Vous êtes sur la page 1sur 4

Dios perdona, Dios me invita, Dios me acepta

Material de apoyo de motivación espiritual


Dirigido a: Harold

Síntesis: Nuestro carácter (rasgos y cualidades) en la mayor parte de nuestra vida ha


construido caminos mentales negativos, gracias a las situaciones o circunstancias vividas de
manera difícil en nuestra vida. Esas experiencias y forma de vida, nos hacen renuentes a
escuchar la dulce voz de Dios que sin importar el pasado y sin detenerse en nuestros
pecados o equivocaciones, llama al eco de nuestra conciencia para decirnos que debemos
confiar y acerquemos a Él; esa es la solución a un nuevo estilo de vida. Un estilo de vida
donde se garantiza paz interior y ricas bendiciones físicas, materiales y espirituales.

¿Puede realmente Dios perdonar mi pasado?

Querido Harold: ¿Sabías que todos los seres humanos alguna vez se han atormentado por
todas las cosas malas que han hecho?
Muchos no dimensionamos el daño o el dolor que hemos causado a los demás a través de
nuestras palabras irreflexivas o acciones descuidadas, eso sin nombrar todos los pecados
ocultos que solamente de manera personal conocemos. Se siente como si lleváramos todo el
mundo sobre nuestros hombros y concluimos superficialmente: ¿Quién soy yo para que
Dios me mire?, ¿Quién soy yo para que Dios me perdone?
Dice la biblia en Salmos 8:3 y 4 “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las
estrellas que tú has establecido, digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el
hijo del hombre para que lo cuides?”

Cierra los ojos e imagina por un momento que Dios ha perdonado cada una de las cosas que
has hecho. ¿No sería esto un enorme peso removido de tu mente? ¡Poder comenzar con
borrón y cuenta nueva! ¿No haría esto de pronto tu vida mucho más atractiva?
Suena demasiado bueno para ser verdad, pero ¿es realmente sólo una casualidad? Quizás
estás sentado allí pensando: ¿Puede realmente Dios perdonar mi pasado?

Pensemos en esto: A los seres humanos no nos cuesta mucho amargarnos; con facilidad
guardamos rencor, rápidamente nos ofendemos y nos da una satisfacción inconsciente
aferrarnos a cosas que ciertas personas han dicho o hecho contra nosotros.
Con un historial como este no debería sorprendernos que sea casi imposible para nosotros
comprender la extraordinaria capacidad de Dios para perdonar. ¡Perdonar a los demás
pareciera algo de otro mundo, totalmente desactualizado! ¡Sería como pretender que las
cosas nunca sucedieron, permitirles que se salgan con la suya, impunemente!

«Pero ellos no lo merecen… » ¿Qué fue eso? Detente por un minuto y reflexionar sobre tu
pasado nuevamente. ¿Realmente crees que estás en la condición de decidir lo que se
merecen los demás? ¿Alguno de nosotros lo está?

La biblia en el Nuevo Testamento dice de esta manera: «porque si vivís conforme a la


carne, moriréis.» Romanos 8:13. Dios es justo y su palabra permanece para siempre. Se ve
feo – al parecer todos merecemos la pena de muerte.
En otras palabras este es el final que nos hubiera esperado a todos: la muerte en nuestros
pecados, pero Dios mismo nos dio una nueva oportunidad en su increíble amor: «Porque
hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual
se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.» 1
Timoteo 2, 5-6.
¡Jesucristo se dio a sí mismo en rescate por la humanidad!
Voluntariamente bajó a la tierra y pagó por lo que Dios requería, en su totalidad. Jesús (el
Hijo de Dios) murió siendo un hombre inocente, ¡lo hizo justamente por ti y por mí!; murió
por todos nosotros, y pagó por nuestros pecados con su propia sangre preciosa, abriendo un
camino de regreso a Dios. San Pablo (un apóstol de Jesús) describe la grandeza de este
sacrificio en el libro de los Romanos 5:8. «Más Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.»
En Mateo 6:14,15 está escrito: «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres
sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.» Esto deja en claro que
perdonar a los demás no es solamente una petición o un favor que Dios nos pide a cambio.
Es una condición, y sin esta condición no podemos recibir perdón.
Otra de las condiciones la encontramos en el libro de los Hechos 3:19 que dice «Así que,
arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.» Este arrepentimiento
es un cambio de tendencia desde la vieja forma a algo nuevo. ¡No es simplemente un
sentimiento de vergüenza porque has pecado, sino un deseo sincero de no volver a pecar!

Estos son puntos vitales, y tres preguntas importantes para plantearnos querido Harold:
 ¿Qué tan rápido soy para perdonar a los demás?
 ¿Qué tanto puede perdonar Dios mis pecados y mi pasado así haya sido cruel y
oscuro?
 ¿Realmente si me arrepiento de mi pasado tendré una nueva vida?

A veces los pecados del pasado tienen consecuencias que afectan nuestro presente e incluso
nuestro futuro en la tierra y tenemos que lidiar con eso: – Por ejemplo, alguien puede
emborracharse, luego manejar y provocar un accidente que lo deja con una discapacidad –
una acción que resulta en consecuencia que le va a afectar a pesar de que se haya
arrepentido de lo que hizo muchas veces. Algunas otras afectarán nuestra vida en la tierra y
también nuestra salvación en alguna manera.
Esto debería despertar en cada uno de nosotros un profundo y eterno agradecimiento y un
ferviente amor por Jesucristo, que pagó este sacrificio por nosotros. Él tomó carne y sangre,
para ser semejante a quienes venía a salvar, y así poder tener la capacidad de ayudarlos.
Jesús, el unigénito de Dios quiere que la gente viva como Él lo hizo; quiere que tengan
victoria sobre el pecado y glorifiquen a Dios con sus cuerpos, al igual como Él lo hizo. Esta
es también la razón por la que quiere perdonar nuestros pecados y después que somos
perdonados, podemos empezar esta nueva vida y demostrar nuestro amor y gratitud al
seguirle. Podemos luego con orgullo estar entre aquellos de los cuales no se avergüenza al
llamarnos sus hijos.

Mientras piensas en esto, recuerda el amor que Jesús tenía cuando murió por ti – el justo
por los injustos – y nunca olvides que puedes (si tú quieres) ser purificado de tus antiguos
pecados. Porque, ¿qué habría sido de cualquiera de nosotros si hubiéramos recibido lo que
realmente merecíamos?

«No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a
nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su
misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar
de nosotros nuestras rebeliones.» Salmos 103:10-12

Si estás en una situación en la que tengas que lidiar con las consecuencias de pecados
pasados, ora, pídele dirección a Dios, pide sabiduría y fuerza, y sobre todo, pide que te de
paz. Ten confianza que Dios te ha de perdonar y restaurar, y ahora las cosas serán nuevas.

Así que, ¿De verdad Dios perdona mi pasado? – Si. No lo dudes, Dios te ha amado tanto
que envió a Jesús para que el precio de nuestros pecados fuera depositado en su sacrificio
perfecto. Lo único que tenemos que hacer hoy y ahora, es reconocer que hemos hecho mal,
arrepentirnos y aceptar el perdón que Dios nos ofrece. ¡De verdad Dios perdona tu pasado!
“Yo estoy seguro de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la vida ni la muerte,
ni los ángeles ni los espíritus, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes del cielo ni los del
infierno, ni nada de lo creado por Dios. ¡Nada, absolutamente nada, podrá separarnos del
amor que Dios nos ha mostrado por medio de nuestro Señor Jesucristo!” Romanos 8:38,39

Si has estado luchando por encontrar paz en tu corazón, ora a Dios, y si necesitas un
consejo, o conocer más acerca de Dios, Jesús y de su amor por ti, no dudes en contactarme
para orar por ti y darte mi gran apoyo de motivación espiritual.

Con aprecio,

Otras referencias bíblicas:

“Perdonaré su error, y no me acordaré más de su pecado” (Jeremías 31:34).

Jehová estaba “listo para perdonar” a quien se arrepintiera de verdad y se volviera de su


mal camino (Salmo 86:5).

Dios perdona los errores de una persona arrepentida, nunca más los volverá a tomar en
cuenta. Todo lo contrario, es como si los dejara atrás, a sus espaldas (Isaías 38:17). Hace
borrón y cuenta nueva (Hechos 3:19).

Todos dependemos de la misericordia de Dios porque, como seres humanos imperfectos,


nos equivocamos constantemente (Romanos 3:23)

Vous aimerez peut-être aussi