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FLACSO
CHIL
DOCUMENTO DE TRABAJO
PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE
NUMERO 268, Octubre 1985.
: 993.-
SER MUJER EN SECTORES POPULARES
URBANOS.
Teresa Valdés E.Esta serie de Documentos es editada por el Programa de la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en
Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos se
presentan, asi como los analisis e interpretaciones que en
ellos se contienen, son de la responsabilidad exclusiva de
sus autores y no refleja necesariamente los puntos de vista
de la Facultad.
a
aPRESENTACION
Este documento entrega una reflexién desarrollada a
partir de los resultados de la investigacién "Comportamicnto
reproductivo, significaciones y vida cotidiana en sectores
populares urbanos". Dicha investigacién fue realizada durante
los anos 1963 y 1984, en la Unidad de Informacién para la
Aces (uIPA). Con ella se pretence profundizar en el
conocimiento de las mujeres populares y su particular
condicién de subordinacién en el contexto de una cultura
patriarcal,
Este trabajo fue preparado con motivo de la reunién
Ponsar la Nujer Joven: Problemas y Expericneias
Preliminares", organizada por CEPAL y que tuvo lugar en
Santiago, entre los dias 3 y 5 de diciembre de 1984.
Posteriormente fue revisada con e€1 objeto de ponerla a
disposicién, tanto de les organizaciones ce mujercs, como de
las instituciones y agentes sociales que trabajan cn el medio
poblacional. Se espera asf contribuir a la comprensién de la
Problemdtica de un segmentc tar importante de la poblacién
que, si bien contribuye decidfdamente a la reproduccién de la
Sociedad, carece de los espacios que permitan cl pleno
geserrollo de sus poteneialidades y, por lo tanto, su aporte
creativo a la vida social.
Al mismo tiempo, y con motivo de la reunién realizada
en Nairobi para poner término al Decunio dc la Mujer
decretado por Nacioncs Unidas, se desea alontar una ereciente
toma de conciencia respecto de las consccuencias que tienen
Para toda la sociedad la situacién de opresién de la mujer
ja divisién sexual del trabajo que niegan, desde la relacién
ce pareja, le posibilidad de construir una democracia real.
En ese sentido, sea este trabajo un homenaje a nuestra
querida compafera, amiga y clara pensadora, Julieta Kirkwood.wo
akaeRESUMES
La condicién de 1a mujer de sectores populares urbanos
reviste la particularidad de una miltiple opresidn. Se da en
ella una imbricacién entre la subordinacién econdémica,
polftica, social y cultural propia de las clases subalternas
y wna cultura que coloca a la mujer a le cabeza de la tarea
de la reproduccién de 1a fuerza de trabajo al tiempo que la
somete al dominio del hombre, en cl seno de la pareja, la
familia y la sociedad,
A partir del anélisis de un conjunto de relatos de
vida de poblacoras de Santiago, se resefian los espacios de
que dispone 1a mujer popular y las prdcticas que desarrolla
en su condicién de reproductora biolégica y social.
Se intenta delinear el perfil de restricciones
provenientes de la normatividad cultural que ella misma
encarna y revela y que cristaliza en el diario vivir. E
énfasis se pone en aqucllos rasgos hcgeménicos, dominantes,
antes que en la complejidad de respuestas aisladas que
intentan algunas mujeres.
Se analiza su poder y autonomfa en los espacios
"madre", "esposa" y "duera de casa", las formas en que ellas
los actualizan y las decisiones que toman o no toman.
La reproduceién de esos espacios no es posible sin la
participacién de la mujer, tan opresives como ella misma los
ha vivido. Cudl es, entonees, 1 lugar que queda para 1a
mujer joven?
La propuesta cultural descrita, la que es reforzada
ampliamente por el actual gobierno, se revela ineficaz para
resolver los problemas que la mujer enfrenta en cl desarrollo
de las tareas que esa misma cultura le ha impuesto. Las
promesas que contiene no se realizan.
La transformacién cultural, la democratizacién de la
reproduccién social y de los espacios personales devicnen
tareas urgentes.. Me ‘
a seer hayINDICE
INTRODUCCION.......
I, LOS ESPACIOS CULTURALES: SER "MADRE", "ESPOSA"
Y "DUENA DE CASA"...
1. Ser :
2. Ser :
3. Ser :
4. Ser madre, esposa y duefia
II, LOS ESPACIOS COTIDIANOS: LAS NORMAS Y LAS
RUTINAS,
1, La "buena esposa".
2. La “buena madre"
3, La "buena duefia de casa”, .
4, La vida cotidiana.
III, LOS ESPACIOS PERSONALES: EL PODER Y LA
AUTONOMIA,
2. La decisién de tener hijos..
3. La decisién de separarse....
4. Las segundas uniones
5. El trabajo remunerado .
6. La participaci6n en organizaciones
sociales
IV, LA REPRODUCCION DE LOS ESPACTOS
V, SER "MUJER JOVEN" EN SECTORES POPULARES URBANOS....
REFLEXIONES FINALES,
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS..+.4
25
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28
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32
33
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42
4g
51“La mujer, desde que es madre, ya no espera
nada en el terreno material; busca y encuen
tra en su propio hijo la finalidad de su vi
da, su fnico tesoro y la meta de todos sus.
suefios" (General Augusto Pinochet, Discurso
pronunciado con motivo del aniversario de
la Secretarfa Nacional de la Mujer, :éitado
por Cristina Larrafn, 1982:85)ee mone fe a
WB Ueyated Be 5 fINTRODUCCION
La pregunta por le condicién femenine ha dado origen a
innumerables estudios, particularmente en e1 curso del dltimo
decenio con uctivo de le Década de la Mujer celebrada por
Naciones Unidas. Sin embargo, en Chile todavia es
insufieiente lo que se ha podido profundizar en les
nde la mujer,
particularidades que asume la situac
Este trabajo intenta aportar algunos antecedentes para
la comprensién de la problemética especifica de las mujeres
chilenas de sectores populares urtanos. Se da alli una
imbricacién entre las diffciles conciciones materiales en que
viven, agudizacas por la crisis econémica que arrastra 1
pafs por afios, y una cultura que coloca a la mujer a la
cabeza de la terea de la reproduccién generacional . y
cotidiana de la fuerza de trabajo, al tiempo que la somete al
dominio del hombre.
Los antecedentes que aqui se entregan forman parte de
un estudio empfrico realizado durante 1963 y 1984 en una
poblacién y tres campamentos ce la zona sur-oriente de la
ciudad de Santiago corresponaientes a invasiones de terrenos
del perfoao 1570-73(1). Dicha investigacién se hizo sobre la
base de 26 relatos de vida ce mujeres de diferentes edades
que viven en condicicnes de gran precarieuac. (z
(i) Valaés, 1. "Conportamiento reproductivo, significaciones
y vida cotiaiana en sectores populares urbanos.* Informe
final de investigacién. FLACSC, 19€4. También en versién
revisada "Mujer popular: matrimonio, hijos y proyecto. Un
estudio de casos”, Documento ae Trabajo No. 255, FLACSC
Santiago, 1985.
(2) Los eriterios utilizacos en la seleceién de los casos
fueron los siguientes:
a. se consiceré sélo mujeres que hubieran tenido
hi jos;
b. las mujeres debian vivir en similares condiciones
de precariedad, en viviencas de madera, en una
poblacién y 3 campamentos seleccionaces ce la zonaEn dieciocho de las 26 familias habfa por lo menos un
adulto cesante. En 22 casos, el promedio de ingresos estavies
alcanzaba 2 §$ 7.500 pesos mensuales ("estables" porque se
mantienen por varios meses). El ingreso promedio mensual por
persona en esos hogares era ce $ 1-690 pesos, siendo los
extremos § 350° y $ 3.500 pesos. En tres, no habfa ingresos
N@stables". “porque todos los adultos estaban cesantes
Sobrevivian gracias @ la “ayuda de terceros y realizando
esporddicamente alguna activicad remunerada. Una mujer no
aportaba nada al hogar donde vive allegada con su hijo y no
se obtuvo informacién para el grupo residencial.
AX motiento dé las entrevistas 21 mujeres convivfan con
su pareja. De esos 21 hombres, once estaban cesantes. Los
diez restantes pereibfan salaries insuficientes para cubrir
las necesidades del grupo familiar; £1 tamafo promedio era de
5.5 personas por hogar, teniendo 21 de ellos entre 4 y 7. En
1 casos habfa parientes en calidad de “allegados". Cinco
mujeres vivian allegadas ‘en casa o en sitio.
TRY Sur-oriente de Santiagos
ce. se definieron 3 tramos de eaad que dieran cuenta de
“etapas dei ciclo de vida" de la mujer: 16-20, 21-40,
41 y més ‘anos; . .
d. en relacién al comportamiento reproductivo, tema de
la investigacién, se eligié mujeres en tres
situaciones: embarazadas, con control de su
fecundidad, sin control.
Se acvedié’ a parte. de. las mujeres a través de un
Consultorio del sistema estatal.de salud (se-tuyo acceso
a las fichas once exist{an los antecedentes requeridos)
y al resto, a través de las mismas mujeres del lugar
Los relatos ae vica'se obtuvieron en dos. entrevistas) de
aproximadamente 2 horas cada una, variando entre 2 y 5
para cada mujer. En la primera, cada una conté su vida
Completa, partiende de su primer recuerdo hasta el
presente. En las sesiones siguientes se aclararon dudas y
5e compiementé aquellos temas que, siendo pertinentes
para’ la investigacién de acuerdo a un listado
inicialmente elaborado, no habian aparecido
espontdneamente en el primer relato. Paralejamente se
llené una ficha de antecedentes generales de cada mujer y
su grupo familiar.En la investigacién que da origen a este trabajo se
pretendié reconstruir, sobre la base de los relatos de las
mujeres entrevistacas, las articulaciones de sentido que
elias hacen sobre su vida y, particularnente, sobre su
comportamiento reprocuctivo. Se quer{a conocer cémo es que
ellas liegaron a ser madres y cuél era su "deber ser" como
mujeres. Se recogié ia perspectiva ae las propias mujeres, la
forma en que ellas dan cuenta del sentido de su vida, @
partir del andlisis cualitativo de sus relatos
El presente documento es una reflexién sobre la vida
de las mujeres, una relectura de los resultados obtenidos.
El énfasis se ha puesto en los aspectos culturales, en
la importancia que las normas y valores de ia cultura
dominante tienen en las explicaciones que las entrevistadas
dan de su vida, por una parte, y en la ordenacién ae las
prdcticas cotidianas que traducen, por otra. Se intenta
delinear el perfil de restricciones provenientes de esa
normatividad cultural que ellas mismas revelan y que
cristaliza en el diario vivir plasmandose en la deteriorada
situacién ecénomica que vive la familia popular.
Interesa resefar ios espacios de que dispone la aujer
y las prdécticas que desarrolla en su condicién de
Feproductora biolégica y social de 1a sociedad, En este
contexto general se plantean algunas preguntas relativas a la
Situacién de la mujer joven y se avanzan algunes
conclusiones.
Es necesario advertir, sin embargo, que aqui
Gnicamente se dibujardn los trazos més grucsos de los
espacios que provee 1a cultura heseménica, reflejada en los
relatos de las mujeres, Se exageran’ los rasgos més
caracter{sticos y no se incorporan los innumerabies matices
que naturalnente existen. En este sentido, sélo se tonan
parcialmente los resultados de la investigacién original.
Entendemos la “cultura hegeménica" como aquel sistema
de valores y significaciones que mediatiza la dominacién y
subordinacién en una sociedad de clases. Estos significados
se articulan en el sentido comin ae la realidad de la vida
cotidiana y son transmitidos por todos los canales de que
dispone la sociedac. En este sentido se habla también de
cultura “dominante", La hegemonfa aamite la existencia de
espacios relativamente auténomos donde los grupos subalternos
cesarrollan précticas mo siempre "funcionales" para la
reproduccién del sistema, pero que no lo ponen en jaque.Del mismo modo, corresponde anotar que si bién existe
una contrapartida masculina en este diseno cultural, ésta no
se incluye. Sélo se considera la perspectiva de la mujer, atin
en la. relacién de pareja. Por lo tanto, lo que se entrega
aqui es inevitablemente.un recorte de una realidad mucho mas
rica y compleja, simplificada para efectos de la claridad de
la exposicién.
También se debe observar que los contenidos qué Se
exponen estdn histéricamente situados. La referencia al
@iscurso del actual gobierno, autoritario y excluyente, no
viene sino a llamar la atencién sobre el refuerzo que éste ha
significado en relacién a los rasgos patriarcales milenarios
de nuestra cultura. .
£1! trabajo “est4 aividido en cinco capftulos. En ‘el
primero de ellos se delinean los “espacios dulturales",
aquellos .espacios que 1a cultura dominante asigna a la mujer
en el conjunto de 1a relaciones sociales: ser'*nadre™
Nesposa” y "auenia dé.casa". Se sefala la forma concreta que
adoptan en los relatos de las mujeres, odmo los. representan y
la importancia que revistén.
En el segundo se analiza la forma’ /éA “gue estas
definiciones operan en las rutinas de la. vida cétidiana y en
las normas gel sentido comin, el "deber ser" gué las mujeres
pretencen encarnar. :
En el tercero se evalia el ejercicio del poder y la
autonomfa en los diferentes espacios cotidianos y se habla,
entonces, de los "espacios personales", de las decisiones que
las mujeres toman.o/no toman,
El uarte cap{tule se concentra en la reproduccién de
este articulaco de dominacién y subordinacién de la mujer
popular que ella misma hace.
En el quinto capftulo se pregunta por la situacién
particuler de la mujer joven de sectores populares urbanos,
en el contexto cultural resenado y en la situacién’ econdmica
actual.
Pera terminar, se avanzan‘algunas conclusiones'y se
agregan nuevas reflexiones que motiven 1a discusién.
A lo largo del texto se incorporan numerosas citas de
los relatos de la’ mujeres con una intencién ilustrativa, de
escribir con sus propias palabras. No pretenten servir de
eomprobacién, ni de conclusién.+ LOS ESPACIOS CULTURALES: SER "MADRE", "ESPOSA" ¥ "DUEDA DE
casa”.
Un primer nivel de comprensién de 1a condicién de la
mujer en sectores populares urbanos es aquél relativo a los
espacios que la cuitura le asigna en el conjunto de
relaciones sociales, donde su presencia es legitima y
requerida para el normal funcionamiento de la sociecad.
Estos espacios constituyen significados que juegan en
una doble dimensidn: por una parte, permiten dar sentido a lo
vivido, y por otro, organizan las prdcticas cotidianas.
En la medida en que estos significados operan en el
Ambito del sentido comin, es posible reconstruirlos a parti
del. disourso y los relatos de las mujeres. (Valdés, 1984 y
1985)
Estos espacios culturales son los de "madre", "esposa’
y "duefia de casa". (1) (2) La unién de estas tres posiciones
Sociales conforma el “proyecto" que la cultura patriarcal
occidental propone a la mujer para su vida en el marco de la
reproduccién de las relaciones sociales. Se ha llamado
"patriarcado" a esta organizecién de la sociedad y de la
divisién del trabajo que se basan en la supremacia masculina,
la que es vista como "natural". Dicha articulacién social ha
establecido una jerarquia sexual a partir de las
ecaracterfsticas bioldgicas distintivas entre hombres y
mujeres. La divisién sexual del trabajo social las ha dejado
a ellas a cargo de la reproduccién cotidiana y generacional
de ia nano de obra, concentradas en el 4mbito de lo privado,
mientras que los hombres se han reservado la cenduceidn de la
sociedad y la produceién, et dmbito de lo publico. (Ver
Arendt, 1974; Einsenstein, 1980; Kirkwood, 1963a, 19830,
entre otras.)
Esta propuesta, que es general para todas las ‘mujeres
desde hace siglos, asume formas particulares en los sectores
populares. La condicién ce subordinacién econémica, social y
cultural que los caracteriza la hace més radical, estrechando
Ti) Hatianos de “esposa” y no de cényuge, por cuanto es el
término con que las mujeres se refieren a su condicién de
casadas o convivientes.
(2) "Dueta de casa" se refiere a 1a jefatura coméstica,solamente.
las posibilidades de transformacién y de desarrollo de
alternativas.
Todas las mujeres entrevistadas, independientemente de
su edad, ‘contexto de socializacién e historia personal, dan
sentido a su vida a partir de 1a actualizacién del ser
madres, esposas y duefias de casa. Se trata de un "proyecto de
vida" que organiza las prdcticas cotidianas de las mujeres,
al tiempo que condiciona los cambios més profundos en su
vidat, las grandes decisiones que modifican su vida diaria
como son casarse, tener hijos, tener un lugar donde ejercer
como duefa de casa, trabajar, participar en organizaciones
sociales, etc.
En el anélisis de las construcciones de sentido de las
mujeres entrevistadas se dibujaron claramente estos tres
espacios como portadores de todo un significado, tanto en
términos positivos, de valoracién de la mujer, como
negativamente, en cuanto relaciones de opresién que se
traducen en un conjunto de normas y'rutinas para la vida
eotidiana. Estos espacios se revelan bastante estructurados y
eerrados, dejando poco lugar para un proyeéto propio de 1a
mujer pobladora. Alli cobran fuerza los mecanismos de
dominacién social necesarios para la tarea de’ reproduccién de
la sociedad que le ha sico asignada.
Es importante sefialar que, si bien la cultura propone
este proyecto tridimensional, la aplicacién por parte de cada
mujere difiere y no. es necesariamente exitosa. Las
condiciones concretas ‘en que viven, en sus aspectos
materiales y sociales, muchds veces bloquean la posibilidad
ce realizacién de este proyecto. Sin embargo, elias siguen
evaluando o mirando su vida a partir de é1. También desean
que sus hijas lo lleven a cabo plenamente.
1. Ser "madre"
Ser "madre" constituye el espacio de mayor legitimidad
social de la mujer. La "madre". es la figura cultural donde se
ensalzan sus virtudes, principalmente su abnegacién y
sacrificio.
Al tiempo que se 1a alaba como madre abnegada, se la
ata a un rol en el-cual serd juzgaca, donde quedard reflejada
su vida, donde se evaluard su aporte a la sociedad. Desdealif es manipulada para otros sometimientos: la mujer
aceptaré malas condiciones de vida, el trabajo excesivo de
una doble y triple jornada, la violencia doméstica, la
represién politica, etc., porque ella, en cuanto madre, debe
velar por sus hijos por sobre toda otra consideracién.
Como contrapartida, la sociedad exige y promueve una
verdadera "devocién" a la madre. La abnegacién constituye la
fuente de legitimacién de su autoridad en las relaciones
sociales en que participa: frente a sus hijos, su pareja, su
familia y la sociedad entera.
Las formas de actualizar este "ser madre” varfan,
aunque en las normas del sentido comin aparecen regularidades
que interesa destacar aqui.
En 1 marco de la sabidurfa convencional, la vida de
la mujer que no es madre carece de sentido: no serd
plenamente mujer mientras no sea "nadre". Si no tiene hijos,
a la larga esté condenada a la soledad: las parejas pasan
los hijos quedan. De este modo, lo Gnico que la mujer
realmente tiene en la vida, son sus hijos. Las mayores
gratificaciones en la vida de la mujer provienen de ellos. La
erianza es el perfodo més significativo. Si bien la
maternidad se da, mayoritariamente, en el dmbito de una
relacién de pareja, la relacién madre-hijo(a) es la relacién
afectiva més importante y permanente en la vida de la mujer.
Los afectos se ordenan a partir de su maternidad y muchas
veces, ante conflictos de pareja o familiares, opera la
norma: "los hijos estén primero"
Por otra parte, en la cultura patriarcal, el no tener
hijos sigue siendo una causal de repudio y abandono por parte
de la pareja: 1a mujer debe dar hijos al hombre como prueba
de su masculinidad.
Inés (47 aos) explica:
con los dos nifios que tengo me siento al menos una
mujer realizé, porque cuando una no tiene hijos es
distinto. Una tiene por qué luchar. Pero cuando no los
tiene, mira la vida as{ muy a la ligera. Porque en mi
matrimonio (no tuvo hijos en él) me pasé eso. Porque
trabajé mucho pero para nada. Porque cuando yo me
vine, yo lo perdi todo." (El marido la dejé por no
tener hijos. En una segunda unidn tuvo dos.)
Més adelante se queja de que ya no la necesitantlos, nifios se levantan, toman desayuno, hacen su
pieza cada uno, porque cada yno tiene su pieza aqui y
después se lavan y se van.al colegio...y después me
quedo,.sola. Pero es triste ser sola,,, se siente sola
una. (...) Si uno ya erié.a.los hijos, pd! qué seguir
viviendo nds.”
Nora (23 fos) queda’ embarazada mientras pololea y
argumenta 2 sus amigas para no practicarse un abort
| Mguiero tener una guagua que sea algo mio - les deca
= porque nunca he tenido algo mio".
7 En la medida en que la maternidad es el atributo
‘principal, de la. mujen,, todas, sus relaciones sociales se
articulan desde esta gran tarea, tanto en lo personal como en
lo colectivo, supraindividual. Es frecuente, entonces, que
esa maternidad se extienda més alld de los propios hijos. Son
habituales las adopciones, temporales o permanentes, de los
hijos de familiares. y vecinos. La misma relacién de pareja
podré estar marcada por un .rasgo de maternidad. En la accién
social hacia la comunidad se apelard siempre a su misién de
madre servidora,
2. Ser “esposa"
Un segundo, espacio cultural de que dispone la mujer,
es el matrimonio o pareja, complemento de su maternidad. Esta
cultura la ha colceado como responsable de la reproduceién no
sélo de los individuos, sino de toda la estructura social. En
ella, la. célula bdsica. es la familia que nace de la
constitucién de una pareja. Allf se garantiza la reproduccién
adecuaca de la fuerza de trabajo y de la sociedad toda. Hoy
dia, en el marco ideolégico del actual gobierno y sus
politicas, la familia debe asumir 1a mayor parte de los
costos de dicha reproduccién y 1a mujer, como madre de
_familia, es..la principal actora en ese proceso, Esta
responsabilidad. se. ve,.aumentada por la estrechez econémica
que vive. 1a familia popular. (Ver Diaz y Hola, 1985)
Ser. "esposa" tiene una doble carga: de valoracién y
‘opresién, semejante a la de ser madre. La cultura hegeménica
no quiere madres solteras ni separadas. Ofrece entonces, @ la
mujer, todas las, maravillas de los cuentos de hadas: "se
easaron y fueron muy felices". £1 matrimonio como institucién
es reforzado con el objeto de obtener los individuos de la
calidad deseada, que se integren adecuadamente a la sociedad.Asi lo explicita el actual gobierno, preocupado, en el
contexto de la Doctrina de la Seguridad Nacional, por’ el
tamaflo de la poblacién
"Se debe tener presente que toda amenaza a la
integridad familiar incide gravitahdo sobre la calidad
y cantidac de la poblacién, | reduciendo
Tpatolégicamente’ su niimero de habitantes y su
formacién integral, puestc que se ha comprobado que la
tasa de natalidad por mujer baja sustancialmente con
la desintegracién familiar y aumenta con su
estabilidad, toda vez que una vida'familiar afectiva y
equilibrada’ es el nedio éptimo de desarrollo para los
hijos." (ODEPLAN, = "Politica de _ Poblacién”
Santiago, 1979)
El cumplimiento de esta tarea de reproduccién social
supone la dedicacién exclusiva de la mujer, puesto que e
hombre tiene reservadas las tareas de produedién y control de
los procesos sociales. Para cllo es necesaria la sumisién y
encierro de la mujer.
"Ser esposa", en el marco de esta cultura patriarcal,
es una relacién de dominacién por excelencia, El hombre
eontrola la vida y actividad de la mujer, desde la esfera
sexual hasta su participacidn en cualquier dmbito de la vida
social. La mujer queda en una posicién de subordinacién que
afecta toco su quehacer.
és all4 de estas consideraciones, en el contexto de
la vida cotidiana de las mujeres de ‘sectores populares
urbanos, casarse tiene una importancia fundamental, (Noe
necesario el vinculo legal, si bien hoy dfa la primera unién
es, mayoritariamente, con matrimonio civil.
Por una parte, pasa de la condicién de mujer-hijaa
mujer adulta, Sale de la tutela y cominacidn de los padres,
i” vive con ellos, 0 disminuye su obligacién hacia ellos, ¢
ya se ha independizado, (La concicién de mujer-hija tanbién
es. muy opresiva en la familia popular, como se expondré més
adelante). Por otra, “ser espo: le confiere un nuevo
status, nasa a ser "sehora", tanto para su familia de origen
conc én le esfera mas amplia de relaciones donde participa 0
acta: el vecindario, el comercio, e1 policlinico, etc.
En los relatos de las mujeres fue posible constatar
que la importancia de casarse es tal, que la eleccién de la
pareja resulta en muchos casos secundaria, difiriendo los
motivos que las llevan a casarse. Segiin él sentir de las
entrevistadas, e1 hecho que la pareja sea un buen o malmarido es algo que tiene que ver més bien con el azar que con
la buena eleccidn: los maridos "salen™ buenos o malos.
Casarse o convivir, asf como 1a condicién de casada,
son idealizados y 1a unién es utilizada por las mujeres para
escapar de diversas. situaciones negativas, frente a las
cuales los problemas de esa nueva condicién se ven
minimizados.
Asimismo, inéependientemente de 1a edad y su contexto
de socializacién, piensan que el destino de toda mujer es
easarse y que solas no tienen nada que hacer.
La mujer sola en sectores populares, pasada una cierta
edad, e€s mal mirada, sea soltera o casada. Constituye una
tentacién para los maridos e hijos mayores al tiempo que
puede ser un mal ejemplo para las jévenes. Estas mujeres
sienten la presién y marginacién de su medio.
Benedicta (69 afios) tenfa 22 afios cuando murié su
madre. Entonces ella se cijot "Qué voy a hacer sola’
Mejor me voy a casar'... Mejor no me hubiera casado
nunca..."
Sin’ embargo, también.hay diferencias y matices
importantes en la forma en que las mujeres actualizan su "ser
espos
3, Ser “duefla de casa”
La "casa" es e1 espacio f{sico que la cultura ha
reservado ala mujer, dadas las tareas de reproduccién social
que debe asunir, Alli ella podrd "reinar", si bien vivird
Subordinada a la voluntad de su pareja.
La aspiracién a, un espacio fisico donde ejercer
efectivamente ,su rol de duena de casa esté indisolublemente
unida al deseo o proyecto de "casarse". Es, en cierta medida,
la contrapartida de la aceptacién de la relacién de
subordinacién en la pareja.
En el mundo popular, este ser "duefia de casa" tiene
fuerza material. La pobreza, la frecuente experiencia de
hacinamiento y promiscuidad, as{ como 1a condicién de
subordinacién ce la mujer-hija en la familia patriareal,
hacen del ser “duefia de casa" una gran aspiracién-ilusién.Esta posible "casa", que no corresponde necesariamente
a los cénones de arquitectos o urbanistas, sino que es ese
tener algo propio", un sitio con una mediagua o tal vez sélo
la wediagua en el sitio de algin familiar, es fundamental en
el contexto de los recucidos espacios de autonomia que tiene
la mujer. Alli ella pocré decidir la organizacién de la vica
familiar y la suya propia. Es "su" mundo, Sin la "case", las
retribuciones a los sacrificios que implica ser "esposa" y
“madre” quedan ordsticamente reducidas.
La oristalizacién de este deseo pasa a constituir uno
de los mas frecuentes criterios ce evaluacién ce un
matrimonio o pareja. Como se sefialé -anteriormente, 8
caracter{sticas del hombre resultan menos importantes que la
condicién misma ce casada.
"Mi matrimonio ha sido muy bueno porque yo, por lo
menos, ya ahora tengo mi casa y tengo todo." (ménica,
23 afios; erradicada de la casa de sus suegros a un
campanento tras los temporales del invierno de 1982.)
"Yo estoy contenta de estar casada. No me arrepiento
porque lo que més querfa cra tener una casita, aunque
fuera pobre, pero tener una casita mfe propia." (hora
23 anos. Vive con su marido, su hija y una hermana en
una pieza construioa en el sitio de un familiar.)
Yolanda (33 afios) vive en una mediagua que esté a
punto de caerse porque un camién chocé y fue a parar
contra ella. Estd decepcionada de su matrimonio
compara su situacién con la de otras mujeres: "Se
casaron bien porque tienen una buena casa..."
La no satisfaccién de esta aspiracién es materia de
graves conflictcs en la pareja. Al mismo tiempo, es posible
apreciar, en la historia cel mnoviniento popular, la. gran
importancia que han tenido las mujcres en la lucha por la
vivienda. En tiempos pasados, cuanco el acceso a la vivienca
era relativanente fdcil, las mujeres se inscribsen y
participaban en Comités de Vivienca. Cuando no fue posible
acceder por 1a vfa institucional, las mujeres participaron en
las "tomas de terrenos” atin ‘contra la voluntad de sus
parejas. Hoy fa la falta de vivienca para los sectores was
pobres se ve agudizaaa por la politica habitacional ael
gotierno militer y las mujeres luchan activamente por salir
de la situacién de allegamiento donde familiares,
especialmente comin entre las parejas més jévenes. Participan
en organizaciones ae pobladores y también en intentos ce
tomas de terrenos.caso de Mercedes (33 afos) refleja la fuerza y
tradicién de la reivindicacién por "casa" entre las mujeres
populare:
"Yo siempre me orié en esa cvestién de tomas, porque
cuando yo estaba chica nos fuinos a la primera tona
que fue en San Gregorio. Ait la gente se fue con
chanchos, con pollos, con todos les animales que
tenfan y se tomaron’ los terrenos en carpa no mds,
Entonces ahi, cuando estaba chica yo, mi mamd nos toné
a mf y ami hermans y nos rodeé ani en el palo de la
. bandera, porque decfan que a la bandera no le podfan
hacer ,nada. Ahi nos arrastraron para tirarnos al
fuego, los pacos, porque habfa fogatitas. (ss.
Después no auré més’ esa toma."
“No pasaron tres meses cuando sale 1a toma de la
Victoria. Ya estaba hecha la .toma de La Victoria.
Nosotros nos fuimos al otro dfa y ah{ nos quedamos."
"Entonces yo sabia mds o menos cémo era la cuestién de
las tomas, qué era lo que se hacfa. hi marido no, é
siempre se crié en casas particulares. (...) .Entonces
cuando yo me decid{ a irme al campanento, a esa toma,
yo le dije ‘ne voy no més, si queris me seguis y si no
te quedai donde tu mamdé'. Yo estaba embarazada de la
Carolita. Entonces me fui, estuvimos en la toma y me
quedé anf. (..,)"
“Después me tuve que ir porque me incendié. Estaba al
lado de una torre de alta tensién y no podfan llegar
ahf los. bomberos. (...) Me fui de allegada con mi
suegra, y cuand> uno esté al lado de un familiar, sea
su madre, sea su padre, no faitan los problemas dentro
del matrimonio. No duramos mucho, (...)™ .
"Ah{ yo'me fui a la toma de 1a Ranquil, en el paradero
25. Me acababa de mejorar de Rodrigo. (...) Salf del
hospital y a los dos dfas-me fui a la toma, con un
nylon no més. Sola, porque €1 ya habfa tenido un poco
de experiencia en la toma conde nos. habfanos
incendiado, ya..no querfa .saber nada nds de tomas,
nada. Entonces yo. me fui no mas, con la guagua.
Pesqué un poco de pafales y me fui a la toma. (...)"
“Después me vine a la toma de acd.:(...) Yo contra la
voluntad de mi marido... Ahora le digo a é1, si yo, si
no hubiese . sido por m{, todavia estarfamos de
allegados; porque soy decidida, yo soy decidida; para
tomar mis decisiones yo soy cosa seria."4, Ser madre, esposa y duefa de casa
Los tres espacios descritos no se articulan
necesariamente en forma arménica. Se da entre ellos una
dindmica en cuanto relaciones sociales y, mds exactamente,
como relaciones ce poder.
Es as{ como existen tensiones y conflictos entre una y
otra definicién, En algunos casos hay un predominio del
espacio “madre” sobre el espacio "esposa". Una relacién puede
Gominar temporalmente a las ctras. Una mujer, en virtud de su
ser madre, puede trabajar contra la voluntad de su pareja.
Otra puede abandonarla para participar en una toma de
terrenos y alcanzar as{ la condicién material de cuefia de
casa.
Desde el punto de vista del ejercicio del poder en
estas relaciones, es frecuente que tanto en el caso de la
madre, como en el de la Guefla de casa, sea la mujer quien
detente la mayor cuota de poder, No asi en la relacién
esposa, donde comina el hombre. Se trata de relaciones
propuestas y ejercidas habitualmente como desiguales.
Es interesante anotar que este modelo se ve impactado
seriamente por la crisis econémica. La alta cesant{a fuerza a
las mujeres a buscar formas de obtener aletn ingreso para
cumplir con su rel de madres, sacdndolas de la casa.
Por otra parte, la experiencia de participacién en
organizaciones reivindicativas o para la subsistencia que
estén teniendo un nimero creciente de mujeres, también entra
en contradiccién con esta propuesta. Representa la salida a
Ambito piblico.
Lo mismo sucede con otros aspectos del discurso
dominante, que es a su vez modernizante, como en cl caso de
a ecucacién de la mujer. Por una parte, incentiva la
promocién ce la mujer, indicéndole un camino de ecucacién y
Capacitacién. Por otra, mantiene la obligacién de permanencia
ge la mujer en la casa.
Sin duda que estas contradicciones impactan con mayor
fuerza a las mujeres més jévenes, come se exponcré nds
adelante.
Como expresién de las tensiones y contradiccionesentre 1 modelo propuesto y la realidad de sacrificio de las
mujeres, es revelador el discurso del Gobierno sobre la
"misién* femenina, dirigido @ las mujeres de sectores
populares:
"...8s fundamental, para dignifiear la misién
femenina, ¢ignificar el conespto de servicio. A la
mujer le corresponde en la vida, por valores que son
propios de su naturaleza, desde la prinera misién y la
mAs humilde, al lado del nifio recién nacido; le
corresponde servir ‘en misiones hunildfsinas, porque
son misiones fisicag. Pero, por muy modestas que sean,
sin ellas la vida, no sélo en el hogar, sino que ni
siguiera las grandes creaéiones de 1d vida serfan
posibles. Tenemos gue comprender la grandeza de las
funciones del. hogar y, 21 mismo tiempo, entender que
la espiritualidad de esta misién esté en el hecho de
servir; en la humilde funcién de la cocina, de la
mujer que muda los paflales de un nino. En todo ello
hay una grandeza de abnegacién..." ("Conceptos sobre
la familia". Secretarfa Nacional de la hujer. Larrain
1982: 79-80) f- 15 -
II. LOS ESPACIOS COTIDIANOS: LAS NORMAS ¥ LAS RUTINAS
Cada uno de los espacios constituidos culturalmente y
que delineamos més arriba, opera en el dmbito de la vida
eotidiana. Es allf donde se producen y reproducen las
estructuras sociales. Es el mundo de la existencia ordinaria,
lo normal, 10 obvio, lo que se da por supuesto, aquella
realidad preexistente que se experimenta como un mundo
organizade, terminado.(Schutz y Luckmann, 1973; Lechner,
1982)
Las definiciones de ser madre, esposa y ducha de case
tienen una traduccién normativa especifica que actia como
referente en la vida diaria de las mujeres. Esas normas
sefhalan lo que es una “buena madre", una "buena esposa" y una
“buena duefia de casa".
Este conjunto de normas actualiza los valores
culturales y opera en el sentido comin de dos formas
estructurando las prdcticas cotidianas de las mujeres y como
bagaje de significados para dar cuenta de las propias
acciones.
La normatividac del sentido comin toma cuerpo en una
realidad conercta, en una materialidad especiiica: las
condiciones de precariedad y subordinacién en que viven las
mujeres, dando origen 4 un conjunte de rutinas que ellas
viven cotidianamente para llevar a cabo los proyectos de ser
madre, esposa y duefla de casa.
Las mujeres son socializadas, desde que nacen, en las
rutinas que coaforman los ospacios que deberén ocupar una vez
adultas, Todas las entrevistadas relatan una infancia cargada
de responsabilidades cn las tareas del hogar, en cl cuidado
de los hermanos menores, en la preparacién de alimentos, etc.
Las mujeres dan cuenta de su vida y explican su propia
versién de cer madres, esposas y ducfas de casa. En esas
explicaciones aluden frecuentemente a su socializacidn
temprana, a las ensefianzas de sus propias madres. En otras
oportunidades expiiciten su concepcién del deber ser por la
via de los consejos que dan a sus hijas.buena esposa"
“(...) Una buena’ espesa tiene que ayudarlo a é1, darle
apoyo, porque yo hallo que si ¢l marido no tiene
apoyo, ahi es donde.son las discusiones... Si pues; o
si no conffa el uno al otro, ahi es donde vienen las
peleas y cosas, Yo creo que la mujer, yo hallo que
tiene que dedicarse a su hogar no mds. Porque algunas
se casaron y no paran on la casa, pues. Entonces, e
hombre se les aburre... Ahf{ es donde buscan otra y
cosas... Yo hallo que es en la plata donde més hay que
ayudarle, a estirarla. Claro, porque, come ser, si él
le da una plate asf y uno se la come toda, y le gasta
en pintura, on tonteras, puchas, a €1, qué le queda?
No se le da..."(M. Eugenia, 32 afios) i
En general, las mujeres consideran que una "buena
esposa" ¢s aquella que se subordina al marido, que lo apoya
emocionalmente, que le colabora en la distribucién de los
recursos materiales y que, en la medida de lo posible, se
dedica al cuidado de la casa y los hijos solamente.
"Yo digo que es bueno obedecerle al hombre, pero hasta
cierto punto no mas, porque hay veces que no tiene
mucha razén", dice Virginia (37 afios) quien se
acostumbré 2 no contradecir a su'marido y a hacerle
caso. Hasta hoy dfa no sc atreve a salir sin pedirle
permiso, atin cuando ella se fue sola, contra su
voluntad, a la toma de terrenos donde viven
actualmente. Allf, gracias a su decisidn, construyeron
su casa de madera.
La exigencia de permanecer en 1a casa significa que le
mayorfa de las mujeres, si trabajan el momento de cesarse
@ejan el trabajo, Su reincorporacién se da por estricta
necesidad econdmica y muchas veces con fuerte oposicién de la
pareja.
"A mf me gustaria trabajar, pero no se puede. ¥ é:
tampoco quiere que trabaje porque se descuida la casa
y la nifla y no hay dénde dejaria. A mi me gustaria
Volver a trabajar porque es una ayuda para la casa.
Pero me gustaria hacerlo més adelante, cuando los
niffos estén grandes, en el colegio, una cosa asf. Abt
me gustaria trabajar, pero medio dia no mds, porque
una se despreccupa de los nifies y de la casa. Entonces
50 no ne gusta."(Nora, 23 aflos. Trabajaba en una
fébrica textil antes de emoarazarse y casarse.)
&-.-
En este contexto de encierro, la maternidad cobra una
redoblada importancia. Una vez que los hijos crecen, la vida
pierde nuevamente el sentido.
Ana Luisa (35 afios), después de tener tres: hijos crié
dos nifos més. Al crecer estos y mejorar la situacién
econémica cc las madres, debié devolverlos. Su marido
a pesar de tener una situacidn econdmica precaria, le
aconseja que tenga un hijo propio, para que no se
sienta sola, "Entonces yo, ya mi marido me dijor
‘mira, me dijo, has criado dos ninos que no son tuyos,
por qué no te decides a criarte uno que sea tuyo y que
no te lo vayan a quitar como te los han quitado los
otros, que después mds lo que sufres'. Yo he sufrido
montones cuando se han llevado a los ninos, porque
para mf cra algo que a m{ me sacaban, parece, ‘algo de
adentro que me sacaban. (...) As{ que para mi era
bastante pesado sufrir la ausencia de los niftos, y asi
que siempre que mi marido me vefa llorando, me retaba
y yo tenfa miedo de tener otra guagua." Asf tiene su
cuarto hijo.
Pero la buena esposa no sélo tiene que estar en la
casa y obedecer al marido o pareja, sino que adenés debe
Natenderlo". Esta constituye una de las principales rutinas
en la vida de la mujer popular. En ella se expresa, en gran
medida, su subordinacién,
Una buena esposa tendrfa que tratar bien al marido,
no 4s, 0 sea que uno, para ser buena esposa, ticne
que ser carifiosa con el marido, atenderlo” bien
recibirlo bien cuando llega, no que cuando llega, no
nds mirarlo como que llegé y llegé no més, no
ponerle atencidén."(Aida, 34 aflos)
La mujer debe estar en la casa cuando é1 llegue, tener
lista la comida o las "onces", tenerle la ropa limpia y
arreglada, estar de buen dnimo, cuidarle el suefo si quiere
descansar (que los nifos no lo despierten), estar dispuesta
sexualmente cuando €1 quicra, ete.
Virginia (37 afios) ‘relata que su marido se acostumbré
a que cuando llega la comida estd caliente para él. Si
noes asi, se enoja, "porque para 1, la mujer es de
la casa y de ninguna parte mas".
Raquel (37 afios) cuenta que si ella no quiere hacer
algo que le pide su marido, éste se cnoja y “es pelea
segura". Por eso "preficro levantarme, darle la comida=e
y que se acueste. Claro que é1 lo hace peor, porque va
y s¢ acuesta encima de la cama. Obligafta yo a
desvestirlo y a acostario, porque se hace la guagua.
Quiere que yo lo vista..."
En el terreno sexual difficilmente ellas logran escapar
a los requerimientos de sus parejas. Si los rechazan se
exponen a toda suerte de represalias. £1 que respeta la
negativa de la mujer es "muy considerado", segiin ellas.
Mercedes (33 afios) dice: "No hay hombre que si uno le
dice que no, vaya a darse la vuelta y quedarse
tranguilo."
Yolanda (33 afids) explica: "Una mujer aguanta, pero un
hombre no puede aguantar mucho."
Elena (42 afos) relata su experiencia: "0 sea que a mi
se me juntaron dos guaguas, de mi marido. La niffa,
cuando nacié el nifio, tenfa once meses. Entonces, lo
que pasaba es que, cuando llegué del hospital, recién
operada, ai marido..., entonces todas csas cosas que
una le’ toma como alergia a las cosas esas, ya no le
llama la atencién, As{ que cuando yo mé iba a acostar,
lo dejaba a €1 que se acostara. Se quedaba cormido y
me acostaba a la orillita, que no me sinticra. Claro
que si se despertaba a media noche... y ahi si que me
encontraba, nunca me salvaba. Ne salvé, la nica vez
que me salvé, fue cuando andaba con la otra mujer- Ahf
ya no. Yo le dije que ahf s{ que no, que ya no contaba
conmigo, porque yo era muy delicd, no le abonaba las
cochinds. No me acostaba con él cuando llegaba de la
otra mujer."
Finalmente, es imposible no mencionar la violencia
donéstica, La mujer no sélo debe aceptar los requerimientos
sexuales de su pareja (que la "ocupen", en jerga popular),
sino también los golpes y malostratos, tan frecuentes en el
marco de relacién de subordinacién patriarcal. Son pocas las
mujeres que han roto con su pareja por ‘los "castigos"
reaibidos y pocas las que han aprendido a defenderse.+ La "buena madre
“Una buena madre tieno que cuicar bien a sus hiJjos,
tenerlos limpios, ables qué juntas. tienen que
tener, qué juntas no tienen que tener, y darles
econfianza. vy ser amiga, asi, con ellos." (Mm.
Eugenia, 32 afos, 6 hijos)
La "buena madre". debe ocuparse de los euidados que
demandan los hijos. Esto es: alimentarlos, velar por su salud
y educacién, vestirlos, tenerlos -limpios, ensefarles a
condueirse soeiainente, ete.
La vida ¢e la’ mujer transourre entre idas al
policl{nico, supervisidn de tareas escolares, reuniones de
Padres on ‘los colcgics, tejido, costura y lavado de la ropa
ge los hijos, triwites pera 1a obtencidn de beneficios
sociales, preparacién de alinentos.
A estas actividades se agrega cl trabajo remunerado
cuando los ingvesos de la. pareja son inexistentes o no
aleanzan. Puede tratarré de une actividad permanente o
esporddica. Hebitualmente ingresan al servicio doméstico,
lavan y planchan ropa ajcna o-se incorporan al PEM o al POJH
(1). Por otra parts, cada vez que la mujer ‘tiene que salir
debe preocuparse del cuidado ce los hijos, eneargarios 0
pedir ayuda a familiares y vecinas.
En cl dmbito de la vida cotidiana.se aprecia hasta qué
punto le mujer es ofectivamente 1a responsable, en dltima
instancia, de toda-ia tarea de r=proguccién cotidiana de la
sociedad.
Estas responsabilidades consumen un tiempo muy
importante en 1a vids de las mujeres, tanto a nivel cotidiano
como a lo largo de su vida. Dependiendo del nimero de hijos
se extenderd mis 0 menos en niimero ae anos.
Més allé de las reglas impuestas por el modelo
patriareal en cuanto a que la mujer permanezca en la casa, y
CET Programa de inpleo Minimo (PN) y cl Programa
Ocupacional pera Jefes de Hogar (POJH) son dos programas
estatales de "subsidio” a la cesantia. Las personas deben
trabajar y reciben a esta fecha una remuneracién equivalente
a US$ 15 (cuince délares) en e1 primero y de US$ 30 (treinta
délares) en e} segundo. No reciben ningtin beneficio social.