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Rodríguez, M.1; Muñiz, O.1,*; Calero, B.1; Montero, A.2; Martínez, F.1; Limeres, T.1 y Orphee,
M.1
1.- Instituto de Suelos. Ministerio de la Agricultura. La Habana. Cuba; 2.- Centro de Aplicaciones Tecnológicas y
Desarrollo Nuclear. La Habana, Cuba.
* Autor de contacto: sccsmuniz@ceniai.inf.cu; Autopista Costa-Costa y antigua carretera de Vento. Boyeros. CP 10800.
La Habana, Cuba; 537-6451388
RESUMEN
En Cuba, los abonos orgánicos son utilizados para elevar la fertilidad de los suelos y los sustratos,
y mejorar los rendimientos agrícolas. La aplicación de estos productos requiere del seguimiento
sistemático de sus contenidos en metales pesados (MP), pues su exceso puede deprimir los
rendimientos de los cultivos y disminuir la calidad de los alimentos, así como afectar la salud
humana. En el presente trabajo, se diagnosticó el contenido de cadmio (Cd) y plomo (Pb) en
abonos orgánicos y sustratos utilizados en organopónicos de las provincias de La Habana y
Guantánamo, así como su efecto en las hortalizas producidas en los mismos. La extracción de los
MP se realizó con mezcla de ácido nítrico y clorhídrico (HNO3/HCl) relación 3:1. La determinación
se realizó mediante espectrofotometría con plasma inducida. Se encontró que los contenidos de
Cd y Pb en los abonos orgánicos estudiados, con la excepción de los compost de residuales
sólidos urbanos (RSU), se encuentran dentro de los valores permisibles de acuerdo a límites
nacionales, por lo que no constituyen riesgo de contaminación para plantas y animales. Por el
contrario, los compost obtenidos a partir de los RSU provenientes de la basura doméstica extraída
de los vertederos sin previa clasificación y los sustratos preparados a partir de éstos, presentan
contenidos de Cd y Pb, por encima de los límites máximos permisibles, por lo que no deben ser
empleados para la producción de alimentos, ya que estos metales se traslocan a los órganos
comestibles de las hortalizas cultivadas con ellos.
PALABRAS CLAVE
metales pesados; abonos orgánicos; hortalizas
INTRODUCCIÓN
En la década de los noventa ocurrió una disminución del consumo de fertilizantes minerales en
Cuba y con ello, la necesidad de encontrar alternativas para el mantenimiento de la producción
agrícola. Con este fin, el empleo de abonos orgánicos (AO) como el estiércol de diferentes
orígenes, la cachaza, el humus de lombriz, la gallinaza, el guano de murciélago, los residuos de
cosecha, los lodos residuales y los compost de diversos materiales, como los de residuales
sólidos urbanos (RSU), resultó una alternativa eficaz como nueva forma para la producción de
alimentos con bajos insumos (Rodríguez 2007). Para el uso de estos productos se requiere una
evaluación sistemática de sus contenidos en metales pesados (MP) porque pueden acumularse
en los suelos y los sustratos (Kabata-Pendias & Mukherjee 2007 y Muñiz 2008), provocar
alteración en el equilibrio biológico de los mismos (Liao & Xie 2007) y afectar el rendimiento de los
cultivos y la salud del hombre (Adriano 1986 y Alloway 2008).
En el trabajo se realiza un diagnóstico del contenido de cadmio (Cd) y plomo (Pb) en abonos
orgánicos utilizados en organopónicos de las provincias La Habana y Guantánamo. Se evalúa el
contenido de estos metales en algunos sustratos preparados a partir de estos AO, así como su
efecto sobre la producción de hortalizas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diagnóstico del contenido de Cd y Pb en abonos orgánicos
Se muestrearon diez abonos orgánicos en la provincia La Habana y diez en la de
Guantánamo, los cuales se utilizan para la producción de hortalizas en diferentes organopónicos,
según refleja la tabla 1. Se prepararon muestras compuestas de los burros o pilas conformadas
por 15 muestras simples. Los compost de RSU en Guantánamo corresponden a residuales
procedentes de los Centros de Procesamiento de Residuales Sólidos Urbanos (CEPRU) “Isleta”,
“Los Cocos” y “Vilonio”, los dos primeros reciben la basura doméstica sin previa clasificación y
ésta se clasifica, posteriormente de forma manual, antes de conformar los burros para la
producción de compost. En el caso del CEPRU “Vilonio”, solamente se procesan residuos de
cosecha.
En los sustratos y las hortalizas, se tomaron tres muestras compuestas conformadas por 20
muestras simples en zigzag a lo largo de cada cantero. Las muestras de hortalizas fueron
divididas en frutos, hojas y tallo para el rábano, y en hojas y tallo para la acelga y la lechuga. La
Tabla 2, muestra la composición de las variantes para cada caso.
Metodología analítica
La determinación del Cd y el Pb en las muestras se realizó en el laboratorio acreditado del
Centro de Aplicaciones Tecnológicas y Desarrollo Nuclear (CEADEN) de La Habana, Cuba. Para
las extracción de los MP en muestras de abonos orgánicos, suelos y sustratos se realizó la
mineralización de 0.5 g con aqua regia invertida, mezcla de ácido nítrico y clorhídrico (HNO3/HCl)
en relación 3:1 (USEPA 3051a). La extracción de las muestras de plantas se realizó con mezcla
de HCLO4/HNO3, procedimiento descrito en Norma Analítica (CEADEN 2010). Se utilizó la
Espectrofotometría con Plasma Inducida (ICP) para la determinación de los contenidos de Cd y Pb
y el paquete estadístico Statgraphics Plus 5.1 (2001) para el procesamiento de los datos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Contenidos de Cd y Pb en los abonos orgánicos
La Tabla 3, muestra los contenidos de Cd y Pb en los abonos orgánicos, comparados con los
límites máximos permisibles (LMP) planteados por Muñiz et al. (2009).
Tabla 4. Contenidos totales de MP en las muestras de suelo y sustratos. G-I, G-II: variantes en
Guantánamo. H-I, H-II y H-III: variantes en La Habana
Contenido de MP
Muestras mg.kg-1 (X ± s)
Cd Pb
Sustrato
1. 86 ± 0.09 23. 90 ± 3.02
original
SPS 1. 77 ± 0.05 23. 20 ± 2.95
G-I 3. 15 ± 0.59 152. 00 ± 5.02
G-II 3. 61 ± 0.63 71 501. 50 ± 20.60
H-I <1.00 66.46 ± 6.85
H-II <1.00 98.06 ± 8.37
H-III <1.00 76.56 ± 7.78
LMP 3 150
En las dos variantes del organopónico “El Girasol” (G-I y G-II) se cultivaron cuatro hortalizas
en sucesión, con el objetivo de evaluar la cantidad de cada MP que se trasloca a las plantas en un
período mayor de tiempo. En las Figuras 1 y 2, se observa el contenido de Pb y Cd
respectivamente, comparados con los máximos permisibles en peso fresco (Codex Stan 193-
1995, Rev. 3. 2007). En todos los casos, las mayores concentraciones de Cd y Pb se encuentran
en las hojas. La comparación entre las variantes, para ambos casos, indica que no existen
diferencias significativas entre éstas para un 95% de confianza.
El contenido total de Cd (Figura 1) en las hortalizas de hoja, se encuentra por debajo del LMP
(Codex Stan 193-1995, Rev. 3. 2007). El Cd se acumula principalmente en la hoja y el tallo del
rábano; sin embargo, en el fruto, si bien su concentración no rebasa el LMP para este tipo de
hortaliza, resulta aconsejable que no sea consumido, ya que los valores se encuentran cercanos
al mismo.
. -1
mg kg de Cd
LMP 1 LMP 2
. -1
0,2 mg.kg-1 0,2 mg.kg-1 0,2 mg kg
. -1
0,05 mg kg
. -1
mg kg de Pb
LMP 1 (0,3 mg.kg-1) LMP 2 (0,1 mg.kg-1)
Por el contrario, cuando se compara el contenido total de Pb con los máximos permisibles
para hortalizas de hojas y de fruto (Figura 2), se aprecia que los contenidos de Pb, tanto en el
fruto del rábano como en las hojas de las lechugas y de la acelga, se encuentran por encima de
los máximos permisibles, lo cual aconseja que no sean consumidas por el hombre, ya que la
ingestión de Pb provoca daños a la salud humana (Moreno 2003). Es importante señalar, que el
contenido elevado de Pb se mantiene en la sucesión de los cuatro cultivos y que aún, en el cuarto,
este metal se encuentra en la hoja en una concentración elevada. Este valor está asociado al alto
contenido de éste metal encontrado en los AO (compost de RSU) y los sustratos utilizados para su
cultivo en estas condiciones. Los valores elevados de Pb que se encontraron en estos cultivos
confirman, que los compost obtenidos a partir de los RSU y los sustratos que se preparan a partir
de éstos, contienen altos contenidos de este metal, que provocan la contaminación de las
hortalizas producidas en los mismos.
La Tabla 5 muestra los contenidos de Cd y Pb, comparadas con los LMP según el Codex
Stan 193-1995, Rev. 3. (2007). Las concentraciones de Cd y Pb encontradas en las hortalizas
producidas en los organopónicos de “Vivero Alamar” (H-I), “1ro de Julio” (H-II) y “Playa” (H-III) son
inferiores a los máximos permisibles, por lo que no constituyen riesgo para la salud humana.
Tabla 5. Contenidos totales de Cd y Pb en la hortaliza de hoja en las variantes de La Habana.
Contenido de MP
Variantes mg kg-1 (X ± s)
Cd Pb
H-I 0.03 ± 0.008 0.2 ± 0.02
H-II 0.05 ± 0.001 0.27 ± 0.02
H-III 0.03 ± 0.007 0.2 ± 0.03
LMP 0.2 0.3
CONCLUSIÓN
Los contenidos de Cd y Pb en los abonos orgánicos, con la excepción de los compost obtenidos a
partir de los RSU proveniente de la basura domestica sin previa clasificación, se encuentran
dentro de los valores permisibles de acuerdo a criterios nacionales, por lo que no constituyen
riesgo de contaminación para plantas y animales.
Los compost obtenidos a partir de la basura doméstica extraída de los vertederos sin previa
clasificación y los sustratos preparados a partir de éstos, presentan contenidos de MP,
especialmente Cd y Pb, por encima de los Límites Máximos Permisibles (LMP), por lo que no
deben ser empleados para la producción de alimentos ya que estos metales se traslocan a los
órganos comestibles de las hortalizas cultivadas en ellos, en cantidades perjudiciales para la salud
del hombre.
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