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I. PRINCIPIOS MORALES
Los principios morales son normas sociales que indican lo que las personas
deberían hacer o lo que deberían evitar. También determinan cuáles son las
acciones que deben ser promovidas o reconocidas y cuáles son las que
deben ser criticadas o castigadas.
Este tipo de normas hacen referencia a cuestiones generales que pueden
tener aplicación en casos muy diversos. Nunca se refieren a situaciones
específicas, por lo tanto, pueden ser interpretadas y aplicadas de forma
diferente según sea el caso.
Provienen de la construcción de la sabiduría humana a lo largo del tiempo y
son difundidos a través del tiempo gracias a la tradición oral. Por lo tanto, no
están recopilados en ningún libro ni están determinados por una persona
específica.
Sin embargo, es frecuente que las diferentes religiones consignen sus
principios en las escrituras sagradas y que se adjudiquen a sus profetas.
Es el caso de la “regla de oro”, un principio moral que ha sido difundido por
diversas religiones y cuya creación se atribuye a diversos profetas.
Los principios morales constituyen una base fundamental para la
construcción de las sociedades.
Esto se debe a que se apoyan en los acontecimientos pasados para
proponer reglas que promuevan los sucesos que se consideran positivos y
eviten aquellos que se consideran negativos.
Por lo tanto, pueden ser variables según los valores de cada cultura o
pueden transformarse con el paso de los años. Sin embargo, existen algunos
de ellos que son bastante extendidos.
CARACTERÍSTICAS DE LOS PRINCIPIOS MORALES
Cada cultura construye sus propios principios morales y cada persona
elabora su sistema moral. Sin embargo, estos tienen unas características en
común que atraviesan a todas las sociedades y a todos los individuos.
Son consistentes entre sí
Los principios morales deben ser consistentes entre sí, esto significa que, al
cumplir las demandas de un principio moral, no se debería atentar contra
otro de ellos.
Por ejemplo, si se acepta que “todos los seres humanos son iguales” como
un principio moral, no es posible aceptar otro principio que diga que “las
mujeres son inferiores a los hombres y como tal deben obedecerles”.
Entre más extensa sea una lista de principios, más difícil será la consistencia
entre ellos. Por esta razón, los principios morales son pocos y se refieren a
cuestiones fundamentales que son comunes a las diferentes experiencias
humanas.
Flexibilidad
Los principios morales se establecen de manera general para una amplia
gama de situaciones, por eso deben ser flexibles.
Esto evita que dejen vacíos en el momento en que se ponen en práctica. De
esta manera se garantiza que son suficientes para cubrir situaciones de
naturaleza muy diversa.
Por ejemplo, la regla de “no matar” puede ser insuficiente como principio
moral. Si la conducta correcta está determinada sólo por evitar esa acción,
podría inferirse que están permitidas otras formas de maltrato, como por
ejemplo, la tortura.
Por lo tanto, “no matar” no se considera como un principio moral. En realidad,
esta norma se incluye dentro de un principio moral más flexible: “no hagas a
otros lo que no quisieras que te hagan a ti”.
Tienen jerarquía
No todos los principios morales tienen igual importancia. Se considera que
existen principios superiores, aquellos que deben ponerse siempre por
encima de los demás en el momento de un dilema moral.
Por ejemplo, preservar la vida y la integridad de las personas es un principio
moral superior. Esto significa que está por encima del principio de la
autodeterminación.
Es decir, que la libre expresión cultural de un pueblo no puede estar por
encima de la vida, lo cual implica que no se deberían realizar sacrificios
humanos, aunque sea tradicional.
Por lo que se puede decir que las normas morales son una guía de buena
conducta, basada en las costumbres, hábitos y creencias que orientan el
comportamiento de las personas, sobre lo que se debe hacer, porque es
bueno y lo que no, porque es malo.
Es decir, las normas morales son una lista de reglas o valores que pueden
mejorar la conducta de una persona en su vida diaria y favorecer su
interacción en la sociedad.
Están muy ligadas a la Ética porque trata del buen comportamiento, así como
con la libertad, porque su cumplimiento es de libre decisión, ya que las
personas las asumen por sí mismas, por su propia voluntad.
Existen diferentes normas morales que se adaptan a los distintos grupos
sociales. El desconocimiento de estas normas pudiese influir en decisiones
erradas, pudiendo así generar conductas dañinas que deformen moralmente
a la sociedad.
Dichas acciones no son juzgadas por la Ley, pero sí serán evaluadas por las
demás personas mediante una reflexión personal o juicio de valor.
40 ejemplos comunes de normas morales
1- Velar por el bienestar de los hijos, mantenerlos y cuidarlos mientras sean
niños y hasta su mayoría de edad.
18- Dar el puesto o turno en los bancos, mercados y sitos públicos a las
mujeres embarazadas, ancianos o personas con niños.
19- No aprovecharse de bienes sociales destinados para personas en
situaciones de pobreza, si no es su caso.
20- Estacionar en zonas permitidas, respetando el puesto destinado a
personas con discapacidades motoras.
21- No beneficiarse de las limitaciones físicas o mentales de otras personas,
tratando de obtener dinero o influencias con otras personas.
23- Velar por el bienestar de los padres cuando sean ancianos, mantenerlos
y cuidarlos con amor y cariño.
24- Ayudar y socorrer a los ancianos y niños en situación de peligro.
25- Ante una emergencia que se presente, se debe dar la prioridad de
atención y de recate a los niños, a las mujeres embarazadas y a los ancianos.
26- Ser fiel y honesto en vínculos de pareja, es decir, cuida tu relación con
amor y sinceridad. Si ya no hay amor en la pareja, es mejor decirlo.
27- Mantener un trato amable, cordial y sin violencia en el hogar, pero con
normas y supervisión, con la pareja, los hijos y demás integrantes de la
familia.
28- Cumplir con la palabra que se haya dado en forma de compromiso, para
que tenga siempre credibilidad y respeto. Así cuando necesites algo crean
en tu promesa.
29- Ser sincero y no acusar a otras personas de una falta que no ha
cometido, evitar las calumnias y falsos testimonios.
30- Comportarse apropiadamente en los sitios públicos, hablar con un
lenguaje acorde, evitando malas palabras, obscenidades y movimientos
bruscos.
31- Mantener en secreto las confesiones que te hayan hecho otras personas
y no divulgar la vida privada de los demás.
31- Negarse a favorecer a personas conocidas, en casos en los cuales se
pueda intervenir por su influencia de poder.
32- Mantener limpios tus espacios, ya sea en el hogar, en el trabajo, en la
escuela, transporte público, entre otros.
33- No lanzar la basura ni escombros a los vecinos, ni en los espacios
públicos, tales como: calles, ríos, quebradas, terrenos solos.
B. Definición de Ética
Por su parte, ética son las reglas de conducta reconocidas en relación a un
tipo particular de acciones, cultura o grupo humano. Por ejemplo, conductas
en el ambiente de trabajo, en lugares de estudio, en diferentes profesiones,
entre otros.
La ética es parte del sistema social y son conductas externas al individuo.
Es por eso que depende de los otros para su desarrollo y definición y puede
variar dependiendo del contexto y la situación.
C. CINCO DIFERENCIAS PRINCIPALES DE MORAL Y ETICA
1. Foco interno y foco externo
Un primer punto que diferencia a estos dos términos es el enfoque o radio
de acción donde se manifiestan.
La moral comprende el conjunto de valores que se internalizan en un
individuo desde la infancia.
Se relaciona con la alienación que ocurre naturalmente en el proceso de
socialización implícito en la crianza, que siempre será fuertemente influido
por el mundo cultural donde la persona se desarrolle.
Entonces, puede decirse que la moral es relativa, por lo que hay temas
que en algunas culturas pueden ser considerados sumamente inmorales,
y que simultáneamente puede que sea lo más normal y aceptado en otras.
La moral refiere a costumbres que se transmiten de generación en
generación en todas las sociedades y asentamientos humanos.
Un ejemplo muy claro se puede evidenciar en la costumbre de practicar la
poligamia en algunas sociedades del Medio Oriente, en contraposición a
la monogamia que moralmente promueve la cultura occidental.
Los defensores de cada posición pueden dar argumentos lógicos, pero la
moral no necesariamente está estrechamente ligada a la lógica.
La moral más bien se refiere al marco de creencias enraizadas en cada
individuo.
En cambio, la ética se expresa en el ámbito de las relaciones humanas;
es decir, de la conducta, y no del mundo interior de las personas.
Por supuesto que ese marco de creencias que se denomina moral influye
definitivamente en las acciones de las personas y la manera en que estas
eligen comportarse día a día en entornos profesionales.
3. Acercamiento a la Ley
La moralidad no necesariamente es guiada por las leyes. Por el contrario,
las leyes pueden ser producto de la moralidad que rige en el momento en
que se promulgan.
Tanto la moralidad como las leyes pueden cambiar en el tiempo de forma
diametral.
Un claro ejemplo son las cada vez más frecuentes reformas a las leyes
civiles sobre el matrimonio entre personas del mismo género.
Hace 50 años se consideraba una inmoralidad tan siquiera plantearlo y
hoy en día cada vez más países lo contemplan en su ordenamiento
jurídico.
En referencia a la ética y su relación con las leyes, al ser un factor externo
exige un estudio, demanda un conocimiento previo de las normas, una
preparación generalmente profesional.
No se trata de algo inculcado en el individuo a temprana edad, sino
adquirido a través de educación académica y preparación intelectual.
La moral construye leyes y la ética depende de las leyes. La existencia
de las leyes tiene como propósito armonizar las relaciones humanas.
Es decir, expresan aspectos de la moralidad tan ampliamente aceptados
en las sociedades, que se tornan obligatorios, estableciendo incluso
penalidades si no se cumplen.
4. Reacción y Reflexión
La moral tiende a ser reactiva ya que está basada en el conjunto de
valores inculcados en la crianza y que se asumen como leyes de vida.
No se descarta que, en ciertos momentos, y aplicando criterios propios,
se puedan cuestionar e incluso adoptar valores o posiciones que
contradigan algún legado.
En cambio, la ética demanda una preparación, un criterio para discernir,
que se adquiere con educación especializada y afianzando criterios que
florecen en la adultez.
La ética se ejerce con la reflexión y el raciocinio. De hecho, la ética es el
empleo racional del libre albedrío: la libertad que se disfruta a plenitud y
sin perjuicio a terceros.
Otros términos que están estrechamente ligados a los valores son las
actitudes y conductas, que es la manera en que se actúa en un momento
determinado, de acuerdo a lo que creemos, sentimos y valoramos. Los
valores son valiosos por lo que son, es decir por lo que pueden llegar a
significar o representar en una sociedad dada, y no por lo que se opine de
ellos.
Entre los valores más comunes se pueden mencionar: responsabilidad,
respeto, audacia, alegría, calma, compromiso, compasión, consistencia,
Competitividad, cortesía, creatividad, confianza, disciplina, justicia, fe,
bondad, lealtad, éxito, apoyo, gratitud, entre muchísimos otros.
Existen diferentes tipos de valores, también denominados valores
universales que se caracteriza o se diferencian por lo que equivalen; entre
ellos están:
Valores personales: son los valores a los cuales se les estima como
fundamentos o normas indispensables para el levantamiento de nuestra
vida, es decir los pilares fundamentales establecidos por sí mismo para vivir,
que pueden variar de acuerdo a la persona
B. MORAL Y ÉTICA
C. ÉTICA PROFESIONAL
La ética profesional hace referencia al conjunto de normas y valores que
hacen y mejoran al desarrollo de las actividades profesionales. Es la
encargada de determinar las pautas éticas del desarrollo laboral mediante
valores universales que poseen los seres humanos. Aunque ésta se centre
en estos valores, se especifica más en el uso de ellos dentro de un entorno
plenamente laboral.
debido a que sus actos son guiados desde el instinto animal que poseen por
naturaleza.
Por ejemplo, una persona puede decidir qué es lo que quiere y debe comer,
sin embargo, un animal con hambre actúa con instinto: Si el tiene hambre,
comerá lo primero que tenga delante, sin tener en cuenta otras cuestiones,
como la vida de otro animal.