¡BASTA YA! COLOMBIA: Memorias de guerra y dignidad.
Carlos Andrés Buriticá Hernández
ID: 525723
Reconocer la memoria y el pasado de nuestro país implica rechazar la naturalización de la
guerra. La memoria histórica del conflicto armado colombiano ha sido documentada en este libro, no solo para dar a conocer los testimonios de terror y despojo que ha padecido el pueblo, sino tambien como un recordatorio de los hechos que no deben volver a suceder en el país. Actualmente ante tiempos de transición para la consolidacion de un nuevo modelo de país y en miras a resolver las diferencias de pensamiento en otros escenarios. ¡Basta ya! recalca la importancia de esclarecer la verdad tras las secuelas de la guerra, todo en búsqueda de la reparación de las victimas garantizando que no se presente una repetición de estos hechos, que marcaron por siempre la historia de múltiples generaciones de colombianos. El director del centro nacional de memoria histórica Gonzalo Sánchez, hace entrega al presidente Juan Manuel Santos Calderón, en representación de la institucionalidad del país y sus habitantes un reporte del derramamiento de sangre, la violencia implantada en la cultura colombiana y el modus operandi de la misma, para comprender las implicaciones socioculturales que se han establecido profundamente en la idiosincrasia de Colombia y han conllevado a la perpetuacion del conflicto. Solo esclareciendo lo sucedido se le está dando voz a aquellos que fueron silenciados, es una construcción colectiva entre diferentes organizaciones que solo claman justicia. Con 220.000 muertes violentas de las cuales 80% corresponden a sociedad civil, se le suman secuestros, asesinatos selectivos, desapariciones forzadas, violencia sexual y un sinfín de prácticas que violan en su totalidad los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, con múltiples actores armados como las guerrillas, los paramilitares e inclusive militares que se extralimitaron en el uso de la fuerza. Verdades que nunca antes fueron visibilizadas de tal manera a causa de la estrategia de ocultamiento, la rutinización de la violencia y la indiferencia generalizada. Por estos motivos es necesario comprender los orígenes, dinámicas y consecuencias de lo que no es más que un entramado violento que ha permeado todos los niveles de la sociedad y la institucionalidad, solo de esta manera se podrá gestar un nuevo pensamiento, donde la historia es el garante de no retorno a la cultura de la violencia, que además permitirá repensar las convenciones sociales. Para esto es necesario entregar garantías al pueblo, donde la disminución de las brechas sociales, trabajar sobre la exclusión y ofrecer nuevas alternativas de vida, será el inicio para la reconversión y redefinición de la sociedad colombiana. Retos que nunca antes hemos tenido como sociedad y que exigen sacrificio de todas las partes, trabajo arduo y continuo. Y todo esto solo se lograra a través de la verdad, la concientización de la barbarie sufrida en el territorio, la apropiación de la historia, para así tomar acciones frente a este trágico episodio que ha sufrido todo el país y no solo unos cuantos. Es así como hoy en día se evidencia los movimientos sociales, que se movilizan y pronuncian. Los colombianos estamos por primera vez se sienten más cercanos a reconstruir el país y todo esto con los cimientos y lecciones que ha dejado el conflicto, los aprendizajes de la barbarie paradójicamente son el abono del cambio, lo que nutre la tierra para sembrar un cambio donde Colombia de una vez por todas sea reconocida por la singularidad de sus gentes, diversidad y territorio, la verdadera riqueza de esta tierra golpeada por la indolencia de aquellos que dicen luchar por un bien común masacrando y desapareciendo. De igual forma, los desastres, despojo y desolación producto de 50 años de guerra son incalculables. Algunas de las cifras que alcanzan a aproximarse, reflejan la magnitud del evento, entre ellas podemos destacar que 11 personas diariamente murieron por causas violentas durante los 50 años de conflicto, así mismo, el 81% de los muertos correspondían a población de la sociedad civil. Entre algunas de las múltiples causas de muerte se encuentran la lealtad obligada, dominio de los territorios, debilitamiento de los adversarios y acumulación del poder militar. Estas cifras no alcanzan a reflejar el dolor y dimensión de la guerra, que ha sido vivida por las familias y poblaciones afectadas directamente por este conflicto armado. Todas las atrocidades ocurridas durante el conflicto no son hechos aislados sino que componen parte de una estrategia por el dominio de los territorios a lo largo de la geografía colombiana, a esto se le suma la desinformación de la violencia, como lo ha venido siendo de manera rutinaria por parte de los medios de comunicación. Y las condiciones empeoran con el alto grado de impunidad que imposibilita conocer la verdad. Pudiésemos seguir sumando condiciones quizás siempre habrán otras que no se conozcan y que se necesiten estudios para determinar su alcance y magnitud, pero lo realmente importante es que se puedan ofrecen mecanismos para la verdad y la justicia ante víctimas. En algunas ocasiones el dolor de la guerra se magnifica en la muerte, en otras se ha visto detrás de los secuestros que privan de la libertad, perpetuados con fines económicos y políticos. Adicionalmente se presentan también múltiples casos de desplazamiento forzado, despojando a los campesinos de su principal recurso que es la tierra, haciendo en innumerables casos que la desigualdad migre hacia las grandes ciudades, de otro lado, se presentaron crímenes sexuales como método de humillación y discriminación hacia las mujeres, con el fin de destruir los círculos afectivos. Y por si fuera poco hubo gran cantidad de casos de reclutamiento forzado, debido a las pobres alternativas de vida en territorios saqueados por la guerra, es por ello que este conflicto no solo ha dejado una gran numero de muerto, sino también una gran cantidad de secuestrados, desterrados, mujeres violadas y menores de edad reclutados, lo cual evidencia el alcance atroz de esta problemática presente en la personas vivas que se encuentran condenados para siempre, al terror y recuerdo de este conflicto que afectado a nuetra nación. La cruedad de este conflicto generalmente ha sido vivida por la población de más bajos recursos, quienes ha sido intimidados por los grupos al marjen de la ley, ejecutando matanzas, desplazamientos, secuestros, desapariciones, violaciones y destrucciones. Como si fuera poco, también se encontraban presenten los grupos de Paramilitares, quienes atentaban contra la integridad de las personas, siendo las masacres su método predilecto por elección. Las guerrillas aunque también operaban en esta modalidad, realizaron en muchos casos atentados, secuestros, destrucción de propiedades, minas antipersonas y asedio a la población civil. Como se puede apreciar, la principal arma de estos grupos era el terror a la población, provocando en muchos casos el desplazamiento forzado de cientos o hasta miles de habitantes en algunas poblaciones del país. Como se evidencia en los parrafos anteriores, nuestro país ha vivido la barbarie y el terror de grupos que utilizaron la fuerza y las armas para desplazar a su población de sus lugares de vivienda. Por ello, nuestro país no debe olvidar la historia que hemos vivido, olvidarla sería como negar a todas la victimas que nos ha dejado este conflicto de horrores y silencios. Colombia es un país de una memoria muy corta que tiende a olvidar lo fuerte que fue el siglo pasado, las vidas cobro y lo mucho que nos retraso en el desarrollo económico, en comparación a nuestros vecinos. Hoy solo espero, que los colombianos valoremos la memoria de cada una de las victimas que dejo esta lucha armada, así mismo deseo que cada uno de nostros tenga presente la historia, perdone y contibuya a la construcción de una mejor Colombia, este es el camino que debemos tomar, sumando el cambio de nuestros pensamientos y aceptarnos como seres humanos diferentes con igualdad de derechos. Un país que respete la memoria de sus victimas, honrrara por siempre a todos y cada uno de los que sufieron las atrocidades de la violencia en Colombia.
Referencia bibliografica Centro Nacional de Memoria Histórica . (2013). ¡BASTA YA! COLOMBIA: MEMORIAS DE GUERRA Y DIGNIDAD. Bogotá: Pro Off Set.