mantener y desarrollar los valores
culturales de las comunidades nativas Harakmbut y proteger esta área de gran diversidad
biológica por ser refugio de una gran variedad de especies de flora y fauna.
El difícil acceso a esta zona permite un tipo de aislamiento geográfico que ha ayudado a la
conservación de la Reserva Comunal. Esta área posee una fauna representativa de los
ecosistemas de colinas y montañas bajas de la Amazonía. Mucha de esta fauna forma parte
del sustento diario de esta comunidad que durante siglos ha vivido en armonía con su medio
ambiente.
En esta zona se encuentran varias Zonas de Vida como el Bosque Seco Tropical; Bosque Muy
Húmedo - Premontano Tropical / Subtropical; Bosque Pluvial - Premontano Tropical /
Subtropical; Bosque Pluvial Montano Bajo Tropical y el Bosque Pluvial Montano Bajo
Subtropical, lo que permite la existencia de una gran diversidad biológica.
El objetivo principal de la Reserva Comunal Asháninka es proteger las áreas que sirven de
fuente de recursos biológicos y de agua para las poblaciones Asháninkas asentadas en la
margen derecha de los Ríos Tambo, Ene y Apurímac, así como la protección de la diversidad
biológica, las bellezas escénicas y los valores culturales cuya conservación contribuye al
desarrollo de las comunidades nativas.
SANTUARIOS HISTORICOS
Los Santuarios Históricos son áreas que protegen con carácter de intangible espacios que
contienen valores naturales relevantes y constituyen el entorno de sitios de especial
significación nacional, por contener muestras del patrimonio monumental y arqueológico o por
ser lugares donde se desarrollaron hechos sobresalientes de la historia del país.
Cubren un área de 35 392 hectáreas que representa el 0,028% del territorio nacional.
- Chacamarca
- Pampa de Ayacucho
- Machu Picchu
- Bosque de Pomac
La vegetación del Santuario está formada principalmente por pastizales altoandinos con
mezclas abundantes de Poáceas (Calamagrostis sp., Stipa sp. y Festuca sp.).
Como muestra representativa de su fauna están la perdiz serrana (Nothoprocta pentlandii), la
chinalinda (Phalcoboenus megalopterus albogularis) y el lique-lique (Vanellus resplendens).
En las cercanías del Santuario se encuentran ruinas preincaicas de la cultura Wari, que se
desarrolló entre los años 500 y 1 000 de nuestra era. Esta cultura se extendió por un amplio
territorio que abarcó hasta los departamentos de Cajamarca y Lambayeque por el Norte y
Cusco y Arequipa por el Sur.
En esta zona se pueden apreciar aves como la perdiz de puna (Tinamotis pentlandii), la perdiz
serrana (Nothoprocta pentlandii), la huallata (Chloephaga melanoptera), el guarahuau
(Phalcoboenus megalopterus), el lique lique (Vanellus resplendens) y el kulle kulle (Attagis
gayi). La flora silvestre está representada por diversas plantas nativas, entre las que destacan
el trébol silvestre (Trifolium amabile), el pinco pinco (Ephedra americana), el llantén (Plantago
sp.) y el peccoy (Stipa ichu). Asimismo, podemos mencionar pastos como Calamagrostis sp.,
Poa sp. y Alchemilla pinnata.
Los principales objetivos de este Santuario Histórico son: proteger el patrimonio natural e
histórico del escenario de la Batalla de Ayacucho; conservar las manifestaciones culturales y
artesanales de las poblaciones aledañas; brindar facilidades para que el público utilice el área
para su recreación y cultura; mejorar y ampliar el circuito turístico de Ayacucho - Ruinas de
Wari - Quinua - Pampa de Ayacucho.
Abundan las orquídeas (30 géneros y más de 190 especies) que florecen alternadamente a lo
largo del año, tanto en zonas abiertas como en la espesura boscosa. Entre las más bellas
figuran: Masdevallia barlaeana y Maxillaria floribunda. Las Bromeliáceas están representadas
por la Puya weberbaueri y la Tillandsia rubra, entre muchas otras.
La fauna presenta características muy especiales según las diversas zonas de vida; entre las
aves se encuentran el cóndor (Vultur gryphus) y diversas especies de picaflores; entre los
mamíferos se hallan la tanka taruca (Mazama chunyi), el puma (Puma concolor), el tigrillo
(Leopardus pardalis) y algunas especies de monos de los géneros: Cebus, Saimiri, Aotus y
Lagothrix, este último en peligro de extinción.
Entre los ofidios tenemos una boa (Bothrops andianus) y víboras del género Bothrops. Hay
también otras especies de fauna silvestre amenazadas, que habitan en el Santuario como son
el gallito de las rocas o tunki (Rupicola peruviana), el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), la
nutria (Lontra longicaudis) y el gato montés (Oncifelis colocolo).
El objetivo principal del Santuario Histórico de Machu Picchu es proteger los valiosos
testimonios de la arqueología y la cultura andina y su espectacular entorno paisajístico, que
constituye hábitat natural de importantes especies de flora y fauna que se hallan en situación
vulnerable o en peligro de extinción.
La categorización definitiva como Santuario Histórico ha permitido establecer una base sólida
para enfrentar la deforestación y pérdida de la calidad genética de las especies de flora y fauna
silvestres. Además de definir los lineamientos para proponer las modalidades e intensidades
del aprovechamiento indirecto para la conservación y manejo de esta área natural protegida y
su zona de influencia.
El Santuario Histórico Bosque de Pomac protege el 0.2% del área total que abarca el Desierto
Pacífico Tropical, donde se desarrollan dos de las tres Zonas de Vida que abarca este desierto,
el Desierto Superárido Tropical y el Desierto Superárido Premontano Tropical. Allí se
desarrollan varias comunidades vegetales como los Bosques Densos y Semidensos,
Matorrales y la formación natural de algarrobo más importante del país.
El algarrobal es la comunidad boscosa que domina el paisaje en el norte del país. Está
asociado principalmente con el sapote (Capparis angulata) y en menor proporción con el faique
(Acacia macracantha), el bichayo (Capparis ovalifolia) y arbustos como la vallesia dichotoma.
Este bosque tiene un alto valor económico, en productos no maderables, como la recolección
de algarroba y miel para el ecoturismo.
La zona alberga también importantes muestras arqueológicas del periodo dominado por la
Cultura Sicán o Lambayeque alrededor de los años 900 -1100 dc. Existen vestigios que van
desde pequeños montículos hasta monumentales pirámides en buen estado de conservación.
La Cultura Sicán poseía una tecnología metalúrgica masiva y a gran escala. Las ofrendas
funerarias encontradas en tumbas de elite de hasta 20 metros de profundidad sorprendieron
por su riqueza.
Los objetivos del Santuario Histórico Bosque de Pomac son los de conservar la unidad
paisajística y cultural que conforma el bosque con el Complejo Arqueológico de Sicán y
garantizar la calidad natural de la formación de bosque seco tropical.
SANTUARIOS NACIONALES
Los Santuarios Nacionales son áreas donde se protege, con carácter intangible, el hábitat de
una especie o una comunidad de la flora y fauna, así como las formaciones naturales de
interés científico y paisajístico.
En el Perú tenemos hoy en día Santuarios Nacionales, que abarcan un área total de 48 113,10
hectáreas, lo que representa el 0,037% del territorio nacional.
- Huayllay
- Calipuy
- Lagunas de Mejía
- Ampay
- Los Manglares de Tumbes
- Tabaconas Namballe
- Megantoni
Santuario Nacional de Huayllay
Es como un inmenso oasis petrificado en medio de una desolada y fría puna. En este lugar, la
infatigable naturaleza ha esculpido figuras de hombres, animales y muchas otras variadas y
caprichosas formas, tales como portadas de diferentes dimensiones, desde la más pequeñas
hasta las más grandes por las que puede pasar tranquilamente un jinete sobre su cabalgadura.
Es una de los mejores museos geológicos del mundo. Se afirma que por su extensión y tipo de
formación es tan interesante como el Jardín de los Dioses, en los Estados Unidos o el Bosque
de Piedras de Shilin, en la República Popular China. En medio del bosque de piedra existe una
hermosa fuente de agua termal con propiedades curativas, que llega a más de 60º C de
temperatura y se ubica a 4 000 m.s.n.m.
Entre las formaciones rocosas existen parajes de pastos compuestos principalmente por
plantas de la familia de las Poáceas y otras como Asteráceas, Brassicaceae, Ciperáceas,
etcétera. La única especie arbórea existente dentro de los límite del santuarios el queñual
(Polylepis sp). Entre las especies semileñosas tenemos la huamanpinta (chuquiraga spinosa),
la putaga (Rumex peruvianus) y la mata mata o pargash (Tafalla Thujoides).
La fauna silvestre está representada por mamíferos como el venado (odocoileus sirginianus), la
vicuña (vicugna vicugna), la vizcacha (lagidium peruanun), el gato montés (oncifelis colocolo) el
zorrillo (Conepatus chinga). Entre las aves podemos citar al gavilán (Buteo sp.) y la perdiz
(Nothoprocta ornata y Tinamotis pentlandii).
El objetivo principal del Santuario es proteger las formaciones geológicas del Bosque de Piedra
de Huayllay, así como su flora y fauna nativas.
Las demás plantas que habitan en el santuario son de porte pequeño o medio, semileñosas y
herbáceas, y se distribuyen sobre terrenos de tipo pedregroso o rocoso. La vegetación,
principalmente semileñosa, es más abundante sobre las laderas de los cerros.
Entre las especies de fauna silvestre destacan mamíferos como el zorro andino (Pseudalopex
culpaeus), el venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y la vizcacha (Lagidium peruanum).
Entre las aves podemos mencionar, de la familia Tinamidae, la perdiz serrana (Tinamotis
pentlandii); de la familia Falconidae, el halcón perdiguero (Falco femoralis), la chinalinda o
guarahuau (Phalcoboenus megalopterus albogularis); y de la familia Psittacidae, el perico
andino (Bolborhynchus sp.).
El objetivo principal del Santuario Nacional Calipuy es proteger el rodal más denso de Puya
que constituye un valioso potencial biótico de la especie.
En las orillas de las lagunas se encuentra el sapo (Bufo limensis), mientras que en las colinas
de las playas cercanas se observan lagartijas, como Microlophus tigris y de las zonas más altas
baja el zorro costero (Pseudolapex sechurae). Se han registrado especies de peces como la
lisa (Mugil cephalus) y el pejerrey (Basilichthys sp.).
En cuanto a las aves, existen aproximadamente 180 especies en la zona de playa, entre
migratorias y residentes. Se pueden observar: gaviota gris (Larus modestus), playero blanco
(Calidris alba), rayador (Rinchops niger), gaviota peruana (Larus belcheri), gaviota dominicana
(Larus dominicanus) y gaviota de capucha gris (Larus cirrocephalus).
En las lagunas también se encuentran otras aves como el zambullidor pimpollo (Rollandia
rolland), el zambullidor grande (Podiceps major), el pato sutro (Anas flavirostris), el pato
gargantillo (Anas bahamensis), el pato colorado (Anas cyanoptera), la polla de agua (Gallinula
chloropus), la choca (Fulica americana), la gallineta común (Rallus limicola), la garza cuca
(Ardea cocoi), la garza blanca grande (Egretta alba), la garza blanca pequeña (Egretta thula) y
la garza azul (Hydranassa caerulea). Las parihuanas (Phoenicopterus chilensis) tienen
preferencia por las áreas de poca vegetación.
La vegetación dominante es el junco (Scirpus sp.), la totora (Typha sp.) y los gramadales
asociados con Salicornia fructicosa. Dentro del agua de las lagunas se encuentran algas del
género Chara sp.
Entre los objetivos del Santuario Nacional Lagunas de Mejía están: proteger la avifauna
residente en peligro de extinción, así como las especies migratorias; conservar el refugio de las
aves migratorias en sus rutas norte-sur; preservar el hábitat para especies endémicas en
peligro de extinción; mantener importantes asociaciones de flora silvestre propias de los
ecosistemas acuáticos del litoral y promover el desarrollo económico de la región mediante el
desarrollo de la actividad turística.
En cuanto a su fauna silvestre podemos citar mamíferos como el zorro andino (Pseudalopex
culpaeus), el venado (Odocoileus virginianus), la vizcacha (Lagidium peruanum), la taruca
(Hippocamelus antisensis) y aves como la gaviota andina (Larus serranus) y el cóndor andino
(Vultur gryphus).
La flora está caracterizada por la intimpa (Podocarpus glomeratus) que crece por manchales
formando bosques en las laderas. La presencia de vegetación a grandes altitudes da lugar a
escenarios de gran belleza, que contrastan con las nieves perpetuas de las cumbres y con la
aridez de los cerros circundantes. Así podemos encontrar hermosos parajes salpicados de
gigantescos chochos (Lupinus sp.) con flores azules y herbáceas con flores amarillas
conocidas como zapatitos (Calceolaria sp.), así como varias especies de orquídeas.
El santuario alberga dos lagunas, de las cuales la más espectacular es la laguna Uspaccocha
que aparenta ser un gigantesco cráter. En sus aguas se reflejan las cumbres nevadas del
Ampay.
Los manglares constituyen una barrera natural contra la erosión que producen las olas y
mareas. Es un área natural poco conocida, que propicia la investigación científica y ofrece
condiciones favorables al desarrollo de actividades educativas, turísticas y recreativas.
La comunidad de manglar en Tumbes está tipificada por cuatro especies: el mangle rojo
(Rhizophora mangle), el mangle salado (Avicennia germinans), el mangle blanco (Laguncularia
racemosa), y el mangle botón (Conocarpus erectus).
Estos manglares son también refugio para el cocodrilo de Tumbes (Crocodylus acutus),
especie que se encuentra en vías de extinción.
Esta zona alberga numerosas especies de aves, como garzas de diferentes especies y el ave
fragata (Fregata magnificens) entre otras. En cuanto a los mamíferos, se ha registrado el oso
manglero o mapache (Procyon cancrivorus).
El objetivo principal del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes es proteger y conservar
estos manglares como única muestra representativa de este ecosistema y a la fauna que allí
habita, principalmente los invertebrados acuáticos.
Este Santuario presenta, en las partes más altas, frecuentes neblinas que
han hecho que a los bosques que allí se encuentran se les conozca como
bosques de neblina. En ellos se presenta una alta heterogeneidad florística que varía de
acuerdo a la altura, topografía, suelo y drenaje.
El estrato arbóreo, a una altitud de 1 650 m.s.n.m está dominado por especies de las familias
Lauraceae, Ericaceae, Melas-tomataceae, Rubiaceae, Actinidaceae y Podocarpáceae, pero
aún falta identificar otras muchas especies. El Podocarpus es el único género de coníferas que
se encuentra en forma natural en el Perú y se le conoce como romerillo macho y romerillo
hembra.
El estrato inferior es denso, pudiendo observarse helechos arbóreos y bambúes nativos del
género Chusquea. Existen abundantes epífitas como orquídeas, bromelias, musgos y líquenes.
Por encima de los 2 000 m.s.n.m aparece un bosque con abundantes helechos arbóreos del
género Cyathea, mezclados con algunas especies forestales achaparradas.
Entre sus atractivos turísticos se puede mencionar los páramos y cataratas, así como un
sistema de lagunas conocidas como Arrebiatadas, de belleza paisajística excepcional y
reconocidas por sus propiedades medicinales. Dichas lagunas están a una altitud promedio de
3 200 m.s.n.m.
El Santuario Nacional Megantoni fue creado mediante decreto supremo Nº 030-2004-AG del
18 de agosto del 2004. Su superficie alcanza las 215,868.96 has y está ubicado en la parte
central de la cuenca del río Urubamba, en la Cordillera de Ausangate, distrito de Echarate,
provincia de La Convención (departamento del Cusco).
Esta área es una de las pocas cuya vegetación permanece intacta y que permite conectar la
región de la puna con la selva baja. Esta zona no solo contiene una riqueza impresionante de
especies únicas y restringidas a sus rangos latitudinales, sino que también sirve como corredor
continuo para la fauna, especialmente en la actualidad cuando los cambios de clima y la
deforestación afectan el hábitat de muchas especies.
La Zona Reservada Megantoni posee una vegetación bastante variada destacando la gran
diversidad de orquídeas, que están presentes en casi todas las áreas estudiadas. La gran
diversidad es probablemente consecuencia del amplio rango de hábitats que presenta la región
(10 zonas de vida).
La fauna del santuario es también bastante diversa. Se han observado muchas especies de
aves, así como especies nuevas y únicas de sapos y lagartijas. Además, de las 32 especies de
mamíferos encontrados en la Zona Reservada Megantoni, cinco se encuentran amenazadas de
extinción y 12 están potencialmente amenazadas.
El relieve en esta reserva natural es predominante colinoso y montañoso con altitudes que
oscilan entre los 416 y los 3,960 msnm, creando de esta manera una variedad de pisos
altitudinales y climas que han permitido la existencia de diez zonas de vida. También forma
parte de este santuario el Pongo de Mainique, que cuenta con más de 30 cataratas a ambos
lados del río Urubamba.
En la actualidad ya se han creado Zonas Reservadas que cubren un área total de 5 096 310,02
hectáreas, lo que representa el 4 % del territorio nacional.
- Laquipampa
- Pantanos de Villa
- Tumbes
- Algarrobal El Moro
- Chancaybaños
- Aymara Lupaca
- Güeppí
- Río Rímac
- Santiago Comaina
- Cordillera de Colán
- Cordillera Huayhuash
Los lugares en donde se han detectado algunos ejemplares de la pava aliblanca son Quebrada
de Negrahuasi, Quebrada del Reloj-Sector Lajas, Quebrada del Shembo.
Es la única área protegida que existe dentro del casco urbano de la ciudad de Lima y por est
razón tiene un gran valor científico, educativo y recreativo para el poblador local. Este humedal
es parte integrante del corredor migratorio que siguen numerosas especies de aves a lo largo
del litoral de la región Neotropical. Los Pantanos de Villa se encuentran integrados al sistema
hidrológico del río Rímac, cuyas aguas subterráneas afloran en una depresión natural.
La flora está representada por 67 especies de plantas y por asociaciones ca- racterísticas:
gramadal en suelos arenosos, cuya especie predominante es la grama sa-lada (Distichlis
spicata); totoral en áreas inundadas y bordes de los espejos de agua, siendo la especie
predominante la totora (Typha dominguensis); zona arbustiva, que se caracteriza por la
apariencia de un matorral denso; y vega de ciperáceas en suelos saturados caracterizada por
la presencia de Scirpus americanus y Paspalum vaginatum.
La fauna está representada principalmente por 155 especies de aves, de las cuales 77 son
migratorias. Entre estas últimas se pueden mencionar al zambullidor grande (Podiceps major),
el zambullidor pico grueso (Podilymbus podiceps), la garza blanca (Egretta thula), el huaco
(Nycticorax nycticorax), el pato colorado (Anas cyanoptera), el águila pescadora (Pandion
haliaetus), la polla de agua (Gallinula chloropus), la gallareta (Fulica americana), el playero
blanco (Calidris alba), el pata amarilla mayor (Tringa melanoleuca) y la gaviota gris (Larus
modestus), entre otras, así como 12 especies de peces y algunos reptiles y roedores.
Entre los principales objetivos de la Zona Reservada de los Pantanos de Villa se encuentra la
protección de la avifauna migratoria y residente de un ecosistema acuático; la preservación de
importantes asociaciones de flora silvestre propias de los ecosistemas acuáticos del litoral; y la
defensa y cuidado del paisaje para incentivar las actividades educativas y turísticas.
La flora está representada por una gran diversidad de especies, entre las
que destacan la especie endémica de ceibo (Ceiba trichistandra), varias
especies de algarrobos (Prosopis spp.), el angolo (Pithecellobium multiflorum) y el pretino
(Cavanillesia platanifolia).
Esta zona presenta una fauna típica y de distribución restringida. Entre los reptiles podemos
citar la macanche (Botriechis schlegeli) y varias especies de cañanes (Dicrodon sp.).
Destaca entre los anfibios la rana de cabeza osificada (Trachycephalus jordani). Entre las aves
se distinguen el perico pachaloro (Forpus xanthops), el perico macareño (Brotogeris
pyrrhopterus), el hormiguero (Grallaricula peruviana), el gavilán norteño (Leucopternis
occidentalis), la urraca (Cyanocorax mystacallis) y el hornero (Furnarius leucopus). Entre los
mamíferos se pueden encontrar el venado gris (Odocoileus virginianus) y la ardilla nuca blanca
(Sciurus stramineus).
En esta zona existen algunas especies amenazadas como el loro alas bronceadas (Pionus
chalcopterus), la nutria del noroeste (Lontra longicaudis), el mono coto de Tumbes (Alouatta
palliata), el jaguar (Panthera onca) y el huamburushu (Leopardus wiedii).
El área presenta dos zonas ecológicas bien diferenciadas, el Bosque Seco y el Bosque
Húmedo, que presentan escenarios paisajísticos característicos, que hacen de la Zona
Reservada de Tumbes un lugar muy especial.
Los principales objetivos de la Zona Reservada Algarrobal El Moro son proteger los bosques
naturales de algarrobos y la diversidad de especies silvestres que albergan, así como
investigar y conservar los restos arqueológicos de las culturas Chimú y Moche que allí se
encuentran.
Entre las especies de fauna conocida, en situación vulnerable o en vías de extinción, podemos
encontrar el otorongo (Panthera onça), el lobo de río (Pteronura brasiliensis), el caimán
(Caiman crocodilus), el manatí (Trichechus inunguis), el bufeo colorado (Inia geoffrensis) y el
bufeo gris (Sotalia fluviatilis), entre otras.
Existe asimismo una alta densidad de aves y reptiles, entre estos últimos principalmente el
lagarto negro (Melanosuchus niger). En el río Lagartococha, fronterizo con Ecuador, se
encuentra, una alta densidad de paiche (Arapaima gigas), presentando un área de distribución
rara debido al aislamiento.
Es importante también mencionar que en este sector se han encontrado restos arqueológicos
de culturas preincaicas que nos pueden proporcionar valiosos datos sobre la ocupación
humana de esta zona. En la actualidad esta región es habitada por las comunidades nativas
Kichwas, Secoyas y Boras.
Entre los principales objetivos de la Zona Reservada de Güeppí está el de proteger las áreas
naturales del bosque muy húmedo Tropical, pues forman parte de los refugios del Pleistoceno
o centros de gran endemismo y evolución.
Específicamente, el límite sur del área coincide con el refugio y centro de evolución del Napo.
Además se busca conservar la flora y fauna en situación vulnerable o en vías de extinción;
promover la investigación científica, ya que los refugios del Pleistoceno presentan gran
diversidad de formas de vida; y promover el turismo, la recreación y otras actividades para la
conservación y manejo sostenible de los recursos, involucrando a las poblaciones aledañas,
tanto colonas como nativas, para contribuir a mejorar su nivel socioeconómico.
Zona Reservada del Río Rímac
Esta zona alberga especies de fauna como el Falco sparverius el cual utiliza los saltos de los
barrancos como lugares de reposo y acecho. En las orillas de los rios con vegetación baja se
han enciontrado aves como Trogloceryle musculus, el Martín pescador (Chloroceryle
americana) el pato gargantillo (Anas bahamensis), garzas como Egreta thula, Eudocimus albus,
Bulbulcus ibis y Nycticorax nycticorax.
En esta Zona existe una gran diversidad de hábitats con flora y fauna que
todavía necesita ser investigada, ya que alberga especies endémicas y se
encuentra contigua al Refugio del Pleistoceno y Centro de Evolución del Marañón.
Investigaciones exhaustivas podrían llegar a comprobar que la diversidad de fauna puede ser
una de las más altas del país.
Existen además muchas especies que se encuentran en situación vulnerable, como el frailecillo
(Saimiri sp.), el jaguar (Panthera onça), el cóndor (Vultur gryphus), el paujil (Crax globulosa), el
lagarto blanco (Caiman crocodilus) y el lagarto negro (Melanosuchus niger). Hasta el momento,
se ha logrado determinar que, sólo en los alrededores de la Cordillera del Cóndor, de las 40
especies de orquídeas colectadas, 26 pueden ser nuevas para la ciencia.
En cuanto a peces se ha descubierto una nueva especie: Creagrutus sp., y es el único sitio en
el Perú donde se ha reportado el género de batracio Ramphophryne.
Muchas de las especies que se encuentran bajo presión de caza y alteración de su hábitat en
otros lugares del país, encuentran aquí una zona de refugio y de reproducción. Se han
descubierto poblaciones de aves que se encuentran amenazadas en otras partes del país,
como el loro de mejillas doradas (Leptosittaca branickii) y se ha encontrado una población
importante de mono araña (Ateles belzebuth), que en el ámbito nacional se encuentra bajo
considerable presión de caza.
La conservación de esta área es también importante para mantener los ciclos biogeoquímicos,
propiciando un mantenimiento de los recursos hídricos, biológicos y sociales de las zonas
aledañas.
Se ha logrado registrar hasta 22 especies forestales, muchas de ellas con valor comercial,
entre otras el cedro (Cedrela sp.) , el tornillo (Cedrelinga catenaeformis), la quina (Cinchona
sp.), la cumala (Iryanthera sp.). También se encuentran palmeras como el huasai (Euterpe
precatoria), el ungurahui (Yesenia batana) y la pona (Iriartea sp.) cuyo fruto tiene un alto valor
nutritivo.
En el área de esta zona se ha reportado la existencia de recursos minerales como el oro, que
ha originado el establecimiento de pequeños lavaderos artesanales explotados por nativos y
colonos.
La Zona Reservada Cordillera de Colán fue creada mediante Resolución Ministerial N° 0213-
002-AG, el primero de marzo del 2002 y alcanza una extensión de 64,114.74 has. Esta ubicada
en el Departamento de Amazonas, entre los ríos Utcubamba y Chiriaco en las Provincias de
Bagua y Utcubamba. Esta zona comprende una pequeña parte de la Cordillera de Colán, la
cual es uno de los ramales semi aislados de la Cordillera Oriental de los Andes peruanos.
La Zona Reservada comprende una muestra de los Bosques Montanos, en sus tres pisos
altitudinales (premontano, montano bajo y montano). Como resultado de una combinación de
aspectos climáticos y geográficos, gran parte de los tres pisos altitudinales de estos bosques
corresponden al bioma de Bosques de Neblina (o Ceja de Selva).
La capacidad generadora y reguladora de agua de los Bosques de Neblina es quizá uno de las
características ambientales más importantes de la Zona Reservada Cordillera de Colán. El
sector norte comprende la cuenca alta y naciente del río Shushug, principal afluente del Río
Chiriaco, así como las nacientes de otros afluentes menores.
En estos Bosques de Neblina se encuentran partes de Bosques Enanos, que son sumamente
frágiles y están amenazados a lo largo de toda su distribución, además de dos pequeñas
extensiones de Pajonales (o Páramo). Hacia el norte se han encontrado especies arbóreas
muy importantes por sus valores medicinales y alimenticios, tales como el Cacao (Theobroma
cacao), Achachairú (Rheedia sp.) y Sangre de Grado (Croton sp.) Tanto en el sector norte
como en el sector sur de la Zona Reservada se encontraron gran número de especies
vegetales que no ha sido posible identificar y que podrían ser nuevas para la ciencia.
Entre la fauna de la Cordillera de Colán destacan las aves, encontrándose varias especies
endémicas. Entre ellas se encuentran una especie nueva de Lechuza (Otus sp. nov) propia de
la Cordillera de Colán y la Cordillera del Cóndor, la Lechucita de Bigotes Largos (Xenoglaux
loweryi), dos especies de Hormigueros (Grallaria carrikeri y G. ochraeifrons), una especie
nueva de Atrapamoscas (Hemotriccus sp. nov.), el Picaflor Real (Heliágelus regalis) y el
Rabiblando de Manto Bermejo (Thripophaga berlepschi). Asimismo, al menos 15 especies de
aves consideradas amenazadas están presentes en esta área de protección.
Esta Zona reservada también alberga tres especies de mamíferos endémicos, el Mono Choro
de Cola Amarilla (Lagothrix flavicauda), Mono Nocturno (Aotus miconax), y el Murcielaguito
Melisa (Vampyressa melissa). Se encuentran, además, ocho especies de mamíferos
considerados en vías de extinción o en situación vulnerable. Se ha registrando, además, una
especie endémica de sapo (Telmatobius colanensis).
El valor turístico de esta zona no solo se limita a la gran diversidad biológica del lugar, también
se pueden encontrar algunas cuevas habitadas por Guácharos (Steatornis caripensis) y
algunas cataratas de especial belleza, como Yakum Naim en la cabecera de la quebrada
Numpatkain (sector norte).
Las propuestas de protección para esta área natural están orientadas a mantener la integridad
de los procesos naturales de los ecosistemas de alta montaña contenidos en esta cadena
montañosa; así como asegurar la regulación del recurso hídrico en las nacientes de los Ríos
Pativilca y Marañón.
Al poner esta zona bajo protección estatal no solo se asegura su conservación, sino también,
se reconoce el derecho de las comunidades campesinas locales de seguir aprovechando de
manera sostenible los recursos naturales renovables locales. La Zona Reservada Cordillera de
Huayhuash tiene como objetivo la conservación de los ecosistemas de alta montaña
contenidos en esta zona cordillerana, así como la protección de la excepcional belleza
paisajística.