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INTRODUCCION

En un sentido más general, cualquier conducta que cause malestar, impedimento


o inhabilidad, a raíz de una disrupción o deterioro de funciones cognitivas o
neuroanatómicas, podría ser clasificado de psicopatología. Si bien, es preciso
diferenciar la psicopatología con problemas orgánicos bien identificados (como los
problemas de atención y ánimo por hipotiroidismo) de aquellos donde tales
problemas son hipotéticas y el aprendizaje parece ser un agente explicativo
fundamental (como la depresión por causa psicológica).

Es decir: Psicopatología hace referencia a los síntomas psicológicos de una


enfermedad orgánica con una clara explicacion biológica, como en el caso del
hipotiroidismo, o bien, a los síntomas de trastornos psicológicos, o a estados
contrarios a la salud mental mediante determinados procesos mentales.

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés


Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM) de la Asociación
Psiquiátrica de los Estados Unidos (American Psychiatric Association) contiene
una clasificación de los trastornos mentales y proporciona descripciones claras de
las categorías diagnósticas, con el fin de que los clínicos y los investigadores de
las ciencias de la salud puedan diagnosticar, estudiar e intercambiar información y
tratar los distintos trastornos mentales. La edición vigente es la cuarta (DSM-IV-
TR), texto revisado. Ya se ha publicado un calendario de investigación para la
publicación del DSM-V, que, al igual que el DSM-IV, provoca controversia entre los
profesionales en cuanto a su uso diagnóstico. Su publicación está prevista para
mayo de 2013. La OMS recomienda el uso del Sistema Internacional denominado
CIE-10, cuyo uso está generalizado en todo el mundo.

El DSM está realizado a partir de datos empíricos y con una metodología


descriptiva, con el objetivo de mejorar la comunicación entre clínicos de variadas
orientaciones, y de clínicos en general con investigadores diversos. Por esto, no
tiene la pretensión de explicar las diversas patologías, ni de proponer líneas de
tratamiento farmacológico o psicoterapéutico, como tampoco de adscribirse a una
teoría o corriente específica dentro de la psicología o de la psiquiatría.

Es importante aclarar que siempre debe ser utilizado por personas con experiencia
clínica, ya que se usa como una guía que debe ser acompañada de juicio clínico,
además de los conocimientos profesionales y criterios éticos necesarios.

Diagnóstico a través del DSM-IV

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El DSM-IV es una herramienta de diagnóstico que propone una descripción del
funcionamiento del paciente a través de 5 "ejes", con el objeto de contar con un
panorama general de diferentes ámbitos de funcionamiento:

• Eje I: Se describe el trastorno o trastornos psiquiátricos principales o


sintomatología presente, si no configura ningún trastorno. (Por ejemplo:
trastorno depresivo, demencia, dependencia de sustancias, esquizofrenia,
fobia social, fobias específicas, hipocondrías, etc.).
• Eje II: Se especifica si hay algún trastorno de personalidad en la base (o
rasgos de algún trastorno), algún trastorno del desarrollo o retraso mental
(por ejemplo, trastorno de personalidad limítrofe, retraso mental moderado,
etc.).
• Eje III: Se especifican otras afecciones médicas que puede presentar el
paciente.
• Eje IV: Se describen tensiones psicosociales en la vida del paciente
(desempleo, problemas conyugales, duelo, etc.).
• Eje V: Se evalúa el funcionamiento global del paciente (psicológico, social y
ocupacional), a través de la EEAG (escala de funcionamiento global).

Clasificación de los diferentes trastornos

Trastornos de inicio en la infancia, la niñez o la adolescencia

El manual agrupa en este apartado los trastornos que surgen en esta edad
(aunque no necesariamente se diagnostiquen durante la infancia o adolescencia).

• Retraso mental: entendida como la capacidad intelectual significativamente


por debajo del promedio (medido a través del CI). Puede ser leve,
moderado, grave o profundo.

Criterios para el diagnóstico del


retraso mental:

• A. Capacidad intelectual significativamente inferior al promedio: un CI


aproximadamente de 70 o inferior en un test de CI administrado
individualmente (en el de niños pequeños, un juicio clínico de capacidad
intelectual significativamente inferior al promedio).
• B. Déficit o alteraciones de ocurrencia en la actividad adaptativa actual
(eficacia de la persona para satisfacer las exigencias planteadas para su
edad y su grupo cultural), en por lo menos dos de las áreas siguientes:
comunicación personal, vida doméstica, habilidades sociales-
interpersonales, utilización de recursos comunitarios, autocontrol,
habilidades académicas funcionales, trabajo, ocio, salud y seguridad.
• C. El inicio es anterior a los 18 años.
• F70 Retraso mental leve (317): CI entre 50-55 y aproximadamente 70.
• F71 Retraso mental moderado (318.0): CI entre 35-40 y 50-55.
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• F72 Retraso mental grave (318.1): CI entre 20-25 y 35-40.
• F73 Retraso mental profundo (318.2): CI inferior a 20-25.
• F79 Retraso mental de gravedad no especificada (319): cuando existe
clara presunción de retraso mental, pero la inteligencia del sujeto no puede
ser evaluada mediante los test usuales

• Trastornos del aprendizaje: rendimiento académico sustancialmente por


debajo de lo esperado en el área afectada, considerando la edad del niño o
adolescente, su inteligencia, y una educación apropiada para su edad.
Pueden ser:
o Trastorno de la lectura: Dislexia

Se llama dislexia (del griego δυσ- dificultad, anomalía y λέξις habla o dicción) al
trastorno de la lectura que imposibilita su comprensión correcta. Aunque
convencionalmente el término se aplique también a la dificultad para una correcta
escritura, en este caso el término médico apropiado es el de disgrafía. En términos
más técnicos, en psicología y psiquiatría se define la dislexia como una
discrepancia entre el potencial de aprendizaje y el nivel de rendimiento de un
sujeto, sin que existan problemas sensoriales, físicos, motores o deficiencias
educativas (según el DSM-IV).

La dislexia adquirida es aquella que sobreviene tras una lesión cerebral concreta,
mientras que la dislexia evolutiva es la que se presenta en pacientes que de forma
inherente presentan dificultades para alcanzar una correcta destreza lectora, sin
una razón aparente que lo explique. Por su parte, el retraso lector es un trastorno
lector motivado por causas específicas: baja inteligencia, mala escolarización, etc.

Según el tipo de síntoma predominante

1. Dislexia fonológica: Es aquella en la que el sujeto utiliza de forma


predominante la ruta visual para leer las palabras. La ruta visual es aquella
que nos permite leer de manera global (sin dividir la palabra en partes)
palabras conocidas. Esto lleva a dificultades en todas aquellas palabras no
conocidas o inventadas. Se cometen errores de lexicalización (lobo/lopo),
derivativos (calculadora/calcular) y errores visuales (pera/pena). Tienen
mayor tiempo de reacción en la lectura de pseudopalabras a la vez que
presentan dificultad en la lectura de las mismas.
2. Dislexia superficial: Es aquella en la que el sujeto utiliza de forma
predominante la ruta fonológica. La ruta fonológica es aquella que nos
permite leer las palabras regulares a partir de segmentos más pequeños;
(sílabas). Sin embargo los sujetos con este tipo de dislexia tendrán
problemas en aquellas palabras cuya escritura no se corresponde de forma
directa con su pronunciación (homófonas); esta situación se da
fundamentalmente con los anglicismos como hall, thriller o best seller. En
castellano estas palabras son raras (hola, ola) por ser una lengua
transparente (son lenguas transparentes aquellas en las que un grafema
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solo puede corresponder a un fonema; es decir; que siempre se
corresponde de manera directa y unívoca la escritura con la
pronunciación)...salvo todas aquellas "U" mudas que se escriben junto a la
"g" y la "q", y los fonemas representados por más de una letra g/j, k/c/qu,
ll/y, b/v, o c/z. Cometen errores de regularización, repetición, rectificación,
vacilación, silabeo y errores de acentuación, con una lectura lenta. No
presentan dificultad en la lectura de pseudopalabras.

Según el momento de diagnóstico

1. Dislexia específica: que se manifiesta en el período de aprendizaje de la


lectura.
2. Dislexia de comprensión: que se manifiesta en períodos posteriores al
aprendizaje de la lectura y que no permiten una comprensión óptima de lo
que leen.

Una objeción a esta clasificación sería que los disléxicos de comprensión pueden
no ser más que disléxicos específicos no diagnosticados. Podría ser que debido a
diferentes causas, como por ejemplo una alta inteligencia, hubiesen compensado
o enmascarado su trastorno hasta que la creciente exigencia de comprensión de
los textos académicos hubiese dejado al descubierto su trastorno.

o Trastorno del cálculo: Discalculia

La discalculia, acalculia o dificultades en el aprendizaje de las matemáticas


(DAM) es una dificultad de aprendizaje específica en matemáticas es el
equivalente a la dislexia solo que en lugar de tratarse de los problemas que
enfrenta un niño para expresarse correctamente en el lenguaje, se trata en esta
ocasión de dificultad para comprender y realizar cálculos matemáticos , afecta a
un porcentaje de la población infantil (entre el 3% y el 6%), y desafortunadamente
esta anomalía casi nunca se diagnostica y trata adecuadamente. Como la dislexia,
la discalculia puede ser causada por un déficit de percepción visual o problemas
en cuanto a la orientación El término discalculia se refiere específicamente a la
incapacidad de realizar operaciones de matemáticas o aritméticas. Es una
discapacidad relativamente poco conocida. De hecho, se considera una variación
de la dislexia. Quien padece discalculia por lo general tiene un cociente
intelectual normal o superior, pero manifiesta problemas con las matemáticas,
señas y direcciones, etc.

• Características:

La discalculia se caracteriza por la presencia de dificultades en:

• Perceptivo-visuales
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• Dificultades amnésicas
• Orientación espacial
• Esquema corporal
• Figura y longitud
• Distancia y tamaño

• Síntomas:

• Dificultades frecuentes con los números, confusión de los signos: +, -, / y ×,


reversión o transposición de números, etc.
• Dificultades con tablas de itinerarios, cálculo mental, señas y direcciones,
etc.
• Buena capacidad en materias como ciencias y geometría hasta que se
requiere un nivel más alto que exige usar las matemáticas.
• Dificultad con los conceptos abstractos del tiempo y la dirección.
• Incapacidad para realizar planificación financiera o presupuestos.
• Incapacidad para comprender y recordar conceptos, reglas, fórmulas,
secuencias matemáticas (orden de operaciones).
• Dificultad para llevar la puntuación durante los juegos.

o Trastorno de la expresión escrita: Disgrafia:

Se utiliza para designar el trastorno de la escritura que afecta a la forma o al


contenido y la manifiestan niños que no presentan problemas intelectuales,
neurológicos, sensoriales, motores, afectivos o sociales.
Como características disgráficas se señalan dos tipos de síntomas relacionados.

Los primeros, denominados signos secundarios globales, comprenden la


postura inadecuada, soporte incorrecto del instrumento (lápiz, bolígrafo, etc.), mala
presión del mismo o velocidad de escritura excesivamente rápida o lenta.

Por otra parte, los síntomas específicos, ponen su atención en elementos del
propio grafismo como gran tamaño de las letras, letras inclinadas, deformes,
excesivo espaciado entre letras o muy apiñadas, enlaces indebidos entre
grafemas, letras irreconocibles y, en definitiva, texto de difícil comprensión.

Para el establecimiento del diagnóstico de la disgrafía es necesario tener en


cuenta el factor edad, dado que este trastorno no empieza a manifestarse hasta
después de haber iniciado el período de aprendizaje (después de los 6-7 años).
No es adecuado el diagnóstico si se realiza antes de la edad indicada.

o Trastorno del aprendizaje no especificado:

En esta categoría la DSM-IV-TR incluye los trastornos que no cumplen los criterios
de cualquier trastorno especificado anteriormente. Esta categoría puede referirse a
deficiencias observadas en las tres áreas (lectura, cálculo y expresión escrita) que
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interfieran significativamente el rendimiento académico aún cuando el rendimiento
en las pruebas que evalúan cada una de las habilidades individuales, no se sitúe
sustancialmente por debajo de lo esperado, teniendo en cuenta la edad de la
persona, su CI y la enseñanza propia de su edad.

• Trastorno de las habilidades motoras: La característica esencial del


trastorno del desarrollo de la coordinación es una alteración significativa en
el desarrollo de la coordinación motora (Kaplan y Sadock, 1999). El
diagnóstico sólo se establece si interfiere significativamente con el
rendimiento académico o las actividades de la vida cotidiana, y además no
se deben a enfermedad médica (parálisis cerebral, hemiplejía o distrofia
muscular) y no se cumplen los criterios del trastorno generalizado del
desarrollo. También se ven afectadas la memoria de tareas motoras y la
integración de funciones motoras. Ninguna de estas funciones motoras
puede ser explicada por anormalidades neurológicas permanentes o
localizables o por interferencia mecánica.

Trastorno del desarrollo de la coordinación. En este apartado se consideran las


deficiencias del habla o del lenguaje:

o Trastorno del lenguaje expresivo:

El trastorno de expresión del lenguaje, se puede hacer evidente antes de los 3


años, este estado causa preocupación en los padres de los niños que parecen
inteligentes, pero todavía no hablan, o poseen poco vocabulario o baja
compresión. El período de 4 a 7 años resulta crucial. Normalmente a los 8 años,
queda establecida una de las dos direcciones evolutivas. El niño puede entonces
progresar hacia un lenguaje prácticamente normal, permaneciendo sólo defectos
sutiles y quizás síntomas de otros trastornos de aprendizaje. Alternativamente, el
niño puede permanecer incapacitado, mostrar un progreso lento y más tarde
perder algunas capacidades previamente adquiridas.

En este caso puede existir una disminución del CI no verbal, posiblemente debido
al fracaso en el desarrollo de la secuenciación, la categorización y de las
funciones corticales superiores relacionadas con ellas. El niño puede perder parte
de la inteligencia mostrada al principio y llegar a parecerse a un adolescente
retrasado mentalmente. En ambos casos, las complicaciones del trastorno del
lenguaje expresivo incluyen timidez, retraimiento y labilidad emocional.

A. Las puntuaciones obtenidas mediante evaluaciones del desarrollo del lenguaje


expresivo, normalizadas y administradas individualmente, quedan sustancialmente
por debajo de las obtenidas mediante evaluaciones normalizadas, tanto de la
capacidad intelectual no verbal como del desarrollo del lenguaje receptivo. El
trastorno puede manifestarse clínicamente a través de unos síntomas que incluyen
un vocabulario sumamente limitado, cometer errores en los tiempos verbales o

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experimentar dificultades en la memorización de palabras o en la producción de
frases de longitud o complejidad propias del nivel evolutivo del sujeto.

B. Las dificultades del lenguaje expresivo interfieren en el rendimiento académico


o laboral, o en la comunicación social.

C. No se cumplen criterios del trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo ni


del trastorno generalizado del desarrollo.

D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla, o privación ambiental,
las deficiencias del lenguaje deben exceder de las habitualmente asociadas a
tales problemas.

Nota de codificación: Si está presente un déficit sensorial o motor del habla o una
enfermedad neurológica, se codificará en el Eje III.

El individuo no puede expresar la idea en palabras y presenta también problemas


en la expresión no verbal. Se observan dificultades similares con la repetición, la
imitación y el señalar objetos con su nombre o actuar bajo órdenes.

o Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo:

El trastorno del lenguaje mixto receptivo-expresivo es el deterioro del desarrollo de


la comprensión del lenguaje que implica tanto a la decodificación (comprensión)
como a la codificación (expresión). Normalmente se observan múltiples déficits
corticales, incluyendo funciones sensoriales, integrativas, de memoria y de
secuenciación.

A. Las puntuaciones obtenidas mediante una batería de evaluaciones del


desarrollo del lenguaje receptivo y expresivo, normalizadas y administradas
individualmente, quedan substancialmente por debajo de las obtenidas mediante
evaluaciones normalizadas de la capacidad intelectual no verbal. Los síntomas
incluyen los propios del trastorno del lenguaje expresivo, así como dificultades
para comprender palabras, frases o tipos específicos de palabras, tales como
términos espaciales.

B. Las deficiencias del lenguaje receptivo y expresivo interfieren


significativamente en el rendimiento académico o laboral, o en la comunicación
social.

C. No se cumplen los criterios de trastorno generalizados del desarrollo.

D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla o privación ambiental,
las deficiencias del lenguaje exceden de las habitualmente asociadas a estos
problemas.

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o Trastorno fonológico:

Se caracteriza por la producción o articulación del sonido inapropiada, que se


observan en un vocabulario y gramática normales. Este deterioro en el aprendizaje
de los sonidos del lenguaje incluye sustituciones (gopa por ropa), omisiones (yuvia
por lluvia), adiciones (zabana por sábana) y distorsiones.

A. Incapacidad para utilizar los sonidos del habla esperables evolutivamente y


propios de la edad e idioma del sujeto (pe., errores de la producción, utilización,
representación u organización de los sonidos tales como sustituciones de un
sonido por otro (utilización del sonido /t/ en lugar de /k/ u omisiones de sonidos
tales como consonantes finales)).

B. Las deficiencias de la producción de los sonidos del habla interfieren en el


rendimiento académico o laboral, o en la comunicación social.

C. Si hay un retraso mental, un déficit sensorial o motor del habla, o una privación
ambiental, las deficiencias del habla exceden de las habitualmente asociadas a
estos problemas.

o Tartamudeo:

El tartamudeo es un trastorno del habla en el cual el flujo normal se interrumpe


mediante repeticiones frecuentes o la prolongación de sonidos, sílabas o palabras
o por la incapacidad de un individuo para comenzar una palabra. Las
interrupciones podrían estar acompañadas de guiños rápidos de los ojos,
temblores de los labios y/o de la mandíbula o muecas de la cara u otra parte
superior del cuerpo que una persona que tartamudea usa en un intento por hablar.
Ciertas situaciones, como hablar en frente de un grupo de personas o hablar por
teléfono, tienden a hacer que el tartamudeo se vuelva más severo, mientras que
otras situaciones, como cantar o hablar solo, a menudo lo mejoran.

El tartamudeo también se conoce como balbuceo, especialmente en Inglaterra, y


por un término más amplio, el del habla sin fluidez. El tartamudeo también se
diferencia de otros dos trastornos adicionales de fluidez del lenguaje--el lenguaje
desordenando, caracterizado por un lenguaje irregular y rápido; y la disfonía
espasmódica, un trastorno de la voz.

o Trastorno de la comunicación no especificado:

Esta categoría se reserva para trastornos de la comunicación que no cumplen los


criterios de ningún trastorno de la comunicación específico; por ejemplo, un
trastorno de la voz (esto es, una anormalidad del volumen, calidad, tono o
resonancia vocales).

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• Trastornos generalizados del desarrollo: son déficits graves y
alteraciones en diversas áreas del desarrollo, como la interacción social, la
comunicación, o en la existencia de comportamientos, intereses o aptitudes
estereotipadas. Se incluyen:
o Trastorno autista:

El autismo es un trastorno del desarrollo, permanente y profundo. Afecta a la


comunicación, imaginación, planificación y reciprocidad emocional. Los síntomas,
en general, son la incapacidad de interacción social, el aislamiento y las
esterotipias (movimientos incontrolados de alguna extremidad, generalmente las
manos.

o Trastorno de Rett:

El síndrome de Rett es una grave patología neurológica, que afecta la gran


mayoría de las veces a sujetos del sexo femenino. La enfermedad es congénita,
aunque no es evidente en un primer momento, y se manifiesta durante el segundo
año de vida y, en todo caso, dentro de los 4 primeros años. Afecta
aproximadamente a 1 persona por cada 10,000. Pueden observarse graves
retrasos en la adquisición del lenguaje y en la adquisición de la coordinación
motriz. A menudo, está asociado con retraso mental grave o leve. La pérdida de
las capacidades es por lo general persistente y progresiva.El síndrome de Rett
provoca graves discapacidades a muchos niveles, causando al enfermo ser
dependiente de los demás para toda la vida. Toma su nombre de Andreas Rett, el
profesor que primero la describió y la estudio, en 1966.

SÍNTOMAS (D.S.M.- IV):

Tienen que darse todas estas características:


• Desarrollo prenatal y perinatal aparentemente normales.
• Desarrollo psicomotor aparentemente normal en los 5
primeros meses de vida.
• Perímetro cefálico normal en el nacimiento.

Aparición de las características siguientes tras un primer desarrollo normal:

• Desaceleración del crecimiento cefálico de los 5 a los 48


meses.
• Pérdida entre los 5 y los 30 meses, de acciones propositivas
adquiridas previamente con desarrollo subsiguiente de esterotípias
(lavado o retorcimiento de manos).

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• Pérdida de relación social al principio del trastorno (aunque
luego pueden desarrollarse algunas capacidades de relación).
• Aparición de movimientos poco coordinados de tronco o
deambulación.
• Deficiencia grave del lenguaje expresivo y receptivo y retraso
psicomotor grave.

o Trastorno desintegrativo infantil:

El trastorno o síndrome desintegrativo de la infancia, también conocido como


síndrome de Heller o psicosis desintegrativa, es una enfermedad rara
caracterizada por una aparición tardía (>3 años de edad) de retrasos en el
desarrollo del lenguaje, la función social y las habilidades motrices. Los
investigadores no han tenido éxito al encontrar una causa para este desorden.

Es algo similar al autismo, pero se suele observar un periodo aparente de


desarrollo bastante normal antes de aparecer una regresión (o serie de
regresiones) en las habilidades. Muchos niños ya se encuentran con algo de
retraso cuando la enfermedad se hace patente, pero estas demoras no son
siempre obvias en los niños más pequeños.

La edad en la cual sobreviene esta regresión varía, y puede ocurrir entre los 2 y
los 10 años.

La regresión puede ser muy repentina, y el niño puede expresar incluso su


preocupación sobre lo que está sucediendo, para sorpresa de los padres. Algunos
niños describen o parecen estar reaccionando ante alucinaciones, pero el síntoma
más obvio es que las habilidades adquiridas aparentemente se pierden.

Este trastorno tiene como característica determinante la existencia de un periodo


de desarrollo normal que alcanza por lo menos hasta los 2 años, manifestado por
la presencia de comunicación verbal y no verbal, relaciones sociales, juego y
comportamiento adaptativo apropiados a la edad del sujeto.

Perdida clínicamente significativa de habilidades previamente adquiridas (antes


de los 10 años de edad) en por lo menos dos de las siguientes áreas:

1. Lenguaje expresivo o receptivo


2. Habilidades sociales o comportamiento adaptativo
3. Control intestinal o vesical
4. Juego
5. Habilidades motoras

• Anormalidades en por lo menos dos de las siguientes áreas:

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1. Alteración cualitativa de la interacción social
2. Alteraciones cualitativas de la comunicación
3. Patrones de comportamiento, intereses y actividades, repetitivos y
estereotipados, en los que se incluyen estereotipias motoras y manierismos.
• El trastorno no se explica mejor por la presencia de otro
trastorno generalizado del desarrollo o de esquizofrenia.
o Trastorno de Asperger:

El síndrome o trastorno de Asperger es un trastorno neuromental que forma


parte del espectro de trastornos autísticos. Se encuadra dentro de los trastornos
generalizados del desarrollo (DSM-IV-Tr). Sus características fueron descritas por
Wing y Gold. El término fue utilizado por primera vez por Lorna Wing en 1981 en
un periódico médico, bautizándolo en honor a Hans Asperger, un psiquiatra y
pediatra austríaco.

CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO DEL DSM IV

Trastorno cualitativo de la relación, expresado como mínimo en dos de las


siguientes manifestaciones:

• Trastorno importante en muchas conductas de relación no


verbal, como la mirada a los ojos, la expresión facial, las posturas
corporales y los gestos para regular la interacción social.
• Incapacidad para desarrollar relaciones con iguales
adecuadas al nivel evolutivo.
• Ausencia de conductas espontáneas encaminadas a
compartir placeres, intereses o logros con otras personas (por
ejemplo, de conductas de señalar o mostrar objetos de interés).
• Falta de reciprocidad social o emocional.

Patrones de conducta, interés o actividad restrictivos, repetidos y


estereotipados, expresados como mínimo en una de las siguientes
manifestaciones:
• Preocupación excesiva por un foco de interés (o varios)
restringido y estereotipado, anormal por su intensidad o contenido.
• Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales
específicos y no funcionales.
• Estereotipias motoras repetitivas (por ej. Sacudidas de manos,
retorcer los dedos, movimientos complejos de todo el cuerpo, etc.)
• Preocupación persistente por partes de objetos.

El trastorno causa una discapacidad clínicamente significativa en el área social,


ocupacional y en otras áreas importantes del desarrollo.

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No existe un retraso clínicamente significativo en el lenguaje (pe. Palabras sueltas
a la edad de 2 años, frases comunicativas a los 3 años)

No existe un retraso clínicamente significativo para su edad cronológica, en el


desarrollo cognitivo, de habilidades de auto-ayuda y comportamiento adaptativo
(salvo en la interacción social), o de curiosidad por el entorno.

No se cumplen los criterios de otro trastorno generalizado del desarrollo, o de


esquizofrenia.

o Trastorno generalizado del desarrollo no especificado:

Se trata de una categoría residual que se usara para aquellos trastornos que se
ajustan a la descripción general de trastornos generalizados del desarrollo pero no
cumplen los criterios de ninguno de los apartados.

• Trastornos por déficit de atención y comportamiento perturbador:


incluyen trastornos cuyas características son la desadaptación
impulsividad-hiperactividad, o trastornos del comportamiento perturbador
(violación de derechos de otros, hostilidad, conducta desafiante). Están
incluidos:
o Trastorno por déficit de atención con hiperactividad o sin ella:

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un síndrome


conductual con bases neurobiológicas y un fuerte componente genético. Es un
trastorno muy prevalente que, según estimaciones, afecta a entre un 5% y un 10%
de la población infanto-juvenil, siendo unas 3 veces más frecuente en varones. No
se han demostrado diferencias entre diferentes áreas geográficas, grupos
culturales o niveles socioeconómicos. Representa entre el 20% y el 40% de las
consultas en los servicios de psiquiatría infanto-juvenil.

Se trata de un trastorno neurológico del comportamiento caracterizado por


distracción moderada a severa, períodos de atención breve, inquietud motora,
inestabilidad emocional y conductas impulsivas.

Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención
o un esfuerzo mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad intrínsecos
(p. ej., escuchar al maestro en clase, hacer los deberes, escuchar o leer textos
largos, o trabajar en tareas monótonas o repetitivas).

o Trastorno disocial:

El Trastorno Disocial se refiere a la presencia recurrente de conductas


distorsionadas, destructivas y de carácter negativo, además de transgresoras de
las normas sociales, en el comportamiento del individuo. Este trastorno supone un
problema clínico importante por sus características intrínsecas - implica un
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desajuste social-, sus posibles consecuencias - una parte importante de los
niños/as que lo padecen mostrará algún tipo de desajuste en la edad adulta- y por
su frecuencia - es el más comúnmente diagnosticado.

El trastorno causa además un deterioro del funcionamiento a nivel social,


académico y/u ocupacional clínicamente significativo. En los niños/as
diagnósticados con este trastorno: frecuentemente intimidan o acosan a otros,
suelen iniciar peleas físicas, han usado algún arma que puede causar un daño
físico a otros, han sido crueles físicamente con animales o con personas, han
afrontado y robado a una víctima, han causado fuegos con la intención de causar
un daño serio, frecuentemente mienten para conseguir favores o evitar
obligaciones, huyen del hogar durante la noche mientras están viviendo en el
hogar familiar.

El afán objetivista de las clasificaciones psiquiátricas unido a la variedad de


matices que pueden encontrarse en el Trastorno de Conducta, han ocasionado el
establecimiento de distintas clasificaciones de éste. Así, el DSM-IV distingue en
base a criterios de edad, entre:

• Inicio en la Infancia: la aparición de algunos de los criterios propios del


Trastorno de Conducta es anterior a los 10 años.

• Inicio en la Adolescencia: la aparición de los criterios del Trastorno de


Conducta es posterior a los 10 años.

Si bien, la utilidad de esta distinción no está clara, se sabe que existe un peor
pronóstico para los trastornos de inicio temprano.

Por su parte, la CIE-10 hace una clasificación del Trastorno de Conducta según
factores contextuales y de socialización, estableciendo:

• Trastorno Disocial limitado al Contexto Familiar: en él las conductas del


niño/a presentan un adecuado ajuste con las personas y situaciones
externas al medio familiar, y sin embargo desajustado en lo referente a la
familia. Las manifestaciones más comunes son robos en el hogar, actos
destructivos y acciones violentas contra miembros de la familia.

• Trastorno Disocial en niños/as no socializados: las conductas propias del


Trastorno de Conducta se ven acompañadas por una falta de integración
efectiva, fruto de la carencia de habilidades para el establecimiento de
relaciones adecuadas con los compañeros/as, de manera que el niño/a se
sentirá frecuentemente aislado, rechazado, será impopular y no disfrutará
de relaciones afectivas recíprocas y sinceras.

• Trastorno Disocial en niños/as socializados: el individuo presenta un grado


de integración adecuado al menos con algunos compañeros de la misma

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edad. Esto no implica que para establecer este diagnóstico, el trastorno
deba obligatoriamente presentarse cuando el individuo forma parte de un
grupo, es independiente.

El matiz en este subtipo, recae sobre la idea de que el niño/a posee las
habilidades necesarias para establecer interacciones valiosas.

o Trastorno negativista desafiante:

Para el establecimiento del diagnóstico según este manual, han de estar


presentes al menos en los últimos 6 meses cuatro de las siguientes conductas
características del trastorno: la frecuente pérdida de los nervios, discusiones
repetidas con los adultos, continuas y deliberadas molestias a otras personas,
censuras a otros por sus errores, se molestan fácilmente con otros, suelen
enfadarse y estar resentidos y suelen mostrarse con frecuencia rencorosos y
vengativos. El trastorno en general, hace referencia a la manifestación de conductas
excesivamente groseras, de rebeldía ante la autoridad y provocativas. Son más
frecuentes con niños/as y adultos que el sujeto conoce bien, por lo que la aparición de
éstas es más frecuente en el hogar y pueden no darse en el ámbito escolar.

Esta posible variedad intersituacional de la conducta puede dificultar el


diagnóstico, y hay que tener prudencia porque aún dentro de la normalidad, las
conductas insolentes y desafiantes son frecuentes en niños/as y adolescentes. El
trastorno es más habitual en niños/as que han mostrado en la edad preescolar
problemas de temperamento y alta actividad motora. También suele aparecer
asociado al Déficit de Atención con Hiperactividad y a los Trastornos del Lenguaje
y de la Comunicación. Al mismo tiempo, los niños/as con este trastorno suelen
presentar a lo largo de los años escolares baja autoestima, humor variable, baja
tolerancia a la frustración.

En lo que respecta al curso del trastorno, éste suele aparecer, de forma gradual,
antes de los 8 ó 9 años y preferentemente en el ámbito familiar para luego
extenderse a otros. Un inicio temprano suele ser indicio de futuros trastornos de
conducta. La presencia del trastorno es más común en familias en las que existe
un problema en la relación de pareja, o en las que alguno de los progenitores
posee una historia de Trastorno de Conducta, Trastornos del Humor, de la
Hiperactividad o de la Personalidad Antisocial.

Características:

1. Pierde los estribos frecuentemente


2. Discute con adultos frecuentemente
3. Activamente desafía o rehúsa a acatar las peticiones o reglas de los
adultos, frecuentemente
4. Deliberadamente irrita a la gente, frecuentemente
5. Frecuentemente culpa a otros por sus errores o mala conducta
6. Con frecuencia es fácilmente irritado por los demás
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7. Con frecuencia está enojado y resentido
8. Con frecuencia es rencoroso o vengativo

o Trastorno de comportamiento perturbador no especificado:

Esta categoría incluye trastornos caracterizados por un comportamiento


negativista desafiante que no cumple los criterios de trastorno disocial ni de
trastorno negativista desafiante.

• Trastornos de la ingestión y de la conducta alimentaria de la infancia o


la niñez: consisten en diversas alteraciones, que se dan de manera
persistente en la conducta alimentaria de niños y adolescentes. Éstas
constituyen:
o Trastorno de pica:

La Pica es, según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales


(DSM), un trastorno de la ingestión y de la conducta alimentaria. Conocido como
una variante de un tipo de trastorno alimentario en el que existe un deseo
irresistible de comer o lamer sustancias no nutritivas y poco usuales como tierra,
tiza, yeso, virutas de la pintura, bicarbonato de sosa, almidón, pegamento, moho,
cenizas de cigarrillo, insectos, papel o cualquier otra cosa que no tiene, en
apariencia, ningún valor alimenticio.

(Ingestión persistente de sustancias no nutritivas durante un periodo de por lo


menos de un mes, es una ingestión inapropiada para el nivel de desarrollo, dicha
conducta no forma parte de las prácticas sancionadas culturalmente)

o Trastorno de rumiación:

Regurgitaciones y nuevas masticaciones repetidas de alimento durante un periodo


de por lo menos un mes después de un periodo de funcionamiento normal, la
conducta no se debe a una enfermedad gastrointestinal ni a otra enfermedad
médica asociada, no aparece exclusivamente en el transcurso de una anorexia
nerviosa o de una bulimia nerviosa.

o Trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o la niñez:

Alteración de la alimentación manifestada por una dificultad persistente para


comer adecuadamente, con incapacidad significativa para aumentar de peso o con
pérdidas significativas de peso durante por lo menos un mes, la alteración no se
debe a una enfermedad gastrointestinal ni a otra enfermedad médica asociada, el
trastorno no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental, su inicio es
anterior a los 6 años de edad.

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• Trastornos de tics: se definen como movimientos o vocalizaciones
involuntarias, repentinas, rápidas, recurrentes, arrítmicas y estereotipadas.
Los trastornos por tics son anomalías estereotipadas del movimiento
semiinvoluntario, que presumiblemente está relacionado con una disfunción
en los ganglios basales que están situados en una posición a mitad de
camino entre los centros superiores e inferiores del cerebro.
o Trastorno de La Tourette:

El trastorno lleva el nombre del médico Georges Gilles de la Tourette, neurólogo


pionero francés quien en 1885 publicó un resumen de nueve casos de personas
con reflejos involuntarios ; Por lo general, los síntomas de ST se manifiestan en
el individuo antes de los 18 años de edad. El ST puede afectar a personas de
cualquier grupo étnico, aunque los varones lo sufren unas 3 ó 4 veces más que las
mujeres. El curso natural de ST varía entre pacientes. A pesar de que los
síntomas de ST oscilan entre leves hasta muy severos, en la mayoría de los casos
son moderados. Aunque la causa del síndrome de Tourette es desconocida, las
investigaciones actuales revelan la existencia de anormalidades en ciertas
regiones del cerebro (incluyendo los ganglios basales, lóbulos frontales y corteza
cerebral), los circuitos que hacen interconexión entre esas regiones y los
neurotransmisores (dopamina, serotonina y norepinefrina) que llevan a cabo la
comunicación entre las células nerviosas. Dada la presentación frecuentemente
compleja del síndrome de Tourette, la causa del trastorno seguramente es
igualmente compleja.

o Trastorno de tics motores o vocales crónicos:

Para el DSM-IV-TR este trastorno se caracteriza por la aparición de tics vocales o


motores, simples o múltiples, varias veces al día, casi cada día, durante un
periodo de más de un año y sin periodos libres de síntomas de más de tres meses
seguidos.

• A. En algún momento a lo largo de la enfermedad ha habido tics vocales o


motores simples o múltiples (esto es, vocalizaciones o movimientos súbitos,
rápidos, recurrentes, no rítmicos ni estereotipados), pero no ambos.
• B. Los tics aparecen varias veces al día, casi cada día o intermitentemente
a lo largo de un período de más de 1 año, y durante este tiempo nunca hay
un período libre de tics superior a 3 meses consecutivos.
• C. La alteración causa un notable malestar o deterioro significativo social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
• D. El inicio es anterior a los 18 años de edad.
• E. El trastorno no se debe a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (por ej., estimulantes) ni una enfermedad médica (por ej., Corea
de Huntington o encefalitis postvírica).
• F. Nunca se han satisfecho criterios del Trastorno de la Tourette.
16
o Trastorno de tics transitorios:

El trastorno por tics transitorios se define como la presencia de uno o más tics
vocales o motores, o ambos. Los tics se producen varias veces al día, casi todos
los días y por lo menos cuatro semanas, pero no más de 12 meses. Las demás
características son iguales que el Trastorno de la Tourette. Según el DSM-IV debe
debutar antes de los 18 años de edad. Aunque pueden observarse episodios
aislados, pueden aparecer de nuevo episodios recurrentes que continúan a lo
largo de los años.

En la aparición del trastorno por tics transitorios influyen tanto los factores
genéticos como los psicosociales. Los tics de carácter orgánico tienen más
posibilidades de progresar a Trastorno de la Tourette y de presentar historia
familiar con tics, mientras que los psicógenos suelen remitir espontáneamente.
Los episodios se presentan generalmente en período de estrés o excitación
importante, lo que contribuye a la presentación transitoria y a la variabilidad de la
intensidad del síntoma.

• A. Tics motores y/o vocales simples o múltiples (esto es, vocalizaciones o


movimientos súbitos, rápidos, recurrentes, no rítmicos y estereotipados).
• B. Los tics aparecen varias veces al día, casi cada día durante por lo menos
4 semanas, pero no más de 12 meses consecutivos.
• C. La alteración causa un notable malestar o un deterioro significativo
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
• D. El inicio es anterior a los 18 años de edad.
• E. La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (por ej., estimulantes) ni a una enfermedad médica (por ej., Corea
de Huntington o encefalitis postvírica).
• F. Nunca se han cumplido criterios de trastorno de la Tourette ni de
trastornos por tics motores o vocales.

o Trastorno de tics no especificado:


Esta categoría comprende trastornos caracterizados por tics pero no cumplen los
criterios de un trastorno por tics específico. Los ejemplos incluyen tics que duran
menos de 4 semanas o tics que se inician despúes de los 18 años de edad.

El Trastorno de la Tourette y los trastornos por tics tienen límites indefinidos para
su diagnóstico con el TDAH y el trastorno obsesivo - compulsivo.
También pueden estar asociados con el Trastorno Disocial, Trastorno del
Aprendizaje, Trastorno generalizado del Desarrollo y Retraso Mental.
El Trastorno de la Tourette puede afectar severamente la autoestima y las
habilidades sociales y laborales del individuo.

17
• Trastornos de la eliminación: trastornos cuya característica es la
eliminación de heces y orina en lugares inadecuados y de manera
persistente. Son:
o Encopresis:

Se denomina Encopresis a la incontinencia de materia fecal después de los 4 años


de edad. Es el paso voluntario o involuntario de heces .que comprende desde el
simple manchado de la ropa interior a la evacuación de mayores cantidades de
heces, en lugares no adecuados para este propósito, de acuerdo con las pautas
socioculturales propias del lugar. El niño puede no padece ninguna afección
orgánica.

El trastorno puede ser la expresión de la continuidad de una incontinencia


fisiológica infantil, aparecer después de haber adquirido el control de los esfínteres
o consistir en la deposición deliberada, aun cuando exista un control normal de los
esfínteres. El cuadro puede presentarse como una alteración aislada o puede
formar parte de un síndrome más amplio, en especial de un trastorno de las
emociones o de un trastorno disocial
La emisión inadecuada de heces, la cual puede manifestarse de diferentes formas,
puede estar manifestando
• La expresión de una enseñanza inadecuada del control de
esfínteres o de un fallo en el aprendizaje de dicha enseñanza, con
antecedentes de un continuo fracaso del control de los esfínteres.
• La expresión de un determinado trastorno psicológico en el
cual hay un control fisiológico normal de la función, pero que por
alguna razón hay un rechazo, resistencia o fracaso a la aceptación
de las normas sociales sobre el defecar en los lugares adecuados.
• La consecuencia de una retención fisiológica que termina con
un desbordamiento secundario y deposición de heces en lugares no
adecuados. Esta retención puede haber tenido origen en las
consecuencias de tensiones entre padres e hijos sobre el
aprendizaje del control de esfínteres, de la retención de heces a
causa de una defecación dolosa (por ejemplo, como a consecuencia
de una fisura anal) o por otras razones.

Algunas causas

• Predisposición física a la ineficaz motilidad y funcionamiento intestinal


• Tratamientos prolongados con laxantes y supositorios.
• Fisuras anales.
• Constipación.
• Pacientes con constipación que inician dietas para el estreñimiento.
• Causas de origen emocional.
• Frecuente en niños autistas o con severos desórdenes emocionales.

18
Los casos emocionales son muy habituales, ya que un niño bajo muchas
presiones familiares puede expresarlo en el control de esfínteres.

Es usual encontrar esta patología en niños que fueron exigidos en exceso durante
el fin del uso de los pañales o a mayor edad con el fin de "regulizar" la evacuación
del intestino en la pelela o inodoro.

El niño puede percibir la evacuación como una experiencia negativa y retener las
heces por temor a las consecuencias de ensuciarse y lógicamente mientras más
retenga peor serán las consecuencias y desembocar en una encopresis.

A cualquier edad las tensiones psicosociales o las enfermedades pueden


determinar la regresión del control de esfínteres o una alteración de los
hábitos intestinales que puede potenciar la encopresis.

En algunas ocasiones la encopresis puede ir acompañada de untar con heces el


propio cuerpo o el medio circundante y menos frecuentemente por manipulaciones
o masturbaciones anales. Con frecuencia se acompaña de algún grado de
trastorno de las emociones o del comportamiento. No esta clara la línea de
separación entre la encopresis que acompaña a algún trastorno de las emociones
o del comportamiento y los trastornos psiquiátricos en los que la encopresis es
uno de sus síntomas. El criterio diagnóstico recomendado es codificar la
encopresis si es la manifestación predominante y si el otro trastorno no lo es
(siempre que la frecuencia de la encopresis sea al menos de una vez por mes). No
es rara la asociación de encopresis y enuresis, en este caso la encopresis tiene
preferencia sobre la enuresis.

La encopresis es más común durante el día que por la noche.

o Enuresis (no debida a una enfermedad médica):

La enuresis es un término médico que se define como la persistencia de


micciones incontroladas más allá de la edad en la que se alcanza el control vesical
(4-5 años como edad extrema).

Enuresis diurna

Su prevalencia es notablemente inferior a la nocturna, dandose en el 10% de la


población infantil entre 4 y 6 años. La padecen el doble de niñas que de niños, al
contrario que en la nocturna. Es más frecuente en niños con problemas mentales.

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Enuresis nocturna

La enuresis nocturna es la pérdida involuntaria de orina que sucede durante el


sueño. Esta enfermedad, al igual que el sonambulismo y los terrores nocturnos, es
otra parasomnia que se produce durante el sueño de ondas lentas.

Enuresis nocturna primaria

En la enuresis nocturna primaria, los trastornos psicológicos casi siempre son el


resultado de una enuresis y solo raramente son la causa.

Según la Asociación Americana de Psiquiatría las posibles etiologías de la


enuresis nocturna primaria consisten en un retraso del desarrollo, un factor
genético, desórdenes del sueño y alteraciones de los niveles de hormona
antidiurética (ADH). Por otra parte, siempre se deben excluir causas secundarias
como alteraciones neurológicas, infecciones urinarias y malformaciones
anatómicas de ureteres, vejiga y uretra.

Antes de los 5 o 6 años de edad, la enuresis nocturna debe considerarse


probablemente como una característica normal del desarrollo. Este trastorno suele
mejorar de forma espontánea en la pubertad, y tiene una prevalecencia en la
adolescencia tardía del 1 a 3%, siendo poco frecuente en la edad adulta. La edad
umbral para el inicio del tratamiento depende de la preocupación de los padres y
del paciente con respecto al problema. La persistencia de la enuresis en la
adolescencia y en la edad adulta puede reflejar la presencia de SIDA, gonorrea, u
otras enfermedades de transmisión sexual.

Enuresis nocturna secundaria

En los individuos de mayor edad con enuresis se debe establecer una distinción
entre la enuresis primaria y la secundaria; esta última se define como la enuresis
en pacientes que han sido completamente continentes durante 6 a 12 meses. A
diferencia de la eneuresis nocturna primaria, en la secundaria casi siempre la
causa es psicológica. Entre las causas más importantes de enuresis secundaria
hay que citar los trastornos emocionales, las infecciones del aparato urinario, las
lesiones de la cauda equina, la epilepsia, la apnea del sueño y las malformaciones
del aparato urinario. En los pacientes con enuresis secundaria, se debe descartar
la presencia de alguna causa subyacente.

• Otros trastornos de la infancia, la niñez o la adolescencia: Este


apartado es el "cajón de sastre" del DSM-IV. Incluye 5 cuadros diagnósticos
que no se han encuadrado en los epígrafes anteriores. Son : mutismo
selectivo, trastorno de ansiedad, trastorno reactivo de vinculación, trastorno
por estereotipias/hábitos Veamos los otros 4 trastornos:

o Trastorno de ansiedad por separación:


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Definido como ansiedad excesiva para la edad frente a la separación del hogar o
de seres queridos.

La ansiedad de separación se caracteriza por los siguientes síntomas:

• Signos de estrés al ser separado del sujeto motivo del apego (tal como un
otro significativo, madre u hogar).
• Preocupación persistente y excesivo acerca de perder el sujeto motivo del
apego
• Preocupación persistente y excesivo acerca de que algún evento vaya a
llevar a la separación de un sujeto motivo de un apego importante
• Temor excesivo a estar solo sin el sujeto motivo del apego
• Renuencia o rechazo a dormir sin que esté cerca un sujeto motivo del
apego
• Pesadilla recurrente acerca de la separación

A menudo el trastorno por ansiedad de separación es un síntoma de una


condición comórbida. Existen estudios que muestran que los niños y niñas que
sufren del TAS tienen mayores probabilidades de tener TDAH, trastorno afectivo
bipolar, trastorno de pánico y otros desórdenes luego en la vida.

o Mutismo selectivo:

Cuando el niño o adolescente no habla en situaciones específicas, como sociales,


pero en otras no tiene problemas de lenguaje.

Consiste en un rechazo a hablar en situaciones sociales (incluída la escuela) que


se manifiesta en forma de negativa persistente, y sin que exista incapacidad
derivada de algún trastorno lingüístico, mental o del desarrollo. Lógicamente no se
diagnostica mutismo electivo si un síntoma parecido se presenta como expresión
de una fobia social, de una depresión mayor o de una esquizofrenia.

A pesar de que se considera que el mutismo electivo no se debe a un retraso


lingüístico, ambos procesos pueden presentarse asociados, de la misma forma
que también puede haber dislalias, disartrias, timidez, retraimiento, rechazo
escolar y trastornos funcionales de la conducta. Se considera que los retrasos de
lenguaje, así como la sobreprotección materna, traumas psicológicos y
hospitalización, pueden actuar como elementos predisponentes. Con pragmático
eclecticismo el DSM-IV advierte que el curso puede ser breve y benigno, o bien
desarrollarse durante años, causando pocos problemas o bien altos grados de
limitación social y escolar, junto a la posibilidad de complicarse por fracaso escolar
y/o rechazo y burla por parte de compañeros.

En niños de familias emigrantes puede verse un rechazo a hablar la nueva lengua.


Tal trastorno puede diagnosticarse como mutismo electivo si existe una adecuada
comprensión del nuevo idioma pero persiste la negativa a hablarlo.

21
o Trastorno reactivo de la vinculación de la infancia o la niñez:

Dado por una relación social manifiestamente alterada, generalmente causada por
crianza patógena.

Este trastorno se asocia a una falta de cuidados, ya sea por descuido de las
necesidades emocionales básicas, descuido de las necesidades físicas (nutrición,
vivienda, prevención de ataques) y/o repetidos cambios de cuidador principal que
impide el desarrollo de unos vínculos estables.

Podemos diagnosticar trastorno reactivo de la vinculación si tenemos datos que


hagan presumir que la falta de cuidados reseñada provoca:

a) fracaso persistente para iniciar o responder a la mayoría de interacciones


sociales (por ejemplo, en niños, falta de contacto visual y juego recíproco, falta de
imitación verbal, apatía, etc.); y

b) sociabilidad indiscriminada, por ejemplo familiaridad excesiva con extraños.

A menudo el cuadro se asocia a signos de mal desarrollo físico a causa de los


insuficientes cuidados. En ocasiones se presenta junto a síntomas de maltrato
físico. Síntomas asociados suelen ser trastornos de la conducta alimentaria
(regurgitación, vómito...), trastornos del sueño e hipersensibilidad al contacto y a
los ruidos.

A veces la falta de cuidados es sutil: por ejemplo, falta de contacto cuerpo a


cuerpo en niños colocados en incubadoras, trastornos psicológicos (depresión
entre ellos) de los cuidadores que provocan su alejamiento afectivo del niño, etc.

Lógicamente la presencia de cuadros más graves (retraso mental, trastornos del


desarrollo, autismo, anomalías neurológicas, ceguera, hipoacusia, defectos
multisensoriales, etc.) excluye el diagnóstico de trastorno de vinculación.

o Trastorno de movimientos estereotipados:

Trastorno por movimiento repetitivo aparentemente impulsivo, estereotipado y no


funcional que causa malestar en el sujeto.

Se refiere a una serie de conductas voluntarias, repetitivas, sin finalidad alguna,


como chuparse el dedo, agitar la mano, balancear el cuerpo, cabecear, morder
objetos, morderse las uñas (onicofagia) u otras partes del cuerpo, hurgarse la
nariz, arrancarse pelo (tricotilofilia), rechinar de dientes (bruxismo), frotarse los
ojos, hurgarse el ano, abofetearse, golpearse la mano, contener la respiración,
tragar aire (aerofagia) o rascarse la piel. Para constituir un verdadero trastorno,
debe causar algún tipo de lesión física, o interferir notablemente con las

22
actividades normales. Lógicamente se excluyen aquéllos hábitos motores que
pudieran encuadrarse en el diagnóstico de tics.

Las formas graves de estereotipias/hábitos se presentan asociadas al retraso


mental y al retraso del desarrollo, especialmente aquéllas que causan más
autolesión y/o más autolimitación. Las formas "menores" pueden aparecer en
cualquier niño, asociadas o no a estados de ansiedad o de depresión.

o Trastorno de la infancia, la niñez o la adolescencia no


especificado:

Es aquel que puede poseer diversos trastornos mencionados anteriormente.

Delirium, demencia, trastornos amnésicos y otros trastornos cognoscitivos

El manual los define como un déficit clínicamente significativo en las funciones


cognoscitivas o en la memoria que representa un cambio en relación con el nivel
previo de actividad. Pueden ser:

• Delírium o delirio: es el fenómeno agudo, de corta duración, que se


caracteriza por una disfunción cerebral global. Hay muchos factores que lo
pueden producir, esta clasificación recoge los siguientes:

o Delírium debido a enfermedad médica:

Los trastornos del Delirium tienen en común la alteración de la conciencia y de las


funciones cognoscitivas que no puede ser explicado por la preexistencia o
desarrollo de una demencia. La alteración se desarrolla a lo largo de un breve
período de tiempo y tiende a fluctuar a lo largo del día.

El delirium es un trastorno potencialmente reversible que suele aparecer de


manera repentina. Disminuye la capacidad para prestar atención, la persona está
confusa, desorientada y es incapaz de pensar con claridad. (Merck,1989)

• Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de atención


al entorno) con disminución de la capacidad para centrar, mantener o dirigir
la atención.
• B. Cambio en las funciones cognoscitivas (como déficit de memoria,
desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración
perceptiva que no se explica por la existencia de una demencia previa o en
desarrollo.
• C. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente
en horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día.
• D. Demostración a través de la historia, de la exploración física y de las
pruebas de laboratorio de que la alteración es un efecto fisiológico directo
de una enfermedad médica.
23
o Delírium inducido por sustancias:
El delirium que se presenta como consecuencia de la intoxicación por sustancias
puede desarrollarse en un período de minutos u horas después de la ingestión de
dosis relativamente altas de diversas drogas como Cannabis, cocaína y
alucinógenos.

No obstante, existen sustancias que por sus características (vida media larga)
pueden retrasar el inicio del delirium, tal es el caso del diacepam. Aunque por lo
general el delirium suele resolverse en pocas horas o días tras la desaparición de
la intoxicación, existen sustancias que pueden prolongar dicho trastorno, en
concreto se ha observado que la intoxicación con fenciclidina (anestésico
intravenoso) prolonga la duración del delirium principalmente en individuos que
padecen lesiones cerebrales, en ancianos y en individuos que están tomando
simultáneamente varias sustancias. Así mismo, el tiempo transcurrido entre la
toma de una sustancia y el inicio del delirium debido a intoxicación puede ser más
reducido en individuos con un bajo aclaramiento debido, por ejemplo, a una
enfermedad renal o hepática.

La población que presenta un mayor riesgo de delirium por intoxicación de


sustancias son:

• pacientes con problemas médicos severos,


• pacientes de edad avanzada con problemas médicos múltiples,
• pacientes con problemas de adicción al alcohol y otras drogas,
• pacientes con exposición a neurotóxicos químicos.

o Delírium por abstinencia de sustancias:

El delirium por abstinencia de sustancias se desarrolla, sobre todo en un adicto, a


medida que la concentración de la sustancia (alcohol, sedantes, hipnóticos o
ansiolíticos), en los tejidos y el plasma va disminuyendo como consecuencia de la
reducción o cese de su consumo a dosis altas.

En el caso de individuos que presentan bajo aclaramiento, sufren interacciones


farmacológicas o toman varias sustancias simultáneamente, el delirium puede
aparecer tras la reducción o eliminación de las dosis más bajas. La duración del
trastorno depende de la vida media de la sustancia ingerida mostrándose una
abstinencia más prolongada en el caso de sustancias de acción prolongada.
Generalmente el delirium por abstinencia de sustancias puede mantenerse desde
unas horas hasta 2-4 semanas.

El delirium por abstinencia de sustancias puede ser desencadenado por los


24
siguientes tipos de sustancias: alcohol (conocido como “delirium tremens”);
sedantes, hipnóticos y ansiolíticos, y otras sustancias desconocidas.

1. Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de prestar


atención al entorno) con reducción de la capacidad para centrar, mantener o
dirigir la atención.
2. Cambio en las funciones cognoscitivas (como deterioro de la memoria,
desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración
perceptiva que no se explica por una demencia previa o en desarrollo.
3. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en
horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día.
4. Demostración, a través de la historia, de la exploración física y de las
pruebas laboratorio, de que los síntomas de los Criterios A y B se presentan
durante poco o después de un síndrome de abstinencia.
o Delírium debido a múltiples etiologías:

Esta categoría hace referencia a todos aquellos casos en los que el delirium es
debido a más de una etiología, como ocurre, especialmente, en enfermos críticos
y ancianos hospitalizados. Puede haber más de una enfermedad médica
relacionada etiológicamente con el delirium o bien dicho trastorno puede deberse
a los efectos combinados de una enfermedad médica y el consumo de sustancias.
Cuanto mayor sea el número de enfermedades médicas generales y de
sustancias, mayor es la prevalencia de delirium.

A. Alteración de la conciencia (p. ej., disminución de la capacidad de prestar


atención al entorno) con reducción de la capacidad para centrar, mantener o dirigir
la atención.

B. Cambio en las funciones cognoscitivas (como deterioro de la memoria,


desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva
que no se explica por una demencia previa o en desarrollo.

C. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (habitualmente en


horas o días) y tiende a fluctuar a lo largo del día.

D. Demostración, a través de la historia, de la exploración física o de las pruebas


de laboratorio, de que el delirium tiene más de una etiología (p. ej., más de una
enfermedad médica, una enfermedad médica más una intoxicación por sustancias
o por efectos secundarios de los medicamentos).

o Delírium no especificado:

Esta categoría recoge aquellos casos de delirium que no cumplen los criterios
para ningún tipo específico de delirium descritos anteriormente bien porque no

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existen pruebas suficientes para establecer su etiología específica o porque el
delirium es debido a causas no enumeradas en la sección de dicho trastorno.

• Demencia: en contraste con el delirio o delirium, la demencia es una


enfermedad progresiva y crónica del sistema nervioso central que afecta las
funciones cognitivas superiores (pensamiento, lenguaje, memoria).
o Demencia tipo Alzheimer:

La enfermedad de Alzheimer es una patología que va asociada a la edad, afecta


aproximadamente al 10% de la población de 65 años, llegándose a incrementar
progresivamente su prevalencia hasta alcanzar aproximadamente el 50% de los
mayores de 85 años.

La fase inicial de la enfermedad puede durar unos dos años y en ella suelen
aparecer fallos en la memoria reciente, desinterés, humor deprimido, cambios en
la personalidad, episodios leves de desorientación y falta de adaptación a
situaciones nuevas. En esta fase es difícil de diagnosticar la DTA.

La fase intermedia puede desarrollarse durante 3-5 años. El detrimento de la


memoria es más comprometido y afecta no solo a la memoria reciente sino
también a la remota. Emergen alteraciones del lenguaje, la escritura, la lectura, el
cálculo, apraxias y agnosias. Muestra dificultad con el aseo, el vestir o la comida.
Pueden aparecer síntomas psicóticos. En esta fase el paciente tiene dificultad
para mantener sus relaciones sociales y es incapaz de mantener una discusión
sobre un problema.

En la fase terminal (demencia grave) el enfermo es incapaz de andar, se


inmoviliza, se hace incontinente y no puede ejecutar ninguna actividad de la vida
diaria. El lenguaje se hace ininteligible o presenta mutismo. A veces se produce
disfagia y hay riesgos de neumonías, deshidratación, malnutrición y úlceras por
presión. Los enfermos pueden permanecer en cama y suelen fallecer de una
neumonía u otra infección intercurrente.

o Demencia vascular:

Demencia vascular, también llamada demencia multiinfarto, es la segunda causa


de demencia en adultos, despues de la enfermedad de Alzheimer. El termino hace
referencia a un grupo de enfermedades que provocan lesiones en el cerebro por
daño en los vasos sanguineos del mismo. La causa más frecuente es la
arterioesclerosis. El diagnostico temprano es importante para corregir los factores
de riesgo implicados y evitar en lo posible la progresión de la enfermedad.

Los criterios internacionales de diagnóstico de acuerdo al DSM-IV TR son los que


a continuación se detallan:

La presencia de los múltiples déficit cognitivos se manifiesta por:


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1. Deterioro de la memoria (deterioro de la capacidad para aprender nueva
información o recordar información aprendida previamente).
2. Una o más de las siguientes alteraciones cognitivas
1. Afasia (alteración del lenguaje)
2. Apraxia (deterioro de la capacidad para llevar a cabo actividades
motoras, a pesar de que la función sensorial está intacta).
3. Agnosia (fallo en el reconocimiento o identificación de objetos a
pesar de que la función motora está intacta).
4. Alteración de la actividad constructiva

En cuanto a los mecanismos fisiopatológicos, en la DV podemos destacar los


siguientes:

• Multiinfarto. Aunque durante mucho tiempo se pensó que era necesaria


una cierta pérdida de volumen cerebral crítico, los datos más recientes indican
que no existe correlación entre el volumen cerebral infartado y la intensidad de
la demencia. En concreto, se ha observado que existen casos en los que hay
un notable volumen cerebral infartado y, sin embargo, no hay demencia.
• Isquemia cerebral crónica. El flujo cerebral está disminuido antes de la
aparición del deterioro mental, debido a la alteración de la reactividad vascular y
a la disminución de la reserva funcional. Este hecho podría explicar las
fluctuaciones características de la sintomatología presente en la DV, en el
sentido de que podrían establecerse de forma paralela a los cambios del flujo
cerebral. Así mismo, también favorecer el desarrollo y recrudecimiento del
cuadro demencial. Se ha observado que tras el by-pass extra-intracraneal o la
endarterectomía¸ técnica quirúrgica para limpiar los vasos sanguíneos llevando
sangre al cerebro, se produce mejora en algunos casos, quizás, debido al
restablecimiento del suministro sanguíneo.
• Lesiones de pequeño vaso. Las lesiones como consecuencia de una
oclusión aterotrombótica de arterias perforantes (estado lacunar) y la
desmielinización con gliosis periventricular (leucoaraiosis) pueden tener una
influencia similar a las lesiones multiinfárticas, con respecto al deterioro
cognitivo de la DV. Estas lesiones de origen anóxico-hipóxico por defectos
focales de flujo vascular, son detectables en fases incipientes de la enfermedad
cerebro-vascular, y son potencialmente reversibles.
• Localización de la lesión. La presencia de una o más lesiones en ciertas
áreas estratégicas pueden desencadenar la aparición de la DV. Estas áreas
son: la región silviana izquierda, cíngulo, áreas hipocampales, núcleo basal de
Meynert, tálamo, y cara medial de ambos hemisferios.
• Número de lesiones. En este sentido, es necesario tener en cuenta no
sólo la multiplicidad de lesiones sino también la bilateralidad de las mismas.
Estas circunstancias pueden favorecer la aparición de la DV. Sin embargo, es
difícil diferenciar el efecto del número de las lesiones, del efecto debido al
volumen del tejido infartado.

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o Demencia debida a enfermedad por VIH:

La infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es una importante


causa de muerte entre los adultos de 25 a 44 años de edad. Esta infección genera
una amplia gama de complicaciones neuropsiquiátricas secundarias al
compromiso del sistema nervioso central (SNC) en una gran proporción de
individuos. Con el incremento de la expectativa de vida, la incidencia de estas
complicaciones puede también crecer.

En líneas generales, estas enfermedades neurológicas y psiquiátricas asociadas


al VIH pueden ser de difícil diagnóstico, debido a su superposición sintomática con
varias infecciones, neoplasmas, endocrinopatías, deficiencias nutricionales,
trastornos metabólicos, y neurotoxicidad relacionada al tratamiento. Los síndromes
neuropsiquiátricos más comunes son: confusión mental (delirium), demencia,
depresión, manía, psicosis y ansiedad.

El rasgo esencial de la demencia debida a la enfermedad por VIH es la presencia


de una demencia que está íntimamente relacionada con la enfermedad producida
por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El complejo de demencia del
SIDA (ADC por sus siglas en inglés)— que es la demencia causada por la
infección del VIH— es un síndrome complicado compuesto por varios síntomas
mentales y del sistema nervioso, que son relativamente comunes en las personas
con la enfermedad del VIH. Precisamente este tipo de demencia suele ser la
complicación más común en pacientes adultos con SIDA. En líneas generales, la
frecuencia del complejo de demencia del SIDA aumenta con el avance de la
enfermedad del VIH y a medida que disminuyen los recuentos de células CD4
(T4). No obstante, no es muy común en las personas en las etapas iniciales de la
enfermedad sino en aquellos con sistemas inmunológicos severamente
comprometidos y con síntomas de la enfermedad avanzada. El complejo de
demencia del SIDA severo se presenta exclusivamente en personas con
enfermedad del VIH avanzada.

o Demencia debida a traumatismo craneal:

La característica esencial de la demencia debida a traumatismo craneal es la


presencia de una demencia que se considera como un efecto fisiopatológico
directo del traumatismo craneal.

En los países desarrollados los traumatismos craneoencefálicos (TCE) constituyen


un problema médico y social de primer orden. Las secuelas que producen tienen
una importante repercusión en el medio laboral, social y familiar. Desde el punto
de vista sanitario comprometen a un importante número de especialistas, de tal
forma que se han creado unidades especializadas de daño cerebral traumático,
con el fin de conocer mejor esta patología y así poder tratar o al menos paliar sus

28
efectos nocivos. Las tres especialidades médicas más directamente
comprometidas con los TCE son la medicina laboral, la neurología y la psiquiatría.

Los cuadros clínicos observados por los neurólogos son muchas de las veces
secuelas de lesiones focales como trastornos motores o sensitivos, epilepsias etc.
Pero además algunos pacientes desarrollan trastornos de conducta, estables o
progresivos que merecen ser tenidos en cuenta en todo debate o puesta al día de
las demencias.

Algunos de estos trastornos pueden y deben ser tratados por psiquiatras. Así hay
pacientes a quienes las secuelas físicas producidas por el TCE les impide un
desarrollo normal de su actividad previa al trauma, lo cual produce trastornos
depresivos, de adaptación etc. Otras veces el recuerdo del sufrimiento pasado, la
pérdida en el mismo accidente de personas queridas, el sentido de culpa lleva a
trastornos psicológicos de difícil manejo. Estos trastornos de conducta son
puramente psiquiátricos y aunque a veces son progresivos y tienen un mal
pronóstico no son auténticas demencias.

Sin embargo, conviene recordar que pacientes con traumatismos previos, únicos o
múltiples, desarrollan a lo largo de los años demencias verdaderas con el
característico cuadro de afasia, apraxia y agnosia de curso progresivo y fatal. Un
ejemplo es la conocida demencia pugilística en la que al cuadro cortical se asocian
síntomas extrapiramidales. La demostración de amiloide transcurridas pocas horas
después de un traumatismo en el 30% de cerebros de autopsias de pacientes que
han sufrido TCE graves, incluso en niños, ha llamado la atención de los
interesados en el estudio de las demencias (McIntosh et al., 1996). La
trascendencia y repercusión de estos hechos observados está por demostrar.

o Demencia debida a enfermedad de Parkinson:

La enfermedad de Parkinson (EP) fue descrita originalmente en 1817 por James


Parkinson, un médico británico que publicó una ponencia sobre lo que él llamó "la
parálisis temblorosa". En ese documento, expone los síntomas principales de la
enfermedad que posteriormente llevaría su nombre.

Durante el siglo y medio que siguió, los científicos lucharon por identificar las
causas y tratamientos de la enfermedad. Definieron su gama de síntomas, la
distribución en la población y las posibilidades de cura.

A principios de la década de 1960, los investigadores identificaron un defecto


cerebral fundamental que es el distintivo de la enfermedad: las pérdidas de células
cerebrales que producen un producto químico -la dopamina que ayuda a dirigir la
actividad muscular. Este descubrimiento llevó a los científicos a encontrar el
primer tratamiento eficaz de la enfermedad de Parkinson y sugirió formas de
elaborar terapias nuevas y aún más eficaces.

29
La enfermedad de Parkinson pertenece a un grupo de condiciones llamadas
desórdenes del sistema motor. Los cuatros síntomas principales son el temblor en
las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara; la rigidez de las
extremidades y el tronco; la bradicinesia o lentitud de movimiento; y la
inestabilidad de postura o la coordinación o balance afectados. A medida que
estos síntomas se hacen más pronunciados, los pacientes pueden tener dificultad
en caminar, hablar y realizar otras tareas simples.

La enfermedad es tanto crónica, lo que significa que persiste por un largo periodo
de tiempo, como progresiva, que significa que sus síntomas empeoran con el
tiempo. No es contagiosa ni usualmente se hereda, es decir, no pasa directamente
de un miembro de la familia o de una generación a la siguiente.

La enfermedad de Parkinson es la forma más común de parkinsonismo, el nombre


de un grupo de desórdenes con características similares. Estos desórdenes
neurológicos comparten los cuatro síntomas principales descritos más arriba y
todos son el resultado de la pérdida de células cerebrales productoras de
dopamina. La enfermedad de Parkinson (EP) también se llama parkinsonismo
primario o enfermedad idiopática de Parkinson. Idiopática es un término que
describe un desorden para el cual no se ha encontrado aún una causa. En las
otras formas de parkinsonismo se conoce la causa o se sospecha, o el desorden
ocurre como efecto secundario de otro desorden neurológico primario.

o Demencia debida a enfermedad de Huntington:

La enfermedad de Huntington (EH), considerada como el tipo más puro de


demencia subcortical, es el trastorno neurológico más utilizado en neuropsicología
como modelo de estudio de afectación neuropatológica selectiva de las
estructuras subcorticales.

La enfermedad de Huntington (EH) es un trastorno neurodegenerativo primario


progresivo que se transmite genéticamente mediante un gen autosómico
dominante con penetración completa y con un bajo índice de mutación, que
desencadena una muerte neuronal específica en el neoestriado. Cada hijo/a de un
padre o madre con la enfermedad tiene una probabilidad del 50% de heredarla,
independientemente de si sus hermanos/as la han heredado o no. Si el hijo/a no
hereda de sus padres el gen causante de la enfermedad, no tendrá la EH y
tampoco la transmitirá a sus descendientes.

Desde un punto de vista clínico, la EH se caracteriza por la presencia de


movimientos anormales e involuntarios (corea), un deterioro progresivo e
irreversible de las funciones cognitivas (demencia) y cambios de personalidad o
conducta.

30
Este trastorno aparece como entidad diagnóstica a mediados de la década de
1850, si bien ya se puso de manifiesto unos siglos antes. No obstante, será
George Huntington en 1872 quien describa por primera vez, de forma clara y
concisa, los rasgos clínicos de la enfermedad, que también es conocida por
Corea, (en griego, danza), debido al movimiento característico de esta
enfermedad, o incluso "el mal de San Vito".

En líneas generales, se ha considerado que el signo más prominente de este


síndrome neurológico son los movimientos coreicos. Aunque este cuadro clínico
es más conocido bajo el nombre de corea de Huntington, en la actualidad se le
está denominando enfermedad de Huntington puesto que no todos los pacientes
afectados por dicha enfermedad presentan corea.

o Demencia debida a enfermedad de Pick:

Identificada en 1892 por el Dr. Arnold Pick (profesor de psiquiatría de la


Universidad de Praga), quien la describió en un hombre de 71 años con un
deterioro mental progresivo de 3 años de evolución y unos rasgos asociados
consistentes en una notable afasia con muchos errores parafásicos y trastornos de
conducta tales como infantilismo y agresividad con su cónyuge.

En la autopsia se encontró una atrofia inusual de los lóbulos frontal y temporal; los
cambios histológicos de la enfermedad, atrofia cortical espongiforme, células en
balón, cuerpos argentofílicos en el citoplasma neuronal y una notable ausencia de
ovillos neurofibrilares y placas seniles, fueron años más tarde descritos por Alois
Alzheimer. Posteriormente se establecieron las diferencias con la EA y se
describieron los Cuerpos de Pick, inclusiones argentofílicas tau-positivas, las
Células de Pick, células acromáticas hinchadas, y la microvacuolación y gliosis de
las capas II y III de la corteza frontal, propias de la demencia frontotemporal.

La enfermedad de Pick es una demencia de tipo cortical muy poco frecuente, pero
bien delimitada. Pertenece a un grupo de demencias en las que la alteración se
encuentra en el lóbulo frontal del cerebro, demencias Frontales. Se caracteriza por
la degeneración neuronal, que afecta principalmente a los lóbulos frontales y
temporales, predominando uno sobre otro, en los inicios es sobre todo temporal, y
de forma simétrica. Al igual que la enfermedad de Alzheimer, suele resultar difícil
de diagnosticar; sin embargo, este tipo de atrofia es lo que la va a diferenciar
claramente de la enfermedad de Alzheimer, donde la degeneración se presenta de
forma más generalizada.

Se trata de una demencia progresiva cuyo comienzo se presenta por lo general


entre los 50 y los 60 años de edad. La enfermedad se caracteriza por cambios

31
precoces y lentamente progresivos del carácter y por alteraciones del
comportamiento, que evolucionan hacia un deterioro de la inteligencia, de la
memoria y el lenguaje, acompañado de apatía, euforia y, en ocasiones, de
síntomas o signos extrapiramidales tales como temblores y alteraciones de la
marcha.

Las cuatro formas de la enfermedad de Niemann-Pick se caracterizan por una


acumulación de esfingomielina y colesterol en los lisosomas de las células,
particularmente en las células de órganos importantes como el hígado y el bazo.
Las tres formas más conocidas de la enfermedad son los tipos A, B y C.

El tipo A es poco frecuente, se caracteriza por su aparición temprana de la


enfermedad, es muy severa, casi incompatibles con la vida, fallecen a los pocos
meses y raramente sobreviven al primer año de vida.

El tipo B es otra manifestación de la enfermedad, el órgano afectado son los


pulmones, son personas neurológicamente normales, suelen tener una longevidad
aceptable.

El tipo C de la enfermedad de Niemann-Pick es de expresión neurológica y


visceral. Se manifiesta con un marcado deterioro neurológico y en menor medida
una afectación hepato-eplécnica. Tiene una forma de presentación infantil o
precoz, con una esperanza de vida que no supera la primera década de vida. Y la
presentación juvenil, con los mismos síntomas, pero con unas perspectivas de
vida situada entre la segunda y tercera década de vida.

También existe el llamado tipo D: El tipo D es muy parecido al tipo C en sus


manifestaciones, considerándose una variante alélica de éste, en Nueva Escocia
(Colorado).

o Demencia debida a enfermedad de Creutzfeldt-Jakob:

La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) es una demencia progresiva


extremadamente rara (1 caso en un millón) con extensos signos neurológicos
debida a cambios neuropatológicos específicos, "encefalopatía espongiforme
subaguda", que se presume es causada por un agente transmisible, "prión",
partícula proteinácea libre de ácido nucleico que es extremadamente infecciosa y
forma agregados de isoformas anormales de la proteína priónica-PrPsc. El inicio
es usualmente en la vida media o tardía, típicamente en la quinta década, pero
puede ser a cualquier edad de la vida adulta. El curso es subagudo, conduciendo
a la muerte en 1-2 años.

La Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) pertenece a una familia de


enfermedades de los seres humanos y animales conocidas como encefalopatías
32
espongiformes transmisibles (EET). Lo de “espongiformes” se refiere al aspecto
característico de los cerebros infectados, que se llenan de orificios, huecos o
agujeros hasta que se asemejan a esponjas bajo un microscopio. La ECJ es la
más común de las encefalopatías espongiformes transmisibles (EET) humanas
conocidas.

Las encefalopatías espongiformes transmisibles, EET, también conocidas como


"enfermedades priónicas", constituyen un grupo fascinante y biológicamente único
de trastornos neurodegenerativos invariablemente mortales que afectan a
animales y a humanos. Pueden ser esporádicas, familiar u horizontalmente
transmitidas, usualmente iatrogénica. La más frecuente es la ECJ esporádica, que
supone el 85-90% de todos los casos. Por su parte, las formas familiares
comprenden el 10-15%. Tienen un patrón de herencia autosómico dominante y
son causadas por un rango de mutaciones en el gen de la proteína priónica en el
cromosoma 20. La variedad familiar constituye un 10-15% de todas las EET,
aunque muchas de estas formas pasan desapercibidas o sin historia familiar. La
ECJ, el Síndrome de Gerstmann-Sträussler-Scheinker y el Insomnio Familiar Fatal
representan los fenotipos humanos más comunes verticalmente transmitidos.
Excluyendo el pequeño número de casos iatrogénicamente transmitidos,
aproximadamente del 85 al 90% de los pacientes desarrollan ECJ sin una
explicación identificable, con un número cada vez mayor de diferentes mutaciones
en el gen de la proteína criónica, V210I, E200K, D178N, V180I, M232R, R208H; la
mutación T188A se asocia a EST esporádica de inicio tardío.

Las formas iatrogénicas se manifiestan anatomopatológicamente con una mayor


afectación del cerebelo y ganglios basales, que se traduce en una sintomatología
cerebelosa predominante y trastornos visuales-oculomotores. Los casos
yatrogénicos se deben principalmente al tratamiento con hormona del crecimiento
y gonodotrofina derivada de glándula pituitaria de cadáveres humanos y al
implante de duramadre biológica.
También se han atribuido casos al uso de instrumentos de neurocirugía
contaminados y al transplante de córnea. Además de esta ECJ típica, existe una
variante de esta enfermedad relacionada con la Encefalopatía Espongiforme
Bovina (EEB), conocida como nueva variante de ECJ (nvECJ). En la actualidad se
prefiere utilizar el nombre de variante de ECJ (vECJ).

Esta nueva enfermedad se relacionó rápidamente con la epidemia de EEB que


había surgido en el Reino Unido hacía unos 10 años. Esta encefalopatía afecta a
ganado vacuno y fue reconocida como enfermedad específica del ganado en 1985
en el Reino Unido. Sin embargo desde hace unos 250 años se conoce una
encefalopatía de similares características denominada scrapie o "tembladera", que
afecta al ganado ovino con cierta frecuencia, en prácticamente todo el mundo y se
da con alta prevalencia en Reino Unido.

o Demencia debida a otras enfermedades médicas:

33
Debida a enfermedad por HIV; debido a traumatismo craneal, debida a
enfermedad de Parkinson, debida a enfermedad de Huntington, debida a
enfermedad de Pick, debida a enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y debida a otras
enfermedades médicas.

o Demencia persistente inducida por sustancias:

La demencia persistente inducida por sustancias no se diagnostica si los síntomas


se presentan a continuación de una intoxicación o abstinencia de sustancias, o si
aparecen exclusivamente en el transcurso de un delirium.

o Demencia debida a múltiples etiologías:

Esta categoría de demencia se incluye para llamar la atención sobre la pluralidad


de causas de demencia.

o Demencia no especificada:

En esta categoría se encuentra aquellas demencias que pueden ser variadas y por
lo tanto no se logra definir claramente una.

• Trastornos amnésicos: Deterioro de la memoria sin deterioro de otras


funciones cognitivas.

o Trastorno amnésico debido a enfermedad médica:


El síndrome amnésico se ha definido como una alteración de la memoria
permanente, estable y global, debida a un trastorno orgánico cerebral en ausencia
de otros déficits perceptivos o cognitivos. Dentro de la amnesia, pueden
diferenciarse dos tipos de trastornos de memoria, que varían en gravedad y
extensión, pero que se hallan, generalmente, de forma conjunta:

Amnesia anterógrada: También llamada amnesia de fijación. Se refiere a la


incapacidad para aprender nueva información tras la aparición del trastorno
(generalmente orgánico) que dió lugar a la amnesia. El paciente parece olvidar al
mismo ritmo que se suceden los acontecimientos. Afectará por definición a la
memoria reciente. Suele ser reversible en amnesias postraumáticas y algunos
síndromes de Korsakoff e irreversible en demencias avanzadas.

Amnesia retrógrada: Afectación de la capacidad de evocar información y


sucesos bien establecidos antes del inicio de la enfermedad. La amnesia
retrógrada afecta hechos y episodios, particularmente aquellos que están cerca
del momento en el que se produjo la amnesia. Según la ley de Ribot, estos
recuerdos se perderían en orden inverso al momento de su adquisición. Es decir,
primero desaparecerían los recuerdos más próximos en el tiempo, y en último
lugar los más remotos (recuerdos de la infancia). Puede abarcar incluso períodos
de quince años antes del episodio. El síndrome amnésico puede acompañarse de
34
apatía, falta de iniciativa y espontaneidad. La inteligencia, capacidades práxicas,
gnósicas, lenguaje y abstracción suelen estar preservadas (Junqué y Barroso,
1997).

o Trastorno amnésico persistente inducido por sustancias:

El deterioro de la memoria se manifiesta por un déficit de la capacidad para


aprender información nueva o por la incapacidad para recordar información
aprendida previamente.

B. La alteración de la memoria provoca un deterioro significativo de la actividad


laboral o social y representa una merma importante del nivel previo de actividad.

C. La alteración de la memoria no aparece exclusivamente en el transcurso de un


delirium o de una demencia.

D. Demostración, a través de la historia, de la exploración física o de las pruebas


de laboratorio, de que la alteración es un efecto directo de la enfermedad médica
(incluyendo un traumatismo físico).

o Trastorno amnésico no especificado:

Se encuentra relacionado con2 o más de los anteriores y no se puede definir


debido.

• Trastorno cognoscitivo no especificado:

El trastorno cognoscitivo no especificado se reserva para los cuadros clínicos que


se caracterizan por alteraciones cognoscitivas presumiblemente debidas a unas
enfermedades médicas o inducidas por sustancias, que no cumplen los criterios
para algunos de los trastornos enumerados en otro lugar de esta sección.

Trastornos mentales debidos a enfermedad médica

Se incluyen en este apartado trastornos cuya causa está en una enfermedad


médica, pero cuya manifestación implica síntomas psicológicos o
comportamentales que merecen atención clínica especial.

• Trastorno catatónico debido a enfermedad médica:

La presencia de catatonía se manifiesta por:

• inmovilidad motora, puede manifestarse por cataplejía (flexibilidad cérea) o


estupor.

35
• actividad motora excesiva, carece de propósito y no tiene influencia de
estímulos externos.

• negativismo extremo, resistencia a seguir instrucciones o mantenimiento


voluntario de posturas a pesar de los intentos por moverlos.

• mutismo

• movimientos voluntarios peculiares, se manifiesta por la aceptación


voluntaria de posturas inapropiadas o bizarras, muecas prominentes.

• ecolalia, repetición de palabras o frases aparentemente sin sentido


inmediatamente después de haberlas escuchado por otra persona.

• ecopraxia, imitación repetitiva de movimientos de otra persona.


• Cambio de personalidad debido a enfermedad médica:

El DSM-IV-TR llama así a cualquier cambio duradero de la personalidad que se


produce como consecuencia de una enfermedad médica. Describe diversos
tipos de personalidad: labil, impulsivo, agresivo, apático, paranoide, otros tipos
y mixtos. Las enfermedades que con más frecuencia producen estos cambios
son: las neoplasias del sistema nervioso centra, la enfermedad de Huntington,
la epilepsia, el parkinson, los traumas craneales y las endocrinopatías.

• Trastorno mental no especificado debido a enfermedad médica:

Es aquel que no se puede definir con claridad.

Trastornos relacionados con sustancias

Son los que se relacionan con el consumo de drogas de abuso, con los efectos
secundarios de medicamentos y con la exposición a sustancias tóxicas. En cuanto
al consumo de sustancias, es importante la distinción entre «abuso de sustancias»
y «dependencia de sustancias».

• El abuso de sustancias ocurre cuando, durante al menos 1 año, la


persona que consume incurre en actitudes como: es incapaz de cumplir con
sus obligaciones (laborales, educacionales, etc.), debido al consumo;
consume la o las sustancias en condiciones físicamente riesgosas; tiene
problemas legales recurrentes debido al uso de sustancias o sigue
consumiendo a pesar de problemas persistentes de tipo social o
interpersonal.
• La dependencia de sustancias ocurre cuando, durante al menos 1 año, la
persona experimenta un efecto de tolerancia (necesidad de consumir mayor
cantidad para lograr el mismo efecto), el efecto de abstinencia (síntomas
que siguen a la privación brusca del consumo), intenta disminuir el
36
consumo y no puede, o consume más de lo que quisiera, y deja de hacer
actividades importantes debido al consumo. Además, la persona sigue
consumiendo a pesar de padecer un problema físico o psicológico
persistente que dicha sustancia exacerba.

Sin embargo, el DSM-IV recoge una mayor cantidad de trastornos que pueden ser
producidos por sustancias, y los clasifica por cada sustancia psicoactiva, o grupo
de sustancias psicoactivas. Estos pueden ser:

• Trastornos relacionados con el alcohol (por consumo (dependencia o


abuso), o trastorno por intoxicación, abstinencia, delírium, amnésico,
psicótico, de ansiedad, del ánimo, del sueño o sexual inducido por alcohol).
• Trastornos relacionados con alucinógenos (por consumo [dependencia o
abuso] o trastorno por intoxicación, delírium por intoxicación, perceptivo
persistente, psicótico, de ansiedad o del ánimo inducido por alucinógenos).
• Trastorno relacionados con anfetaminas (por consumo [dependencia o
abuso], o trastorno por intoxicación, abstinencia, delírium por intoxicación,
psicótico, de ansiedad, del ánimo, del sueño o sexual inducido por
anfetaminas).
• Trastornos relacionados con la cafeína (trastorno de ansiedad o del sueño
inducido por cafeína)
• Trastornos relacionados con cannabis (por consumo [dependencia o
abuso], o trastorno por intoxicación [con alteraciones perceptivas o sin
ellas], delírium, psicótico o de ansiedad, inducido por cannabis).
• Trastornos relacionados con cocaína (por consumo [dependencia o abuso],
o trastorno por intoxicación [con alteraciones perceptivas o sin ellas],
abstinencia, delírium, psicótico, de ansiedad, del ánimo, del sueño o sexual
inducido por cocaína).
• Trastornos relacionados con fenciclidina (por consumo [dependencia o
abuso], o trastorno por intoxicación [con alteraciones perceptivas o sin
ellas], delírium por intoxicación, trastorno psicótico, de ansiedad, del ánimo,
inducido por fenciclidina).
• Trastornos relacionados con inhalantes (por consumo [dependencia o
abuso], o trastorno por intoxicación, delírium por intoxicación, demencia
persistente, trastorno psicótico, de ansiedad, del ánimo, inducido por
inhalantes).
• Trastornos relacionados con nicotina (por consumo [dependencia o abuso],
o trastorno abstinencia, inducido por nicotina).
• Trastornos relacionados con opiáceos (por consumo [dependencia o
abuso], o trastorno por intoxicación [con alteraciones perceptivas o sin
ellas], delírium por intoxicación, trastorno psicótico, del ánimo, sexual o del
sueño inducido por opiáceos).
• Trastornos relacionados con sedantes, hipnóticos o ansiolíticos (por
consumo [dependencia o abuso], o trastorno por intoxicación, abstinencia,
delírium (por intoxicación o abstinencia), demencia persistente, trastorno

37
amnésico, psicótico, de ansiedad, del ánimo, sexual o del sueño inducido
por sedantes, hipnóticos o ansiolíticos).
• Trastorno relacionado con varias sustancias
• Dependencia de varias sustancias
• Trastornos relacionados con otras sustancias o con sustancias
desconocidas (por consumo [dependencia o abuso], o trastorno por
intoxicación [con alteraciones perceptivas o sin ellas], abstinencia, delírium,
demencia persistente, trastorno amnésico, psicótico (con alucinaciones o
ideas delirantes), de ansiedad, del ánimo, sexual o del sueño, inducido por
otras sustancias o sustancias desconocidas).

Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos

Este apartado involucra aquellos trastornos que tienen síntomas psicóticos como
característica definitoria. Psicótico es entendido aquí como la pérdida de los
límites del sí mismo y de la evaluación de la realidad. Como característica de esta
sintomatología pueden existir, por tanto, alucinaciones, ideas delirantes, trastornos
del pensamiento, lenguaje desorganizado, comportamiento desorganizado o
catatónico, entre otros. El manual los clasifica como:

• Esquizofrenia:

Los síntomas de la esquizofrenia suelen comenzar en adultos jóvenes y


aproximadamente 0,4-0,6% de la población se ve afectada.[5] [6] Una persona con
esquizofrenia, por lo general, muestra un lenguaje y pensamientos
desorganizados, delirios, alucinaciones, trastornos afectivos y conducta
inapropiada.[7] El diagnóstico se basa en las experiencias reportadas por el mismo
paciente y el comportamiento observado por el examinador. No existen
actualmente pruebas de laboratorio para el diagnóstico de la esquizofrenia y
ninguno de los síntomas es patognomónico de esta condición, lo que dificulta el
diagnóstico.
Algunos estudios sugieren que la genética, defectos durante el neurodesarrollo, el
entorno durante la infancia o procesos psicológicos y sociales son factores
importantes que pudiesen contribuir a la aparición de la esquizofrenia. Ciertos
medicamentos y el uso recreativo de drogas parecen causar o empeorar los
síntomas. La investigación psiquiátrica actual se centra en el papel de la
neurobiología, pero no se ha encontrado ninguna causa orgánica.[8] Se ha notado
un consistente aumento en la actividad de la dopamina en la vía mesolímbica del
cerebro en las personas esquizofrénicas. Sin embargo, la dirección de la
causalidad biológica continúa siendo una incógnita.

• Trastorno esquizofreniforme:

38
El Trastorno esquizofreniforme se caracteriza por la presencia de los síntomas de
criterio A de la esquizofrenia. Estos incluyen: delirios, alucinaciones, discurso
desorganizado, comportamiento desorganizado o catatónico, y síntomas
negativos. El trastorno - incluyendo sus fases prodrómica, activa y residual - dura
más de 1 mes pero menos de 6 meses.
Las características esenciales de trastorno esquizofreniforme son idénticas a las
de la esquizofrenia excepto por dos diferencias: la duración total de la enfermedad
(incluyendo sus fases prodrómica, activa y residual) es de al menos 1 mes pero
menos de 6 meses y no es requerido que exista discapacidad social u ocupacional
durante parte de la enfermedad (aunque puede ocurrir que así sea).

Alrededor de la mitad de las personas diagnosticadas con trastorno


esquizofreniforme terminan siendo diagnosticados con esquizofrenia. Este
trastorno es más común en personas que tienen miembros de la familia con
esquizofrenia o trastorno bipolar. La causa exacta del trastorno es desconocida.

La principal diferencia con la esquizofrenia es la duración de la enfermedad. Los


síntomas deben mantenerse durante más de un mes pero menos de seis meses.
Esto es distinto en la esquizofrenia donde la enfermedad tiene que durar más de
seis meses. El trastorno psicótico breve dura menos de un mes.

• Trastorno esquizoafectivo:

Es una afección mental que provoca tanto pérdida de contacto con la realidad
(psicosis) como problemas anímicos.

Causas, incidencia y factores de riesgo


Se desconoce la causa exacta de este trastorno. Los cambios en los genes y
químicos en el cerebro (neurotransmisores) pueden jugar un papel. Algunos
expertos no creen que sea un trastorno separado de la esquizofrenia.
Se cree que el trastorno esquizoafectivo es menos común que la esquizofrenia y
los trastornos del estado de ánimo. Las mujeres pueden experimentar la afección
con más frecuencia que los hombres. Este trastorno tiende a ser raro en niños.
Síntomas
Los síntomas del trastorno esquizoafectivo son diferentes en cada persona. A
menudo, las personas que padecen este trastorno buscan tratamiento para
problemas del estado de ánimo, desempeño diario o pensamientos anormales.
La psicosis y los cambios en el estado anímico pueden ocurrir al mismo tiempo o
solos. El curso de este trastorno puede implicar ciclos de síntomas severos
seguidos de mejoramiento.
Los síntomas del trastorno esquizoafectivo pueden abarcar:
39
• Cambios en el apetito y el vigor
• Discurso desorganizado e ilógico
• Falsas creencias (delirios), como pensar que alguien está tratando de
hacerle daño (paranoia) o pensar que mensajes especiales están ocultos en
lugares comunes (delirios de referencia)
• Falta de interés por la higiene o el aseo
• Estado de ánimo que es ya sea demasiado bueno, deprimido o irritable
• Problemas para dormir
• Problemas con la concentración
• Tristeza o desesperanza
• Ver o escuchar cosas que no existen (alucinaciones)
• Aislamiento social
• Hablar tan rápido que otros no pueden interrumpirlo

• Trastorno delirante:

El Trastorno delirante es una enfermedad mental psicótica que incluye mantener


una o más ideas delirantes en ausencia de cualquier otra psicopatología
significativa. En particular, la persona con trastorno delirante no ha cumplido
nunca los criterios para la esquizofrenia y no tiene alucinaciones marcadas,
aunque pueden estar presentas alucinaciones táctiles u olfativas si éstas están
relacionadas con el tema del delirio.

Una persona con trastorno delirante puede ser bastante funcional y no tiende a
mostrar un comportamiento extraño excepto como resultado directo de la idea
delirante. Sin embargo, con el tiempo la vida del paciente puede verse más y más
abrumada por el efecto dominante de las creencias anormales.

El término paranoia ha sido utilizado previamente en psiquiatría para denominar lo


que ahora se conoce como 'trastorno delirante'. El uso psiquiátrico moderno de la
palabra paranoia es sutilmente diferente pero actualmente rara vez se refiere a
este diagnóstico específico.

• Trastorno psicótico breve:

Los síntomas del trastorno psicótico breve con frecuencia son dramáticos y
recargados de detalles y, por lo general, se relacionan de modo temático con las
circunstancias que precipitaron la alteración. Se debe considerar que los síntomas
siempre conllevan, por lo menos, un síntoma psicótico "mayor" (delirios o
alucinaciones), con alteración del juicio de realidad y una variedad de síntomas
asociados, normalmente de inicio abrupto. Algunos síntomas característicos
corresponden a la labilidad emocional, la conducta o apariencia extravagantes, los
gritos o el mutismo, lenguaje desorganizado, actitudes catatónicas o paranoides y
las alteraciones de la memoria reciente. Algunos clínicos señalan que los síntomas

40
afectivos, la confusión y las alteraciones de la atención son más frecuentes en
este trastorno que en trastornos psicóticos crónicos. También se estima que el tipo
de sintomatología parece tener una fuerte influencia cultural. El elemento
desencadenante puede ser un evento mayor, como la pérdida de un ser querido, o
un hecho traumático; por lo tanto, la severidad del evento debe ser evaluada de
acuerdo a la historia vital de cada paciente en particular. De igual manera, el factor
desencadenante podría ser una secuencia de pequeños, pero significativos
eventos estresantes que terminan por quebrar la estabilidad psíquica del sujeto.
No obstante, algunos especialistas manifiestan que aunque sea razonable medir
en relación a la vida del paciente, puede que se amplíe demasiado la definición de
factor desencadenante, lo que acabaría por incluir sucesos que nada tienen que
ver con el episodio psicótico.

• Trastorno psicótico compartido (folie à deux, locura a dúo):

El Trastorno psicótico compartido o folie à deux (literalmente "locura


compartida por dos") es un raro síndrome psiquiátrico en el que un síntoma de
psicosis (particularmente una creencia paranoica o delirante) es transmitida de un
individuo a otro. El mismo síndrome compartido por más de dos personas puede
llamarse folie à trois, folie à quatre, folie à famille o incluso folie à plusieurs
(locura de muchos).

El trastorno psicótico compartido no deja de ser una curiosidad psiquiátrica. El


actual manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales establece que
una persona no puede diagnosticarse como delirante si su creencia en cuestión
está comúnmente aceptada por otros miembros de su cultura o subcultura.
Cuando un gran número de personas terminan creyendo algo obviamente falso y
potencialmente angustioso basándose únicamente en rumores, estas creencias no
se consideran como clínicamente delirantes por la profesión psiquiátrica, y se
etiquetan como histeria colectiva

• Trastorno psicótico debido a enfermedad médica:

Las alucinaciones y las ideas delirantes debidas a los efectos directos de alguna
enfermedad médica son la característica esencial de este trastorno (criterio A). En
las pruebas administradas o bien en el historial clínico deben existir pruebas de
que dichos síntomas psicóticos son causa directa de la enfermedad (criterio B). La
alteración psicótica no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental
(criterio C). No se establece este diagnóstico si la alteración aparece
exclusivamente en el curso de un delirium (criterio D).

Las alucinaciones que aparezcan pueden ser de cualquier modalidad sensorial,


pero también hay que decir que ciertos factores etiológicos desencadenen
41
fenómenos alucinógenos específicos. Las alucinaciones pueden ser simples o
amorfas, o muy complejas y organizadas, dependiendo siempre de la causa, las
condiciones ambientales, la naturaleza y la localización de la lesión.

Normalmente no se establece el diagnóstico de trastorno psicótico debido a


enfermedad médica si el sujeto conserva el juicio de realidad para la alucinación y
se da cuenta de que las alucinaciones son producto de la enfermedad que posee.
Las ideas delirantes pueden ser de distintos temas, por ejemplo, en algunos casos
la epilepsia del lóbulo frontal puede producir ideas delirantes con temática
religiosa.

Para conceder este diagnóstico, el clínico tiene primero que constatar la presencia
de la enfermedad y en segundo lugar debe encontrar la relación entre dicha
enfermedad y el trastorno psicótico. Para establecer el diagnóstico, el clínico
puede ayudarse, por ejemplo, en la asociación temporal entre el inicio, la
exacerbación o la remisión de la enfermedad médica y el trastorno psicótico.

• Trastorno psicótico inducido por sustancias:

La principal característica de este trastorno es la presencia de alucinaciones o


ideas delirantes (criterio A) que se consideran efectos directos de alguna
sustancia, ya sea una droga, un medicamento o bien un tóxico (criterio B). No se
deben incluir las alucinaciones cuando el sujeto es consciente de que son
provocadas por dicha sustancia. La alteración no se explica mejor por la presencia
de un trastorno psicótico no inducido por sustancias (criterio C). Tampoco se
establece el diagnóstico sin los síntomas psicóticos sólo aparecen en el curso de
un delirium (criterio D).

El diagnóstico de trastorno psicótico inducido por sustancias, sólo debe realizarse


si los síntomas son excesivos en relación con los habitualmente asociados con el
síndrome de intoxicación por abstinencia, y cuando los síntomas son de suficiente
gravedad para merecer atención clínica.

Este trastorno sólo se produce en asociación con estados de intoxicación o


abstinencia, pero pueden persistir durante semanas, mientras que en los
trastornos psicóticos primarios pueden preceder al inicio del consumo de la
sustancia o bien pueden producirse tras largos periodos de abstinencia. Una vez
iniciados los síntomas pueden continuar mientras dure el consumo de la sustancia.

Se ha sugerido que 9 de cada 10 alucinaciones no auditivas son producto de un


trastorno psicótico inducido por sustancias o de un trastorno psicótico debido a
enfermedad médica. Hay que tener cuidado, además, porque incluso en una
persona con intoxicación o abstinencia se han de tener en cuenta otras posibles
causas de síntomas psicóticos, ya que, entre otras cosas, los problemas por
42
consumo de sustancias no son raros entre las personas con trastornos psicóticos
(no inducidos por sustancias).

• Trastorno psicótico no especificado:

Este T incluye sintomatología psicótica (ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje


desorganizado, comportamiento catatónico o gravemente desorganizado), pero
que por falta de información o contradicciones no cumple los criterios diagnósticos
de otros T psicóticos definidos. Algunos ejemplos serían:

- Psicosis postparto
- Síntomas psicóticos de duración inferior a un mes
- Alucinaciones auditivas persistentes sin más características
- Ideas delirantes no extrañas persistentes
- T psicótico sin posibilidad de determinar si es primario, debido a una enfermedad
médica o inducida por sustancias

Trastornos del estado de ánimo

Aquí se clasifican los trastornos cuya característica principal es una alteración del
humor. El DSM-IV define, por una parte, episodios afectivos, de carácter depresivo
(estado de ánimo deprimido o pérdida del interés o sensación de placer), o
maníaco, (estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o
irritable). Estos episodios se combinarían generando diversos patrones,
constituyendo así los diferentes trastornos del ánimo.

• Episodios afectivos
o Episodio depresivo mayor:

A. Presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de 2


semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los
síntomas debe ser 1 estado de ánimo depresivo o 2 pérdida de interés o de la
capacidad para el placer.

Nota: No se incluyen los síntomas que son claramente debidos a enfermedad


médica o las ideas delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado de
ánimo.

1. estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día
según lo indica el propio sujeto (p. ej., se siente triste o vacío) o la
observación realizada por otros (p. ej., llanto). En los niños y
adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable
2. Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer
en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi
cada día (según refiere el propio sujeto u observan los demás)
43
3. Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso
(p. ej., un cambio de más del 5 % del peso corporal en 1 mes), o
pérdida o aumento del apetito casi cada día. Nota: En niños hay que
valorar el fracaso en lograr los aumentos de peso esperables
4. Insomnio o hipersomnia casi cada día
5. Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día
(observable por los demás, no meras sensaciones de inquietud o de
estar enlentecido)
6. Fatiga o pérdida de energía casi cada día
7. Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados
(que pueden ser delirantes) casi cada día (no los simples
autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo)
8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o
indecisión, casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una
observación ajena)
9. Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte),
ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de
suicidio o un plan específico para suicidarse.

B. Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.

C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social,


laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

D. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una


sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p. ej.,
hipotiroidismo).

E. Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después
de la pérdida de un ser querido), los síntomas persisten durante más de 2 meses o
se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas
de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicótícos o enlentecimiento psicomotor.

o Episodio maníaco:

A. Un período diferenciado de un estado de ánimo anormal y persistentemente


elevado, expansivo o irritable, que dura al menos 1 semana (o cualquier
duración si es necesaria la hospitalización).

B. Durante el período de alteración del estado de ánimo han persistido tres (o


más) de los siguientes síntomas (cuatro si el estado de ánimo es sólo irritable)
y ha habido en un grado significativo:

1. autoestima exagerada o grandiosidad


2. Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado tras
sólo 3 horas de sueño)

44
3. Más hablador de lo habitual o verborreico
4. Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que el pensamiento está acelerado
5. Distraibilidad (p. ej., la atención se desvía demasiado fácilmente hacia
estímulos externos banales o irrelevantes)
6. aumento de la actividad intencionada (ya sea socialmente, en el trabajo o los
estudios, o sexualmente) o agitación psicomotora
7. Implicación excesiva en actividades placenteras que tienen un alto potencial
para producir consecuencias graves (p. ej., enzarzarse en compras
irrefrenables, indiscreciones sexuales o inversiones económicas alocadas)

C. Los síntomas no cumplen los criterios para el episodio mixto.

D. La alteración del estado de ánimo es suficientemente grave como para


provocar deterioro laboral o de las actividades sociales habituales o de las
relaciones con los demás, o para necesitar hospitalización con el fin de
prevenir los daños a uno mismo o a los demás, o hay síntomas psicóticos.

E. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una


sustancia (p.ej. una droga, un medicamento u otro tratamiento) ni a una
enfermedad medica (p. ej., hipertiroidismo).

Nota: Los episodios parecidos a la manía que están claramente causados por
un tratamiento somático antidepresivo (p. ej., un medicamento, terapéutica
electroconvulsiva, terapéutica lumínica) no deben ser diagnosticados como
trastorno bipolar I.

o Episodio mixto:

A. Se cumplen los criterios tanto para un episodio maníaco como para un episodio
depresivo mayor (excepto en la duración) casi cada día durante al menos un período de 1
semana.

B. La alteración del estado de ánimo es suficientemente grave para provocar un


importante deterioro laboral, social o de las relaciones con los demás, o para necesitar
hospitalización con el fin de prevenir los daños a uno mismo o a los demás, o hay
síntomas psicóticos.

C. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej.,
una droga, un medicamento u otro tratamiento) ni a enfermedad médica (p. ej.,
hipertiroidismo).

Nota: Los episodios parecidos a los mixtos que están claramente causados por un
tratamiento somático antidepresivo (p. ej., un medicamento, terapéutica electroconvulsiva,
terapéutica lumínica) no deben ser diagnosticados como trastorno bipolar I.

o Episodio hipomaníaco:

45
A. Un período diferenciado durante el que el estado de ánimo es persistentemente
elevado, expansivo o irritable durante al menos 4 días y que es claramente
diferente del estado de ánimo habitual.

B. Durante el período de alteración del estado de ánimo, han persistido tres (o


más) de los siguientes síntomas (cuatro si el estado de ánimo es sólo irritable) y
ha habido en un grado significativo:

1. autoestima exagerada o grandiosidad


2. Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado tras sólo 3
horas de sueño)
3. Más hablador de lo habitual o verborreico
4. Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que el pensamiento está acelerado
5. Distraibilidad (p. ej., la atención se desvía demasiado fácilmente hacia estímulos
externos banales o irrelevantes)
6. Aumento de la actividad intencionada (ya sea socialmente, en el trabajo o los
estudios o sexualmente) o agitación psicomotora
7. Implicación excesiva en actividades placenteras que tienen un alto potencial
para producir consecuencias graves (p. ej., enzarzarse en compras irrefrenables,
indiscreciones sexuales o inversiones económicas alocadas)

C. El episodio está asociado a un cambio inequívoco de la actividad que no es


característico del sujeto cuando está asintomático.

D. La alteración del estado de ánimo y el cambio de la actividad son observables


por los demás.

E. El episodio no es suficientemente grave como para provocar un deterioro


laboral o social importante o para necesitar hospitalización, ni hay síntomas
psicóticos.

F. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una


sustancia (p. ej., una droga, un medicamento u otro tratamiento) ni a una
enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo).

Nota: Los episodios parecidos a los hipomaníacos que están claramente


causados por un tratamiento somático antidepresivo (p. ej., un medicamento,
terapéutica electroconvulsiva, terapéutica lumínica) no deben diagnosticarse como
trastorno bipolar II.

• Trastornos depresivos (con episodios depresivos)


o Trastorno depresivo mayor:

La característica principal para diagnosticar un episodio depresivo mayor, es un


cuadro clínico caracterizado por uno o más episodios depresivos mayores, sin
historia previa de algún episodio maníaco, mixto o hipomaníaco (criterio A y C).
46
Para la codificación del trastorno se necesita también indicar si se trata del primer
episodio o si el episodio es recidivante. Hay veces que es difícil distinguir entre un
episodio único o dos episodios independientes. Según criterios del DSM-IV se
considera que un episodio ha acabado cuando ya no se cumplen los criterios
completos para diagnosticar el episodio durante, al menos, dos meses seguidos.

Se debe indicar también la gravedad del episodio, como leve, moderado y grave,
haciéndose en este último indicador dos categorías: grave sin síntomas psicóticos,
y grave con síntomas psicóticos.

Si en el periodo en el que se manifiesta el trastorno depresivo mayor, aparece


algún episodio maníaco, hipomaníaco o mixto, se debe cambiar el diagnóstico por
el de trastorno bipolar. Sin embargo, hay que hacer notar, que si los síntomas
maníacos, hipomaníacos o mixtos aparecen como efecto directo de un tratamiento
antidepresivo o bien de algún otro tratamiento; sigue siendo correcto el diagnóstico
de trastorno depresivo mayor, añadiendo la categoría además de trastorno del
estado de ánimo inducido por sustancias o, en su defecto, cuando los síntomas
vengan como consecuencia de alguna enfermedad médica (siempre que exista
todavía el trastorno depresivo mayor), se debe codificar trastorno depresivo mayor
y añadir el diagnóstico adicional de trastorno del estado de ánimo debido a
enfermedad médica (con síntomas maníacos, síntomas mixtos o síntomas
hipomaníacos).

o Trastorno distímico:

A. Estado de ánimo crónicamente depresivo la mayor parte del día de la mayoría


de los días, manifestado por el sujeto y observado por los demás, durante al
menos 2 años. Nota: En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser
irritable y la duración deber ser de al menos 1 año.
B. Presencia, mientras está deprimido de dos (o más) de los siguientes síntomas:
1- Pérdida o aumento de apetito.
2- insomnio o hipersomnia.
3- falta de energía o fatiga.
4- baja autoestima.
5- dificultades para concentrarse o para tomar decisiones.
6- sentimientos de desesperanza.

C. Durante un período de dos años (1 año en niños y adolescentes) de la


alteración, el sujeto no ha estado sin síntomas de los criterios A y B durante más
de dos meses seguidos.
D No ha habido ningún episodio depresivo mayor durante los 2 primeros años de
la
alteración.
E. Nunca ha habido un episodio maníaco
F. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno

47
psicótico crónico, como son la esquizofrenia o el trastorno delirante.
G. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (Ej.: una droga, un medicamento) o a una enfermedad médica (Ver
depresión asociada a otras enfermedades).
H. Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

o Trastorno bipolar I:
• A. Presencia de un único episodio maníaco, sin episodios depresivos
mayores anteriores.
• Nota: La recidiva se define como un cambio en la polaridad desde la
depresión, o como un intervalo de al menos 2 meses sin síntomas
maníacos.
• B. El episodio maníaco no se explica mejor por la presencia de un trastorno
esquizoafectivo y no está superpuesto a una esquizofrenia, un trastorno
esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no
especificado.

o Trastorno bipolar II:


• A. Presencia (o historia) de uno o más episodios depresivos mayores.
• B. Presencia (o historia) de al menos un episodio hipomaníaco.
• C. No ha habido ningún episodio maníaco ni un episodio.
• D. Los síntomas afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la
presencia de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una
esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un
trastorno psicótico no especificado.
• E. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro
social/laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

o Trastorno ciclotímico :

A. Presencia, durante al menos 2 años, de numerosos períodos de síntomas


hipomaníacos y numerosos períodos de síntomas depresivo que no cumplen los
criterios para un episodio depresivo mayor.

Nota: En los niños y adolescentes la duración debe ser de al menos 1 año.

B. Durante el período de más de 2 años (1 año en niños y adolescentes) la


persona no ha dejado de presentar los síntomas del Criterio A durante un tiempo
superior a los 2 meses.

C. Durante los primeros 2 años de la alteración no se ha presentado ningún


episodio depresivo mayor, episodio maníaco o episodio mixto.

48
Nota: Después de los 2 años iniciales del trastorno ciclotímico (1 año en los niños
y adolescentes), puede haber episodios maníacos o mixtos superpuestos al
trastorno ciclotímico (en cuyo caso se diagnostican ambos trastornos, el
ciclotímico y el trastorno bipolar I) o episodios depresivos mayores (en cuyo caso
se diagnostican ambos trastornos, el ciclotímico y el trastorno bipolar II).

D. Los síntomas del Criterio A no se explican mejor por la presencia de un


trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un
trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no
especificado.

E. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una


sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a una enfermedad médica (p. ej.,
hipertiroidismo).

F. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social,


laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

• Trastorno del estado de ánimo debido a enfermedad médica:


A. En el cuadro clínico predomina una notable y persistente alteración del estado
de ánimo, caracterizada por uno (o ambos) de los siguientes estados:

1. estado de ánimo depresivo o notable disminución de intereses o del placer en


todas o casi todas las actividades
2. Estado de ánimo elevado, expansivo o irritable

B. A partir de la historia clínica, la exploración física o las pruebas de laboratorio,


hay pruebas de que la alteración es una consecuencia fisiológica directa de una
enfermedad médica.

C. La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental (p.


ej., un trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo en respuesta al estrés
de tener una enfermedad médica).

D. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un delirium.

E. Los síntomas provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o


de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

• Trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias:

A. En el cuadro clínico predomina una notable y persistente alteración del estado


de ánimo caracterizada por uno (o ambos) de los siguientes estados:

49
1. estado de ánimo depresivo o notable disminución de intereses o del placer en
todas o casi todas las actividades
2. estado de ánimo elevado, expansivo o irritable

B. A partir de la historia clínica, la exploración física o los exámenes de


laboratorio, hay pruebas de que 1 o 2:

1. los síntomas del Criterio A aparecen durante o en el mes siguiente a una


intoxicación o abstinencia
2. el empleo de un medicamento está etiológicamente relacionado con la
alteración

C. La alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno del estado de


ánimo que no sea inducido por sustancias. Las pruebas de que los síntomas no
son atribuidles a un trastorno del estado de ánimo no inducido por sustancias
pueden ser las siguientes: los síntomas preceden al inicio del consumo de la
sustancia (o al consumo del medicamento); los síntomas persisten durante un
período sustancial de tiempo (p. ej., alrededor de 1 mes) después del final de la
abstinencia aguda o la intoxicación grave, o son claramente excesivos respecto a
lo que sería esperable dado el tipo o la cantidad de la sustancia utilizada o la
duración de su uso; o hay otros datos que sugieren la existencia independiente de
un trastorno del estado de ánimo no inducido por sustancias (p. ej., una historia de
episodios depresivos mayores recidivantes).

D. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un delirium.

E. Los síntomas provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o


de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Nota: Este diagnóstico debe hacerse en lugar de un diagnóstico de intoxicación


por sustancias o abstinencia de sustancias únicamente si los síntomas exceden de
los normalmente asociados con el síndrome de intoxicación o abstinencia y
cuando son de suficiente gravedad como para merecer una atención clínica
independiente.

• Trastorno del estado de ánimo no especificado:

En esta categoría se incluyen los trastornos que poseen características bipolares,


pero que no llegan a cumplir todos los criterios; por ejemplo:

Alternancia muy rápida de síntomas, tanto maníacos como depresivos que no


cumplen la duración mínima como para ser considerados un episodio maníaco,
hipomaníaco o depresivo mayor, respectivamente.

Cuando el episodio maníaco o mixto ocurre mientras hay un trastorno delirante,

50
una esquizofrenia residual o un trastorno psicótico no especificado.

Cuando no es posible realizar un diagnóstico de trastorno ciclotímico, porque


aparecen episodios hipomaníacos junto con episodios depresivos con una
frecuencia insuficiente.

En situaciones en las que el evaluador sabe que es un trastorno bipolar, pero no


puede discernir si se trata de un trastorno primario o secundario debido a
enfermedad médica o inducido por alguna sustancia.

Trastornos de ansiedad
El DSM-IV clasifica aquí los siguientes trastornos:

• Trastorno de angustia (con agorafobia o sin ella) o agorafobia sin


trastorno de angustia:

Se caracteriza por la aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos,


acompañados de al menos cuatro de los siguientes síntomas. De inicio brusco y
muy rápido, llegando a su pico a los 10’.
Los síntomas son:
- palpitaciones o elevada frecuencia cardíaca
- sudoración
- temblores o sacudidas
- sensación de ahogo
- sensación de atragantamiento
- presión o malestar torácico
- náuseas o molestias abdominales
- inestabilidad, mareo o desmayo
- desrealización
- miedo a perder el control o volverse loco
- miedo a morir
- parestesias
- escalofríos o sofocaciones

• Fobia específica:

Una fobia (palabra derivada de Fobos (en griego antiguo Φόϐος, ‘pánico’, que era
la personificación del miedo en la mitología griega, hijo de Ares y Afrodita) es un
trastorno de salud emocional que se caracteriza por un miedo intenso y
desproporcionado ante objetos o situaciones concretas como, por ejemplo, a los
51
insectos (entomofobia) o a los lugares cerrados (claustrofobia). También se suele
catalogar como fobia un sentimiento de odio o rechazo hacia algo que, si bien no
es un trastorno de salud emocional, sí genera muchos problemas emocionales,
sociales y políticos (véase xenofobia, es decir, el odio a los extranjeros o
extraños). Un estudio en EE.UU. por el National Institute of Mental Health (NIMH)
halló que entre el 8,7% y el 18,1% de los estadounidenses sufren de fobias.2
Discriminando edad y género, se encontró que las fobias son la más común
enfermedad mental entre mujeres en todos los grupos etarios y la segunda más
común psicopatía en hombres mayores de 25.

Algunos ejemplos pueden ser:

• Acrofobia o Vértigo: miedo a las alturas


• Agorafobia: miedo a los lugares abiertos.
• Antropofobia: miedo a las personas o a la sociedad.
• Aracnofobia: miedo a las arañas o a los arácnidos.
• Autofobia: miedo de quedarse solo.
• Bogifobia: miedo a los duendes.
• Canofobia : miedo a los perros.
• Claustrofobia: miedo a los lugares cerrados.
• Coniofobia: miedo al polvo.
• Coulrofobia: miedo a los payasos.
• Crometofobia o Crematofobia: Miedo al dinero y valores de capital.
• Dendrofobia: miedo a los árboles
• Efebofobia: temor hacia los jóvenes o adolescentes.
• Entomofobia: miedo a los insectos.
• Enoclofobia, Demofobia u Oclofobia: miedo a las multitudes de personas,
ya sean en lugares abiertos o cerrados.
• Gamofobia: horror del matrimonio.
• Hemofobia: miedo a la sangre.
• Hexakosioihexekontahexafobia: miedo irraccional al número 666.
• Hidrofobia: miedo al agua.
• Hoplofobia: temor, miedo a las armas o mas bien, las armas de fuego.
• Islamofobia: temor inducido en contra de las culturas islámicas o
musulmanas.
• Lalofobia: miedo a hablar a otros o al público en general.
• Lutrafobia: temor a las nutrias.
• Leucofobia: miedo al color blanco.
• Ligofobia: miedo a la oscuridad.
• Necrofobia: miedo a los muertos/cadáveres.
• Nictofobia: temor a la oscuridad.
• Numerofobia: miedo a los números
• Ponofobia: miedo a hacer cualquier trabajo.
• Quimiofobia o chemofobia: prejuicio contra las sustancias químicas.
• Radiofobia: miedo a la radiación.
• Rupofobia: miedo a la suciedad.

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• Sexofobia: Miedo al sexo, o a algunas de sus practicas.
• Segregarefobia: Miedo al rechazo social.
• Selacofobia: Miedo irracional a los tiburones.
• Telefonofobia: miedo a los teléfonos.
• Tremofobia: miedo a los temblores.
• Venustrafobia: miedo a las mujeres hermosas.
• Xenofobia: temor o desagrado en contra de los extraños o extranjeros.
• Zemifobia: temor a los topos.
• Zoofobia: temor a los animales.
• Araquibutirofobia: temor a que la mantequilla de maní quede pegada en el
paladar

• Fobia social:

La fobia social o ansiedad social es un trastorno psicológico del espectro de los


trastornos de ansiedad. Como cualquier fobia, se centra en el miedo mayor o
menor (suele ser grave para considerarse fobia) frente a varios tipos de
situaciones, entre las que destacan:

• Encuentros inesperados con conocidos, familiares, amigos, etc.


• Reuniones sociales en las que tendrá que relacionarse.
• Mantener fija la mirada con alguien.

Estas situaciones y otra serie de sucesos hacen que el que la padezca se sienta
inseguro, acechado, incómodo, con sensaciones intensas y desagradables acerca
de lo que pueden estar hablando de él (cierta paranoia).

Se suele desarrollar en la juventud, después de la adolescencia. Su aparición es


mucho más común de lo que se piensa popularmente, y no hay que considerar
esta fobia como extraña. Aceptarlo abiertamente en público es el mejor modo de
comenzar a superarlo, para poder intentar sentirse mejor comprendido y de ese
modo, aminorar la angustia.

La intensa ansiedad y angustia en situaciones de desenvolvimiento social, resulta


especialmente perturbadora en los jóvenes, para quienes es de capital importancia
la pertenencia a un grupo o el inicio de relaciones laborales y de pareja. En un
intento de aliviar sus síntomas, descubren y utilizan, una y otra vez, el efecto
desinhibidor del alcohol (“voy a tomar algo fuerte para darme coraje”), ansiolíticos
y otros tóxicos.

Quienes padecen de fobia social experimentan un temor exagerado a ser objeto


de juicios negativos por parte de otros. Es por ello que evitan de modo constante
un gran número de actividades de orden social ya que cuando se exponen a las
mismas sufren una gran tensión y síntomas tales como rubor, palpitaciones,
transpiración profusa y temblor. Las situaciones temidas pueden ser o numerosas,
y en este caso se trata del subtipo generalizado (concurrir a fiestas o reuniones,

53
conocer gente nueva, participar de pequeños grupos de trabajo, realizar
conquistas amorosas) o únicas y específicas, subtipo discreto (dar un discurso,
actuar frente al público, ir al baño cuando hay personas en el ambiente contiguo)

Los síntomas suelen presentarse al inicio de la adolescencia y pueden continuar


durante toda la vida, lo que tiene graves consecuencias negativas en la vida
social, laboral y afectiva. A menudo las personas cercanas suelen confundir
erróneamente la fobia social con la timidez, pero una persona que padezca fobia
social no tiene porque ser necesariamente tímida.

La fobia social como cualquier otra fobia es un mecanismo desarrollado para evitar
situaciones potencialmente peligrosas para la supervivencia, pero en la sociedad
moderna este mecanismo es un problema mayor que el propio peligro, pues
incapacita a la persona el poder hacer una vida como desea. El exponerse a la
situación temida puede provocar un ataque de ansiedad, y el miedo a sufrir ese
ataque es el principal motivo por el que la persona nunca se atreva a enfrentarse a
sus miedos. También la ansiedad suele ser un acompañante habitual de quien
padece fobia social.

• Trastorno obsesivo-compulsivo:
El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un trastorno perteneciente al
grupo de los desórdenes de ansiedad (como la agorafobia, la fobia social, etc).
Considerado hasta hace algunos años como una enfermedad psiquiátrica rara que
no respondía al tratamiento, actualmente es reconocido como un problema común
que afecta al 2% de la población, es decir, a más de 100 millones de personas en
el mundo. El descubrimiento de que algunos fármacos son eficaces en el
tratamiento del T.O.C. ha cambiado el punto de vista que se tenía de esta
enfermedad. Hoy no sólo existen terapias eficaces sino que también hay una gran
actividad investigadora sobre las causas que producen esta enfermedad y una
búsqueda de nuevos tratamientos.

Una persona con T.O.C. se da cuenta de que tiene un problema. Normalmente,


sus familiares y amigos también se dan cuenta. Los pacientes suelen sentirse
culpables de su conducta anormal y sus familiares pueden enfadarse con ellos
porque no son capaces de controlar sus compulsiones. Otras veces, en su deseo
de ayudarles, pueden aparentar que los síntomas no existen, justificarlos o,
incluso, colaborar en sus rituales (acción que se considera contraproducente).

Los síntomas y la importancia que implica el T.O.C. pueden presentarse a


cualquier edad, teniendo una mayor prevalesencia desde la adolescencia 1
pudiendo producir una importante discapacidad: la OMS lo incluye entre las 20
primeras enfermedades discapacitantes con una prevalencia del 0,8% en los
adultos y del 0,25% en niños y adolescentes, y entre las 5 enfermedades
psiquiátricas más comunes.2 Las personas que padecen T.O.C. no son enfermos
mentales per se, y deben ser tratados con la mayor ética profesional.

54
El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un síndrome psiquiátrico
perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad caracterizado por:

• Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y


persistentes que son egodistónicos, es decir, que no son experimentados
como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos que
invaden la conciencia y que son vividos como repugnantes o sin sentido. El
enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, a veces sin
conseguirlo.
• Compulsiones: son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que
se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada. La conducta
no es un fin en sí misma, sino que está diseñada para producir o evitar
algún acontecimiento o situación futura, relacionados con la obsesión en
cuestión, por lo que su realización reduce la ansiedad provocada por la
última. Sin embargo, o bien la actividad no se halla conectada de forma
realista con lo que se pretende impedir o provocar, o bien puede ser
claramente excesiva. El acto se realiza con una sensación de compulsión
subjetiva junto con un deseo de resistir a la compulsión, por lo menos
inicialmente. Por lo general, el individuo reconoce la falta de sentido de la
conducta (algo que no siempre ocurre en niños pequeños) y no obtiene
placer en llevar a cabo esta actividad, aunque ésta disminuye la ansiedad
provocada por su obsesión. En las personas que sufren este tipo de
desorden, el pensamiento aparece dominado por una idea intrusiva o
secuencia de ideas, que buscan apagar con comportamientos rituales, casi
siempre muy caprichosos. Son plenamente conscientes de su trastorno,
que es vivido como un malestar y puede estar asociado a un sentimiento de
culpa o de vergüenza.

• Las obsesiones y las compulsiones: son una fuente significativa de malestar


para el individuo o interfieren en su funcionamiento social.
• No debe confundirse con los desórdenes fóbicos.
• El trastorno obsesivo-compulsivo estadísticamente es igual de frecuente en
varones que en mujeres.

• Trastorno por estrés postraumático:

El trastorno por estrés postraumático o TEPT es un trastorno psicológico


clasificado dentro del grupo de los trastornos de ansiedad, que sobreviene como
consecuencia de la exposición a un evento traumático que involucra un daño
físico. Es una severa reacción emocional a un trauma psicológico extremo. El
factor estresante puede involucrar la muerte de alguien, alguna amenaza a la vida
del paciente o de alguien más, un grave daño físico, o algún otro tipo de amenaza
a la integridad física o psicológica, a un grado tal, que las defensas mentales de la
persona no pueden asimilarlo. En algunos casos, puede darse también debido a
un profundo trauma psicológico o emocional y no necesariamente algún daño
físico; aunque generalmente involucra ambos factores combinados. Si una madre

55
o un padre es afectada(o), el TEPT puede causar consecuencias negativas para la
relación padres-hijo y el desarrollo del niño.

El tiempo mínimo de evolución de los síntomas de es un mes. Las alteraciones


provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo. El trastorno es agudo si los síntomas
persisten menos de tres meses. Su prolongación hará que se considere crónico.
En los casos en los cuales los síntomas se inician después de seis meses de
padecido el evento traumático, se considerará de inicio demorado.

• Trastorno por estrés agudo:

Este trastorno se caracteriza por la aparición de un conjunto de síntomas de


ansiedad que tienen lugar después de la exposición a un acontecimiento
altamente traumático. Estas alteraciones duran más de dos días, hasta un máximo
de cuatro semanas y aparecen el primer mes, desde que se presenta el evento
traumático. (Si durasen los síntomas más de cuatro semanas, el diagnóstico sería
“Trastorno de estrés postraumático).

• Trastorno de ansiedad generalizada:

El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es uno de los trastornos de


ansiedad, junto con las fobias específicas (orientadas hacia un objeto
determinado), la fobia social, el trastorno por estrés postraumático, la agorafobia,
el trastorno de pánico o el trastorno obsesivo-compulsivo.

Se caracteriza por un patrón de preocupación y ansiedad frecuente y persistente


respecto de una variedad de eventos o actividades. Los síntomas deben
extenderse al menos por 6 meses para poder efectuar el diagnóstico.

Los síntomas psicológicos son: preocupación crónica y exagerada, agitación,


tensión e irritabilidad, aparentemente sin causa alguna, o más intensas de lo que
sería razonable en esa situación en particular. La gente que la padece también
puede tener problemas de concentración y dificultades para conciliar el sueño
(siendo el primero que se afecta en cualquier trastorno), con frecuencia suelen
aparecer signos físicos, como temblores, dolor de cabeza, mareos, agitación,
tensión muscular, dolores o molestias, molestias abdominales y sudoración.

El TAG está probablemente causado por una combinación de factores biológicos y


de circunstancias vitales. Muchas de las personas que la padecen también
experimentan otros trastornos médicos, como depresión y/o pánico, que al parecer
implican cambios en los procesos químicos cerebrales, en particular anomalías en
los niveles de la serotonina.

56
• Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica:

A. La ansiedad prominente, las crisis de angustia o las obsesiones o


compulsiones predominan en el cuadro clínico.

B. A partir de la historia clínica, de la exploración física o de las pruebas de


laboratorio se demuestra que las alteraciones son la consecuencia fisiológica
directa de una enfermedad médica.

C. Estas alteraciones no pueden explicarse mejor por la presencia de otro


trastorno mental (p. ej., trastorno adaptativo con ansiedad en el que el agente
estresante es una enfermedad médica grave).

D. Estas alteraciones no aparecen exclusivamente en el transcurso de un delirium.

E. Estas alteraciones provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro


social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

• Trastorno de ansiedad inducido por sustancias:

A. La ansiedad de carácter prominente, las crisis de angustia o las obsesiones


o compulsiones predominan en el cuadro clínico.

B. A partir de la historia clínica, de la exploración física o de las pruebas de


laboratorio se demuestra que 1 o 2:

1. Los síntomas del Criterio A aparecen durante la intoxicación o abstinencia o en


el primer mes siguiente
2. El consumo del medicamento está relacionado etiológicamente con la alteración
C. La alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno de ansiedad
no inducido por sustancias. Entre las pruebas que demuestran que los síntomas
pueden atribuirse más correctamente a un trastorno de ansiedad no inducido por
sustancias se incluyen las siguientes: la aparición de los síntomas precede al
consumo de la sustancia (o medicamento); los síntomas persisten durante un
tiempo considerable (p. ej., alrededor de 1 mes) después del final del período
agudo de intoxicación o de abstinencia, o son claramente excesivos en
comparación con los que cabría esperar teniendo en cuenta el tipo o la cantidad
de sustancia consumida o la duración de este consumo; o existen otras pruebas
que sugieren la existencia de un trastorno de ansiedad independiente no inducido
por sustancias (p. ej., una historia de episodios de carácter recidivante no
relacionados con sustancias).
57
D. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un delirium.

E. La alteración provoca un malestar clínicamente significativo o deterioro social,


laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Trastornos somatomorfos

Son trastornos con síntomas físicos que sugieren una enfermedad médica, pero
que, luego de la evaluación requerida, no pueden explicarse completamente por la
presencia de una enfermedad física. Tampoco se explican por otro trastorno
mental (por ejemplo, una depresión o un trastorno ansioso). Los síntomas
ocasionan un malestar significativo en el individuo o interfieren en su vida
cotidiana. Se describen los siguientes:

• Trastorno de somatización:

El trastorno de somatización (llamada antiguamente "histeria") es un diagnóstico


psiquiátrico aplicado a pacientes quienes se quejan crónica y persistentemente de
varios síntomas físicos que no tienen un origen físico identificable. Una explicación
etiológica común es que conflictos psicológicos internos son expresados como
signos físicos.

• Trastorno somatomorfo indiferenciado:

Los pacientes con desorden de somatización por lo general visitarán muchos


doctores intentando obtener el tratamiento que imaginan necesitar.

Sintomas:

• Una historia de síntomas somáticos antes de la edad de 30 años;


• Dolor en por lo menos cuatro diferentes partes del cuerpo;
• Dos problemas gastrointestinales, que no sean dolor, como por ejemplo
vómito o diarrea;
• Un síntoma sexual, tal como falta de interés o disfunción eréctil;
• Un síntoma psiconeurológico similar a aquellos vistos en el trastorno de
conversión, tales como desmayo o ceguera.

Tales síntomas no pueden relacionarse a condición médica alguna. No todos los


síntomas pueden ocurrir en el curso del trastorno. Si una condición médica está
presente, entonces los síntomas deben ser lo suficientemente severos como para
justificar un diagnóstico separado. Una misma queja no pueden ser contabilizados
como dos síntomas (ejemplo: si un paciente se queja de dolor al tener relaciones,
no puede considerarse como un síntoma de dolor y un síntoma sexual por
separado). Finalmente, los síntomas no pueden ser simulados para ganar atención

58
u otra clase de ganancia por enfermedad, y no pueden ser inducidos
deliberadamente.

• Trastorno de conversión:

En que luego de una experiencia traumatizante, la persona desarrolla un síntoma


como ceguera total o parcial, pérdida de sensación en alguna parte del cuerpo, o
parálisis (entre otros). Es muy importante asegurarse que haya habido una
experiencia traumatizante poco antes del trastorno. Es tan común en hombres
como mujeres, y los casos generalmente se curan solos con el tiempo. Sin
embargo, es importante asegurarse que no haya un problema físico.

• Trastorno por dolor :

Es un diagnóstico psiquiátrico aplicado a pacientes quienes se quejan crónica y


persistentemente de dolor físico en una o más regiones del cuerpo, que no tienen
un origen físico identificable sino que se piensa que es causado por estrés
psicológico.1 El dolor suele ser tan grave que afecta el funcionamiento y
desenvolvimiento adecuado de los pacientes.2 Puede durar unos pocos días o
bien varios años. Es un trastorno que puede comenzar a cualquier edad, y más
mujeres que hombres la padecen. El trastorno de dolor es un tipo de trastorno
somatomorfo que menudo se produce después de un accidente o durante una
enfermedad que ha causado verdadero dolor y que luego toma vida propia

• Hipocondría:

Es una enfermedad por la que el/la paciente cree de forma infundada que padece
alguna enfermedad grave. El origen del término hace referencia a una región
anatómica, el hipocondrio, situada bajo las costillas y el apéndice xifoides del
esternón, donde según la escuela médica humoral se creía que se acumulaban los
vapores causantes de este mal. La hipocondría es, en esencia, una actitud que el
individuo adopta ante la enfermedad. La persona hipocondríaca está
constantemente sometida a un análisis minucioso y preocupado de sus funciones
fisiológicas básicas, pensando en ellas como una fuente de segura enfermedad
biológica.

La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a


padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la
interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en
el cuerpo. Puede ocurrir, por ejemplo, con lunares, pequeñas heridas, toses,
incluso latidos del corazón, movimientos involuntarios, o sensaciones físicas no
muy claras. Aunque el médico le asegure que no tiene nada, el hipocondríaco
solamente se queda tranquilo un rato, pero su preocupación vuelve de nuevo.

59
La interpretación catastrófica de los signos corporales más ínfimos por parte del
individuo, es el mecanismo que desencadena la hipocondría. Se sabe que este
trastorno afecta a menudo a ambientes familiares, es decir, que muchos miembros
de una familia tienden a estar afectados. Hay familias que son especialmente
sensibles y están muy inclinadas hacia la interpretación de los signos de
enfermedad en todos los ámbitos de la vida. De esta forma, los miembros de la
misma familia aprenden a interpretar de negativamente cualquier signo corporal y
lo asocian con angustia, miedo o ansiedad.

No debemos descartar que una persona hipocondríaca esté realmente enferma.


En muchas ocasiones lo que hace es centrar su atención en síntomas leves o
imaginarios (mareos, dolor de cabeza, etc.), y no en los verdaderamente
importantes. Asimismo, el hipocondríaco al centrar su atención emocional en una
determinada función biológica, puede terminar por formar síntomas orgánicos
reales (reacciones psicosomáticas).

• Trastorno dismórfico corporal:

Consiste en una preocupación fuera de lo normal por algún defecto físico, ya sea
real o imaginado. Si dicho defecto existe, la preocupación y ansiedad
experimentada por estas personas es excesiva, ya que lo perciben de un modo
exagerado, un cuadro psicopatológico descrito por primera vez en 1891 por el
italiano Enrico Morselli (1852-1929), quien acuñó el término en 1886.
En su práctica, Freud tuvo al menos un paciente con este desorden; el aristócrata
ruso Sergei Pankejeff, tildado como "El hombre de los lobos (der Wolfsmann)" por
Freud en orden a proteger la identidad de Pankejeff , por la preocupación excesiva
de este por su nariz.

A. Preocupación por algún defecto imaginado del aspecto físico. Cuando hay
leves anomalías físicas, la preocupación del individuo es excesiva.

B. La preocupación provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social,


laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

C. La preocupación no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental


(p. ej., insatisfacción con el tamaño y la silueta corporales en la anorexia nerviosa).

La dismorfofobia, también denominada trastorno dismórfico corporal o síndrome


de distorsión de la imagen, es un trastorno de la percepción y valoración corporal
que consiste en una preocupación exagerada por algún defecto inexistente en la
apariencia física, o bien, en una valoración desproporcionada de posibles
anomalías físicas que pudiera presentar un individuo aparentemente normal.

La fobia a la deformidad física es un cuadro clínico bastante frecuente; quienes


poseen la convicción obsesiva de tener una parte o todo el cuerpo deformes
sufren angustia por su supuesta “fealdad” y tienden a que imperfecciones

60
minúsculas asuman una importancia desmesurada. Las quejas pueden
concretarse en cualquier parte del cuerpo y afectan por igual a personas atractivas
y a quienes no lo son.

Los estudios demuestran que en el 45 % de los casos la queja se centra en la


forma de la nariz, si bien, las alteraciones, imaginarias o mínimas, pueden
corresponder a la cara (granos, boca, mandíbula...), el peso, la estatura, el trasero,
la barriga, el cabello, los pechos, pies, manos, genitales, piernas, etc.

Esta fobia o miedo a no tener un aspecto normal se observa con más frecuencia
en los adolescentes de ambos sexos y esta extremadamente ligada a las
transformaciones que se dan en la pubertad, comenzando hacia los doce años y
finalizando, en los casos no patológicos, hacia los dieciocho o veinte años

Trastornos facticios

Están constituidos por síntomas tanto físicos como psicológicos que son falsos,
creados intencionalmente para asumir el papel de enfermo. Se clasifican en:

• Trastorno facticio:

Los trastornos facticios están caracterizados por síntomas físicos o psicológicos


que son intencionalmente producidos o representados para asumir el rol de
enfermo. Sin embargo, la presencia de síntomas facticios no descarta la
coexistencia de síntomas físicos o psicológicos reales.

La determinación de que un síntoma es producido intencionalmente se hace tanto


por la evidencia directa como por la exclusión de otras causas. El trastorno facticio
debe diferenciarse de los actos de simulación. El rasgo esencial del trastorno
facticio es la producción intencional de signos o síntomas físicos o psicológicos.

Los individuos con el trastorno facticio generalmente presentan su historia clínica


de manera dramática, pero son extremadamente vagos e inconsistentes cuando
se les cuestiona en detalle. Con frecuencia tienen conocimiento extenso de la
terminología médica y de las rutinas hospitalarias.

Luego de que se investiga a fondo que sus quejas principales no tienen


fundamento, a menudo se quejan de otros problemas físicos o psicológicos y
producen más síntomas facticios. Durante su estadía en el hospital, generalmente
tienen pocos visitantes. Cuando se les confronta con evidencia de que sus
síntomas son facticios, los individuos con este trastorno generalmente niegan los
alegatos o rápidamente se dan de alta en contra del consejo médico.

61
Trastornos disociativos

Consisten en una alteración de las funciones integradoras de la conciencia, la


identidad, la memoria y la percepción del entorno (con síntomas como la pérdida
de memoria de eventos traumáticos, sensación de distanciamiento de los propios
procesos mentales y del propio cuerpo, hasta el control del comportamiento por
varios estados de personalidad sucesivos). Se distinguen:

• Amnesia disociativa:

La amnesia es un trastorno del funcionamiento de la memoria, durante el cual


el individuo es incapaz de conservar o recuperar información almacenada con
anterioridad. Las causas de la amnesia son orgánicas o funcionales. Las
orgánicas incluyen daño al cerebro, causado por enfermedades o traumas, o
por uso de ciertas drogas (generalmente sedantes). Las funcionales son
factores psicológicos, como mecanismos de defensa. La amnesia histérica
post-traumática es un ejemplo de este factor. La amnesia puede ser también
espontánea, en el caso de la amnesia transitoria global (TGA por sus siglas en
inglés) se tiene mayor índice de casos en personas entre la edad media y de
avanzada edad, particularmente varones, y usualmente dura menos de 20
horas.

La amnesia de disociativa (amnesia psicógena) se caracteriza por una


incapacidad para recordar información personal importante, generalmente de una
naturaleza traumática o estresante, que es demasiado amplia como para ser
explicada por el olvido ordinario. Es la más común de todos los trastornos
disociativos, y puede verse con frecuencia en las salas de emergencia de los
hospitales (Maldonado et el al., 2002; Steinberg et al., 1993). Además, la amnesia
disociativa se asocia a menudo a otros trastornos psicológicos (por ejemplo,
trastornos de ansiedad, otros trastornos disociativos). Los individuos que sufren de
amnesia disociativa son generalmente conscientes de su pérdida de memoria, la
cual suele ser reversible debido a que los problemas de memoria se dan en el
proceso de recuperación, no en el proceso de codificación. La duración del
trastorno varía desde algunos días a varios años.

• Fuga disociativa:

La fuga disociativa (fuga psicógena) se caracteriza por un viaje repentino e


inesperado lejos del hogar o del trabajo, acompañado por una incapacidad para
recordar su pasado y confusión sobre la identidad personal o la asunción de una
nueva identidad. Estas personas son vistas como normales por los demás. És
decir, su psicopatología no es obvia. No suelen ser conscientes de su pérdida de
memoria.

62
• Trastorno de identidad disociativo:

El trastorno de identidad disociativo es un diagnóstico controvertido descrito en


el DSM IV como la existencia de una o más identidades o personalidades en un
individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente. Al
menos dos de estas personalidades deben tomar control del comportamiento del
individuo de forma rutinaria, y están asociadas también con un grado de pérdida
de memoria más allá de la falta de memoria normal. A esta perdida de memoria
se le conoce con frecuencia como tiempo perdido o amnésico. Para ser
diagnosticado, los síntomas deben ocurrir independientemente del abuso de
substancias o una condición médica general (inducción).

El trastorno de identidad disociativo fue llamado en un comienzo trastorno de


personalidad múltiple, como referencia a esto, el nombre se mantiene en la
Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas
Relacionados con la Salud. Aunque el trastorno lleva por nombre trastorno de
identidad disociativo, este no esta relacionado de ninguna manera con la
esquizofrenia. Aunque el término de "personalidad dividida", es un término
ampliamente asociado con la esquizofrenia, este no es un término aceptado por
profesionales en relación con la identidad disociativa.

Las personas con un trastorno de identidad disociativo pueden experimentar a


menudo un cuadro de síntomas que pueden parecerse a los de otros trastornos
psiquiátricos. Los síntomas pueden ser similares a los de la ansiedad, de las
alteraciones de la personalidad, de la esquizofrenia y de los trastornos afectivos o
de la epilepsia. La mayoría de las personas sufre síntomas de depresión, ansiedad
(dificultad para respirar, pulso acelerado, palpitaciones), fobias, ataques de pánico,
alteraciones del apetito, estrés postraumático y síntomas que simulan los de las
enfermedades físicas. Pueden estar preocupadas por el suicidio y son frecuentes
los intentos, así como los episodios de automutilación. Muchas personas con
trastorno de identidad disociativo abusan del alcohol o de las drogas en algún
momento de su vida.

El cambio de personalidades y la ausencia de consciencia del propio


comportamiento en las otras personalidades hacen a menudo caótica la vida de
una persona con este trastorno. Como las personalidades con frecuencia
interactúan entre ellas, la persona dice oír conversaciones internas y las voces de
otras personalidades. Esto es un tipo de alucinaciones.

Hay varios signos característicos del trastorno de la personalidad disociativo:

• Síntomas diferentes que ocurren en distintos momentos.


• Una capacidad fluctuante para asumir sus funciones, desde la eficacia en el
trabajo y en la casa hasta la inhabilidad.
• Intensos dolores de cabeza y otros síntomas físicos.
• Distorsiones y errores en el tiempo y amnesia.

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• Despersonalización y desrealización (sentimiento de estar separado de uno
mismo y experimentar su medio como irreal).

Las personas con un trastorno de identidad disociativo frecuentemente oyen


hablar a otros de lo que ellas han hecho pero que no recuerdan. Otras pueden
mencionar cambios en su comportamiento que ellas tampoco recuerdan. Pueden
descubrir objetos, productos o manuscritos con los que no contaban o que no
reconocen. A menudo se refieren a sí mismas como “nosotros”, “él” o “ella”.
Mientras que, en general, las personas no pueden recordar mucho acerca de sus
primeros cinco años de vida, la persona con un trastorno de identidad disociativo
no recuerda tampoco lo ocurrido entre sus 6 y 11 años.

Las personas con un trastorno de identidad disociativo tienen típicamente una


historia de tres o más diagnósticos psiquiátricos previos diferentes y que no han
respondido al tratamiento. Estas personas están muy preocupadas por temas de
control, tanto el autocontrol como el control de los demás.

• Trastorno de despersonalización:

Se caracteriza por una sensación persistente o recurrente de estar separado de


los propios procesos mentales o del propio cuerpo. Las personas que padecen
este trastorno dicen sentirse como si estuvieran mirando sus vidas desde fuera de
sus cuerpos, como si vieran una película.

Trastornos sexuales y de la identidad sexual

Son los relacionados con la sexualidad. Son de tres tipos:

• Trastornos sexuales: las llamadas disfunciones sexuales, entendidas


como alteraciones del deseo, cambios psicofisiológicos en la respuesta
sexual normal, malestar o problemas interpersonales relacionados con el
tema:
o Trastornos del deseo sexual (deseo sexual hipoactivo y trastorno por
aversión al sexo)
o Trastornos de la excitación sexual (en la mujer y de la erección en el
varón)
o Trastornos orgásmicos (femenino y masculino, y eyaculación precoz)
o Trastornos sexuales por dolor (dispareunia y vaginismo)
o Trastorno sexual debido a una enfermedad médica, inducido por
sustancias, o no especificado.

• Parafilias: son impulsos sexuales, fantasías, o comportamientos


recurrentes e intensos que implican objetos o actividades poco habituales.

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Sin embargo, para considerarse un trastorno mental debe además causar
daño a otro (por ejemplo, la pedofilia), o deteriorar la vida del sujeto:
o Exhibicionismo:

En sentido amplio el exhibicionismo (del latín exhibere, "mostrar") es la


inclinación de un individuo a exponerse en público de forma espontánea y
excesiva, sin ajustarse a las normas sociales. Dicha inclinación implica también
el continuo hablar de convicciones, sentimientos, capacidades, aversiones o
gustos, sin invitación previa para ello. Mostrarse de forma ostentosa puede ser
también una forma de exhibicionismo.

En sentido estricto, el exhibicionismo es el gusto del individuo por desnudar y


mostrar los órganos genitales de forma impulsiva y gratuita. En la psicología
moderna, el exhibicionismo durante la infancia o pubertad no es considerado
una enfermedad. Sin embargo existe una seria discusión sobre si considerarlo
una enfermedad en personas adultas. Hasta hace algunos años se ha
clasificado al exhibicionismo casi siempre como una "perversión psicosexual",
a partir de esta denominación surge la pregunta de si el término "perversión"
indica una enfermedad o si se trata simplemente de una preferencia sexual de
una minoría. En todo caso, el término "perversión" ya no es aplicable si
hablamos del exhibicionismo como un aspecto que enriquece y forma parte
normal de la vida sexual del individuo.

o Fetichismo:

Fetichismo es la devoción hacia los objetos materiales, por lo general se les


denomina "calé", a los que se ha denominado fetiches. El fetichismo es una forma
de creencia o práctica religiosa en la cual se considera que ciertos objetos poseen
poderes mágicos o sobrenaturales y que protegen al portador o a las personas de
las fuerzas naturales. Los amuletos también son considerados fetiches.

o Frotismo:

El frotismo o froteurismo (del francés frotteurisme) es una parafilia consistente


en la excitación erótica mediante el rozamiento del órgano genital (u otra parte del
cuerpo) con el cuerpo de otra persona sin su consentimiento. El frotista (o
froteurista) actúa en lugares públicos y abarrotados como discotecas, conciertos o
metros y otros medios de transporte sin que, generalmente, la víctima se dé
cuenta. Al igual que en el voyeurismo, esta conducta no es, normalmente,
precedente de una actividad sexual posterior.

Tras la práctica frotista, el individuo únicamente suele masturbarse recordando la


escena. Este comportamiento, que suele tener un carácter pasajero, afecta sobre
todo a hombres entre 15 y 20 años.1

En algunas sociedades el frotismo es considerado un delito menor.


65
o Pedofilia:

La paidofilia o pedofilia es una parafilia que consiste en que la excitación o el


placer sexual se obtienen, principalmente, a través de actividades o fantasías
sexuales con niños de, generalmente, entre 8 y 12 años. A la persona que padece
pedofilia se le denomina pedófilo, un individuo de, al menos, 16 años que se
entretiene sexualmente con menores de 13 y respecto de los que mantiene una
diferencia de edad de, por lo menos, cinco años.

La pedofilia es un rasgo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se


compone de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual,
de violencia, de control de las pulsiones, etc. En este sentido, se suelen distinguir
dos tipos de pedofilia, una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra
secundaria (u otras), que aparecería motivada por factores circunstanciales.

o Masoquismo sexual:

Masoquismo es una conducta sexual desarrollada por individuos que obtienen


placer a través del dolor físico o de la humillación, el sometimiento, la degradación
o la vejación.
Las variantes del masoquismo dependen de las preferencias del masoquista,
hay quienes obtienen excitación sexual al ser esposados, atados con sogas o
encadenados.
En este caso, la excitación es producida por el hecho de sentirse totalmente
indefensos ante otra persona que es quien tiene el control de la situación.
Dentro del masoquismo encontramos también quienes para llegar al orgasmo
necesitan ser golpeados con la mano, recibir puntapiés, azotados con látigos y
hasta con objetos con púas, llegando a padecer verdaderas flagelaciones.

Otra de las preferencias masoquistas es la de ser dominado y obedecer


sumisamente a otra persona que les imparta órdenes en forma autoritaria y
violenta.

o Sadismo sexual:

El sadismo es una parafilia que consiste en transgredir lo prohibido y ocasionar


dolor a la persona que se posee, y todo esto debido a un miedo inconsciente a ser
castrado. El sadismo es un método para obtener la excitación y el placer sexual
inflingiendo dolor o humillación a la pareja, por el contrario el masoquismo consiste
en obtener el placer sexual a través de sufrir dolor o humillación.

o Fetichismo transvestista:

Se limita al uso de ropas del sexo opuesto. Se refiere a hombres heterosexuales


con fuertes impulsos y fantasías de vestirse con ropas femeninas para excitarse,
agregado al coito o masturbación. Es una condición que puede iniciarse en la
66
niñez o adolescencia y también con el paso del tiempo. A veces, el uso de las
ropas es constante y puede existir una prenda predilecta.

Los transvestistas experimentan placer y relajamiento al portar ropas del sexo


opuesto y manifiestan fruición por la sensación física de la ropa y por mirarse al
espejo. Le permite al hombre expresar su lado sensual, delicado, gracioso, fino,
suave y tierno.

o Voyeurismo:

Puede considerarse como la forma sexualizada de la curiosidad, convirtiéndose


esta curiosidad como fin en sí". La contemplación constituye una perversión
cuando se limita exclusivamente a los genitales, cuando aparece ligada al
vencimiento de la repugnancia, o cuando en vez de preparar el fin sexual lo
reprime.

Es la obtención de excitación sexual al observar en forma oculta y sin el


consentimiento de las victimas, quienes están desnudas o realizando alguna
actividad sexual. Tal acto frecuentemente va asociado a la masturbación, pero no
hay realización de acto sexual posterior a dicha conducta. El voyeurismo adquiere
carácter compulsivo, puede ser pasajero pero frecuentemente es de curso crónico.

Características personales y sociales del sujeto

Esta conducta es predominante en hombres generalmente heterosexuales. La


personalidad de los voyeuristas parece no mostrar rasgos patológicos, pero
coinciden con hombres tímidos durante la adolescencia y tienen dificultad en
establecer relaciones heterosexuales.

El voyeurismo grave es sólo practicado por hombres y el voyeurismo encubierto es


más practicado por las mujeres.

o Parafilia no especificada (escatología telefónica, clismafilia, zoofilia,


necrofilia, coprofilia, urofilia y parcialismo)

• Trastornos de la identidad sexual (disforia de género):

Los trastornos de identidad de género se caracterizan por la existencia de una


incongruencia entre el sexo anatómico del individuo y su propia identidad de
género, entendida ésta como la propia percepción o conciencia de ser hombre o
mujer.

67
1. Trastorno de la identidad sexual en la niñez: se manifiesta antes de
la pubertad y se caracteriza por un profundo y persistente malestar en
relación con el sexo anatómico y el deseo de pertenecer al otro sexo.
2. Transexualismo: caracterizado también por un malestar persistente y
un sentimiento de inadecuación respecto al propio sexo anatómico, pero
en una persona que ha alcanzado la pubertad y acompañado por una
preocupación persistente acerca del cómo deshacerse de las
características sexuales primarias y secundarias del propio sexo y
adquirir las del opuesto. Puede considerarse como las formas más
extremas de los problemas de identidad de género.
3. Trastorno de identidad sexual en la adolescencia o vida adulta, de
tipo no transexual (TISAANT): categoría diagnosticada en los que el
sentimiento de una adecuación respecto al propio sexo no va
acompañado de una preocupación por deshacerse de los caracteres
sexuales propios. Suelo implicar cambios persistentes o recurrentes de
ropa para adoptar el papel de las personas de otro sexo (transvestismo).
4. Trastorno de la identidad sexual no especificado: se incluyen todos
aquellos casos que no reúnen los criterios para el diagnóstico de un
trastorno de la identidad de género específico.

Trastornos de la conducta alimentaria

Los conforman alteraciones graves de la conducta alimentaria, acompañadas o


causadas por una distorsión de la percepción de la propia imagen corporal. Son:

• Anorexia nerviosa:

La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria. Su definición


clínica dice que establece como característica principal la pérdida auto-inducida de
peso, provocada por una preocupación patológica por la forma y el peso del propio
cuerpo, que más tarde se manifiesta mediante el control excesivo de la ingesta de
alimentos. Se presenta normalmente en la adolescencia (14-18años de edad) pero
en otros casos en edades más tardías (20-40 años de edad). Normalmente
aparece en las mujeres, pero también se dan casos masculinos.

Debemos analizar sus características desde las siguientes perspectivas:

• Por lo que se refiere a los hábitos alimenticios, las personas anoréxicas


disminuyen total o parcialmente el consumo de alimentos (baja ingesta de
Ca++ y Vit. D), los seleccionan y observan que sean aquellos que ayuden a

68
la reducción del peso. Llegan a realizar registro diario de las calorías
consumidas y muestran un comportamiento obsesivo por las comidas,
además, en algunos casos, tienen tendencia a comer lo mismo cada día a
fin de mantener un estado máximo de autocontrol.

• El comportamiento de las personas que padecen este trastorno es muy


diferente según el paciente, tienen fases de desarrollo a lo largo de su
enfermedad. Al principio, se convierten en personas que mienten
constantemente a las personas que le rodean, normalmente a la familia,
como método para evitar las comidas. Con motivo de acelerar el proceso de
pérdida de peso corporal, muy rápido al principio, y otros pacientes
practican ejercicio físico en exceso. Algunos incluso toman laxantes y
diuréticos para acelerar el proceso.Unos van aceptando su enfermedad y
dejando de mentir, algunos no consiguen llegar a esta etapa, los que sí lo
consiguen; después son conscientes de su trastorno aunque todavía no son
capaces de dejar a un lado sus deseos de perder peso, pues es donde
plasman todas sus inseguridades, depresión, malestar interior y se van
apartando de la sociedad. Se aíslan, son infelices y aparte de adelgazar,
otra de las cosas que suelen desear es la muerte.

• En cuanto a las características cognitivas (las que tienen que ver con el
razonamiento, la comprensión o el conocimiento) se considera que en la
anorexia nerviosa existe una sobrevaloración de la importancia que tiene la
forma corporal, por lo que se busca de manera insaciable el
adelgazamiento. Se percibe la propia imagen corporal distorsionada, es
decir, más grande de lo que realmente es. Pueden sufrir depresión,
perturbados de leves a graves, ansiedad, tristeza infundada, pensamientos
irracionales y hábitos de autolesión física.

• Bulimia nerviosa:

La bulimia o bulimia nerviosa es un trastorno mental relacionado con la comida.


"Bulimia" proviene del latín būlīmia, que esto a su vez proviene del griego βουλῑμια
(boulīmia), que a su vez se compone de βούς (bús), buey y λῑμος (līmos), hambre.

Significa hambre en exceso o hambre de buey. Es una enfermedad que se da


más en las mujeres que en los hombres aunque hoy en día es una enfermedad
que se da en ambos sexos.

Su característica esencial consiste en que la persona sufre episodios de atracones


compulsivos, seguidos de un gran sentimiento de culpabilidad y sensación de
angustia y pérdida de control. Suele alternarse con episodios de ayuno o de muy
poca ingesta de alimentos, pero al poco tiempo vuelven a sufrir episodios de
ingestas compulsivas.

69
Un atracón consiste en ingerir en un tiempo inferior a dos horas una cantidad de
comida muy superior a la que la mayoría de individuos comerían.

Los individuos con este trastorno se sienten muy avergonzados de su conducta e


intentan ocultar los síntomas. Los atracones se realizan a escondidas o lo más
disimuladamente posible. Los episodios suelen planearse con anterioridad y se
caracterizan (aunque no siempre) por una rápida ingesta de alimento.

Otra característica esencial de este trastorno la constituyen las conductas


compensatorias inapropiadas para evitar la ganancia de peso. Muchos individuos
usan diferentes medios para intentar compensar los atracones: el más habitual es
la provocación del vómito. Este método de purga (patrones cíclicos de ingestión
excesiva de alimentos y purgas) lo emplean el 80-90 por ciento de los sujetos que
acuden a centros clínicos para recibir tratamiento. Los efectos inmediatos de
vomitar consisten en la desaparición inmediata del malestar físico y la disminución
del miedo a ganar peso. Otras conductas de purga son: el uso excesivo de
laxantes y de diuréticos, enemas, realización de ejercicio físico muy intenso y
ayuno.

Trastornos del sueño

• Trastornos primarios del sueño: son alteraciones del ciclo de sueño que
no son producto de otro trastorno, como de la depresión por ejemplo.
Incluyen:

o Disomnias (insomnio primario, hipersomnia primaria, narcolepsia,


trastorno del sueño relacionado con la respiración, trastorno del ritmo
circadiano).

Las Disomnias son trastornos primarios de inicio o mantención del sueño o de


somnolencia excesiva y se caracterizan por una alteración en la cantidad, calidad,
o el momento de dormir. Los pacientes se pueden quejar de dificultad para
conciliar el sueño o permanecer dormido, vigilia intermitente durante la noche,
despertar precoz, o combinaciones de cualquiera de ellos. Episodios transitorios
son generalmente de poca importancia. El estrés, la cafeína, el malestar físico,
dormir una siesta durante el día y una hora de acostarse temprano son factores
comunes.

o Parasomnias (pesadillas, terrores nocturnos, sonambulismo).

La parasomnia es un trastorno de la conducta durante el sueño asociado con


episodios breves o parciales de despertar, sin que se produzca una interrupción
importante del sueño ni una alteración del nivel de vigilia diurno. El síntoma de
presentación suele estar relacionado con la conducta en sí misma. Son más
70
frecuentes en niños, aunque pueden persistir hasta la edad adulta, en la que
tienen un mayor significado patológico

• Trastornos del sueño relacionados con otro trastorno mental (insomnio e


hipersomnia)
• Trastorno del sueño debido a una enfermedad médica
• Trastorno del sueño inducido por sustancias

Trastornos del control de los impulsos no clasificados en otros apartados

Consisten en una dificultad para resistir un impulso de llevar a cabo actos que
pueden ser perjudiciales para otros o para sí mismo. En la mayoría de los casos
se experimenta una tensión intensa antes de ejecutar la acción impulsiva, acción
que libera esta tensión, alcanzando consecuentemente un estado de calma. Se
clasifican como sigue:

• Trastorno explosivo intermitente:

El trastorno explosivo intermitente se encuentra dentro de la categoría de los


trastornos del control de los impulsos. Se caracteriza por el fracaso a la hora de
resistir los impulsos agresivos, dando como resultado asaltos graves o destrucción
seria de propiedades. Ejemplos de este comportamiento incluyen amenazar o herir
a otra persona o romper o dañar intencionadamente un objeto del valor.

El grado de agresividad expresado durante un episodio está fuera de proporción


respecto a cualquier provocación o estrés situacional. El individuo puede describir
los episodios como "ataques" en los que la conducta explosiva está precedida por
una sensación de tensión o activación y seguido inmediatamente por una
sensación de alivio. A menudo, tras el estallido aparece un arrepentimiento
sincero. Más tarde, el individuo puede sentir también remordimiento o vergüenza
por su comportamiento.

La mayoría de estas personas son hombres jóvenes y sus historias muestran a


menudo accidentes de tráfico frecuentes, infracciones y posiblemente impulsividad
sexual. Pueden exhibir una sensibilidad extrema al alcohol.

Este trastorno está rodeado de cierta polémica porque algunos autores creen
que es solamente un síntoma de otro trastorno más que un desorden en sí
mismo.

• Cleptomanía:

Es un trastorno del control de impulsos que lleva al robo compulsivo de objetos,


sobre todo si son de alta gama.

71
Cuando esta obsesión provoca excitación sexual, se utiliza el término sexópata
con necesidad de robar cleptofilia. El cleptómano, a diferencia del ladrón, roba por
necesidad de satisfacer un desorden mental, mientras que el último robar, por
diversión, o necesidad de satisfacer un deseo material, económico o social
llegando incluso al profesionalismo. Un ladrón puede pasar horas, días e incluso
años planeando un gran golpe, mientras el cleptómano obedece generalmente a
un impulso relativo dependiendo del lugar y tiempo en que se encuentre.

• Piromanía:

(del griego πυρός pyrós, "fuego") es un trastorno o enfermedad psicológica de


trastorno del control de los impulsos, que produce un gran interés por el fuego,
cómo producirlo, observarlo y extinguirlo. La persona que padece piromanía recibe
el nombre de pirómano.

La sintomatología esencial es producir incendios de forma deliberada y consciente


en más de una ocasión conllevando una importante tensión y activación afectivas
antes del incendio con una gran liberación e intenso placer o alivio al encender el
fuego, presenciarlo o al participar en sus consecuencias.

Además el sujeto, denominado comúnmente piromaníaco o pirómano, suele sentir


relajación, placer, interés, curiosidad y atracción por todo lo relacionado como
pueden ser las estaciones de bombero.

El pirómano no debe ser confundido con el incendiario que es aquella persona que
intencionadamente decide quemar una parcela de terreno u objetos (específicos o
no) con ánimo de lucro o simplemente por hacer daño.

• Juego patológico:

La Ludopatía o Ludomanía (Et: Del latín ludus, juego y del griego πάθεια,
patheia, afección o padecimiento) es un impulso irreprimible de jugar a pesar de
ser consciente de sus consecuencias y del deseo de detenerse. Es así como se
considera como un trastorno del control de los impulsos, y por ello la American
Psychological Asociación no lo considera como una adicción.

Si bien el sistema DSM (III, III-R y IV1) y la CIE-102 incluye este trastorno entre
las alteraciones debidas a un bajo control de los impulsos, lo cierto es que los
criterios diagnósticos operativos DSM tienen exactamente el mismo diseño que el
de las adicciones a sustancias, lo que muestra la concepción subyacente para la
enfermedad en ese sistema: se trata de un problema adictivo "sin sustancia"
incluido en un apartado que no es el suyo. Juego patológico Los casos extremos
de ludopatía podrían cruzar la barrera del trastorno mental desencadenando lo
que se conoce como "Juego Patológico". El juego patológico fue reconocido como
trastorno psiquiátrico por el DSM-III, pero los criterios fueron reelaborados
significativamente basándose en estudios a gran escala y métodos estadísticos en

72
el DSM-IV. Según la definición de la Sociedad de Psiquiatría de Estados Unidos,
el juego patológico es un trastorno del control de los impulsos, tratándose de una
enfermedad mental crónica y progresiva.

De acuerdo con el DSM-IV, el juego patológico se define actualmente de manera


separada a la de un episodio maniaco. Sólo cuando el juego se da de forma
independiente de otros trastornos impulsivos, del pensamiento o del estado de
ánimo se considera como una patología aparte. Para recibir el diagnóstico, el
individuo debe cumplir al menos tres de los siguientes síntomas:

1. Preocupación. El sujeto tiene pensamientos frecuentes sobre experiencias


relacionadas con el juego, ya sean presentes, pasadas o producto de la
fantasía.
2. Tolerancia. Como en el caso de la tolerancia a las drogas, el sujeto requiere
apuestas mayores o más frecuentes para experimentar la misma emoción.
3. Abstinencia. Inquietud o irritabilidad asociada con los intentos de dejar o
reducir el juego.
4. Evasión. El sujeto juega para mejorar de su estado de ánimo o evadirse de
los problemas.
5. Revancha. El sujeto intenta recuperar las pérdidas del juego con más juego.
6. Mentiras. El sujeto intenta ocultar las cantidades destinadas al juego
mintiendo a su familia, amigos o terapeutas.
7. Pérdida del control. La persona ha intentado sin éxito reducir el juego.
8. Actos ilegales. La persona ha violado la ley para obtener dinero para el
juego o recuperar las pérdidas.
9. Arriesgar relaciones significativas. La persona continúa jugando a pesar de
que ello suponga arriesgar o perder una relación, empleo u otra oportunidad
significativa.
10. Recurso a ajenos. La persona recurre a la familia, amigos o a terceros para
obtener asistencia financiera como consecuencia del juego.

Como en otros muchos trastornos, la definición del DSM-IV del juego patológico
está ampliamente aceptada en la práctica e investigación clínica internacional.

• Tricotilomanía:

Del griego thrix, trichós (cabello) y μανία (impulso, manía), es un hábito o


comportamiento recurrente e irresistible dirigido a arrancarse el propio cabello o
los vellos de distintas zonas del cuerpo, puede definirse como un trastorno de la
conducta que puede llegar a manifestarse en un arrancamiento compulsivo del
pelo, produciendo desde pequeñas pérdidas de cabello hasta calvicie severa.

Trastornos adaptativos

Es el desarrollo de síntomas emocionales o de comportamiento relacionados con


un estresor psicosocial que es identificable en forma clara. La reacción es mayor o
73
causa un malestar superior al esperado en relación a la causa. Se clasifican según
la reacción sea un estado de ánimo depresivo, ansiedad, trastorno del
comportamiento.

Clínicamente se los clasifica en:

• Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo:

Este subtipo debe usarse cuando las manifestaciones predominantes son


síntomas del tipo del estado de ánimo depresivo, llanto o desesperanza.

• Trastorno adaptativo con estado de ánimo ansioso:

Este subtipo debe usarse cuando las manifestaciones predominantes son


síntomas como nerviosismo, preocupación o inquietud; o, en los niños, miedo a la
separación de las figuras con mayor vinculación.

• Trastorno adaptativo mixto con estado de ánimo depresivo y ansioso:

Este subtipo debe usarse cuando las manifestaciones dominantes son una
combinación de ansiedad y depresión.

• Trastorno adaptativo con trastorno del comportamiento

Este subtipo debe usarse cuando la manifestación predominante es una alteración


del comportamiento, en la que hay una violación de los derechos de los demás o
de las normas y reglas sociales apropiadas a la edad (p. ej., vagancia, vandalismo,
conducción irresponsable, peleas e incumplimiento de las responsabilidades

• Trastorno adaptativo con alteración mixta del comportamiento y de las


emociones.

Este subtipo debe usarse cuando las manifestaciones predominantes son tanto
síntomas emocionales (p. ej., depresión y ansiedad) como trastorno de
comportamiento (v. subtipo anterior).
Trastornos de la personalidad

Consisten en un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de


experiencia de la persona, que se aleja demasiado de lo que la cultura en que está
inmersa espera. Se inicia en la adolescencia o principio de la edad adulta, no varía
con el tiempo, y causa malestar en el sujeto y prejuicios contra él. Se clasifican
como sigue:

Grupo A:

74
• Trastorno paranoide de la personalidad:

Las personas con una personalidad paranoide proyectan sus propios


conflictos y hostilidades hacia otros. Son generalmente frías y distantes
en sus relaciones. Tienden a encontrar intenciones hostiles y malévolas
detrás de los actos triviales, inocentes o incluso positivos de otras
personas y reaccionan con suspicacia a los cambios en las situaciones. A
menudo, las suspicacias conducen a conductas agresivas o al rechazo por
parte de los demás (resultados que parecen justificar sus sentimientos
originales).
Los que tienen una personalidad paranoide frecuentemente intentan
acciones legales contra otros, especialmente si se sienten indignados con
razón. Son incapaces de ver su propio papel dentro de un conflicto.
Aunque suelen trabajar en relativo aislamiento, pueden ser altamente
eficientes y concienzudos.
A veces las personas que ya se sienten alienadas a causa de un defecto o
una minusvalía (como la sordera) son más vulnerables a desarrollar ideas
paranoides.

• Trastorno esquizoide de la personalidad:

Las personas con una personalidad esquizoide son introvertidas,


ensimismadas y solitarias. Son emocionalmente frías y socialmente
distantes. A menudo están absortas en sus propios pensamientos y
sentimientos y son temerosas de la aproximación e intimidad con otros.
Hablan poco, son dadas a soñar despiertas y prefieren la especulación
teórica a la acción práctica. La fantasía es un modo frecuente de
enfrentarse a la realidad.

• Trastorno esquizotípico de la personalidad:

Las personas con una personalidad esquizotípica, al igual que aquellas


con una personalidad esquizoide, se encuentran social y emocionalmente
aisladas. Además, desarrollan pensamientos, percepciones y
comunicaciones insólitas. Aunque estas rarezas son similares a las de las
personas con esquizofrenia, y aunque la personalidad esquizotípica se
encuentra a veces en la gente con esquizofrenia antes de que desarrollen
la enfermedad, la mayoría de los adultos con una personalidad
esquizotípica no desarrolla esquizofrenia. Algunas personas muestran
signos de pensamiento mágico (la idea de que una acción particular puede
controlar algo que no tiene ninguna relación con ella). Por ejemplo, una
persona puede creer que va a tener realmente mala suerte si pasa por
debajo de una escalera o que puede causar daño a otros teniendo

75
pensamientos de ira. La gente con una enfermedad esquizotípica puede
tener también ideas paranoides.

Grupo B:

• Trastorno antisocial de la personalidad:

Las personas con personalidad antisocial (en otro tiempo llamada


psicopática o personalidad sociopática), la mayor parte de las cuales son
hombres, muestran desprecio insensible por los derechos y los
sentimientos de los demás. Explotan a otros para obtener beneficio
material o gratificación personal (a diferencia de los narcisistas, que creen
que son mejores que los otros). Característicamente, tales personas
expresan sus conflictos impulsiva e irresponsablemente. Toleran mal la
frustración y, en ocasiones, son hostiles o violentas. A pesar de los
problemas o el daño que causan a otros por su comportamiento antisocial,
típicamente no sienten remordimientos o culpabilidad. Al contrario,
racionalizan cínicamente su comportamiento o culpan a otros. Sus
relaciones están llenas de deshonestidades y de engaños. La frustración y
el castigo raramente les ocasionan la modificación de sus conductas.
Las personas con personalidad antisocial son frecuentemente proclives al
alcoholismo, a la toxicomanía, a las desviaciones sexuales, a la
promiscuidad y a ser encarceladas. Son propensas a fracasar en sus
trabajos y a trasladarse de un sitio a otro. Frecuentemente tienen una
historia familiar de comportamiento antisocial, abuso de sustancias,
divorcio y abusos físicos. En su niñez, generalmente, fueron descuidados
emocionalmente y con frecuencia sufrieron abusos físicos en sus años de
formación. Tienen una esperanza de vida inferior a la media, pero entre
los que sobreviven, esta situación tiende a disminuir o a estabilizarse con
la edad.

• Trastorno límite de la personalidad:

Las personas con una personalidad límite, la mayor parte de las cuales
son mujeres, son inestables en la percepción de su propia imagen, en su
humor, en su comportamiento y en sus relaciones interpersonales (que a
menudo son tormentosas e intensas). La personalidad límite se hace
evidente al principio de la edad adulta pero la prevalencia disminuye con
la edad. Estas personas han sido a menudo privadas de los cuidados
necesarios durante la niñez. Consecuentemente se sienten vacías,
furiosas y merecedoras de cuidados.
Cuando las personas con una personalidad límite se sienten cuidadas, se
muestran solitarias y desvalidas, frecuentemente necesitando ayuda por
su depresión, el abuso de sustancias tóxicas, las alteraciones del apetito y
el maltrato recibido en el pasado. Sin embargo, cuando temen el
abandono de la persona que las cuida, su humor cambia radicalmente.

76
Con frecuencia muestran una cólera inapropiada e intensa, acompañada
por cambios extremos en su visión del mundo, de sí mismas y de otras
(cambiando del negro al blanco, del amor al odio o viceversa pero nunca a
una posición neutra). Si se sienten abandonadas y solas pueden llegar a
preguntarse si realmente existen (esto es, no se sienten reales). Pueden
devenir desesperadamente impulsivas, implicándose en una promiscuidad
o en un abuso de sustancias tóxicas. A veces pierden de tal modo el
contacto con la realidad que tienen episodios breves de pensamiento
psicótico, paranoia y alucinaciones.
Estas personas son vistas a menudo por los médicos de atención primaria;
tienden a visitar con frecuencia al médico por crisis repetidas o quejas
difusas pero no cumplen con las recomendaciones del tratamiento. Este
trastorno es también el más frecuentemente tratado por los psiquiatras,
porque las personas que lo presentan buscan incesantemente a alguien
que cuide de ellas.

• Trastorno histriónico de la personalidad :

Las personas con una personalidad histriónica (histérica) buscan de un


modo notable llamar la atención y se comportan teatralmente. Sus
maneras vivamente expresivas tienen como resultado el establecer
relaciones con facilidad pero de un modo superficial. Las emociones a
menudo aparecen exageradas, infantilizadas e ideadas para provocar la
simpatía o la atención (con frecuencia erótica o sexual) de los otros. La
persona con personalidad histriónica es proclive a los comportamientos
sexualmente provocativos o a sexualizar las relaciones no sexuales.
Pueden no querer en realidad una relación sexual; más bien, sus
comportamientos seductores a menudo encubren su deseo de
dependencia y de protección. Algunas personas con personalidad
histriónica también son hipocondríacas y exageran sus problemas físicos
para conseguir la atención que necesitan.

• Trastorno narcisista de la personalidad :

Las personas con una personalidad narcisista tienen un sentido de


superioridad y una creencia exagerada en su propio valor o importancia, lo
que los psiquiatras llaman “grandiosidad”. La persona con este tipo de
personalidad puede ser extremadamente sensible al fracaso, a la derrota
o a la crítica y, cuando se le enfrenta a un fracaso para comprobar la alta
opinión de sí mismos, pueden ponerse fácilmente rabiosos o gravemente
deprimidos. Como creen que son superiores en las relaciones con los
otros, esperan ser admirados y, con frecuencia, sospechan que otros los
envidian. Sienten que merecen que sus necesidades sean satisfechas sin
demora y por ello explotan a otros, cuyas necesidades o creencias son
consideradas menos importantes. Su comportamiento es a menudo

77
ofensivo para otros, que les encuentran egocentristas, arrogantes o
mezquinos.

Grupo C:

• Trastorno de personalidad por evitación:

La gente con una personalidad evitadora es hipersensible al rechazo y


teme comenzar relaciones o alguna otra cosa nueva por la posibilidad de
rechazo o de decepción. Estas personas tienen un fuerte deseo de recibir
afecto y de ser aceptadas. Sufren abiertamente por su aislamiento y falta
de habilidad para relacionarse cómodamente con los otros. A diferencia de
aquellas con una personalidad límite, las personas con una personalidad
evitadora no responden con cólera al rechazo; en vez de eso, se
presentan tímidas y retraídas. El trastorno de personalidad evitadora es
similar a la fobia social.

• Trastorno de la personalidad por dependencia :

Las personas con una personalidad dependiente transfieren las decisiones


importantes y las responsabilidades a otros y permiten que las
necesidades de aquellos de quienes dependen se antepongan a las
propias. No tienen confianza en sí mismas y manifiestan una intensa
inseguridad. A menudo se quejan de que no pueden tomar decisiones y de
que no saben qué hacer o cómo hacerlo. Son reacias a expresar
opiniones, aunque las tengan, porque temen ofender a la gente que
necesitan. Las personas con otros trastornos de personalidad
frecuentemente presentan aspectos de la personalidad dependiente, pero
estos signos quedan generalmente encubiertos por la predominancia del
otro trastorno. Algunos adultos con enfermedades prolongadas desarrollan
personalidades dependientes.

• Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad :

La principal característica de este trastorno es la preocupación por el orden, el


perfeccionismo y el control mental, a expensas de la flexibilidad y la
espontaneidad. Este patrón de comportamiento comienza al principio de la edad
adulta y se da en diversos contextos.

Los sujetos con este trastorno intentan mantener la sensación de control,


mediante una gran atención s las reglas, los detalles, los protocolos, las
formalidades,… hasta incluso la pérdida de vista del principal objetivo de la
actividad (criterio 1). Son demasiado cuidadosos y muy propensos a las

78
repeticiones, sobre todo para comprobar los posibles errores.

Debido al ansia de perfeccionismo y a intentar alcanzar altos niveles de


rendimiento, se producen un gran malestar subjetivo. Esto puede llegar a que el
sujeto centre su atención en tratar de llevar a cabo con absoluta perfección
cualquier detalle y nunca se termine el proyecto que tenía en un principio (criterio
2).

Los sujetos con un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad muestran


una excesiva dedicación al trabajo, con la exclusión de las posibles actividades de
ocio (criterio 3). Normalmente, posponen las actividades de ocio, de tal forma que
nunca o casi nunca llegan a realizarlas, y cuando lo hacen, se sienten incómodos,
e incluso llegan a pensar que están perdiendo el tiempo. Todas las aficiones que
realizan necesitan que sean organizadas de forma seria y realizan un duro
esfuerzo en ellas, ya que lo que les importa es que su ejecución sea perfecta.

Los sujetos con este trastorno suelen ser muy inflexibles e incluso tercos en las
cuestiones morales o éticas (criterio 4). Son muy rígidos al respetar las
autoridades o normas que insisten en cumplirlas estrictamente.

Los individuos con el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad no pueden


tirar objetos ya gastados o inútiles, incluso cuando no tienen ningún valor
sentimental (criterio 5), e incluso les llega a molesta que alguien trate de
deshacerse de algo que han guardado ellos.

Como se desprende de lo dicho ya anteriormente, estos sujetos son incapaces de


delegar trabajo en otras personas (criterio 6). Insisten en que las cosas deben
hacerse como ellos dictan e incluso se ofenden cuando alguien sugiere cualquier
otra alternativa posible para realizar la tarea, debido a que están tan inmersos en
su propia perspectiva que no son capaces de admitir y ver como buenos otros
puntos de vista. Muchas veces incluso rechazan ofertas de ayuda.

Estos sujetos suelen ser tacaños porque tienden a controlarse mucho por las
posibles catástrofes que puedan llegar (criterio 7), y suelen caracterizarse por ser
rígidos y obstinados (criterio 8). Planifican con mucha cautela todo tipo de detalles
y así niegan la posibilidad de cambio.

Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica

Aquí se incluyen problemas que son de interés clínico por causar dolor o
sufrimiento psicosocial, pero que no conforman trastornos, o es de relevancia
tratarlos por separado. Pueden ser de diversos tipos:

• Factores psicológicos que afectan al estado físico:

A. Presencia de una enfermedad médica.


79
B. Los factores psicológicos afectan negativamente a la enfermedad médica en
alguna de estas formas:

1. los factores han influido el curso de la enfermedad médica como puede


observarse por la íntima relación temporal entre los factores psicológicos y el
desarrollo o la exacerbación de la enfermedad médica, o el retraso de su
recuperación
2. los factores interfieren en el tratamiento de la enfermedad médica
3. los factores constituyen un riesgo adicional para la salud de la persona

4. las respuestas fisiológicas relacionadas con el estrés precipitan o exacerban los


síntomas de la enfermedad médica

• Trastornos motores inducidos por medicamentos

1. el tratamiento de los trastornos mentales o de las enfermedades médicas.

2. el diagnóstico diferencial con otros trastornos (p. ej., trastorno de ansiedad


versus acatisia provocada por neurolépticos; catatonía versus síndrome
neuroléptico maligno). Aunque estos trastornos se califican como "inducidos por
medicamentos", es difícil establecer la relación causal entre la administración del
medicamento y la aparición del trastorno motor, especialmente porque estos
trastornos también aparecen en ausencia de medicación. El término neuroléptico
es ampliamente usado en este manual para referirse a medicamentos con
propiedades antagonistas sobre el receptor dopaminérgico. Incluye los llamados
agentes antipsicóticos "típicos" (p. ej., clorpromacina, haloperidol, flufenacina), los
agentes antipsicóticos "atípicos" (p. ej., clozapina), algunos fármacos que
bloquean el receptor dopaminérgico utilizados en el tratamiento de síntomas como
náuseas y gastroparesia (p. ej., proclorperacina, prometacina, trimetobenzamida,
tietilperacina y metoclopramida), y la amoxapina, que está considerada un
antidepresivo.

o Parkinsonismo inducido por neurolépticos

Temblor parkinsoniano, rigidez muscular o acinesia que aparecen a las pocas


semanas de iniciar o aumentar la dosis de un neuroléptico (o después de
disminuir la medicación utilizada).

Trastornos motores inducidos por medicamentos para tratar síntomas


extrapiramidales.

o Síndrome neuroléptico maligno

80
Rigidez muscular grave, temperatura elevada y otros síntomas (p. ej., sudoración,
disfagia, incontinencia, alteraciones del nivel de conciencia que van de la
confusión al coma, mutismo, elevación o labilidad en la tensión arterial, elevación
de la creatinfosfocinasa [CPK]) que aparecen con el consumo de neurolépticos.

o Distonía aguda inducida por neurolépticos

Posición anormal o espasmo de los músculos de la cabeza, el cuello, las


extremidades o el tronco que aparecen varios días después de iniciar o aumentar
la dosis de neurolépticos (o después de disminuir la medicación utilizada para
tratar los síntomas extrapiramidales).

o Acatisia aguda inducida por neurolépticos

Quejas subjetivas de inquietud que se acompañan de movimientos observables


(p. ej., movimientos de piernas, balanceo de pierna a pierna, paseos o incapacidad
para permanecer sentado o estar en pie) que aparecen varias semanas después
de iniciar o aumentar la dosis de neurolépticos (o después de disminuir la
medicación utilizada para tratar los síntomas extrapiramidales).

o Discinesia tardía inducida por neurolépticos

Movimientos involuntarios de tipo coreiforme, atetoide o rítmicos (que duran varias


semanas) de la lengua, la mandíbula o las extremidades, que aparecen asociados
al consumo de neurolépticos durante varios meses (puede ser durante un corto
período de tiempo en los ancianos).

o Temblor postural inducido por medicamentos

Temblor fino que aparece durante los intentos por mantener una postura que se
asocia al consumo de un medicamento (p. ej., litio, antidepresivos, ácido
valproico).

o Trastorno motor inducido por medicamentos no especificado

Esta categoría se reserva para trastornos del movimiento inducidos por


medicamentos no clasificados en ninguno de los trastornos específicos
mencionados antes. Los ejemplos incluyen: 1) parKinsonismo, acatisia aguda,
distonía aguda o movimientos discinéticos relacionados con medicamentos
distintos de los neurolépticos; 2) cuadros clínicos que recuerdan el síndrome

81
neuroléptico maligno relacionados con medicamentos distintos de los
neurolépticos, y 3) distonía tardía.

o Efectos adversos de los medicamentos no especificados

Esta categoría se reserva para su uso opcional por los clínicos para codificar los
efectos secundarios de los fármacos (distintos de los trastornos motores) cuando
estos efectos adversos se convierten en el objeto principal de la atención clínica.
Los ejemplos incluyen hipotensión grave, arritmias cardíacas y priapismo.

• Problemas de relación

Los problemas de relación incluyen patrones de interacción entre miembros de


una unidad relacional que están asociados a un deterioro de la actividad
clínicamente significativo, o a síntomas de uno o más miembros de una unidad
relacional, o a deterioro de la unidad relacional misma. Se incluyen los siguientes
problemas de relación, porque con frecuencia son objeto de atención clínica por
parte de los profesionales de la salud. Estos problemas pueden exacerbar o
complicar el tratamiento de un trastorno mental o de una enfermedad médica en
uno o más miembros de la unidad relacional, pueden ser el resultado de un
trastorno mental o de una enfermedad médica, pueden ser independientes de
otros trastornos presentes o pueden aparecer en ausencia de cualquier otro
trastorno.

o Problema de relación asociado a un trastorno mental o a una


enfermedad médica

El objeto de atención clínica es un patrón de deterioro en la interacción que


está asociado a un trastorno mental o a una enfermedad médica de un
miembro de la familia.

o Problemas paterno-filiales

El objeto de atención clínica es el patrón de interacción entre padres e hijos (p.


ej., deterioro de la comunicación, sobreprotección, disciplina inadecuada) que
está asociado a un deterioro clínicamente significativo de la actividad individual o
familiar o a la aparición de síntomas clínicamente significativos en los padres o
hijos.

o Problemas conyugales

82
El objeto de atención clínica es un patrón de interacción entre cónyuges o
compañeros caracterizado por una comunicación negativa (p. ej., críticas), una
comunicación distorsionada (p. ej., expectativas poco realistas) o una ausencia de
comunicación (p. ej., aislamiento), que está asociado a un deterioro clínicamente
significativo de la actividad individual o familiar o a la aparición de síntomas en uno
o ambos cónyuges

o Problema de relación entre hermanos

El objeto de atención clínica es un patrón de interacción entre hermanos que está


asociado a un deterioro clínicamente significativo de la actividad individual o
familiar o a la aparición de síntomas en uno o más hermanos.

o Problema de relación no especificado

El objeto de atención clínica se centra en los problemas de relación que no son


clasificables en ninguno de los problemas específicos mencionados antes (p. ej.,
dificultades con los colaboradores).

• Problemas relacionados con el abuso o la negligencia

Este apartado incluye categorías que deben utilizarse cuando el objeto de


atención clínica es un maltrato grave de una persona por otra utilizando el abuso
físico, el abuso sexual o la negligencia. Estos problemas se incluyen porque son
objeto de atención clínica frecuente entre las personas visitadas por los
profesionales de la salud.

o Abuso físico del niño

El objeto de atención clínica es el abuso físico de un niño

o Abuso sexual del niño

El objeto de atención clínica es el abuso sexual de un niño.

o Negligencia de la infancia

El objeto de atención clínica es el descuido de un niño.

o Abuso físico del adulto

El objeto de atención clínica es el abuso físico de un adulto (p. ej., dar una paliza
al cónyuge, abusar de un progenitor anciano).

83
o Abuso sexual del adulto

El objeto de atención clínica es el abuso sexual de un adulto (p. ej., coacción


sexual, violación).

• Problemas adicionales que pueden ser objeto de atención médica

Problemas adicionales que pueden ser objeto de atención clínica

o Incumplimiento terapéutico

El objeto de atención clínica es el incumplimiento con un aspecto importante del


tratamiento en un trastorno mental o en una enfermedad médica. Las razones del
incumplimiento pueden deberse a las molestias que provoca el tratamiento (p. ej.,
efectos secundarios de la medicación), a su costo elevado, a decisiones basadas
en juicios de valor personales o creencias religiosas o culturales sobre las ventajas
e inconvenientes del tratamiento propuesto, a rasgos de personalidad o a estilos
de afrontamiento anómalos (p. ej., negación de la enfermedad) y a la presencia de
un trastorno mental (p. ej., esquizofrenia, trastorno de la personalidad por
evitación). Esta categoría debe usarse sólo si el problema es de gravedad
suficiente como para merecer atención clínica independiente.

o Simulación

La característica de la simulación es la producción intencionada de síntomas


físicos o psicológicos desproporcionados o falsos, motivados por incentivos
externos como no realizar el servicio militar, evitar un trabajo, obtener una
compensación económica, escapar de una condena criminal u obtener drogas.
Bajo algunas circunstancias, la simulación puede representar un comportamiento
adaptativo: por ejemplo, fingir una enfermedad mientras se está cautivo del
enemigo en tiempo de guerra.

Debe sospecharse simulación si existe alguna de las combinaciones presentes:

1. Presentación de un contexto medicolegal (p. ej., la persona es enviada por el


fiscal a una exploración médica).

2. Discrepancia acusada entre el estrés o la alteración explicados por la persona y


los datos objetivos de la exploración médica.
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3. Falta de cooperación durante la valoración diagnóstica e incumplimiento del
régimen de tratamiento prescrito.

4. Presentación de un trastorno antisocial de la personalidad.

La simulación difiere del trastorno facticio en que existe un incentivo externo para
la producción de los síntomas, lo que no ocurre en el trastorno facticio. La
evidencia de una necesidad intrapsíquica para mantener el papel de enfermo
sugiere un trastorno facticio. La simulación se diferencia del trastorno de
conversión y de otros trastornos somatomorfos por la producción intencionada de
síntomas y por los obvios incentivos externos asociados a ella. En la simulación (a
diferencia de lo que ocurre en el trastorno de conversión) los síntomas no ceden
por sugestión o hipnosis

o Comportamiento antisocial del adulto

El objeto de atención clínica es un comportamiento antisocial del adulto que no se


debe a un trastorno mental (p. ej., trastorno disocial, trastorno antisocial de la
personalidad, trastorno del control de los impulsos). Los ejemplos incluyen el
comportamiento de algunos ladrones profesionales, chantajistas y traficantes de
sustancias ilegales.

o Comportamiento antisocial en la niñez o la adolescencia

El objeto de atención clínica es un comportamiento antisocial en el niño o el


adolescente que no es debido a un trastorno mental (p. ej., trastorno disocial o
trastorno del control de los impulsos). Los ejemplos incluyen actos antisociales
aislados de los niños o adolescentes (no un patrón de comportamiento
antisocial).

o Capacidad intelectual límite

El objeto de atención clínica está asociado a una capacidad intelectual límite, esto
es, a un CI entre 71 y 84. El diagnóstico diferencial entre la capacidad intelectual
límite y el retraso mental (CI de 70 o inferior) es especialmente difícil cuando
coexisten otros trastornos mentales (p. ej., esquizofrenia).

o Deterioro cognitivo relacionado con la edad

El objeto de atención clínica es un deterioro de la actividad cognoscitiva,


demostrado objetivamente, a consecuencia de la edad y que está dentro de los
límites normales de esa edad. Los individuos con este déficit pueden tener

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problemas para recordar nombres o citas y experimentar dificultades para
solucionar problemas complejos. Esta categoría sólo debe usarse tras haber
determinado que el deterioro cognoscitivo no es atribuible a un trastorno mental
específico o a una enfermedad neurológica.

o Problema académico

El objeto de atención clínica es un problema académico que no se debe a un


trastorno mental o que, si se debe a un trastorno mental, es lo bastante grave
como para merecer atención clínica independiente. Un ejemplo es la existencia de
un patrón gradual de fracaso o la presencia de pocos logros significativos en una
persona con una capacidad intelectual adecuada en ausencia de un trastorno del
aprendizaje o de la comunicación o cualquier otro trastorno mental que pudiera
explicar el problema.

o Problema laboral

El objeto de atención clínica es un problema laboral que no se debe a un trastorno


mental o que, si se debe a un trastorno mental, es lo bastante grave como para
merecer una atención clínica independiente. Los ejemplos incluyen la
insatisfacción laboral y la incertidumbre sobre la elección profesional.

o Problema de identidad

El objeto de atención clínica es la incertidumbre sobre los múltiples aspectos


relacionados con la identidad, como son los objetivos a largo plazo, elección de
profesión, patrones de amistad, comportamiento y orientación sexuales, valores
morales y lealtades de grupo.

o Problema religioso o espiritual

El objeto de atención clínica es un problema religioso o espiritual. Los ejemplos


incluyen el malestar que implica la pérdida o el cuestionamiento de la fe, los
problemas asociados con la conversión a una nueva fe, o el cuestionamiento de
los valores espirituales que pueden o no estar necesariamente relacionados con
una iglesia organizada o con una institución religiosa.

o Problema de aculturación

El objeto de atención clínica es un problema relacionado con la adaptación a


diferentes culturas (p. ej., problemas educativos relacionados con la emigración).

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o Problema biográfico

El objeto de atención clínica es un problema asociado con una etapa del desarrollo
o con otras circunstancias de la vida que no se debe a un trastorno mental o que,
si es debido a un trastorno mental, es lo bastante grave como para merecer
atención clínica independiente. Los ejemplos incluyen problemas asociados con la
incorporación al colegio, el abandono del control de los padres, el comienzo de
una nueva profesión y los cambios relacionados con el matrimonio, el divorcio y la
jubilación.

CONCLUSION

En conclusión, es evidente que la experiencia de los fenómenos psicopatológicos


expuestos incide de forma directa en la interpretación de la realidad de cada
persona.

Aunque es el sistema de diagnóstico más utilizado y asumido por los profesionales


de la psicología clínica y los de la psiquiatría, también ha recibido críticas. Algunos
autores (como Vaillant) han criticado el DSM-IV con los siguientes argumentos:

• es reduccionista;
• no enfatiza la distinción entre estado y rasgo;
• es adinámico, y
• sacrifica la validez diagnóstica por la fiabilidad diagnóstica.

Un hombre no está bien hasta que sea feliz, sano, y próspero; y la felicidad, la salud, y la
prosperidad son el resultado de un ajuste armonioso del interior con el exterior del hombre.

James Allen

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