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La amistad insurrecta y las verdades éticas

Pensar, atacar, construir; esa es la línea fabulosa.


Este texto es el inicio de un plan.

Asistimos a un momento en el que la amistad está en boca de todos, quizás más nombrada
que nunca, pero también, al mismo tiempo, más ausente, más virtual, más “líquida”.
¿Han servido las redes sociales para reencontrarnos con viejos amigos y encontrarnos con
muchos nuevos amigos?
Aristóteles dijo que el que tiene muchos amigos, no tiene ninguno; claro que en el
Facebook ésta sentencia sólo se reduciría a un like.
Si nos ponemos a pensar un poco en las facilidades con las que hoy en día disponemos para
comunicarnos y encontrarnos con otros, vemos que en lo que hace a medios tecnológicos
por un lado (redes sociales, infinidad de aplicaciones en dispositivos móviles para
vincularse con otros que comparten gustos y pasatiempos, chats, etc) y por otro, en lo que
hace a la cartografía urbana (espacios de entretenimiento y reunión como bares, pubs,
boliches, fiestas de youtubers, electrónicas, o del gusto musical que sea...) la amistad está
más a la mano que nunca; sin embargo, ¿fomentan esos lugares y espacios una amistad más
allá de la utilidad del otro como una necesidad de saciar una satisfacción interna de
apartamiento de la soledad?
¿Qué hace que un amigo sea un verdadero amigo? ¿Es la amistad una cuestión reservada al
ámbito de nuestra vida privada o es una cuestión política? ¿Qué lazo particular une a ese
otro con nosotros para considerarlo nuestro amigo?

Todo amigo es político

Con el «más de uno» y «más de una» comienza quizá la política. La sensibilidad o la


resistencia que uno manifiesta ante estas aporías predispone tal vez a la amistad, la
amistad que a mí me gusta. Le ofrece más posibilidades, pero nunca es una condición. La
amistad no pone condiciones ni espera devolución alguna: es igualdad sin reciprocidad ni
simetría.1
Ésta lucida declaración de Jacques Derrida, nos plantea algunas cuestiones que queremos
abordar acerca de la amistad.
El libro “A Nuestros Amigos” del Comité Invisible, publicado recientemente por Hekht
Libros realiza un exhaustivo estudio sobre los acontecimientos insurreccionales que han
sacudido e inquietado a los Estados de todo el mundo, comenzando por el 19 y 20 de
diciembre de 2001 argentino, pasando por el 15 M español, el “movimiento de las plazas”
en Grecia entre muchos otros que hasta el momento, se han producido en todo el planeta.
Lo que se pone de manifiesto en éstas experiencias insurreccionales, hacen ver, no son
hechos aislados, atomizados y luego neutralizados por el poder político, sino más bien lazos
que sobrepasan las fronteras de lo local sin perder de vista los territorios vividos y la
potencia de lo comunal.

El bombardeo tecnológico nos proporcionará finalmente la capacidad de conmovernos de


la existencia desnuda, sin pixel, de una madreselva. Ha hecho falta que todo tipo de
pantallas se interpongan entre nosotros y el mundo para restituirnos, por medio del
contraste, el incomparable tornasol del mundo sensible, el asombro ante lo que está ahí.
Para que recuperemos el viejo gusto por la amistad, ha hecho falta que centenas de
"amigos" a los que no les importamos un carajo nos likeen en Facebook para
ridiculizarnos mejor después.2

La amistad posibilita una experiencia de la verdad, nos permite enfrentarnos al poder y


ponernos de cara con la tarea de inventar modos de vida.
En este sentido, hablan de la “lógica de la estrategia”, que puede ayudarnos a comprender
esa dicotómica relación entre amigo-enemigo, para desestimar la idea del enemigo común,
reivindicando los vínculos heterogéneos y situados, lo comunal, los lazos asimétricos, por

1
Derrida, Jacques Entrevista con Jacques Derrida Un pensamiento amigo Extraído de
http://redaprenderycambiar.com.ar/derrida/textos/ami.htm
2
Comité Invisible. A Nuestros Amigos. Buenos Aires. Heckt Libros. 2015. Pág. 124
decirlo de algún modo, dándole un guiño a la figura del amigo que no reclama semejanza y
simetría.

Las verdades éticas

Una de las ideas que también explotan en el texto del Comité Invisible corresponde a lo que
llaman “verdades éticas”, en oposición a lo que conocemos como “verdades científicas”.
Las insurrecciones ponen en movimiento devenires revolucionarios, y en las insurrecciones
contemporáneas no se parte de ideologías políticas sino más bien de verdades éticas.
Lo contrario de la democracia no es la dictadura, sino la verdad.
La verdad entendida desde la existencia, desde lo vivido y experimentado, la verdad es
entonces ética, antes que científica, no habla del Mundo sino de cómo permanecemos en él.
El lenguaje, lejos de servirnos para describir el mundo, nos ayuda más bien a construir
uno, afirman.
Son verdades que nos vinculan con nosotros mismos, con lo que nos rodea y los unos a los
otros. Nos introducen a una vida común en principio, a una existencia inesperada, que no
tiene consideraciones por las paredes ilusorias de nuestro Yo.3

El amigo invisible

Escribir es una vanidad, cuando no es para el amigo.


Para el amigo que no se conoce aún, también4

Esto quiere decir que amigo puede ser una presencia que se experimenta, y que se proyecta
sobre el fondo de una trayectoria común, pero también que nos sabemos amigos
potenciales.
Nadie sabe lo que puede un encuentro, aseguran, y nos invitan a pensar en que “Nuestros
Amigos” es ante todo, la primera persona del plural, es un nosotros que apuesta por la
conjunción.

3
Ibid. Pág. 49
4
Ibid. Pág. 160
Nuestros amigos son los que están ahí, aquí y ahora, somos nosotros, aunque el encuentro
esté por darse.
Amigo, en definitiva, puede pensarse que es sabernos partidos, y com-partidos, una
invitación a tomar partido, a un tomar compartido.

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