Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
FACULTAD DE ENFERMERIA
SINDROME METABOLICO
SEMESTRE : IV
HUANCAYO – PERÚ
2014 - I
SÍNDROME METABÓLICO
ANTECEDENTES
Las primeras descripciones de la asociación existente entre diversas situaciones
clínicas como la diabetes mellitus (DM), la hipertensión arterial (HTA) y la
dislipidemia (DLP) datan de los años 20 del pasado siglo. Sin embargo, fue Reaven quien
sugirió en su conferencia de Banting, en 1988, que estos factores tendían a ocurrir
en un mismo individuo en la forma de un síndrome que denominó “X” en el que la
resistencia a la insulina constituía el mecanismo fisiopatológico básico,
propuso 5 consecuencias de esta, todas ellas relacionadas con un mayor riesgo de
enfermedad coronaria. Componentes del síndrome X original propuesto por Reaven.
Resistencia a la captación de glucosa mediada por insulina.
Intolerancia a la glucosa.
Hiperinsulinemia.
Aumento de triglicéridos en las VLDL.
Disminución del colesterol de las HDL.
Hipertensión arterial.
Regulación alterada de la glucosa o diabetes y o resistencia a la insulina
(definida como una captación de glucosa por debajo del cuartil inferior para
la población en estudio, bajo condiciones de hiperinsulinemia y euglucemia).
Además, 2 o más de los siguientes componentes:
Tensión arterial elevada (£140/90 mmHg).
Triglicéridos plasmáticos elevados (1,7 mmol/L; 150 mg d/L) y/o colesterol.
HDL bajo < 0,9 mmol/L (35 mg d/L) en hombres; < 1,0 mmol /L, (39 mg d/L)
en mujeres.
Obesidad central (relación cintura- cadera > 0,90 para hombres y > 0,85
FISIOPATOLOGÍA
En muchos de los casos el síndrome metabólico responde a mutaciones genéticas del
gen que codifica la proteína constituyente del receptor de la insulina localizado en el
cromosoma 19. La sensibilidad a la insulina en los distintos tejidos se encuentra
influenciada por ciertos factores del estilo de vida tales como la obesidad y el
sedentarismo. La disminución de la sensibilidad a la insulina conduce a un menor
ingreso de glucosa al músculo y tejido graso y, secundariamente, a la hiperglucemia
que estimula a las células betas pancreáticas a producir más insulina y finalmente,
el agotamiento de éstas con la aparición de hiperglucemia con hiperinsulinemia
(diabetes tipo II).
Manifestaciones clínicas del síndrome metabólico:
1. Intolerancia a la glucosa.
2. Obesidad centroabdominal.
3. Dislipemia aterogénica.
4. Hipertensión arterial.
5. Estados protrombogénicos.
6. Estados proinflamatorios.
7. Arteriosclerosis.
8. Poliquistosis ovárica.
9. Esteatohepatitis no alcohólica.
10. Lipodistrofias.
11. Cáncer.
El componente básico del síndrome metabólico es la insulino resistencia con
hiperinsulinemia (probablemente con déficit en el metabolismo oxidativo fosforilado
mitocondrial de las células del músculo esquelético) que provoca una menor
utilización de la glucosa por las células musculares y adiposas que originan
hiperglucemia que, a su vez, estimula las células beta pancreáticas hasta su
agotamiento desencadenando hiperglucemia con hiperinsulinemia. La
hiperinsulinemia en el riñón incrementa la reabsorción de sodio y disminuye el
clearance de uratos y en el ovario estimula la producción de andrógenos originando
el ovario poliquístico. Así mismo, la hiperinsulinemia activa el sistema adrenérgico
provocando vasoconstricción e incremento del volumen minuto (hipertensión),
acompañándose de estrés oxidativo vascular, disfunción endotelial y elevación de
factores proinflamatorios (PCR, IL6, FNTalfa, etc.) y factores pro- trombogénicos
(fibrinógeno, PAI-1) aumentando así el riesgo cardiovascular en los pacientes que la
padecen.
Factores aterogénicos del síndrome metabólico:
1. Dislipemia aterogénica: elevación de VLDL y triglicéridos, aparición de
partículas LDL-c (pequeñas y densas), incremento del C-no HDL y
descenso del C-HDL.
2. Hipertensión: activación adrenérgica con vasoconstricción e incremento de
la reabsorción renal de sodio.
3. Obesidad centro abdominal: menor estabilidad a la supresión de la lipólisis
por la insulina.
4. Disfunción endotelial y estrés oxidativo (microalbuminuria).
5. Incremento del crecimiento y proliferación celular vascular: provocado
por la insulina.
6. Disminución de la tolerancia a la glucosa o diabetes tipo II.
7. Estados proinflamatorios: elevación de la PCR, FNT alfa. Descenso de la
adiponectina.
8. Estados protrombrogénicos: incremento del fibrinógeno y PAI-1 (32).
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL SÍNDROME METABÓLICO
En un reciente informe conjunto de la American Diabetes Association (ADA) y la
European Association for the Study of Diabetes (EASD), se efectúa una serie de
puntualizaciones sobre el concepto de SM2. Este informe recuerda que el término
"síndrome" abarca un conjunto de síntomas y signos que conforman un proceso
morboso y suelen obedecer a un proceso fisiopatológico único, y cuya combinación
confiere un riesgo diferente del ocasionado por su suma. En relación con estos
aspectos, establece determinadas críticas al reconocimiento como entidad del
denominado SM y al valor clínico de su diagnóstico:
Los criterios diagnósticos pueden ser ambiguos o incompletos debido a una
definición, que no siempre es racional, de los valores de los diversos
parámetros.
No hay una opinión unívoca sobre la insulinorresistencia como mecanismo
común fisiopatológico subyacente. En este sentido, la inclusión de la diabetes
en la definición puede ser cuestionable.
No disponemos de razones suficientes para incluir o excluir otros factores de
riesgo cardiovascular en las posibles definiciones.
El riesgo cardiovascular es variable y dependería del riesgo específico de los
factores presentes, por lo que el riesgo asociado al SM podría no ser superior
al atribuible a la suma de sus componentes.
El tratamiento del SM no difiere del tratamiento que pueda requerir cada uno
de sus componentes.
Por lo tanto, y hasta que nuevos estudios arrojen luz sobre algunos de estos
problemas, el informe de la ADA/EASD ha formulado las siguientes propuestas:
Los adultos con un factor de riesgo cardiovascular mayor deben ser evaluados para
descartar la presencia asociada de otros factores.
Establecer la etiqueta diagnóstica de SM puede crear la impresión de que el riesgo
cardiovascular es mayor que el de sus componentes o de otros factores de riesgo.
Todos los factores de riesgo cardiovascular deben ser tratados de forma individual e
intensa y no debería asumirse como tratamiento unificador exclusivo del SM el
empleo de fármacos que reducen la insulinorresistencia.
1. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS SEGÚN OMS 1998
Parámetros principales
Intolerancia a la Glucosa o DBT Mellitus tipo 2 (glucemia en ayunas ≥ 110
mg/dl y/o 2 hrs. post-carga ≥ 140 mg/dl).
Resistencia a la insulina con tolerancia a la glucosa normal (captación de
la glucosa por debajo del P25 en clamp) (25)
Otros parámetros adicionales
Presión arterial ≥ a 140-90 mmHg
Dislipemia (TG > 150 mg/dl y/o HDL < 35-39 mg/ dl en hombres y mujeres)
Obesidad (índice cintura cadera > 0.9 -0.85 en hombres y mujeres
respectivamente y/o IMC > 30 Kg./m2 )
Microalbuminuria (excreción urinaria de albúmina ≥ 20 mg/min.)
Para diagnosticar según OMS 1998 es indispensable la presencia de un
parámetro principal y a los menos dos parámetros adicionales.
La OMS considera la presencia de RI indispensable para el diagnóstico de este
síndrome, utilizando las pruebas indirectas de ATG y de AGA o DBT II.
Una potencial desventaja para diagnosticar según OMS es la necesidad de tener
datos de laboratorio que confirmen la resistencia a la insulina o la intolerancia a la
glucosa, siendo la técnica citada anteriormente de un costo elevado y compleja.
También la OMS considera que el micro albuminuria es un importante predictor de
la enfermedad cardiovascular.
TRATAMIENTO
Hacer ejercicio y adelgazar son medidas útiles para mejorar la sensibilidad a la
insulina y reducir la presión arterial y los niveles de colesterol.
El tratamiento sugerido es principalmente tener un estilo sano de vida, es decir, la
restricción de calorías y la actividad física. Sin embargo, el tratamiento
farmacológico es a menudo necesario. La reducción de peso y el incremento de la
actividad física conducen a la reducción efectiva de todos los factores de riesgo
cardiovasculares al mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de
enfermedades cardiovasculares. La reducción de peso, aun moderada (10% del peso
inicial), conduce a una disminución del LDL-C, mejora todos los factores de riesgo y
disminuye el riesgo vascular global del paciente. Los beneficios de la disminución de
la tensión arterial, disminución de los lípidos y control de la glucemia sobre la
morbilidad y la mortalidad han quedado bien demostrados por ensayos clínicos
controlados a largo plazo, de manera que actualmente se recomienda el tratamiento
agresivo de cada una de las comorbilidades del SM mediante regímenes de terapia
combinada. En general, las enfermedades que comprenden el síndrome metabólico
se tratan por separado.
ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN
Los sistemas de salud de los diversos países han incrementado su interés en el SM,
hasta el punto de reconocerlo como un problema de salud pública. La prevención es
la estrategia principal para disminuir la morbimortalidad cardiovascular y reducir
el coste sanitario.
Diversos estudios demuestran que un estilo de vida inadecuado desde la infancia,
caracterizado por un aporte calórico elevado dado por un incremento en la ingesta de
bebidas azucaradas y de alimentos ricos en grasa, inactividad física y obesidad, sobre
todo la abdominal, favorecen el desarrollo del SM.
En América Latina se pone en práctica un plan estratégico que favorezca el
desarrollo de programas regionales, pero con una matriz uniforme de acciones en
toda Latinoamérica para iniciar la disminución del impacto que el SM representa
para los sistemas de salud. Aunque no hay datos de todos los países
latinoamericanos, las prevalencias de SM encontradas en los estudios que se han
hecho son consistentes entre países y dependen de la definición que se usó, de los
rangos de edad seleccionados, de la proporción hombres/mujeres y del tipo de
población. Este plan estratégico debe incluir las siguientes acciones: