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g Enriqueta Flores © Los Amigos de Ernestina Magu pre ee pls, ici et dua debra pte sepoei amatod otarts en ea ar lor lagi eso ye ster. ganso ct ee rn eer prin Dench pede prt nae crado al Progr "Solace las eco plu por Cope © Enis Foe Aer, 1995 Inia WY ARO: Stings de Ce Dereon enon scrofa se pales por {© EDITORIAL UNIVERGITARIA S.A Mata io Sender 047 FAX: 562 200685 cn Fos Andis lian npr: Cones, 199 IAA EN CHIE raTED RUCHILE ERNESTINA DE LEJOS S oar una de as tanta colias qc recon \ Pesta glgantesca ciudad, esta sttuada ta (Sea donde vivo con mis paps: nos acompana dia y noche un panorama muy bello: lo lejos se ve el octane Pacifico, azul o gris, con barcos que an 0 vienen de San Francisco: cuando los veo. pienso que alguno estuvo en Valparaiso © va hacia Chile y me siento melancblica, algo triste, porque no es facil vivir en otro pais y acastum barse a su forma de vida. En la parte alla de la casa tengo una habia cién grande para mi sola. Una de las ventanas ‘mura hacia el lejano mary la otra hacta el sur. En tune delos muros he ido corcheteando las tarjetas. {que me envian desde i patra lejana los compa: eros de la escuela, la sefortta Emilia, o las que fueron mis hermanas: asi, en cualquier momento vuelvo a ver los hugares quie un dia conoci o por Jos que pasé sin darles importancia. En el lado puesto he ido colocando las postales que me manda Emesto deede Alemania: tengo una gran. Coleccion, colorida y variada. Sobre la mesa don de hago mis tareas o trabajos, mi papé me hizo tuna tarima para colocar las fotograflas que he : recibido; hay una en que esia (oda la familia de Tito, y en olta, mi profesora con todos los alum: nos que quedan de mi curso... Pero sé que, aun- que no tuviera ninguna foto. los eslaria viendo. slempre, porque los llevo en mi corazon, También ‘guiarco en un cajon, muy ordenadas. las carias, que recibo. MI tia de Maipi, que me culdd con tanto carino, me eserlbe con una letra grande y me euenta de las “gracias” del Acordeon, que se hha casado con una pera negra y ya tiene cineo ccachornitos. Para la altima Navidad, mis papas me regala ron un computador con uns pantalla, disqu yun montn de teclas que, bien pulsadas, hacen maravillas... e borran (odo lo que une fia escrity. Me costo bastante aprender su mane). pera con la ayuda de un amigo de la casa —el “tio” Freddy— he logrado vencer las mayores dificulta des, aunque de repente hago leceras increibles, ‘como cuando hice desaparccer para siempre el primer capitulo de "La maravillosa historia de Ernesto y Ernestina’: mas de tcinta paginas se esfumaton y ore tanto, que casi llamar aun doctor. Estuve una semana sit ‘mi computiador. pero mi psipst Joln me aconseyo ‘que repasara las instrucciones, del manual y que como eJercitacion eseribjera femasbreves. pa {guardéndolos en 1a “memoria” de la maquina. Nadie cs infalible, ine dijo. sobre todo cuando s¢ festa aprendiendo algo nuevo. Lo importante es atrevermec a usar tener humfldad para reconocer: nuestros exrores ‘voluntad para corregtrlos v paciencie para pers ‘verar hasta lograr lo que ceseamos, Le hallé razén a papa, pero me desvelé varias noehes pensando sobre qué podria cscribir, ya que Ja novela Ia dejé para cuando dominara et computador hasta con los ojos cerrados, [magine ‘euentos fantastlens para ninitos, con hadas y brujas feas, de animales fabulosos que hab! de seres cle o1t08 mundos, de arboles que creren hhasta aleanzatr lo hina, de principe ‘con humildes y bellas doncellas. Pero me dije ys» la seferita Emilia nos habla contado muchas veces historias parccidas © —cuando mes leer— nes habia entregade Moros con re.» semejantes. Yo debia eseribir algo diferente. que ‘adie conociera, y que por lo menos para mut tuviera un sentido especial y fuera importante Al recordar los eventos que conoei en la escuela, ime vinieron a la’ mente escenas de esa eal ‘que las penas no duran mas que un rato y en |) 1° Ja vida de colegial esta mas lena de alcyr {juegos que de otras cosas. Empece a recouciar rostros y volvi a ver a mls comparicros y amigas de entonces come eran a los, stele anos. por ejemplo, y como fueran ereciendo conmiao, Re ordé que algunos se fueron y otros legaron ‘cuando ibames en Cuarto © Quinto, 0 cuando estabamnes por terminar la Basica. Decidi que teseribiria sobre ellos, sobre los que con el correr de Ios anos se converttrian en verdaderos amigos. Al principio no supe con cual de mis compane ros empezaria y tuve temor de defarme llevar por Ja imaginaeion, o que el tiempo transcurrido alte ara un poco la verdad de lo que pretendia contr. Como a indecision persistiera estaba descoss de comenzar a escribir, acudi a ml mama Maria Ella me dyjo que no me preocupara si la fantasia ‘modificaba un poco mis recuerdos, pues no tha hacer un trabajo de historia: y que no me compl cara con quien empezaba 0 coneluia, pues el ‘orden no cambiaria para nada el afecto que yo. Sentia por cada uno. Disipadas las dudas, 1c use a escribir con entusiasio... EL PELIRROJO ratre el Hlanto de ios peques, ba yo sie tandome del delantal dela companera que Caminaba delante. se es uno de los recuerdos {que guardo de mi primer dia en la escuela, El otro recuerdo es mas terrible: a media mafiana © me dia (arde, no lo sé, trajeron a un nino con I ‘cahera ensangrentada. Yo me pusc a chillar, muy asustada. La “tia” que nos euidaba parecia 50: prendida de mi angustia y, cuando ya no me quedaba aliento, dio con la causa, con calma, mc uc explicando que el ehico sélo tenia el rabello de ‘un eolor encendido, pero que estaba tan sno ‘como el resto de los alumnos. Como ain no \o ‘creyera, ella lo llamé para que yo conociera a un niio colorin. —IRojas, acércate pat ‘cerca tu eabeval * Con desgana, pero obedieniemente. ying (as ta mi, Como era muchisime mis allo que yo. se tuvo que agachar. Entonees entendi que La “Ua” estaba en lo cierto y hasta me atrevi a sonreirle al avergonzado nino, Porque los que eran mas avis: pados s¢ reian a gritos de mi ade él. O de ambos. El hecho es que ese incidente convirtio a Rojas en 0 yea ae, {que Emestina I asidus companers y andaba slempre snips Glendo que algisien me molestars, Como nunca ful muy diseiplinada y tranquil, ‘@ menudo me metia en lios. Me gustaba tirarle tos. Chapes a una chica racia que iba en Segundo y que, cuando nadic Ja observaba, me sacalza ta lengua. Ella era mas grande y tenia en otro eurso lun hermano que se hacia eco de sus chisines cada vez que podia. a la disimulada, me daba un empujén y ine deci isto es por lo que le hiciste a mi hermanal Y a ese cobarde iue precisamente « quien Rojas le propind una golpiza en medio del patio. Vino don Lorenzo el mspector— y a los dos se Jog Hlevd a Ja temida Oficina, Ahora piense: que ‘como ambos eran muy chicas no eabia “suispen- derlos”. sino solo aconsejatlos. Pero esa accion cle ‘mi amigo Rojas me cnvalentond y me volvi qs quillosa y algo creida, pues ninguna otra chica ‘ontaba con un protector mas leal y decididy, Estabaunos en Tercero cuando Kojas empexo a practiear beibifuthol y, al llegar el campconato interescolar. metlo ants goles que lo nombraron ‘capitan del equipo, Haciendo un juego de pala- bras con su apelliio y el color de su peto. desile entonces paso a ser conocido en todo Maipis com el Capitan Rojo. Con este ascenso de mi baci Ccompanero. yo me sentt muy orgullos; al tin y a ‘cabo. él me distinguia con su amistad incondicio- ral y todo el curso sabia que el Capitan Rojo solo, tenia oes para mi, En ese entonces —que hoy me parece tan IeJano—no tendria yo més de nueve afios; estaba repleta de energias y andaba siempre a la defen- ‘iva, sobre todo cuando el Capitan se encontraba ausente; porque cuando él estaba cerea, no per- dia yo oportunidad ce molestar a los nitios chicas, Con una rama de ortigas. disimulada- ‘mente, Jes hacia cosquillas en las plernas; o les ‘quitaba la pelota y se las arrojaba tras el muro: 0 ben les pegaba chicles en el pelo... Si me iban a acusar. s6lo tenia que gritar y en segulda apare- ‘cia Rojas, con cara de pocos amiges. Relizmente para ambos, la sehorlta Emilia —que éria nuestra profesora Jefe durante toda la Bast ca—se dio cuenta de esta situactén y me lamé al ‘orden, No me reto ni me castigo. Sélo me hizo ver ‘que yo estaba actuarido muy mal haciendo que tin nifo tan sano y agradable empezara a ser temido por m causa. En vano traté de explicar que a mi también los chiquillos me hacian maida: des, como tirarme las trenzas o pisarme los zapa- tos, cosas que me lrritaban mucho. Pero ella no me hizo caso € imsistié que me estaba aprove: chando de la sincera amistad de un chico tan buicno como Rojas. No nlego quse me costé muchi- ‘simo dejar de molestar a los dems, pero. poco a poco, mie ful comportando mejor, aunque el Capl- tan siglo stendo mi sombra protectora. Con el tiempo, 1 se convirti6 en un astro del fatbol y. 8 ‘aunque unas niitas formaron el “Fans Club de Rojas”. el Capitan continus slendo el mismo de stempre. Pero, repentinamente, dejé de hacer pa- ‘ses espectaculares y hasta empez6 a meter auito- goles. para espanto de sus eamaradas de equipo. ‘Juanito Castro y Rosita, que pertenecian al Comt- {é de Higiene y Salud, se preocuparon mucho y ‘opinaron que Rojas debia darse un atracon de vitaminas para acabar con el “estres". Pero yo, ‘casualmente, descubri de qué mal sufria el Cap: tan Rojo. Cerea de la Escuela, en la esquina donde el “Zancauilla” tenia el quiosco de diarios y el lus: Un, se instalo una libreria, Eso no habria tendo ‘ninguna fmportancia si no hublera traide fatales ‘consecucncias para mi amigo el Capitan. El pr mer sintoma de que algo empezaba a andar mal fue cuando un nifto de otro curso me empujo y mie lastim6 con una vanilla, pese que a mt lado iba Rojao y, aunque me quefé muy fuerte, él se quedé inmévil. Parecia sonambulo y no reacctond, En. tonces le hice un respingo, del que Jamas se ‘enters. y yo parti cortiendo detrds del chico, ‘Cuando iba a darle aleance, como un relampago se me ilumind la memoria y frené mis plernas y ‘mis ansias de venganza. Los consejos de la seo rita Emilia hicieron 9u efecto y, también, el hecho {que Viera ventr en sentido contrarto a dos carabi- heros, de ésos que vigilan la salida de los colegia: Jes para que 10 los airopelien. ‘Cuando retrocedia herotcamente, divisé al Ca pitin en una extrana actitud, ‘propia de un niio bien ensefiado y respetucso: se habia enca- remado en un Arbol y miraba por una ventana ‘abjerta de la libreria. gQué podna estar espiando con tanto disimulo? Me quedé stlenelosa, apoya- da en el acacto, esperando que Rojas bajara a Uerra. Cuando me estaba eansando de aftrmar el tronco y empezaba a oxcurecer, mi amigo 9¢ ‘deslizé como una serplente. Se sorprendi6 al ver~ —jOyel le pregunié— Puede saberse qué ‘estabas haciendo alla arriba? Enlonces el Capitan me hizo callar y me dijo ‘que, como era tarde, me acompanaria hasta el puente, cerca de mi casa. Por el camino me cont6 que de repente ge habia enamprado de la joven que atendia la Ubreria y que ella estaba absoluta- mente perdida por él Grei que me.estaba tomando el pelo, pero hablaba con tal convencimiento que el corazon se ‘me encogio solo de pensar en el error cn que habia caido, Para ninguna de nosotras, jas nifias: ‘del curso, era un secreto que la Joven pelirroja ‘estaba de novia con un secretario de la Munseipa- lidad, Pero como decirselo al Capitan? Para de- ymostrarme cuan firme era su afecto por Andrea (al pronunclar su nombre puso los ojos en blanco y se puso muy colorado). me cont6 que toda la ‘asignacién familiar se le habia ido comprando 4 lapiées, cuadernos, pegamento y otros illes y ‘que, ya sin plata, se consolaba con verla de lejos. ‘En vano le dije que no era ninguna gracla com: rar algo para verla, pues st era clerto que la colorina Ie correspondia, 2por qué no salian a asear y hacian publico el dilic? E Capitan movié entonces la cabeza con tal lristeza que sent! pena por él. {Acaso no sabia que era un amor imposible? Los padres de Andrea habian decidide casarla con un viejo y s6lo cabo esperar un milagro, —2¥ ti erees que el tal novio es un aneiane? Ua has visto? —le pregunté con harta curios: ‘dad, pues no me eabia en la cabeza tan (mene ta historia, Estabamos cerea de mi casa y nos despedt mos. ¥ sin que él me lo pidlera con palabras, vi tal suplica en su mirada que Ie juré derecha en alto ¢ qulerda en el corazon— que asi me (orturaran, nadie me haria revelar su seereto, Las cosas fueron de mal en peor para el Capt tan. Lo sacaron a dar Ia leccién de Naturales estaba tan fucra de la tlerra, que ereyd que se encontraba en clases de Socales y se largo con la batalla de Cancha Rayada: en la hoje dela prueba de Mateméticas, en lugar de su. nombre puso “Andrea”, y solo por desearte el profe se entero que ésa cra la prucba de Rojas. Por suerte no lo hhizo publico, pero lo llarn6 aparte y parece que le 5 anduvo aprelando las clavijas. Ni con eso cambio denim, cada dia andaba mas ido y melaneélico Yy Jos companeros empezaron a sospechar que Ie ‘debia estar sucediendo algo muy malo. ¥ Ja pra- {esora jefe la sefiorita Emilia, no tuvo mis reme dio que citar a gu apoderada, putes el Captian no. solo ardaba desmemoriado y ausente, sino que la nota mas alta que habia sacado era un miserable ‘cuatro en a Fisica; en los otros ramos oe ante rT siuacion y viendo que el Capl- ete coset lbenno ee ee ee ee et rene et ee SUES GOs ee ee one OE ES eR Co Oe ere ee ea ibe te ee HE pera me pee caet V quebrares aa loa ol aniee nolo pla el padre de Andra, S| Ce eae ee, Mayo Gonreneeed Ge que Angles Ce eae renege) eae ee a (Guana tule doapute de hablar ects bie a) buzios eV sll Gaptin = destnoraliabay 16 decidia tirarse al Zanjon de la Aguada? Eataba 2 punto de deetrle la verdad, cuando aparecio por ‘m{ casa. El Acordeén, que siempre andaba al aguatte, lo recibi6 con ladridos y lengictazos muy Uernos. Venia a pedirle permiso a mi tia para que yo loacompahara a la plaza. Nénecesité ser bruja para comprender que él habia recibido et andni ‘mo, pero tuve que hacerme la lesa. Como seria el puro, que hasta nos fuimos en mlero y cuando Hegamos, 1 Capitan me tomé por un codo y me hizo caminar a sw lado. —iOyel le pregunté— 2Puede saberse para qué me trajiste? —gQuleres saberlo de verdad, Tina? Pues de ‘Seo camprobar que lo que me escribiste es cierla Para otra vez usa olro lapiz y no una hoja de tt: cuaderno de copias. porque efes la nnica ene) curso que tiene uno de caligrafia vertieal y un “escriplo” verde. Quedé sin habla. Ni siquiera intente negar lo que habia hecho. Lo unico que me podia salvar de perder la amistad del Capitan era que anduvieran, paseando Andrea con el joven y que Rojas se diera ‘cuenta de que yo no mentia. Asi que no tuve mas remedio que esperar un milagro. En todo caso, algo quedaba claro: cl Capitin atin tenia salva: ‘ion, porque habia empezado a dudar ‘Cuando encendieron las luces y Ie dije al Ca: pitan que tendria que trme, este me tomo muy fuerte del brazo y me Hlevo hasta la pileta; erei que 0 me queria tirar al agua, pero era otra la catisa, Hacla nosotros venia caminando la. pareja; la colorina, toniada de la mano del pololo. se pard ca seco cuando Rojas Ja seludé con desplante: —jHola, Andreat ,Como te va? Te prescnto a ml ehica... Ella es Emestina... ‘Animada por un leve empujén, me vi en un ‘segundo dandole la mano a la muchacha y rec bblendo un edlido y sonriente saludo del "viejo", 0 ‘ea, del joven. 4 Tuve que someterme a una especie de repre senlacion tealial, pero no me qued otra (0s para salvar la Gignidad de mi amigo. recuperar st: ‘umislad —auinque supe por €, mucho desputs, ue jams Ja habia perdido y darle una leecien 2 la resca de la colori, 21 Capitan anduvo languido como wa scima na. Yole hacia el quite, pies no me hacia graca que ie fuera 8 tomar vina mano 0 a seguir con 50 de que yo ers "sa chica’, Peto no neceske hacer nada mas, pes lenlamente Rojas Ie vol viendo 4 ser ef de artes, ¥. ewando weno me fo esperabm. dejo sobre mi banco im parti ‘Son pura, Tina! ihe sobran los hapiees los Sacapunitas, las yomas, y io debes ronOW Fs tte Y los dos nos langanios + POLOS OPUESTOS Pewee rte ate ata Giso. Desde el pmer dia enie tare teri los pees que no queran lar las fdas tae sine “anno conoce dogs de cate cin oon 4 Ss fa in ome reponav del impacted a cbele Pe te de) Caan comeld cia ya ala fienele conterenion, prefunandote = te habia (hide, Despues ac cauibe de este 7 aS HRA ic des Gelato, y gence ted ny headin y Magi eyepece ele ary oor ccna eee Sane canta, Tania enehga no in naive pan fata que nos eda, len tat envio de Convenectia de que oe queda qulela Desde tse a. ere que hasta ara, mas puco Chopapermaneter mucho rato en la misma poset i tarpoco ante la aca err Pea ian cae a ar euciy reomte comigicr peste We Bets po Gap giies ein ai Nate eenvidiba eta condctn de su nator Tera. oraue no (ena exeusa para falar acl 7 » ses. Cuando pasamos a Quinto, su conducta tha de mal en peor y pasaba “suspendida”; pero Leni, una mama tan cumplidora, que venia de inm: diato a hablar com el inspector General para quc su Chepa pudiera reintegrarse a plases. ahora con Ia experiencia adquirida en estos catoree anos de vida, estoy segura de que si maiia acluaba con Lanta rapide blo porque no era capaz de resistirla metida todo el dia en la casa Ya es0 se debia, tambien, que jamas le neg: permiso para ira hacer las tareas @ 1a casa de alxin companero, para asistir a algun partido de basquetbol © participar en diversas actividades reereativas. La vida de nuestra amiga transcurnia pia centeramente: Lenia “salidas” muy ingenioss y nadic podia seriamente disgustarse con ella, No ‘es que la Chepa fuera conscientemente mala: a! revés: nunca se percald de que su presencia nos agotaba y que tanto parloteo nos impedia prestar atencidn a la clase. Amistosa por nat raleza. (uleaba a todo el mundo y a la senorita Emilia le coste una barbaridad obligarla a que, por lo menos. (ratara de usted a lis personas, mayors. ¥ esto fue complicado, porque Chepa nfrartimenie a la tamensa wayaria de oe mnos~ hallaba “mayores” slo a quienes, tenian el cabello blanco o eran pelados. Fue asi como varias veces le pidid al Director cosas ‘como éstas: —jOyet ePuedes prestarme tu lapiz? ,Cémo se ama (mama? gPor que te compraste un auto azul y no uno rojo, que es mas bonito? Pero Ios adullos reaccionaban bien; la veian. ingenua, franca, sin recovecos. Ademas. el trato de Chepa los hacia sentirse jovenes. En cambio, fl bueno de don José, el bibliotecarto. recibid de ‘lla silo frases muy medidas y respetudsas al maximo, Pese a esias caracteristleas. goraba de Ja simpatia de todos. Nadie esperaba que se aquietara nt menos que fuera estediosa, Andaba siempre al “tres y al cuatro” cuando te tba bier ‘pero mds tirada a “los doses”. Sin embargo. capeo siempre fa falidica repitencia, tal vez porque ‘edo <1 cuerpo dacente deseaba inconscienternnte {que terininara la Basica lo mas pronto posible Por todas sus condiciones. vio Chepa cn la ‘Yanel y en mi a sus amigas ideals. Bl cotorreo nos unio y Nos Separo muchas veces, porduc no habia profesor que resistlera vernos sentadas cerea, De los chiquillos,

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