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Como se puede ver, “llamar” (y así “llamado”) puede tener un amplio rango de
connotaciones. Son los últimos dos significados arriba, el de “atraer” y el de “destinar”,
que definen más al llamado misionero.
La palabra “dedicar” es un sinónimo para “destinar”. Entonces una definición llamado
misionero podría ser:
El llamado misionero significa atraer y destinar (o dedicar) a una persona para ser
utilizada en el área de las misiones.
Dios llama a cada misionero en forma única, no hay fórmulas para el llamado misionero.
Hechos 8:26 y 20:17-24. Por medio de instrucciones especificas dadas por el Espíritu
Santo en cuanto al lugar geográfico. Todos conocemos misioneros que declaran que Dios
los envió a países, localidades, barrios que tienen nombres específicos.
Hechos 9:5-6 y 10-16; 13:1-3. Por medio de visiones dadas a otros. "En una visión que
tuvo, oyó… _Yo he elegido a ESE hombre para que me sirva. El hablara de mi ante
extranjeros y reyes."
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Hechos 14:1-7. Por medio de las circunstancias. Muchos misioneros cuando pasan los
años, confiesan que el tiempo les ayudo a comprender como las diversas circunstancias
se fueron entrelazando para llevarlos a cumplir la misión que Dios les tenia asignada para
sus vidas.
Hechos 16:1-3; 17:13-16. 1 Ti. 1:3, Tito 1:5. Por invitación de otro misionero. "Pablo
quiso que Timoteo lo acompañara en su viaje."
Hechos 16:6-10; 18:9-11. Por medio de una visión que personalmente se recibe. "Al caer
la noche, Pablo tuvo allí una visión: ¡Por favor, venga a Macedonia y ayúdanos!"
Hechos 18:24-28. Ro 15:22-29. Por intensos deseos personales. "Apolos quería recorrer
las regiones de Acaya." "Cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al
pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros."
Nehemias 1. Por conocer una necesidad y tener la convicción de ser útil para atenderla.
2 Ti 1:6. Por el deseo de usar las capacidades especiales que en forma evidente Dios ha
conferido.
Hechos 15: 36-41. Ocasionalmente por medio de una crisis de relación en el equipo del
cual uno forma parte.
Hechos 8:26. Por medio de voz audible que da instrucciones especificas. "Un ángel del
Señor hablo a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende
de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto."
Con el correr de los siglos, Dios utilizo otros medios para llamar a servirle como
misionero entre las naciones. No están en la Biblia pues no existían cuando ella se
escribió. Pero los relatos de los misioneros, afirman que fueron los instrumentos de Dios
para encaminarlos en su vocación. Ellos son:
Leer libros que traten de las misiones. Muchos misioneros afirman que el leer libros que
tratan de las vivencias misioneras, les ayudo muchísimo a decidirse por esa vocación.
Escuchar una canción. Tu misma puedes confirmar que Dios habla por medio de las
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canciones.
Dios no siempre señala desde un principio claramente cuál es la vocación clara y precisa a
que nos tiene destinado cada uno. A muchos le va demostrando poquito a poco, por
medio de varias circunstancias, cuál es el camino vocacional que debe seguir. Así que,
Lo importante no es el COMO uno recibe el llamado, sino lo que uno HACE con el
llamado.
En cada uno de los que son misioneros, se repite la misma historia de los discípulos a
quienes Cristo dijo de un modo rotundo: "No me han elegido ustedes a Mí, sino que Yo los
he elegido a ustedes". Efectivamente, algún día, de diversos modos, cada uno de ellos oyó
una voz interior que les decía: "¡Sígueme!"(Mc 10,21). Que tú le puedas decir lo mismo.
3. Tipos de llamado
Existe un llamado general dicho enfáticamente por Dios a Isaías con respecto a
los hebreos: “…todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado,
los formé y los hice” (43: 7).
El Apóstol Pablo dice a los efesios: “…nos escogió para que fuésemos santos…para
alabanza de la gloria de su gracia…para alabanza de su gloria…” (1: 4, 6, 12). Y a los
romanos: “…llamados a ser de Jesucristo…llamados a ser santos” (1: 6, 7).
No cabe ninguna duda que el propósito por el cual creo Dios al hombre es para
que Su gloria sea manifiesta a través de personas santas. Interesante notar que es
la vida el mensaje (ser) y no tanto las palabras (decir). La luz, la sal, el olor fragante
del pueblo de Dios tiene que ver con la vida, con lo que es en Cristo. Para esto ha
sido llamado el pueblo de Dios.
El Apóstol Pablo agrega en 2ª Co. 5: 18, 20: “nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación…así que, somos embajadores en
nombre de Cristo…” No queda ninguna duda que a todo reconciliado (redimido)
Dios lo ha llamado. Ninguno queda excluido.
Es particular porque es hecho a una sola persona o a un grupo bastante reducido (no
es aplicado a todos). Es personal porque el llamado mismo identifica a quién aplica.
Por esta razón, este llamado normalmente llega a ser la nueva vocación o profesión de
esta persona.
Notamos a través del relato bíblico que muchos fueron llamados a hacer una tarea
en particular dentro del plan eterno de Dios de redimir al hombre con él.
Algo que se debe saber es que Dios nos llama sabiendo como somos. Dios no nos
llama por lo que somos (Faltos de habla, faltos de edad, faltos de carácter, etc.)
Nos llama por lo que hará a través de cada uno.
Función acreditativa. En segundo lugar, el llamado misionero señala que esta persona ha
sido escogida por Dios para esta tarea y también capacitada por Dios para esta obra.
Esta selección y capacitación divinas siempre son importantes, pero cobran aun más
importancia cuando estamos hablando de un llamado a un contexto transcultural. ¿Por
qué? Porque la persona que tiene que trabajar en un contexto transcultural tendrá que
superar muchas barreras. Tendrá que vivir en otra cultura y presentar el evangelio en un
contexto radicalmente diferente (idioma, religión, geografía, etc.). Entonces, es muy
importante comprobar su selección y capacitación divinas.
También, debe administrar sabiamente los recursos financieros que el Señor la ha dado.
Entonces, para esta iglesia, debe ser un paso bastante serio contemplar apartar y asignar a
un miembro productivo a un ministerio distinto al ministerio en que actualmente
experimenta la bendición del Señor. También debe ser un paso serio contemplar
apoyar a un misionero que va a invertir estos recursos económicos en obras muy lejos de
esta iglesia.
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¿es necesario que todo misionero tenga este tipo de llamado antes de ser enviado al
campo misionero? Sí, es muy necesario que evidencie haber recibido este tipo de llamado.
Identifica, acredita, justifica y compromete.
Entonces, quienes salen como misioneros y quienes los envían corren gran riesgo si lo
hacen sin evidencia de este llamado.
7. Conclusiones
Sobre la base de toda esta información, ¿qué podemos sacar como conclusiones básicas
referente al llamado (en su uso técnico con sentido particular, personal y cautivador)?
Hemos visto que este llamado:
Procede de Dios, de Su sabiduría y de Sus planes formados desde antes del nacimiento del
individuo llamado.
Viene por la gracia de Dios.
Es personal y específico, identificando a los recipientes (no hay duda en cuanto a quién se
refiere con el llamado).
Es particular (no refiere a todos los creyentes, sino a un grupo limitado, cuya composición
es decidida por Dios y comunicada con el llamado).
Hacer este ministerio le es obligatorio. No puede hacer otra cosa. Este ministerio ha
llegado a ser su razón para vivir.
Como dijo Pablo en 1ª a Corintios 9:16 “Porque si predico el evangelio, no tengo nada de
qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo; pues ¡ay de mí si no predico
el evangelio!”
Es permanente y dura por la vida. Este es un aspecto que vemos especialmente en la vida
de los apóstoles.
Parece que ninguno de ellos (incluyendo a Pablo) regresó a sus vocaciones u ocupaciones
anteriores. Parece que su llamado fue por la vida. Cristo los había llevado cautivos, y ellos
dedicaron sus vidas a esta causa. Claro, Pablo sí fabricó tiendas ocasionalmente (véanse
Hechos 18:2-3). Pero no hay evidencia de que lo hacía como una vocación otra vez. Más
bien, lo hizo para sostenerse de vez en cuando, para que pudiera continuar con lo que sí
era su vocación, llevar el evangelio a los gentiles.
El llamado es la revelación de Dios a usted de que es su voluntad que todos los seres
humanos escuchen el evangelio, de modo que debería dejar de afligirse por el llamado y
disponerse a responder a la revelación que ha recibido de Él.