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Trozos escogidos

Comentarios de Elena G. de White so- la Palabra de Dios, atraviesa el corazón del


bre palabras y citas específicas del Apo- pecador, y lo hace trizas" (OE 171).
calipsis
Capítulo 2
Capítulo 1 Has dejado tu primer amor (2: 4)
Bienaventurado el que lee (1: 3) "Al principio, lo que distinguía a la igle-
sia de Efeso era la sencillez y el fervor de un
"El profeta dice: 'Bienaventurado el que
lee' —hay quienes no quieren leer; la bendi- niño. Manifestaba hacia Cristo un amor sen-
ción no es para ellos. 'Y los que oyen' —hay tido, vivo y ferviente. Los creyentes se re-
algunos, también, que se niegan a oír cual- gocijaban en el amor de Dios, porque Cristo
quier cosa relativa a las profecías; la bendi- estaba continuamente presente en su corazón.
ción no es tampoco para esa clase de perso- Alababan a Dios y su actitud agradecida con-
nas. 'Y guardan las cosas en ella escritas' cordaba con el agradecimiento de la familia
—muchos se niegan a tomar en cuenta las celestial" (3JT 55).
amonestaciones e instrucciones contenidas en "En toda ciudad, se llevaba adelante la
el Apocalipsis. Ninguno de ellos tiene derecho obra. Se convertían almas, que a su vez sen-
a la bendición prometida. Todos los que ridi- tían que debían comunicar el inestimable te-
culizan los argumentos de la profecía y se mo- soro. No podían descansar hasta que los ra-
fan de los símbolos dados solemnemente en yos de luz que habían iluminado su mente
ella, todos los que se niegan a reformar sus resplandeciesen sobre otros. Multitudes de
vidas y a prepararse para la venida del Hijo incrédulos llegaban a conocer la razón de la
del hombre, no serán bendecidos" (CS 389, esperanza del cristiano. Se hacían cálidos e
390). inspirados llamamientos personales a los pe-
caminosos y errantes, a los desechados y a
aquellos que, aun profesando conocer la ver-
Todo ojo le verá (1: 7) dad, eran amadores de los placeres más que
" 'Porque como el relámpago que sale del de Dios.
oriente y se muestra hasta el occidente, así será "Después de un tiempo, el celo de los cre-
también la venida del Hijo del hombre' (Mat. yentes, su amor a Dios y entre sí, empezó a
24: 24-27). No se puede remedar semejante disminuir. Penetró la frialdad en 1¿ iglesia.
aparición. Todos la conocerán y el mundo en- Surgieron divergencias y los ojos de muchos
tero la presenciará" (CS 683). dejaron de contemplar a Jesús como Autor
y Consumador de su fe. Las masas que po-
Una espada aguda de dos filos (1: 16) drían haber sido convencidas y convertidas
por la práctica fiel de la verdad fueron deja-
"De su boca salía una espada aguda de das sin amonestación. Entonces fue cuando
dos filos, emblema del poder de su palabra" el Testigo fiel dirigió su mensaje a la iglesia
(HAp 480). "La espada del Espíritu, que es de Efeso. Su falta de interés por la salvación
de las almas demostraba que había perdido gencia limitada puede comprender la gloria
su primer amor; porque nadie puede amar a del paraíso de Dios" (CS 733)
Dios con todo el corazón, la mente, el alma
y las fuerzas, sin amar a aquellos por quienes Los que se dicen ser judíos (2: 9)
Cristo murió. Dios los llamó a arrepentirse y
hacer las primeras obras, o quitaría su "Vi una numerosa compañía que profe-
can-delero de su lugar" (3JT 56). saba el nombre de Cristo, pero Dios no la re-
conocía como suya. No se complacía en ella.
Satanás asumía carácter religioso y estaba dis-
El que tiene oído, oiga puesto a que la gente se creyese cristiana; y
lo que el Espíritu dice (2: 7) hasta estaba también ansioso de que creyeran
"Si vosotros oís 'lo que el Espíritu dice a en Jesús, en su crucifixión y resurrección. . .
las iglesias' y meditáis en la instrucción que Pero si la fe del cristiano no le mueve a bue-
se les da, vuestros oídos estarán cerrados para nas obras ni induce a quienes la profesan a
las insensateces y necedades que os rodean. No imitar la abnegación de Cristo, Satanás no se
oiréis ni repetiréis esas cosas, ni nunca las conturba, porque como entonces los cristia-
desearéis. Si Cristo satisface el hambre de nos lo son sólo de nombre y sus corazones
vuestra alma, esas trivialidades son insípidas continúan siendo carnales, él puede emplear-
y desagradables para vosotros. No halláis de- los en su servicio mucho mejor que si no pro-
leite en ellas, sino que, en cambio, elegiréis fesaran ser cristianos" (PE 227).
el pan del cielo" (1CBA 969).
Son. . . sinagoga de Satanás (2: 9)
Al que venciere. . . (2: 7, 11, 17, 26; 3: "Cristo dice que la iglesia sobre la cual Sa-
5, 12, 21) tanás preside es la sinagoga de Satanás. Sus
miembros son los hijos de desobediencia. Son
"Podemos vencer plena y enteramente. Je- los que prefieren pecar, que trabajan para
sús murió para hacernos un camino de sali- anular la santa ley de Dios. La obra de Sata-
da, a fin de que pudiésemos vencer todo mal nás es mezclar el mal con el bien y eliminar
genio, todo pecado, toda tentación y sentar- la distinción entre uno y otro. Cristo desea te-
nos al fin con él" (UT 43). ner una iglesia que trabaja para separar el mal
"Mientras atendemos a nuestros quehace- del bien, cuyos miembros no toleran volun-
res diarios, deberíamos elevar el alma al cielo tariamente la maldad, sino que la eliminan del
en oración. Estas peticiones silenciosas suben corazón y de la vida" (1CBA 969).
como incienso ante el trono de la gracia, y los "Cuando un alma es arrebatada de las fi-
esfuerzos del enemigo quedan frustrados. El las de Cristo, la sinagoga de Satanás canta su
cristiano cuyo corazón se apoya así en Dios, triunfo infernal" (5 CBA 1.110).
no puede ser vencido. No hay malas artes que
puedan destruir su paz. Todas las promesas Sé fiel hasta la muerte (2: 10)
de la Palabra de Dios, todo el poder de la
gracia divina, todos los recursos de Jehová "Los que prefieran irorir antes que prac-
están puestos a disposición para asegurar su ticar un acto malo, son los que serán halla-
libramiento" (MJ 247). dos fieles" (5T 53).

El paraíso de Dios (2: 7) Los que retienen la doctrina de Balaam


(2: 14) '
"El lenguaje humano no alcanza a descri-
bir la recompensa de los justos. Sólo la cono- "Balaam había sido una vez hombre bue-
cerán quienes la contemplen. Ninguna inteli- no y profeta de Dios; pero había apostatado,

y se había entregado a la avaricia; no obstan-


te, aún profesaba servir fielmente al Altísimo" ra para la iniquidad. Tal enseñanza es un en-
(PP 468). gaño grosero y Cristo llega a ser para esas per-
"Balaam sabía que la prosperidad de Is- sonas una piedra de tropiezo, tal como lo fue
rael dependía de que observaran la ley de Dios para los judíos: para los judíos, porque no
y que, el único medio que había para atraer querían recibirlo como su Salvador personal;
la maldición sobre ellos, era inducirlos a trans- y para estos profesos creyentes en Cristo, por-
gredir las órdenes de Dios. Estaba decidido que separan a Cristo de la ley, y dicen que la
a obtener la recompensa prometida por fe es un sustituto para la obediencia" (ST, 25
Ba-lac y la promoción que eso significaba, de febrero de 1897)
aconsejando a los moabitas acerca de cómo
debían actuar para atraer la maldición sobre El maná escondido (2: 17)
Israel. Le aconsejó a Balac que proclamara una
fiesta idólatra para honrar a sus dioses y que "La Palabra de Dios emitida por Cristo
persuadiera a los israelitas para que en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, es
asistieran, para que disfrutaran con la música el pan del cielo" (2JT 413).
y que, en seguida, las más bellas mujeres "El maná que caía del cielo para el sus-
madianitas deberían llevarlos a transgredir la tento de Israel era un símbolo de Aquel que
ley de Dios y a corromperse, y también vino de Dios a dar vida al mundo. Dijo Je-
deberían ejercer su influencia para que sús: 'Yo soy el pan de vida. . . (Juan 6: 48). Y
ofrecieran sacrificios a los ídolos. Este consejo entre las bendiciones prometidas al pueblo de
satánico tuvo un extraordinario éxito" (4SG Dios para la vida futura, se escribió: 'Al que
49). venciere, daré a comer del maná escondido'
(Apoc. 2: 17)" (PP 303).
Los que retienen la doctrina Esa mujer Jezabel (2: 20)
de los nicolaítas (2: 15)
"No sólo introdujo Acab el culto de Baal
"Se enseña mucho ahora la doctrina que en la capital, sino que bajo la dirección de Je-
el evangelio de Cristo ha anulado la ley de zabel erigió altares paganos en muchos 'altos',
Dios, que 'creyendo' quedamos liberados de donde, a la sombra de los bosquecillos circun-
la necesidad de ser hacedores de la Palabra; dantes, los sacerdotes y otros personajes re-
pero ésta es la doctrina de los nicolaítas que lacionados con esta forma seductora de la ido-
Cristo condenó tan implacablemente" (1CBA latría ejercían su influencia funesta, hasta que
968). casi todo Israel seguía en pos de Baal. . .
"Los que enseñan esta doctrina hoy, ha- "Su carácter fue modelado con facilidad
blan mucho acerca de la fe y de la justicia de por el espíritu resuelto de Jezabel" (PR 84).
Cristo; pero pervierten la verdad y hacen que
sirva a la causa del error. Dicen ellos que lo
La práctica de la inmoralidad (2: 20)
único que necesitamos es creer en Cristo y que
la fe es todo suficiente; que la justicia de Cristo "Todo culto falso es adulterio espiritual.
es la credencial del pecador; que esa justicia El segundo precepto, que prohibe el culto fal-
imputada cumple la ley por nosotros y que no so, es también una orden de adorar a Dios y
estamos bajo la obligación de obedecer la ley servirle sólo a él. El Señor es un Dios celoso.
de Dios. Esta clase de personas dice que Cristo Nadie lo tratará con ligereza impunemente.
vino para salvar pecadores y que ya los sal- Ha hablado acerca de la manera en que de-
vó. 'Estoy salvo', repiten ellos continuamen- biera rendírsele culto. Detesta la idolatría pues
te. ¿Están, sin embargo, salvos cuando in- su influencia es corruptora; envilece la mente
fringen la ley de Jehová? No; porque los y conduce a la sensualidad y a toda clase de
vestidos de justicia de Cristo no son cobertu- pecados" (ICBA 1.120).
Le daré autoridad sobre las naciones
(2: 26)
"Después vi tronos en los cuales estaban
sentados Jesús y los redimidos. Los santos rei-
naban como reyes y sacerdotes de Dios. En
unión con los suyos juzgaba Cristo a los im-
píos muertos, comparando sus acciones con
el libro del estatuto, la Palabra de Dios, y fa-
llando en cada caso según lo hecho con el
cuerpo. Después sentenciaban a los impíos a
la pena que debían sufrir de acuerdo con sus
obras, y quedaba escrita frente a sus nombres
en el libro de la muerte" (PE 290)

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