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CASO LAVA JATO

¿Qué es lava jato?

Lava Jato Traducido al español como


"lavado de autos es el nombre de una
operación policial que se encuentra a
cargo de la Policía Federal de Brasil, la
cual inició en 2013 con el
descubrimiento de una posible red de
lavado de activos. Este hecho condujo
a que en marzo del 2014 se detuviera
a Paulo Roberto Costa, ex director de
Abastecimiento de Petrobras.
Petrobras es la empresa más grande
de Brasil y la más grande empresa estatal de Latinoamérica. Esta empresa licitaba obras a
empresas brasileras de construcción e ingeniería, en virtud de un programa impulsado por el
entonces presidente Inàcio Lula Da Silva, a fin de estimular el empleo.

Las investigaciones hasta la fecha han arrojado que Petrobras, a través de sus funcionarios, habría
solicitado sobornos a cambio de favorecer la contratación de ciertas empresas. Este dinero habría
sido repartido entre funcionarios públicos, políticos y empresarios; dinero que luego habría sido
blanqueado y transferido a cuentas en el extranjero. Entre los involucrados e investigados se
encuentra los ex presidentes de Brasil, Lula Da Silva y Dilma Rousseff

Pronto se halló evidencia para acusar a los empresarios de las constructoras más importantes de
ese país de pagar enormes cantidades de dinero a funcionador del gobierno, vinculados a la
petrolera estatal Petrobras, para ganar licitaciones millonarias. Se cree que esta red de corrupción
pagó cerca de 800 millones en sobornos. Según las autoridades, se trata del caso anticorrupción
más grande de la historia de Brasil.

Un aspecto importante es que varias de las obras o proyectos habrían sido realizadas en otros
países de América Latina, entre los cuales estaría Perú. Y es que las empresas que se habrían
“repartido” las obras, han tenido contratos con el Estado peruano. Una de ellas es la ya conocida
empresa Odebrecht.

. El jueves 19 de enero de 2017, uno de los jueces que lideraba el caso, Teori Zavascki, falleció en
un accidente de avión en Río de Janeiro. Un golpe duro contra quienes buscan la verdad, pero no
uno definitivo.
1. ¿Qué es Petrobras?

Esta petrolera brasileña fundada en 1953 es la


empresa más grande de Brasil y también la
empresa estatal más grande de América Latina.
Actualmente produce cerca de dos millones y
medio de barriles diarios y emplea a 87 mil
personas.

2. ¿Cómo comenzó esta investigación?

La operación denominada Lava Jato (que en español se pronuncia Lava Yato), comenzó en julio de
2013, cuando la Policía Federal de Curibita (estado de Paraná) descubrió una operación de lavado
de activos de mediano tamaño. El caso llevó hasta el cambista Alberto Youseff, experto en
blanqueo de dinero. Su testimonio, junto al de Paulo Roberto Costa, ex director de Abastecimiento
de Petrobras, fue la chispa que hizo estallar este escándalo de dimensiones mundiales.

3. ¿Cómo funcionaba esta red de sobornos y corrupción?

Petrobras licitaba sus obras a grandes empresas de ingeniería y construcción de Brasil, como parte
de un programa impulsado por el presidente Lula y su entonces ministra de Energía, Dilma
Rousseff, para estimular la creación de empleos en el país.

Para favorecer la contratación de ciertas empresas, la petrolera brasileña pedía sobornos que
rondaban el 3% del presupuesto, que se repartía entre políticos y empresarios. El dinero era
reintroducido al sistema a través de negocios de hoteles, lavanderías y estaciones de gasolina para
ser blanqueado. Luego era transferido al extranjero, a través de empresas 'fachada', a cuentas en
China y Hong Kong.

Según las autoridades judiciales brasileñas, este conjunto de constructoras corrompió a


funcionarios de distintos países para obtener importantes concesiones en toda América Latina. El
dinero que se pagaban en coimas era cargado al costo final de las obras. Ganaba la constructora,
ganaba el funcionario corrupto, perdía el Estado. Parte de ese dinero también era blanqueado a
través de la red montada en Brasil.

4. ¿Cuánto dinero fue robado?

Se estima que entre 2004 y 2012, cerca de 8,000 millones de dólares fueron licuados por esta red
criminal que operó en toda América Latina. Según la Corte de Justicia de Estados Unidos,
funcionarios de la constructora brasileña Odebrecht (una de las empresas investigadas)
admitieron que durante 2005 y 2014, pagaron a funcionarios peruanos 29 millones de dólares
para obtener licitaciones.
5. ¿Qué políticos de Brasil han sido involucrados?

Este caso ha salpicado a miembros de los principales partidos políticos de Brasil. También han sido
involucrados los expresidentes Fernando Henrique Cardoso (Partido de la Socialdemocracia
Brasileña), Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores), Fernando Collor de Melo (Partido
del Trabajo de Brasil). La recientemente destituida Dilma Rousseff (PT) también ha sido
mencionada en los documentos del caso.

La Policía Federal encontró en casa de Yousseff una lista de 750 obras, entre las que figuraban
decenas de proyectos realizados en Latinoamérica. También se habla de proyectos desarrollados
en Suiza.

6. El caso Lava Jato en Perú

¿Cómo se involucra al Perú?


En la investigación la Policía brasileña ha identificado un grupo de personas que habrían llevado
dinero de Brasil al Perú en maletas. Estos serían Leonardo Meirelles, Alexandro Portella Barbosa y
Adarico Negromonte, hermano de un ex ministro de Estado brasileño. En el país, ha sonado el
nombre de Zaida Sisson, esposa de un exministro aprista, quien conectó a empresarios brasileños
con el poder en el Perú.

El 21 de diciembre de 2016, una corte de Nueva York anunció que Odebrecht reconoció el pagó en
Perú de sobornos por 29 millones de dólares entre 2005 y 2014. Este periodo compromete los
Gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006 - 2011) y Ollanta Humala (2011 -
2006).

Entre las obras bajo sospecha están el Gasoducto Sur, el Metro 1 de Lima y la Carretera
Interoceánica. También está bajo investigación la constructora Camargo Correa, también
relacionada a la Interoceánica. Según la tesis de la Fiscalía, el dinero que se pagaba para sobornar
funcionarios gubernamentales se recuperaba con sobrecostos que se sumaban a los contratos
originales.

Hasta el momento, se sospecha que en este escándalo de corrupción se encuentran vinculadas


altas autoridades de los regímenes presidenciales de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta
Humala. A continuación, se expondrán brevemente los indicios que, según la información
recabada por los medios de comunicación, llevarían a sustentar dicha vinculación con aquellos
gobiernos.

Qué proyectos desarrollan en el Perú las empresas involucradas en Lava Jato?


Dos de las empresas acusadas en Lava Jato tienen a su cargo proyectos millonarios en el Perú. Una
de ellas es OAS, responsable de la construcción que la Línea Amarilla, una de las obras más
ambiciosas de la Municipalidad de Lima que tiene una inversión de US$ 600 millones, además del
Centro de Convenciones de Lima por US$ 534.8 millones.
Por su parte está Odebrecht, que tiene a su cargo la construcción del Gasoducto Sur Peruano, una
megaobra que demandará inversiones por US$ 7,328 millones. Esta empresa estuvo a cargo de la
Línea 1 del Metro de Lima, la irrigación de Olmos, la etapa III de Chvimochic, entre otros.

La compañía Camargo Correa estuvo a cargo del Tramo 4 de la Interoceánica, junto a Andrade
Gutierrez y Queiroz Galvao. Esta obra tuvo un incremento del costo en más del 230% entre los
años 2006 y 2015.

Proyecto olmos centro de convenciones

Línea amarilla Gaseoducto sur

Interoceánica sur
PRESIDENTES DEL PERU VINCULADAOS EN EL CASO LA JATO

Vinculación con el gobierno de Alejandro Toledo

En 2006, durante el gobierno del expresidente


Alejandro Toledo se aprobó la Ley N° 28670 que
declaró de necesidad pública e interés nacional la
implementación de un Comité de Alto Nivel para la
negociación de concesiones. Dicha norma indica en su
artículo 3 que “los impedimentos para ser postores
contenidos en las bases administrativas de los
procesos de promoción de la inversión privada a que
se refiere el Decreto Legislativo N° 674 (…), son
inaplicables e inexigibles”.

La aprobación de esta norma se dio en un lapso de


tiempo bastante corto e inusual, razón por la cual se
considera como indicio de supuestos favorecimientos
a las empresas Odebrecht, Queiroz Galvao S.A. y Graña y Montero, las cuales estaban impedidas
de participar en el Proyecto Corredor Vial Interoceánico Sur Perú- Brasil. Otros hechos tomados
como indicios de posibles favorecimientos serían, por un lado, el que Odebrecht S.A.haya
realizado donaciones a la ONG Centro Global para el Desarrollo y la Democracia, en la cual
Alejandro Toledo preside en Consejo Directivo. Por otro lado, se ha tomado en cuenta que
Odebrecht contrató con el Estado peruano durante el gobierno de Toledo por la suma de 250
millones de soles, aproximadamente.[1]

Vinculación con Alan García

En relación al expresidente Alan García, se sospecha de su


posible involucramiento en el caso Lava Jato debido a que
fue mencionado en conversaciones que tuvo el exministro
de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil,
Miguel Jorge, con ejecutivos de Odebrecht y el entonces
presidente Lula Da Silva. Según dichos mensajes, Luda Da
Silva habría llevado a cabo lobby a fin de que Odebrecht
gane varias licitaciones en Perú.[2] Según la Policía Federal
de Brasil, la mencionada empresa habría pretendido
aprovechar la visita del expresidente brasilero para que este
utilice sus influencias a fin de pactar con el gobierno
peruano bajo el mando de Alan García, en ese momento.[3] Cabe anotar que, durante el segundo
gobierno de Alan García, Odebrecht “se adjudicó contratos por obras que ascienden a más de 3
mil 400 millones de soles”.[4]
Vinculación con Ollanta Humala

En cuanto a la vinculación con el régimen


presidencial de Ollanta Humala, el informe de
la Policía Federal de Brasil señala la existencia
de un correo electrónico interceptado a
Fernando Migliaccio da Silva, ex-ejecutivo de
Odebrecht, en el cual figurarían las iniciales
“OH”, las cuales, según la hipótesis manejada
por las autoridades brasileras,
corresponderían a Ollanta Humala. Dichas
iniciales se encontrarían junto a una referencia
al monto de tres millones de dólares, razón
por la cual las autoridades de Brasil sospechan
que el Presidente Humala habría recibido un soborno por dicha suma de dinero.[5] Esta
información ha sido contrastada con la agenda del celular de Marcelo Odebrecht, en la cual
también se encontraban las iniciales y se indican reuniones en Lima con “OH”. De hecho, en dicha
agenda aparecen referencias a reuniones que se habrían llevado a cabo en junio de 2011, cuando
Humala era candidato; y en mayo de 2013 y octubre de 2014, entre Humala, la primera dama
Nadine Heredia y altos funcionarios de Odebrecht, cuando aquel ya era jefe de Estado.

Es importante mencionar que Migliaccio es sindicado como el administrador de diversas empresas


off shore en paraísos fiscales que habrían sido empleadas, según las autoridades de Brasil, para el
lavado de activos y para el pago irregular a funcionarios públicos brasileros y de otros países.

Un dato adicional a tener en cuenta es que, durante el gobierno de Ollanta Humala, la empresa
Odebrecht habría pactado concesiones con el gobierno peruano por la suma ascendiente a 20 mil
424 millones 960 mil 122 soles.

Posibles delitos cometidos

Pues bien, una vez repasados los indicios que llevan a sospechar de irregularidades o
favorecimientos por parte de los tres últimos gobiernos en relación con la empresa brasilera
Odebrecht, se analizarán los posibles delitos que los altos funcionarios peruanos habrían cometido
en virtud de dichos elementos indiciarios.

 Delito de cohecho

En relación a los supuestos sobornos o pagos irregulares que las empresas de Brasil habrían
otorgado a funcionarios peruanos, estos hechos encajarían en el delito de cohecho, tipificado en el
artículo 393° del Código Penal peruano. Este es un delito especial que consiste en la compra-venta
de la función pública. La característica en común entre todos los delitos de cohecho (activo y
pasivo) es la bilateralidad pues siempre intervienen dos partes: el funcionario que acepta o pide el
pago a cambio de la venta de su función pública; y el individuo que compra la función o recibe la
oferta por parte del funcionario.

El bien jurídico específicamente protegido en el delito de cohecho pasivo propio es la


imparcialidad, la cual es fundamental para hablar de un adecuado funcionamiento de la
administración pública –la cual es el bien jurídico genérico en los delitos de corrupción-. En virtud
del principio de imparcialidad, todo funcionario público debe actuar con objetividad y neutralidad,
tomando decisiones guiado por el interés general y no por intereses privados.[10]Es así que desde
el momento en que un funcionario simplemente solicita un pago o ventaja indebida, el delito ya se
encuentra consumado.

En este orden de ideas, el pedir o aceptar dinero u otra ventaja a cambio de, por ejemplo,
asegurar una concesión o pactar un contrato público con una empresa privada encajaría en el
supuesto del delito de cohecho pasivo propio, por el cual se sanciona al “funcionario o servidor
público que acepte o reciba donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio, para realizar u
omitir un acto en violación de sus obligaciones o el que las acepta a consecuencia de haber faltado
a ellas”.

De los hechos del presente caso se entendería que los pagos indebidos se habrían realizado a
cambio de que los click here funcionarios peruanos otorgaran las concesiones o contrataran con
empresas de Brasil como Odebrecht, favoreciéndola de manera ilegítima. Un favorecimiento
indebido supondría un acto reñido con el deber de imparcialidad de los funcionarios públicos y,
por lo tanto, sería una vulneración de las obligaciones funcionariales; es decir, se habría recibido
dinero a cambio de transgredir el principio de imparcialidad y la normativa sobre contrataciones
públicas. El aceptar o solicitar dinero a cambio de dicha transgresión de las obligaciones propias
del cargo público, como podría haber ocurrido en este caso, permitiría sostener la tesis de la
posible comisión del delito de cohecho pasivo propio.

 Delito de colusión

Por otra parte, con respecto a los indicios de posibles favorecimientos por parte de los gobiernos
de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humana para la empresa brasilera Odebrecht en la
contratación para obras y el pacto de concesiones, dichos elementos probatorios podrían llevar a
sustentar la posible comisión del delito de colusión.

Este delito se encuentra tipificado en el artículo 384° del Código Penal peruano, por el cual se
sanciona a aquel “funcionario o servidor público que, interviniendo directa o indirectamente, por
razón de su cargo, en cualquier etapa de las modalidades de adquisición o contratación pública de
bienes, obras o servicios, concesiones o cualquier operación a cargo del Estado concierta con los
interesados para defraudar al Estado”.
El bien jurídico que se protege de manera específica en este tipo penal es “la asignación eficiente
de recursos públicos en las operaciones contractuales que el Estado lleva a cabo, o en cualquier
tipo de operaciones a cargo de este”.

En relación a los hechos del caso, es importante esclarecer qué debe entenderse por aquel
funcionario o servidor que interviene “por razón de su cargo” coludiéndose con un privado. Al
respecto, una mirada restrictiva considera que el sujeto activo solo será el funcionario que tenga
entre sus competencias el suscribir el contrato representando al Estado. Sin embargo, una
interpretación más adecuada es aquella que, siendo más extensiva, postula que el autor del delito
de colusión será aquel funcionario o servidor que tenga la posibilidad incidir sobre el proceso de
contratación por medio de opiniones, informes, etc. No se requiere que el funcionario sea parte
del comité de selección o que sea quien tenga que suscribir personalmente el contrato.[12] En
virtud de esta teoría, un presidente de la república bien podría ser autor de un delito de colusión.

Finalmente, sobre el delito de colusión, es indispensable dejar anotado que el acuerdo colusorio,
justamente por la naturaleza secreta o subrepticia que lo caracteriza, requerirá de diversos
indicios para que sea probado judicialmente.[13] En este marco, elementos como las iniciales
“OH”, los correos electrónicos que hablan de reuniones entre Lula da Silva en Perú, los altos
montos por los cuales se pactaron concesiones y se contrató con Odebrecht, la premura con la
que se aprobó una norma que favoreció a empresas brasileras que se encontraban impedidas de
contratar con Perú, etc., son indicios que sumados a otros, podrían llevar a sustentar de manera
seria la hipótesis acerca de la comisión de delitos de colusión y, muy posiblemente, de sobornos o
cohechos con los cuales se podría haber entregado a cambio de dichos favorecimientos o
colusiones.

Conclusión

La información que los medios de comunicación de Brasil y Perú vienen brindando sobre el caso
Lava Jato deben ser investigados por las autoridades peruanas a fin de determinar si se
cometieron o no delitos de corrupción por parte de altos funcionarios peruanos en relación con las
empresas brasileras ya mencionadas.

Hasta el momento, los datos con los que se cuenta podrían constituir indicios sobre los cuales se
pueden construir hipótesis lógicas sobre la supuesta comisión de delitos de cohecho pasivo
propio, cohecho activo y colusión. La naturaleza clandestina de la forma de comisión de estos
delitos no permite que estos sean probados fácilmente a través de pruebas directas (por ejemplo,
documentos firmados por el funcionario público y el particular en el cual se deje constancia del
acuerdo colusorio o del dinero entregado a manera de soborno). Es por ello que el trabajo deberá
realizarse sobre todo por medio de pruebas indiciarias que sigan sumando a las ya existentes a fin
de llegar a la luz en un caso de alta corrupción y escala internacional como lo es Lava Jato.

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